Categoría: Papa Francisco

10
Feb

Ángelus del Papa: Iglesia llamada a prolongar en la historia la presencia de Cristo

Vaticano.- Los discípulos de Cristo son “la sal de la tierra” y son “la luz del mundo”. El Papa en su reflexión en el Ángelus de este domingo, meditando sobre el Evangelio del día, explicó el significado profundo de estas enseñanzas del Maestro. «Ante la violencia, la injusticia y la opresión, el cristiano no puede encerrarse en sí mismo ni esconderse en la seguridad de su propio recinto; tampoco la Iglesia puede encerrarse en sí misma, no puede abandonar su misión de evangelización y servicio». El Papa a la hora del Ángelus dominical, comenta el Evangelio del día, y explica el lenguaje simbólico que utiliza Jesucristo para dar a quienes pretenden seguirlo, algunos criterios para vivir Su presencia y dar testimonio de Él en el mundo. Seamos una presencia humilde y constructiva Las imágenes sobre las que se detiene el Pontífice son las de la sal y la de la luz: Ustedes son la sal de la tierra, dice Jesús, ustedes son la luz del mundo (cf. Vv. 13.14). El Santo Padre comenta la primera: la sal. “La sal es el elemento que da sabor y que conserva y preserva los alimentos de la corrupción. Por lo tanto, el discípulo está llamado a mantener alejados de la sociedad los peligros, los gérmenes corrosivos que contaminan la vida de las personas”. Se trata, afirma Francisco, “de resistir a la degradación moral, al pecado, testimoniando los valores de la honestidad y la fraternidad, sin ceder a las tentaciones mundanas del arribismo, el poder y la riqueza”. Es “sal”, explica, “el discípulo que, a pesar de los fracasos diarios – que todos tenemos – se levanta del polvo de sus propios errores, recomenzando con coraje y paciencia cada día, a buscar el diálogo y el encuentro con los demás”. Y es “sal”, “el discípulo que no busca el consenso y la aprobación, sino que se esfuerza por ser una presencia humilde y constructiva, en fidelidad a las enseñanzas de Jesús que vino al mundo no para ser servido, sino para servir ¡Y de esta actitud tenemos tanta necesidad!” Hacer resplandecer la luz de Cristo con las buenas obras La segunda imagen que Jesús propone a sus discípulos, y sobre la que profundiza el Pontífice, es la de la luz: “La luz disipa la oscuridad y permite ver. Jesús es la luz que ha disipado las tinieblas, pero ellas aún permanecen en el mundo y en las personas individuales”. Es tarea del cristiano – dice el Santo Padre – dispersarlas haciendo resplandecer la luz de Cristo y anunciando su Evangelio. Y, en este caso, “se trata de una irradiación que puede también derivar de nuestras palabras, pero que debe surgir sobre todo de nuestras ‘buenas obras’”. El discípulo ayuda a eliminar los prejuicios y las calumnias El Santo Padre precisa que “un discípulo y una comunidad cristiana son la luz del mundo cuando dirigen a otros hacia Dios, ayudando a cada uno a experimentar su bondad y su misericordia”. Porque “el discípulo de Jesús es luz, cuando sabe cómo vivir su fe fuera de los espacios pequeños, cuando ayuda a eliminar los prejuicios, a eliminar las calumnias y hace entrar la luz de la verdad en las situaciones viciadas por la hipocresía y la mentira”. «Hacer luz», remarca el Papa, una luz que «no es mía», sino «la de Jesús»: porque «nosotros somos instrumentos para que la luz de Jesús llegue a todos». La Iglesia llamada a prolongar a Cristo en la historia E incluso si en el mundo hay “condiciones de conflicto y de pecado”, Francisco recuerda que Jesús “nos invita a no tener miedo” de vivir en él. Ante la violencia, la injusticia y la opresión, el cristiano no puede encerrarse en sí mismo ni esconderse en la seguridad de su propio recinto; tampoco la Iglesia puede encerrarse en sí misma, no puede abandonar su misión de evangelización y servicio. “Jesús en la Última cena pide al Padre que no saque a los discípulos del mundo, que los deje allí, en el mundo, pero que los proteja del espíritu del mundo”. La Iglesia, subraya aún el Santo Padre, “se prodiga generosa y tiernamente por los pequeños y los pobres: esto no es el espíritu del mundo, ¡es su luz y su sal!» La Iglesia, añade, «escucha el grito de los últimos y los excluidos, porque es consciente de ser una comunidad peregrina llamada a prolongar en la historia la presencia salvífica de Jesucristo”. “Que la Virgen Santa – reza al concluir su meditación – nos ayude a ser sal y luz en medio de la gente, llevando a todos, con la vida y la palabra, la Buena Nueva del amor de Dios”. Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News 10 de enero de 2020

07
Feb

Papa Francisco: son los santos los que nos enseñan a conocer a Dios

Comienza en Tv2000 el nuevo programa dedicado a la oración del Credo con una entrevista a Francisco Vaticano.- Tercera cita en Tv2000 del Papa Francisco que concluye la trilogía sobre la oración con el Credo. A partir del lunes 17 de febrero en Tv2000 sale al aire «Io credo», una larga entrevista del Pontífice con el padre Marco Pozza, capellán de la prisión de Padua. Ocho episodios en el horario de máxima audiencia, con la dirección de Andrea Salvadore. La idea es la de volver a la raíz de las antiguas palabras de la oración que contienen lo esencial de la fe cristiana, actualizándolas a través de encuentros y comentarios con testigos de nuestro tiempo. «A veces nos llegan teorías – afirma el Papa en la entrevista –  que nos hacen presentar un Dios abstracto, un Dios ideológico, una idea… perfecto… y que te demuestran la existencia de Dios como si fuera matemática». Los santos, en cambio, añade Francisco, «son hombres y mujeres que han comprendido lo que es creer en un Dios que es Padre» y no en un dios con la varita mágica. Como ya sucedió con las ediciones anteriores del programa, la larga entrevista se transformará en un libro cuya salida a la venta está prevista para principios de marzo. Prensa CEVNota de Vatican07 de febrero de 2020

07
Feb

Papa Francisco en Santa Marta: incluso en la Iglesia no hay humildad sin humillación

Comentando el Evangelio de hoy, Francisco exhorta a los cristianos a seguir el camino indicado por Jesús y Juan: el de la humillación. También aconseja a los pastores que no caigan en la mundanidad, en la «tentación de escalar». No tengamos «miedo a la humillación», pidamos al Señor que nos envíe «alguna» para «hacernos humildes», para «imitar mejor a Jesús». Esta es la recomendación del Papa Francisco en la misa de la mañana en la capilla de la Casa Santa Marta. El viaje de Jesús Reflexionando sobre el Evangelio de hoy según San Marcos, el Pontífice explica cómo Juan el Bautista fue enviado por Dios para «mostrar el camino», «el camino» de Jesús. El «último de los profetas», recuerda el Papa, tuvo la gracia de decir: «Este es el Mesías». El trabajo de Juan el Bautista no fue tanto predicar que Jesús venía y preparar al pueblo, sino dar testimonio de Jesucristo y darlo con su vida. Y dar testimonio del camino elegido por Dios para nuestra salvación: el camino de la humillación. Pablo lo expresa muy claramente en su Carta a los Filipenses: «Jesús se aniquiló a sí mismo hasta la muerte, muerte de cruz». Y esta muerte en la cruz, este camino de aniquilación, de humillación, es también nuestro camino, el camino que Dios muestra a los cristianos para seguir adelante. El final más humillante Tanto Juan como Jesús -señala Francisco- tuvieron la «tentación de la vanidad, del orgullo»: Jesús «en el desierto con el diablo, después de ayunar»; Juan ante los doctores de la ley que le preguntaron si era el Mesías: podría haber respondido que era «su ministro», y sin embargo «se humilló». Ambos, continúa explicando el Papa, «tenían autoridad ante el pueblo», su predicación era «autoritaria». Y ambos han conocido «momentos de abajarse», una especie de «depresión humana y espiritual» como la llama el Pontífice: Jesús en el Huerto de los Olivos y Juan en prisión, tentado por la «carcoma de la duda» de si Jesús era realmente el Mesías. Ambos -añade el Santo Padre- «terminan de la manera más humillante»: Jesús con la muerte en la cruz, «la muerte de los más bajos criminales, terrible física y también moralmente», «desnudo ante el pueblo» y «a su madre». Juan el Bautista «decapitado en prisión por un guardia» por orden de «un rey debilitado por los vicios», «corrompido por el capricho de una bailarina y el odio de una adúltera», en referencia a Herodías y su hija. El profeta, el gran profeta, el más grande hombre nacido de mujer – así es como Jesús lo describe – y el Hijo de Dios han elegido el camino de la humillación. Es el camino que nos muestran y que los cristianos debemos seguir. De hecho, en las Bienaventuranzas se enfatiza que el camino es el de la humildad. Un camino mundano No se puede ser «humilde sin humillación», destaca el Papa. Su invitación a los cristianos es, por lo tanto, a aprender del «mensaje» de la Palabra de Dios de hoy. Cuando tratamos de mostrarnos, en la Iglesia, en la comunidad, para tener una posición o algo más, ese es el camino del mundo, es un camino mundano, no es el camino de Jesús. Y esta tentación de escalar también puede ocurrir a los pastores: «Esto es una injusticia, esto es una humillación, no puedo tolerarlo». Pero si un pastor no sigue este camino, no es un discípulo de Jesús: es un escalador en sotana. No hay humildad sin humillación.  Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News 07 de febrero de 2020

07
Feb

Generosidad y acuerdo universal para recomponer el pacto educativo

El Papa Francisco, al recibir a los participantes en el Congreso sobre el tema «Educación: el pacto mundial», destacó que este pacto está roto. Por eso les dijo que pensar en la educación es pensar en las generaciones futuras y es algo que hay que hacer hoy En su discurso a los cuarenta participantes en el Seminario organizado por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales sobre “Educación: el pacto mundial”, el Santo Padre manifestó su alegría – al recibirlos este mediodía en la Sala del Consistorio – por el hecho de que reflexionen sobre este tema, puesto que hoy “es necesario – dijo – unir esfuerzos para alcanzar una alianza educativa amplia con vistas a formar personas maduras, capaces de reconstruir el tejido relacional y crear una humanidad más fraterna”. “La educación integral y de calidad, y los patrones de graduación siguen siendo un desafío mundial” El Papa a firmó que “a pesar de los objetivos y metas formulados por la Organización de las Naciones Unidas y otros organismos, y de los importantes esfuerzos realizados por algunos países, la educación sigue siendo desigual entre la población mundial”. Y añadió: La pobreza, la discriminación, el cambio climático, la globalización de la indiferencia, las cosificaciones del ser humano marchitan el florecimiento de millones de criaturas. De hecho, representan para muchos un muro casi infranqueable que impide lograr los objetivos y las metas de desarrollo sostenible y garantizado que se han propuesto los pueblos. Educación ideal para todo el mundo Francisco afirmó asimismo que “la educación básica es hoy un ideal normativo en el mundo entero”, tal como lo indican los datos empíricos de donde se deduce que se ha progresado reduciendo la brecha, lo que representa “un logro loable”. Sin embargo, el Pontífice les dijo que “cada generación debería reconsiderar cómo transmitir sus saberes y sus valores a la siguiente, ya que es a través de la educación que el ser humano alcanza su máximo potencial y se convierte en un ser consciente, libre y responsable”. “Pensar en la educación es pensar en las generaciones futuras y en el futuro de la humanidad; por lo tanto, es algo que está profundamente arraigado en la esperanza y requiere generosidad y valentía” Tras recordar que “educar no es solamente trasmitir conceptos, sino que es una labor que exige que todos los responsables de la misma – familia, escuela e instituciones sociales, culturales, religiosas – se impliquen en ella de forma solidaria”, el Papa agregó que “para educar hay que buscar integrar el lenguaje de la cabeza con el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos”. Es decir: “Que un educando piense lo que siente y lo que hace, sienta lo que piensa y lo que hace, haga lo que siente y lo que piensa” Vehículos esenciales para el empoderamiento de las próximas generaciones Por esta razón, “al fomentar el aprendizaje de la cabeza, del corazón y de las manos, la educación intelectual y socioemocional, la transmisión de los valores y las virtudes individuales y sociales, la enseñanza de una ciudadanía comprometida y solidaria con la justicia, y al impartir las habilidades y el conocimiento que forman a los jóvenes para el mundo del trabajo y la sociedad, las familias, las escuelas y las instituciones se convierten en vehículos esenciales para el empoderamiento de la próxima generación”. Crisis del pacto educativo El Pontífice también destacó que “hoy está en crisis, está roto” lo que él ha llamado el “pacto educativo”; ese que “se da entre la familia, la escuela, la patria y el mundo, la cultura y las culturas”. Y “está roto, y muy roto – dijo Francisco – y no se puede pegar o recomponer, no se puede zurcir, sino a través de un renovado esfuerzo de generosidad y acuerdo universal”. A la vez que explicó que el pacto educativo roto significa que tanto la sociedad, como la familia, o las distintas instituciones llamadas a educar delegan esta decisiva tarea educacional a otros, “evadiendo así la responsabilidad las diversas instituciones básicas y los mismos estados que hayan claudicado de este pacto educativo”. Llamados a renovar y reintegrar El Santo Padre recordó que estamos llamados “a renovar y reintegrar el esfuerzo de todos” por la educación, a fin de “rehacer un nuevo pacto educativo, porque solamente así podrá cambiar la educación”. “Y, para eso, hay que integrar los saberes, la cultura, el deporte, la ciencia, el esparcimiento y la recreación; para eso, hay que tender puentes de conexión, saltar el ‘chiquitaje’, que nos encierra en nuestro pequeño mundo, y salir al mar abierto global respetando todas las tradiciones”. “Una de las formas fundamentales de mejorar la calidad de la educación a nivel escolar es conseguir una mayor participación de las familias y las comunidades locales en los proyectos educativos. Estas son parte de esa educación integral, puntual y universal” Sólo así – prosiguió Francisco – se podrá “promover una cultura del diálogo, del encuentro y de una mutua comprensión, de modo pacífico, respetuoso y tolerante. Una educación que capacita para identificar y fomentar los verdaderos valores humanos dentro de una perspectiva intercultural e interreligiosa”. Y para esto “la familia necesita ser valorada en el nuevo pacto educativo, puesto que su responsabilidad ya comienza en el vientre materno, en el momento del nacimiento. Pero las madres, los padres – los abuelos – y la familia en su conjunto, en su papel educativo primario, necesitan ayuda para comprender, en el nuevo contexto global, la importancia de esta temprana etapa de la vida, y estar preparados para actuar en consecuencia”. “Una de las formas fundamentales de mejorar la calidad de la educación a nivel escolar es conseguir una mayor participación de las familias y las comunidades locales en los proyectos educativos. Estas son parte de esa educación integral, puntual y universal” Docentes: artesanos de las futuras generaciones Hacia el final de su discurso el Pontífice rindió homenaje a los docentes, “los siempre mal pagados, porque ante el desafío de la educación siguen adelante con valentía

06
Feb

Papa Francisco: un mundo rico puede y debe acabar con la pobreza

Vaticano.- En el discurso a los participantes en el taller dedicado a «Nuevas formas de fraternidad solidaria, de inclusión, integración e innovación», organizado por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, el Pontífice llamó abatir la globalización de la indiferencia, propiciando mecanismos socio-económicos humanizantes para toda la sociedad. “Construir puentes que favorezcan el desarrollo de una mirada solidaria desde los bancos, las finanzas, los gobiernos y las decisiones económicas”. Fue la exhortación del Papa Francisco dirigiéndose esta tarde a los participantes en el taller dedicado a las «Nuevas formas de fraternidad solidaria, de inclusión, integración e innovación», organizado por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales. Ante los líderes financieros y especialistas económicos del mundo presentes en la Casina Pio IV, sede de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, el Santo Padre dirigió un rico y extenso discurso, iniciando por una constatación: “El mundo es rico y, sin embargo, los pobres aumentan a nuestro alrededor”. Una situación, que como señala el Papa, “ha propiciado que millones de personas sean víctimas de la trata y de las nuevas formas de esclavitud, como el trabajo forzado, la prostitución y el tráfico de órganos. No cuentan con ningún derecho y garantías; ni siquiera pueden disfrutar de la amistad o de la familia”. Acción y prioridades Estas realidades, en palabras del Papa, “no deben ser motivo de desesperación, sino de acción”. Y así, comparte con los presentes un “mensaje de esperanza”: “se trata de problemas solucionables y no de ausencia de recursos” – asegura. “No estamos condenados a la inequidad universal”. Francisco denota que la causa es la “falta de voluntad y de decisión para cambiar las cosas y principalmente, las prioridades. Se nos pide capacidad para dejarnos interpelar – afirma – y dejar caer las escamas de los ojos y ver con una nueva luz estas realidades”. Un mundo rico y una economía vibrante pueden y deben acabar con la pobreza. Se pueden generar y estimular dinámicas capaces de incluir, alimentar, curar y vestir a los últimos de la sociedad en vez de excluirlos. Debemos elegir qué y a quién priorizar: si propiciamos mecanismos socio-económicos humanizantes para toda la sociedad o, por el contrario, fomentamos un sistema que termina por justificar determinadas prácticas que lo único que logran es aumentar el nivel de injusticia y de violencia social. La globalización de la indiferencia Para el Obispo de Roma es hora de tomar conciencia de que “todos somos responsables” de las situaciones de injusticia y desigualdad. Y si la pobreza y riqueza extremas existen, es porque “hemos permitido que la brecha se amplíe hasta convertirse en la mayor de la historia”. A la ‘globalización de la indiferencia’ la he llamado ‘inacción’. San Juan Pablo II la llamó: ‘estructuras del pecado’. Tales estructuras encuentran una atmósfera propicia para su expansión cada vez que el Bien Común viene reducido o limitado a determinados sectores o, en el caso que nos convoca, cuando la economía y las finanzas se vuelven un fin en sí mismas. Es la idolatría del dinero, la codicia y la especulación. Y esta realidad sumada ahora al vértigo tecnológico exponencial, que incrementa a pasos jamás vistos la velocidad de las transacciones y la posibilidad de producir ganancias concentradas sin que estén ligadas a los procesos productivos ni a la economía real. El Santo Padre recuerda que la Doctrina Social de la Iglesia celebra las formas de gobierno y los bancos cuando cumplen con su finalidad, es decir,  buscar el bien común, la justicia social, la paz, como asimismo el desarrollo integral de cada individuo, de cada comunidad humana y de todas las personas. Pero advierte que estas instituciones benéficas también “pueden decaer en estructuras de pecado”. Las estructuras del pecado A continuación, el Papa enumera las que él llama “estructuras del pecado” que incluyen los “repetidos recortes de impuestos para las personas más ricas, justificados muchas veces en nombre de la inversión y desarrollo”; los “cientos de miles de millones de dólares, que deberían pagarse en impuestos para financiar la atención médica y la educación”, y que  se acumulan en “cuentas de paraísos fiscales impidiendo así la posibilidad del desarrollo digno y sostenido de todos los actores sociales”. La búsqueda de soluciones, responsabilidad de todos Ante esta situación existe, según el Pontífice, una co-irresponsabilidad en cuanto al daño provocado, pero también una co-responsabilidad en la creación de un clima de fraternidad,  de renovada confianza, de soluciones innovadoras y humanizantes. “No existe una ley mágica o invisible que nos condene al congelamiento o a la parálisis frente a la injusticia”, afirma. “Y menos aún existe una racionalidad económica que suponga que la persona humana es simplemente una acumuladora de beneficios individuales ajenos a su condición de ser social”. Las nuevas formas de solidaridad “Es ciertamente justo el principio de que las deudas deben ser pagadas. No es licito exigir o pretender su pago cuando éste vendría a imponer de hecho opciones políticas tales que llevaran al hambre y a la desesperación a poblaciones enteras”. “En estos casos es necesario —como, por lo demás, está ocurriendo en parte— encontrar modalidades de reducción, dilación o extinción de la deuda, compatibles con el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y al progreso”. Francisco cita estas palabras de San Juan Pablo II en 1991, al tiempo que recuerda que este punto es reconocido también por los Objetivos del Desarrollo Sostenible aprobados unánimemente por todas las naciones, para señalar en qué deben consistir las “nuevas formas de solidaridad” que hoy nos convocan, en el mundo de los bancos y las finanzas: “En la ayuda para el desarrollo de los pueblos postergados y la nivelación entre los países que gozan de un determinado estándar y nivel de desarrollo con aquellos imposibilitados a garantizar los mínimos necesarios a sus poblaciones. Solidaridad y economía para la unión, no para la división con la sana y clara conciencia de la co-responsabilidad.” La mayor estructura del pecado es la guerra La denuncia del Papa es una vez más, contra la guerra, cuya industria

06
Feb

Papa Francisco: que las ferias contribuyan a una economía global más justa y humana

Vaticano.- El Papa Francisco se ha dirigido este 06 de febrero al mediodía, a los participantes de la Cumbre de la Unión de Ferias Internacionales (UFI). Les invitó a “promover la inclusión, el cuidado del hogar común y el desarrollo integral de las personas y los pueblos”. El Obispo de Roma se ha dirigido a los participantes en el encuentro de la Unión de Ferias Internacionales, resaltando su contribución a “una economía global más justa y humana”, al mismo tiempo subrayó, cómo en este mundo cada vez más “unido”, “crecen las posibilidades de interrelación y cooperación entre los individuos y a través de las actividades que estos realizan”. Las ferias, un servicio al bien común El Papa remarcó un efecto del trabajo que realizan las ferias: “las exposiciones internacionales contribuyen al crecimiento de una cultura del encuentro, que refuerza los lazos de solidaridad y fomenta el enriquecimiento mutuo entre los miembros de la familia humana”; por lo tanto, prosiguió Francisco, “Como un servicio al bien común, debe promover la inclusión, el cuidado del hogar común y el desarrollo integral de las personas y los pueblos. Estas preocupaciones éticas no son secundarias, sino esenciales para construir una economía en la que los rendimientos financieros no sean la única variable para medir el éxito”. Las ferias, un momento para la cooperación económica y humana Francisco evidencia que las ferias, desde el momento de su preparación hasta la realización, tienen como elemento constitutivo la cooperación, tanto humana como material, por eso afirma: “Cuanto mayor sea la cooperación a nivel local e internacional, mayores serán las posibilidades de éxito, tanto en el plano económico como en el humano. Las ferias comerciales que apoyan la economía de la zona, involucran a su fuerza de trabajo, dan valor y relevancia a su cultura y respetan escrupulosamente su ecología humana y ambiental, serán finalmente más exitosas y renombradas”. Para el Papa, la cooperación no se produce solo en el momento de la preparación y realización de las exposiciones y ferias, y afirma: “estos eventos son capaces de crear una red de buenas relaciones humanas, capaz de durar mucho más allá del evento en sí. Con razón pueden estar orgullosos de sus iniciativas cuando generan una conciencia más sólida al servicio del bien común y del desarrollo integral”. Invocando la bendición de Dios sobre los asistentes, el Papa terminó su alocución, al mismo tiempo que expresó sus mejores deseos “por promover la creatividad y la innovación en su sector”. Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News 06 de febrero de 2020

03
Feb

Papa Francisco en el Ángelus: “Movimiento y asombro, actitudes para servir a los hermanos”

Vaticano.- Alocución del Santo Padre antes de rezar la oración mariana del Ángelus de este primer domingo de febrero, Fiesta de la Presentación del Señor y XXIV Jornada Mundial de la Vida Consagrada. “Que la Virgen María nos ayude a contemplar cada día en Jesús el Don de Dios para nosotros, y a dejarnos involucrar por Él en el movimiento del don, con alegre asombro, para que toda nuestra vida se convierta en una alabanza a Dios en el servicio a nuestros hermanos”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus de este primer domingo de febrero, Fiesta de la Presentación del Señor y XXIV Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Modelos de acogida y donación de la propia vida a Dios Hoy celebramos la Fiesta de la Presentación del Señor, dijo el Santo Padre, y también hoy se celebra el Día de la Vida Consagrada, “que recuerda el gran tesoro en la Iglesia de aquellos que siguen de cerca al Señor profesando los consejos evangélicos”. Comentado el Evangelio de San Lucas que narra la presentación del Niño Jesús en el templo para consagrarlo a Dios, como prescribía la Ley judía, el Obispo de Roma señaló que, “este episodio llama nuestra atención al ejemplo de algunos personajes que son tomados en el momento en el cual hacen experiencia del encuentro con el Señor”. Se trata de María y José, Simeón y Ana, que representan modelos de acogida y donación de la propia vida a Dios y que el evangelista Lucas los describe a todos con una doble actitud: de movimiento y de asombro. Movimiento: la vida cristiana es dinamismo y disponibilidad La primera actitud es el movimiento, afirmó el Papa Francisco, vemos a María y José que se ponen en camino hacia Jerusalén; por su parte, Simeón, movido por el Espíritu, va al templo, mientras que Ana sirve a Dios día y noche sin descanso. “De esta manera los cuatro protagonistas del pasaje evangélico – precisó el Pontífice – nos muestran que la vida cristiana requiere dinamismo y disponibilidad de caminar, dejándose guiar por el Espíritu Santo”. El inmovilismo, señalo el Papa, no se acomoda con el testimonio cristiano y la misión de la Iglesia. Por ello, el mundo necesita cristianos que se dejen conmover, que no se cansen de caminar por las calles de la vida, para llevar a todos la palabra consoladora de Jesús. “¡Todo bautizado ha recibido la vocación al anuncio – anunciar algo, anunciar a Jesús, a la misión evangelizadora: anunciar a Jesús! Las parroquias y las diversas comunidades eclesiales están llamadas a fomentar el compromiso de jóvenes, familias y ancianos, para que todos puedan hacer una experiencia cristiana, viviendo la vida y la misión de la Iglesia como protagonistas” Asombro: capacidad de maravillarse ante lo que nos rodea La segunda actitud, subrayó el Santo Padre, con la que San Lucas presenta a los cuatro personajes de la narración es el asombro. María y José «se asombraron de las cosas que se decían de él [de Jesús]». El asombro es también una reacción explícita del viejo Simeón, que en el Niño Jesús ve con sus ojos la salvación obrada por Dios en favor de su pueblo. Y lo mismo ocurre con Ana, que «también comenzó a alabar a Dios». “Estas figuras de creyentes – señaló el Pontífice – están envueltas en el asombro, porque se dejaron capturar e involucrar por los eventos que estaban sucediendo ante sus ojos”. “La capacidad de maravillarse ante las cosas que nos rodean fomenta la experiencia religiosa y hace fructífero el encuentro con el Señor. Por el contrario, la incapacidad de asombrarse nos hace indiferentes y amplía la distancia entre el camino de la fe y la vida de cada día. ¡Hermanos y hermanas, siempre en movimiento y dejando apertura a la maravilla!” Nuestra vida se convierta en alabanza a Dios en el servicio Antes de concluir su alocución, el Papa Francisco pidió que la Virgen María nos ayude a contemplar cada día en Jesús el Don de Dios para nosotros, y a dejarnos involucrar por Él en el movimiento del don, con alegre asombro, para que toda nuestra vida se convierta en una alabanza a Dios en el servicio a nuestros hermanos. Abrir las puertas a nuevas formas de fraternidad solidaria Después de rezar a la Madre de Dios, el Santo Padre recordó que, hoy en Italia se celebra la Jornada por la Vida, que tiene como tema: “Abran las puertas a la vida”. “Me asocio al Mensaje de los Obispos – señaló el Pontífice – y espero que esta Jornada sea una oportunidad para renovar el compromiso de custodiar y proteger la vida humana desde el principio hasta su fin natural. También es necesario contrastar toda forma de violación de la dignidad, incluso cuando están en juego la tecnología o la economía, abriendo las puertas a nuevas formas de fraternidad solidaria”. En el Día de la Vida Consagrada, el Pontífice invitó a todos los fieles a rezar por todas las personas consagradas que trabajan mucho y a veces lo hacen en silencio. Ave María… Asimismo, el Papa Francisco saludó a los fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, en particular, a los estudiantes de Badajoz (España); a los fieles de Cremona, Spoleto, Fano, Palau y Roseto degli Abruzzi, a los peregrinos Polacos y Japoneses. Para luego despedirse con su acostumbrado saludo de “buen domingo” y de no olvidarse de rezar por él. ¡Buen almuerzo y hasta la vista! Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News 03 de enero de 2020

31
Ene

El Papa Francisco: la mundanidad, un lento deslizamiento hacia el pecado

El Papa Francisco recordó este viernes 31 de enero, en su homilía en la Casa Santa Marta, que todos somos pecadores. Viviendo en una vida mundana, dijo, pecamos sin tener conciencia de lo que hacemos. Incluso un santo como David cayó en la tentación, señaló el Papa. Ciudad del Vaticano Una vida normal y tranquila, un corazón indiferente ante los pecados, una mundanidad que roba la capacidad de ver el mal que se hace. El Papa Francisco, en la homilía de la misa en la Casa de Santa Marta, releía el pasaje tomado del segundo libro de Samuel, centrado en la figura del «santo rey David», que, deslizándose en una vida cómoda, olvida que fue elegido por Dios. David como tantos hombres de hoy, gente que parece buena, «que va a misa todos los domingos, que se llama a sí mismo cristiano» pero que ha perdido «la conciencia del pecado»: uno de los males de nuestro tiempo, según dijo el Papa Pío XII. El espíritu del mundo En su homilía Francisco se detiene en los pecados de David: el censo de la gente y la historia de Uriya que hizo matar a su esposa Betsabé después de que la dejó embarazada. El elige el asesinato porque su plan para arreglar las cosas, después del adulterio, fracasa miserablemente. «David», dice el Papa, «continuó su vida normal. Silencio. Su corazón no se movió.» “Pero, ¿cómo el gran David, que es santo, que había hecho tantas cosas buenas, que estaba tan unido a Dios, pudo hacer eso? Eso no es algo que se hace de la noche a la mañana. El gran David, se deslizó lentamente. Hay pecados del momento: el pecado de la ira, un insulto, que no puedo controlar. Pero hay pecados en los que uno se desliza lentamente, con el espíritu de la mundanidad. Es el espíritu del mundo el que te lleva a hacer estas cosas como si fueran normales. Un asesinato…” Deslizándose hacia el pecado Poco a poco es un adverbio que el Papa repite a menudo en su homilía. Explica la forma en que el pecado se apodera lentamente del hombre aprovechando su comodidad. «Todos somos pecadores,» continuó Francisco, «pero a veces pecamos en el momento. Me enfado, insulto. Entonces me arrepiento». A veces, en cambio, «nos dejamos llevar a un estado de vida en el que… parece normal». Lo normal, por ejemplo, es «no pagar a la criada como se debe pagar», o pagar la mitad de lo que se debe a los que trabajan en el campo. “Pero parece que son buenas personas que hacen esto, que van a misa todos los domingos, que se llaman a sí mismos cristianos. ¿Pero por qué haces esto? ¿Y otros pecados? Digo yo, porque has caído en un estado en el que has perdido la conciencia del pecado. Y ese es uno de los males de nuestro tiempo. Pío XII dijo: perder  la conciencia del pecado.” La bofetada de la vida No son cosas antiguas, explica el Papa, recordando un reciente incidente en Argentina con unos jóvenes jugadores de rugby que mataron a un camarada en una pelea después de una noche de movida. Los chicos, dijo, se convirtieron en «una manada de lobos». Un hecho que abre interrogantes sobre la educación de los jóvenes, en la sociedad. Es necesario «tantas veces una bofetada de la vida» para parar, para detener ese lento deslizamiento hacia el pecado. Se necesita a alguien como el profeta Natán, enviado por Dios a David, para mostrarle su error. “Pensemos un poco: ¿cuál es la atmósfera espiritual de mi vida? Soy cuidadoso, siempre necesito que alguien me diga la verdad, ¿no lo creo? ¿Escucho el reproche de algún amigo, el confesor, el marido, la mujer, los niños, que me ayuda un poco? Mirando esta historia de David – del Rey Santo David – preguntémonos: si un santo fue capaz de caer así, tengamos cuidado, hermanos y hermanas, también nos puede pasar a nosotros. Además, preguntémonos: ¿En qué atmósfera vivo? Que el Señor nos conceda la gracia de enviarnos siempre un profeta – puede ser el vecino, el hijo, la madre, el padre – que nos abofetee un poco cuando nos deslizamos en esta atmósfera donde todo parece ser legítimo”. Prensa CEVNota de Vatican News31 de enero de 2020

30
Ene

Iglesia en Tierra Santa: «El plan de paz ignora la dignidad de los palestinos»

Vaticano.- La Iglesia Católica en Tierra Santa reaccionó el miércoles 29 de enero ante el «plan de paz para el Medio Oriente» revelado por Donald Trump el día anterior, el 28 de enero en la Casa Blanca. Denuncia un plan que «ignora la dignidad y los derechos de los palestinos». «Como hemos dicho varias veces en el pasado, estamos convencidos de que no se puede lograr ninguna propuesta o perspectiva seria sin el acuerdo de ambos pueblos, el israelí y el palestino. Estas propuestas deben basarse en la igualdad de derechos y la dignidad». Sin embargo, el plan de paz presentado por Donald Trump «no cumple estas condiciones», dijeron los Ordinarios Católicos de Tierra Santa en una declaración el 29 de enero. Una iniciativa unilateral «Ignora la dignidad y los derechos de los palestinos. Debe considerarse una iniciativa unilateral, ya que respalda casi todas las demandas de una parte, Israel, y su programa político. Por otra parte, este plan no tiene realmente en cuenta las justas demandas del pueblo palestino por su patria, sus derechos y la dignidad de su existencia», escriben, temiendo que el plan cree «más tensión y probablemente más violencia y derramamiento de sangre» en lugar de aportar soluciones. Y a la asamblea de personas comunes para expresar su deseo de ver los acuerdos previamente concluidos entre las dos partes «respetados y mejorados sobre la base de la completa igualdad en humanidad entre los pueblos». Una llamada a la oración de las iglesias de todo el mundo «Llamamos a las Iglesias de todo el mundo a rezar por la Tierra Santa, a trabajar por una verdadera justicia y paz, y a ser la voz de los desamparados», concluyen los Ordinarios. El Patriarca Emérito de Jerusalén, el Arzobispo Michel Sabbah, hace un llamamiento a Europa y Rusia: «Las puertas de la esperanza han sido cerradas por los Estados Unidos, deben ser reabiertas por Europa y Rusia. Ellos saben qué hacer. Ha llegado el momento. Esperamos que tengan el verdadero coraje de trabajar para salvar esta tierra y sus dos pueblos», escribió el 29 de enero en las columnas de Abouna.org, un sitio de noticias católico jordano. El plan de paz hace amplias concesiones a Israel, por ejemplo, reconociendo la anexión de los asentamientos que el Estado judío ya ha establecido en territorio palestino. En el documento también se reconoce la soberanía israelí sobre el Valle del Jordán, una zona ya ocupada de la Ribera Occidental, que con el tiempo se convertiría en la frontera oriental de Israel. Además, el plan garantiza que Jerusalén seguirá siendo «la capital indivisible de Israel» y propone la creación de una capital del Estado palestino en las afueras de Jerusalén oriental. Los palestinos se indignaron profundamente el miércoles al manifestarse contra el plan en la Franja de Gaza, donde miles de personas ya se habían reunido el martes por la noche. También se están produciendo manifestaciones en la Ribera Occidental, el territorio palestino ocupado desde 1967. Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News 30 de enero de 2020

30
Ene

Papa Francisco: ¿Somos cristianos o mundanos? Dios nos juzgará con la misma medida

Vaticano.- Nuestro estilo de vida, nuestro modo de juzgar a los demás debe ser plenamente cristiano, es decir, generoso y lleno de amor, y no sujeta a humillaciones, porque con la misma medida con la que juzgamos seremos juzgados al final de nuestra existencia. Es esto lo que el Papa destacó, a partir de la lectura del Evangelio de Marcos, en su homilía pronunciada en la Misa en la Casa Santa Marta. Hoy, la lectura del Evangelio de Marcos (Mc 2, 21-25) presenta ricas  frases y consejos de Jesús. El Papa Francisco eligió uno de ellos entre todos, para hacer una pausa y reflexionar en un diálogo constante con los fieles reunidos en la capilla de la Casa Santa Marta. La medida del estilo cristiano “Con la medida con la cual mides, serás medido”. Todos nosotros, afirmó el Papa, tenemos que rendir cuenta a la vida, lo hacemos en el presente y sobre todo, lo haremos al final de nuestra existencia, y esta frase de Jesús “nos dice exactamente cómo será ese momento”, es decir, cómo será el juicio. Porque – prosiguió Francisco – si el pasaje de las Bienaventuranzas y el análogo capítulo 25 del Evangelio de Mateo nos muestran “las cosas que tenemos que hacer” – el cómo hacerlas, el “estilo con el que tenemos que vivir” – la “medida”, “es lo que el Señor dice aquí”: “¿Con qué medida mido yo a los demás? ¿Con qué medida me mido? ¿Es una medida generosa, llena del amor de Dios, o es una medida a nivel del suelo? Y por esa medida seré juzgado, no será otra: aquella, aquella que yo hago. ¿Cuál es el nivel en el que pongo mi vara? ¿Lo puse alto? Tenemos que pensar en eso. Y esto lo vemos no sólo, no tanto en las cosas buenas que hacemos o en las cosas malas que hacemos, sino en el estilo continuo de vida”. El Dios que se anonada es el modelo Cada uno de nosotros – subrayó el Papa – tiene de hecho un estilo, “un modo de medirse a sí mismo, a las cosas y a los demás” y será el mismo que usará el Señor con nosotros. Por lo tanto – explicó – quien mide con egoísmo, así será medido; quien no tiene piedad y para solo trepar en la vida “es capaz de pisotear la cabeza de los demás”, será juzgado de la misma manera, es decir “sin piedad”. A esto, el Papa contrasta el estilo de vida del cristiano y explica cuál es el modelo: “Y como cristiano me pregunto: ¿Cuál es la piedra de referencia, la piedra de comparación para saber si estoy en un nivel cristiano, un nivel que Jesús quiere? Es la capacidad de humillarme, es la capacidad de sufrir humillación. A un cristiano que no es capaz de llevar consigo las humillaciones de la vida, le falta algo. Es un cristiano de pintura o de interés. Pero, ¿Por qué padre esto? Porque lo ha hecho Jesús, se anonado a sí mismo, dice Pablo: ‘Se anonadó a sí mismo hasta la muerte y la muerte de cruz’. Él que era Dios pero no se aferró a eso: se anonadó a sí mismo. Este es el modelo”. ¿Mundanos, pecadores, empresarios o cristianos? Y como ejemplo de un estilo de vida definido como “mundano” e incapaz de seguir el modelo de Jesús, el Papa cita las “quejas” que le presentan los Obispos cuando les resulta difícil trasladar a los sacerdotes a las parroquias porque las consideran “de una categoría inferior” y no tan superior como desearían y, por tanto, viven el traslado como un castigo. Aquí, entonces, es cómo reconocer “mi estilo”, “mi manera de juzgar” – comentó el Papa – por el comportamiento que asumo ante la humillación: “Un modo de juzgar mundano, una manera de juzgar pecaminosa, una manera de juzgar empresarial, un modo de juzgar cristiano”. Y concluye: “Con la medida con la cual mides serán medidos ustedes”, la misma medida. Si es una medida cristiana, que sigue a Jesús, en su camino, con la misma seré juzgado, con mucha, mucha, mucha piedad, con mucha compasión, con mucha misericordia. Pero si mi medida es mundana y sólo uso la fe cristiana – sí, lo hago, voy a misa, pero vivo como un mundano – seré medido con esa medida. Pidamos al Señor la gracia de vivir cristianamente y sobre todo de no tener miedo a la cruz, a la humillación, porque este es el camino que Él ha elegido para salvarnos y esto es lo que garantiza que mi medida sea cristiana: la capacidad de llevar la cruz, la capacidad de sufrir alguna humillación”. Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News 30 de enero de 2020