Bogotá.- Indignación y rechazo, ese es el sentimiento de Mons. Moisés Athisa Contreras, obispo de Arica, en la frontera norte de Chile ante la detención de 32 migrantes venezolanos a quienes se les ha abierto un proceso de deportación del país.
Dentención sin respetar los derechos fundamentales
La nota pública denuncia la confiscación de los documentos de los detenidos, teléfono celular y otras pertenencias, “impidiéndoles absolutamente tener comunicación con los familiares directos y un abogado que los pudiera representar”. Se trata de personas que tienen familia en la ciudad de Arica, a quienes se les han realizado “revisiones corporales indebidas”, algo que viola los derechos fundamentales.
Por eso, el obispo exige que “el Estado de Chile respete y proteja la dignidad e integridad física y psíquica de toda persona”, obedeciendo así la Constitución del país y las leyes internacionales. Se pide como Iglesia, respeto a las familias, en especial de los niños. Junto con eso se exigen garantías de derecho para los detenidos, “acceso a una representación jurídica que les permita hacer presente sus derechos y descargos de forma oportuna y eficaz”.
Acoger a las víctimas de la pobreza, hambruna y violencia
Mons. Athisa denuncia así mismo que no se están respetando los acuerdo de la Nueva Ley de Migraciones, publicada este 20 de abril. Al mismo tiempo recuerda la situación que se vive en Venezuela, “país fuertemente asolado por la pobreza, hambruna, violencia y vulneración de los derechos fundamentales”, destacando que “estamos ante uno de los mayores éxodos vividos en la historia de Sudamérica”. La nota defiende el “derecho de toda persona a vivir con dignidad y a buscar los medios para la subsistencia de forma lícita y legítima”, exhortando al Estado de Chile a buscar soluciones para esta grave situación.
Prensa CEV
Nota de prensa CELAM
26 de abril de 2021