Vaticano.- El Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, la CAL, intervino en la Asamblea Extraordinaria del CELAM, celebrada del 12 al 14 de julio de 2022 en Bogotá.
“Me llena de alegría el mirar que ahora el CELAM madura y da nuevos pasos al servicio de la Iglesia de América Latina y el Caribe, gozando de una nueva sede y de un gran horizonte de servicio, en momentos particularmente delicados en la historia regional y del mundo”. Son las palabras de Rodrigo Guerra, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, la CAL, durante la Asamblea General Extraordinaria del Episcopado latinoamericano y caribeño, que tiene lugar en Bogotá del 12 al 14 de julio de 2022.
En el evento, en el que también se efectuó la inauguración del nuevo complejo de la institución en la capital colombiana, Guerra explicó que “la maduración del CELAM, por supuesto, no descansa en sus nuevas instalaciones, en una cierta presencia mediática o en los apoyos económicos con los que cuenta”.
Como contrapunto, Guerra enfatizó que “la maduración radica principalmente en la propia conversión personal y pastoral, en la docilidad que tengamos a la gracia que irrumpe inmerecidamente, en la maduración de nuestra conciencia eclesial y de nuestra disponibilidad a vivir, aun heroicamente, un camino de seguimiento radical a Jesucristo”.
“La sinodalidad no es una moda organizacional”
Profundizando en su reflexión sobre la maduración, Guerra apuntó que “la sinodalidad supone conversión y comunión”.
“Si no me arriesgo a desprenderme de mis apegos y seguridades, de mis recelos y mezquindades, fácilmente pongo en riesgo no solo mi propio camino sino el proceso de reforma sinodal”, expresó.
El secretario de la CAL explicó que la sinodalidad puede encontrar obstáculos, “pero el más importante no es tal o cual estructura imperfecta, no es tal o cual persona incómoda, no es tal o cual problema eclesial o social. El principal problema soy yo cuando deseo colocarme en primer plano”. Prosiguió aseverando que, “dicho de otro modo: es mi corazón necesitado de conversión. El Papa Francisco, en su reciente discurso a la Pontificia Comisión para América Latina (26 de mayo 2022), con gran afecto nos ha invitado a ser conscientes que la sinodalidad tiene sus principales enemigos en nosotros mismos, por ejemplo, cuando no nos damos cuenta que apenas estamos comenzando y que todos requerimos de aprender”.
El Papa nos dice: “Como niños pequeños, damos pasos cortos y torpes. De repente, sentimos que nuestros pasitos sinodales son el ‘gran Kairós’, pero más pronto que tarde descubrimos nuestra pequeñez y descubrimos la necesidad de una mayor conversión”.
Luego, citó otros párrafos del videomensaje del Pontífice a la CAL con motivo de la Asamblea Plenaria, realizada en mayo; entre ellos, cuando el Sucesor de Pedro manifestó que “la sinodalidad no es una moda organizacional o un proyecto de reinvención humana del pueblo de Dios. Sinodalidad es la dimensión dinámica, la dimensión histórica de la comunión eclesial fundada por la comunión trinitaria.
Virgen de Guadalupe y comunión
El filósofo mexicano sostuvo que lo que nos indica el Papa (ndr: en alusión al videomensaje) “de algún modo también ya está recogido de manera misteriosa y sintética en la presencia providencial de Santa María de Guadalupe entre nosotros”.
Según Guerra, “el acontecimiento guadalupano, más allá de ciertos esteticismos y regionalismos que en ocasiones eclipsan su mensaje central, es un hecho fundante y comunional”. Guerra recordó que, desde 1531, dos pueblos que se encontraban en conflicto comenzaron un proceso de reconciliación social y mestizaje, de incorporación a una rica vida eclesial, desde el amplio patrimonio de las culturas prehispánicas e hispanolusitanas, y de génesis de una nueva síntesis cultural, “pluriforme, diversa y riquísima, que nos alcanza hasta hoy”, valoró el especialista.
El académico afirmó que en el mensaje guadalupano se encuentran, entre otras cosas, un camino de conversión personal y comunitaria; una mariología fuertemente cristocéntrica; un modelo de “evangelización perfectamente inculturada”; un gesto de amor preferencial por los últimos y más pequeños de la historia; la reivindicación que nos invita a tratarnos como hermanos y no como adversarios, y una protoexperiencia de comunión y sinodalidad activa, “en la que el fiel laico lleva la ‘buena noticia’ al obispo”.
“La renovación del CELAM, la creación de la CEAMA, el valiente caminar de la CLAR, el testimonio de los movimientos laicales y de las nuevas realidades que florecen en la Iglesia, y la reciente redefinición de la CAL, realizada por parte del Papa Francisco, se encuadran dentro dentro de este misterio mariano y eclesial, que es misterio de fidelidad y de renovación, de conversión sincera y de apertura evangelizadora hacia todos”, aseguró Guerra.
Hacia el final de su alocución, el Secretario Pontificio auguró “que la Virgen María de Guadalupe, ‘madre del verdaderísimo Dios por Quién se vive’, permita que en esta Asamblea extraordinaria, y en todo el caminar del CELAM hacia los jubileos de 2031 y 2033, exista una renovada pasión por vivir al estilo de Jesús, en comunión y sinodalidad permanentes, siguiendo las huellas del humilde san Juan Diego”.
Remarcando que “en la Pontificia Comisión para América Latina estamos a las órdenes”, Guerra dijo que “el Papa ha querido definir nuestra comisión como una diaconía eclesial y como un signo del afecto y de servicio pontificio por la región latinoamericana y caribeña, llamado a ayudar a una más plena comunión y a una más intensa sinodalidad”. “Quiera Dios que en este nuevo momento eclesial, todos podamos caminar juntos, aprender juntos y madurar juntos, como hermanos”, concluyó.
Prensa CEV
13 de julio de 2022