Gran emoción y asombro acompañaron los momentos de la inauguración, en la Plaza de San Pedro, del pesebre de la región peruana de Huancavelica y el encendido del pino de los bosques de Andalo, en la región del Trentino.
Vaticano. El asombro, no solo de los más pequeños, y el resplandor de las luces que rompen la oscuridad de la Plaza de San Pedro acompañaron la inauguración del pesebre y el árbol de Navidad en el Vaticano. La ceremonia, que se llevó a cabo en el Aula Pablo VI debido a la lluvia, se abrió entre las notas del himno del Estado Vaticano, interpretado por la Banda del Cuerpo de Gendarmería y de Perú, que este año celebra el Bicentenario de la Independencia.
Al presentar la ceremonia, el arzobispo Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, recordó que el árbol y el pesebre son signos importantes en este tiempo de Adviento: «Es como alumbrar el camino para el Señor que viene». A continuación, subrayó que los habitantes de dos cadenas montañosas, los Dolomitas y los Andes, se unen para rendir homenaje al Niño Jesús.
La música marcó cada momento de la velada con la proyección de un video: Canciones navideñas, cantadas por los monaguillos la región peruana de Huancavelica de donde proviene el pesebre. “Querido Papa Francisco – dice al principio un niño vestido con ropas tradicionales – ofrecemos un canto para el Niño Jesús”.
El obispo de la diócesis de Huancavelica, monseñor Carlos Salcedo Ojeda, expresó la esperanza de que la humanidad avance en la fraternidad y la amistad social. Rezó, en particular, por nuestra casa común afectada por el cambio climático y para que los niños crezcan en estatura y en la gracia de Dios. Luego se mostró otro video y volvieron a sonar notas relacionadas con la vida de los pueblos de los Andes, como el himno procesional “Janacc pachap cussicuinin” compuesto, en 1631, por el sacerdote Juan Pérez Bocanegra para las fiestas dedicadas a la Virgen María. Esta es la primera obra polifónica representada en el «Nuevo Mundo». Los textos están escritos en lengua quechua.
El Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Perú, Oscar Maúrtua de Romaña, recordó que este año el pueblo peruano conmemora su historia comunitaria reconociendo los desafíos que le esperan al país para ser más próspero, sostenible y justo.»El Perú cristiano -afirmó emocionado- está representado aquí, en medio de la ‘columnata’ de Bernini, con un pesebre proveniente de Huancavelica». En este pesebre se puede ver todo el mundo simbólico y sensorial de esta región. «Hoy en la Plaza de San Pedro – subrayó el ministro – vemos un pedazo de la humanidad de Huancavelica». Y se ve la esperanza de un país, el Perú, que busca reafirmar su alma cristiana. Por su parte, el gobernador de la región de Huancavelica, Maciste Alejandro Díaz Abad, recordó que el pesebre está compuesto por 35 figuras. Los artesanos de Huancavelica se inspiraron en la cultura Chopcca. Las palabras del ministro y del gobernador precedieron a la proyección de un tercer video con el templo inca de Huaytará de fondo. Niños de diferentes pueblos (en su mayoría de Huancavelica) cantaron un villancico en idioma quechua dentro del sitio arqueológico de Inka Wasi y afuera del templo Inca del siglo XV.
Inauguración del Pesebre
El villancico, con el templo inca de Huaytará de fondo y cantado por los niños, precedió a uno de los dos momentos centrales de la velada. Desde el Aula Pablo VI el escenario se trasladó a la Plaza de San Pedro, donde finalmente fue develado el pesebre de Huancavelica. Jesús tiene la apariencia de un niño «Hilipuska», llamado así porque está envuelto en una manta típica de Huancavelica y lleva atado un «chumpi», un cinturón trenzado. Los Reyes Magos tienen alforjas o sacos que contienen alimentos característicos de Huancavelica, como papa, quinua, kiwicha, cañihua. Los acompañan unos lamas que llevan una bandera peruana en el lomo. El nacimiento del Salvador es anunciado por un niño ángel, que toca el típico instrumento de viento llamado Wajrapuco. En el belén también se encuentran estatuas de varios animales pertenecientes a la fauna local: alpacas, vicuñas, ovejas, vizcachas, parihuanas y el cóndor andino, símbolo nacional del Perú.
De los Andes a los Dolomitas
Después de la inauguración del Pesebre, la Banda de Música del Cuerpo de Gendarmería interpretó el himno italiano y se proyectó un video con bellos paisajes de la región de Trento y sus alrededores: montañas nevadas, picos soleados y pueblos que se extienden alrededor de campanarios. El arzobispo Lauro Tisi de Trento destacó que Jesús, la luz del mundo, nos muestra los criterios con los cuales pensar en el Señor: un Dios que considera el servicio como algo perfectamente digno, un Dios que reemplaza el dar por el recibir. El servir, el amar y el dar, dijo el prelado, no es un compromiso sino la única posibilidad de disfrutar la vida. El alcalde de Andalo, Alberto Perli, destacó que el abeto procede de un bosque alpino sostenible que crece y se regenera cada año. Inmerso en el bosque y la meseta verde entre los Dolomitas del Brenta y Paganella, Andalo se incluye en los municipios pertenecientes al Parque Natural Adamello Brenta.
Iluminación del árbol
Otra escena sugestiva, en pleno centro de la Plaza de San Pedro, llamó la atención de todos: la iluminación del majestuoso pino de unos 28 metros de altura colocado junto al pesebre. La hermana Raffaella Petrini, secretaria de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, finalmente dijo que el pesebre y el árbol, en un momento todavía sacudido por la pandemia, nos invitan a contemplar, como también señala el Papa Francisco, la Natividad de Jesús y “para ponernos espiritualmente en el camino atraídos por la humildad de Aquel que se hizo hombre para encontrarse con cada hombre”. La ceremonia finalizó con la canción italiana natalicia, «Tu scendi dalle stelle”, interpretada por la Banda del Cuerpo de Gendarmería.
Prensa CEV
Nota de Vatican News
10 de diciembre de 2021