La Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe quiere dar a conocer lo que en cada momento se va viviendo en este acontecimiento inédito e histórico. A las transmisiones en vivo de casi todo el programa se suma una rueda de prensa diaria, donde estarán presentes un obispo, un sacerdote, una religiosa y una laica o laico, de los que se encuentran presentes en Casa Lago, la sede de la Conferencia Episcopal Mexicana.
Representación de los diversos carismas y ministerios
En el primer día de trabajos, fueron el cardenal Odilo Scherer, arzobispo de São Paulo y vicepresidente primero del Celam, la hermana mexicana María Dolores Palencia, de la Comisión de Contenidos del Celam, el padre Leo Pérez, OMI, director de la colecta para América Latina de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, y la joven costarricense Ligia Elena Matamoros, del Equipo Latinoamericano y caribeño de Pastoral Juvenil
“Un momento que va en la dirección de la sinodalidad de la Iglesia, que el Papa Francisco está llamando a toda la Iglesia como camino para el Sínodo de 2023”. Así definía el cardenal Scherer la Asamblea Eclesial, que se lleva a cabo en una modalidad que es la primera que sucede en la historia, representando toda la ministerialidad del Pueblo de Dios, en comunión. El arzobispo de São Paulo destacó la importancia de la escucha en el proceso, para que se pueda hablar de la realidad y de la misión de la Iglesia en todo el continente. Todo ello en un camino abierto, en la expectativa de ver por “donde el Espíritu de Dios nos conduce”.
La mitad de los católicos en Estados Unidos son de descendencia hispana, algo que señalaba el padre Leo Pérez. Eso la hace “una Iglesia más rica de tradiciones y de lenguas, de religiosidad popular”, lo que debe llevar a una unidad entre la Iglesia estadounidense y la Iglesia de América Latina y del Caribe.
Crecimiento de lo sembrado en Aparecida
La hermana María Dolores Palencia lo vive como un momento de gracia, que ya vivió cuando participó de la Conferencia de Aparecida. Todo el proceso de la Asamblea en los últimos meses es “ese granito de mostaza que se sembró en Aparecida, que está creciendo como un árbol más frondoso”. Es una asamblea que “nos pone en una situación de apertura, de salida, de esperanza, de aventura”, llamando a dejarse llevar por el Espíritu para escuchar todo lo que las comunidades de América Latina y el Caribe han aportado, pero también para “escuchar esas realidades crucificadas de nuestro mundo”. También lo ve como “una oportunidad para retomar nuestro compromiso bautismal profundamente y traer una palabra de esperanza”.
“Un tiempo de gracia que a todos nos ha convocado, con un corazón abierto, lleno de alegría, lleno de esperanza”, vivido a lo largo de los últimos meses, afirmaba Ligia Elena Matamoros. La joven recordaba las palabras del Papa Francisco en las que dice que “si no queremos perdernos en un mar vacío de palabras, tenemos que mirar siempre el rostro de los jóvenes, de las mujeres y de los pobres”, insistiendo en que los jóvenes esperan que su voz sea escuchada y tenida en cuenta en este proceso.
Momento para escuchar y vivir la sinodalidad
Ante las preguntas de los periodistas fueron abordando diferentes cuestiones, como la división en la Iglesia, fruto de ideologías que nacen de opciones políticas, que no quieren dialogar. En ese sentido, el padre Leo Pérez ve la grandeza de esta Asamblea como momento para escuchar y vivir la sinodalidad. Se trata de encarar los desafíos actuales para evangelizar, según el cardenal Scherer, algo que pretende la Asamblea Eclesial. En sus palabras recordaba lo vivido en Aparecida, que reflexionaba sobre los diversos modos de encuentro con Dios que debe llevar a cabo la Iglesia.
La Pastoral Juvenil de América Latina ha querido impulsar el espacio y participación de los jóvenes en el proceso de la Asamblea, lo que les ha llenado de esperanza, pues sus anhelos aparecen en el Documento para el discernimiento. Pero también, ante la pregunta de los periodistas, Ligia Elena Matamoros, insistió en la necesidad de “ver a los jóvenes en los espacios donde se planean las cosas, donde se toman las decisiones”, pues ahí “están ausentes y son necesarios”. También ve como un motivo de esperanza para América Latina y el Caribe la diversidad de participantes, lo que lleva a abrir el corazón.
Aceptar que somos complementarios
Todos somos Iglesia, algo enfatizado por la hermana María Dolores Palencia, que ve necesario una misión que se lleve a cabo conforme a las nuevas situaciones y las nuevas realidades, hoy marcadas por la pandemia. La religiosa llamaba a hacer vida lo que va a ser vivido durante la Asamblea y a que todos participen del proceso, insistiendo una vez más en la importancia de la escucha. También destacaba la necesidad de no llevar ideas preconcebidas, de una conversión para entrar en lo desconocido. Junto con ello dialogar con lo diferente y con los diferentes, con la diversidad, aceptar que somos complementarios y que, aunque diferentes podemos caminar juntos.
Sobre el papel de la mujer, la religiosa mexicana afirmaba que de Aparecida para acá ha habido avances, “no todos los avances que quisiéramos, pero hay avances”. Uno de esos avances ha sido en el campo de la teología, donde la presencia femenina ha avanzado mucho. Ella pedía “escuchar la sabiduría de las mujeres del pueblo, sencilla”, que está en las bases, mujeres que han hecho el camino desde sus lugares. “Es un ritmo lento, pero vamos dando pasos y pasos de avanzada” en el papel de las mujeres, algo que se debe llevar a cabo en diálogo, en escucha, en Pueblo de Dios.
Continuar escuchando en todos los niveles
Al abordar los desafíos del proceso de escucha, Ligia Elena señalo que uno de ellos sería “garantizar que próximos procesos de escucha se escuchen muchas más voces, para que la reflexión, el proceso de discernimiento sea mucho más rico y nos permite encontrar mejores caminos”. El cardenal Scherer destacó el “continuar escuchando en todos los niveles”, y que se haga en todos los ámbitos de la Iglesia y de la sociedad civil.
María Dolores Palencia colocaba como desafío, “que esto no sea un punto de llegada, sino un punto de partida, y que esto sea una continuidad y que llegue a todo el Pueblo de Dios”, destacando la necesidad del diálogo y la escucha. No tener las respuestas hechas es otro desafío, según el padre Leo Pérez, algo que ve como tendencia del clericalismo, llamando a buscar responder desde el espíritu del momento.
Prensa CEV
Nota de prensa Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe
23 de noviembre de 2021