Discriminación y desigualdades entre los trabajadores migrantes

07
Abr
2022

Vaticano.- Publicamos el boletín mensual de la sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral. El número de marzo está dedicado a las iniciativas positivas y las buenas prácticas encaminadas a prevenir y resolver las desigualdades en el acceso de los inmigrantes al mercado laboral en muchos países.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) elaboró dos Convenios pertinentes (elnúm. 97, en 1949, y el núm. 143, en 1975) con el fin de combatir la discriminación ypromover la igualdad de trato y de oportunidades para los trabajadores migrantes. Sinembargo, numerosos países todavía no han ratificado dichos acuerdos, traduciéndoseen una desigualdad en el acceso al mercado laboral por parte de los trabajadoresmigrantes y diferencias en las normas que se aplican a los trabajadores locales y a losmigrantes.

A este respecto, la OIT publicó un informe en el que se analizan las dificultades a las que se enfrentan los migrantes cuando se trata de percibir un salario equivalente al de los trabajadores nacionales. Examina también la discriminación de género que afecta a las mujeres migrantes y las dificultades que éstas experimentan a la hora de acceder a puestos de trabajo que se correspondan con sus niveles de cualificación y estudios realizados. Además, una situación migratoria irregular expone a los migrantes a la discriminación, a la explotación y a condiciones de trabajo y de vida abusivas y, en algunos casos, a la pérdida de la vida.

La crisis generada por la pandemia del COVID no sólo puso de manifiesto las desigualdades estructurales que existen en el sector laboral, sino que incluso contribuyó a exacerbar la brecha entre los trabajadores locales y los migrantes. Estos últimos han sido víctimas de desigualdades sociales, como por ejemplo, las dificultades experimentadas para obtener una indemnización por enfermedad, y los empleadores a menudo optan por proteger a los trabajadores locales en detrimento de los extranjeros.

La Sección Migrantes y Refugiados reconoce la necesidad de establecer y consolidar marcos para una gestión eficaz de la migración laboral. Este Boletín ofrece algunos ejemplos de iniciativas positivas y buenas prácticas encaminadas a prevenir la discriminación y abordar las desigualdades a las que se enfrentan los trabajadores migrantes.

La postura adoptada por la Santa Sede

En su vídeomensaje con motivo de la 109a Reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, el Papa Francisco destacó que la filosofía del rechazo ha contribuido a situar al margen del mercado laboral a quienes trabajan en el sector informal, es decir, a los trabajadores migrantes y refugiados. Estos “realizan lo que se suele denominar el ‘trabajo de las tres dimensiones’: peligroso, sucio y degradante”, dijo. En particular, “muchos migrantes y trabajadores vulnerables junto con sus familias, normalmente quedan excluidos del acceso a programas nacionales de promoción de la salud, prevención de enfermedades, tratamiento y atención, así como de los planes de protección financiera y de los servicios psicosociales”.

Con motivo de su mensaje con ocasión del 70o aniversario de la Organización Internacional para las Migraciones, el Papa Francisco señaló que durante los períodos de confinamiento impuestos por la pandemia del COVID-19 “muchos de los trabajadores ‘esenciales’ eran migrantes, pero no se les concedieron los beneficios de los programas de ayuda económica de COVID ni el acceso a la atención sanitaria básica o a las vacunas de COVID”. También aprovechó la oportunidad para hacer algunas observaciones. En particular, el Santo Padre destacó la “urgente necesidad de encontrar salidas dignas a las situaciones irregulares” y las repercusiones personales que se esconden tras la negación de los derechos sociales. En ese sentido, dijo: “la familia migrante es un componente crucial de las comunidades de nuestro mundo globalizado, pero en demasiados países se niega a los trabajadores migrantes los beneficios y la estabilidad de la vida familiar debido a impedimentos legales”.

En los 20 Puntos de Acción para los Pactos Globales, la Sección Migrantes y Refugiados (M&R) presenta una serie de respuestas tangibles que la Iglesia aporta para satisfacer las necesidades de los migrantes y refugiados, en la perspectiva de un diálogo constante con la comunidad internacional para la implementación de los objetivos del Pacto Global sobre Migraciones. En particular, en el punto n. 5, la Sección anima a los Estados a “promulgar leyes que prohíban a los empleadores confiscar los pasaportes y otros documentos de identidad de sus empleados”, así como a garantizar el acceso de los migrantes a la justicia, para denunciar los abusos contra los derechos humanos. No menos importante es la invitación que se hace a los Estados a “adoptar leyes nacionales relativas al salario mínimo que exijan el pago regular de los sueldos, al menos una vez al mes”. Además, en el punto núm. 12 se lee: “Animar a los Estados a adoptar una legislación que permita el reconocimiento, la transferencia y el ulterior desarrollo de las capacidades de todos los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados que residen en el país de acogida”.

El Arzobispo, Mons. Bernardito Auza, Nuncio Apostólico y ex Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, emitió una declaración (EN) durante el 74o período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Promoción de la Mujer (2019). En dicha ocasión, señaló los motivos de preocupación de la Santa Sede en relación con la violencia y la discriminación que padecen en la actualidad las mujeres migrantes, en particular, las trabajadoras migrantes que “soportan situaciones de exclusión, maltrato y violencia, ya que con frecuencia no están en condiciones de poder defender sus derechos”. Por lo tanto, Mons. Auza pidió que se adoptaran “medidas específicas para proteger y ayudar a las trabajadoras migrantes y reconocer su valiosa aportación a la sociedad”.

Buenas prácticas de los agentes católicos

Coincidiendo con el Mes del Trabajo 2021, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), lanzó la campaña #DerechosLaboralesParaTodasYTodos, una iniciativa que pretende explicar, a través de vídeos sencillos y didácticos, los derechos básicos que un trabajador debe conocer para trabajar serenamente en Chile. La campaña se dirige a migrantes y refugiados que trabajan por cuenta ajena y su objetivo es que tengan un mayor conocimiento de sus derechos laborales y de la legislación en Chile, para evitar así que se violen sus derechos en su lugar de trabajo. El SJM produjo un total de cuatro vídeos, de aproximadamente un minuto de duración cada uno, en los que se abordan las siguientes cuestiones: los derechos fundamentales de las personas, la jornada laboral y el derecho al descanso, el sistema previsional y, por último, cómo se articula correctamente el término de “relación laboral”. La iniciativa ha sido posible gracias a la colaboración de la Fundación Colunga.

La Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor instituyó el Programa de ayuda a los trabajadores migrantes (EN) en Phuket, Tailandia. Gracias a esta iniciativa, los trabajadores migrantes reciben asistencia, apoyo, asesoramiento y, en última instancia, una instrucción. En particular, existe la apremiante necesidad de que las personas que residen en los campamentos de trabajadores migrantes, que se encuentran en la zona rural de Phuket, puedan acceder a los servicios médicos. Actualmente, muchas de estas personas se ven obligadas a pagar de su bolsillo servicios de salud que normalmente estarían cubiertos por el seguro de indemnización laboral o por la ley de inmigración. Para superar este problema, la Congregación del Buen Pastor construyó una unidad móvil de salud que presta servicios médicos programados regularmente, además de hacer frente a emergencias específicas. Así mismo, las Hermanas del Buen Pastor ofrecen una atención segura y una orientación jurídica a jóvenes mujeres migrantes e indigentes, con el objetivo de guiarlas antes y después del parto, para evitar, mediante una asistencia jurídica, una adecuada formación y servicios de traducción, que no se registren los nacimientos y que los niños estén indocumentados.

El Hope Workers’ Centre (EN) de la Sociedad Misionera de San Columbano se esfuerza por reforzar su apoyo a los trabajadores migrantes en Taiwán. Los programas de incidencia se desarrollan en dos frentes, respectivamente, influir en la política nacional de Taiwán y proporcionar asesoramiento jurídico a cada trabajador migrante que busca su ayuda. Al mismo tiempo, el Hope Workers’ Centre proporciona una formación a los migrantes para que puedan adquirir las habilidades y los conocimientos necesarios para combatir la injusticia por sí mismos. Para ello, han elaborado un plan de estudios mediante el cual forman a los trabajadores migrantes acerca de sus derechos y los preparan para afrontar la vida de cada día. Este plan de estudios consta de clases, grupos y medios de comunicación.

Reflexiones y declaraciones desde primera línea

El Consejo de Iglesias de Sudáfrica (SACC, por su acrónimo en inglés), que incluye a la Conferencia Episcopal Católica del África Meridional (SACBC, por su acrónimo en inglés), ha hecho un llamamiento en favor de un diálogo nacional para responder al problema de las tendencias xenófobas hacia los ciudadanos extranjeros que trabajan en Sudáfrica. El 20 de enero de 2022, los miembros del SACC emitieron una declaración (EN), a raíz de los incidentes xenófobos que asolaron el país. Según el Consejo, ha habido una inquietud y un malestar constantes debido a la presencia de extranjeros que “roban trabajos” destinados a la población local. Por lo tanto, el obispo Malusi Mpumlwana, Secretario General del Consejo de Iglesias de Sudáfrica, anunció el inicio de un Indaba (diálogo) nacional del SACC (EN) “para incluir a todas las partes interesadas de este sector, incluidos los órganos representativos de los ciudadanos extranjeros; para que todos puedan examinar las diversas cuestiones relativas a los nacionales extranjeros que residen en el país”. Dichos encuentros se celebrarán con varias organizaciones, también aquellas integradas por ciudadanos extranjeros, y departamentos gubernamentales, culminando en un foro, donde “no se acallará ninguna voz”.

En Hong Kong, son cada vez más los trabajadores domésticos extranjeros que han sido despedidos por sus empleadores, se han quedado sin hogar o incluso no han recibido los cuidados necesarios tras presentar un resultado positivo de la prueba de COVID-19.

“Tratémosles con dignidad y respeto. El COVID-19 da miedo, pero lo que da más miedo es nuestra actitud de indiferencia hacia las personas necesitadas”, afirmó el Padre Jay Flandez (EN), capellán de los filipinos. El Padre Rodolfo Jacobe, un misionero oblato que trabaja en MercyHK, también declaró (EN): “Estamos haciendo un llamamiento a los empleadores para que no despidan a su personal doméstico, no sólo por razones humanitarias, sino también por el servicio que estos prestan a sus empleadores, sobre todo a aquellos que ya se les trataba como a uno más de la familia”. La organización caritativa MercyHK ha ayudado a encontrar alojamiento a aquellos trabajadores domésticos extranjeros que han sido despedidos o a quienes se les ha pedido que abandonen las casas de sus empleadores tras dar positivo en la prueba de COVID-19.

En su mensaje (EN) para la fiesta de San José Obrero 2021, el obispo de Parramatta Vincent Long van Nguyen OFM (Conv), reflexionó sobre el hecho de que San José mismo se vio obligado a huir a otro país. “¿Se han imaginado alguna vez a San José como un trabajador migrante?”, preguntaba Mons. Long. “¿Cómo habría sido para él tener que buscar trabajo en un país extranjero para mantener a su familia? ¿Habría alguien dispuesto a ayudarles? o, al ser forasteros, ¿serían explotados o abandonados a su suerte? Mons. Long, que ocupa el cargo de presidente de la Comisión Episcopal para la Justicia Social, la Misión y el Servicio, dijo que se ha demostrado que algunos empleadores se aprovechan de los trabajadores extranjeros. “Incluso en el mejor de los

casos, los trabajadores temporales son más vulnerables a la explotación laboral que los trabajadores que tienen la ciudadanía australiana”, añadió. Esto se produce a menudo por culpa de un malentendido o por el hecho de que los trabajadores ignoran sus derechos. Independientemente de cómo pueda surgir este trato injusto que reciben los trabajadores migrantes, otras personas tienen la responsabilidad de velar por los hermanos y hermanas que son maltratados, dijo Mons. Long.

Para números anteriores, por favor consulte la página:

migrants-refugees.va/es/boletin-c-19

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Prensa CEV
Nota de prensa de Vatican News
07 de abril de 2022