Cardenal Ouellet ¿Para qué sirve una «Teología fundamental del sacerdocio» en el contexto histórico actual

17
Feb
2022

Vaticano. «¿Para qué sirve una «Teología fundamental del sacerdocio» en el contexto histórico actual, dominado por el drama de los abusos sexuales perpetrados por clérigos? ¿No deberíamos más bien abstenernos de hablar del sacerdocio ahora que los pecados y crímenes de ministros indignos ocupan las primeras páginas de la prensa internacional, ya sea por traicionar su compromiso o por encubrir vergonzosamente a los culpables de tal depravación? ¿No deberíamos más bien guardar silencio, arrepentirnos y buscar las causas de tales fechorías?», se ha preguntado.

«Nos sentimos desgarrados y humillados por estas cuestiones cruciales, que nos interpelan diariamente como miembros de la Iglesia de Jesucristo», ha dicho ante el Papa Francisco, que asentía a sus palabras. «Esta es una buena oportunidad para expresar nuestro sincero pesar y pedir perdón a las víctimas, que tienen sus vidas destruidas por un comportamiento abusivo y criminal, que ha sido ocultado durante demasiado tiempo y tratado con ligereza, para proteger a la institución y a los autores, en lugar de a las víctimas», ha denunciado.

«Este congreso toma nota del clamor y de la cólera del pueblo de Dios; estamos aquí, por tanto, para unir nuestras voces a las de quienes claman por la verdad y la justicia, y para elevar nuestras oraciones a Dios para que nos conceda la gracia de responder adecuadamente a los desafíos que plantea la crisis sacerdotal de nuestro tiempo», ha añadido.

«Por eso, he considerado necesario organizar este congreso para hacer balance de los estudios sociológicos actuales y analizar las causas históricas, culturales e incluso teológicas que podrían descubrir la raíz de lo que el Papa Francisco llama «clericalismo». Este término describe abusos de poder, abusos espirituales, abusos de conciencia, de los cuales los abusos sexuales son sólo la punta del iceberg, visibles y perversos, que surgen de desviaciones más profundas que hay que identificar y desenmascarar», ha explicado.

Según el cardenal, «todavía no tenemos las herramientas para este ejercicio doloroso». Por eso, propone «prepararse mediante etapas de reflexión que reconstruyan, en primer lugar, el horizonte global del sacerdocio y las dimensiones complementarias de su mediación».

En su opinión, la raíz de los abusos es la «sobrevaloración» del papel de los sacerdotes respecto al del resto de los bautizados, que estalló como respuesta católica a la Reforma Protestante. «Se avaló una mentalidad clerical de poder y una actitud de excesivo control de los clérigos sobre toda la comunidad eclesial. La actual búsqueda sinodal despierta la esperanza de un nuevo equilibrio», ha reconocido el purpurado.

La propuesta es «que las relaciones concretas entre los diferentes miembros de la Iglesia se inscriban activamente en el marco de una eclesiología de comunión, con una implicación fundamental y multiforme (de todas las personas) que conduzca a una Iglesia sinodal». «Esto permite también retomar la cuestión del papel de la mujer en la Iglesia de una manera más abierta y más sensible a la dimensión carismática de la comunidad», ha apuntado.

El Papa Francisco ha intervenido con un largo discurso en el que ha descrito el perfil del sacerdocio que necesita la Iglesia del siglo XXI. El Pontífice no ha entrado en problemas específicos, sino que ha reflexionado sobre su experiencia personal. «No son teorías, hablo de lo que he vivido», ha asegurado. Ha recordado que el sacerdocio es una «relación significativa con Dios», y no «funcionalismo operativo». Ha pedido a los sacerdotes que tengan los pies sobre la tierra, «sin eludir lo que le ocurre a nuestra gente allí donde vive, sin la ansiedad que nos lleva a buscar una salida rápida y tranquilizadora, guiados por la ideología del momento o por una respuesta prefabricada».

«Muchas crisis sacerdotales tienen su origen en una pobre vida de oración, una falta de intimidad con el Señor, una reducción de la vida espiritual a una mera práctica religiosa», ha recordado. También ha mencionado la importancia de la amistad con otros sacerdotes, y ha alertado seriamente del «bullying sacerdotal».

«Me atrevería a decir que donde funciona la fraternidad sacerdotal y hay lazos de verdadera amistad, también es posible vivir la opción célibe con mayor serenidad», ha añadido. «El celibato es un don que la Iglesia latina atesora, pero es un don que, para ser vivido como santificación, requiere relaciones sanas, relaciones de verdadera estima y de verdadero bien que encuentran su raíz en Cristo. Sin amigos y sin oración, el celibato puede convertirse en una carga insoportable y en un contra-testimonio de la belleza misma del sacerdocio», ha subrayado el Papa.

El congreso se prolongará hasta el fin de semana. El sábado abordará la cuestión del celibato el teólogo español Emilio Justo, de la Universidad Pontificia de Salamanca. También hay intervenciones reservadas a mujeres, como la fundadora del movimiento «Nuovi Orizzonti» Chiara Amirante, que hablará sobre espíritu misionero; la religiosa Alexandra Diriart, que tratará «La complementariedad de los estados de vida», o la madre de familia Martha Olavarrieta sobre «La mujer y los ministerios en la Iglesia».

Prensa CEV
17 de febrero de 2022