Categoría: Papa Francisco

07
Dic

Papa Francisco: la pandemia, una ocasión para hacer florecer la cercanía entre nosotros

Vaticano.- En una entrevista concedida a la revista «50mila volti», editada por la Cooperativa OSA, , Operatori Sanitari Associati, el Papa alienta su labor por la ayuda que ofrece a muchas personas «para atravesar su oscuridad, para no sentirse solos». El Papa reflexionó sobre algunas palabras clave relacionadas con la salud, la vejez y la enfermedad: ámbitos en los que la Cooperativa OSA, Operatori Sanitari Associati (Agentes Sanitarios Asociados), trabaja desde hace al menos 35 años, dedicándose a la asistencia y el cuidado de pacientes cuyas vidas se relatan a menudo en la revista «50mila volti» (50 mil rostros). Entre las páginas hay una entrevista con Francisco, que indica en la «ternura», uno de los términos para dar aún más valor a la atención sanitaria. «El camino por el que Dios se ha hecho presente en la vida de todo hombre, sobre todo a través de Jesús». Sin embargo, la ternura indica la cercanía no sólo por la competencia, sino sobre todo por la participación en la vida concreta de las personas. Es una cercanía entendida como compartir, proximidad, cuidado y amor. Espero que la gran prueba que hemos vivido en la pandemia nos haya hecho anhelar una nueva cercanía entre nosotros. Una nueva ternura. El encuentro entre fragilidades El Papa se detiene en los niños y los ancianos, «principales ciudadanos de las periferias existenciales» de una sociedad centrada en la productividad. «Sus vidas», dice, «se perciben como inútiles. Creo, en cambio, que el encuentro generacional entre los niños y los ancianos debe ser colmado por una cultura que sepa hacer encontrar e integrar este tipo de fragilidad». Se trata, explica Francisco, de «una cuestión humana». Sólo cuando volvamos a preocuparnos sobre todo por los marginados daremos una señal de cambio real. Cuando trabajemos para que ya no haya un conflicto generacional, sino que encontremos el valor de unir a los jóvenes y a los mayores, a los niños y a los ancianos, sólo entonces experimentaremos una nueva calidad de vida en la sociedad. Mirar, escuchar y cuidar La Cooperativa Osa atiende a las personas a domicilio, en la intimidad de su casa, una dimensión de atención afectuosa. Para el Papa, la casa»no es simplemente un lugar, es sobre todo relación» que aporta una nueva fuerza para afrontar la prueba. «Esto no significa», explica Francisco, «que los centros sanitarios sean inútiles, pero deben convertirse en la extrema ratio en la experiencia de la enfermedad y el sufrimiento. El Papa elogia el trabajo realizado «porque hace posible experimentar el dolor y la enfermedad en un entorno ciertamente más acogedor, más humano y más capaz de humanizar incluso una parte de la vida que, precisamente por ser difícil, nos hace sentir más solos, más incomprendidos y más vulnerables». A la luz de su reciente experiencia en el hospital, Francisco sugiere algunas reglas sencillas para los trabajadores de la salud pero que, en esencia, conciernen a quienes viven su servicio y trabajan de manera humana. «Mirar a las personas a los ojos, considerarlas en su sufrimiento sin trivializarlas nunca», y luego escuchar para que «estas personas puedan confiar a alguien el sufrimiento que padecen, las dificultades que tienen». Para el Papa, el hogar «no es simplemente un lugar, es sobre todo una relación» que aporta nuevas fuerzas para afrontar la prueba. «Esto no significa», explica Francisco, «que los centros sanitarios sean inútiles, pero deben convertirse en el último recurso en la experiencia de la enfermedad y el sufrimiento. El Papa elogia el trabajo realizado «porque hace posible experimentar el dolor y la enfermedad en un entorno ciertamente más acogedor, más humano y más capaz de humanizar incluso una parte de la vida que, precisamente por ser difícil, nos hace sentir más solos, más incomprendidos y más vulnerables». A la luz de su reciente experiencia en el hospital, Francis sugiere algunas reglas sencillas para los trabajadores de la salud pero que, en esencia, conciernen a quienes viven su servicio y trabajan de manera humana. «Mirar a la gente a los ojos, considerarla en su sufrimiento sin trivializarla nunca», y luego escuchar para que «esas personas puedan confiar a alguien el sufrimiento que padecen, las dificultades que tienen». Por último, los cuidados «deben traducirse en una forma de ofrecer ayuda, apoyo y servicios profesionales jamás violenta, jamás previsible y jamás mecánica». Todos necesitamos un Cireneo La última pregunta formulada al Papa se refiere al dolor y a la muerte. Francisco subraya que, incluso sin mencionar a Cristo, es imposible prescindir de él y de su experiencia. Recuerda que a menudo «los discursos, en lugar de servir de ayuda o consuelo, provocan aún más sufrimiento», es necesario «no huir, permanecer cerca» en los momentos de prueba, «ante el escándalo del dolor inocente, el escándalo del dolor de un niño». También es necesario evitar la tentación de aislarse porque «cuanto más sufrimos, más sentimos que también necesitamos un cirineo que nos ayude a llevar nuestra cruz». Dios siempre encuentra la manera de hacerse presente en nuestras vidas, incluso cuando sentimos que está lejos o nos sentimos abandonados. Esta es nuestra fuerza. Y aunque no lo sepamos, la Pascua ya está actuando en esa oscuridad. Sólo con el tiempo nos damos cuenta de que hay una luz oculta incluso en la oscuridad más profunda. Mientras esperamos a darnos cuenta de ello, sólo podemos seguir ayudándonos mutuamente.    «Gracias por lo que hacen, porque ayudan a muchas personas a atravesar su oscuridad, a no sentirse solos, a no desanimarse y a poder vivir y atravesar lo que nunca podrían vivir o afrontar solos», concluyó el Papa. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News07 de diciembre de 2021

06
Dic

Papa Francisco llegó a Roma: «Los llevaré conmigo, en la memoria y en la oración»

Vaticano.- Concluyó el 35º Viaje Apostólico Internacional del Papa Francisco que le ha llevado a Chipre y Grecia. El avión papal aterrizó alrededor de las 12.50 hora local en el aeropuerto romano de Ciampino. «Gracias de corazón por la acogida que he recibido en Chipre y Grecia. ¡Gracias a todos los que han colaborado para preparar este #ViajeApostólico! ¡Efcharistó! Los llevaré conmigo, en la memoria y en la oración». Con estas palabras, expresadas en un tuit desde su cuenta @Pontifex, el Papa Francisco saludó al pueblo griego tras abandonar tierra helénica, destino de su 35º viaje apostólico internacional. El traslado desde Atenas al aeropuerto romano de Ciampino duró algo más de dos horas, comenzando a las 10.58 horas con el despegue y aterrizando alrededor de las 12.50 horas. Inmediatamente después de su partida, Francisco envió un mensaje de oración y bendición a la presidenta de la República Helénica, Katerina Sakellaropoulou, así como un mensaje de «profunda gratitud» por la «amable hospitalidad» que había recibido durante su estancia. Durante el vuelo tuvo lugar la habitual rueda de prensa con los periodistas a bordo que han seguido la visita papal. Telegramas con el Presidente Mattarella A su regreso a Italia, el Pontífice envió un telegrama al Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, en el que se lee: «De regreso a Italia, al término de mi viaje apostólico a Chipre y Grecia, durante el cual he tenido la oportunidad de alentar la promoción del diálogo, la consolidación de la democracia y la integración entre los pueblos, me complace dirigirle a usted, señor Presidente, y al pueblo italiano un saludo deferente, que acompaño con cordiales deseos de paz y bien para toda la nación». La respuesta del Jefe de Estado no se hizo esperar: «Al poner la promoción y la defensa de la dignidad humana en el centro de su magisterio -y de su predicación durante esta visita pastoral-, Su Santidad ofrece un incansable estímulo para reforzar el diálogo, la cohesión y la armonía, elementos esenciales para el desarrollo auténticamente humano de los países mediterráneos», escribe Mattarella. «A la espera de tener el placer de volver a encontrarnos dentro de unos días en el Vaticano, renuevo los sentimientos de afecto y cercanía del pueblo italiano». Oración en la Basílica de Santa María la Mayor  Como es habitual, antes de regresar al Vaticano, el Papa Francisco se detuvo en la Basílica de Santa María la Mayor para rezar ante el icono de la Salus Populi Romani. «Volviendo su pensamiento a los numerosos encuentros, los rostros y las historias dolorosas que ha encontrado en los últimos días -informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede- los confió a la Virgen María». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News06 de diciembre de 2021

06
Dic

Papa Francisco: “El documento de la UE sobre la Navidad es un anacronismo”

Vaticano.- En su diálogo con los periodistas durante el vuelo de regreso de Grecia, Francisco habló del viaje, de los migrantes, de la fraternidad con los ortodoxos y del caso de la dimisión del arzobispo de París Aupetit, víctima “de la charlatanería”. «El documento de la UE sobre la Navidad es un anacronismo» de «laicismo aguado». Lo dijo el Papa Francisco respondiendo a las preguntas de los periodistas en el vuelo de regreso a Roma al final de su viaje a Chipre y Grecia. Costandinos Tsindas (CYBC): Su Santidad, sus fuertes observaciones sobre el diálogo interreligioso, tanto en Chipre como en Grecia, han suscitado expectativas estimulantes a nivel internacional. Dicen que pedir perdón es lo más difícil de hacer. Usted lo ha hecho de modo espectacular. Pero, ¿qué tiene programado hacer el Vaticano para poner juntos al cristianismo católico y ortodoxo? ¿Está previsto un sínodo? Junto con el Patriarca Ecuménico Bartolomé, ha pedido a todos los cristianos que celebren en el 2025 los 17 siglos del primer Sínodo ecuménico de Nicea. ¿Cuáles son los pasos a seguir en este proceso? Por último, la cuestión del documento de la UE sobre la Navidad… Sí, gracias. He pedido disculpas, he pedido disculpas ante Jerónimo, mi hermano Jerónimo, he pedido disculpas por todas las divisiones que hay entre los cristianos, pero sobre todo por aquellas que nosotros hemos provocado: los católicos. También he querido pedir disculpas, viendo la guerra por la independencia – Jerónimo me lo señaló – una parte de los católicos se pusieron del lado de los gobiernos europeos para impedir la independencia griega. En cambio, en las islas, los católicos de las islas apoyaron la independencia, incluso fueron a la guerra, algunos dieron su vida por la patria. Pero el centro – digamos así – en aquel momento se ponía del lado de Europa… no sé qué gobierno allí, cortaban el bacalao, pero así era la cosa. Y también el pedir disculpas por el escándalo de la división, al menos por aquello de lo que nosotros tenemos la culpa. El espíritu de autosuficiencia – se nos calla la boca cuando sentimos que debemos pedir perdón – a mí siempre me hace pensar que Dios jamás se cansa de perdonar, jamás, jamás… Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón, y cuando no le pedimos perdón a Dios, difícilmente se lo pediremos a los hermanos. Es más difícil pedir perdón a un hermano que a Dios, porque sabemos que él dice: «Sí, ve, ve, ve, estás perdonado». En cambio, con los hermanos… está la vergüenza, y la humillación… Pero en el mundo de hoy se necesita la actitud de la humillación y del pedir perdón. En el mundo están sucediendo tantas cosas, muchas vidas perdidas, muchas guerras… ¿Cómo es que no pedimos perdón? Volviendo a esto, de que he querido pedir disculpas por las divisiones, al menos por las que nosotros hemos provocado. Los demás (son) los responsables quienes lo piden, pero (por) los nuestros pido disculpas, y también por aquel episodio de la guerra en el que parte de los católicos se pusieron del lado del gobierno europeo, y los de las islas fueron a la guerra a defender… No sé si es suficiente… Y también una última disculpa – esta me salió del corazón – una disculpa por el escándalo del drama de los migrantes, por el escándalo de tantas vidas ahogadas en el mar, etc. Sobre el aspecto sinodal: sí, somos un solo rebaño, es cierto. Y hacer esta división – clero y laicos – es una división funcional, sí, de calificación, pero hay una unidad, un único rebaño. Y la dinámica entre las diferencias dentro de la Iglesia es la sinodalidad: es decir, escucharse mutuamente, e ir juntos. Syn odòs: avanzar juntos. Este es el sentido de la sinodalidad: que sus Iglesias ortodoxas, incluso las Iglesias católicas orientales, han conservado esto. La Iglesia latina, en cambio, se había olvidado del Sínodo, y fue San Pablo VI quien restableció el camino sinodal hace 54, 56 años. Y estamos haciendo un camino para adquirir el hábito de la sinodalidad, de caminar juntos. Por último, usted se refirió al documento de la Unión Europea sobre la Navidad… esto es un anacronismo. En la historia, muchas, muchas dictaduras han intentado hacerlo. Piensa en Napoleón: a partir de ahí… Piensa en la dictadura nazi, en la comunista… es una moda de un laicismo aguado, agua destilada… Pero esto es algo que no funcionó durante la historia. Pero esto me hace pensar en algo, hablando de la Unión Europea, que creo que es necesario: la Unión Europea debe asumir los ideales de los padres fundadores, que eran ideales de unidad, de grandeza, y tener cuidado de no dar paso a las colonizaciones ideológicas. Esto podría acabar dividiendo a los países y (hacer) fracasar a la Unión Europea. La Unión Europea debe respetar a cada país tal y como está estructurado en su interior. La variedad de países, y no querer uniformar. Yo creo que no lo hará, no era su intención, pero tener cuidado, porque a veces vienen, y lanzan proyectos como éste y no saben qué hacer, no sé me viene en mente… No, cada país tiene su peculiaridad, pero cada país está abierto a los demás. Unión Europea: su soberanía, la soberanía de los hermanos en una unidad que respeta la singularidad de cada país. Y estar atentos a no ser vehículos de colonizaciones ideológicas. Por esto, eso de la Navidad es un anacronismo. Iliana Magra (Kathimerini): Santo Padre, gracias por su visita a Grecia. Usted habló en el palacio presidencial de Atenas de que la democracia está retrocediendo, sobre todo en Europa, ¿a qué nación se refería?  ¿Qué les diría a los líderes que se declaran cristianos devotos pero que al mismo tiempo promueven valores y políticas antidemocráticas? La democracia es un tesoro, un tesoro de civilización, y debe ser custodiado. Y no sólo custodiado por una entidad superior, sino custodiado entre los mismos países, [hay que] custodiar la democracia de los demás. 

06
Dic

Papa Francisco a los refugiados: Estoy aquí para decirles que estoy cerca de ustedes

Vaticano.- El Papa, en su encuentro con los refugiados, en el Centro de Recepción e identificación Mytilene, recordó una vez más, que la migración es un problema de todos, y la pandemia, “nos ha hecho sentir, que estamos todos en la misma barca” experimentando los mismos miedos de los migrantes. “Estoy aquí para decirles que estoy cerca de ustedes; estoy aquí para ver sus rostros, para mirarlos a los ojos: ojos cargados de miedo y de esperanza, ojos que han visto la violencia y la pobreza, ojos surcados por demasiadas lágrimas». Es así como el Papa se dirigió a los presentes en Mytilene, en el Centro de Recepción e identificación, sobre todo a los refugiados, y recordó hace cinco años, su visita a la isla, cuando el Patriarca Ecuménico, Bartolomé le dijo que quien tiene miedo de ellos, de los refugiados, «no los ha mirado a los ojos. El que les tiene miedo no ha visto sus rostros. El que les tiene miedo no ve a sus hijos.  Olvida que la dignidad y la libertad trascienden el miedo y la división. Olvida que la migración no es un problema del Oriente Medio y del África septentrional, de Europa y de Grecia. Es un problema del mundo». El Santo Padre insistió que sino hay una reconciliación con los más débiles, no habrá un «futuro próspero».  Rechazar a los pobres, afirmó es rechazar la paz. Pidió a Dios que «nos despierte del olvido de quien sufre, que nos sacuda del individualismo que excluye, que despierte los corazones sordos a las necesidades del prójimo». Los problemas se resuelven no con los muros sino uniendo fuerzas para hacerse cargo de los demás.  El Mar Mediterráneo se ha convertido en un «frío cementerio sin lápidas», y aseveró:  ¡No dejemos que el mare nostrum se convierta en un desolador mare mortuum, ni que este lugar de encuentro se vuelva un escenario de conflictos! La migración: un problema de todos El Papa afirmó que la migración es «un problema del mundo, una crisis humanitaria que concierne a todos», y añadió que la pandemia, que nos ha afectado globalmente, nos ha hecho «sentir a todos en la misma barca», y experimentar «lo que significa tener los mismos miedos». La humanidad ha comprendido que los grandes problemas se «afrontan juntos, porque en el mundo de hoy las soluciones fragmentadas son inadecuadas». El Pontífice señaló que a pesar que a nivel mundial, se llevan a cabo las vacunaciones, en medio de «retrasos e incertezas», sin embargo, siente, dijo, que parece que «algo se está moviendo en la lucha contra el cambio climático, todo parece terriblemente opaco en lo que se refiere a las migraciones», agregó, y, sin embargo, están en juego personas, vidas humanas. Está en juego el «futuro de todos que si no está integrado, no será sereno».  La historia siempre nos ha enseñado pero aún no hemos aprendido, dijo el Papa, que para orientar el futuro hacia el bien son necesarias políticas más amplias y no acciones unilaterales. Debe terminar el «continuo rebote de responsabilidades, que no se delegue siempre a los otros la cuestión migratoria, como si a ninguno le importara y fuese sólo una carga inútil que alguno se ve obligado a soportar». «Que Dios nos despierte del olvido de quien sufre»                         En su discurso, el Papa pidió a Dios que «nos despierte del olvido de quien sufre, que nos sacuda del individualismo que excluye, que despierte los corazones sordos a las necesidades del prójimo», los refugiados, «nos piden», dijo, «que no miremos a otra parte, que no reneguemos de la humanidad que nos une, que hagamos nuestras sus historias y no olvidemos sus dramas». Francisco, le pide al «hombre», a cada uno, que «superemos la parálisis del miedo, la indiferencia que mata, el cínico desinterés que con guantes de seda condena a muerte a quienes están en los márgenes. Afrontemos desde su raíz al pensamiento dominante, que gira en torno al propio yo, a los propios egoísmos personales y nacionales, que se convierten en medida y criterio de todo». Los muros no resuelven ni protegen del peligro Muros que, según el Papa, pretenden resolver los problemas: «Ciertamente, los temores y las inseguridades, las dificultades y los peligros son comprensibles. El cansancio y la frustración, agudizados por la crisis económica y pandémica, se perciben, pero no es levantando barreras como se resuelven los problemas y se mejora la convivencia, sino uniendo fuerzas para hacerse cargo de los demás según las posibilidades reales de cada uno y en el respeto de la legalidad, poniendo siempre en primer lugar el valor irrenunciable de la vida de todo hombre».  La solución que propone Francisco es la de «sumergirse en los problemas de la mayoría de la humanidad, de tantas poblaciones víctimas de emergencias humanitarias que no han provocado sino sólo padecido, a menudo después de largas historias de explotación todavía en curso». Y aconsejó que en vez de arrastrar a la opinión pública al miedo al otro, mejor, se hable, «con el mismo tono», de la «explotación de los pobres, o de las guerras olvidadas y a menudo generosamente financiadas, o de los acuerdos económicos que se hacen a costa de la gente, o de las maniobras ocultas para traficar armas y hacer que prolifere su comercio».  Acciones concertadas para resolver emergencias Es necesario, dijo enfrentar «las causas remotas, no a las pobres personas que pagan las consecuencias de ello, siendo además usadas como propaganda política. Para remover las causas profundas no se puede sólo resolver las emergencias. Se necesitan acciones concertadas. Es necesario acercarse a los cambios históricos con amplitud de miras», afirmó, porque no existen «respuestas fáciles para problemas complejos; existe más bien la necesidad de acompañar los procesos desde dentro, para superar los guetos y favorecer una lenta e indispensable integración, para acoger las culturas y las tradiciones de los otros de una manera fraterna y responsable». Francisco, pidió que para recomenzar, «miremos el rostro de los niños. Hallemos la

03
Dic

Papa Francisco: Cerrazones y prejuicios levantan muros e impiden el encuentro

Vaticano.- El sueño de Dios, de una humanidad liberada del odio que intoxica, donde no hay forasteros sino conciudadanos reconciliados resonó en la Iglesia de la Santa Cruz en Nicosia, en el encuentro ecuménico del Santo Padre con los migrantes. Al responder a cada testimonio, el Pontífice llamó a no “resignarnos a vivir en un mundo dividido», a no quedarnos callados e indiferentes ante el sufrimiento. “Ustedes no son forasteros, sino conciudadanos”. Esta frase del Apóstol Pablo a los cristianos de Éfeso inspiró el discurso del Papa Francisco a los migrantes reunidos en la Iglesia franciscana de la Santa Cruz en Nicosia. Un encuentro ecuménico que abrió con los testimonios de varios jóvenes migrantes provenientes de África, Medio Oriente y Asia, historias que ya el Papa conocía, pues las había recibido con anticipación y que lo habían “emocionado mucho”, lo habían, como hoy “conmovido”. Las cosas como son Cuando ya había respondido en su discurso a las palabras de sus interlocutores, cuando ya había conminado a todos los cristianos presentes a seguir el único camino posible de la unidad en el amor de Dios, el Papa, pidiendo “disculpas, por decir las cosas como son”, dio peso a esas palabras con las que inició su discurso, “emocionado y conmovido”, hacia los migrantes presentes en la celebración. “Escuchándote, mirándote a la cara, el recuerdo va más allá, va al sufrimiento. Has llegado aquí, pero ¿cuántos de tus hermanos y hermanas quedan en el camino? ¿Cuántas personas desesperadas inician su viaje en condiciones muy difíciles, incluso precarias, y no han podido llegar? Podemos hablar de este mar que se ha convertido en un gran cementerio. Mirándote, miro los sufrimientos del viaje, tantos que han sido secuestrados, vendidos, explotados, todavía están en camino, no sabemos hacia dónde. Pero es la historia de una esclavitud, una esclavitud universal”. Una grave enfermedad En una dolorosa enumeración de noticias que diariamente hablan del sufrimiento de migrantes, desplazados y refugiados, el Papa exhortó a no “acostumbrarse” a leer estas tragedias en los periódicos o escucharlas en otros medios, porque sería caer en una grave enfermedad. “Mirándote, pienso en muchos que tuvieron que volver porque los rechazaron y terminaron en campos de concentración, verdaderos campos de concentración, donde las mujeres son vendidas, los hombres torturados, esclavizados”, dijo el Pontífice, al recordar que no son solo los esclavos del pasado, “los de los nazis, los de Stalin” sino lo de hoy: ¡Está sucediendo hoy, en las costas cercanas! Puentes de esclavitud. “Es la guerra de este momento, es el sufrimiento de hermanos y hermanas que no podemos callar”, añadió el Papa.  “No podemos quedarnos callados y mirar para otro lado, en esta cultura de la indiferencia”. El sueño de Dios La celebración ecuménica que comenzó con el saludo del Patriarca de los Latinos de Jerusalén y de las palabras de una representante de Cáritas Chipre, dieron paso a las historias de estos cuatro jóvenes migrantes a quienes el Papa respondió personalmente, pues sus testimonios son “como un espejo”, no sólo para los numerosos migrantes que en los últimos años han llegado a Chipre, sino también para las comunidades cristianas llamadas a cumplir el sueño de Dios. Al destacar la actualidad de las palabras de San Pablo cuando dice: “Ustedes ya no son extraños ni forasteros, sino conciudadanos.”, el Papa afirmó que en ellas se cumple la “profecía de la Iglesia”, la de una comunidad que “encarna —con todos los límites humanos— el sueño de Dios”. “Como tú – le confirmó el Papa a Marianie, de la República democrática de Congo – Dios sueña un mundo de paz, en el que sus hijos viven como hermanos y hermanas. Somos nosotros que no lo queremos”. No somos números En cambio, a Thamara, de Sri Lanka, que a menudo cuando le preguntan “quién es” se siente como un número más, un caso más, el Pontífice reconoció que lamentablemente con esa pregunta “lo que se quiere decir es: “¿De qué parte estás? ¿A qué grupo perteneces?” «La brutalidad de la migración pone en peligro la identidad de uno», es decir, enfatizó el Pontífice, hace que la persona se pregunte quién es y dónde están sus raíces. “No somos números ni individuos que haya que catalogar – subrayó Francisco – somos ‘hermanos’, ‘amigos’, ‘creyentes’ y ‘prójimos’ los unos de los otros”.  Y añadió que cuando los intereses de grupo o los intereses políticos, incluso de las naciones, presionan , tienden también a esclavizar sin que nos demos cuenta:  «El amor -dijo – que es amplio, que es contrario al odio, el amor nos hace libres. El odio que intoxica A Maccolins, un joven de Camerún que se dice “herido por el odio” a lo largo de su vida, el Santo Padre recuerdó que el odio ha contaminado también las relaciones entre los cristianos, lo que ha dejado una “marca profunda” que dura mucho tiempo.  El odio, dijo el Papa, “es un veneno del que resulta difícil desintoxicarse, es una mentalidad distorsionada que, en vez de hacer que nos reconozcamos hermanos, lleva a que nos veamos como adversarios, como rivales. El muro de los prejuicios Al responder el testimonio de Rozh, un joven de Irak que al contar el largo recorrido que lo llevó hasta Chipre, dijo ser “una persona en camino”, Francisco enfatizó que también la comunidad de cristianos es “una comunidad en camino”, que como la suya está hecha de “subidas y bajadas”, que no deben asustar “No nos deben asustar las diferencias entre nosotros, sino más bien, nuestras cerrazones y nuestros prejuicios, que impiden que nos encontremos realmente y que caminemos juntos. Las cerrazones y los prejuicios vuelven a construir entre nosotros ese muro de separación que Cristo ha derribado, es decir, la enemistad. Avanzar en la unidad El Papa durante el encuentro ecuménico habló sobre la necesidad de avanzar hacia la unidad de los cristianos con la mirada fija en Dios que “es una nuestra paz” y nuestra “piedra principal”.  Recordó que Jesús viene a nuestro encuentro “en el rostro del hermano marginado y descartado, en el

03
Dic

Papa Francisco: juntos en el camino de la unidad

Vaticano.- Al firmar el Libro de Honor en el arzobispado ortodoxo de Chipre, en Nicosia, en la apertura de la segunda jornada de su viaje apostólico, el Pontífice reafirma que el camino de los pastores es el del diálogo, «un camino fatigoso, paciente y seguro». El segundo día de Francisco en la isla comenzó con una visita de cortesía a Su Beatitud Crisóstomo II, en el Palacio Arzobispal Ortodoxo de Chipre. Un día dedicado al ecumenismo Testimonio vivo de la esperanza Las sonrisas y la cordialidad marcaron el encuentro, que se mantuvo en una dimensión privada. De hecho, tras las primeras palabras entre el Papa y el Patriarca ortodoxo, las cámaras se desplazaron al exterior. Después de la conversación privada ambos firmaron el Libro de Honor, Francisco escribió: “Peregrino en Chipre, perla de la historia y de la fe, invoco de Dios la humildad y el coraje para caminar juntos hacia la plena unidad y dar al mundo, a ejemplo de los Apóstoles, un mensaje fraterno de consuelo y un testimonio vivo de esperanza” «Su Beatitud, gracias por hablar de la Iglesia Madre, en medio del pueblo. Este -escribe el Papa en el Libro de Honor- es el camino que nos une como pastores. Avancemos juntos por este camino. Y muchas gracias por hablar de diálogo. Debemos avanzar siempre por el camino del diálogo, un camino laborioso, paciente y seguro, un camino de coraje. Parresía y paciencia». La figura del Patriarca Crisóstomo II Tras la firma del Libro de Honor, el Papa Francisco se dirigió a la catedral ortodoxa para reunirse con el Santo Sínodo junto con Su Beatitud Crisóstomo II (cuyo nombre de pila es Irodotos Dimitriou), arzobispo de Nueva Justiniana y de todo Chipre. La máxima autoridad ortodoxa de Chipre nació en Tala (Pafos) el 10 de abril de 1941. Ordenado diácono el 3 de noviembre de 1963, estudió en la Escuela de Teología de la Universidad de Atenas de 1968 a 1972. Fue ordenado sacerdote el 12 de noviembre de 1972 de manos del entonces arzobispo de Chipre Makarios III. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News03 de diciembre de 2021

03
Dic

Papa Francisco: Trabajar juntos en la caridad, educación y promoción dignidad humana

Vaticano.- El Papa Francisco, en su discurso al Santo Sínodo, resaltó que es necesario despojarse de aquello que, aun siendo valioso, es terreno, para favorecer la plenitud de la unidad, refriéndose que se corre el riesgo de “absolutizar ciertos usos y costumbres que no son esenciales para vivir la fe”. El Papa dijo al Santo Sínodo, que, aunque si en la historia, en el campo de las relaciones, se “abrieron amplios surcos entre nosotros, pero el Espíritu Santo desea que volvamos a acercarnos con humildad y respeto. Él nos invita a no resignarnos frente a las divisiones del pasado y a cultivar juntos el campo del Reino, con paciencia, asiduidad y de modo concreto”. Dejar de lado, dijo, teorías abstractas y trabajar juntos codo a codo, en la caridad, en la educación y en la promoción de la dignidad humana. Así, dijo “redescubriremos al hermano y la comunión madurará por sí misma, para gloria de Dios. Cada uno mantendrá las propias maneras y el propio estilo pero, con el tiempo, el trabajo conjunto acrecentará la concordia y se mostrará fecundo”. En su discurso a su Beatitud Crisóstomo II, el Papa agradeció sobre todo al Arzobispo primado, por el compromiso de promover el diálogo entre los cristianos. El Papa recordó el origen común que tenemos: “Pablo atravesó Chipre y posteriormente llegó a Roma. Por tanto, descendemos del mismo ardor apostólico y nos une un único camino: el del Evangelio. Me agrada ver que seguimos caminando en la misma dirección, en busca de una fraternidad cada vez mayor y de la unidad plena”. El Papa, le expresó a Su Beatitud, que se sintió conmovido hoy, en el diálogo que tuvieron. Sobre todo cuando habló de la «Iglesia Madre. Nuestra Iglesia es una madre, y una madre siempre reúne a sus hijos con ternura». Tenemos confianza en esta Iglesia Madre, le dijo el Papa, que nos reúne a todos y que con «paciencia, ternura y valentía nos conduce por el camino del Señor. Pero, para sentir la maternidad de la Iglesia, todos tenemos que ir allí, donde la Iglesia es madre. Todos, con nuestras diferencias, pero todos hijos de la Iglesia Madre. Gracias por la reflexión que has hecho hoy conmigo». Bernabé: hijo del consuelo y de la exhortación Recordando la figura de san Bernabé, “la palabra Bernabé significa al mismo tiempo “hijo del consuelo” e “hijo de la exhortación”. Es hermoso que en su figura se fundan ambas características, indispensables para el anuncio del Evangelio. En efecto, todo consuelo verdadero no puede ser intimista, sino que debe traducirse en exhortación, orientar la libertad hacia el bien. Al mismo tiempo, cada exhortación en la fe no puede más que fundarse en la presencia consoladora de Dios y estar acompañada por la caridad fraterna”. De este modo Bernabé, hijo del consuelo, afirmó el Papa, nos exhorta a nosotros sus hermanos a emprender la misma misión de proclamar el Evangelio a los hombres, invitándonos a comprender que el anuncio no puede basarse en exhortaciones generales, en la repetición de preceptos y normas que observar, como se ha hecho con frecuencia. er hijos del consuelo: es escuchar, dejarse interrogar “Hay que seguir el camino del encuentro personal, prestar atención a las preguntas de la gente, a sus necesidades existenciales. Para ser hijos del consuelo, antes de decir cualquier cosa, es necesario escuchar, dejarse interrogar, descubrir al otro, compartir: porque el Evangelio se transmite por la comunión. Esto es lo que, como católicos, deseamos vivir en los próximos años, redescubriendo la dimensión sinodal, constitutiva del ser de la Iglesia. Y en esto sentimos la necesidad de caminar más intensamente con ustedes, queridos hermanos, que por medio de la experiencia de su sinodalidad pueden sernos verdaderamente de gran ayuda”. El Pontífice expresó su deseo de que aumenten las posibilidades de “encontrarnos, de conocernos mejor, de derribar muchos preconceptos y de disponernos para una escucha serena de las respectivas experiencias de fe. Será una exhortación estimulante para que cada uno ofrezca lo mejor y esto dará un fruto espiritual de consolación a todos. El apóstol Pablo, de quien descendemos, habla a menudo de consolación y es hermoso imaginar que Bernabé, hijo del consuelo, haya sido el inspirador de algunas palabras suyas, como aquellas del comienzo de la segunda Carta a los corintios, con las que recomienda que nos consolemos mutuamente con el mismo consuelo que recibimos de Dios (cf. 2 Co 1,3-5)”. Oración y cercanía del Papa Por tanto, el Papa les aseguró su oración y cercanía, así como la de la Iglesia católica, tanto en los “problemas más dolorosos que los angustian como en las esperanzas más hermosas y audaces que los animan. Las tristezas y las alegrías de ustedes nos pertenecen, las sentimos nuestras; y también sentimos que necesitamos mucho de sus oraciones”. Despojarnos de lo terreno para vivir a plenitud unidad Pero también, señalo el Papa, san Bernabé es presentado en los Hechos de los Apóstoles como «un levita nacido en Chipre» (Hch 4,36). “El texto no agrega otros detalles, ni en cuanto a su aspecto ni en cuanto a su persona, pero inmediatamente después revela a Bernabé por medio de una acción emblemática: «vendió un campo de su propiedad, llevó el importe y lo puso a disposición de los apóstoles» (v. 37). Este magnífico gesto sugiere que para revitalizarnos en la comunión y en la misión también nosotros hemos de tener la valentía de despojarnos de aquello que, aun siendo valioso, es terreno, para favorecer la plenitud de la unidad”. Al respecto, Francisco resaltó que no se refiere a lo que es sagrado y ayuda a encontrar al Señor, sino al riesgo de “absolutizar ciertos usos y costumbres que no son esenciales para vivir la fe. No nos dejemos paralizar por el temor de abrirnos y de realizar gestos audaces, no secundemos el “carácter irreconciliable de las diferencias” que no encuentra correspondencia en el Evangelio. No permitamos que las tradiciones —en plural y con la “t” minúscula— tiendan a prevalecer sobre la Tradición —en

03
Dic

Papa Francisco: La migración necesita una intervención eficaz con un esfuerzo conjunto

Vaticano.- El Papa, dirigiéndose a participantes en la VII Conferencias Diálogos Med, dijo que el fenómeno migratorio en el Mediterráneo muestra que todo está conectado y nos advierte, dijo el Papa, de que una solución estable requiere un enfoque capaz de tener en cuenta los múltiples aspectos vinculados a él, que los diálogos de esta Conferencia pueden poner de relieve. El Papa envió un mensaje a los participantes en la VII Conferencia Diálogos MED de Roma, promovida anualmente por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Italia y el Instituto de Estudios de Política Internacional, con el objetivo de repensar el enfoque tradicional del área mediterránea y buscar respuestas nuevas y compartidas a los importantes retos que plantea. El Papa les dijo, que el “mare nostrum” tiene una importancia geopolítica central, el Mediterráneo es la frontera, y por tanto el lugar de encuentro, de tres continentes, afirmó, que no sólo están bañados por él, sino que se tocan en él y por tanto están llamados a convivir. La política y la diplomacia que hagan lo posible contra la indiferencia “La interconexión centrada en este mar nos muestra, y no sólo simbólicamente, que todo el planeta es una gran casa común y que el destino de un país no puede ser independiente del de los demás”. Y advirtió que el “propio concepto de independencia está cambiando peligrosamente. Mientras que en el pasado significaba sobre todo la reivindicación legítima de autonomía frente a la injerencia o la ocupación de Estados extranjeros”, actualmente, “la independencia está adquiriendo un significado de «indiferencia» y «desinterés» hacia el destino de otros pueblos”. Por tanto, el Pontífice alertó que la política y la diplomacia deben cuestionarse y hacer todo lo posible para evitar que el proceso de globalización degenere en la globalización de la indiferencia. Sobre todo, como lo demuestra la crisis climática y la pandemia, “pruebas de que no sólo los Estados, sino aún más los Continentes, no pueden seguir ignorándose mutuamente”. Al respecto, Francisco dijo que, en esta área mediterránea, “todos los recursos y todo el potencial de este mar necesitan un nuevo enfoque, no individual y egoísta, sino conjunto y compartido entre los países que lo bordean, y también entre los que no lo bordean pero que se ven afectados por las políticas mediterráneas de diferentes maneras”. Un enfoque, afirmó, capaz de difundir los múltiples conflictos regionales que se desarrollan en la superficie, en las profundidades y en los bordes del mar, y que se extienden desde el mar hasta los continentes. El tema urgente de la migración Uno de los principales problemas centrales en el Mediterráneo es la migración, un tema “urgente”, que requiere además “una visión política de largo alcance”, y que siempre ha estado en el corazón del Papa y que motivó su primer viaje apostólico, a la isla de Lampedusa, en 2013. “El fenómeno migratorio nos muestra una vez más que todo está conectado y nos advierte de que una solución estable requiere un enfoque capaz de tener en cuenta los múltiples aspectos vinculados a él, que los diálogos de esta Conferencia pueden poner de relieve”. Los acontecimientos de los últimos años, dijo más adelante, confirman cada vez más que una intervención eficaz sólo puede provenir de un esfuerzo conjunto no limitado a los países fronterizos, sino también compartido por los respectivos continentes a los que pertenecen. “No hay que dejar a nadie solo ante este enorme problema. Todos deben sentirse responsables, porque todos lo son de hecho”, afirmó. El Mediterráneo centro de atención de la Iglesia El Mediterráneo es el centro de la atención constante de la Iglesia. Mientras se realiza esta Conferencia, el Papa se encuentra realizando su viaje apostólico a Chipre y Grecia. El año pasado se realizó “el fructífero encuentro” en Bari, con el tema: «Mediterráneo, frontera de la paz», promovido por la Conferencia Episcopal Italiana, en el que participaron los obispos de 20 países ribereños del mare nostrum, el próximo año se hará otro encuentro en Florencia, que se está organizando actualmente, dijo el Santo Padre. Al respecto, expresó un deseo, le gustaría pensar, dijo, que estos encuentros eclesiales, y sus diálogos sobre el Mediterráneo pueden inspirarse en las «conversaciones mediterráneas» inauguradas por Giorgio La Pira en los años 50 y 60, que acercaron las orillas opuestas del mar, inaugurando la política de diálogo en torno a lo que La Pira consideraba, en una visión de fe, como «un gran lago de Tiberíades». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News03 de diciembre de 2021

03
Dic

Papa Francisco en la Santa Misa en Chipre: se necesitan cristianos luminosos

Vaticano.- Cristianos que “lleven la luz recibida de Cristo para iluminar la noche que a menudo nos rodea”. El Papa en la homilía en el Estadio GSP habló de tres pasos que en este Adviento “pueden ayudarnos a acoger al Señor que viene”. El punto de partida fue el Evangelio de Mateo que habla de la curación de los ciegos que van hacia Jesús, juntos le llevan sus sufrimientos y anuncian con alegría su curación. Lo hacen porque “perciben que, en la oscuridad de la historia, Él es la luz que ilumina el mundo». En la memoria de San Francisco Javier el Papa celebró la Santa Misa en el Estadio Neo GSP de Chipre. Del Evangelio de Mateo, que narra de los ciegos que expresaban a gritos a Jesús su miseria y esperanza, el Papa Francisco desarrolló su reflexión, deteniéndose en tres pasos del encuentro que, en este camino de Adviento, “pueden ayudarnos a acoger al Señor que viene.”  «¡Hijo de David, ten piedad de nosotros!» Los ciegos que gritaban a Jesús mientras lo seguían, llamándolo “Hijo de David” – título que era atribuido al Mesías, que las profecías anunciaban como proveniente de la estirpe de David – no lo “veían”, pero “escuchaban su voz y seguían sus pasos”. Buscaban en Cristo “lo que habían preanunciado los profetas, es decir, los signos de curación y de compasión de Dios en medio de su pueblo”. Los dos ciegos del Evangelio – dijo el Santo Padre – “se fían” de Jesús y lo siguen en busca de luz para sus ojos. Y lo hacen porque “perciben que, en la oscuridad de la historia, Él es la luz que ilumina las noches del corazón y del mundo, que derrota las tinieblas y vence toda ceguera”.  También nosotros, como los dos ciegos, tenemos cegueras en el corazón. También nosotros, como los dos ciegos, somos viajeros a menudo inmersos en la oscuridad de la vida. Lo primero que hay que hacer es acudir a Jesús, como Él mismo dijo: «Vengan a mí todos los cansados y abrumados por cargas, y yo los haré descansar» (Mt 11,28). ¿Quién de nosotros no está de alguna manera cansado y abrumado? Pero nos resistimos a ir hacia Jesús; muchas veces preferimos quedarnos encerrados en nosotros mismos, estar solos con nuestras oscuridades, autocompadecernos, aceptando la mala compañía de la tristeza. Jesús es el médico, sólo Él, la luz verdadera que ilumina a todo hombre (cf. Jn 1,9), nos da luz, calor y amor en abundancia. Sólo Él libera el corazón del mal. El “primer paso” indicado por el Papa es, pues, “ir hacia Jesús”: darle la posibilidad de curarnos el corazón.  Si cada uno piensa en sí mismo, no podrá curarse la ceguera Tal como reza el relato evangélico, en este caso no se cura a un solo ciego, sino dos: “se encuentran – dijo el Papa – juntos en el camino”. Lo significativo, tal como indicó el Santo Padre, es que dicen a Cristo “ten piedad de nosotros”. No piensa “cada uno en su propia ceguera, sino que piden ayuda juntos”. Se trata del “signo elocuente de la vida cristiana, el rasgo distintivo del espíritu eclesial” que es “pensar, hablar y actuar como un ‘nosotros’, saliendo del individualismo y de la pretensión de la autosuficiencia que enferman el corazón”. Los dos ciegos, al compartir sus sufrimientos y con su amistad fraterna, nos enseñan mucho. Cada uno de nosotros de algún modo está ciego a causa del pecado, que nos impide “ver” a Dios como Padre y a los otros como hermanos. Esto es lo que hace el pecado: distorsiona la realidad, nos hace ver a Dios como el amo y a los otros como problemas. Es la obra del tentador, que falsifica las cosas y tiende a mostrárnoslas bajo una luz negativa para arrojarnos en el desánimo y la amargura. Y la horrible tristeza, que es peligrosa y no viene de Dios, anida bien en la soledad. Por tanto, no se puede afrontar la oscuridad estando solos. Si llevamos solos nuestras cegueras interiores, nos vemos abrumados. Necesitamos ponernos uno junto al otro, compartir las heridas y afrontar el camino juntos.   Son esos los motivos por los que el Papa señala el segundo paso: el de llevar “juntos” a Jesús nuestras heridas. Y es el motivo por el que “frente a cada oscuridad personal y a los desafíos que se nos presentan en la Iglesia y en la sociedad” somos llamados “a renovar la fraternidad”, puesto que, “si permanecemos divididos entre nosotros, si cada uno piensa sólo en sí mismo o en su grupo, si no nos juntamos, si no dialogamos, si no caminamos unidos, no podremos – aseguró Francisco – curar la ceguera plenamente”.  Se necesitan cristianos “luminosos” Aunque Jesús había recomendado a los ciegos, tras haberlos curado, que no dijeran nada a nadie, ellos, sin embargo, hicieron lo contrario. No fue para “desobedecer al Señor”, sino simplemente porque “no lograron contener el entusiasmo” del encuentro y de su curación. De ahí que el tercer y último paso indicado por el Papa haya sido el de “anunciar el Evangelio con alegría”, signo distintivo del cristiano:  La alegría del Evangelio, que es incontenible, «llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 1), libera del riesgo de una fe intimista, distante y quejumbrosa, e introduce en el dinamismo del testimonio. Vivir con alegría el anuncio liberador del Evangelio, aseguró Francisco, “no se trata de proselitismo, sino de testimonio; no es moralismo que juzga, sino misericordia que abraza; no se trata de culto exterior, sino de amor vivido”. He aquí que animó a los chipriotas, tras haber manifestado su alegría por ver cómo viven el Evangelio, a seguir adelante y a renovar el encuentro con Jesús, saliendo “sin miedo” para testimoniarlo, llevando “la luz” recibida para “iluminar la noche que a menudo nos rodea”.  Se necesitan cristianos iluminados, pero sobre todo luminosos, que toquen con ternura las cegueras de los hermanos,

02
Dic

El Papa a autoridades de Chipre: los muros del miedo no contribuirán al progreso

Vaticano.- “No serán los muros del miedo ni los vetos dictados por intereses nacionalistas los que contribuirán al progreso, ni tampoco la recuperación económica por sí sola podrá garantizar la seguridad y la estabilidad”. Un subrayado del discurso del Papa Francisco a las autoridades de Chipre, que destacó, previo a estas palabras, la “encrucijada geográfica, histórica, cultural y religiosa” que constituye el país para poner en marcha, en tiempos que no parecen favorables, una «acción de paz”. El segundo discurso de su Viaje Apostólico Francisco lo pronunció en el Palacio Presidencial de Chipre, en donde tuvo lugar la ceremonia de bienvenida, con la visita de cortesía al Presidente de la República. A las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático el Sumo Pontífice manifestó su alegría y gratitud por el recibimiento dado en nombre de toda la población. Francisco, que llega “como peregrino” a un país “pequeño por su geografía, pero grande por su historia”, a una isla que a lo largo de los siglos “no ha aislado a la gente, sino que la ha unido”, y a un lugar que representa “la puerta oriental de Europa y la puerta occidental de Oriente Medio”, habla, en primer lugar, del homenaje apenas realizado al primer presidente de la República, el arzobispo Makarios: un gesto con el que el Papa quiso homenajear “a todos los ciudadanos”.  Bienaventuranzas, la constitución perenne del cristianismo El nombre Makarios, evoca las palabras iniciales del primer discurso de Jesús: las Bienaventuranzas, dijo el Papa, que planteó quién ese realmente ese makarios, ese bienaventurado según la fe cristiana a quien la tierra está ligada indisolublemente: pueden ser todos – señaló – , y son ante todo los pobres de espíritu, los que han sido heridos por la vida, aquellos que viven con mansedumbre y misericordia, cuantos practican la justicia y construyen la paz sin hacerse notar.  Las Bienaventuranzas, queridos amigos, son la constitución perenne del cristianismo. Vivirlas permite que el Evangelio sea siempre joven y fecunde la sociedad de esperanza. Las Bienaventuranzas son la brújula que orienta, en todas las latitudes, las rutas que los cristianos abordan en el viaje de la vida. Chipre, perla de gran valor en el mediterráneo, custodiarla Haciendo presente que en este lugar donde “Europa y Oriente se encuentran”, comenzó la primera gran inculturación del Evangelio en el continente, Francisco manifestó su emoción por recorrer los pasos de los grandes misioneros de los orígenes, en particular de los santos Pablo, Bernabé y Marcos. “Aquello que los primeros cristianos dieron al mundo con la fuerza humilde del Espíritu fue en efecto un inaudito mensaje de belleza”, la “novedad sorprendente de la bienaventuranza al alcance de todos para conquistar los corazones y la libertad de muchos” dijo. Este país – afirmó – tiene una herencia particular en ese sentido, como mensajero de belleza entre los continentes.  Chipre trasluce belleza en su territorio, que debe conservarse y protegerse con políticas ambientales oportunas y concertadas con los vecinos. La belleza se refleja también en la arquitectura, en el arte —particularmente en el arte sacro—, en el artesanado religioso y en los numerosos tesoros arqueológicos. Trayendo una imagen del mar que nos rodea, quisiera decir que esta isla representa una perla de gran valor en el corazón del Mediterráneo. Tutelar y promover a cada integrante de la sociedad Haciendo presente el largo proceso de formación de una perla, indicó que la belleza de esta Chipre deriva así “de las culturas que a lo largo de los siglos se encontraron y mezclaron”. El pontífice piensa en la variedad de su población y también “en la presencia de muchos inmigrantes, que porcentualmente es la más relevante entre los países de la Unión Europea”. Salvaguardar la belleza multicolor y poliédrica del conjunto no es fácil. Se necesita tiempo y paciencia, como para la formación de la perla. Se requiere una mirada amplia que abrace la variedad de las culturas y tienda hacia el futuro con amplitud de miras.  En este sentido es importante “tutelar y promover a cada componente de la sociedad”, y, de modo especial, “a los que estadísticamente son minoritarios”.   Desarrollo sólido sólo con la lucha contra la corrupción La perla de Chipre fue “eclipsada por la pandemia”, que impidió a muchos visitantes que accedan a ver su belleza, agravando, como en otros lugares, las consecuencias de la crisis económica y financiera. Por eso el Papa señala que es el compromiso por promover la recuperación de la sociedad lo que garantizará un desarrollo sólido y duradero en este período de reactivación:  “…particularmente por medio de una decidida lucha contra la corrupción y las plagas que atentan contra la dignidad de la persona; me refiero, por ejemplo, al tráfico de seres humanos”. La reconciliación llega con el diálogo  Pero la herida que más hace sufrir a esta tierra – es la observación del pontífice – es la provocada por la terrible laceración que ha padecido en los últimos decenios; a saber, el “sufrimiento interior de cuantos no pueden regresar a sus casas y lugares de culto”. El Papa ruega por la paz de todos los chipriotas e indica, una vez más, que el camino de la paz “que sana los conflictos” y regenera la “belleza de la fraternidad” está marcado por la palabra “diálogo”.  Tenemos que ayudarnos a creer en la fuerza paciente y humilde del diálogo, que podemos extraer de las Bienaventuranzas. Sabemos que no es un camino fácil; es largo y tortuoso, pero no hay alternativas para llegar a la reconciliación.  Francisco, que llama a alimentar la esperanza con el poder de los gestos, en lugar de poner la esperanza en los gestos de poder, habla de la importancia de un compromiso por entablar un “debate sincero” “que ponga las exigencias de la población en primer lugar, a una implicación cada vez más activa de la Comunidad internacional, a la salvaguardia del patrimonio religioso y cultural, a la restitución de cuanto en este sentido es más querido por la gente, como los lugares o al menos los objetos