Vaticano.- Se propone un alto el fuego de 24 horas para garantizar el acceso a las vacunas, que siguen siendo escasas en los países en conflicto. El verdadero enemigo es el virus y no podemos ser enemigos entre nosotros.
Recuperarse de la pandemia, comprometerse a vacunar a los habitantes de los países más pobres, crear una economía verde y sostenible. Los temas del Día Internacional de la Paz, establecido por las Naciones Unidas cada 21 de septiembre, para este 2021 recuerdan muy de cerca las instancias y llamamientos realizados por el Papa Francisco, no sólo en los dos últimos años marcados por el Covid-19.
Compartir las vacunas con los países más pobres
«Recuperarse mejor para crear un mundo más equitativo y sostenible» es el título de la jornada. La pandemia, de hecho, ha afectado más a los grupos más desfavorecidos y marginados. Los datos facilitados por Naciones Unidas, actualizados hasta el pasado mes de abril, muestran que más de 100 países aún no han recibido ni una sola dosis de vacuna, frente a los cientos de millones que ya se han administrado en los países más desarrollados. De hecho, como recordó el Papa en un reciente videomensaje dirigido a la población de América Latina, «vacunarse es un acto de amor», pero también es un gesto esencial en la lucha global contra la pandemia. Por ello, durante la bendición urbi et orbi de la pasada Pascua, instó «a toda la comunidad internacional a asumir un compromiso compartido para superar los retrasos en su distribución y favorecer su compartición, especialmente con los países más pobres».
La ONU propone un alto el fuego de 24 horas
Las personas afectadas por los conflictos, según el sitio web de la ONU, son las más vulnerables debido a la falta de acceso a la atención sanitaria. Por ello, y para reforzar los ideales de paz, Naciones Unidas ha pedido un alto el fuego y la ausencia de violencia por 24 horas en todo el mundo, reiterando lo acordado por el Consejo de Seguridad el pasado mes de febrero, cuando los Estados miembros aprobaron por unanimidad una «tregua humanitaria duradera» para detener los conflictos y permitir el acceso a las vacunas.
No podemos ser enemigos unos de otros
El virus ataca a todos sin importarnos de dónde venimos ni en qué creemos. Al enfrentarnos a este enemigo común de la humanidad, debemos recordar que no somos el enemigo del otro. Para poder recuperarnos de la devastación de la pandemia, debemos hacer las paces entre nosotros.
«Nadie se salva solo», repitió varias veces el Papa, porque la pandemia ha demostrado que nos encontramos «todos frágiles y desorientados, pero al mismo tiempo importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de consuelo». (Oración por el fin de la pandemia en San Pedro el 27 de marzo de 2020).
Una economía verde y sostenible
Para ello es esencial también hacer las paces con la naturaleza, con esa creación que hay que proteger y que es el tema de la Encíclica Laudato si’. «Debemos hacer las paces con la naturaleza también. A pesar de las restricciones para viajar y los parones económicos, las negativas consecuencias del cambio climático no se han detenido. Necesitamos una economía mundial verde y sostenible que genere empleo, reduzca las emisiones y aumente la resiliencia a los impactos climáticos».
Prensa CEV
Nota de prensa de Vatican News
21 de septiembre de 2021