La intercesión maternal de María: 40 años del atentado a Juan Pablo II

13
May
2021

Caracas.- “Una mano materna” impidió que el entonces Papa Juan Pablo II perdiera la vida debido a un disparo de Ali Agca, terrorista turco, el 13 de mayo de 1981. Aquél día aconteció algo inesperado; un atentado contra la vida de un Papa que proclamaba la justicia y la paz, y la evidencia de la vulnerabilidad humana de una persona admirada por miles.

El atentado ocurrió en la Plaza San Pedro, alrededor de las 5:00 p.m., durante la audiencia general de aquél día. Juan Pablo II saludaba a la gran cantidad de personas allí reunidas, cuando irrumpió el sonido del disparo; ante la perplejidad de la multitud, Juan Pablo II se desplomó, herido en el abdomen, en los brazos de su secretario.

Lo sucedido en cuestión de segundos, no se comprende con la misma rapidez con la que ocurrió. Al instante, algunos lloran, otros empiezan a rezar, encomendándolo a la Virgen María, el día en que la Iglesia celebra a Nuestra Señora del Rosario de Fátima; y fue ella la razón por la que, según aseguró el propio Papa Juan Pablo II, él había sobrevivido. «Una mano disparó. Pero otra mano guió la bala», expresó en una oportunidad sobre el hecho.

Luego de recibir atención médica, Juan Pablo II inicia su recuperación de aquél disparo, y cuatro días después, a la hora del rezo del Regina Coeli, aún en la habitación del Hospital Gemelli donde se encontraba, manifestó su perdón hacia aquél que le había atacado, llamándole hermano. Tiempo después, el 27 de diciembre de 1983, el Sumo Pontífice visita públicamente en la cárcel a Ali Agca, el hombre que habría intentado asesinarle. Fue este un signo visible de fraternidad y misericordia, pues tal como lo expresaría el Papa en aquél entonces, “nos hemos reunido como hombres y como hermanos porque todos somos hermanos y todos los acontecimientos de nuestra vida deben confirmar esa hermandad que proviene del hecho de que Dios es nuestro Padre”.

Prensa CEV
13 de mayo de 2021