Caracas.- A las 9:00 a.m. de hoy, martes 19 de enero de 2021, inició el Encuentro Virtual Conjunto de Obispos y Sacerdotes, en el que el clero venezolano comparte sus reflexiones y testimonios en cuanto a la experiencia del ejercicio ministerial en tiempos de pandemia. El encuentro comenzó con las orientaciones brindadas por Mons. Mario Moronta, Primer Vicepresidente de la CEV y Obispo de San Cristóbal, en las que, además de indicar cómo se desenvolvería la sesión, recordó a los participantes que la pandemia “es una experiencia que hay que verla desde la fe que se vive en el ministerio”, y que este encuentro “es una manera concreta de demostrar que a pesar de que tenemos dificultades y limitaciones, nos podemos unir en caridad pastoral”, como un acto de comunión y fraternidad. Mons. Moronta les invitó a ser comunicativos, a compartir sus experiencias con libertad y a ser voceros de lo que recibirán durante el espacio de reunión, a la vez que animó a sacerdotes y obispos a caminar juntos: “La comunión del presbiterio con su Obispo es una realidad sacramental que expresa la fuerza de la unidad”, comentó el prelado. Sacerdotes siempre y en todo lugar A partir de la lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (20, 17-38), Mons. Raúl Biord, Obispo de La Guaira y Segundo Vicepresidente de la CEV, realizó la oración de inicio del encuentro, en la que compartió su reflexión sobre la vocación y la misión de los sacerdotes. “No se es sacerdote sólo por un tiempo; sino siempre y en todo lugar”, señaló el Obispo, desde el ejemplo de san Pablo. “Pablo y los Apóstoles no son “señores de la fe”, sino sus servidores. También nosotros somos servidores”, expresó. El Obispo de La Guaira añadió que no se trata de hacer “lo que yo me propongo” o “lo que me gusta”; ni de “buscar mis preferencias, mis prioridades”, se trata de estar realmente al servicio del otro. “Nosotros a menudo debemos hacer cosas que no parecen a primera vista espirituales y no responden siempre a nuestras elecciones. Todos debemos realizar trabajos temporales; pero los hacemos como servicio. No elegimos nosotros qué hacer, sino somos servidores de Cristo y trabajamos donde Él nos ha llamado”. Para ello, invitó a estar siempre en vela, como lo pide el Señor, para no descuidar la propia vida espiritual. “No podemos ser buenos servidores de los demás si descuidamos nuestra propia alma. Orar y meditar la Palabra de Dios no es tiempo perdido para la pastoral, sino que es condición para estar realmente en contacto con el Señor y así anunciarlo a los demás”. Asumir con esperanza el futuro incierto Continuó entonces Mons. José Luis Azuaje, Arzobispo de Maracaibo y Presidente de la CEV, con las palabras de salutación, en las que recordó a los presentes que “somos sacerdotes y debemos asumir los riesgos y retos que el futuro incierto nos depara”, e invitó a hacerlo “conscientes que solo con el Señor podemos vencer los miedos y abrirnos a la esperanza, su espíritu nos acompaña, su propuesta del reino de los Cielos con los valores de la justicia, la paz y el amor, nos activan en nuestra misión”. Aseveró que “después de la pandemia, millones de personas quedarán con un inmenso sufrimiento que abarca desde lo psicológico hasta lo material” y que nadie se excluye de esta realidad. De allí que expresara a los participantes “si queremos abrirnos al futuro tenemos que sensibilizarnos más con los vulnerables, los últimos”. “Confiemos en El Señor y tiremos las redes en esta Venezuela de tantas necesidades pero con un gran potencial transformador hacia el futuro; hagamos lo nuestro, evangelizar con alegría, promovamos la dignidad humana y el bien común”, animó el Presidente de la CEV. Imitar al Buen Pastor en amor y servicio A continuación tuvo lugar el videomensaje del Papa Francisco a los participantes del encuentro, a quienes pidió actuar desde el amor al prójimo y el servicio a los hermanos, como lo enseñó Jesús en la Última Cena: “Amor y servicio juntos; si no, no va”. Añadió que es así como lo quiere el Señor que sean todos quienes le siguen: “especialistas en la tarea de amar a los demás”. El Sumo Pontífice exhortó a no actuar “solos, aislados, autosuficientes”, puesto que “es indispensable que volvamos siempre a Jesús, que nos reunamos en fraternidad sacramental, para contarle y contarnos entre nosotros «todo lo que hemos hecho y enseñado», con la convicción de que no es obra nuestra sino de Dios. Él es quien nos salva, nosotros sólo somos instrumentos en sus manos”, a la vez que animó a “reavivar en la vida el deseo de imitar al Buen Pastor y aprender a ser “siervos” de todos”. Reaccionar con esperanza ante el desánimo Tras las palabras del Santo Padre Francisco, Mons. Jesús González de Zárate, Arazobispo de Cumaná, compartió su meditación desde el texto bíblico Jer. 20, 7, el cual inicia con las palabras “¡Me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir!”, que para Mons. González de Zárate, “constituye uno de los pasajes más impresionantes de la literatura profética”, pues “en cada una de las frases aflora el duro combate entre la propia fe y la certeza de la vocación, por una parte y, las decepciones que provocan los afanes de la vida y la misma misión que cumplimos en nombre del Señor, por la otra”. El Arzobispo de Cumaná relacionó esta cita bíblica con la vivencia del ministerio sacerdotal en tiempo de pandemia, señalando que el pasaje del libro del profeta Jeremías “muestra que no somos los únicos que hemos pasado por esto. Nos enseña que lo importante no es sufrir el desaliento, ya que, como humanos, tarde o temprano nos hará una visita. Lo importante es cómo reaccionamos a ese desaliento, qué podemos aprender de esa experiencia”. Añadió el prelado que “es posible que el desaliento espiritual nos consuma”, pero “si somos genuinos discípulos de Jesús, si vivimos con generosidad y coherencia nuestro sacerdocio,
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