San Cristóbal.– La mañana del martes 29 de diciembre e 2020, sin la presencia de fieles, en la Capilla del Seminario Diocesano en Palmira, el presbiterio de la Diócesis de San Cristóbal celebró la Misa Crismal para la bendición y consagración de los óleos santos, y renovación de las promesas ministeriales.
Los sacerdotes debieron cumplir diversas normas de bioseguridad para participar en la ceremonia, que fue presidida por Monseñor Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal y acompañado por el Nuncio Apostólico del Congo, Mons. Francisco Escalante; monseñor Juan Ayala, Obispo Auxiliar de San Cristóbal, y monseñor Luis Márquez, Obispo Auxiliar emérito de Mérida.
En la Eucaristía se elevó una oración especial por los sacerdotes enfermos, y aquellos que fallecieron en los últimos meses. “En medio de una situación particular, celebramos hoy la Misa Crismal. En ella, bendecimos los aceites sagrados destinados a la confección de los sacramentos de la Iglesia. A la vez, al conmemorar el Sumo y Eterno Sacerdocio de Jesucristo, renovamos los compromisos adquiridos el día de nuestra ordenación sacerdotal. Ambos eventos, en un mismo acontecimiento litúrgico, nos permiten experimentar de nuevo la permanente presencia y acción del Espíritu Santo”, expresó Mons. Moronta en su homilía.
Antes de renovar las promesas sacerdotales, el Obispo invitó a su presbiterio reflexionar con algunas interrogantes, entre ella: ¿Cómo vivir nuestro ministerio en una sociedad desestructurada y en crisis?, ¿Cómo ser ministros del Señor y de la Iglesia en una sociedad desarraigada?, ¿Cómo ser ministros para una sociedad que ha ido perdiendo la esperanza? y ¿Cómo ejercer el ministerio desde la experiencia de la soledad?
Indicó monseñor Mario Moronta que “respondemos a dichas interrogantes con lo que somos y tenemos, tanto en lo humano como en lo cristiano y lo sacerdotal. Por supuesto, siendo secundados por la gracia de Dios, Uno y Trino”. De igual manera, señaló: “desde nuestra vocación bautismal, cuales cristianos creyentes, respondemos con decidido testimonio de la Resurrección, lo cual conlleva actuar con rectitud de intención, coherencia y temor de Dios. Así podremos ser perseverantes a fin de entusiasmar a los demás en el seguimiento discipular del Jesús. Y, como ministros ordenados sacerdotes, configurados al Señor, nuestra respuesta y compromiso apuntan a dar el ejemplo de la caridad pastoral y celo apostólico en nombre de Jesucristo”.
Al final de la Eucaristía, el Obispo hizo una oración de acción de gracias por el presbiterio diocesano y sus frutos pastorales, por los sacerdotes que han celebrado recientemente 25 y 50 años de ordenación sacerdotal. Y encomendó a Dios los retos pastorales de esta Iglesia local para afrontar el desarrollo de la pandemia, y las adversidades político-sociales de Venezuela.
Prensa CEV
Nota de prensa Diócesis de San Cristóbal
30 de diciembre de 2020