Mensaje de la Comisión del Clero, Seminarios, Vocaciones y Diaconado Permanente de Venezuela

12
May
2024

A los seminaristas y a los implicados en su formación, con motivo del Día del Seminario

1.- Cada año celebramos el día de Pentecostés como el “Día del Seminario”, así lo decidieron los obispos, en Venezuela, hace unos 96 años; ocasión propicia para orar por los seminaristas, ese grupo de jóvenes que han tomado la decisión de consagrarse al Señor en el Ministerio Sacerdotal. Damos gracias al Señor por el llamado que les ha hecho: “Soy Yo quien los he elegido”, dice el Señor. Le pedimos, igualmente, que les conceda la perseverancia y el don del discernimiento, para que afiancen su vocación y su fidelidad a Dios en su seguimiento.

2.- También oramos por los formadores, en los distintos seminarios de Venezuela, todo ese equipo que tiene la ardua tarea de ir configurando con Cristo a los que perseveran en el llamado. A todos ellos les expresamos nuestra gratitud y estima por su entrega, preocupación y amor a la Iglesia.

3.- Queridos seminaristas están ustedes en la etapa más hermosa e importante para su formación y preparación para el Ministerio Sacerdotal, no desaprovechen esta oportunidad; pero para esto se requiere escucha y discernimiento a la luz de la Palabra de Dios, y transitar la sinodalidad como lo exige la Iglesia hoy bajo el Pontificado del Papa Francisco. Que cada uno reconozca la llamada que Dios le hace y a la que debe responder con generosidad, alegría y decisión radical, para que pueda vivir en plenitud su unción bautismal en la vocación que ha elegido.

4.- No pueden perder el norte. Hoy en día hay muchos distractores que pueden influir en sus vidas como seminaristas. Hay que estar centrados en la comunión con el Maestro de Nazaret. Es Él quien llama y prepara a sus discípulos. Es el modelo a imitar. No hay que perder la identidad de la vocación a la que han sido llamados. Esto se logra cuando se vive en plena comunión con el Señor, desde el seminario. Durante la formación, en el seminario, habrá que preguntarse entonces ¿Qué tipo de sacerdote quiero ser?, para ir logrando esa configuración. Nuestra vocación debe tener su origen en Jesucristo, Buen Pastor, que dio su vida por las ovejas.

5.- En todas las diócesis existe la Pastoral Vocacional, pero es necesario fortalecerlas más. Todos estamos conscientes de la necesidad que tenemos de vocaciones santas y esperanzadoras. Vocaciones que surjan de nuestras propias comunidades, que sean fruto de nuestra acción evangelizadora y pastoral. Es importante, además, crear una cultura vocacional, desde la familia. El tema vocacional debe ser reflexionado en toda comunidad cristiana parroquial, sabiendo que es responsabilidad de todos, esta tarea.

6.- La Pastoral Vocacional debe ir de la mano de la Pastoral Juvenil, para ayudar a los jóvenes a descubrir el llamado que el Señor les hace como realización de su propia vida, sea laical, sacerdotal o vida consagrada. También la Pastoral Vocacional se encarga de animar la oración por las diversas vocaciones. Pensemos que sin sacerdotes no hay Eucaristía, y sin Eucaristía no hay Iglesia.

7.- Hay que orar mucho por las vocaciones en general: al Matrimonio, para la Vida Consagrada, para el apostolado laical, para el Diaconado Permanente y, por supuesto, para el Ministerio Sacerdotal. Tengamos claro que no sólo faltan vocaciones para la vida pastoral y eclesial, sino también en todos los ámbitos de la vida humana como, por ejemplo: en el mundo de la empresa, de la salud, de los servicios públicos, de la política, sindicatos, de la industria y otros.

8.- Hoy, más que nunca, se necesitan pastores que vayan a lo profundo de las relaciones humanas y cristianas, que no pongan límites, que sean desinteresados, siempre abiertos a nuevos horizontes. Pensemos que es el Señor quien los llama. Y los llama en este momento histórico difícil para hablar de Dios y de la fe, de salvación y de pecado. Pero no por eso hay que dejar de hablar de Dios y de las verdades fundamentales de nuestra fe.

9.- Los integrantes de la Comisión del Clero, Vocaciones, Seminarios y Diaconado Permanente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), les expresamos nuestras palabras de reconocimiento y estima a todos los seminaristas y equipo formador de cada seminario. Igualmente, oramos para que el Señor los bendiga y acompañe en esta tarea, les ayude, con su Divino Espíritu, a superar todas las dificultades que puedan encontrar en este camino. Que María de Coromoto, Patrona de Venezuela, interceda ante su Hijo, Buen Pastor, por todos los seminaristas y formadores, en Venezuela. Amén.

Polito Rodríguez Méndez / Obispo de San Carlos / Presidente de la Comisión