Documento para el Discernimiento de la Asamblea Eclesial: dejarse interpelar por los signos de los tiempos

18
Nov
2021

El Documento para el Discernimiento de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, fruto de una escucha en la que de diferentes modos han sido oídas unas 70 mil personas, es un instrumento que ayuda a descubrir los signos de nuestro tiempo, de una realidad que posibilita descubrir la presencia de Dios en la historia.

Escuchar para hallar la voz de Dios

Se trata, a través de la escucha, de hallar la voluntad de Dios, de discernir los signos de los tiempos y atender los gritos y esperanzas de los pobres, de nuestra hermana madre tierra, y de todo el Pueblo de Dios, sin excluir a nadie. Así, la Iglesia latinoamericana y caribeña ha ido evidenciando “muchos signos de consecuencias diversas’, de los que algunos se analizan en el Documento, afirmando que “exigen de nosotros una mirada atenta y orante que movilice a la Iglesia hacia un camino de renovada conversión y misión”.

La pandemia del Covid-19 es vista como un hito del cambio de época, provocando “un aumento en los niveles de pobreza sin precedentes en las últimas décadas e impacta fuertemente en la desigualdad y el empleo”, en especial en América Latina. Eso se tradujo en muertes evitables por la precariedad del sistema de salud, aumento de la violencia doméstica, incremento de autoritarismo a nivel político, incremento del aislamiento, también en la vida eclesial, aumento de la comunicación digital, algo no al alcance de todos.

Mayor compromiso

Pero la pandemia también ha aumentado el compromiso de muchas comunidades con los más pobres y con los familiares de las víctimas. En la Síntesis Narrativa se recoge que “hemos aprendido a valorar más la familia, los amigos y a distinguir lo que es realmente esencial y necesario en nuestras vidas”.

También ha sido momento para reflexionar sobre el cuidado de la casa común, especialmente en una región con una de las mayores biodiversidades del planeta. Son muchas las amenazas, como proyectos mineros, hidroeléctricas, y otras realidades, realizadas sin consultas previas. Por eso, se pide que la Iglesia acompañe a las comunidades, que sea una Iglesia profética que denuncie las injusticias, las violaciones de los derechos humanos y las prácticas ecológicamente irresponsables y violentas hacia la madre tierra. Una realidad especialmente presente en la Amazonía donde se hace necesario acompañar a los pueblos originarios.

Motivos de esperança

Pero también hay motivos de esperanza, que nacen del compromiso personal para el cuidado, pero también de comunidades eclesiales, inclusive en el ámbito ecuménico. Por ello se insiste en la conversión ecológica, en la ecología integral, en reflexionar sobre el consumo desenfrenado y un estilo de vida sin mayor responsabilidad ecológica.

La sociedad de América Latina y el Caribe vive marcada por la violencia contra las mujeres, por el aumento de la pobreza, que aumenta la criminalidad, narcotráfico y muerte, siendo criticado “que a nuestra Iglesia le cueste acercarse al otro…”, así como otras actitudes eclesiales que deben ser superadas. Pero al mismo tiempo, en el proceso de escucha, se reconoce la presencia eclesial en realidades marginales. Por todo ello se pide promover la cultura de la paz.

Promoción de la democracia y de los derechos humanos

Desde un llamado a servir a la humanidad, la Iglesia tiene que ser promotora de la democracia, todavía más en “esta lamentable crisis ética de las instituciones políticas y de gobierno”, que pide hacer realidad la rehabilitación de la política a la que nos ha convocado el Papa Francisco. Lo mismo en relación con los derechos humanos. De ahí la importancia de las formas de articulación y redes que van apareciendo para fomentar las reivindicaciones sociales y el derecho a la participación.

En el campo de la educación se insiste en su valor como factor de pensamiento crítico y de transformación social. Ante la brecha educativa, la Iglesia es desafiada al compromiso por una educación de calidad, sobre todo con los más pobres. Eso se concreta en el Pacto Educativo Global, un empeño del Papa Francisco, que busca una educación pensada más allá de la escuela. Para ello, una propuesta es la educación popular, basada en la reflexión y el diálogo.

Prensa CEV
Nota de prensa de CELAM
18 de noviembre de 2021