Categoría: Papa Francisco

10
Ene

Inmunizar lo más posible a la población y no ceder a las ideologías actuales

Vaticano.-En su audiencia al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa Francisco se detuvo en las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la pandemia. Insistió en la cura necesaria para afrontar el problema. Hizo un llamamiento contra las guerras y en favor de los migrantes, que no son “mercancías con las que se puede comerciar”. Del pensamiento único afirmó que no se deben “borrar las diversidadades para ser inclusivos». E insistió en «esclarecer los abusos» El Papa Francisco celebró el esperado encuentro anual con los miembros del Cuerpo diplomático ante la Santa Sede, para el tradicional intercambio de felicitaciones al inicio del nuevo año. En su amplio discurso – tras recordar que acaba de concluir el tiempo litúrgico de Navidad, que se caracteriza por ser un período “privilegiado para cultivar las relaciones familiares” – el Pontífice afirmó que deseaba continuar hoy con el mismo espíritu, en este encuentro que los vio reunidos “como una gran familia, que se encuentra y dialoga”. Además, destacó que el “objetivo de la diplomacia” es “ayudar a dejar a un lado los desacuerdos de la convivencia humana, favorecer la concordia y experimentar cómo, cuando superamos las arenas movedizas de los conflictos, podemos redescubrir el sentido de la profunda unidad de la realidad”. Luces y sombras de nuestro tiempo El Santo Padre agradeció la presencia de los embajadores en este “encuentro de familia”, que representa una “ocasión propicia” – dijo – para formularse recíprocamente sus mejores deseos para el año nuevo y para considerar juntos las luces y sombras de nuestro tiempo. Francisco tomó la palabra después de la introducción del Decano, George Poulides, Embajador de Chipre, a quien Su Santidad le agradeció sus palabras en nombre de todo el Cuerpo diplomático. Lucha contra la pandemia Destacó asimismo que, a través de ellos, deseaba hacer llegar su saludo y afecto a los pueblos que representan y recordó que muchos de ellos llegaron de otras capitales para unirse al nutrido grupo de los embajadores residentes en Roma, “al que en breve también se agregará el de la Confederación Suiza”. Dirigiéndose a los “queridos embajadores”, Francisco, afirmó: “En estos días vemos cómo la lucha contra la pandemia requiere aún un notable esfuerzo por parte de todos y cómo también el nuevo año se presenta desafiante. El coronavirus sigue creando aislamiento social y cosechando víctimas y, entre los que han perdido la vida, quisiera recordar al recientemente fallecido Monseñor Aldo Giordano, Nuncio Apostólico muy conocido y estimado en el seno de la comunidad diplomática” Tras destacar que se ha podido constatar “que en los lugares donde se ha llevado adelante una campaña de vacunación eficaz, ha disminuido el riesgo de un avance grave de la enfermedad”, el Papa dijo que “es importante que se continúen los esfuerzos para inmunizar a la población lo más que se pueda”. Lo que requiere, prosiguió, “un múltiple compromiso a nivel personal, político y de la comunidad internacional en su conjunto”. Cura de realidad Después de afirmar que “todos tenemos la responsabilidad de cuidar de nosotros mismos y de nuestra salud”, y que “el cuidado de la salud constituye una obligación moral”, Francisco lamentó que se constata cada vez más que “vivimos en un mundo de fuertes contrastes ideológicos”. “Toda afirmación ideológica cercena los vínculos que la razón humana tiene con la realidad objetiva de las cosas. En cambio, la pandemia nos impone una suerte de ‘cura de realidad’, que requiere afrontar el problema y adoptar los remedios adecuados para resolverlo. Las vacunas no son instrumentos mágicos de curación, sino que representan ciertamente, junto con los tratamientos que se están desarrollando, la solución más razonable para la prevención de la enfermedad” En cuanto a la política el Obispo de Roma dio que “debe comprometerse a buscar el bien de la población por medio de decisiones de prevención e inmunización, que interpelen también a los ciudadanos para que puedan sentirse partícipes y responsables, por medio de una comunicación transparente de las problemáticas y de las medidas idóneas para afrontarlas”. Además, aludió a la “falta de firmeza decisional y de claridad comunicativa” que “genera confusión, crea desconfianza y amenaza la cohesión social, alimentando nuevas tensiones”, de manera que “se instaura un relativismo social que hiere la armonía y la unidad”.    Después de manifestar la necesidad de “un compromiso global de la comunidad internacional, para que toda la población mundial pueda acceder de la misma manera a los tratamientos médicos esenciales y a las vacunas”, el Santo Padre dijo textualmente: “En particular, me permito exhortar a los Estados que se están esforzando por establecer un instrumento internacional sobre la preparación y la respuesta a las pandemias, bajo el patrocinio de la Organización Mundial de la Salud, para que adopten una política de desinteresada ayuda mutua, como principio clave para que el acceso a instrumentos diagnósticos, vacunas y fármacos esté garantizado a todos” “Al mismo tiempo, sería conveniente – añadió el Papa – que instituciones como la Organización Mundial del Comercio y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual adecuen sus propios instrumentos jurídicos, para que las reglas monopólicas no constituyan ulteriores obstáculos a la producción y a un acceso organizado y coherente a los tratamientos a nivel mundial”. Cercanía y oración al Líbano Al pasar revista de las condiciones mundiales el Pontífice recordó que el año pasado tuvo la oportunidad de recibir a muchos jefes de estado y de gobierno, además de diversas autoridades civiles y religiosas. Y entre aquellos múltiples encuentros, mencionaó la jornada del pasado 1 de julio, dedicada a la reflexión y a la oración por el Líbano. “Al querido pueblo libanés, azotado por una crisis económica y política difícil de remediar, deseo renovar hoy mi cercanía y mi oración, mientras espero que las reformas necesarias y el apoyo de la comunidad internacional ayuden al país a permanecer firme en su identidad como modelo de coexistencia pacífica y de fraternidad entre las diversas religiones ahí presentes” Iraq También recordó sus viajes apostólicos del año recién transcurrido, por lo que manifestó la alegría que le

07
Ene

Papa Francisco: No ceder a las obligaciones financieras, el bien común es la prioridad

Vaticano.- Al recibir en audiencia a un grupo de empresarios procedentes de Francia, que viajaron en peregrinación a Roma, el Papa Francisco los invitó a que tengan “el olor de las ovejas” y a interesarse por la vida de sus propios colaboradores, preocupándose por sus dificultades y esperanzas, puesto que «a autoridad es servicio» Llamándolos “queridos amigos” el Santo Padre dio su bienvenida, después de mediodía en la Sala Clementina del Palacio Apostólico y tras pedir disculpas por su retraso, a una delegación de noventa empresarios de Francia con motivo de su peregrinación a Roma sobre el tema del “bien común”. Tras agradecer las palabras del arzobispo Dominique Rey, obispo de Fréjus-Toulon que acompaña a este grupo, el Papa dijo que le parece muy bello y valeroso que, “en el mundo actual, a menudo marcado por el individualismo, la indiferencia e incluso la marginación de las personas más vulnerables, algunos empresarios y líderes empresariales tengan en su corazón el servicio de todos y no sólo de los intereses privados o de los círculos restringidos”. Francisco aprovechó la ocasión para compartir algunas enseñanzas del Evangelio a fin de “ayudarlos a desarrollar su papel de líderes según el corazón de Dios”. Ideal y realidad Tomando dos binomios, dos pares de conceptos “que parecen estar siempre en tensión, pero que el cristiano, ayudado por la gracia, puede unificar en su propia vida”, el Pontífice se refirió a los temas de: “ideal y realidad; autoridad y servicio”. Relatando que hace unos días evocaba ese «choque” que todo cristiano experimenta a menudo “entre el ideal que sueña y la realidad que encuentra”, el Papa, refiriéndose a la Virgen María – quien se vio “obligada a dar a luz al Hijo de Dios en la pobreza de un establo” – aludió glosando su homilía del primer día del año dijo: “Esperamos que todo vaya bien y después llega un problema inesperado, como un rayo. Y se produce un choque doloroso entre las expectativas y la realidad». Por lo tanto: “La búsqueda del bien común es para ustedes un motivo de preocupación, un ideal en el marco de sus responsabilidades profesionales. Por lo tanto, el bien común es ciertamente un elemento determinante en su discernimiento y de sus elecciones como como dirigentes, pero debe ajustarse a las obligaciones impuestas por los sistemas económicos y financieros vigentes, que a menudo no tienen en cuenta los principios evangélicos de la justicia social y de la caridad” De ahí que el Papa haya dicho que se imagina que su tarea les pese, y que su conciencia “entre en conflicto” cuando el ideal de justicia y de bien común que querrían alcanzar no ha podido realizarse, y que “la dura realidad” se les presente como una “falta, un retroceso, un remordimiento, un choque”. Por esta razón afirmó Francisco” “Es importante que puedan superar esto y vivirlo con fe, para poder perseverar y no desanimarse” De hecho, María, prosiguió diciendo el Pontífice, ante el «escándalo del pesebre», no se desanimó ni rebeló, sino que “reaccionó custodiando y meditando en su corazón, demostrando una fe adulta, que se fortalece con la prueba”. Autoridad y servicio El segundo binomio al que se refirió el Obispo de Roma fue el de “autoridad y servicio”. En este punto el Papa recordó que “la misión del dirigente cristiano se asemeja, en muchos aspectos, a la del pastor, del que Jesús es el modelo, y que sabe ir delante del rebaño para indicar el camino, sabe estar en el medio para ver lo que ocurre allí, y también sabe estar detrás, para asegurarse de que nadie pierde el contacto”. Olor a oveja El Papa destacó que a menudo exhortpo a los sacerdotes y a los obispos a tener “el olor de las ovejas, a sumergirse en la realidad de cuantos les han sido encomendados, conocerlos, hacerse cercanos a ellos. ¡Creo que este consejo también se aplica a ustedes!”, les dijo. Y añadió: “Por lo tanto, los animo a estar cerca de quienes colaboran con ustedes a todos los niveles: a interesarse por sus vidas, a darse cuenta de sus dificultades, de los sufrimientos, de las inquietudes, pero también de sus alegrías, de los proyectos y de las esperanzas” Cada parte del cuerpo es importante «Ejercer la autoridad como un servicio requiere compartirla», subrayó el Papa. «Están invitados – les dijo – a poner en práctica la subsidiariedad con la que se valora la autonomía y la capacidad de iniciativa de todos, especialmente de los últimos», porque todas las partes de un cuerpo son necesarias, incluso las que parecen «más débiles y menos importantes». Así, «el dirigente cristiano está llamado a considerar con atención el lugar asignado a todas las personas de su empresa, incluidas aquellas cuyas funciones podrían parecer de menor importancia». “Incluso si el ejercicio de la autoridad requiere tomar decisiones valerosas, y a veces en primera persona, la subsidiariedad permite que cada uno dar lo mejor de sí mismo, sentirse partícipe, asumir su parte de responsabilidad y contribuir así al bien del conjunto” De ahí la exhortación final del Pontífice a «mantener la mirada fija en Jesucristo» con «la oferta del trabajo diario» y a no dudar a «invocar al Espíritu Santo para que guíe sus decisiones». Francisco se despidió con su bendición y pidiéndoles que, por favor, no se olviden de rezar por él. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News07 de enero de 2022

06
Ene

Papa Francisco: Dejar de lado pretensiones y vanidades para dar espacio a Dios

En su alocución antes del Ángelus, el Papa advirtió que si anteponemos nuestras ideas y posiciones acabaremos adorando a alguien o algo que no será el Señor. De allí la invitación a imitar la humildad de los Reyes Magos que ricos, sabios y cultos se postraron ante el Niño de Belén para acoger la grandeza de Dios manifestada en la pequeñez. “¿Todo un largo camino y tantos sacrificios para ver a un niño pobre?”. Una pregunta provocadora la del Papa Francisco que en su alocución antes del Ángelus, en esta Solemnidad de la Epifanía, recuerda que a pesar del extenuante viaje de los sabios, ricos y famosos Reyes Magos para adorar al “Rey de los Judíos”, cuando llegan a la esperada meta y ven a un niño con su madre, “no se escandalizan ni se sienten defraudados”, “no se quejan, se postran”, “se inclinan hasta el suelo” para adorarlo. Un gesto tan humilde que “sorprende” – prosiguió el Santo Padre – pues se trata de hombres ilustres acostumbrados en aquel entonces, y quizás ahora también, a postrarse ante la autoridad o el poder, “pero frente al Niño de Belén, no es fácil”. “No es fácil adorar a este Dios, cuya divinidad permanece oculta y no parece triunfante. Significa acoger la grandeza de Dios, que se manifiesta en la pequeñez. Los magos se rebajan ante la inaudita lógica de Dios, acogen al Señor no como lo imaginaban, sino como es, pequeño y pobre. Su postración es el signo de quienes dejan de lado sus ideas y dan espacio a Dios” La verdadera riqueza está en la humildad Volviendo al episodio de los Reyes Magos que, como relata el Evangelio según San Mateo (Mt 2,1-12), se postran y adoran al Señor, el Papa se centró en la palabra adoración:  “Los magos demuestran que acogen con humildad a Aquel que se presenta en la humildad” y se abren a la adoración de Dios, es decir, explicó el Pontífice, que los “cofres que abren” los Reyes Magos” son sus propios corazones, porque su “verdadera riqueza no consiste en la fama y el éxito, sino en la humildad, en el hecho de considerarse necesitados de salvación”. “Si en la base de todo nos ponemos siempre a nosotros con nuestras ideas y presumimos de tener algo de qué jactarnos antes Dios, nunca lo encontraremos plenamente, no llegaremos a adorarlo. Si no caen nuestras pretensiones y vanidades, nuestro pundonor y deseo de sobresalir, es posible que acabemos adorando a alguien o algo en la vida, ¡pero no será el Señor!” ¿Cómo está mi humildad? Francisco reiteró que, “si abandonamos nuestra pretensión de autosuficiencia, si nos hacemos pequeños por dentro” podremos redescubrir a “el asombro de adorar a Jesús”, una adoración que nace en la humildad de corazón, para notar la presencia del Señor y que no sea ignorado, mientras se vive el “afán de avanzar”.  Para ello, el Papa invitó a los fieles a plantearse algunas interrogantes: “¿Cómo está mi humildad? ¿Estoy convencido de que el orgullo impide mi progreso espiritual? ¿Estoy convencido que el orgullo impide mi progreso personal? ¿Qué el orgullo manifiesto u oculto, ese orgullo, detiene el impulso hacia Dios? ¿Trabajo sobre mi docilidad, para estar disponible para Dios y los demás, o estoy siempre centrado en mí mismo y en mis exigencias? ¿Sé dejar de lado mi punto de vista para abrazar el de Dios y el de los demás? Y finalmente, ¿rezo y adoro solo cuando necesito algo, o lo hago constantemente porque creo que siempre necesito a Jesús?” Mira la estrella y camina Una reflexión que el Pontífice dejó en manos de la Virgen María, antes del rezo mariano, para que nos enseñe a redescubrir la necesidad vital de la humildad y el ardiente deseo de la adoración, para que nos enseñe a mirar la estrella y a caminar como los Reyes Magos que comenzaron su viaje mirando una estrella y encontraron a Jesús. “Hoy podemos seguir este consejo: mira la estrella y camina. Nunca dejes de caminar, pero nunca dejes de mirar la estrella. Este es el consejo fuerte de hoy: mira la estrella y camina, mira la estrella y camina.” Prensa CEVNota de prensa de Vatican News06 de enero de 2021

06
Ene

El Papa en la Epifanía: Vencer la apatía impulsados por el deseo de Dios

Vaticano.- En esta solemnidad de la Epifanía, Francisco invita a imitar a los Reyes Magos que llevados por el impulso del deseo abandonan las comodidades y seguridades de su posición para arriesgarse en la aventura de mirar “más allá” de lo visible, en un viaje fascinante siempre en busca de Dios. Caminar al encuentro de Dios, dejar la apatía y la resignación de una vida mediocre, abandonar una fe repetitiva y cansada para que animados por el deseo de una vida plena en el Señor podamos renovarnos y comprometernos por los demás y por el bien.  Esta es la invitación del Papa en su homilía de la Misa, este 6 de enero, solemnidad de la Epifanía, celebrada esta mañana en la Basílica de San Pedro. Y para ello, el Santo Padre llama a meditar sobre ese caminar de los Reyes Magos hacia Jesús que relata el Evangelio de hoy (Mt 2,1-12), sobre el impulso que lleva a estos sabios de fama y riqueza a abandonar esa seguridad cultural, social y económica para seguir una estrella que los guía hasta “el rey de los judíos”, sobre la “sana inquietud” que los lleva a peregrinar y que tiene su respuesta en “el deseo”. “Desear significa mantener vivo el fuego que arde dentro de nosotros y que nos impulsa a buscar más allá de lo inmediato, más allá de lo visible. Es acoger la vida como un misterio que nos supera, como una hendidura siempre abierta que invita a mirar más allá, porque la vida no está “toda aquí”, está también “más allá” La tela blanca de la vida en el Señor Para explicar el deseo que “ensancha nuestra mirada e impulsa la vida a ir más allá”, el Pontífice toma prestada la frase del gran pintor, Van Gogh, que escribía que la necesidad de Dios lo impulsaba a salir de noche para pintar las estrellas. Entonces, el deseo “es como una tela blanca que necesita recibir color”, afirmó el Papa, “porque Dios nos ha hecho así: amasados de deseo”. “Nosotros somos lo que deseamos. Porque son los deseos los que ensanchan nuestra mirada e impulsan la vida a ir más allá: más allá de las barreras de la rutina, más allá de una vida embotada en el consumo, más allá de una fe repetitiva y cansada, más allá del miedo de arriesgarnos, de comprometernos por los demás y por el bien.” Necesitamos el deseo como Iglesia El viaje de la vida y el camino de la fe, como lo fue para los magos – un deseo, un impulso interior – debe serlo también para nosotros, prosiguió Francisco. Debe llevarnos a preguntarnos “en qué punto del camino de la fe estamos” o si estamos atrapados en una “religión convencional, exterior, formal, que ya no inflama el corazón y no cambia la vida”. Es triste, lamentó el Papa, cuando una comunidad de creyentes “no desea más” y cansada se deja arrastrar, en lugar de dejarse sorprender por Jesús, por la alegría del Evangelio. La falta de deseo lleva a la tristeza y a la indiferencia, enfatizó el Papa, al subrayar que la crisis de la fe, en nuestra vida y en nuestras sociedades, también tiene relación con la desaparición del deseo de Dios, con “la somnolencia del alma” y la rutina del día a día. “Nos hemos replegado demasiado en nuestros mapas de la tierra y nos hemos olvidado de levantar la mirada hacia el Cielo; estamos saciados de tantas cosas, pero carecemos de la nostalgia por lo que nos hace falta. Nos hemos obsesionado con las necesidades, con lo que comeremos o con qué nos vestiremos (cf. Mt 6,25), dejando que se volatilice el deseo de aquello que va más allá.” La fe no es una armadura El Santo Padre enfatizó que la fe, para comenzar y recomenzar, necesita ser activada por el deseo, por el arriesgarse a “la aventura de una relación viva e intensa con Dios”.  Y nuevamente el Papa nos interroga: “¿mi corazón está animado todavía por el deseo de Dios? ¿O dejo que la rutina y las desilusiones lo apaguen?”. Como respuesta, Francisco vuelve a los magos que al encaminarse siguiendo a una estrella nos enseñan que es necesario volver a comenzar cada día, tanto en la vida como en la fe. “La fe no es una armadura que nos enyesa, sino un viaje fascinante, un movimiento continuo e inquieto, siempre en busca de Dios.” La fe desafía las lógicas oscuras del poder La inquietud de los magos que se preguntan dónde está el niño también es una enseñanza, la de escuchar con atención las preguntas del corazón, de la conciencia, dejarse interrogar por Dios, pero también interrogarnos por las dudas, las esperanzas y los deseos de las personas de nuestro tiempo. Por otra parte, el Papa recuerda que los magos al desafiar a Herodes nos enseñan la valentía, “que necesitamos una fe valiente, profética, que no tenga miedo de desafiar a las lógicas oscuras del poder, y se convierta en semilla de justicia y de fraternidad en sociedades donde, todavía hoy, tantos Herodes siembran muerte y masacran a pobres y a inocentes, ante la indiferencia de muchos”. La creatividad del camino sinodal Por último, el cambio de ruta de los magos al regresar “por otro camino”, como apuntó el Papa, nos enseña que hay que buscar nuevos caminos también en la fe: “Es la creatividad del Espíritu, que siempre realiza cosas nuevas. “Es también una de las tareas del Sínodo: caminar juntos a la escucha, para que el Espíritu nos sugiera senderos nuevos, caminos para llevar el Evangelio al corazón del que es indiferente, del que está lejos, de quien ha perdido la esperanza, pero busca lo que los magos encontraron, «una inmensa alegría» (Mt 2,10).” El deseo se renueva con la adoración Al concluir su catequesis, el Santo Padre retomó la importancia del deseo en el camino de fe “que sólo encuentra impulso y cumplimiento ante la presencia de Dios, un “deseo se renueva sólo si recuperamos

06
Ene

Jornada de las Misiones 2022. El Papa: retomar la valentía de los primeros cristianos

Vaticano.- En el día de la Epifanía del Señor, cuando se celebra la Jornada de la Infancia Misionera, se da a conocer el mensaje del Papa Francisco para la próxima Jornada Mundial de las Misiones, que tendrá lugar el penúltimo domingo de octubre. Escribe que «muchos cristianos se han visto obligados a huir de su tierra» y que, con la ayuda del Espíritu, la Iglesia deberá ir siempre más allá de sus propios confines, para dar testimonio del amor de Cristo a todos. La Iglesia es misionera por naturaleza, evangelizar es su identidad. Antes de subir al Cielo, Jesús dejó a sus discípulos un mandato que es una llamada esencial para todos los cristianos: «El Espíritu Santo vendrá sobre ustedes y recibirán su fuerza, para que sean mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra». En su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2022, que se celebra el domingo 23 de octubre, y que ha tomado como tema las palabras de Jesús, el Papa Francisco ofrece algunas reflexiones sobre las palabras clave que describen la vida y la misión de los discípulos. Para que sean mis testigos “Para que sean mis testigos”: estas palabras, escribe el Papa, son «el punto central»: Jesús dice que todos los discípulos serán sus testigos y que «serán constituidos tales por gracia» y «la Iglesia, comunidad de los discípulos de Cristo, no tiene otra misión sino la de evangelizar el mundo, dando testimonio de Cristo». Francisco señala entonces que el uso del plural: «seréis testigos» indica «el carácter comunitario-eclesial de la llamada». Y continúa: Todo bautizado está llamado a la misión en la Iglesia y bajo el mandato de Iglesia. La misión por tanto se realiza de manera conjunta, no individualmente, en comunión con la comunidad eclesial y no por propia iniciativa. Y si hay alguno que en una situación muy particular lleva adelante la misión evangelizadora solo, él la realiza y deberá realizarla siempre en comunión con la Iglesia que lo ha enviado. Es Cristo de quien debemos dar testimonio El Papa Francisco cita las palabras de San Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi: «Evangelizar nunca es para nadie un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial». Luego observa que los discípulos son enviados por Jesús al mundo no sólo para “realizar la misión, sino también y sobre todo para vivir la misión”; “no sólo para dar testimonio, sino también y sobre todo para ser sus testigos». Los misioneros de Cristo no son enviados a comunicarse a sí mismos, a mostrar sus cualidades o capacidades persuasivas o sus dotes de gestión, sino que tienen el altísimo honor de ofrecer a Cristo en palabras y acciones, anunciando a todos la Buena Noticia de su salvación con alegría y franqueza, como los primeros apóstoles. Francisco recuerda a San Pablo VI cuando advertía que «El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan», y por ello afirma que para la transmisión de la fe es fundamental «el testimonio de vida evangélica de los cristianos», pero que «sigue siendo necesaria» el anuncio de la persona y el mensaje de Cristo. Escribe en el mensaje: En la evangelización, por tanto, el ejemplo de vida cristiana y el anuncio de Cristo van juntos; uno sirve al otro. Son dos pulmones con los que debe respirar toda comunidad para ser misionera. Este testimonio completo, coherente y gozoso de Cristo será ciertamente la fuerza de atracción para el crecimiento de la Iglesia incluso en el tercer milenio. Exhorto por tanto a todos a retomar la valentía, la franqueza, esa parresia de los primeros cristianos, para testimoniar a Cristo con palabras y obras, en cada ámbito de la vida.   «Hasta los confines de la tierra» La misión confiada a los discípulos tiene un carácter universal, desde Jerusalén se extiende hasta «los confines de la tierra». Y Francisco hace una aclaración: «no son enviados a hacer proselitismo, sino a anunciar; el cristiano no hace proselitismo». Son la imagen de la Iglesia «en salida». A causa de la persecución en Jerusalén, los primeros cristianos se dispersaron y «anunciaron a Cristo por todas partes», señala el Papa, y continúa: Algo parecido sucede también en nuestro tiempo. A causa de las persecuciones religiosas y situaciones de guerra y violencia, muchos cristianos se han visto obligados a huir de su tierra hacia otros países. Estamos agradecidos con estos hermanos y hermanas que no se cierran en el sufrimiento, sino que dan testimonio de Cristo y del amor de Dios en los países que los acogen. Ir «hasta los confines de la tierra», escribe el Papa, es una indicación de que «deberá interrogar a los discípulos de Jesús de todo tiempo»: La Iglesia de Cristo era, es y será siempre “en salida” hacia nuevos horizontes geográficos, sociales y existenciales, hacia lugares y situaciones humanas “límites”, para dar testimonio de Cristo y de su amor a todos los hombres y las mujeres de cada pueblo, cultura y condición social. En este sentido, la misión también será siempre missio ad gentes, como nos ha enseñado el Concilio Vaticano II, porque la Iglesia siempre debe ir más lejos, más allá de sus propios confines, para anunciar el amor de Cristo a todos. «Recibirán la fuerza del Espíritu Santo» Ante una responsabilidad tan grande, Jesús también promete a sus seguidores la gracia para triunfar: «El Espíritu Santo vendrá sobre ustedes y recibirán su fuerza» . Sin el Espíritu, ningún cristiano podrá dar pleno testimonio de Cristo: Por eso todo discípulo misionero de Cristo está llamado a reconocer la importancia fundamental de la acción del Espíritu, a vivir con Él en lo cotidiano y recibir constantemente su fuerza e inspiración. Es más, especialmente cuando nos sintamos cansados, desanimados, perdidos, acordémonos de acudir al Espíritu Santo en la oración, que —quiero decirlo una vez más— tiene un papel fundamental en la vida misionera, para dejarnos reconfortar y fortalecer por Él, fuente divina e inextinguible de nuevas

05
Ene

El Papa a los payasos y acróbatas en el Aula Pablo VI: «La belleza conduce a Dios»

Vaticano.- Al final de la audiencia general, Francisco sonrió y aplaudió la actuación de los artistas del Circo Ronny Roller, una antigua familia de circo italiana, apreciando el duro entrenamiento que hay detrás del encanto de este espectáculo Payasos, tragafuegos, bailarines, acróbatas, malabaristas, y luego luces y música con clásicos de la canción italiana como «La Strada», «O’ Sole mio», «O’ Sarracino», o «The Trooper» de Iron Maiden. Un grupo de artistas del Circo Ronny Roller ha actuado esta mañana en el Aula Pablo VI ante el Papa Francisco al final de la audiencia general de los miércoles. El Pontífice observó las distintas actuaciones, aplaudiendo y sonriendo, y agradeció a los chicos y chicas del circo que hayan montado este espectáculo: «Es un espectáculo que nos pone en contacto con la belleza, y la belleza nos eleva, siempre, la belleza nos hace ir más allá», dijo. «Y la belleza es una forma de ir al Señor. Gracias: gracias por este programa. Gracias. De nuevo, en el momento de los saludos, Francisco volvió a agradecer a los artistas del Rony Roller esta actividad: «Es curioso, detrás de lo que han dado, esta belleza, hay horas y horas y horas de formación, de trabajo para acabar haciendo un espectáculo como este». La «tradición» de los artistas de circo en la Sala Pablo VI Los Rony Roller -una familia histórica en el panorama circense italiano, que lleva produciendo espectáculos desde los años 30, llevando este tipo de arte a todo el mundo, incluidos los Estados Unidos y Rusia- no es el primer circo que actúa ante el Papa en el Aula Pablo VI. Casi una tradición que se renueva de año en año. El año pasado, el 8 de enero de 2020, los artistas circenses del «Circo Aqua» de Cuba actuaron ante Francisco. Especializados en juegos y espectáculos acuáticos, el circo carecía obviamente de la materia prima del agua, y presentó espectáculos musicales y acrobáticos a los fieles reunidos en el Aula Vaticana. En esa ocasión, el Papa se permitió «participar» en las actuaciones lanzando un aro a un artista. La atención de la Iglesia En años anteriores, otros artistas de circo habían llevado su arte al Papa. En diciembre de 2010, el entonces Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes les dedicó todo un congreso pastoral internacional a ellos y a todos los artistas de circo. Se celebró en Roma sobre el tema «Circos y parques de atracciones: «catedrales» de la fe y la tradición, signos de esperanza en un mundo globalizado» y su objetivo era familiarizar a las Iglesias locales con la pastoral de los trabajadores del circo y de las ferias, para fomentar una mayor atención a los problemas actuales que afectan a las personas involucradas en los espectáculos itinerantes. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News05 de enero de 2021

05
Ene

Papa Francisco: La adopción es la forma más sublime de paternidad y maternidad

Vaticano.- Dedicada a la paternidad adoptiva de San José, el Papa en su catequesis exhortó a las instituciones para que faciliten los procesos de adopción, de modo que el sueño de los niños que necesitan una familia y de los esposos que desean acogerlos se haga realidad. “No basta con traer un hijo al mundo para decir que somos padres o madres”. Esta frase resonó esta mañana en el Aula Paolo VI del Vaticano, cuando el Papa en su catequesis habló de San José – a quien ha dedicado las últimas seis catequesis –  como padre putativo y no biológico de Jesús. Partiendo de la historia de la institución de la adopción en el antiguo Oriente, más común entonces que en nuestros días, Francisco habló de la responsabilidad de ser padres y de la belleza de acoger a un niño que necesita un hogar, para que nadie se sienta privado de un vínculo de amor familiar. “Nadie nace padre, sino que se hace. Y no se hace sólo por traer un hijo al mundo, sino por hacerse cargo de él responsablemente. Todas las veces que alguien asume la responsabilidad de la vida de otro, en cierto sentido ejercita la paternidad respecto a él (Carta ap. Patris corde )” Abrirse a la vida a través de la adopción Y esto, dijo el Santo Padre, fue lo que hizo José al reconocer jurídicamente y darle el nombre de Jesús, que significa “El Señor salva”, cumpliendo así el mandato de Dios anunciado en sueños por el Ángel: “Porque salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21). En la antigüedad, explicó el Pontífice, el nombre era la sustancia de la identidad de una persona. Cambiar de nombre significaba cambiarse a sí mismo, pero, sobre todo, dar un nombre a alguien o a algo significaba afirmar la propia autoridad sobre lo nombrado. “Pienso en particular en todos aquellos que se abren a la acoger la vida a través del camino de la adopción, que es una actitud generosa, bella. José nos muestra que este tipo de vínculo no es secundario, no es un expediente. Este tipo de elección es una de las formas más sublimes de amor y de paternidad y maternidad”, enfatizó el Papa. No es asumir un “riesgo” es acoger niños Francisco advirtió que no hay que tener miedo de elegir el camino de la adopción porque no se trata de asumir un “riesgo” sino de “acoger a niños”. “¡Cuántos niños en el mundo esperan que alguien cuide de ellos! Y cuántos cónyuges desean ser padres y madres, pero no lo consiguen por motivos biológicos; o, incluso teniendo ya hijos, quieren compartir el afecto de su familia con los que se han quedado sin ellos.” En este sentido, el Papa reflexionó sobre la paternidad en la actualidad: “Vivimos en una época de notoria orfandad”. El Pontífice afirmó que nuestra civilización es “un poco huérfana” y se nota el sentimiento de orfandad que tanto duele. Egoísmo e invierno demográfico “Hoy, además, con la orfandad, hay un cierto egoísmo”, subrayó el Papa al referirse al “invierno demográfico” que se vive en algunos países occidentales. El Santo Padre lamentó que muchas parejas prefieren no tener hijos o al límite uno nada más y esta negación de la paternidad y de la maternidad “nos quita humanidad, la civilización envejece y la Patria sufre”. Por ello, pidió a San José un “despertar de las conciencias” sobre la paternidad y la maternidad que son la plenitud de la vida de una persona.  “Es cierto que existe la paternidad espiritual para los que se consagran a Dios y la maternidad espiritual; pero los que viven en el mundo y se casan, piensen en tener hijos, en dar la vida, porque son ellos los que te cerrarán los ojos, los que se quedarán para el futuro. Y también, si no puedes tener hijos, piensa en la adopción. Es un riesgo, sí: tener un hijo siempre es un riesgo, ya sea natural o adoptado. Pero más arriesgado es no tenerlo. Más arriesgado es negar la paternidad, negar la maternidad, ya sea real o espiritual”, recalcó el Pontífice. Simplificar el procedimiento de adopción Al insistir en la belleza de la adopción, el Papa exhortó a las instituciones que se ocupan de las adopciones a estar siempre dispuestas a ayudar, “controlando seriamente” la idoneidad de los candidatos, pero también “simplificando el procedimiento necesario”, para que el “sueño de tantos niños que necesitan una familia, y de tantos cónyuges que desean entregarles su amor, pueda hacerse realidad”. Curar el egoísmo de los que se cierran a la vida Como lo ha hecho en cada una de las catequesis dedicadas a San José, Francisco concluyó pidiendo su intercesión y protección, en este caso para que a los huérfanos no le falte un hogar y las parejas que lo desean puedan tener un hijo. Pero también para que abra los corazones de quienes se cierran a la vida. “San José, tú que has amado a Jesús con amor de padre, hazte cercano a tantos niños que no tienen familia y desean un padre y una madre. Sostén a los cónyuges que no consiguen tener hijos, ayúdalos a descubrir, a través de este sufrimiento, un proyecto más grande. Haz que a nadie le falte una casa, un vínculo, una persona que cuide de él o de ella; y sana el egoísmo de quien se cierra a la vida, para que abra el corazón al amor. Amén.” Prensa CEVNota de prensa de Vatican News05 de enero de 2022

04
Ene

Mensaje del Papa Francisco para la XXX Jornada Mundial del Enfermo

Vaticano.- El Papa Francisco reza por todos los agentes sanitarios para que, “llenos de misericordia, ofrezcan a los pacientes, además de los cuidados adecuados, su cercanía fraterna”. Así lo escribe el Santo Padre en su Mensaje para la XXX Jornada Mundial del Enfermo que se celebrará el 11 de febrero. Y recuerda que la celebración conclusiva no tendrá lugar en Arequipa, Perú, debido a la pandemia, sino en la Basílica de San Pedro “Sean misericordiosos, así como el Padre de ustedes es misericordioso. Estar al lado de los que sufren en un camino de caridad”. Así se titula el Mensaje del Santo Padre para la XXX Jornada Mundial del Enfermo que se celebra cada 11 de febrero y que fue firmado en Roma, en San Juan de Letrán, el pasado 10 de diciembre de 2021, en la Memoria de la Bienaventurada Virgen María de Loreto. Francisco comienza recordando que hace treinta años, San Juan Pablo II instituyó esta Jornada Mundial para “sensibilizar al Pueblo de Dios, a las instituciones sanitarias católicas y a la sociedad civil sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los cuidan”. “Estamos agradecidos al Señor por el camino realizado en las Iglesias locales de todo el mundo durante estos años. Se ha avanzado bastante, pero todavía queda mucho camino por recorrer para garantizar a todas las personas enfermas, principalmente en los lugares y en las situaciones de mayor pobreza y exclusión, la atención sanitaria que necesitan, así como el acompañamiento pastoral para que puedan vivir el tiempo de la enfermedad unidos a Cristo crucificado y resucitado” Servicio y cercanía a los enfermos y a sus familias Por esta razón el Pontífice manifiesta su deseo de que esta XXX Jornada Mundial del Enfermo, cuya celebración conclusiva – recuerda – no tendrá lugar en Arequipa, Perú, debido a la pandemia, sino en la Basílica de San Pedro en el Vaticano – pueda ayudarnos a crecer en el servicio y en la cercanía a las personas enfermas y a sus familias”. El Obispo de Roma desarrolla su reflexión a lo largo de cinco puntos en los que aborda el hecho de ser “misericordiosos como el Padre”, Jesús, en su carácter de “misericordia del Padre”, el hecho de “tocar la carne sufriente de Cristo”, los centros de asistencia sanitaria como “casas de misericordia” y la “misericordia pastoral” que debe ser, precisamente “presencia y cercanía”. Misericordiosos como el Padre En cuanto al tema elegido para esta Jornada, el Papa recuerda que “la misericordia es el nombre de Dios por excelencia, que manifiesta su naturaleza, no como un sentimiento ocasional, sino como fuerza presente en todo lo que Él realiza”. “Por eso, podemos afirmar con asombro y gratitud que la misericordia de Dios tiene en sí misma tanto la dimensión de la paternidad como la de la maternidad, porque Él nos cuida con la fuerza de un padre y con la ternura de una madre, siempre dispuesto a darnos nueva vida en el Espíritu Santo” Jesús, misericordia del Padre En su segundo punto el Pontífice destaca que “el testigo supremo del amor misericordioso del Padre a los enfermos es su Hijo unigénito”, tal como nos lo indican en numerosas ocasiones los Evangelios, que “narran los encuentros de Jesús con personas que padecen diversas enfermedades”. Y ante la pregunta de “¿por qué esta atención particular de Jesús hacia los enfermos, hasta tal punto que se convierte también en la obra principal de la misión de los apóstoles, enviados por el Maestro a anunciar el Evangelio y a curar a los enfermos”, Francisco destaca una motivación sugerida por un pensador del siglo XX: “El dolor aísla completamente y es de este aislamiento absoluto del que surge la llamada al otro, la invocación al otro”. “Cuando una persona experimenta en su propia carne la fragilidad y el sufrimiento a causa de la enfermedad, también su corazón se entristece, el miedo crece, los interrogantes se multiplican; hallar respuesta a la pregunta sobre el sentido de todo lo que sucede es cada vez más urgente” Tras recordar a los numerosos enfermos que, “durante este tiempo de pandemia, han vivido en la soledad de una unidad de cuidados intensivos la última etapa de su existencia atendidos, sin lugar a dudas, por agentes sanitarios generosos, pero lejos de sus seres queridos y de las personas más importantes de su vida terrenal”, el Papa añade que aquí se destaca “la importancia de contar con la presencia de testigos de la caridad de Dios que derramen sobre las heridas de los enfermos el aceite de la consolación y el vino de la esperanza, siguiendo el ejemplo de Jesús, misericordia del Padre”.    Tocar la carne sufriente de Cristo En este punto de su Mensaje el Papa pone de manifiesto que esta invitación de Jesús “adquiere un significado particular para los agentes sanitarios”. De ahí que su pensamiento se dirija a los médicos, enfermeros, técnicos de laboratorio, personal encargado de asistir y cuidar a los enfermos, sin olvidar a los numerosos voluntarios que dan su precioso tiempo a quienes sufren. “Queridos agentes sanitarios, su servicio al lado de los enfermos, realizado con amor y competencia, trasciende los límites de la profesión para convertirse en una misión. Sus manos, que tocan la carne sufriente de Cristo, pueden ser signo de las manos misericordiosas del Padre. Sean conscientes de la gran dignidad de su profesión, como también de la responsabilidad que esta conlleva” Siempre es posible cuidar y consolar El Papa invita a bendecir al Señor “por los progresos que la ciencia médica ha realizado, sobre todo en estos últimos tiempos”. Además, reflexiona acerca de las nuevas tecnologías que “han permitido desarrollar tratamientos que son muy beneficiosos para las personas enfermas”; mientras “la investigación sigue aportando su valiosa contribución para erradicar enfermedades antiguas y nuevas”; o la medicina de rehabilitación que “ha desarrollado significativamente sus conocimientos y competencias”. Algo que – explica – “no debe hacernos olvidar la singularidad de cada persona enferma, con su dignidad y sus fragilidades”. “El enfermo es siempre

25
Dic

Papa Francisco en la bendición Urbi et orbi: Dios no quiere un monólogo, sino un diálogo con nosotros

Muchas son las dificultades de nuestro tiempo, dijo el Papa Francisco en su mensaje navideño, “pero más fuerte es la esperanza, porque ‘un niño nos ha nacido’”. Mientras ante el riesgo de “no querer dialogar, o de que la complejidad de la crisis induzca a elegir atajos, en vez de los caminos más lentos del diálogo”; el Pontífice afirmó que sólo dialogando se puede llegar “a la solución de los conflictos y a beneficios compartidos y duraderos” Vaticano. Puntualmente a mediodía, desde la Logia central de la Basílica Vaticana el Papa Francisco ofreció su mensaje navideño con su bendición «Urbi et Orbi», es decir a la ciudad de Roma y al mundo para desear a todos los queridos hermanos y hermanas: ¡Feliz Navidad! Tras recordar que “la Palabra de Dios, que ha creado el mundo y da sentido a la historia y al camino del hombre, se hizo carne y vino a habitar entre nosotros” el Obispo de Roma explicó que “apareció como un susurro, como el murmullo de una brisa ligera, para colmar de asombro el corazón de todo hombre y mujer que se abre al misterio”. En efecto, “el Verbo se hizo carne para dialogar con nosotros”, dijo el Pontífice y añadió: “Dios nos mostró el camino del encuentro y del diálogo al venir al mundo en la Persona del Verbo encarnado. Es más, Él mismo encarnó en sí mismo este camino, para que nosotros pudiéramos conocerlo y recorrerlo con confianza y esperanza” El riesgo de no querer dialogar “Hermanas, hermanos – prosiguió diciendo el Papa – qué sería el mundo sin ese diálogo paciente de tantas personas generosas que han mantenido unidas a familias y a comunidades”, tal como él mismo lo ha escrito en su encíclica Fratelli tutti. Y recordó que “en este tiempo de pandemia nos damos cuenta de esto todavía más”, puesto que, como dijo Francisco, “se pone a prueba nuestra capacidad de relaciones sociales, se refuerza la tendencia a cerrarse, a valerse por uno mismo, a renunciar a salir, a encontrarse, a colaborar”. De ahí que haya destacado que también en el ámbito internacional “existe el riesgo de no querer dialogar, el riesgo de que la complejidad de la crisis induzca a elegir atajos, en vez de los caminos más lentos del diálogo; pero son estos, en realidad, los únicos que conducen a la solución de los conflictos y a beneficios compartidos y duraderos”. Conflictos, crisis y contradicciones En efecto, mientras el anuncio del nacimiento del Salvador, fuente de la verdadera paz, resuena a nuestro alrededor y en el mundo entero, vemos todavía muchos conflictos, crisis y contradicciones. Parece que no terminan nunca y casi pasan desapercibidos. Nos hemos habituado de tal manera que inmensas tragedias ya se pasan por alto; corremos el riesgo de no escuchar los gritos de dolor y desesperación de muchos de nuestros hermanos y hermanas. “Pensemos en el pueblo sirio, que desde hace más de un decenio vive una guerra que ha provocado muchas víctimas y un número incalculable de refugiados. Miremos a Iraq, que después de un largo conflicto todavía tiene dificultad para levantarse. Escuchemos el grito de los niños que se alza desde Yemen, donde una enorme tragedia, olvidada por todos, se está perpetrando en silencio desde hace años, provocando muertos cada día” Francisco invitó a recordar “las continuas tensiones entre israelíes y palestinos que se prolongan sin solución, con consecuencias sociales y políticas cada vez mayores”. Pidió asimismo que “no nos olvidemos de Belén, el lugar en el que Jesús vio la luz, que vive tiempos difíciles, también a causa de las dificultades económicas provocadas por la pandemia, que impide a los peregrinos llegar a Tierra Santa, con efectos negativos en la vida de la población”. “Pensemos en el Líbano – prosiguió – que sufre una crisis sin precedentes con condiciones económicas y sociales muy preocupantes”. Signo de esperanza en medio de la noche Sin embargo, el Santo Padre dijo que “en medio de la noche” está “el signo de esperanza”. Por eso, tras citar el Paraíso de Dante, Francisco invitó a pedir al Salvador “la fuerza de abrirnos al diálogo”. “En este día de fiesta – agregó el Papa – le imploramos que suscite en nuestros corazones anhelos de reconciliación y de fraternidad”, invitando nuevamente a dirigir a Él “nuestra súplica”: “Niño Jesús, concede paz y concordia a Oriente Medio y al mundo entero. Sostén a todos los que están comprometidos en la asistencia humanitaria a las poblaciones que se ven forzadas a huir de su patria; consuela al pueblo afgano, que desde hace más de cuarenta años es duramente probado por conflictos que obligan a muchos a dejar el país” Al “Rey de las naciones”, el Papa le pidió que ayude “a las autoridades políticas a pacificar las sociedades devastadas por tensiones y conflictos”. De modo concreto le pidió que sostenga “al pueblo de Myanmar, donde la intolerancia y la violencia también golpean frecuentemente a la comunidad cristiana y los lugares de culto, y opacan el rostro pacífico de sus gentes”. Prosiguió pidiendo al Salvador: “Sé luz y sostén para quienes creen y trabajan en favor del encuentro y del diálogo, yendo incluso contra corriente, y no permitas que se propaguen en Ucrania las metástasis de un conflicto gangrenoso” De la misma manera invocó al “Príncipe de la Paz”, para que asista “a Etiopía para que vuelva a encontrar el camino de la reconciliación y la paz a través de un debate sincero, que ponga las exigencias de la población en primer lugar”. Que escuche “el grito de los pueblos de la región del Sahel, que padecen la violencia del terrorismo internacional”; y que dirija “su mirada a los pueblos de los países del Norte de África que sufren a causa de las divisiones, el desempleo y la desigualdad económica, y alivia los sufrimientos de muchos hermanos y hermanas que sufren por los conflictos internos de Sudán y Sudán del Sur”. El Santo Padre prosiguió en su mensaje de Navidad: “Haz que en los corazones de los

22
Dic

Rompamos el espejo de la vanidad para encontrar a Dios

Vaticano.- En la catequesis de la audiencia general, el Papa, a pocos días de la Navidad, habló del nacimiento del Niño Jesús y subrayó que la alegría es saberse amado con un amor concreto: sin la humildad nos quedamos sin entender a Dios ni a nosotros mismos, dijo Francisco Con la lectura del evangelista Lucas (Lc 2, 10-12) a modo de introducción, el Papa Francisco dedicó su catequesis de la audiencia general de esta mañana al nacimiento de Jesús. En efecto dice el pasaje bíblico: “En aquel momento, el ángel dijo a los pastores: ‘No tengan miedo. He aquí que les anuncio una gran alegría que será de todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David nació para ustedes un Salvador, que es Cristo el Señor. Esta es para ustedes la señal: encontrarán un niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”. “Hoy – dijo el Papa – a pocos días de la Navidad, quisiera recordar con vosotros el evento del cual no puede prescindir la historia: el nacimiento de Jesús. Para observar el decreto del emperador César Augusto, que ordenaba registrarse en el censo del propio pueblo de procedencia, José y María van de Nazaret a Belén. Nada más llegar, buscan en seguida alojamiento, porque el parto es inminente; pero lamentablemente no lo encuentran, y entonces María se ve obligada a dar a luz en un pesebre”. “¡Al Creador del universo no le fue concedido un lugar para nacer!” Tras recordar que “¡al Creador del universo no le fue concedido un lugar para nacer!”, Francisco planteó que tal vez “fue una anticipación de lo que dice el evangelista Juan: ‘Vino a su casa, y los suyos no la recibieron’; y de lo que Jesús mismo dirá: ‘Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabez’”. Destacó asimismo que “un ángel quien anunció el nacimiento de Jesús, y lo hizo a los pastores humildes. Y fue una estrella la que indicó a los Magos el camino para llegar a Belén El ángel es un mensajero de Dios”. De ahí su afirmación: “La estrella recuerda que Dios creó la luz y que ese Niño será ‘la luz del mundo’, como Él mismo se autodefinirá, la ‘luz verdadera’ […] que ilumina a todo hombre, que ‘brilla en las tinieblas y las tinieblas no la vencieron’” Mientras añadió que “los pastores representan a los pobres de Israel”, a las “personas humildes que interiormente viven con la conciencia de la propia falta”, y precisamente por esto “confían más que los otros en Dios”. De manera que, “son ellos los primeros en ver al Hijo de Dios hecho hombre, y este encuentro les cambia profundamente. Cuenta el Evangelio que se volvieron ‘glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto’”. “Volvamos a casa con el deseo de los ángeles: ‘Paz en la tierra a los hombres que ama el Señor’. Recordemos siempre: ‘En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó […]. Él nos amó primero’” “Este es el motivo de nuestra alegría”, dijo también el Santo Padre: “Saber que hemos sido amados sin ningún mérito, siempre somos precedidos por Dios en el amor, un amor tan concreto que se ha hecho carne y vino a habitar en medio de nosotros. Este amor tiene un nombre y un rostro: Jesús es el nombre y el rostro del amor que está en el fundamento de nuestra alegría”. Saludos del Papa “Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Que el nacimiento de Cristo llene sus corazones y el mensaje de los ángeles: ‘Paz en la tierra a los hombres que ama el Señor’ presida sus vidas, recordando que Dios nos ha amado primero. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias y feliz Navidad” Al saludar a los queridos fieles de lengua portuguesa, Francisco los invitó a volver a casa con el “anhelo de los ángeles” en sus corazones: “La paz en la tierra para los que Dios ama”. Y los invitó a recordar siempre que “no fuimos nosotros los que amamos a Dios primero, sino que fue él quien nos amó”. “Este es el motivo de nuestra alegría”, añadió el Papa y les deseó a todos, y a sus familias “una Santa Navidad”.  A los peregrinos de lengua inglesa el Santo Padre les dijo que al acercarnos a la Santa Navidad, deseaba invocar sobre ellos y sus familias “la alegría y la paz en el Señor Jesús”. En su saludo cordial a los fieles de lengua francesa, el Papa dió su bienvenida a los peregrinos de la diócesis de Sens y a los jóvenes de Draguignan.Tras recordarles que “Jesús es el nombre y el rostro del amor de Dios que ha venido a habitar entre nosotros”, el Obispo de Roma les deseó que lo busquen y “la alegría de encontrarlo en esta Navidad”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News22 de diciembre de 2021