Categoría: Eclesial Internacional

08
Feb

Papa emérito Benedicto XVI escribe carta sobre informe de abusos: «mi más profunda compasión y amargura por cada uno de los casos»

Vaticano.- En una carta a los fieles de Múnich, el Papa emérito habla de la pederastia clerical, inspirándose en las palabras «mea maxima culpa» que se repiten en la Misa: «Nosotros mismos nos vemos arrastrados a esta grandísima culpa cuando no la afrontamos con la necesaria decisión y responsabilidad». El Papa emérito Benedicto XVI interviene directa y personalmente para expresar su opinión sobre el informe de abusos en la Arquidiócesis de Múnich y Frisinga, donde fue Arzobispo durante menos de cinco años. Lo hace con un texto con sabor penitencial, que contiene su «confesión» personal y una mirada de fe sobre la «grandísima culpa» de los abusos y encubrimientos. En la primera parte de la misiva, Ratzinger agradece a quienes han colaborado con él en el examinar el material documental y preparar las respuestas enviadas a la comisión. Como ya había hecho en los días pasados, vuelve a pedir disculpas por el error, absolutamente involuntario, de su presencia en la reunión del 15 de enero de 1980 durante la cual se decide de acoger en la diócesis a un sacerdote que necesitaba tratamiento. Se dice también que esta «particularmente agradecido por la confianza, el apoyo y las oraciones que el Papa Francisco me ha expresado personalmente». En la segunda parte de la carta, se señala que al emérito le llamaba la atención que cada día la Iglesia ponga en el centro de cada celebración de la Misa, «la confesión de nuestras culpas y la petición de perdón». Pedimos públicamente al Dios viviente que perdone nuestras culpas, nuestras grandes y grandísimas culpas». Está claro, continúa Benedicto, que «la palabra ‘grandísima’ no se refiere de la misma manera a todos los días, a cada día. Pero cada día me pregunta si hoy no debería hablar también de una grandísima culpa. Y me dice de forma consoladora que por muy grande que sea mi culpa hoy, el Señor me perdona, si con sinceridad me dejo escrutar por él y estoy verdaderamente dispuesto a cambiar a mi mismo». Joseph Ratzinger recuerda sus conversaciones cara a cara con víctimas de abusos cometidos por clérigos. «En todos mis encuentros, especialmente durante mis numerosos viajes apostólicos, con víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, he visto en los ojos las consecuencias de una grandísima culpa y he aprendido a comprender que nosotros mismos nos vemos arrastrados a esta grandísima culpa cuando la descuidamos o cuando no la afrontamos con la necesaria decisión y responsabilidad, como con demasiada frecuencia ha ocurrido y ocurre». «Como en aquellos encuentros – afirma el Papa emérito – una vez más sólo puedo expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón. He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia Católica. Tanto más grande es mi dolor por los abusos y los errores que se han producido durante el tiempo de mi mandato en los respectivos lugares. Cada caso de abuso sexual es terrible e irreparable. A las víctimas de abusos sexuales va mi más profunda compasión y amargura por cada uno de los casos». Por eso, Benedicto XVI dice que comprende cada vez más «el horror y el miedo que Cristo experimentó en el Monte de los Olivos al ver todas las cosas terribles que tendría que superar interiormente». El hecho de que los discípulos estuvieran dormidos en ese momento representa, desgraciadamente, la situación que se repite hoy y por la que también yo me siento interpelado. Así que sólo puedo pedir al Señor y a todos los ángeles y santos, y a ustedes, queridos hermanos y hermanas, que intercedan por mí al Señor, Dios nuestro. Ratzinger concluye su carta con estas palabras: «Pronto me encontraré ante el juez supremo de mi vida. Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo cuando miro hacia atrás en mi larga vida, me siento sin embargo feliz porque confío firmemente en que el Señor no sólo es el juez justo, sino al mismo tiempo el amigo y el hermano que ya ha sufrido él mismo mis desperfectos y es, por tanto, como juez, al mismo tiempo mi abogado (Paráclito). En vista de la hora del juicio, la gracia de ser cristiano se hace evidente para mí. Ser cristiano me da el conocimiento, además, de la amistad con el juez de mi vida y me permite cruzar con confianza la oscura puerta de la muerte». Junto a la carta de Benedicto XVI ha sido publicado también un breve anexo de tres páginas, redactado por cuatro expertos en derecho – Stefan Mückl, Helmuth Pree, Stefan Korta y Carsten Brennecke – que ya habían participado en la redacción de las 82 páginas de respuestas a las preguntas de la comisión. Dichas respuestas, adjuntas al informe sobre los abusos en Múnich, habían suscitado controversias y contienen un error de transcripción que había llevado a afirmar la ausencia del Arzobispo Ratzinger en la reunión en la que se tomó la decisión de aceptar a un sacerdote que se había manchado con los abusos. En las nuevas respuestas, los expertos en derecho reiteran que el Cardenal Ratzinger, en el momento en el cual recibe al sacerdote que iba a ser tratado en Múnich, no sabía que era un abusador. Y en la reunión de enero de 1980 no se mencionó el motivo por el que iba a ser tratado, ni se decidió emplearlo en labores pastorales. Los documentos confirman lo dicho por Ratzinger. A continuación, se explica detalladamente el motivo del error relativo acerca de la presencia inicialmente denegada de Ratzinger: sólo se permitió al profesor Mückl ver la versión electrónica de las actas, sin que se le permitiera guardar, imprimir o fotocopiar documentos. En la fase posterior del tratamiento, el Dr. Korta ha cometido inadvertidamente un error de transcripción al suponer que Ratzinger estaba ausente el 15 de enero de 1980. Por lo tanto, este error de transcripción no puede ser imputado a Benedicto XVI como una consciente declaración falsa o «mentira». Por cierto, ya en

04
Feb

Jornada Mundial contra el cáncer para eliminar las desigualdades

Vaticano.- En medio de la pandemia, este día llama la atención sobre las dificultades a las que se enfrentan los pacientes para obtener un tratamiento constante debido a la emergencia sanitaria. El profesor Giampaolo Tortora, director de la Unidad de Oncología Médica del hospital Gemelli de Roma, invita a confiar en la ciencia a la luz de los grandes avances realizados en el descubrimiento de los tratamientos en los últimos años El cáncer sigue siendo una palabra que aún causa miedo en el 2022, pero la ciencia ha hecho mucho en los últimos años para contrarrestar los temores y las dificultades de quienes descubren que tienen algún tumor. Este 4 de febrero es el Día Mundial contra esta enfermedad y la campaña internacional de este año tiene como lema “Close the care gap”,  es decir «Cerrar la brecha asistencial», o sea el compromiso de eliminar las desigualdades en los tratamientos. Desigualdades en los tratamientos Los datos surgidos para la ocasión muestran una creciente desigualdad en el acceso a los tratamientos ya que se espera que el 75% de las muertes prematuras por cáncer se produzcan en países de ingresos bajos y medios para el 2030. La desigualdad también existe en el plano económico, con una brecha cada vez mayor entre quienes pueden permitirse el tratamiento y quienes no. Por ello, este año se pondrá en marcha una nueva campaña de tres años para concienciar sobre el problema; para crear en el 2023 una alianza que actúe con decisión; y finalmente en el 2024 para presionar más a la política. La Agencia Internacional sobre el Cáncer prevé que uno de cada cinco hombres y una de cada seis mujeres desarrollarán un cáncer a lo largo de su vida. Para el 2040, se prevé que habrá 30 millones de nuevos casos al año en todo el mundo, pero se podrían salvar casi 4 millones de vidas si se aumentara la financiación para la prevención, el diagnóstico y los tratamientos. El peso de la pandemia: diagnóstico tardío y menos operaciones El profesor Giampaolo Tortora, director de la Unidad Operativa de Oncología Médica de la Fundación del Policlínico Universitario Agostino Gemelli de Roma, destaca el «importantísimo» impacto de la pandemia de Covid-19 en los nuevos diagnósticos de cáncer y las consiguientes terapias. «Se calcula – dice – que se han realizado más de un millón y medio menos de exámenes de detección, lo que ha provocado un retraso en el diagnóstico”.  “Sabemos que los tumores de mama se han diagnosticado en un estadio más avanzado – continúa el profesor – se han encontrado menos tumores de colon in situ y, en cambio, más tumores de mayor tamaño o que han perforado el peritoneo». Y añade: “El diagnóstico tardío significa menos pacientes operables y más pacientes con enfermedad avanzada que requieren cuidados intensivos, estos últimos a menudo ocupados por pacientes de Covid-19. Esta situación ha provocado una drástica reducción del número de consultas, con colas cada vez más largas. No hay que subestimar la carga psicológica que esto ha supuesto para los pacientes, con el consiguiente distanciamiento de familiares y amigos” El profesor Tortora también destaca el esfuerzo realizado por el Hospital Gemelli para seguir realizando tratamientos en este tiempo de pandemia, al contrario de lo que ha ocurrido en otros hospitales italianos. Acelerar el tratamiento del cáncer «En los últimos cinco años – subraya el profesor – se han producido grandes avances en el conocimiento y en la traducción de este conocimiento en herramientas terapéuticas. La inmunoterapia, por ejemplo, está cambiando el enfoque del tratamiento de los tumores, junto con la quimioterapia o la terapia con fármacos molecularmente dirigidos, pero sin sustituirlos. Actualmente se utiliza para tratar el cáncer de pulmón, los tumores urológicos y algunos cánceres del aparato digestivo”. El profesor Tortora afirma: «Se trata de un progreso continuo y muy rápido, me atrevo a decir que tras casi 35 años de experiencia como oncólogo, lo que he visto en estos años es un cambio extraordinario, absolutamente inimaginable.  Antes tenía mucha confianza, y ahora la tengo aún mayor. El progreso es importante y debemos creer en la investigación, y sin duda veremos más y más beneficios en los próximos años”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News04 de febrero de 2022

04
Feb

8 de febrero: Jornada Mundial de oración contra la trata de personas

Vaticano.- El tema de la edición de este año, celebrada como siempre en memoria de Santa Bakhita, es «La fuerza del cuidado-mujeres economía, trata de personas». Según las cifras de la ONU, las niñas y las mujeres representan el 72% de las víctimas. Dos tercios de los analfabetos del mundo son mujeres El 8 de febrero, día de la memoria litúrgica de Santa Bakhita, símbolo universal del compromisode la Iglesia contra la trata, la humanidad comprometida en la lucha contra este fenómeno se unirá en un maratón de oración en línea desde las 9 hasta las 17. Siguiendo los diferentes husos horarios, el maratón empezará en Oceanía, Asia y Oriente Medio, para pasar después a África, Europa, Sudamérica y terminar en Norteamérica. Se retransmitirá en directo en cinco idiomas (francés, inglés, italiano, portugués y español) en el sitio web de la jornada www.preghieracontrotratta.org Testimonios de más de 30 países El comunicado de prensa que presenta el evento afirma que los testimonios procederán de más de 30 países. Serán religiosas y consagradas, pero también supervivientes, activistas, voluntarias, economistas y empresarias. También este año se espera un mensaje del Papa Francisco, que introdujo esta Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata en 2015. El domingo 6 de febrero, durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro, también se colocará una estatua de Santa Bakhita realizada por el artista Timothy Schmaltz «Let the oppressed go free». La obra está dedicada a las víctimas de la trata de personas y a todas las mujeres, especialmente a las monjas comprometidas con su liberación. Talitha Kum El evento está coordinado por Talitha Kum, la red internacional de lucha contra la trata de personas que cuenta con más de 3.000 hermanas, amigos y socios en todo el mundo, y está promovido por las Uniones Internacionales de Superiores y Superioras Generales, en colaboración con la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, Caritas Internationalis, la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas, el Movimiento de los Focolares, el Servicio Jesuita a Refugiados y muchas otras organizaciones de todo el mundo. «Talitha Kum» es una expresión que se encuentra en el Evangelio de Marcos y que significa: «niña, yo te digo, levántate». Estas palabras fueron dirigidas por Jesús a la hija de Jairo, una niña de 12 años que aparentemente yacía sin vida. Después de decir estas palabras, Jesús la tomó de la mano e inmediatamente se levantó y comenzó a caminar. La red mundial ha elegido la expresión «Talitha Kum» para definir su identidad, que identifica la compasión y la misericordia como formas de acompañar a los heridos por diversas formas de explotación. La fuerza del cuidado El comité promotor de la jornada decidió este año centrarse en la fuerza del cuidado y en las mujeres. La pandemia -dice la hermana Gabriella Bottani, coordinadora de la Jornada- ha incrementado el negocio de la trata, las condiciones de vulnerabilidad de las personas más expuestas y las desigualdades entre hombres y mujeres. Todo esto debe ser abordado con valentía. Las mujeres, por tanto, debemos asumir un papel de liderazgo en la promoción de un nuevo sistema económico, basado en la fuerza del cuidado». Bottani concluye: «En este día, reflexionaremos juntos para explorar las causas de la trata e identificar posibles vías de liberación. La violencia causada por la explotación puede transformarse con gestos de cuidado y solidaridad. Todos estamos llamados a salvaguardar la dignidad de cada persona». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News04 de febrero de 2022

03
Feb

Cardenal Czerny: «Fraternidad humana es crear las condiciones de una vida digna para todos»

Vaticano.- Tres años después de la firma del documento sobre la Fraternidad Humana en Abu Dhabi por el Papa Francisco y el Gran Imán al-Tayeb; el prefecto ad interim del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral subraya la necesidad de promover, a todos los niveles, una cultura centrada en la dignidad de las personas. «Cada uno puede hacer algo» es su invitación y sobre el fenómeno migratorio denuncia: «Está minado por la ideología y la retórica negativa». El cardenal Michale Czerny, prefecto interino del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, habla con Vatican News sobre el aniversario del Documento sobre la Fraternidad Humana. – Eminencia, este Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común toca muchos temas que están en el corazón de la misión del Dicasterio para el Desarrollo Humano actualmente bajo su dirección. Los dos principales firmantes hacen un enérgico llamamiento conjunto contra la injusticia, la falta de distribución equitativa de los recursos naturales, así como el fin de los conflictos, la degradación del medio ambiente y el declive cultural y moral. ¿Qué hace su Dicasterio para promover la fraternidad humana y poner en práctica este documento histórico? El nombre de nuestro Dicasterio – «Desarrollo Humano Integral»- es en cierto modo una traducción o reformulación de la expresión «hermandad humana». Significa que nuestro Dicasterio se ocupa de todos aquellos factores sociales, públicos, económicos y políticos que pueden ser un obstáculo o una ayuda para el desarrollo humano integral; y este desarrollo humano integral es lo que queremos, cada uno para sí mismo y luego para los demás.  Significa crear las condiciones para una vida digna, una vida rica en esperanza, con un horizonte de esperanza. Así, el Documento sobre la fraternidad humana nos explica, como hacemos en el Dicasterio, lo que hay que hacer: no podemos hacerlo todo, pero todos podemos hacer algo. Y sí, hay muchos ámbitos de la vida humana en los que hay que progresar: tanto en esta fraternidad humana como en este desarrollo humano integral. Así que esto se convierte en una fiesta, un aniversario que también para nuestro Dicasterio se convierte en una ocasión para celebrar y rezar por lo que trabajamos. – Es sin duda un momento de alegría para todos. Este documento aboga por la plena ciudadanía de todos en nuestras sociedades, y por el fin del uso discriminatorio -por ejemplo- del término minorías, a la vez que menciona la importancia de la asistencia a los refugiados. Todas estas cuestiones nos parecen especialmente importantes para usted, dado su compromiso con el Dicasterio. Es un tema que también está muy cerca del corazón del Papa Francisco. ¿Por qué es tan importante hoy en día el problema, o incluso podemos decir desafío, de nuestros hermanos y hermanas refugiados? El desafío es importante porque el movimiento humano es un factor de vida desde el principio, y gracias a los sistemas de comunicación -como el de ustedes- somos más conscientes de estos movimientos, pero también más conscientes de que cada uno puede hacer algo para acoger a estos hermanos y hermanas que llegan.  Es una pena que este fenómeno, esta realidad humana, haya sido minada por la retórica y la ideología negativa, cuando en realidad es una oportunidad, una ocasión para crecer como persona y como pueblo. Y así vivimos esta fraternidad humana en nuestra relación con los migrantes y refugiados, con las víctimas de la trata, como una oportunidad para abrir nuestros corazones, nuestras manos y nuestras vidas para acoger a alguien necesitado. Jesús dejó muy claro que si lo hacemos con ellos es como si se lo hiciéramos a Él. – Eminencia, usted es miembro de la comisión internacional independiente que a finales de este mes otorgará el Premio Zayed a la Hermandad Humana 2022 en Abu Dhabi. ¿Qué puede decirnos sobre las candidaturas presentadas y la importancia de esta edición, aún en plena pandemia de Covid-19? ¿Han encontrado entre los candidatos esas antorchas de esperanza para la humanidad que buscaban? Por supuesto que sí, y espero que el hecho de haber concedido el Premio también nos abra los ojos a las muchas otras personas que nos rodean, incluso en otras partes del mundo, que son una fuente de esperanza. La falta de esperanza es quizás el efecto más terrible de este Covid: esperamos que la celebración y el Premio sean una oportunidad para reabrir el corazón y la mente y ver que el futuro nos espera con grandes promesas. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News03 de febrero de 2022

02
Feb

Celam agradece a la Vida Consagrada por visibilizar el rostro de Cristo

Vaticano.- El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), ha lanzado un mensaje en el que expresa su “fraternidad, cercanía y agradecimiento a las religiosas y religiosos” de América Latina y el Caribe. Lo ha hecho con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Dan vida y siembran esperanza con sus carismas El escrito, firmado por el presidente, Mons. Miguel Cabrejos, y el secretario general, Mons. Jorge Eduardo Lozano, destaca que los miembros de la Vida Religiosa en el continente, de quienes dicen que son sal de la tierra y luz del mundo, “dan vida y siembran esperanza con sus carismas, mística, profetismo y compromiso, asumiendo con generosidad y valentía los signos de los tiempos y visibilizando el rostro misericordioso de Jesús en medio de los más necesitados, en cada gesto solidario con los más pobres, indefensos y excluidos”. Dentro del proceso del Sínodo de la Sinodalidad y de los desafíos lanzados por la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, el Celam valora y agradece “el testimonio de las religiosas y los religiosos de nuestro continente”, algo que se concreta en su apuesta por una “Vida Religiosa con rostro intercongregacional, intercultural e itinerante, guiados por un amor siempre a estrenar, que nos transforma cotidianamente en discípulas y discípulos misioneros en salida”. Aporte en el camino de renovación y reestructuración Desde el Celam también se agradece el aporte de la Vida Religiosa en el camino de renovación y reestructuración de la Iglesia latinoamericana y caribeña y del propio Celam, destacando el papel de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR) y de las Conferencias de Religiosos de cada país, algo que el mensaje agradece expresamente. Recordando las palabras del papa Francisco en su visita a Perú, el Celam reflexiona sobre la sinodalidad y la importancia de una Iglesia que nace del Bautismo, en la que somos “llamados a caminar juntos y a buscar nuevas sendas de comunión, participación y misión”. En esa perspectiva, animan a la Vida Consagrada “a mantener su entrega generosa, su pasión por Cristo y por la humanidad en tantos escenarios pastorales y en los más diversos lugares y territorios de nuestro Continente”. Testimonio de los mártires El mensaje recuerda su entrega y el hecho de que muchos “religiosas y religiosos han derramado su sangre en estas tierras por amor a los más pobres y vulnerables y también por defender nuestra Casa común”. Cita como ejemplo de eso a los recientemente beatificados en El Salvador, el jesuita Rutilio Grande y el franciscano Cosme Spessotto, un hecho que es visto como “un reconocimiento a la Vida Consagrada en su totalidad que asume vivir el Evangelio con valentía encarnándose en la realidad del Santo Pueblo de Dios”. Finalmente, Mons. Cabrejos y Mons. Lozano dicen a la Vida Religiosa que cuenten con ellos, pues se dicen sus hermanos, a lo que añaden que “la vida consagrada es un gran don para la Iglesia”. También piden para la Vida Religiosa la compañía de Nuestra Señora de Guadalupe en “su abnegada labor y los cubra con su tierna protección maternal”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News02 de febrero de 2022

01
Feb

CLAR: nuestro testimonio evangélico resplandezca en la Iglesia

Vaticano.- Con motivo de la XXVI Jornada Mundial de la Vida Consagrada a celebrarse este 2 de febrero, la Presidencia de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos (CLAR) ha enviado un saludo a los religiosos del continente invitando a renovar la consagración a Dios y a salir, con la luz del Evangelio, al encuentro del Señor y de los hermanos. “Es la hora de impulsar relaciones sinodales en nuestro ser y quehacer. Es la hora de caminar en minoridad con el pueblo, de motivar la dinámica de colaboración y de corresponsabilidad, de articular la participación de todas/os y de aprender a vivir desde la cercanía y la horizontalidad”: lo escribe la Presidencia de la CLAR en un comunicado dirigido a los religiosos del continente con motivo de la XXVI Jornada Mundial de la Vida Consagrada que se celebra este 2 de febrero. En un tiempo marcado por la incertidumbre los consagrados del continente se sienten, tal como se lee en el mensaje, “protagonistas de un tiempo que sacude nuestras seguridades, cuando las nuevas cepas emergen y se instalan haciendo sombra al camino”. Pero también “buscadoras/es incansables de nuevos senderos por donde seguir avanzando, rutas que alarguen la mirada y nos regalen una renovada belleza del paisaje”. En el extenso mensaje la presidencia de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos señala la necesidad de “servir a la humanidad, de abandonar todo abuso –de poder, de conciencia y/o sexual–, para liberarnos y liberar de toda esclavitud”.  Reconocen el proceso sinodal como “un significativo espacio de encuentro y apertura para la transformación de estructuras eclesiales y sociales que permitan renovar el impulso misionero y la cercanía con los más pobres y excluidos”.  En esta fiesta de la Presentación del Señor, reiteran su agradecimiento a Dios por el don de la Vida Consagrada, que el Espíritu ha suscitado en la Iglesia, y la invitación a renovar el compromiso de seguir a Cristo obediente, pobre y casto.  Que por nuestro testimonio evangélico la presencia de Cristo, luz de los pueblos, – concluyen – resplandezca en la Iglesia e ilumine al mundo. “¡Tenemos una gran historia para recordar y contar, y una gran historia que construir! (VC, 110). ¡Feliz Jornada Mundial de la Vida Consagrada!” Prensa CEVNota de prensa de Vatican News01 de febrero de 2022

31
Ene

Ordinarios Católicos de Tierra Santa sobre el Sínodo : “A la escucha al otro”

Vaticano.- La voluntad de crecer en la fraternidad y la escucha de todos los cristianos presentes en Tierra Santa se expresa en la carta que los ordinarios católicos de la región dirigieron a los responsables de las demás Iglesias en el marco del proceso sinodal. El Patriarca de Jerusalén de los latinos, Pierbattista Pizzaballa, que firma el texto, subraya la intención misionera común de este viaje. En el camino sinodal que acaba de comenzar, la Iglesia católica de Tierra Santa está «a la escucha» de la sabiduría y la experiencia de las demás Iglesias presentes en la tierra de Jesús y, para ello, anima a sus propios sacerdotes a ponerse en contacto con los de todas las comunidades cristianas y sus pastores que trabajan en las zonas vecinas. La invitación está contenida en la carta que los Ordinarios católicos dirigieron a los responsables de las demás Iglesias cristianas de Tierra Santa con la intención explícita de informar y, eventualmente, implicar a los hermanos de las demás comunidades eclesiales locales en el complejo proceso sinodal que se ha iniciado también en esta región. Escucharse mutuamente para crecer en comunión En el documento, firmado por el presidente, el Patriarca de Jerusalén de los Latinos, Pierbattista Pizzaballa, los prelados subrayan la intención misionera de este camino común, que prevé «escucharse mutuamente para crecer en la comunión, reforzar la participación de todos y comprometerse con mayor entusiasmo en la misión de la Iglesia». Caminando juntos comprendemos una vez más que no caminamos solos». En palabras de Pizzaballa, la conciencia de que «todos juntos, como discípulos de Cristo en esta Tierra, que es su casa, estamos llamados a ser sus testigos». Se reitera entonces que el mayor deseo de Jesús es «que seamos uno».  De nuevo, la invitación a «escuchar antes que hablar». Escuchar para renovar la Iglesia probada por la pandemia Es al Espíritu Santo al que debemos prestar oído, el Espíritu que nos llega a través de las Escrituras y en el encuentro con el prójimo. Sólo así se podrá alcanzar el objetivo de «renovar la Iglesia en un momento en el que estamos llamados a afrontar tantas crisis en todos los ámbitos», entre ellas la relacionada con la persistencia de la pandemia «que ha tenido sus trágicos efectos en la vida de la Iglesia», dijeron los ordinarios católicos. De ahí la exhortación a renovar las energías y a comprometerse «de nuevo en la fe y creer que el caminar con Cristo nos conduce hacia un horizonte de esperanza». Elaboración de un informe «ecuménico» sobre el estado de la Iglesia En la fase local del camino sinodal, que durará hasta el próximo mes de septiembre, las parroquias, instituciones, congregaciones y movimientos católicos de Tierra Santa podrán elaborar un informe exhaustivo sobre el estado de la Iglesia -señalan los ordinarios- aprovechando «la sabiduría y la experiencia» de las demás Iglesias y comunidades cristianas. Esto está en consonancia con el pensamiento del Papa Francisco que, se recuerda, ha subrayado en repetidas ocasiones que los católicos tienen mucho que aprender de los ortodoxos en el ejercicio de la sinodalidad. La carta contiene también la oración de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos y del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos con motivo de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos: «Padre celestial, así como los Magos viajaron a Belén guiados por la estrella, así, con tu luz celestial, guía a la Iglesia católica para que camine junto a todos los cristianos durante este período sinodal». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News31 de enero de 2022

31
Ene

Jornada de la Vida Consagrada: Llamado a ser una Iglesia sinodal

Vaticano.- En una carta con motivo de la XXVI Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el cardenal João Braz de Aviz y monseñor José Rodríguez Carballo exhortan a reflexionar sobre la palabra «participación» en relación con el camino sinodal que acaba de comenzar. La Jornada por la Vida Consagrada, que culminará el 2 de febrero con la celebración eucarística presidida por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, será «una oportunidad para un encuentro marcado por la fidelidad de Dios que se manifiesta en la perseverancia gozosa de tantos hombres y mujeres, consagrados y consagradas». Así lo han escrito en una carta el cardenal João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y el secretario de ese dicasterio, monseñor José Rodríguez Carballo. Participar en el «viaje» de la Iglesia sobre la sinodalidad El documento subraya que el camino sinodal, recientemente iniciado y centrado en el tema «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión», interpela a cada comunidad vocacional «en su ser expresión visible de una comunión de amor». Reflexionando sobre la palabra «participación», el cardenal João Braz de Aviz y monseñor José Rodríguez Carballo nos invitan a preguntarnos: «¿Quiénes son las hermanas y los hermanos a los que escuchamos o, más bien, por qué los escuchamos?». Escriben: «Todos estamos llamados a hacernos esta pregunta, porque no podemos llamarnos comunidad vocacional, y menos aún comunidad de vida, si alguien o algo no participa». La invitación es a entrar en el «camino» de toda la Iglesia en sinodalidad, «con la riqueza de nuestros carismas y nuestras vidas, sin ocultar las dificultades y las heridas». «La participación se convierte entonces en responsabilidad: no podemos dejar de estar ahí, no podemos no estar entre los demás y con los demás, nunca y más en esta llamada a ser una iglesia sinodal». Participación y corresponsabilidad Escuchar – escriben el prefecto y el secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica – significa «dar cabida al otro en nuestra vida, tomando en serio lo que es importante para él». «La participación asume así el estilo de una corresponsabilidad que se refiere no sólo a la organización y al funcionamiento de la Iglesia, sino también a su propia naturaleza, la comunión, y a su sentido último: el sueño misionero de llegar a todos, de atender a todos, de sentirnos todos hermanos, juntos en la vida y en la historia, que es la historia de la salvación». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News31 de enero de 2022

28
Ene

Mons. Peña Parra: Cuidado con juzgar superficialmente y sin caridad

En las páginas de “L’Osservatore Romano” la homilía que pronunció esta mañana el sustituto para los Asuntos generales de la Secretaría de Estado durante la misa celebrada en la Capilla Paulina, con motivo de la inauguración del año judicial del Tribunal de la Rota romana Justicia atemperada por la dulzura de la misericordia: es la línea que propuso el arzobispo Edgar Peña Parra, sustituto para los Asuntos generales de la Secretaría de Estado, durante la misa celebrada hoy, 27 de enero, en la Capilla Paulina, con motivo de la inauguración del año judicial del Tribunal de la Rota romana, institución dedicada «a esa finalidad exquisitamente pastoral que es, precisamente, la administración de la justicia en la Iglesia, en nombre del Papa». Refiriéndose al pasaje del Evangelio propuesto por la liturgia – que contiene algunas «breves ‘sentencias’ del Señor Jesús» – el arzobispo repitió que «no hay nada secreto que no deba ser manifestado y nada oculto que no deba ser sacado a la luz». Como si dijera que «la verdad saldrá finalmente a la luz porque deriva de la Luz que es Él, es por tanto luminosa por naturaleza y huye de la oscuridad, la opacidad y el engaño». Y la segunda «frase» que propone la liturgia es también elocuente: «Presten atención a lo que escuchan. Según la medida con la que midan, se los medirá a ustedes». Es una poderosa invitación – dijo el arzobispo – a cuidarse de juzgar superficialmente y sin caridad. Jesús nos pide que juzguemos como nos quisiéramos ser juzgados», con «esa ‘proximidad’ que recomienda la nueva disciplina sobre las causas matrimoniales, que es muy diferente de una aquiescencia culpable o de una bondad mal entendida; es, en una palabra, amor. Esto equivale a estar bajo la mirada misericordiosa y justa de Dios». «¿Qué es, de hecho, un juicio sino una búsqueda atenta, sentida y nunca formalista de la verdad?», preguntó. “San Juan XXIII – añadió – definió el juicio como un ‘ministerium veritatis’, es decir, un servicio, y un servicio que debe realizarse en la verdad y en favor de la verdad. Es cierto que en el trabajo se trata siempre de verdades procesales, lo que induce al juez honesto a una sana y obediente humildad. Sin embargo, el esfuerzo debe consistir en que la verdad del caso, aunque limitada e imperfecta en la medida en que es humana, se corresponda lo más posible con la verdad real y ontológica”. «El juez no puede ni debe conformarse con una fría y aséptica simetría con la legislación externa – continuó – sino que con un compromiso leal y honesto, con dedicación y amor por las cartas que tiene delante y detrás de las cuales siempre hay personas y vidas heridas, está obligado a ‘entrar’ delicadamente en el caso que se examina y juzgarlo al mismo tiempo con justicia y misericordia. La combinación de estas dos virtudes tiene un nombre muy elevado: es la aequitas, esa justicia templada por la dulzura de la misericordia». “La relación del juez con la norma, por tanto – insistió – no puede detenerse en el naturalismo o la bondad superficial, que llevaría a prescindir de ella casualmente, ni en un formalismo árido y frío. La norma debe aplicarse teniendo en cuenta el ‘fin’, la ratio de la propia norma, que a menudo la supera e incluso la trasciende». He aquí, pues, «el valor de la aequitas con respecto al strictum jus, que es válido para todo tipo de medidas, pero de manera especial para las penales».  Al final, «en el sentido más genuinamente cristiano, se trata de un amor que se convierte en proximidad y una proximidad que se convierte en ternura», concluyó, recordando las palabras del Papa sobre San José: «La ternura es una forma inesperada de hacer justicia». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News28 de enero de 2022

28
Ene

Mons. Gallagher irá a Beirut para llevar la cercanía del Papa

Vaticano.- La visita tendrá lugar del 31 de enero al 4 de febrero e incluirá reuniones con autoridades políticas y religiosas. 75 años después del inicio de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, el país de Oriente Medio atraviesa una grave crisis social, política y económica. Los numerosos aniversarios que unen al Líbano con la Santa Sede, así como la grave crisis social, económica y política que vive actualmente el país de los Cedros, serán los motivos de la visita que Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, realizará a la capital, Beirut, del 31 de enero al 4 de febrero. Un viaje que pretende expresar la preocupación y cercanía del Papa Francisco con el pueblo y la Iglesia libanesa en este momento de gran dificultad. Un año de aniversarios Este año se cumplen 75 años de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el Líbano y el 25º aniversario de la visita de San Juan Pablo II al país con motivo de la firma, el 10 de mayo de 1997, de la Exhortación Apostólica postsinodal “Una nueva esperanza para el Líbano”, fruto del Sínodo celebrado en Roma en 1995. El viaje apostólico de Benedicto XVI también se remonta a 2012, hace diez años. Asimismo, en esa ocasión se firmó en Beirut una exhortación apostólica postsinodal, Ecclesia in Medio Oriente, tras el Sínodo de los Obispos de 2010 para Oriente Medio. El programa del viaje Durante su estancia, Monseñor Gallagher se reunirá con autoridades del Estado, patriarcas y obispos católicos y ortodoxos, así como con líderes religiosos musulmanes y drusos, y personalidades del mundo de la cultura y la política. También visitará algunos lugares y comunidades significativos y participará en la apertura del simposio sobre «Juan Pablo II y el Líbano», organizado por la Universidad del Espíritu Santo de Kaslik. La cercanía del Papa al Líbano Monseñor Gallagher llevará el afecto y la cercanía del Papa a todos los libaneses. Francisco no deja de dirigir su pensamiento a esta tierra: ya el pasado 10 de enero, al reunirse con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, renovó su oración por el «querido pueblo libanés, atenazado por las garras de una crisis económica y política que se esfuerza por encontrar una solución», esperando que «las reformas necesarias y el apoyo de la comunidad internacional ayuden al país a mantenerse firme en su identidad como modelo de convivencia pacífica y de fraternidad entre las diversas religiones presentes». El 25 de noviembre del año pasado, al recibir al Primer Ministro del Líbano, Najib Mikati, en el Vaticano, dijo que el Líbano es «un mensaje, y también una promesa, por la que luchar» y añadió esta oración: «Señor Dios, toma al Líbano de la mano y dile: ¡Levántate!». El 4 de agosto de 2021, al final de la audiencia general, recordando el aniversario de la terrible explosión que tuvo lugar en el puerto de Beirut, lanzó un nuevo y sentido llamamiento a la comunidad internacional, pidiéndoles que «ayuden al Líbano a hacer un camino de «resurrección», con gestos concretos, no sólo con palabras». Finalmente, en la Jornada de Oración y Reflexión por el Líbano, celebrada en el Vaticano el 1 de julio de 2021, reiteró con contundencia: «¡Basta de intereses de unos pocos a costa de muchos! ¡Se acabaron las verdades partidistas que prevalecen sobre las esperanzas del pueblo! Basta de utilizar el Líbano y Oriente Medio para intereses y beneficios extranjeros. Debemos dar a los libaneses la oportunidad de ser protagonistas de un futuro mejor, en su propia tierra y sin interferencias indebidas». Y concluyó: «Hermanos y hermanas, que la noche del conflicto se desvanezca y surja un amanecer de esperanza. Que cesen los rencores, que desaparezcan los desacuerdos y que el Líbano vuelva a irradiar la luz de la paz. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News28 de enero de 2022