Caracas.- Desde la capilla de la Casa Monseñor Ibarra, sede de la Conferencia Episcopal Venezolana, se llevó a cabo la Adoración Eucarística con la que dio inició la CXVIII Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano, dirigida por Monseñor Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal y Primer Vicepresidente de la CEV.
Durante la Adoración Eucarística, se realizó la hora nona correspondiente a la Liturgia de las Horas, realizada en coro por los representantes del Episcopado Venezolano. A continuación, tuvo lugar la reflexión por parte de Mons. Moronta, quien inició manifestando palabras de condolencia por el fallecimiento del Cardenal Claudio Hummes, quien fuese el primer presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía.
Seguidamente, el Obispo, manifestó que desde hace más de 500 años, la Iglesia Católica ha caminado y se ha plantado en Venezuela, consolidando paulatinamente su vocación evangelizadora “construyendo de esta manera la porción del Reino de Dios que se nos ha sido encomendada” y destacó que con el inicio de la Asamblea del Episcopado Venezolano y la II Asamblea Nacional de Pastoral, “vamos a tener una experiencia sinodal”, pues son una expresión de ser “compañeros de camino”. “Laicos y presbíteros, diáconos y religiosos, junto a los obispos, mostramos precisamente esa cualidad”.
El Primer Vicepresidente de la CEV enfatizó que “hay que tener mucho cuidado a la hora de hablar de la sinodalidad”, pues no es una manera de gobernanza de la Iglesia ni algo completamente novedoso; tampoco algo para un grupito de seleccionado o ilustrados, sino que todos como pueblo de Dios, debemos conjugar los verbos de “encontrarnos, escucharnos y discernir”; de lo contrario, se corre el riesgo de reducir la sinodalidad a meros eventos públicos con una simpática expresión de diálogos, reflexiones y proyectos.
Mons. Moronta culminó ofreciendo a Dios “nuestra disponibilidad y apertura de mente y corazón” que considera “requisitos irrenunciables de toda expresión sinodal”, y afirmó que “Él nos ha dado el ejemplo con su encarnación, ya que al introducirse en la historia humana como uno de nosotros, asumió nuestra peregrinación y la convirtió en camino de ‘novedad de vida’”.
Prensa CEV
04 de julio de 2022