ADN Celam. Cuando un par de experiencias se asemejan, corremos el riesgo de identificarlas, o peor aún, confundirlas, sin llegar a reconocer su interés particular. En estos meses, en algunas oportunidades, escuché gente que comentaba su desconcierto por no alcanzar a percibir con claridad la naturaleza propia de la Asamblea Eclesial Continental (Todos somos discípulos misioneros en salida) y del Sínodo de los obispos (Por una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión).
Unos cuantos modos de expresión coinciden en afirmar que “es repetir lo que ya se hizo”, es “volver a reunir a la gente para lo mismo”. Por eso es necesario intentar poner un poco de claridad en el planteo.
Ambos procesos (Asamblea Eclesial y Sínodo) están animados por el mismo Espíritu Santo y son parte de un modo de ser Iglesia Pueblo de Dios, que, con la centralidad de Jesucristo, anclada en su Palabra, quieren dar testimonio ante el mundo del amor del Padre.
También los procesos que estamos viviendo tienen un mismo sujeto comunitario: las Iglesias diocesanas, las conferencias episcopales, y otros organismos eclesiales, todos llamados a vivir en comunión y misión.
Algunas peculiaridades
Veamos las peculiaridades de cada propuesta:
En América Latina y el Caribe estamos en un proceso de Asamblea Eclesial, que fue convocada formalmente por el papa Francisco el 24 de enero de 2021. A partir de ese momento comenzó a desplegarse un itinerario participativo que comporta varias etapas.
El objetivo de este itinerario es discernir juntos, con las diversas vocaciones del Pueblo de Dios, los desafíos que debemos asumir en la evangelización del continente, teniendo como horizonte el 2031 en que se cumplen los quinientos años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego, y el Jubileo de la Redención en el 2033.
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Prensa CEV
Nota de prensa CELAM
11 de abril de 2022