Este sábado 30 de septiembre, el papa Francisco realizará un Consistorio Ordinario Público para la creación de 21 nuevos cardenales, entre ellos, cinco de América Latina. El noveno consistorio realizado por el papa, aumentará el número de cardenales a un total de 243; de los cuales 139 tienen derecho a voto en un futuro cónclave y 104 son no electores porque superan los 80 años de edad.
La ceremonia estará llena de símbolos que profundizan el significado de este acontecimiento eclesial. El papa entregará la bula o pergamino donde aparece escrita la designación; un anillo con su escudo que simboliza el matrimonio con la Iglesia Universal y la unidad con el papa; y el birrete cardenalicio, símbolo de la autoridad que tienen los cardenales en la iglesia. El color rojo en la vestimenta cardenalicia representa la sangre derramada por la redención de los pecados y la defensa de la fe.
En la Eucaristía, luego de proclamar el Evangelio y la homilía, el Sumo Pontífice pronuncia la solemne fórmula de creación de los nuevos cardenales, que es la siguiente: “Queridos hermanos, estamos a punto para llevar a cabo una agradable y solemne tarea de nuestro ministerio sagrado. Principalmente se refiere a la Iglesia de Roma, pero también afecta a toda la comunidad eclesial: vamos a llamar a algunos de nuestros hermanos para entrar el Colegio Cardenalicio, para que, quedando unidos con un vínculo más cercano a la Sede de Pedro, se conviertan en miembros del clero de Roma, y cooperen más intensamente a nuestro servicio apostólico. Después de haber sido investidos con la sagrada púrpura, serán testigos valientes de Cristo y su Evangelio en la Ciudad de Roma y en regiones lejanas. Por lo tanto, por la autoridad del Todopoderoso Dios, de los santos Pedro y Pablo y nuestra Propia, creamos y solemnemente proclamamos Cardenales de la Santa Iglesia Romana estos hermanos nuestros…”
Y pronuncia el nombre de todos los nuevos cardenales y su título o diaconía.
De inmediato, tiene lugar la profesión de fe y el juramento de los nuevos cardenales con esta fórmula:
“Yo, N., Cardenal de la Santa Iglesia Romana, prometo y juro, de hoy en adelante y mientras yo viva, permanecer fiel a Cristo ya su Evangelio, constantemente obediente a la Santa Iglesia Apostólica Romana, al Sumo Pontífice Francisco y sus sucesores canónicamente elegidos; mantenerme siempre en comunión con la Iglesia Católica en mis palabras y en mis obras; no expresar ninguna de las cuestiones que me confíen para protegerse y cuya divulgación podría causar daño o deshonra a la Santa Iglesia; llevar a cabo con gran diligencia y fidelidad las tareas en las que necesite mi servicio la Iglesia, de acuerdo con las normas de la ley. Así me ayude Dios Todopoderoso.”
Después, el papa les impone el birrete y les entrega el anillo cardenalicio, colocándolo en el dedo anular de la mano derecha. Entrega también, la bula de su creación y el otorgamiento del título o diaconía. Al finalizar reciben un abrazo del Santo Padre mientras les desea que la paz esté siempre con cada uno, a lo que el cardenal responde “Amén”.
Al finalizar la Eucaristía, se realizarán las visitas de cortesía a los nuevos cardenales. Monseñor Diego Padrón, nuevo Cardenal de Venezuela, recibirá los saludos en la Sala Pablo VI a las 11.30am. El día concluye con una vigilia de oración ecuménica en la plaza San Pedro.