Jornada de estudio sobre la Constitución «Praedicate Evangelium»

17
May
2022

Vaticano.- Síntesis de la introducción del cardenal Pietro Parolin en el ámbito de la presentación de la nueva ley que se promulgó el pasado 19 de marzo sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia y al mundo. “Será la doctrina de los canonistas y teólogos la que deberá valorar los diversos aspectos que surjan de la redacción del documento, y será también la práctica la que los confirme o sugiera nuevas correcciones”, dijo

En el aula magna de la Pontificia Universidad lateranense se celebra, el 17 de mayo de 2022, una Jornada de estudio sobre la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium que se promulgó el pasado 19 de marzo sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia y al mundo. Tras el saludo del profesor Matteo Nacci, presidente del Institutum Utriusque Iuris – quien ilustró algunas notas históricas de la Curia Romana – introdujo los trabajos el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de Su Santidad.

En su amplia disertación, el secretario de Estado comenzó recordando que con la publicación de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium  se ha realizado uno de los principales objetivos que, desde el inicio de pontificado, se había propuesto el Papa Francisco quien, en diversas ocasiones señaló que con la reforma de la Curia Romana deseaba llevar a buen puerto una de las peticiones recurrentes de los cardenales durante las Congregaciones previas al Cónclave de 2013 que lo eligió para la Sede de Roma.

En efecto, en varias ocasiones, como audiencias y diversos encuentros, aunque oficialmente desde el 13 de abril de 2013, el Santo Padre había expresado su deseo de constituir un «Consejo de Cardenales» específico con la tarea de ayudarlo en el gobierno de la Iglesia y «estudiar un proyecto de revisión de la Constitución Apostólica Pastor Bonus sobre la Curia Romana”. Obra que se ha ido realizando gradualmente a lo largo de estos años.

“La Constitución Apostólica ‘Praedicate Evangelium’ es el instrumento que pretende armonizar los cambios en la Curia Romana que ya se han puesto en marcha y han sido operativos durante el presente pontificado” expresó el Sumo Pontífice

Completar el marco general de la reforma

Al explicar que la reforma prevista se ha aplicado progresivamente a lo largo de estos años, con la creación de nuevos organismos y con los inevitables ajustes posteriores, en instituciones «en rodaje» totalmente nuevas y llamadas a trabajar juntas, ahora, dijo el cardenal Parolin:

“La Praedicate Evangelium pretende sacar conclusiones de las experiencias y ajustes de los últimos años, implementando nuevos pasos, por otra parte, ya anunciados por el propio Pontífice, para completar el marco general de la deseada reforma”

De la Pastor Bonus a la Praedicate Evangelium

De este modo se repite la experiencia que se tuvo en tiempos de San Juan Pablo II: “Así como la Constitución Apostólica Pastor Bonus dio unidad de conjunto, en 1988, a los cambios realizados en la Curia desde 1979, ahora la Praedicate Evangelium recoge todas aquellas novedades realizadas hasta ahora por el Papa Francisco, siguiendo criterios que han sido explicitados por el mismo Papa en los últimos años”.

Principios inspiradores de la nueva Constitución Apostólica

Refiriéndose a los principios inspiradores de la nueva Constitución Apostólica el cardenal Parolin ilustró la perspectiva de continuidad con la norma anterior e hizo referencia a las cuestiones que conciernen más directamente a la Secretaría de Estado.

Principios para el servicio de la Curia Romana

En este punto de su intervención el secretario de Estado se refirió a los «principios y criterios para el servicio de la Curia Romana» de esta ley en la que se enuncian doce reglas de buena administración, que “sin duda tienen un valor general en la Iglesia”. También dijo que estas reglas “se presentan como factores que guiaron la reforma organizativa de las instituciones de la Curia, pero son sobre todo criterios orientadores que deben guiar y renovar toda su actividad de forma relevante. De hecho, apuntan a una renovación de la gestión indicando los procedimientos de aplicación”.

Instrumento al servicio del Colegio episcopal

Teniendo en cuenta que “esto representa un punto fijo”, el cardenal Parolin reafirmó que “la Curia está al servicio de quien es principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad de los obispos». Y dijo que su actividad está necesariamente al servicio de la misión de los obispos:

“Así como el papel de Pedro está al servicio de la misión de todo el episcopado, la tarea de la Curia romana, que es su instrumento, estará necesariamente al servicio del Colegio episcopal y del ministerio de cada uno de los obispos”

Se trata – explicó – de “un elemento fundamental que el Santo Padre ha subrayado desde el inicio de su pontificado, y representa una característica central de la nueva ley. Es decir, la institución y la actividad de la Curia Romana no pueden concebirse sólo como funcionales al ejercicio del poder primigenio en sentido estricto, ya que tal tarea debe incluirse en la dinámica colegial del gobierno pastoral de la Iglesia”.

Mecanismos de ayuda

El secretario de Estado recordó asimismo que en una entrevista publicada en La Civiltà Cattolica en septiembre de 2013, respondiendo a una pregunta sobre el papel de los dicasterios romanos, el Santo Padre afirmó claramente que «los dicasterios romanos están al servicio del Papa y de los obispos: deben ayudar tanto a las Iglesias particulares como a las Conferencias Episcopales. Son mecanismos de ayuda».

De manera que “toda la ley trata ahora de declinar concretamente este compromiso, indicando en cada caso y con referencia a las competencias de los respectivos órganos de la Curia cómo alcanzar este ambicioso objetivo de gobierno en comunión. De forma intencionadamente reiterada, en relación con los asuntos encomendados a los distintos dicasterios, se apela al diálogo permanente que debe darse entre las instituciones curiales, los obispos y las Conferencias Episcopales”.

Coordinación requerida

El cardenal Parolin se refirió al esfuerzo de coordinación requerido, a las diversas instituciones curiales y a la reducción del número de los dicasterios mediante la fusión de entidades autónomas precedentes que eran semejantes o complementarias. También abordó el tema de la colaboración entre los dicasterios que fe basa en la tradicional “paridad jurídica” y en la asignación de las respectivas competencias, explicando algunas modalidades.

Otro de los puntos importantes que trató el secretario de Estado es el relativo al ajuste de las “actitudes personales” entre los «principios y criterios para el servicio de la Curia Romana» que propone la Sección Segunda de la nueva ley, y que se refiere a las personas.

“En muchas ocasiones, a medida que avanzaba el proceso de reformas organizativas de la Curia, el Papa Francisco manifestó la importancia primordial que tiene la renovación de las personas sobre la puramente organizativa e institucional”

Reforma efectiva si se aplica con hombres «renovados”

De hecho – recordó el purpurado – en diciembre de 2016, en su felicitación navideña, advirtió que «la reforma será efectiva única y exclusivamente si se aplica con hombres «renovados» y no simplemente con hombres «nuevos». No basta con contentarse con el cambio de personal», continuó el Papa, «sino que es necesario llevar a los miembros de la Curia a renovarse espiritual, humana y profesionalmente. La reforma de la Curia no se hace de ninguna manera – concluyó – con el cambio de personas, sino con la conversión en personas”.

“Sin un cambio de mentalidad, el esfuerzo funcional sería en vano”

Asimismo, se detuvo en los argumentos referentes lo indispensable que resulta para el buen funcionamiento de la Curia Romana que el personal que trabaja en ella esté cualificado y tenga la profesionalidad y competencia necesarias. “Aunque son cualidades que se perfeccionan con el tiempo, deben estar presentes desde el principio. Por esta razón, dijo, “varias disposiciones de la nueva Constitución se hacen eco de la necesidad de fomentar el crecimiento personal y profesional del personal previendo su formación continua”.

“Sin embargo, lo que se necesita sobre todo para una auténtica adaptación de las personas a las necesidades cambiantes de la Curia Romana se refiere al nivel espiritual”

Comunicaciones oficiales de la Santa Sede

Por último, el cardenal Parolin subrayó, como novedad, la nueva relación establecida desde hace algunos años con respecto a las comunicaciones oficiales de la Santa Sede. Y destacó la reorganización del Dicasterio para la Comunicación que, junto con varias instituciones tradicionalmente vinculadas a la Secretaría de Estado, como L’Osservatore Romano, Radio Vaticano, etc., y la incorporación de la Oficina de Prensa, a través de la cual se hacen públicas las comunicaciones oficiales relativas a los actos del Sumo Pontífice y a las actividades de la Santa Sede.

De la nueva disciplina de la Praedicate Evangelium, añadió que prevé además que la publicación de los documentos de la Santa Sede a través del Boletín oficial Acta Apostolicae Sedis queda reservada a la Sección para los Asuntos Generales; mientras, esta Sección se sirve del Dicasterio para la Comunicación en lo que respecta a las comunicaciones oficiales relativas tanto a los actos del Papa como a la actividad de la Santa Sede, previendo en este ámbito precisas «indicaciones» que el Dicasterio debe ejecutar.

Y al concluir su presentación en que ofreció una consideración global, tratando de destacar las principales novedades del texto promulgado, el cardenal Parolin dijo que será la doctrina de los canonistas y teólogos la que deberá valorar los diversos aspectos que surjan de la redacción del documento, y será también la práctica la que los confirme o sugiera nuevas correcciones, que, por otra parte, sólo pueden ser continuas en la organización de la Curia Romana, según el constante cambio de la sociedad eclesial, y la necesidad de que estas normas se adapten a ella.

Prensa CEV
Nota de prensa de Vatican News
17 de mayo de 2022