Categoría: Papa Francisco

17
Feb

Papa Francisco: Quien hace la guerra no sabe dominar las propias pasiones

Vaticano.- Vivir los mandamientos de la Ley de Dios como un instrumento de libertad, que nos ayuda a no ser esclavos de las pasiones y el pecado. La gente que hace las guerras no sabe dominar sus propias pasiones. Con estas palabras el Papa Francisco dedicó su alocución previa al rezo mariano de este domingo. El Papa dedicó su alocución previa al rezo mariano sobre el Evangelio de hoy, que habla del  «Sermón de la Montaña» y del cumplimiento de la Ley. Jesús quiere ayudar a sus oyentes a tener un acercamiento justo con las prescripciones de los Mandamientos dados a Moisés, exhortándolos a estar disponibles para Dios que nos educa a la verdadera libertad y responsabilidad a través de la Ley.  «Cuando cedemos a las tentaciones y pasiones, no somos señores y protagonistas de nuestra propia vida, sino que nos volvemos incapaces de manejarla con voluntad y responsabilidad». La ley dijo, hay que vivirla como un instrumento de libertad.  Es importante, entender esto, aseveró el Pontífice: vivir la ley como un instrumento de libertad que nos ayuda a ser más libres, a no ser esclavos de las pasiones y del pecado. Las guerras y las calamidades, son fruto de las pasiones afirmó, y la gente que hace las guerras no sabe dominar sus propias pasiones. Cuando se cede a las pasiones no somos protagonistas de la propia vida, somo incapaces de manejarla con voluntad y responsabilidad.  Las cuatro antítesis  El discurso de Jesús está estructurado en cuatro antítesis, expresadas con la fórmula «Habéis entendido que se dijo… pero yo os digo». Estas antítesis se refieren a otras tantas situaciones de la vida cotidiana: asesinato, adulterio, divorcio, juramentos. Jesús, afirmó el Pontífice, nos anima a pasar de una observancia formal de la Ley a una observancia sustancial, aceptando la Ley en nuestro corazón, que es el centro de las intenciones, decisiones, palabras y gestos de cada uno de nosotros. Del corazón salen las buenas y las malas acciones. Aceptar la ley de Dios en nuestro corazón El Papa dijo que si aceptamos la Ley de Dios en nuestros corazones entendemos que cuando no amamos a nuestro prójimo, hasta cierto punto, nos matamos a nosotros mismos y a los demás, porque el odio, la rivalidad y la división matan la caridad fraternal que es la base de las relaciones interpersonales. Y esto vale, añadió, por  lo que dije de las guerras, porque la lengua mata.  Si aceptamos la Ley de Dios en el corazón, podremos guiar nuestros deseos, comprenderemos que “hay que abandonar un estilo de vida de promesas rotas, no mantenidas, así como pasar de la prohibición del perjurio a la decisión de no jurar en absoluto, asumiendo la actitud de plena sinceridad con todos”. Jesús nos ama y nos tiende su mano cada día “Pero Jesús es consciente de que no es fácil vivir los Mandamientos de una manera total y tan profundamente. Por eso nos ofrece la ayuda de su amor: vino al mundo no sólo para cumplir la Ley, sino también para darnos su gracia, para que podamos hacer la voluntad de Dios, amándolo a él y a nuestros hermanos y hermanas”. Porque, como afirmó, todopodemos hacer con la gracia de Dios, la santidad no es más que el custodiar esta gratuidad que Dios nos ha dado, esta gracia.  Por último, el Santo Padre nos dijo que confiemos en Jesús, acojamos su mano que nos tiende constantemente, para que nuestros esfuerzos y nuestro compromiso puedan ser sostenidos por su ayuda, llena de bondad y misericordia. “Hoy Jesús nos pide que avancemos en el camino del amor que nos ha mostrado y que comienza desde el corazón. Esta es la manera de vivir como cristianos”. Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News 17 de febrero de 2020

17
Feb

Papa Francisco al Tribunal vaticano: La justicia debe ir de la mano de las virtudes cardinales

Vaticano.- El Papa Francisco se dirigió esta mañana a los miembros del Tribunal de la Ciudad del Vaticano. Para el Pontífice, la justicia debe ir acompañada de las virtudes cardinales, las que actúan como bisagras: prudencia, fortaleza y templanza. Y sobre los cambios en las leyes, habló de los cambios que está experimentando la legislación vaticana en el sector penal. Esta mañana tuvo lugar la apertura del 91 año judicial del Tribunal de la Ciudad del Vaticano. El Papa Francisco en su discurso les recordó a los presentes, que para promover la justicia es necesario tener una actitud particular no sólo intelectualmente, sino también moral y deontológicamente. Las palabras de Jesús, dijo el Papa, pueden ayudarnos en esto: «Con la medida con que juzguéis, seréis juzgados». “El Evangelio nos recuerda que nuestros intentos de justicia terrenal siempre tienen como horizonte último el encuentro con la justicia última, la de Dios. Estas palabras no deben asustarnos, sino animarnos a cumplir nuestro deber con seriedad y humildad”. Muchos de los presentes, están involucrados en instituciones responsables de la administración de la Justicia y la protección de la ley y el orden. A ellos les exhortó a continuar en su esfuerzo diario de establecer la justicia. Comprometiéndose cada uno a ser conscientes de sus importantes responsabilidades. Abrir espacios y nuevos caminos para la aplicación de la justicia para la promoción de la dignidad humana, de la libertad, en definitiva, de la paz. Francisco recordó que quienes están llamados a juzgar, lo deben hacer con criterios humanos, porque la justicia, no fluye tanto de la perfección formal del sistema y las reglas, sino de la calidad y la rectitud de las personas, in primis de los jueces. Antes de juzgar al otro encontrar la justicia interior El Evangelio, señaló, nos enseña una mirada más profunda a la mentalidad mundana, y nos muestra que la justicia propuesta por Jesús no es un simple conjunto de reglas aplicadas técnicamente, sino una disposición del corazón que guía a los que tienen responsabilidad. Pero antes de juzgar al otro, el Papa dijo que es necesario establecer la justicia dentro de nosotros, luchando con fuerza para marginar la cizaña que nos habita. Pero la vigilancia sobre nosotros mismos, con la consiguiente lucha interior, nos ayuda a no dejar que el mal se apodere del bien. En este sentido, invitó a todos a sentirse involucrados no sólo en un compromiso externo que concierne a los demás, sino también en un trabajo personal dentro de cada uno de nosotros: nuestra conversión personal. ¡Esta es la única justicia que genera justicia! Las virtudes cardinales de la mano de la justicia Pero para el Pontífice, la justicia por sí sola no es suficiente, debe ir acompañada también de las otras virtudes, especialmente las virtudes cardinales, las que actúan como bisagras: prudencia, fortaleza y templanza.  “La prudencia, nos da la capacidad de distinguir lo verdadero de lo falso y nos permite atribuir a cada uno lo suyo. La templanza como elemento de moderación y equilibrio en la evaluación de hechos y situaciones nos hace libres para decidir según nuestra conciencia. La fortaleza nos permite superar las dificultades que encontramos, resistiendo las presiones y las pasiones. Especialmente les puede servir de ayuda a ustedes en la soledad que a menudo experimentan al tomar decisiones complejas y delicadas”. La tarea de juzgar, dijo, requiere no sólo preparación y equilibrio, sino también pasión por la justicia y conciencia de las grandes y obedientes responsabilidades del juicio. Los cambios de la legislación vaticana Un segundo punto sobre la justicia son las leyes que regulan las relaciones interpersonales y, por tanto, su legalidad, pero también los valores éticos que constituyen el trasfondo. En su discurso, el Papa recordó los cambios que está experimentando en el último decenio la legislación vaticana, en particular en el sector penal. Con el objetivo no sólo de alcanzar una modernización, pero sobre todo por la necesidad de respetar los compromisos internacionales que la Santa Sede ha asumido también en nombre del Estado Vaticano. Compromisos que conciernen sobre todo a la protección de la persona humana, amenazada en su propia dignidad, y a la protección de los grupos sociales, a menudo víctimas de nuevas y odiosas formas de ilegalidad. Para concretar este compromiso, la Santa Sede ha iniciado un proceso de adaptación de su legislación a las normas del derecho internacional y, en el plano operacional, se ha comprometido especialmente a luchar contra la ilegalidad en la esfera de las finanzas a nivel internacional. Con ese fin, ha fomentado las relaciones de cooperación y el intercambio de políticas e iniciativas de aplicación de la ley, creando espacios internos de vigilancia e intervención capaces de llevar a cabo controles estrictos y eficaces. A raíz de estas acciones, se han descubierto “situaciones financieras sospechosas”, que más allá de la posible ilegalidad, no se ajustan a la naturaleza y los objetivos de la Iglesia, y han generado desorientación y ansiedad en la comunidad de los fieles. Estos hechos han sido señalados a la atención del poder judicial y aún no se han aclarado en los perfiles de relevancia penal. Aunque si no es aún el momento para ampliar esta información, como dijo Francisco, en todo caso, dada la plena confianza en la labor de los órganos judiciales y de investigación, y sin perjuicio del principio de la presunción de inocencia de las personas investigadas, un hecho positivo, afirmó, es que precisamente en este caso, los primeros informes fueron realizados por autoridades internas del Vaticano, activas, aunque con competencias diferentes, en los sectores económico y financiero. Esto demuestra la eficacia y la eficiencia de las medidas de represión, como lo exigen las normas internacionales. La Santa Sede está firmemente decidida a continuar por el camino emprendido, no sólo en lo que respecta a las reformas legislativas, que han contribuido a una consolidación sustancial del sistema, sino también mediante el inicio de nuevas formas de cooperación judicial tanto a nivel de los órganos de investigación como de los organismos

13
Feb

Papa Francisco: Resbalar hacia la mundanidad es la lenta apostasía del corazón

Vaticano.- En su homilía de la misa celebrada este 13 de febrero de 2020 en la Casa de Santa Marta, el Papa Francisco exhortó a prestar atención a la «caída con anestesia» cuando poco a poco se pierde la fidelidad a Dios. Dejarse deslizar lentamente en el pecado, relativizando las cosas y entrando «en negociación» con los dioses del dinero, de la vanidad y del orgullo. Es cuanto advirtió Francisco ante lo que él mismo definió como una «caída con anestesia». Y lo hizo esta mañana en su homilía de la misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, en que reflexionó sobre la historia del Rey Salomón.  El Papa destacó que la Primera Lectura de la liturgia de hoy (1 Reyes 11, 4-13) relata  «la apostasía”, por decirlo de alguna manera, de Salomón», que no fue fiel al Señor. Cuando era anciano, sus mujeres, en efecto, hicieron que su corazón «se desviara” para seguir a otros dioses. Al principio fue un «buen muchacho», que sólo pedía sabiduría al Señor. Y Dios lo hizo sabio, hasta el punto de que los jueces se le acercaron, y también la Reina de Saba, de África, con regalos, porque había oído hablar de su sabiduría. «Se ve que esta mujer era un poco filósofa y le hizo preguntas difíciles» – dijo el Papa – señalando que «Salomón salió victorioso de aquellas preguntas», porque sabía cómo responderlas. La lenta apostasía En aquella época – prosiguió diciendo el Papa – se podía tener más de una esposa, lo que no significa – explicó – que fuera lícito ser «mujeriego». El corazón de Salomón, sin embargo, se debilitó, no porque se hubiera casado con estas mujeres – él podía hacerlo – sino porque las había elegido de otro pueblo, con otros dioses. Y Salomón, por lo tanto, cayó en la «trampa» y dejó que sucediera cuando una de sus esposas le decía que fuera a adorar a Camos o a Moloc. Y así lo hizo con todas sus mujeres extranjeras que ofrecían sacrificios a sus dioses. En una palabra, «permitió todo y dejó de adorar al único Dios». Con un corazón debilitado por su excesivo afecto a las mujeres, «el paganismo entró en su vida». Y Francisco enfatizó que aquel muchacho sabio que había rezado bien pidiendo la sabiduría, cayó hasta el punto de ser rechazado por el Señor. «No fue una apostasía de un día para otro, fue una apostasía lenta» – explicó el Santo Padre – y agregó que también el rey David, su padre, de hecho, había pecado – de manera fuerte al menos dos veces – pero inmediatamente se arrepintió y pidió perdón. De modo que había permanecido fiel al Señor que lo protegió hasta el final. David lloró por ese pecado y por la muerte de su hijo Absalón y cuando, antes, huía de él, se humilló pensando en su pecado, cuando la gente lo insultaba. «Era santo. Salomón no es santo», afirmó Francisco. El Señor le había dado muchos dones pero había desperdiciado todo porque había dejado que su corazón se debilitara. No se trata – señaló el Papa – del «pecado de antaño», sino del «deslizamiento». Las mujeres hicieron que su corazón se desviara y el Señor se lo reprocha: «Has desviado el corazón». Y esto sucede en nuestra vida. Ninguno de nosotros es un criminal, ninguno de nosotros comete grandes pecados como había hecho David con la esposa de Urías, ninguno. ¿Pero dónde está el peligro? Dejarse deslizar lentamente porque es una caída con anestesia, no te das cuenta, pero lentamente se resbala, se relativizan las cosas y se pierde la fidelidad a Dios. Estas mujeres eran de otros pueblos, tenían otros dioses, y cuántas veces nosotros olvidamos al Señor y entramos en negociaciones con otros dioses: el dinero, la vanidad, el orgullo. Pero esto se hace lentamente y si no está la gracia de Dios, se pierde todo. Atención a la mundanidad, no se puede estar bien con Dios y con el diablo Nuevamente el Papa se refirió al Salmo 105 (106) para subrayar que este mezclarse con la gente y aprender a actuar como ella significa volverse mundanos, paganos: Y para nosotros este lento deslizamiento en la vida es hacia la mundanidad, éste es el pecado grave: «Todos lo hacen, pero sí, no hay ningún problema, sí, no es realmente lo ideal, pero…». Estas palabras que nos justifican al precio de perder la fidelidad en el único Dios. Son los ídolos modernos. Pensemos en este pecado de la mundanidad. De perder la autenticidad del Evangelio. Lo genuino de la Palabra de Dios, de perder el amor de este Dios que dio su vida por nosotros. No se puede estar bien con Dios y con el diablo. Esto lo decimos todos nosotros cuando hablamos de una persona que es un poco así: «Está bien con Dios y con el diablo». Perdió su fidelidad. El amor de Dios nos detendrá Y en la práctica – dijo también el Santo Padre – significa no ser fiel «ni a Dios ni al diablo». En conclusión, el Papa exhortó a pedir al Señor la gracia de detenernos cuando entendemos que el corazón comienza a resbalar: Pensemos en este pecado de Salomón, pensemos en cómo cayó el sabio Salomón, bendecido por el Señor, con toda la herencia de su padre David, cómo cayó lentamente, anestesiado, hacia esta idolatría, hacia esta mundanidad y se le quitó el reino. Pidamos al Señor la gracia de comprender cuándo nuestro corazón comienza a debilitarse y a resbalar, para detenernos. Será su gracia y su amor lo que nos detenga si nosotros así lo rezamos. Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News 13 de febrero de 2020

12
Feb

Francisco: recemos por la amada Siria que sangra desde hace años

El Papa pide que se rece por la amada Siria, un país que «lleva años sangrando» Vaticano.- Durante la audiencia general de esta mañana, el Santo padre Francisco pidió que se rece por Siria, un país sacudido por una guerra que ha causado cientos de miles de víctimas desde el año 2011. El Pontífice dijo: “Querría que en este momento todos recemos por la amada y martirizada Siria. Muchas familias, muchos ancianos, niños, deben huir de la guerra. Siria sangra desde hace años. Oremos por Siria” Llamamiento a la hora del Ángelus Las palabras que el Santo Padre pronunció esta mañana después de su catequesis se suman al sentido llamamiento que hizo el pasado 9 de febrero a la hora del Ángelus  dominical. En esa ocasión, Francisco pidió «a la comunidad internacional y a todos los actores implicados» a servirse de «los instrumentos diplomáticos, el diálogo y de las negociaciones, en el respeto del derecho humanitario internacional, para salvaguardar la vida y el destino de los civiles». Y recordó: “Siguen llegando noticias dolorosas del noroeste de Siria, en particular sobre las condiciones de tantas mujeres y niños, de personas constreñidas a huir a causa de la escalada militar” Drama humanitario Durante su pontificado, el Papa Bergoglio recordó repetidamente la dramática situación de Siria. En una carta dirigida al Presidente sirio Bashar Hafez Al-Assad, fechada el 28 de junio de 2019, alentaba al Jefe de Estado de Siria a mostrar buena voluntad para remediar una situación desastrosa tras la ofensiva lanzada contra la ciudad de Idlib en el noroeste del país. Y aún hoy en día, la gente sigue muriendo en esa martirizada región de Siria, mientras muchas personas se ven obligadas a dejar sus hogares. ¿Cuándo se encontrará una solución a la crisis? Por la amada Siria, el Papa Francisco hizo varios llamamientos exhortando a rezar y a encontrar vías de diálogo y de paz. Lamentablemente, permanece aún si respuesta la pregunta que resonaba en su Mensaje Urbi et Orbi de 2013: “¡Cuánta sangre se ha derramado! ¿Y cuántos sufrimientos deben infligirse aún antes de que se logre encontrar una solución política a la crisis?” Prensa CEVNota de Vatican News12 de febrero de 2020

12
Feb

Querida Amazonia, la Exhortación del Papa para una Iglesia con rostro amazónico

Publicada la Exhortación post-sinodal sobre la Amazonia. El documento traza nuevos caminos de evangelización y cuidado del ambiente y de los pobres. Francisco desea un nuevo impulso misionero y alienta el papel de los laicos en las comunidades eclesiales. Vaticano.- “La querida Amazonia se muestra ante el mundo con todo su esplendor, su drama, su misterio”. Así comienza la Exhortación apostólica post-sinodal, Querida Amazonia. El Pontífice, en los primeros puntos (2-4) explica “el sentido de esta Exhortación” llena de referencias a documentos de las Conferencias Episcopales de los países amazónicos, pero también a poemas de autores relacionados con la Amazonia. Hace hincapié en que desea “expresar las resonancias” que el Sínodo ha provocado en él. Y precisa que no pretende sustituir ni repetir el Documento Final que nos invita a leer “íntegramente”, esperando que toda la Iglesia se deje “enriquecer e interpelar” por él y que la Iglesia de la Amazonia se comprometa “en su aplicación”. Francisco comparte sus “Sueños para la Amazonia” (5-7), cuyo destino debe preocupar a todos, porque esta tierra también es “nuestra”. Formula “cuatro grandes sueños”: que la Amazonia “luche por los derechos de los más pobres”, “preserve la riqueza cultural”, “custodie celosamente la abrumadora hermosura natural” y, por último, que las comunidades cristianas sean “capaces de entregarse y encarnarse en la Amazonia”. El sueño social: Que la Iglesia esté al lado de los oprimidos El primer capítulo de Querida Amazonia se centra en el “Sueño social” (8). Destaca que “un verdadero planteo ecológico” es también un “planteo social” y, si bien aprecia el “buen vivir” de los indígenas, advierte contra el “conservacionismo” que solo se preocupa por el medioambiente. En tonos vibrantes, habla de “injusticia y crimen” (9-14). Recuerda que Benedicto XVI ya había denunciado “la devastación ambiental de la Amazonia”. Los pueblos originarios, advierte, sufren el “sometimiento” tanto de los poderes locales como de los externos. Para el Papa las operaciones económicas que alimentan la devastación, los asesinatos, la corrupción, merecen el nombre de “injusticia y crimen”. Y con Juan Pablo II reitera que la globalización no debe convertirse en un nuevo colonialismo. Que los pobres sean escuchados sobre el futuro de la Amazonia Ante tal injusticia, el Pontífice pide “indignarse y pedir perdón” (15-19). Para Francisco son necesarias “redes de solidaridad y desarrollo” y llama al compromiso de todos, incluyendo a los líderes políticos. A partir de aquí, el Papa se detiene en el tema del “sentido comunitario” (20-22). Recuerda que para los pueblos amazónicos las relaciones humanas “están impregnadas por la naturaleza circundante”. Por esta razón, escribe, viven como un verdadero “desarraigo” cuando son “obligados a emigrar a la ciudad”. La última parte del primer capítulo está dedicada a las “Instituciones dañadas” (23-25) y al “Diálogo social” (26-27). El Papa denuncia el mal de la corrupción que envenena al Estado y sus instituciones. Y espera que la Amazonia se convierta en “un lugar de diálogo social”, en primer lugar, “con los últimos”. La de los pobres, advierte, ha de ser “la voz más potente” en la Amazonia. El sueño cultural: cuidar el poliedro amazónico El segundo capítulo está dedicado al “Sueño cultural”. Francisco inmediatamente deja claro que “promover la Amazonia” no significa “colonizarla culturalmente” (28). Así, utiliza una imagen que le es muy querida: “el poliedro amazónico” (29-32). Es necesario luchar contra la “colonización postmoderna”. Para Francisco es urgente “cuidar las raíces” (33-35). Citando a Laudato si’ y Christus vivit, subraya que la “visión consumista del ser humano” tiende a “homogeneizar las culturas” y esto repercute especialmente en los jóvenes. A ellos, el Papa les pide “hacerse cargo de las raíces”, que “recuperen la memoria dañada”. No a un indigenismo cerrado, sino a un encuentro intercultural La Exhortación se centra entonces en el “encuentro intercultural” (36-38). Incluso las “culturas supuestamente más evolucionadas”, observa, pueden aprender de los pueblos que “desarrollaron un tesoro cultural estando enlazadas con la naturaleza”. La diversidad, por lo tanto, no es “una frontera”, sino “un puente”, y dice no a un “indigenismo completamente cerrado”. La última parte del capítulo II está dedicada al tema “culturas amenazadas, pueblos en riesgo” (39-40). En cualquier proyecto para la Amazonia, es su recomendación, “hace falta incorporar la perspectiva de los derechos de los pueblos”. Estos, añade, difícilmente podrán “quedar indemnes” si el entorno en el que nacieron y se desarrollaron “se daña”. El sueño ecológico: Unir el cuidado del ambiente y el de las personas El tercer capítulo, “Un Sueño Ecológico”, es el que se relaciona más inmediatamente con la Encíclica Laudato si’. En la introducción (41-42) se destaca que en la Amazonia existe una estrecha relación del ser humano con la naturaleza. El cuidado de nuestros hermanos como el Señor nos cuida, reitera, “es la primera ecología que necesitamos”. El cuidado del medioambiente y el cuidado de los pobres son “inseparables”. Francisco, entonces, vuelca su atención al “sueño hecho de agua” (43-46). Cita a Pablo Neruda y a otros poetas locales sobre la fuerza y la belleza del río Amazonas. Con sus poemas, escribe, “nos ayudan a liberarnos del paradigma tecnocrático y consumista que destroza la naturaleza”. Escuchar el grito del Amazonas, que el desarrollo sea sostenible Para el Papa, es urgente escuchar “el grito de la Amazonia” (47-52). Recuerda que el equilibrio planetario depende de su salud. Hay, escribe, fuertes intereses no solo locales, sino también internacionales. La solución, por lo tanto, no es la “internacionalización” de la Amazonia, sino que debe crecer “la responsabilidad de los gobiernos nacionales”. El desarrollo sostenible, continúa, requiere que los habitantes estén siempre informados sobre los proyectos que les conciernen y espera la creación de “un sistema normativo” con “límites infranqueables”. Así, invita a la “Profecía de la contemplación” (53-57). Escuchando a los pueblos originarios, subraya, podemos amar a la Amazonia “y no solo utilizarla”; podemos encontrar en ella “un lugar teológico, un espacio donde Dios mismo se muestra y convoca a sus hijos”. La última parte del capítulo III se centra en la “Educación y los hábitos ecológicos” (58-60). El Papa señala que la ecología no es una cuestión técnica,

11
Feb

En el Día del Enfermo el Papa confía a María a todos los que sufren

A través de un tweet, el Papa Francisco asegura su «cercanía en la oración» a los enfermos, a sus familias y a los trabajadores sanitarios en la jornada en que la Iglesia celebra el 28º Día Mundial del Enfermo. Por ello, el Santo Padre invoca a la «Virgen María, Salud de los Enfermos». En un segundo tweet, recuerda que Jesús ofrece su misericordia a los que sufren. Vaticano.- El 11 de febrero, día en que la Iglesia celebra la fiesta de la Santísima Virgen María, Nuestra Señora de Lourdes, y el 28º Día Mundial del Enfermo, el Papa Francisco en su cuenta de twitter, confía «a la Virgen María, Salud de los Enfermos», «a todas las personas que llevan la carga de la enfermedad, junto con sus familias y los trabajadores de la salud». A todos, «con afecto» el Santo Padre asegura su «cercanía en la oración». Entrar en la vida de Jesús, experiencia de ternura Dos horas más tarde, en un segundo tweet, Francisco recuerda que «Jesucristo ofrece su misericordia a aquellos que viven en angustia por su situación de fragilidad, dolor y debilidad. Él, añade el Pontífice, «invita a todos a entrar en su vida para experimentar la ternura». El mensaje: «Venid a mí, los cansados y oprimidos» En su Mensaje para este día, publicado el pasado 3 de enero, el Pontífice se inspira en las palabras de Jesús tomadas del Evangelio de Mateo: «Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os daré descanso» (Mt 11, 28). Palabras que revelan la actitud misericordiosa de Jesús hacia la humanidad herida, su mirada que llega hasta lo más profundo de su ser, que acoge y cura con ternura. El cuidado del cuerpo, pero también de toda la persona En el texto, el Santo Padre hace hincapié en el enfoque correcto en nuestro trato con la persona enferma, que requiere no sólo el cuidado del cuerpo, sino también el «cuidado» de la persona y también de su familia, debilitada por esta prueba de la vida. Por eso invita a los médicos y trabajadores sanitarios a abrirse a lo trascendente ante los límites de la ciencia, para «permanecer coherentes» con el sí a la vida y a la persona. No ceder a la eutanasia ni al suicidio asistido «Vuestro modo de actuar -escribe el Papa, dirigiéndose no sólo al personal sanitario sino también a los voluntarios- está constantemente dirigido a la dignidad y a la vida de la persona, sin ceder a actos de eutanasia, suicidio asistido o supresión de la vida, ni siquiera cuando el estado de enfermedad es irreversible». Garantizar el cuidado de los pobres es justicia social Francisco también insta a los gobiernos e instituciones a garantizar la atención a los más débiles y pobres en nombre de la justicia social, agradeciendo sobre todo a los voluntarios que, a imagen del buen samaritano, suplen las deficiencias estructurales con gestos de cercanía y ternura. Prensa CEVNota de Vatican News11 de febrero de 2020

11
Feb

Mensaje del Papa Francisco para la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo

11 de febrero de 2020 «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11,28) Queridos hermanos y hermanas: 1. Las palabras que pronuncia Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11,28) indican el camino misterioso de la gracia que se revela a los sencillos y que ofrece alivio a quienes están cansados y fatigados. Estas palabras expresan la solidaridad del Hijo del hombre, Jesucristo, ante una humanidad afligida y que sufre. ¡Cuántas personas padecen en el cuerpo y en el espíritu! Jesús dice a todos que acudan a Él, «venid a mí», y les promete alivio y consuelo. «Cuando Jesús dice esto, tiene ante sus ojos a las personas que encuentra todos los días por los caminos de Galilea: mucha gente sencilla, pobres, enfermos, pecadores, marginados… del peso de la ley del sistema social opresivo… Esta gente lo ha seguido siempre para escuchar su palabra, ¡una palabra que daba esperanza!» (Ángelus, 6 julio 2014). En la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo, Jesús dirige una invitación a los enfermos y a los oprimidos, a los pobres que saben que dependen completamente de Dios y que, heridos por el peso de la prueba, necesitan ser curados. Jesucristo, a quien siente angustia por su propia situación de fragilidad, dolor y debilidad, no impone leyes, sino que ofrece su misericordia, es decir, su persona salvadora. Jesús mira la humanidad herida. Tiene ojos que ven, que se dan cuenta, porque miran profundamente, no corren indiferentes, sino que se detienen y abrazan a todo el hombre, a cada hombre en su condición de salud, sin descartar a nadie, e invita a cada uno a entrar en su vida para experimentar la ternura. 2. ¿Por qué Jesucristo nutre estos sentimientos? Porque él mismo se hizo débil, vivió la experiencia humana del sufrimiento y recibió a su vez consuelo del Padre. Efectivamente, sólo quien vive en primera persona esta experiencia sabrá ser consuelo para otros. Las formas graves de sufrimiento son varias: enfermedades incurables y crónicas, patologías psíquicas, las que necesitan rehabilitación o cuidados paliativos, las diversas discapacidades, las enfermedades de la infancia y de la vejez… En estas circunstancias, a veces se percibe una carencia de humanidad y, por eso, resulta necesario personalizar el modo de acercarse al enfermo, añadiendo al curar el cuidar, para una recuperación humana integral. Durante la enfermedad, la persona siente que está comprometida no sólo su integridad física, sino también sus dimensiones relacionales, intelectiva, afectiva y espiritual; por eso, además de los tratamientos espera recibir apoyo, solicitud, atención… en definitiva, amor. Por otra parte, junto al enfermo hay una familia que sufre, y a su vez pide consuelo y cercanía. 3. Queridos hermanos y hermanas enfermos: A causa de la enfermedad, estáis de modo particular entre quienes, “cansados y agobiados”, atraen la mirada y el corazón de Jesús. De ahí viene la luz para vuestros momentos de oscuridad, la esperanza para vuestro desconsuelo. Jesús os invita a acudir a Él: «Venid». En Él, efectivamente, encontraréis la fuerza para afrontar las inquietudes y las preguntas que surgen en vosotros, en esta “noche” del cuerpo y del espíritu. Sí, Cristo no nos ha dado recetas, sino que con su pasión, muerte y resurrección nos libera de la opresión del mal. En esta condición, ciertamente, necesitáis un lugar para restableceros. La Iglesia desea ser cada vez más —y lo mejor que pueda— la “posada” del Buen Samaritano que es Cristo (cf. Lc 10,34), es decir, la casa en la que podéis encontrar su gracia, que se expresa en la familiaridad, en la acogida y en el consuelo. En esta casa, podréis encontrar personas que, curadas por la misericordia de Dios en su fragilidad, sabrán ayudaros a llevar la cruz haciendo de las propias heridas claraboyas a través de las cuales se pueda mirar el horizonte más allá de la enfermedad, y recibir luz y aire puro para vuestra vida. En esta tarea de procurar alivio a los hermanos enfermos se sitúa el servicio de los agentes sanitarios, médicos, enfermeros, personal sanitario y administrativo, auxiliares y voluntarios que actúan con competencia haciendo sentir la presencia de Cristo, que ofrece consuelo y se hace cargo de la persona enferma curando sus heridas. Sin embargo, ellos son también hombres y mujeres con sus fragilidades y sus enfermedades. Para ellos valen especialmente estas palabras: «Una vez recibido el alivio y el consuelo de Cristo, estamos llamados a su vez a convertirnos en descanso y consuelo para los hermanos, con actitud mansa y humilde, a imitación del Maestro» (Ángelus, 6 julio2014). 4. Queridos agentes sanitarios: Cada intervención de diagnóstico, preventiva, terapéutica, de investigación, cada tratamiento o rehabilitación se dirige a la persona enferma, donde el sustantivo “persona” siempre está antes del adjetivo “enferma”. Por lo tanto, que vuestra acción tenga constantemente presente la dignidad y la vida de la persona, sin ceder a actos que lleven a la eutanasia, al suicidio asistido o a poner fin a la vida, ni siquiera cuando el estado de la enfermedad sea irreversible. En la experiencia del límite y del posible fracaso de la ciencia médica frente a casos clínicos cada vez más problemáticos y a diagnósticos infaustos, estáis llamados a abriros a la dimensión trascendente, que puede daros el sentido pleno de vuestra profesión. Recordemos que la vida es sagrada y pertenece a Dios, por lo tanto, es inviolable y no se puede disponer de ella (cf. Instr. Donum vitae, 5; Carta enc. Evangelium vitae, 29-53). La vida debe ser acogida, tutelada, respetada y servida desde que surge hasta que termina: lo requieren simultáneamente tanto la razón como la fe en Dios, autor de la vida. En ciertos casos, la objeción de conciencia es para vosotros una elección necesaria para ser coherentes con este “sí” a la vida y a la persona. En cualquier caso, vuestra profesionalidad, animada por la caridad cristiana, será el mejor servicio al verdadero derecho humano, el derecho a la vida. Aunque a veces no podáis curar al enfermo, sí que podéis

10
Feb

Papa Francisco a los Caballeros de Colón: Ustedes son signo del infinito amor de Dios

Vaticano.- El Papa Francisco recibió este mediodía a la Orden de los Caballeros de Colón fundada hace 100 años por el Venerable Mc Givney y agradeció a sus miembros por su compromiso en favor de las comunidades de Oriente Medio, víctimas de guerra, pobreza y persecución. “Les agradezco porque ven en los hermanos y hermanas perseguidos y desplazados de esa región a vuestro prójimo, para el que son un signo del infinito amor de Dios”: con estas palabras del Santo Padre Francisco subrayó uno de los aspectos significativos de la obra de los Caballeros de Colón a favor de Oriente Medio, recibiendo este mediodía en la Sala Clementina al Consejo Administrativo de la Orden, llegado a Roma con ocasión del centenario de su actividad caritativa en esta ciudad. Caridad y fraternidad cristiana Tras darles su cálida bienvenida, el Santo Padre recordó en su discurso la generosidad con la cual los Caballeros respondieron 100 años atrás a la invitación de Benedicto XV instándolos a “proporcionar ayuda humanitaria a los jóvenes y a otras personas en Roma después de la Primera Guerra Mundial”. De hecho, precisó Francisco, los Caballeros fundaron “centros deportivos para la juventud que rápidamente se convirtieron en lugares para la educación, la catequesis y la distribución de alimentos y otros bienes esenciales tan necesarios en ese momento”. Iniciativas que demostraron, la fidelidad a su fundador,  “el Venerable Michael McGivney, quien se inspiró en los principios de la caridad y la fraternidad cristiana para ayudar a los más necesitados”. El apoyo a las comunidades cristianas de Oriente Medio Hablando a 100 representantes de la sociedad benéfica fraternal, el Obispo de Roma evidenció que aun hoy los Caballeros llevan adelante su “caridad evangélica y fraternidad” y subrayó en particular  “su fiel testimonio con respecto a la sacralidad y la dignidad de la vida humana, tanto a nivel local como nacional: “Esta convicción también les ha llevado a apoyar, tanto material como espiritualmente, a las comunidades cristianas de Oriente Medio que sufren los efectos de la violencia, la guerra y la pobreza.” Inspiración para superar la globalización de la indiferencia Antes de la bendición final, el Papa recordó la “devoción incondicional al Sucesor de Pedro” de los Caballeros de Colón, demostrada también a través del Fondo Vicarius Christi, cuyos ingresos cada año son entregados al Pontífice para su labor caritativa. Y finalmente, destacó su ejemplo inspirador, en un mundo actual caracterizado por la inequidad y la cultura del descarte: En nuestro mundo, marcado por divisiones y desigualdades, su generoso compromiso de servir a todos los necesitados ofrece, especialmente a los jóvenes, una importante inspiración para superar la globalización de la indiferencia y construir juntos una sociedad más justa e inclusiva. Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News 10 de febrero de 2020

10
Feb

Papa Francisco: se necesita el compromiso de todos para combatir la trata

Vaticano.- En el Ángelus del domingo 9 de febrero el Romano Pontífice recuerda la Jornada Internacional de Oración y Reflexión contra la Trata, celebrada el día anterior. Y lanza nuevamente un llamamiento: para sanar este flagelo que explota a los más débiles, es necesario el compromiso de todos. El sábado 8 de febrero en todo el mundo se llevó adelante la jornada de oración y reflexión contra la trata de personas. La Jornada Mundial querida por el Papa, cuya primera edición se celebró el 8 de febrero de 2015, se llevó a cabo este año con el slogan: «Juntos contra la trata de personas». Este día el Papa se reunió con miembros de la red Talitha Kum y de la Fundación Galileo para lanzar la comunidad “Super Nuns”, (Super Monjas en español), una iniciativa destinada a recaudar fondos para las religiosas involucradas en el rescate de víctimas de la trata de personas. Una tormenta de tuits inundó las redes sociales: con el hashtag #PrayAgainstTrafficking, los cristianos llamaron a la concientización publicando palabras del Papa Francisco contra la trata, invitando a la oración y renovando su compromiso en la lucha contra este flagelo. Juntos contra la trata En la cuenta oficial de Francisco @pontifex se pudieron leer dos tuits que se hicieron eco alrededor del mundo: ¡Juntos contra la trata! Solo juntos podemos derrotar esta plaga y proteger a las víctimas. La oración es la fuerza que sostiene nuestro compromiso. #PrayAgainstTrafficking Santa Josefina Bakhita, patrona de las víctimas de la trata, afrontó el dolor de la esclavitud y testimonió la libertad y la alegría del encuentro con el Señor. Oremos para que todos puedan vivir esta alegría y romper las cadenas de la esclavitud. #PrayAgainstTrafficking Se necesita el compromiso de todos Este domingo a la hora del Ángelus, el Papa volvió a abordar el tema de la trata, recordando la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, Patrona de las Víctimas de la trata, y la Jornada Mundial de oración llevada a cabo el día anterior. Reiteró una vez más que se necesita el compromiso de todos – instituciones, asociaciones y organismos educativos – para sanar el flagelo de la trata de personas que explota a los más débiles. Educar al uso saludable de los medios tecnológicos Esta vez el Papa Francisco abordó también el tema en el frente de la prevención, señalando cómo «varios estudios muestran que las organizaciones criminales están usando cada vez más los medios de comunicación modernos para atraer a las víctimas mediante el engaño». Así, subrayó la necesidad de «educar a un uso saludable de los medios tecnológicos» y de «vigilar y recordar a los proveedores de esos servicios telemáticos sus responsabilidades”. Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News 10 de febrero de 2020

10
Feb

Papa Francisco llama a la comunidad internacional a diálogo y negociaciones por Siria

Vaticano.- Una vez más el Romano Pontífice alza su voz por Siria: lo hace a la hora del Ángelus del domingo 9 de febrero, renovando su apremiante llamamiento a la comunidad internacional y a las partes involucradas para que “utilicen los instrumentos diplomáticos del diálogo y las negociaciones”, para “salvaguardar la vida y la suerte de los civiles”. Desde el comienzo de su pontificado, el Papa Francisco ha levantado su voz por Siria, haciéndose intérprete del dolor de un pueblo que sufre, pidiendo la intervención de la comunidad internacional para poner fin a las armas, ofreciendo ayuda concreta a los refugiados. Este domingo 9 de febrero a la hora del Ángelus, una vez más se pronuncia sobre la difícil situación que viven las mujeres, los niños y las personas obligadas a huir debido a la escalada militar de los últimos días. Estas sus palabras: “Siguen llegando dolorosas noticias del noroeste de Siria, en particular sobre la difícil situación de tantas mujeres y niños, de personas obligadas a huir debido a la escalada militar.Renuevo mi apremiante llamamiento a la comunidad internacional y a todos los interesados para que utilicen los instrumentos diplomáticos del diálogo y las negociaciones, en conformidad con el derecho internacional humanitario, para salvaguardar la vida y la suerte de los civiles. Recemos por esta amada y martirizada Siria: Dios te salve María…». Sangre inocente derramada, niños atrapados bajo los sangrientos bombardeos, testigos de la fe secuestrados y asesinados pero que no se echaron atrás ante la Cruz. Hay muchas imágenes que Francisco, en seis años de Magisterio, ofreció al mundo para que no apartara la vista de la inhumana guerra de Siria. El Papa se convirtió en una voz de esperanza, de paz, de compromiso, sin ocultar las dificultades de diálogo entre las partes y el gran riesgo de transformar el conflicto en una «persecución brutal» de las minorías religiosas. La preocupación del Santo Padre se ha dirigido varias veces a los refugiados y desplazados que huyen de la guerra y de la violencia que «sólo crea más violencia». Papa a Assad: solución pacífica a las hostilidades El 12 de diciembre de 2016 vuelve a escribir al presidente sirio Bashir Al-Assad, a través del Nuncio Apostólico el Card. Mario Zenari, otro incansable embajador de la paz. Hace un llamamiento a «una solución pacífica a las hostilidades», a la protección de los civiles, a permitir el acceso a la ayuda humanitaria y condena «todas las formas de extremismo y terrorismo de dondequiera que provengan». Junto al pueblo sirio Siria es una constante en los mensajes Urbi et Orbi que pronuncia el Papa; lo mismo ocurre en las audiencias generales de los miércoles, Ángelus y Regina Coeli, cuando los sangrientos acontecimientos estallan y trastornan debido a la violencia con que se cometen. Francisco hace oír el grito de paz a los grandes de la tierra con los que se encuentra, escribe por ejemplo al presidente ruso Vladimir Putin con ocasión de la cumbre del G20 en San Petersburgo (5 de septiembre de 2013), pidiendo «una solución pacífica mediante el diálogo y la negociación entre las partes interesadas con el apoyo unánime de la comunidad internacional». La caricia de la Iglesia «Quiero decirles que no están solos»: así explica Francisco su presencia, junto al Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé, en Lesbos el 16 de abril de 2016, dirigiéndose a los refugiados acogidos en el campo de Mòria. En el avión que lo lleva de vuelta al Vaticano hay también tres familias sirias. Es un gesto que va más allá de las palabras; es un gesto que es amor de la Iglesia por los débiles, es la caricia de Jesús a los hambrientos de hoy. Tres años más tarde el Papa envía al Cardenal Konrad Krajewski, Limosnero Pontificio, a aportar su cercanía y una donación de 100 mil euros a los emigrantes alojados en las estructuras de la isla. El día de ayuno y la vigilia por la paz Dieciocho días después de su elección, en el mensaje Urbi et Orbi, Francisco recuerda a la «amada Siria» y a la población herida por el conflicto, pero también a «los numerosos refugiados, que esperan ayuda y consuelo». «¡Cuánta sangre se ha derramado! ¿Y cuánto más sufrimiento debe infligirse antes de que se pueda encontrar una solución política a la crisis?» Una pregunta que repite varias veces a lo largo de los años. El Papa pide «coraje» y «decisión» para tomar el camino de la negociación, sin escatimar esfuerzos. La oración es la fuerza a la que hay que aferrarse en el dolor y la dificultad, por lo que promueve un Día de Ayuno y Oración por la Paz en Siria, en Oriente Medio y en todo el mundo el 7 de septiembre de 2013. «La humanidad», dice Francisco en el Ángelus del 1 de septiembre de 2013, «necesita ver gestos de paz y escuchar palabras de esperanza y paz». La asistencia a los que sufren La preocupación de Francisco a lo largo de los años y en vista de las cumbres internacionales sobre Siria, es de respetar el derecho humanitario. Solicitó repetidamente garantías para la evacuación de civiles y elogió la acogida de países como el Líbano, Jordania y Turquía. Desde Lesbos, en 2016, el Papa junto con el Patriarca Bartolomé y el Arzobispo de Atenas Ieronymos, firmaron una Declaración Conjunta con el fin de implorar el fin de la guerra e intensificar los esfuerzos para la acogida de los que huyen. “Pedimos a todos los países que extiendan el asilo temporal, ofrezcan el estado de refugiados a quienes son idóneos, incrementen las iniciativas de ayuda y trabajen con todos los hombres y mujeres de buena voluntad por un final rápido de los conflictos actuales”. Un sufrimiento que clama a Dios Ante los secuestros de cristianos y musulmanes, entre los cuales obispos y religiosos, Francisco pide que callen las armas y en su Carta a los cristianos de Oriente Medio habla de las tribulaciones puestas en acto por el autodenominado Estado Islámico.