Caracas.- Los Obispos y sacerdotes de Venezuela se reunieron de manera online entre el 19 y 20 de enero de 2021, en el Encuentro Virtual Conjunto de Obispos y Sacerdotes, que culminó la mañana de hoy. Durante esta experiencia fraterna, los participantes tuvieron la oportunidad de compartir sus vivencias en tiempos de pandemia, desde la dimensión pastoral, la espiritual y la humana, especialmente desafiantes a causa del aislamiento social.
Mons. Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal y Primer Vicepresidente de la CEV, dio la bienvenida a los participantes, a la vez que brindó las orientaciones generales de la jornada del día, invitando a continuar en el ambiente de comunión y cercanía que reinó desde el inicio del encuentro. A continuación, Mons. José Luis Azuaje, Arzobispo de Maracaibo y Presidente de la CEV saludó a los participantes, invitándoles a mantener como norte tres aspectos claves: la misión evangelizadora, la vivencia de la fraternidad y la actitud de esperanza. Destacó la importancia de “animar los procesos de evangelización”, de “ahondar en la fraternidad”, entre presbíteros y obispos pero también entre sacerdotes, entre hermanos de ministerio; finalmente, invitó a mirar el futuro con alegría y con mucha responsabilidad, reconociendo que “el Señor nos ha llamado para esta misión, que implica Cruz pero también alegría y esperanza en el Señor”.
Unidad y optimismo
Tras las palabras de Mons. Azuaje, el Obispo de San Carlos, Mons. Polito Rodríguez, dirigió la oración inicial en la que resaltó el pasaje del evangelista Marcos sobre la hija de Jairo en Cafarnaún: “Todos en medio del alboroto pensaban que la niña estaba muerta, y solo estaba dormida”. Sobre ello, expresó que “Jesús invita a mantener la calma, a tener fe, a creer en él”, y que como dijo a aquella niña, “nos dice a cada uno de nosotros, como consagrados ‘a ti te lo digo, levántate’”. Añadió que si como sacerdotes se sienten “reanimados” como la hija de Jairo, será posible también reanimar las diócesis, las parroquias y comunidades de toda Venezuela.
Mons. Rodríguez señaló también en la oración que “como pastores y guías espirituales, nos hemos hecho uno con nuestras comunidades, para compartir las alegrías, las tristezas y las esperanzas de este pueblo que camina en tinieblas”, en medio de la crisis que vive el país, intensificada por la pandemia, y pidió a Dios “la gracia de seguir caminando en comunión”, para buscar siempre el bien común y poner por encima de todo “el bienestar de los más débiles”. “Que nosotros, obispos y sacerdotes, seamos uno como el Padre y el Hijo son uno”, exhortó.
Configurarse con Cristo
Desde la Diócesis de San Cristóbal, el Pbro. Edwin Contreras ofreció una meditación, luego de culminadas las palabras del Obispo de San Carlos. La reflexión del sacerdote Contreras se basó en el pasaje bíblico sobre el sacerdocio contenido en la Carta a los hebreos, capítulo 5, versículos del 1 al 10. Destacó que “esta pandemia nos ha hecho pensar, meditar, replantearnos pastoralmente y nos ha tocado de manera importante, profundizar en nuestra vocación”, y añadió que los sacerdotes, al igual que los fieles “estamos necesitados de caridad y de espiritualidad”.
Por ello, invitó a que para acompañar al pueblo, son fundamentales la consagración a Dios, recordando que “que Dios ha iniciado esta obra con nosotros y él mismo la llevará a término”, y la Configuración a Cristo, “que nos permite a actuar en su nombre, de manera especial en esta situación”. “El sacerdote asume en Cristo tres características: se presentó elegido, se ofreció solidario y se presentó como sacerdote que ofrece ruegos y súplicas”, explicó el Pbro. Contreras. “Esta es una vía que aumenta y perfecciona nuestra configuración a Cristo; ahora en medio esta pandemia y en medio de esta realidad del país, nos toca asumir las características de Cristo desde lo que él hizo en la vida terrenal, conscientes de su llamada, con la capacidad de ser solidarios y la posibilidad de hacer ruegos y súplicas por la humanidad”.
Confianza en el Señor
Culminada la meditación, fueron presentados los testimonios de los sacerdotes Germán Marín y Jesús Mora Calderón, provenientes de la Diócesis de El Vigía San Carlos del Zulia y la Diócesis de San Cristóbal respectivamente, quienes compartieron la experiencia que vivieron como pacientes de Covid-19.
El Pbro. Germán Marín, Vicario General de la Diócesis de El Vigía San Carlos del Zulia, indicó que en medio de la situación, “lo puso todo en manos de Dios”, esperando que se hiciera su voluntad. “Muchos se llenan de miedo, pero Dios invita a confiar en él. Traté de hacerlo, lo puse todo en sus manos”, afirmó. El sacerdote reflexionó que el superar la enfermedad, también trae consigo “el compromiso de volver a la vida; el triunfo de pasar el umbral de la muerte a la vida”. Pidió “cuidarse para cuidar”, como un gesto de caridad. “El dolor no es solamente del paciente, sino de la familia que espera afuera”.
Por su parte, el Pbro. Jesús Mora Calderón señaló que al presentar síntomas, se encomendó desde el primer momento a Jesús y pidió fortaleza y fe al Santo Cristo de la Grita para sobrellevar lo que acontecía. “Siempre le he hablado a los fieles acerca de la esperanza. Ahora era el momento de que yo la pusiera en práctica. Y puedo decirles que no la perdí. Me aferré más a la vida, a Dios». El sacerdote rezaba diariamente el santo rosario y hacía comunión espiritual. «Siempre me he confiado en las manos de la Santísima Virgen María y sé que ella estuvo a mi lado consolándome y secando mis lágrimas”, expresó el Pbro. Mora. «Este tiempo fue para mí un tiempo de reflexión sobre mi humanidad y espiritualidad. Dios me ha dado una nueva oportunidad de vida”, concluyó el sacerdote.
Discernimiento y fraternidad
Luego de escuchar ambos testimonios, Mons. José Trinidad Fernández, Obispo Auxiliar de Caracas y Secretario General de la CEV, dio apertura al espacio de diálogo abierto, en el que tuvieron lugar las intervenciones de los sacerdotes y obispos de las diferentes diócesis del país sobre sus propias experiencias. Culminado el espacio, Mons. Mario Moronta compartió la síntesis de lo conversado durante el encuentro de dos días, incluyendo las conclusiones generales y lo recogido de los diversos testimonios presentados por los participantes, en los que destacó el agradecimiento unánime por esta iniciativa de comunión y fraternidad puesto a que “es importante sentirnos acompañados, solidarios entre hermanos sacerdotes y obispos”, así como la oportunidad para compartir las vivencias “en un espacio seguro, de comprensión y guía espiritual”.
Al respecto de la pandemia, las conclusiones incluyen la dificultad por la imposibilidad de poder compartir, asistir y atender a las comunidades o grupos de manera cotidiana; “no estábamos preparados para afrontar esta situación ni formados para lidiar con estas condiciones”, sin embargo, también expresan que “ha sido tiempo de gracia para el encuentro personal y con Dios”, para “fortalecer el espíritu con oración, eucaristía y contemplación” y volverse “creativos” en la evangelización, aprovechando el mundo digital. También ha sido un tiempo de “compartir y comprender el sufrimiento de la gente, cercana o no”, practicando el ser una Iglesia en salida.
Servir con Esperanza
Cercano el final del encuentro, el Nuncio Apostólico de Venezuela, Mons. Aldo Giordano saludó a los presentes, afirmando que “en estos dos días hemos vivido las palabras que nos ha dado el Papa (…) fue como un retiro para mí, hemos rezado juntos, reflexionado sobre la Palabra de Dios e interpretado la crisis a la luz del Evangelio, a la luz de la muerte y la Resurrección de Cristo”. Afirmó que “fue un encuentro sobre la crisis (de la pandemia) pero la palabra más utilizada fue la esperanza”.
Agradeció a quienes compartieron sus testimonios de la enfermedad y subrayó la experiencia de comunión con la Iglesia universal. “La presencia de un nuncio en un país testimonia ser parte de una Iglesia universal, como lo fue recibir el mensaje del Papa Francisco; experimentamos la solidaridad de la Iglesia universal”. Finalmente, animó a “que creer en los gestos sencillos de amor”. “Dios utiliza nuestros gestos de amor. Somos siervos y sobre todo, somos siervos de los pobres”.
El Encuentro Virtual Conjunto de Obispos y Sacerdotes, culminó con las palabras de Mons. José Luis Azuaje, en las que felicitó a los participantes por la esperanza que se evidenciaba en sus intervenciones. “La forma y el estilo sacerdotal con el cual han hablado nos dicen mucho de esa visión optimista y de la fortaleza de la fe con la cual asumen hoy y asumirán conjuntamente con los obispos, los retos de un mañana incierto, de muchas precariedades, pero también de muchas oportunidades”, expresó el Obispo.
Les invitó también a vivir una espiritualidad sólida, con la cual sustentar su ministerio episcopal. “Caminar con los otros, recorrer las sendas de la Iglesia en la apertura y el reconocimiento de todos los miembros del pueblo de Dios, sin distinción”, les indicó. “Esa es nuestra vocación, el atraer y acompañar en un camino que es común y que todos debemos construir desde el discernimiento y la toma de decisiones”. Mons. Azuaje culminó sus palabras a los presentes en el encuentro virtual invitando a compartir con los hermanos en el ministerio lo vivido, y a “mantener siempre esa actitud amorosa a la Iglesia que nos ha dado todo, que se ha arriesgado a llamarnos para este servicio de amor”.
Prensa CEV
20 de enero de 2021