El Papa Roncalli y los trabajos del Concilio

11
Oct
2022

Los técnicos de la Santa Sede organizaron un moderno sistema para que Juan XXIII pudiera seguir la asamblea en directo por televisión desde el estudio papal. «El Pontífice no creía que pudiera llegar tan lejos», dijo su ayudante de cámara, Guido Gusso, encargado de maniobrar las tomas. «La implementación del sistema no fue especialmente compleja», explica el entonces subdirector técnico de Radio Vaticano, Pier Vincenzo Giudici, al recordar la colaboración con la Philips

Vaticano. Hoy en día, las videollamadas y las reuniones online están al alcance de todos. Pero este no era el caso en 1962. Sin embargo, para la apertura del Concilio Vaticano II, los técnicos de la Santa Sede se las arreglaron para montar un moderno sistema que permitiera a Juan XXIII seguir los actos del Concilio en directo por vídeo sin salir de su apartamento.

«El Papa era muy curioso y se conectaba casi todos los días», dijo su ayudante de cámara, Guido Gusso, revelando a Telepace el trasfondo de un hecho hasta ahora desconocido por la mayoría. En la práctica, en el estudio del Papa Roncalli, había un televisor conectado a dos cámaras colocadas frente a las dos «alas» en las que se dividía el Aula Conciliar instalada en la nave central de la Basílica de San Pedro. Y eso no es todo. «Desde el estudio – subraya Gusso – podíamos mover las cámaras y hacer ‘zoom’ para ver quién hablaba en ese momento o la expresión de quien estaba en el Aula”.

La labor de Radio Vaticano

El ingeniero Pier Vincenzo Giudici, entonces subdirector técnico de Radio Vaticano, que se encargó del equipo de audio, nos cuenta los detalles del sistema. Un compromiso que llevó a la grabación integral de los trabajos conciliares – hoy de inestimable valor– pero también a la difusión de la señal in situ y fuera de ella, como parte de los programas y servicios producidos por la emisora pontificia.

«Radio Vaticano – explica el ingeniero – trabajó en apoyo del ingeniero Francesco Vacchini, el jefe de la Fábrica de San Pedro, que supervisó el proyecto y la construcción del Aula. Fue a él a quien se le pidió que llevara las señales de vídeo al apartamento papal, además de las señales de audio que ya proporcionábamos. Y, por supuesto, nos pusimos a disposición».

La instalación no fue especialmente compleja, según el ingeniero Giudici, que recuerda haber trabajado con la empresa ganadora del concurso, Philips, para el apoyo en la parte de audio. «La videovigilancia no era tan exigente desde el punto de vista cerebral cuanto físicamente», añade.

«Había que establecer dónde colocar las cámaras y por dónde pasar los cables, y de eso se encargaron los electricistas del Vaticano, que conocían bien todos los puntos clave del apartamento papal». También facilitaron la instalación los túneles que los técnicos de Radio Vaticano habían excavado bajo el suelo de la Basílica de San Pedro durante la larga fase preparatoria del Concilio. Una solución para facilitar cualquier tipo de conexión, que sigue siendo valiosa hoy en día y que también se utilizó en su momento para llevar la señal de vídeo hasta el punto de destino.

Juan XXIII «muy satisfecho”

«Juan XXIII estaba encantado con esta organización, no creía que pudiera llegar tan lejos», dice Gusso, señalando cómo este sistema permitía al Papa estar presente en los trabajos sin estar físicamente presente. «Se preocupó de dejar a los obispos la posibilidad de enfrentarse libremente», aunque el Pontífice bergamasco tenía sus puntos de referencia porque había algunos cardenales que no estaban en absoluto a favor del Concilio.

«Ya sabía hacia dónde apuntar la cámara: por ejemplo, hacia el cardenal Ottaviani o el cardenal Siri, que llegó a decir que ‘se necesitarán 500 años para reparar el desaguisado del Concilio'». Muchos miembros de la Curia Romana estaban especialmente preocupados por el gasto que supondría el camino conciliar. Al final, el Vaticano no pagó nada», señala Gusso, sin dar más detalles sobre los benefactores.

Prensa CEV
Nota de Vatican News
11 de octubre de 2022