Categoría: Papa Francisco

15
Sep

Eslovaquia necesita profetas para mostrar con su vida la belleza del Evangelio

Vaticano.- El Papa Francisco llegó en las primeras horas de este día al Santuario Nacional Mariano de Šaštín, que ha sido un lugar de peregrinación durante siglos. Primero oró un momento con los obispos y seguidamente procedió a la celebración de la eucaristía, en el día de la patrona de Eslovaquia, la Virgen de los 7 dolores. Francisco llegó hacia las nueve de la mañana de este 15 de septiembre a la región de Šaštín, limítrofe con la República Checa, al Santuario Nacional de la Virgen de los Siete Dolores. En la Santa Misa están presentes cerca de 50 mil personas. Con esta celebración, el Pontífice concluye su Viaje Apostólico a Eslovaquia. “María: es la Madre que nos da al Hijo Jesús. Por eso la amamos y la veneramos. Y el pueblo eslovaco acude con fe y devoción a este Santuario nacional de Šaštín, porque sabe que es Ella la que nos da a Jesús”, así ha comenzado el Papa Francisco su homilía. María modelo de la fe Francisco citando el Evangelio que acaba de ser proclamado (Lc 2, 33-35), indica: “María como modelo de la fe. Y reconocemos tres características de la fe: el camino, la profecía y la compasión”. María, una fe que se pone en camino María inmediatamente ha recibido el anuncio del Ángel, dice el Papa, «se fue rápidamente a la región montañosa» (Lc 1,39) para ir a visitar y ayudar a Isabel, su prima. Ante este hecho, el Papa llama la atención sobre la actitud de María: “No consideró un privilegio el haber sido llamada a convertirse en Madre del Salvador, no perdió la alegría sencilla de su humildad por haber recibido la visita del Ángel, no se quedó quieta contemplándose a sí misma entre las cuatro paredes de su casa”. Por otro lado, dice Francisco, María vive el don recibido, la misión recibida, como una exigencia para salir de su casa. Por eso, añade, “María se puso en camino”. “A la comodidad de la rutina prefirió las incertidumbres del viaje; a la estabilidad de la casa, el cansancio del camino; a la seguridad de una religiosidad tranquila, el riesgo de una fe que se pone en juego, haciéndose don de amor para el otro” profundiza el Papa. “La Virgen es modelo de la fe de este pueblo eslovaco, una fe que se pone en camino, animada siempre por una devoción sencilla y sincera, peregrinando siempre en busca del Señor. Y, caminando, ustedes vencen la tentación de una fe estática, que se contenta con cualquier rito o tradición antigua, y en cambio salen de ustedes mismos, llevan en la mochila las alegrías y los dolores, y hacen de la vida una peregrinación de amor hacia Dios y los hermanos. ¡Gracias por este testimonio! Y, por favor, ¡sigan en camino!” subraya el Papa. Seguidamente, Francisco puntualiza: “Quisiera añadir una cosa: he dicho: “No detenerse”, porque cuando la Iglesia se detiene, se enferma; cuando los obispos se detienen, enferman la Iglesia; cuando los sacerdotes se detienen, enferman el pueblo de Dios”. Una fe profética El Papa subraya que la fe de María es una fe profética. “Con su misma vida, la joven de Nazaret es profecía de la obra de Dios en la historia, de su obrar misericordioso que invierte la lógica del mundo, elevando a los humildes y dispersando a los soberbios (cf. Lc 1,52)”. María, dice Francisco, es la “representante de todos los “pobres de Yahvé”, que gritan a Dios y esperan la venida del Mesías”. Por eso, ella patentiza el obrar misericordioso de Dios “que invierte la lógica del mundo, elevando a los humildes y dispersando a los soberbios (cf. Lc 1,52)”. En María estamos llamados a “no reducir la fe a azúcar que endulza la vida. Jesús es signo de contradicción. Ha venido para llevar luz donde hay tinieblas, haciéndolas salir al descubierto y obligándolas a rendirse. Por eso las tinieblas luchan siempre contra Él. Quien acoge a Cristo y se abre a Él resurge, quien lo rechaza se cierra en la oscuridad y se arruina a sí mismo”. El Papa subraya: “Ante Jesús no se puede permanecer tibio, con “el pie en dos zapatos”. Acogerlo significa aceptar que Él desvele mis contradicciones, mis ídolos, las sugestiones del mal; y que sea para mí resurrección, Aquel que siempre me levanta, que me toma de la mano y me hace volver a empezar”. Eslovaquia necesita hoy estos profetas “También Eslovaquia necesita hoy estos profetas”, indicó Francisco, “cristianos que saben mostrar con su vida la belleza del Evangelio, que son tejedores de diálogo allí donde las posiciones se endurecen, que hacen resplandecer la vida fraterna allí donde a menudo en la sociedad hay división y hostilidad, que difunden el buen perfume de la acogida y de la solidaridad”. María, Madre de la Compasión La fe de María es compasiva, indica el Papa, ella “compartió con el Hijo la misión de la salvación, hasta el pie de la cruz. En ese momento, en el angustioso dolor vivido en el Calvario, Ella comprendió la profecía de Simeón: «Y a ti, una espada te traspasará el alma» (Lc 2,35)”. Francisco subraya que el dolor del Hijo, que “cargaba sobre sí los pecados y padecimientos de la humanidad, la atravesó también a Ella” y el Obispo de Roma añade: “Esta es la prueba de la compasión: permanecer al pie de la cruz. Permanecer con el rostro surcado por las lágrimas, pero con la fe de quien sabe que en su Hijo Dios transforma el dolor y vence la muerte”. “Y también nosotros, mirando a la Virgen Madre Dolorosa, nos abrimos a una fe que se hace compasión, que se hace comunión de vida con el que está herido, el que sufre y el que está obligado a cargar cruces pesadas sobre sus hombros. Una fe que no se queda en lo abstracto, sino que penetra en la carne y nos hace solidarios con quien pasa necesidad”, afirma el Papa. El Papa finalizó su homilía implorando: “que María Santísima les obtenga la gracia de que vuestra fe siempre

15
Sep

Papa Francisco regresa a Roma tras su viaje apostólico a Budapest y Eslovaquia

Vaticano.- El avión de Alitalia que trasladaba al Papa y a su séquito despegó del aeropuerto de Bratislava a las 13:48 y regresó a Roma a las 15:21. Ya en suelo italiano, el Santo Padre se dirigió, como es habitual tras cada viaje que realiza, a la Basílica romana de Santa María la Mayor para rezar delante de la imagen de la Salus Populi Romani y finalmente regresar al Vaticano. El Papa Francisco concluyó el 34º viaje internacional de su pontificado que lo llevó a Budapest (capital de Hungría) para la clausura del 52º Congreso Eucarístico Internacional y a Eslovaquia. Un viaje lleno de momentos de fraternidad y de cercanía entre el Sucesor de Pedro y ambos pueblos que lo recibieron con los brazos abiertos. El avión que trajo al Papa de regreso a Roma aterrizó en el aeropuerto de Fimucino a las 15.21 (hora local), tras un breve vuelo que partió desde el aeropuerto de Bratislava. La última cita del Pontífice en tierras eslovacas fue la celebración de la Santa Misa en el santuario de Šaštín, este 15 de septiembre, solemnidad de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores, Patrona de Eslovaquia.  Tal como informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede, durante el trayecto aéreo el Santo Padre envió varios telegramas agradeciendo a los presidentes de los países anfitriones, así como a los presidentes de Croacia, Bosnia y Herzegovina e Italia, países que sobrevoló durante su viaje en avión. Asimismo, se informa que después de haber aterrizado en suelo italiano, el Papa se dirigió, como es habitual tras cada viaje que realiza, a la Basílica romana de Santa María la Mayor, para rezar delante de la imagen de la Salus Populi Romani y finalmente regresar al Vaticano. Cabe destacar que el Pontífice concluyó su viaje apostólico, celebrando esta mañana una misa en el Santuario Nacional de Šaštín, en la Solemnidad de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores, Patrona de Eslovaquia. Tras la celebración eucarística, Francisco se desplazó al aeropuerto de Bratislava, donde fue recibido por la presidenta de la República, Zuzana Čaputová. Después de un encuentro privado de unos minutos con la Jefa de Estado eslovaco, la Guardia de Honor y los saludos de las delegaciones, el Papa subió al avión.  Prensa CEVNota de prensa de Vatican News15 de septiembre de 2021

14
Sep

Papa Francisco visita la Comunidad de gitanos de Lunik IX en Eslovaquia

El Papa Francisco ha hablado claro en el gheto gitano eslovaco: “Lo que necesitamos es recuperar dignidad y pasar de los prejuicios al diálogo” porque “el camino para una convivencia pacífica es la integración”. El Santo Padre ha encontrado hoy en el barrio eslovaco Lunik IX en Kosice a más de 5.000 personas de una Comunidad de gitanos que se ven obligadas a vivir en condiciones de degradación y pobreza y cuyo único apoyo es un centro salesiano dirigido por el Padre Peter Besenyei. Parafraseando una frase de San Pablo VI, el Papa les ha recordado: «Ustedes en la Iglesia no están al margen… Ustedes están en el corazón de la Iglesia». Pues, tal y como les ha dicho el Papa: “Nadie en la Iglesia debe sentirse fuera de lugar o dejado de lado. No es sólo un modo de decir, es el modo de ser de la Iglesia”. Somos una familia, aprendamos a reconocernos como hermanos Francisco les ha dicho también que Dios nos ve como hijos y tiene mirada de Padre, y se ha centrado en la importancia de “acoger” esa mirada sobre nosotros, “para que aprendamos a ver bien a los demás, descubrir que tenemos a nuestro lado otros hijos de Dios y los reconozcamos como hermanos”. Pues, como ha recordado: “Esta es la Iglesia, una familia de hermanos y hermanas con el mismo Padre, que nos ha dado a Jesús como hermano, para que comprendamos cuánto ama la fraternidad. Y anhela que toda la humanidad llegue a ser una familia universal”. Además, ha hecho hincapié en que la Iglesia “es su casa” y les ha dicho de corazón que “todos son bienvenidos”: “siéntanse siempre en casa en la Iglesia y nunca tengan miedo de estar aquí. ¡Que ninguno los deje, a ustedes o a cualquier otra persona, fuera de la Iglesia!”. Escuchemos lo que dice Jesús en el Evangelio: «No juzguen» “Cuántas veces no sólo hablamos sin tener elementos o de oídas, sino que nos consideramos en lo correcto cuando somos jueces implacables de los demás”. Con estas palabras, el Santo Padre ha condenado la mala costumbre de “criticar” y “juzgar” a los demás, donde muchas veces somos “indulgentes con nosotros mismos” pero “inflexibles con los otros”. “¡Cuántas veces los juicios son en realidad prejuicios!, ¡cuántas veces adjetivamos! Ha continuado el Papa a la vez que ha pedido que “no se puede encasillar a las personas”, pues ante todo, para conocerlas verdaderamente, es necesario reconocerlas: “Reconocer que cada uno lleva en sí la belleza imborrable de hijo de Dios”. “Queridos hermanos y hermanas, demasiadas veces han sido objeto de preconceptos y de juicios despiadados, de estereotipos discriminatorios, de palabras y gestos difamatorios. De esta manera todos nos hemos vuelto más pobres, pobres de humanidad. Lo que necesitamos es recuperar dignidad y pasar de los prejuicios al diálogo, de las cerrazones a la integración.” El camino para una convivencia pacífica es la integración “Marginar a las personas no resuelve nada”. El Pontífice ha aclarado que “donde se cuida a la persona, donde hay trabajo pastoral, donde hay paciencia y concreción llegan los frutos”. “No llegan inmediatamente – ha puntualizado – sino con el tiempo, pero llegan”. Pues – ha continuado – “los juicios y prejuicios sólo aumentan las distancias; los conflictos y palabras fuertes no ayudan”. Antes estos consejos, el Papa ha invitado a toda la Comunidad Rom de Lunik IX “a ir más allá de los miedos, más allá de las heridas del pasado, con confianza, un paso tras otro: en el trabajo honesto, en la dignidad de ganarse el pan cotidiano, alimentando la confianza recíproca. Y en la oración los unos por los otros, porque esto es lo que nos orienta y nos da fuerza”. El Papa agradece a los salesianos la importante labor que realizan desde 2008 Antes de despedirse, el Papa Francisco ha querido agradecer públicamente a los salesianos por llevar adelante este trabajo de integración que, “además de que comporta no poco esfuerzo, a veces recibe incomprensión e ingratitud, incluso dentro de la Iglesia”. “Queridos sacerdotes, religiosos y laicos, queridos amigos que dedican su tiempo para ofrecer un desarrollo integral a sus hermanos y hermanas, ¡gracias! Gracias por todo el trabajo con quienes están en los márgenes.” Por ultimo, su agradecimiento en especial al padre Peter, “por habernos hablado de los centros pastorales, donde no hacen asistencialismo social, sino acompañamiento personal”. “Sigan adelante en este camino que incluye a los últimos, construye fraternidad, siembra la paz. No tengan miedo de salir al encuentro de quien está marginado. Se darán cuenta de que salen al encuentro de Jesús. Él los espera allí donde hay fragilidad, no comodidad; donde hay servicio, no poder” ha concluido. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News14 de septiembre de 2021

14
Sep

Papa Francisco a jóvenes eslovacos: la verdadera revolución es amarse para toda la vida

Vaticano.- La tarde de este martes, 14 de septiembre, el Santo Padre encontró a los Jóvenes de Eslovaquia, en el Estadio Lokomotiva de Košice, a ellos el Pontífice los animó a “rebelarse contra la cultura de lo provisorio, e ir más allá del instante y del instinto”. “La cruz no se puede abrazar sola, el dolor no salva a nadie. Es el amor el que transforma el dolor. Por eso, la cruz se abraza con Jesús, ¡nunca solos! Si se abraza a Jesús renace la alegría. Y la alegría de Jesús, en el dolor, se transforma en paz”, lo dijo el Papa Francisco a los jóvenes de Eslovaquia, a quienes encontró la tarde de este martes, 14 de septiembre, en el Estadio Lokomotiva de Košice, en el marco del 34 Viaje Apostólico a Hungría y Eslovaquia. El amor y el heroísmo siempre van juntos Después de escuchar los testimonios de los jóvenes eslovacos, el Pontífice agradeció a Monseñor Bernard Bober, Arzobispo de Košice de los latinos, por las palabras que le dirigió, y pasó a responder a las preguntas que le dirigieron los jóvenes. El Papa comenzó respondiendo a la pregunta de Peter y Zuzka, que le habían preguntado acerca del amor en la pareja. “El amor es el sueño más grande de la vida, pero no es un sueño de bajo costo. Es el sueño, pero no es un sueño fácil de interpretar”. La verdadera originalidad hoy, la verdadera revolución es rebelarse contra la cultura de lo provisorio, es ir más allá del instinto y del instante, es amar para toda la vida y con todo nuestro ser. Las grandes historias siempre hay dos ingredientes: uno es el amor, el otro es la aventura, el heroísmo. Siempre van juntos. Para hacer grande la vida se necesitan ambos: amor y heroísmo. Miremos a Jesús, miremos al Crucificado, están los dos: un amor sin límites y la valentía de dar la vida hasta el extremo, sin medias tintas. Aquí delante de nosotros está la beata Ana, una heroína del amor. Nos dice que apuntemos a metas altas. Por favor, no dejemos pasar los días de la vida como los episodios de una telenovela. Sueñen con una belleza que vaya más allá de la apariencia Por eso, cuando sueñen con el amor, no crean en los efectos especiales, sino en que cada uno de ustedes es especial. Cada uno es un don y puede hacer de la vida un don. Los otros, la sociedad, los pobres los esperan. Sueñen con una belleza que vaya más allá de la apariencia, más allá de las tendencias de la moda. Sueñen sin miedo de formar una familia, de procrear y educar unos hijos, de pasar una vida compartiendo todo con otra persona, sin avergonzarse de las propias fragilidades, porque está él, o ella, que los acoge y los ama, que te ama, así como eres. Los sueños que tenemos nos hablan de la vida que anhelamos. Los grandes sueños no son el coche potente, la ropa de moda o el viaje transgresor. No escuchen a quien les habla de sueños y en cambio les vende ilusiones, son manipuladores de felicidad. Para que el amor dé frutos, no se olviden las raíces El Papa Francisco dio otro consejo a los jóvenes: Los padres y sobre todo los abuelos, ellos les han preparado el terreno. Rieguen las raíces, vayan a ver a sus abuelos, les hará bien; háganles preguntas, dediquen tiempo a escuchar sus historias. Hoy se corre el peligro de crecer desarraigados, porque tendemos a correr, a hacerlo todo de prisa. Lo que vemos en internet nos puede llegar rápidamente a casa, basta un clic y personas y cosas aparecen en la pantalla. Llenos de mensajes virtuales, corremos el riesgo de perder las raíces reales. Desconectarnos de la vida, fantasear en el vacío no hace bien, es una tentación del maligno. Dios nos quiere bien plantados en la tierra, conectados a la vida, nunca cerrados sino siempre abiertos a todos. No se dejen homologar Queridos jóvenes, no se dejen condicionar por esto, por lo que no funciona, por el mal que hace estragos. No se dejen aprisionar por la tristeza o el desánimo resignado de quien dice que nunca cambiará nada. Si se cree en esto uno se enferma de pesimismo. Se envejece por dentro. Y se envejece siendo jóvenes. Hoy existen muchas fuerzas disgregadoras, muchos que culpan a todos y todo, amplificadores de negatividad, profesionales de las quejas. No los escuchen, porque la queja y el pesimismo no son cristianos, el Señor detesta la tristeza y el victimismo. No estamos hechos para ir mirando el piso, sino para elevar los ojos y contemplar el cielo. Atesoren esa paz en el corazón, esa libertad que sienten dentro Respondiendo a la pregunta de Petra, sobre la confesión, sobre ¿cómo puede un joven superar los obstáculos del camino hacia la misericordia de Dios?, el Papa dijo que, también aquí es una cuestión de mirada, de mirar lo que importa. Si yo les pregunto: “¿En qué piensan cuando van a confesarse?”, estoy casi seguro de la respuesta: “En los pecados”. Pero —les pregunto—, ¿los pecados son verdaderamente el centro de la confesión? Les doy un pequeño consejo: después de cada confesión, quédense un momento recordando el perdón que han recibido. Atesoren esa paz en el corazón, esa libertad que sienten dentro. No los pecados, que no están más, sino el perdón que Dios les ha regalado. Eso atesórenlo, no dejen que se lo roben. Y cuando vuelvan a confesarse, recuerden: voy a recibir una vez más ese abrazo que me hizo tanto bien. No voy a un juez a ajustar cuentas, voy a encontrarme con Jesús que me ama y me cura. Demos a Dios el primer lugar en la confesión. La cruz no se puede abrazar sola, el dolor no salva a nadie Finalmente, respondiendo a la pregunta de Peter y Lenka, el Papa Francisco dijo que, ellos en la vida han experimentado la cruz y han

14
Sep

Papa Francisco en Eslovaquia: Un cristianismo sin cruz se vuelve estéril

Vaticano.- Esta mañana Francisco presidió la celebración de la Divina Liturgia Bizantina en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Miles de fieles están presentes en la plaza de la Mestská športová hala de Prešov. La comunidad greco-católica es una comunidad pequeña, sin embargo, fue fuertemente perseguida durante la época comunista. La comunidad greco-católica es una de las Iglesias orientales unida al Papa y hace de interfaz en la unión entre oriente y occidente. Esta celebración en particular hace presente la preocupación de Francisco por las minorías y confirma la unidad y cercanía entre las Iglesias. Un cristianismo sin cruz se vuelve estéril «Nosotros —declara san Pablo— proclamamos a un Mesías crucificado […], fuerza y sabiduría de Dios», indica el Papa en su homilía, y añade: “el Apóstol no esconde que la cruz, a los ojos de la sabiduría humana, representa todo lo contrario: es «escándalo» y «locura» (1 Co 1,23-24). La cruz era instrumento de muerte, y sin embargo de allí ha venido la vida”. Francisco recuerda que el día de hoy, 14 de septiembre, la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Cruz, y en particular nos hace presente la imagen del evangelista Juan al pie de la cruz: “Contempla a Jesús, ya muerto, colgado del madero, y escribe: «El que lo vio da testimonio» (Jn 19,35). San Juan ve y da testimonio”. ¿Qué ve Juan al pie de la cruz? A esta pregunta el Papa responde: “lo que han visto los demás”. Esto es: “Jesús, inocente y bueno, muere brutalmente entre dos malhechores (…) la enésima demostración de que el curso de los acontecimientos en el mundo no se modifica: a los buenos se los quita del medio y los malvados vencen y prosperan. A los ojos del mundo la cruz es un fracaso”. El Papa nos advierte de “detenernos en esta primera mirada, superficial, de no aceptar la lógica de la cruz; de no dejar que Dios nos salve”. En suma, nos advierte de “No aceptar, sino sólo con palabras, al Dios débil y crucificado, es soñar con un Dios fuerte y triunfante. Es una gran tentación”. “Pero un cristianismo sin cruz es mundano y se vuelve estéril” insiste Francisco y nos anima a ver con más profundidad la realidad de la cruz: “San Juan, en cambio, vio en la cruz la obra de Dios. Reconoció en Cristo crucificado la gloria de Dios. Vio que Él, a pesar de las apariencias, no era un fracasado, sino que era Dios que voluntariamente se ofrecía por todos los hombres”. Jesús “eligió el camino más difícil: la cruz”, dice Francisco, porque “allí, donde se piensa que Dios no pueda estar, Dios ha llegado. Para salvar a cualquier persona que esté desesperada quiso rozar la desesperación, para hacer suyo nuestro más amargo desaliento gritó en la cruz: «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?» El grito del Abandonado, el grito que salva Este es un grito que salva, afirma Francisco: “Salva porque Dios hizo suyo incluso nuestro abandono. Y nosotros, ahora, con Él, ya no estamos solos, nunca”. Francisco nos indica que para ver la gloria de la cruz tenemos que “detenernos a mirar al Crucificado y no le abrimos el corazón, si no nos dejamos sorprender por sus llagas abiertas por nosotros, si el corazón no se llena de conmoción y no lloramos delante del Dios herido de amor por nosotros”. El Papa también nos pide poner atención a cualquier reduccionismo de la cruz: “No reduzcamos la cruz a un objeto de devoción, mucho menos a un símbolo político, a un signo de importancia religiosa y social”. Dar testimonio “Si se ahonda la mirada en Jesús, su rostro comienza a reflejarse en el nuestro, sus rasgos se vuelven los nuestros, el amor de Cristo nos conquista y nos transforma” indica el Papa, quien seguidamente recuerda: “¡Cuántas personas generosas aquí en Eslovaquia sufrieron y murieron a causa del nombre de Jesús! Un testimonio realizado por amor a Aquel que habían contemplado largamente. Tanto, hasta el punto de asemejarse a Él, incluso en la muerte”. La cruz, fuente de un nuevo modo de vivir “La cruz no quiere ser una bandera que enarbolar, sino la fuente pura de un nuevo modo de vivir. ¿Cuál? El del Evangelio, el de las Bienaventuranzas. El testigo que tiene la cruz en el corazón y no solamente en el cuello no ve a nadie como enemigo, sino que ve a todos como hermanos y hermanas por los que Jesús ha dado la vida” dice Francisco. A continuación, el Papa refiriéndose al testigo de la cruz dice: el testigo de la cruz “no usa los caminos del engaño y del poder mundano”, tampoco “quiere imponerse a sí mismo y a los suyos, sino dar la propia vida por los demás”; sigue el Papa, “No busca los propios beneficios”, para luego vivir de doble manera, que no es “el testimonio del Dios crucificado”. El Papa dice, el testigo de la cruz persigue la estrategia del Maestro, “que es el amor humilde. No espera triunfos aquí abajo, porque sabe que el amor de Cristo es fecundo en lo cotidiano y hace nuevas todas las cosas desde dentro, como semilla caída en tierra, que muere y da fruto”. El Papa finalizó la homilía haciendo un llamado: “Conserven el amado recuerdo de las personas que los han amamantado y criado en la fe. Personas humildes, sencillas, que han dado la vida amando hasta el extremo (…) Los testigos engendran otros testigos, porque son dadores de vida. Y así se difunde la fe (…) Y hoy el Señor, desde el silencio vibrante de la cruz, te dice también a ti: “¿Quieres ser mi testigo?”. El Papa, invocando la intercesión de la Santa Madre de Dios dice: “pidamos la gracia de convertir la mirada del corazón al Crucificado. Entonces nuestra fe podrá florecer en plenitud, entonces los frutos de nuestro testimonio madurarán”.

13
Sep

Papa Francisco en Eslovaquia: “Libertad, creatividad y diálogo para ser artesanos de paz y concordia”

Vaticano.- La mañana de este 13 de septiembre, el Santo Padre se reunió en la Catedral de San Martín, de Bratislava, con los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y catequistas. A ellos, el Pontífice los animó a construir una “Iglesia humilde como Jesús”, para así “salir de la autorreferencialidad” y no ceder a la “tentación de la magnificencia”. “Continúen su camino en la libertad del Evangelio, en la creatividad de la fe y en el diálogo que brota de la misericordia de Dios, que nos ha hecho hermanos y hermanas, y que nos llama a ser artesanos de paz y de concordia”, es el aliento del Papa Francisco a los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y catequistas de Eslovaquia, durante el Encuentro en la Catedral de San Martín de Bratislava, en el marco de su 34 Viaje Apostólico a Hungría y Eslovaquia. Necesitamos una Iglesia que camina unida Después de agradecer a Monseñor Stanislav Zvolenský, Arzobispo de Bratislava, por las palabras que le dirigió, el Santo Padre les dijo que venía como un hermano, como uno de ellos, para compartir su camino, sus preguntas, los anhelos y las esperanzas de esta Iglesia y de este país. En este sentido, el Papa les dijo que, necesitamos una Iglesia que camina unida, que recorre los caminos de la vida con la llama del Evangelio encendida. “La Iglesia no es una fortaleza, una potencia, un castillo situado en alto que mira el mundo con distancia y suficiencia. Aquí en Bratislava el castillo ya existe, ¡y es muy hermoso! Pero la Iglesia es la comunidad que desea atraer hacia Cristo con la alegría del Evangelio, es la levadura que hace fermentar el Reino del amor y de la paz en la masa del mundo”. ¡El centro de la Iglesia no es la Iglesia! Asimismo, el Papa Francisco animó a los Pastores, religiosos y catequistas a no ceder a la tentación de la magnificencia, de la grandeza mundana. La Iglesia, les dijo, debe ser humilde como Jesús, que se despojó de todo, que se hizo pobre para enriquecernos. “Sí, es hermosa una Iglesia humilde que no se separa del mundo y no mira la vida con desapego, sino que la habita desde dentro. Habitar desde dentro, no lo olvidemos: compartir, caminar juntos, acoger las preguntas y las expectativas de la gente. Esto nos ayuda a salir de la autorreferencialidad”. ¡El centro de la Iglesia no es la Iglesia! Salgamos de la preocupación excesiva por nosotros mismos, por nuestras estructuras, por cómo nos mira la sociedad. Adentrémonos en cambio en la vida real de la gente y preguntémonos: ¿cuáles son las necesidades y las expectativas espirituales de nuestro pueblo? ¿Qué se espera de la Iglesia? Sin libertad no hay verdadera humanidad Ante estas preguntas, el Santo Padre les propuso tres palabras: “libertad, creatividad y diálogo”. La primera es libertad. Sin libertad no hay verdadera humanidad, porque el ser humano ha sido creado libre para ser libre. El Papa al recordar los periodos dramáticos de la historia de este país dijo que, son una gran enseñanza: cuando la libertad fue herida, violada y asesinada; la humanidad fue degradada y se abatieron sobre ella las tormentas de la violencia, de la coacción y de la privación de los derechos. “Pero, al mismo tiempo, la libertad no es una conquista automática, que permanece igual una vez para siempre. La libertad siempre es un camino, a veces fatigoso, que hay que renovar continuamente”. La libertad llama a ser responsables de las propias decisiones, a discernir, a llevar adelante los procesos de la vida en primera persona. “Una gran tentación: mejor algunas cebollas que la fatiga y el riesgo de la libertad” A veces también en la Iglesia, advierte el Papa, nos puede acechar esta idea: es mejor tener todo predefinido, más que ser cristianos responsables y adultos que piensan, interrogan la propia conciencia y se dejan cuestionar. Queridos amigos, no tengan miedo de formar a las personas en una relación madura y libre con Dios. Esto quizá nos dará la impresión de no poder controlarlo todo, de perder fuerza y autoridad; pero la Iglesia de Cristo no quiere dominar las conciencias y ocupar los espacios, quiere ser una “fuente” de esperanza en la vida de las personas. Lo digo sobre todo a los Pastores: ustedes ejercitan el ministerio en un país en el que muchas cosas han cambiado rápidamente y muchos procesos democráticos se han iniciado, pero la libertad todavía es frágil. Por eso los animo a hacerlas crecer libres de una religiosidad rígida. Que ninguno se sienta presionado. Que cada uno pueda descubrir la libertad del Evangelio, entrando gradualmente en relación con Dios, con la confianza de quien sabe que, ante Él, puede llevar la propia historia y las propias heridas sin miedo y sin fingimientos, sin preocuparse de defender la propia imagen. “Que el anuncio del Evangelio sea liberador, nunca opresor. ¡Y que la Iglesia sea signo de libertad y de acogida!” Creatividad para anunciar la alegría del Evangelio La segunda palabra que propuso el Santo Padre es creatividad. Ustedes son hijos de una gran tradición, que viene desde la predicación y el ministerio de las figuras luminosas de los santos Cirilo y Metodio. Ellos nos enseñan que la evangelización no es nunca una simple repetición del pasado. La alegría del Evangelio siempre es Cristo, pero las sendas para que esta buena noticia pueda abrirse camino en el tiempo y en la historia son diversas. Cirilo y Metodio recorrieron juntos esta parte del continente europeo y, ardientes de pasión por el anuncio del Evangelio, llegaron a inventar un nuevo alfabeto para la traducción de la Biblia, de los textos litúrgicos y de la doctrina cristiana. Fue así que se convirtieron en apóstoles de la inculturación de la fe entre ustedes. “Cirilo y Metodio fueron inventores de nuevos lenguajes para transmitir el Evangelio, fueron creativos en la traducción del mensaje cristiano, estuvieron tan cerca de la historia de los pueblos que encontraban, que hasta llegaron a

13
Sep

Eslovaquia llamada a ser un mensaje de paz en el corazón de Europa

Vaticano.- Tras su visita de cortesía a la Presidenta de la República de Eslovaquia, Zuzana Čaputová, que tuvo lugar en la Sala de Oro del Palacio presidencial en Bratislava, donde el Santo Padre firmó el Libro de Honor, el Papa Francisco prosiguió con su programa del día para celebrar un encuentro con las autoridades políticas y religiosas, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el jardín de ese mismo edificio. Peregrino en un país joven de historia antigua Ante unas 250 personas, y tras escuchar el discurso de la Presidenta el Papa se dirigió a ella y a los demás miembros del Gobierno y del Cuerpo Diplomático, para expresar, ante todo, su gratitud por las palabras de bienvenida. Francisco saludó a todos los presentes manifestándoles su alegría por estar en Eslovaquia. Lugar de interacción entre el cristianismo occidental y oriental “Vengo como peregrino en un país joven pero de historia antigua, en una tierra de raíces profundas situada en el corazón de Europa” También afirmó que se encontraba en una “tierra media”, que ha visto muchas transiciones. De hecho, el Pontífice recordó que “estos territorios han sido frontera del Imperio romano y lugar de interacción entre el cristianismo occidental y oriental”. Y que “de la gran Moravia al Reino húngaro, de la República checoslovaca a hoy, han sabido, en medio de no pocas pruebas, integrarse y distinguirse de un modo esencialmente pacífico”. A lo que añadió: “Veintiocho años atrás el mundo admiró el nacimiento sin conflictos de dos países independientes” Por esta razón el Papa dijo que “esta historia llama a Eslovaquia a ser un mensaje de paz en el corazón de Europa”. Así “lo que sugiere” – dijo –   “la gran franja azul de su bandera, que simboliza la fraternidad con los pueblos eslavos”. “Fraternidad es lo que necesitamos para promover una integración cada vez más necesaria. Esta urge ahora, en un momento en el que, después de durísimos meses de pandemia, se plantea, junto a muchas dificultades, una anhelada reactivación económica, favorecida por los planes de recuperación de la Unión Europea” Todos estamos conectados El Santo Padre también se refirió a “la seducción de las ganancias”, que genera cierta “euforia pasajera”, “más que unir, divide”. E hizo hincapié en el hecho de que “la sola recuperación económica no es suficiente en un mundo donde todos estamos conectados, donde todos habitamos una tierra media”. De ahí que el Pontífice haya manifestado su deseo: “Que este país, mientras en varios frentes siguen luchas por la supremacía, reafirme su mensaje de integración y de paz, y Europa se distinga por una solidaridad que, atravesando las fronteras, pueda volver a llevarla al centro de la historia” El legado de los santos hermanos Cirilo y Metodio Después de recordar que “la historia eslovaca está marcada de manera indeleble por la fe”, el Papa también expresó su deseo de que ésta “ayude a alimentar de modo connatural propósitos y sentimientos de fraternidad”. Y que lo haga inspirándose “en las grandiosas vidas de los santos hermanos Cirilo y Metodio”, que “difundieron el Evangelio cuando los cristianos del continente estaban unidos; y todavía hoy unen las confesiones de esta tierra”. “Queridos amigos, que esta vocación a la fraternidad no desaparezca nunca de sus corazones, sino que acompañe siempre la simpática autenticidad que los caracteriza. Ustedes saben reservar gran atención a la hospitalidad. Me sorprenden las expresiones típicas de la acogida eslava, que ofrece a los visitantes el pan y la sal” Precisamente aludiendo a estos dones sencillos y preciosos, impregnados de Evangelio, el Papa dijo: “El pan, elegido por Dios para hacerse presente entre nosotros, es esencial. La Escritura invita a no acumularlo, sino a compartirlo. El pan del que habla el Evangelio siempre se parte. Es un fuerte mensaje para nuestra vida cotidiana; nos dice que la riqueza verdadera no consiste tanto en multiplicar cuanto se tiene, sino en compartirlo equitativamente con quien tenemos a nuestro alrededor” Hacerse cargo de los más débiles De ahí que haya pedido, evocando la fragilidad del pan, a “hacerse cargo de los más débiles”. Y que “nadie sea estigmatizado o discriminado”, puesto que “la mirada cristiana no ve en los más frágiles una carga o un problema, sino hermanos y hermanas a quienes acompañar y cuidar”.  “El pan partido y compartido equitativamente recuerda la importancia de la justicia, de dar a cada uno la oportunidad de realizarse” Que las leyes se apliquen a todos por igual Por esta razón – prosiguió diciendo el Papa –  “es necesario esforzarse para construir un futuro en el que las leyes se apliquen a todos por igual, sobre la base de una justicia que no esté nunca en venta. Y para que la justicia no permanezca como una idea abstracta, sino que sea concreta como el pan, es necesario emprender una seria lucha contra la corrupción y que ante todo se fomente e imponga la legalidad”.   Por otra parte, el Santo Padre destacó que “el pan se une inseparablemente a un adjetivo: cotidiano”. “El pan de cada jornada es el trabajo, que ocupa gran parte de ella”. Sin trabajo no hay dignidad “Del mismo modo que sin pan no hay nutrición, sin trabajo no hay dignidad. En la base de una sociedad justa y fraterna rige el derecho de que a cada uno se le conceda el pan del trabajo, para que nadie se sienta marginado y se vea obligado a dejar la familia y la tierra de origen en busca de mejores oportunidades” “Ustedes son la sal de la tierra” Al referirse a la sal como primer símbolo que Jesús emplea al enseñar a sus discípulos, el Obispo de Roma manifestó que “no bastan ciertamente estructuras organizadas y eficientes para hacer buena la convivencia humana, se necesita sabor, se necesita el sabor de la solidaridad”. Se necesita el sabor de la solidaridad “Y como la sal sólo da sabor disolviéndose, así la sociedad encuentra gusto a través de la generosidad gratuita de quien se entrega por los demás”. “No hay

13
Sep

Papa Francisco en el Ángelus: la Cruz nos exhorta a mantener firmes las raíces, sin encerrarse

Vaticano.- Al finalizar la Santa Misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional y su visita a Budapest, antes de rezar el Ángelus, el Santo Padre manifestó su agradecimiento a la gran familia húngara y los exhortó a “recurrir a las fuentes, abriéndose a los sedientos de nuestro tiempo”. “El sentimiento religioso es la savia de esta nación, tan unida a sus raíces. Pero la cruz, plantada en la tierra, además de invitarnos a enraizarnos bien, eleva y extiende sus brazos hacia todos; exhorta a mantener firmes las raíces, pero sin encerrarse; a recurrir a las fuentes, abriéndose a los sedientos de nuestro tiempo”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus de este 12 de septiembre, XXIV Domingo del Tiempo Ordinario, en la Plaza de los Héroes de Budapest, en el marco de su 34 Viaje Apostólico a Hungría y Eslovaquia. Gratitud del Papa a la gran familia húngara Al finalizar la Santa Misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional y su visita a Budapest, el Santo Padre manifestó su agradecimiento a la gran familia cristiana húngara, a la que desea abrazar en sus ritos, en su historia, en las hermanas y hermanos católicos y de otras confesiones, todos en camino hacia la unidad plena. “A este respecto – expresó el Papa – saludo de corazón al Patriarca Bartolomé, Hermano que nos honra con su presencia. Gracias, en particular, a mis amados hermanos Obispos, a los sacerdotes, a los consagrados y consagradas, y a todos ustedes, queridos fieles. Un agradecimiento especial a quienes se han esforzado tanto por la realización del Congreso Eucarístico y de esta jornada”. Asimismo, el Papa Francisco manifestó su agradecimiento a las autoridades civiles y religiosas, y a todo el pueblo de Hungría que lo ha acogido. La ‘Cruz de la misión’ es el símbolo de este Congreso Haciendo eco del himno que ha acompañado el Congreso Eucarístico, el Santo Padre deseó que, la cruz sea vuestro puente entre el pasado y el futuro. “El sentimiento religioso es la savia de esta nación, tan unida a sus raíces. Pero la cruz, plantada en la tierra, además de invitarnos a enraizarnos bien, eleva y extiende sus brazos hacia todos; exhorta a mantener firmes las raíces, pero sin encerrarse; a recurrir a las fuentes, abriéndose a los sedientos de nuestro tiempo. Mi deseo – expresó el Papa – es que sean así: fundamentados y abiertos, arraigados y respetuosos. Isten éltessen! [¡Felicidades!]”. “La ‘Cruz de la misión’ es el símbolo de este Congreso. Que los lleve a anunciar con la vida el Evangelio liberador de la ternura sin límites que Dios tiene por cada uno. En la carestía de amor de hoy, es el alimento que el hombre espera” Dos figuras que conocieron de cerca la cruz El Papa Francisco también recordó que, hoy, no muy lejos de aquí, en Varsovia, dos testigos del Evangelio son proclamados beatos: el Cardenal Esteban Wyszyński e Isabel Czacka, fundadora de las Hermanas Franciscanas Siervas de la Cruz. Dos figuras que conocieron de cerca la cruz: el Primado de Polonia, arrestado y segregado, fue siempre un pastor valiente según el corazón de Cristo, heraldo de la libertad y de la dignidad del hombre; sor Isabel, que perdió la vista muy joven, dedicó toda su vida a ayudar a los ciegos. Que el ejemplo de los nuevos beatos nos estimule a transformar las tinieblas en luz con la fuerza del amor. Que la “Beata Reina” los acompañe y los bendiga Antes de rezar el Ángelus, el Santo Padre dijo que los húngaros, antiguamente, por respeto, no pronunciaban el nombre de María, pero la llamaban con el mismo título honorífico utilizado para la reina. Que la “Beata Reina, vuestra antigua patrona” los acompañe y los bendiga. Mi bendición, desde esta gran ciudad, quiere llegar a todos, en particular a los niños y a los jóvenes, a los ancianos y a los enfermos, a los pobres y a los excluidos. Con ustedes y para ustedes digo: Isten, áldd meg a magyart! [¡Que Dios bendiga a los húngaros!] Prensa CEVNota de prensa de Vatican News13 de septiembre de 2021

13
Sep

Papa Francisco a obispos: anunciar el Evangelio, construir puentes y esperanza

Vaticano.- En el monumental edificio del Museo de Bellas Artes, inaugurado en 1906, el Papa Francisco se ha encontrado con los obispos del país, con quienes compartió “algunas reflexiones partiendo precisamente del gesto eucarístico: en el pan y el vino vemos a Cristo que ofrece su Cuerpo y su Sangre por nosotros”. Seguidamente, Francisco recordó que la historia de la Iglesia de Hungría está “marcada por una fe inquebrantable, por persecuciones y por la sangre de los mártires, está asociada de manera especial al sacrificio de Cristo”. Como los mártires, dar testimonio del Evangelio “Mirando esta historia pasada, hecha de martirio y derramamiento de sangre, podemos encaminarnos hacia el futuro con el mismo deseo que los mártires: vivir la caridad y dar testimonio del Evangelio”, declaró Francisco, al mismo tiempo que invitaba a los prelados húngaros a “custodiar el pasado y mirar al futuro”. El papa insistió que no se trata de olvidar el pasado, sino a partir de él, “encontrar nuevas formas de proclamar el Evangelio”. Memoria de los hombres y mujeres que tuvieron que exiliarse Francisco recordó a las Hermanas húngaras de la Sociedad de Jesús (Englische Fräulein), que tuvieron que abandonar su patria a causa de la persecución religiosa y fundaron un colegio en la ciudad de Plátanos, Buenos Aires. “De su fortaleza, de su valor, de su paciencia y de su amor a la patria aprendí mucho; para mí han sido un testimonio. Al recordarlas hoy aquí, rindo también homenaje a los numerosos hombres y mujeres que tuvieron que exiliarse, así como a los que dieron su vida por su país y por su fe”. El Papa dijo a los obispos que la tradición cristiana es “el río de la vida nueva, que viene desde los orígenes, desde Cristo, hasta nosotros, y nos inserta en la historia de Dios con la humanidad» (Audiencia general, 3 mayo 2006)” y que el ministerio episcopal “es la voz profética de la perenne actualidad del Evangelio en la vida del Pueblo santo de Dios y en la historia de hoy”. Indicaciones para la misión “Me gustaría sugerirles algunas indicaciones para llevar a cabo esta misión”, dijo Francisco a los obispos. En el contexto de los grandes cambios que está viviendo Hungría, la primera indicación es, dijo el Papa: “ser anunciadores del Evangelio. No olvidemos que en el centro de la vida de la Iglesia está el encuentro con Cristo”. Ante la experiencia de la libertad y los consecuentes cambios sociales, Francisco insistió en que el rol de los obispos, a quienes llamó a no quedarse en la administración burocrática, sino que “Sean testigos y anunciadores de la Buena Noticia, propagadores de la alegría, cercanos a los sacerdotes y religiosos con un corazón paternal, ejercitando el arte de la escucha”. El Papa les recordó a los prelados las cuatro proximidades de los obispos: la cercanía a Dios a través de la oración; la cercanía entre los mismos obispos, “la hermandad episcopal, la conferencia episcopal es una gracia”; la cercanía a los sacerdotes, que trae consigo la escucha atenta y paterna y, finalmente, la cercanía al pueblo de Dios. “Para ser obispo hoy -siempre, pero insisto, hoy- hay que ejercitar el arte de la escucha. Y no es fácil”, puntualizó el Papa. Seguidamente insistió: “No tengan miedo de dar espacio a la Palabra de Dios y de involucrar a los laicos, serán los canales por los que el río de la fe irrigará de nuevo a Hungría”. La segunda indicación es la de “ser testigos de la fraternidad”. “Ante la diversidad cultural, étnica, política y religiosa, podemos tener dos actitudes: encerrarnos en una rígida defensa de nuestra supuesta identidad, o abrirnos al encuentro con el otro y cultivar juntos el sueño de una sociedad fraterna” insistió el Papa, quien subrayó que “la pertenencia a la propia identidad nunca debe convertirse en un motivo de hostilidad y desprecio hacia los demás, sino en una ayuda para el diálogo con las diferentes culturas”. A continuación, el Papa invitó a los obispos: “Sean pastores que se interesan por la fraternidad. No dueños del rebaño, sino padres y hermanos (…) ¡Que la Iglesia húngara sea constructora de puentes y promotora de diálogo!” La tercera indicación que hizo Francisco a los obispos es “ser constructores de esperanza”. En este contexto les dijo: “El anuncio del Evangelio reaviva la esperanza porque nos recuerda que en todo lo que nos toca vivir Dios está presente, nos acompaña, nos da valentía y creatividad para comenzar siempre una nueva historia”. El Obispo de Roma hizo memoria de las palabras del venerable cardenal József Mindszenty, hijo y padre de esta Iglesia y de esta tierra y que dejó estas palabras de esperanza: «Dios es joven. El futuro es suyo. Es Él quien evoca lo que es nuevo, lo joven y el mañana de las personas y de los pueblos. Por eso no podemos abandonarnos a la desesperación» (Mensaje al Presidente del Comité Organizador y a los húngaros en el exilio, en J. Közi Horváth, Mindszenty bíboros, 111). “Que, ante las crisis, sociales o eclesiales, ustedes sean siempre constructores de esperanza. Como obispos del país, tengan siempre palabras de aliento”, les dijo Francisco a los obispos. “El pastor debe estar en el rebaño: al principio del rebaño para mostrar el camino, en medio del rebaño para captar el olor, detrás del rebaño para ayudar a los rezagados y también para dejar que el rebaño avance un poco, porque tiene un olfato especial para señalar dónde hay terreno bueno y nutritivo” añadió el Obispo de Roma. El mensaje del Papa finalizó diciendo: “también Hungría necesita un renovado anuncio del Evangelio, una nueva fraternidad social y religiosa, una esperanza que se construya día a día para mirar al futuro con alegría. Ustedes son los pastores protagonistas de este proceso histórico, de esta hermosa aventura. ¡Que Dios los confirme en la alegría de la misión!” “Si tienen un poco de tiempo, dijo Francisco al finalizar la homilía, recen por el Papa. Gracias”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News13 de

13
Sep

Papa Francisco en Congreso Eucarístico: Jesús nos pregunta «¿Quién soy para ti?»

El Papa Francisco presidió, la mañana del domingo 12 de septiembre en la Plaza de los Héroes y acompañado por más de cien mil fieles, la eucaristía conclusiva del 52º Congreso Eucarístico Internacional, desarrollado en la ciudad de Budapest, Hungría. Por “una respuesta personal, de vida” Durante la homilía, Francisco actualizó la pregunta que Jesús hace a sus discípulos en Cesarea de Filipo: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» (Mc 8,29). El Papa resalta que no basta con la admiración por Jesús, sino que hace falta pasar a la “imitación de Jesús” y, de igual manera, dirigiéndose a nosotros, dice el Pontífice: “Pero yo, ¿quién soy de verdad para ti?”. ¿Quién soy para ti? Es una pregunta que, dirigida a cada uno de nosotros, no pide sólo una respuesta correcta, de catecismo, sino una respuesta personal, de vida”. La renovación del discipulado El Papa evidencia que el proceso de renovación del discipulado tuvo lugar a través de tres pasos: “el anuncio de Jesús, el discernimiento con Jesús y el camino en pos de Jesús”. El anuncio de Jesús A la pregunta: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”, respondió Pedro como representante de todo el grupo: «¡Tú eres el Mesías!». Pedro dice todo en pocas palabras, la respuesta es exacta, pero, sorprendentemente, después de este reconocimiento Jesús ordena «que no dijeran nada a nadie de Él» (v. 30). ¿Por qué una prohibición tan categórica?, puntualiza Francisco. El Papa quiere llamarnos la atención sobre los diferentes mesianismos: “Existe siempre el riesgo de anunciar un falso mesianismo, un mesianismo según los hombres y no según Dios. Por eso, a partir de aquel momento, Jesús comienza a revelar su identidad, su identidad pascual, la que encontramos en la Eucaristía. Explica que su misión se culminaría, ciertamente, en la gloria de la resurrección, pero pasando a través de la humillación de la cruz”. Francisco nos advierte sobre los posibles efectos desconcertantes del anuncio de Jesús: “También a nosotros nos gustaría un mesías potente en vez de un siervo crucificado. La Eucaristía está ante nosotros para recordarnos quién es Dios. No lo hace con palabras, sino de forma concreta, mostrándonos a Dios como Pan partido, como Amor crucificado y entregado”. Cristo, para darnos vida, muere, subraya el Papa. Este hecho permite llegar al segundo paso hacia la renovación del discipulado. El discernimiento con Jesús El Obispo de Roma evidencia que la propuesta de Jesús, que incluye la cruz y el dolor, “el hombre se rebela”. Pedro también lo hace y se escandaliza del camino de Jesús, del cual trata de disuadirlo. Francisco añade: “La cruz no está nunca de moda, ni hoy ni en el pasado”. En este contexto, el Papa recuerda la lucha interior que vivió Pedro y que posiblemente vivamos cada uno de nosotros: “un áspero conflicto entre el “pensar como piensa Dios” y el “pensar como piensan los hombres”. ¡Qué lejos está Aquel que reina en silencio sobre la cruz, del falso dios que quisiéramos que reinase con la fuerza y redujese al silencio a nuestros enemigos! ¡Qué distinto es Cristo, que se propone sólo con amor, de los mesías potentes y triunfadores, adulados por el mundo! Jesús nos sacude, no se conforma con las declaraciones de fe, nos pide purificar nuestra religiosidad ante su cruz, ante la Eucaristía, dice Francisco. El Papa nos invita a dejar que Jesús “nos cure de las rigideces y del encerrarnos en nosotros mismos, nos libere de las esclavitudes paralizantes de defender nuestra imagen, nos inspire a seguirlo adonde Él quiera conducirnos”. El camino en pos de Jesús El camino cristiano no es una búsqueda del éxito, sino que comienza con un paso hacia atrás, con un descentramiento liberador, con el quitarse uno del centro de la vida. Es entonces cuando Pedro reconoce que el centro no es su Jesús, sino el verdadero Jesús. El Papa Francisco insiste, caminar en pos de Jesús consiste en “Es ir adelante por la vida con su misma confianza, la de ser hijos amados de Dios. Es recorrer el mismo camino del Maestro, que vino a servir y no a ser servido (cf. Mc 10,45). Es dirigir cada día nuestros pasos al encuentro del hermano. Hacia allí nos lleva la Eucaristía, a sentirnos un solo Cuerpo, a partirnos por los demás”. Francisco finaliza la homilía insistiendo en que, como san Esteban y Santa Isabel, “no nos contentemos con poco, no nos resignemos a una fe que vive de ritos y de repeticiones, abrámonos a la novedad escandalosa de Dios crucificado y resucitado, Pan partido para dar vida al mundo”. Prena CEVNota de prensa de Vatican News13 de septiembre de 2021