Caracas.- Motivado a que el Día de los Derechos del Niño se celebra el 20 de noviembre, en el año 2000, la ONU designó el día anterior, el 19 de noviembre, como Día Mundial para la Prevención del Abuso contra los niños, niñas y adolescentes, como una oportunidad para evidenciar la problemática de los abusos y la violencia en la infancia, e instar acciones urgentes, pertinentes y eficaces por parte de los diferentes países y todas las organizaciones competentes en la materia.
En ocasión a esta fecha conmemorativa que hoy arriba a sus 20 años, la Iglesia en Venezuela, a través de la Conferencia Episcopal Venezolana junto a la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) y la Conferencia Venezolana de Religiosas y Religiosos (CONVER), promueve la campaña «Prevención de abusos sexuales, de conciencia y de poder contra niños, niñas y adolescentes», con el objetivo de informar a la colectividad, sobre los alcances que tiene el abuso, que se presenta en diferentes formas (de poder, de conciencia y sexual) y destacar la importancia de motivar la cultura del buen trato en la sociedad.
El artículo 19 de la Convención Universal de los Derechos del Niño, señala que es obligación del Estado la protección de todos los niños de cualquier forma de violencia o maltrato. En Latinoamérica, cerca de 6 millones de niñas, niños y adolescentes sufren “agresiones severas”; y aproximadamente 80.000 mueren cada año por la violencia familiar. En ello se manifiesta que el abuso tiene alcances muchas veces no contemplados e incluso naturalizados, en los que no se consideran maltrato las agresiones verbales o físicas como castigo, sino que se entiende como parte de la educación.
Por ello, una forma de proteger efectivamente a los menores de edad contra el abuso, es a partir de la difusión de información sobre el tema, que permita visibilizar la gravedad de esta problemática y concienciar a las personas sobre cómo se puede prevenir, evitar o tomar acción ante una situación de violencia y abuso infantil, y cuáles son los tipos de abuso que existen: sexual, de poder o de conciencia. En general, se entiende como abuso infantil cualquier forma de maltrato psicológico, físico, sexual o emocional en contra de los menores de edad.
Otro aspecto a considerar es el entorno de los menores, que debe ser un espacio seguro en el que exista confianza y se motive a la comunicación. Es importante que no se sientan juzgados al hablar, sino que puedan ser escuchados pacientemente, desde la empatía. Se vuelve necesario conocer además los lugares en los que se desenvuelve el niño y quiénes son las personas que le rodean, a fin de prevenir cualquier actitud o circunstancia de abuso contra ellos. Los niños, niñas y adolescentes, también deben ser enseñados, utilizando un lenguaje acorde a su edad, en cuanto a qué es y qué no es abuso, a fin de que puedan desarrollar pensamiento crítico en torno a ello y aprender a discernir los comportamientos de las personas a su alrededor.
Ante esta difícil realidad en la que tantos niños sufren a causa de la violencia, causando dificultades en su desarrollo, su desenvolvimiento social y su integración en la sociedad, es necesario que los Estados, las Organizaciones de la Sociedad Civil y todo organismo competente se sume a la responsabilidad de cuidar la integridad de los niños, niñas y adolescentes y procurar para ellos un espacio seguro en el que se promueva la cultura del buen trato.
Prensa CEV
19 de noviembre de 2020