Caracas.- El 23 de octubre de 1975, se realizó la primera exhumación del Dr. José Gregorio Hernández, en la que sus restos fueron trasladados desde el Cementerio General del Sur, hasta la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria en la Arquidiócesis de Caracas. Hoy, a 45 años de este acontecimiento histórico y a tres días de una nueva exhumación ante la cercanía de su ceremonia de beatificación, compartimos una explicación sintetizada de lo que implica el procedimiento de exhumación de restos, dentro del proceso de beatificación.
La exhumación se trata de la extracción de los restos de un cadáver del lugar donde fue enterrado inicialmente. Es un requisito previo a toda ceremonia de beatificación, que por lo general se realiza poco tiempo antes de llevarse a cabo la misma; sin embargo, en ocasiones se efectúa con anterioridad para ser identificado por el Obispo local, o bien por la necesidad de trasladar los restos de un lugar a otro.
En una exhumación, participan médicos patólogos, especialistas y fiscales jurídicos de la Iglesia, como testigos de la presencia real de restos humanos. La finalidad de este proceso es verificar la condición de los restos del nombrado beato, en primera instancia, para garantizar la prolongada conservación de su cuerpo, responsabilidad histórica para permitir la devoción, veneración y custodia de sus reliquias por las futuras generaciones. A su vez, es necesario para recoger las reliquias de primer grado (osamenta) y segundo grado (vestimentas), que serán distribuidas en las diferentes diócesis del país; las que serán enviadas a la Santa Sede y las que se enviarán a los países en los que se instauren santuarios con el nombre del beato.
De acuerdo con referencias históricas, la primera exhumación de los restos del Dr. José Gregorio Hernández se realizó el 23 de octubre de 1975, habiendo iniciado ya su causa de beatificación. La razón para el traslado de sus restos, se resume en la multitudinaria cantidad de personas que, la gran devoción que suscitaba el Médico de los Pobres, visitaban su tumba frecuentemente, siendo necesario incluso un velador para mantener el orden y el cuidado. En una oportunidad, la numerosa cantidad de velas ocasionó un gran incendio que redujo la lápida a cenizas.
Ante esta realidad, se vio la necesidad de resguardar los restos en un lugar donde se custodiaran con mayor cuidado para su preservación, por lo que se trasladaron desde el Cementerio General del Sur hasta la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria, en la Arquidiócesis de Caracas, lugar donde se encuentran actualmente y en el que se llevará a cabo nuevamente el proceso de exhumación el lunes 26 de octubre de 2020, cuando se cumplen 156 años de su natalicio; esta vez, en ocasión a la proximidad de la ceremonia de beatificación, planteada para el primer trimestre del año 2021.
Prensa CEV
23 de octubre de 2020