Vaticano.- La visita tendrá lugar del 31 de enero al 4 de febrero e incluirá reuniones con autoridades políticas y religiosas. 75 años después del inicio de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, el país de Oriente Medio atraviesa una grave crisis social, política y económica.
Los numerosos aniversarios que unen al Líbano con la Santa Sede, así como la grave crisis social, económica y política que vive actualmente el país de los Cedros, serán los motivos de la visita que Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, realizará a la capital, Beirut, del 31 de enero al 4 de febrero. Un viaje que pretende expresar la preocupación y cercanía del Papa Francisco con el pueblo y la Iglesia libanesa en este momento de gran dificultad.
Un año de aniversarios
Este año se cumplen 75 años de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el Líbano y el 25º aniversario de la visita de San Juan Pablo II al país con motivo de la firma, el 10 de mayo de 1997, de la Exhortación Apostólica postsinodal “Una nueva esperanza para el Líbano”, fruto del Sínodo celebrado en Roma en 1995. El viaje apostólico de Benedicto XVI también se remonta a 2012, hace diez años. Asimismo, en esa ocasión se firmó en Beirut una exhortación apostólica postsinodal, Ecclesia in Medio Oriente, tras el Sínodo de los Obispos de 2010 para Oriente Medio.
El programa del viaje
Durante su estancia, Monseñor Gallagher se reunirá con autoridades del Estado, patriarcas y obispos católicos y ortodoxos, así como con líderes religiosos musulmanes y drusos, y personalidades del mundo de la cultura y la política. También visitará algunos lugares y comunidades significativos y participará en la apertura del simposio sobre «Juan Pablo II y el Líbano», organizado por la Universidad del Espíritu Santo de Kaslik.
La cercanía del Papa al Líbano
Monseñor Gallagher llevará el afecto y la cercanía del Papa a todos los libaneses. Francisco no deja de dirigir su pensamiento a esta tierra: ya el pasado 10 de enero, al reunirse con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, renovó su oración por el «querido pueblo libanés, atenazado por las garras de una crisis económica y política que se esfuerza por encontrar una solución», esperando que «las reformas necesarias y el apoyo de la comunidad internacional ayuden al país a mantenerse firme en su identidad como modelo de convivencia pacífica y de fraternidad entre las diversas religiones presentes». El 25 de noviembre del año pasado, al recibir al Primer Ministro del Líbano, Najib Mikati, en el Vaticano, dijo que el Líbano es «un mensaje, y también una promesa, por la que luchar» y añadió esta oración: «Señor Dios, toma al Líbano de la mano y dile: ¡Levántate!».
El 4 de agosto de 2021, al final de la audiencia general, recordando el aniversario de la terrible explosión que tuvo lugar en el puerto de Beirut, lanzó un nuevo y sentido llamamiento a la comunidad internacional, pidiéndoles que «ayuden al Líbano a hacer un camino de «resurrección», con gestos concretos, no sólo con palabras».
Finalmente, en la Jornada de Oración y Reflexión por el Líbano, celebrada en el Vaticano el 1 de julio de 2021, reiteró con contundencia: «¡Basta de intereses de unos pocos a costa de muchos! ¡Se acabaron las verdades partidistas que prevalecen sobre las esperanzas del pueblo! Basta de utilizar el Líbano y Oriente Medio para intereses y beneficios extranjeros. Debemos dar a los libaneses la oportunidad de ser protagonistas de un futuro mejor, en su propia tierra y sin interferencias indebidas». Y concluyó: «Hermanos y hermanas, que la noche del conflicto se desvanezca y surja un amanecer de esperanza. Que cesen los rencores, que desaparezcan los desacuerdos y que el Líbano vuelva a irradiar la luz de la paz.
Prensa CEV
Nota de prensa de Vatican News
28 de enero de 2022