Barinas.- Este martes 17 de noviembre de 2020, Monseñor Jesús Alfonso Guerrero Contreras, Obispo de Barinas, concelebró con algunos de los presbíteros de la diócesis, la solemne Misa Crismal, Eucaristía en la que se realiza la bendición de los óleos: el Santo Crisma, óleo de los catecúmenos y el óleo para la unción de los enfermos, además de agradecer a Dios el don del sacerdocio.
En su homilía, Monseñor Guerrero expresó que “los presbíteros, configurados en su ser con Cristo Cabeza, Pastor, Siervo y Esposo participan de su único sacerdocio y de su misión salvífica, como colaboradores de los obispo”, y añadió: “Todos somos hermanos por ser en la Iglesia hijos de Dios; los obispos, presbíteros y diáconos somos doblemente hermanos por la caridad pastoral, el ministerio y la fraternidad sacramental que Dios ha puesto en nosotros, mediante el sacramento del orden sagrado. Recordemos nuestra imposición de manos sobre los sacerdotes ordenados. Ella es símbolo de la comunión sacerdotal y señal del compromiso para fortalecer esa comunión”.
El prelado explicó que el tiempo de pandemia ha sido un tiempo de inquietud existencial pero también de vivencia espiritual: «Nos hemos sentido, como todos, débiles y desorientados. Hemos comprobado que a veces vivimos de falsas seguridades y que nos dejamos llevar más por criterios mundanos que por criterios evangélicos”.
El obispo diocesano también resaltó que “la situación venezolana nos ha impelido a dar respuesta a la pobreza agudizada. La pandemia ha sido un tiempo de penitencia y purificación» y que «la situación venezolana tiende a agravarse. Se habla de un 80% de nivel de pobreza. Los caminantes evidencian hasta donde hemos llegado. Muchas parroquias están intentando dar respuesta.”
“En estos momentos el Señor nos llama a convertirnos y a recomenzar. Nos llama a la comunión entre nosotros y al compromiso con nuestro sufrido pueblo. Nos llama a fortalecer las bases espirituales de nuestra vocación sacerdotal. Como a Pedro después de la resurrección ‘Ven y sígueme'», señaló Mons. GuerrerO.
Finalmente, se dirigió especialmente a los sacerdotes diciéndoles «tenemos el peligro de dejarnos arrastrar por el ambiente de desesperanza y de desánimo que reina a nuestro alrededor. De llegar a pensar que no hay nada que hacer y que basta sobrevivir. Como cristianos y como sacerdotes tenemos que ser mensajeros de esperanza. Tenemos que gritar como Jesús ‘no teman, soy yo'».
Prensa CEV
Nota de prensa Diócesis de Barinas
17 de noviembre de 2020