Categoría: Papa Francisco

06
Abr

Vía Crucis en el Vaticano: meditaciones escritas desde la cárcel

Vaticano.- Cinco prisioneros, una familia víctima de asesinato, la hija de un condenado a cadena perpetua, un educador, un juez de libertad condicional, la madre de un prisionero, un catequista, un sacerdote acusado injustamente, un fraile voluntario y un policía, todos ellos relacionados con la Capellanía del centro de detención «Due Palazzi» en Padua, Italia: estos son los autores de las meditaciones que se leerán durante el Vía Crucis presidido este año por el Papa Francisco en el atrio de la Basílica de San Pedro. «Acompañar a Cristo en el camino de la cruz, con la voz áspera de las personas que habitan el mundo de las prisiones, es una oportunidad para presenciar el prodigioso duelo entre la vida y la muerte, descubriendo cómo los hilos del bien se entrelazan inevitablemente con los del mal». Con estas profundas palabras comienza la introducción de las meditaciones del Vía Crucis de este año en el Vaticano, publicadas en la nueva página web de la Librería Editora Vaticana. Los textos, recogidos por el capellán del Instituto Penitenciario «Due Palazzi» de Padua, Don Marco Pozza, y por la voluntaria Tatiana Mario, han sido escritos en primera persona, pero están destinados a dar voz a todos aquellos que, en el mundo, comparten la misma condición.  En la cárcel, Jesús me buscó «¡Crucifíquenlo, crucifíquenlo!» La persona que comenta la primera estación («Jesús es condenado a muerte») es un condenado a cadena perpetua. Crucifíquenlo «es un grito que también oí sobre mí», escribe. Su crucifixión comenzó cuando era un niño, un niño marginado… ahora dice parecerse más a Barrabás que a Cristo. Su pasado es algo por lo que siente un gran disgusto. Después de veintinueve años en prisión -dice- todavía no he perdido la capacidad de llorar, de avergonzarme del mal hecho (…) pero siempre he buscado algo que estuviera vivo. Hoy siento en mi corazón que Aquel hombre inocente, condenado como yo, vino a buscarme a la cárcel para educarme a la vida.  El amor es más fuerte que el mal En la segunda estación («Jesús carga con la cruz») la meditación está escrita por dos padres cuya hija fue asesinada. «La nuestra fue una vida de sacrificio, fundada en el trabajo y la familia. A menudo nos preguntamos: ¿por qué este mal que nos ha abrumado? No encontramos la paz». Sobrevivir a la muerte de un hijo es desgarrador, pero «en el momento en que la desesperación parece tomar el control, el Señor, de diferentes maneras, viene a nuestro encuentro, dándonos la gracia de amarnos como recién casados, apoyándonos el uno al otro, aunque sea con dificultad». Ambos continúan haciendo el bien a los demás, y encuentran en esto una forma de salvación, no quieren rendirse al mal. Experimentan que «el amor de Dios es capaz de regenerar la vida». En el mundo también hay bondad En la tercera estación («Jesús cae por primera vez») una persona en prisión cuenta que su caída, la primera, fue su fin. Después de una vida difícil en la que no se dio cuenta de que el mal crecía en su interior, le quitó la vida a una persona. «Una noche, en un instante, como si se tratara de una avalancha -escribe- me desató el recuerdo de todas las injusticias sufridas en la vida. La ira asesinó a la bondad, cometí un mal inconmensurable más grande que todos los que había recibido». En la cárcel estuvo a punto de suicidarse, pero luego volvió a encontrar la luz, a través del encuentro con personas que le devolvieron «la confianza perdida», mostrándole que la bondad también existe en el mundo. La mirada de amor entre madre e hijo «Ni por un momento sentí la tentación de abandonar a mi hijo ante su sentencia», dice la madre de un recluso. Sus palabras comentan la Cuarta Estación («Jesús se encuentra con su Madre»). Desde el arresto de su hijo, «las heridas crecen con el paso de los días, incluso nos quitan el aliento». Siento la cercanía de Nuestra Señora… Le he confiado mi hijo: «Sólo a María puedo confiarle mis temores, ya que ella misma los sintió cuando subió al Calvario». Y continúa: «Imagino que Jesús, al levantar su mirada, cruzó sus ojos llenos de amor y nunca se sintió solo. Eso es lo que yo también quiero hacer». El sueño de ser un Cirineo para los demás Una vez más, un prisionero comenta la estación V («Jesús es ayudado por el Cirineo»). La cruz que hay que llevar es pesada, dice, pero «dentro de las prisiones todo el mundo conoce a Simón de Cirene: es el segundo nombre de los voluntarios, que ayudan a Aquel que debe llevar la cruz hasta el calvario». Otro Simón de Cirene es también mi compañero de celda -escribe- capaz de practicar una generosidad inesperada. Y concluye: «Envejezco en la cárcel: sueño con volver algún día a confiar en el hombre. Convertirme en un Cirineo de alegría para alguien». Una mirada que te permite empezar de nuevo «Como catequista, seco muchas lágrimas, dejándolas fluir: no se puede detener las penas de un corazón roto». Estas son las palabras de una catequista que reflexiona sobre la Sexta Estación («Verónica seca el rostro de Jesús»). ¿Cómo podemos aplacar la angustia de los hombres que no pueden encontrar una salida a lo que se han convertido cediendo al mal? La única manera es permanecer allí, a su lado, sin sentir miedo, «respetando sus silencios, escuchando su dolor, tratando de mirar más allá de los prejuicios». Como Jesús hace con nuestras debilidades. Y escribe: «A todos, incluso a los reclusos, se les ofrece cada día la posibilidad de convertirse en nuevas personas gracias a esa mirada que no juzga, sino que infunde vida y esperanza». La voluntad de reconstruir la propia vida En la séptima estación («Jesús cae por segunda vez»), un prisionero, culpable de tráfico de drogas, que ha arrastrado a toda su familia a la cárcel, siente una infinita vergüenza de sí mismo. Escribe en su reflexión: «Sólo hoy

06
Abr

Del Papa un fondo para las zonas de misión afectadas por el virus

Vaticano.- La contribución inicial asignada por el Papa Francisco asciende a 750 mil dólares. Las Iglesias que pueden, pide el Papa, contribuyan a través de las Obras Misionales Pontificias. El cardenal Tagle afirma: una red para ayudar a millones de personas vulnerables. Se habla menos de ello porque después de China, Occidente es el mayor «brote». En realidad, las cifras hablan de una pandemia que durante mucho tiempo ha eclipsado también los continentes del Sur, especialmente América Latina, pero también África. Estas son áreas que en parte son tierras de misión para la Iglesia, donde la escasez de medios combinada con el coronavirus podría crear situaciones muy difíciles, y es por eso que el Papa ha decidido dar oxígeno a estas áreas creando un fondo de emergencia en las Obras Misionales Pontificias con un cheque inicial de 750.000 dólares. «El Santo Padre está llamando a toda la vasta red de la Iglesia a enfrentar los desafíos que nos esperan», comentó el Cardenal Tagle, muy agradecido por esta decisión de Francisco. «En su tarea de evangelización – recuerda el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos – la Iglesia está a menudo a la vanguardia ante las grandes amenazas al bienestar humano. “Sólo en África», enumera, «hay más de 74.000 religiosas y más de 46.000 sacerdotes que dirigen 7.274 hospitales y clínicas, 2.346 hogares para ancianos y personas vulnerables, y se educan a más de 19 millones de niños en 45.088 escuelas primarias». En muchas zonas rurales son los únicos proveedores de atención de la salud y educación». Los organismos de la Iglesia que puedan y quieran ayudar, es la intención del Papa, están llamados a contribuir a este fondo a través de las Obras Misionales Pontificias de cada país, que son el canal oficial de apoyo al Papa para más de 1.110 diócesis, especialmente en Asia, África, Oceanía y parte de la región del Amazonas. Según el presidente de las Obras Misionales Pontificias, el arzobispo Giampietro Dal Toso, gracias a esta red es posible «demostrar que nadie está solo en esta crisis». Las «instituciones y ministros de la Iglesia juegan un papel vital. Esta – subraya – es la intención del Santo Padre en la creación de este fondo. Mientras tantos sufren,  nosotros recordamos y nos dirigimos a aquellos que no tienen a nadie que los cuide, demostrando así el amor de Dios Padre». Para aquellos que quieran contribuir, aquí están los datos: IT84F0200805075000102456047 (SWIFT UNCRITMMM) para: Administración Obras Misionales Pontificias, indicando: Fondo Corona-Virus. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News06 de abril de 2020

05
Abr

La Semana Santa y la mirada del Crucifijo de San Marcello

Vaticano.- Después de la exposición para la oración del 27 de marzo en la Plaza de San Pedro, la milagrosa efigie venerada por los romanos vuelve al centro de las liturgias. La Semana Santa, el tiempo litúrgico más importante del año, comienza en San Pedro bajo la mirada del Crucifijo de San Marcello, colocado en el centro, al fondo. Es el Crucifijo milagroso, que escapó del fuego de 1519 y que fue llevado por la gente en procesión para detener la plaga. Esa escultura de madera, fechada a finales del siglo XIV, ha atravesado la ciudad de Roma muchas veces. La última vez fue hace veinte años, cuando san Juan Pablo II lo quiso en la Basílica Vaticana para el Día del Perdón, durante el Jubileo del 2000. El Papa Francisco había decidido primero visitarlo para rezar en este dramático momento, luego quiso que estuviera presente en la Plaza de San Pedro vacía durante la oración que presidió para implorar el fin de la pandemia. El viernes 27 de marzo, evidentemente, estaba lloviendo. Y el Crucifijo, la imagen que decenas de millones de personas vieron junto con el Obispo de Roma conectado a través de la televisión y la web, aunque estaba colocado cerca de la fachada de la Basílica, fue alcanzado por la lluvia. Como se pudo ver, gracias a su reaparición en el centro de la liturgia de la Misa de Domingo de Ramos, la obra no ha sufrido daños graves o significativos, al contrario de lo que algunos dicen. Solo pequeños retoques fueron hechos en el curso de una mañana por los expertos restauradores de los Museos Vaticanos de acuerdo con la Superintendencia Italiana. Los retoques se aplicaron a pequeños desprendimientos, también vinculados a problemas de manejo, y en parte preexistentes. Estas mínimas y rápidas intervenciones han asegurado la obra, que después de las celebraciones de Pascua pueda volver a la iglesia de San Marcello al Corso. En la tradición cristiana el arte y la belleza siempre han jugado un papel fundamental para ayudar a entrar en el misterio, en la celebración litúrgica, en la oración, en el conocimiento de la Escritura. El Crucifijo es una obra que ha pasado por la historia de la Ciudad Eterna, llena de dolor, oraciones, esperanzas y devoción. Ha sido un punto de referencia en momentos particularmente dramáticos en la vida de los romanos en los siglos pasados. Por esta razón su presencia en la Plaza de San Pedro el 27 de marzo, y ahora dentro de la Basílica para los ritos de Pascua, tiene un profundo significado. Muchas personas en el mundo, en este momento de dolor con decenas de miles de víctimas de la pandemia, lo entendieron inmediatamente. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News05 de abril de 2020

05
Abr

El Papa en el Ángelus a los jóvenes: cultiven solidaridad en tiempos de Coronavirus

Vaticano.– El Santo Padre recita el Ángelus desde el altar de la Basílica de San Pedro tras concluir la Misa del Domingo de Ramos y dirige un mensaje especial a los jóvenes que están celebrando la 35º Jornada Mundial de la Juventud. Hoy, día en el que se celebra la XXXV Jornada Mundial de la juventud a nivel diocesano, el Papa Francisco ha instado a los jóvenes  “a cultivar y dar testimonio de la esperanza, la generosidad y la solidaridad de la cual todos tenemos necesidad en este difícil momento”. Lo ha hecho justo después de concluir la celebración Eucarística del Domingo de Ramos y de recitar el rezo mariano del Ángelus, en el altar de la Basílica de San Pedro. Los jóvenes de Panamá entregarán la cruz a los de Lisboa el Domingo de Cristo Rey Francisco ha explicado que hoy estaba programada la entrega de la Cruz de los jóvenes de Panamá a los de Lisboa, pero, ante las circunstancias de confinamiento que se vive a nivel mundial, el Pontífice ha anunciado que “este gesto tan significativo se posterga al domingo de Cristo Rey, el 22 de noviembre próximo”. Además, ha aprovechado estos momentos para saludar a todos los que han participado a través de los medios de comunicación social y ha pedido que nos encaminemos con fe en la Semana Santa, en la cual “Jesús sufre, muere y resucita”. También ha invitado a las personas y las familias que no podrán participar en las celebraciones litúrgicas “a recogerse en oración en casa, ayudados también por los medios tecnológicos”, a unirse espiritualmente “a los enfermos, a sus familias y a quienes los cuidan con abnegación” y a rezar “por los difuntos en la luz de la fe pascual”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News05 de abril de 2020

05
Abr

Papa en el Domingo de Ramos: “Redescubramos que la vida no sirve, si no se sirve”

Vaticano.- El Pontífice preside la celebración Eucarística del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor y nos invita a no traicionar ni abandonar lo que de verdad importa. A los jóvenes les invita a tomar como ejemplo a los verdaderos héroes de hoy y jugarse la vida como ellos sirviendo a los demás. El Papa Francisco asegura que Dios nos salvó “sirviéndonos” y nos sirvió “dando su vida por nosotros” porque “Él nos ama, puesto que pagó por nosotros un gran precio”. Con esta aclaración, el Papa ha comenzado esta mañana su homilía durante la Santa Misa del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor, en este domingo 5 de abril. El Pontífice ha explicado además que el Señor nos sirvió hasta el punto de “experimentar las situaciones más dolorosas de quien ama: la traición y el abandono”. La traición. Hagamos un examen de conciencia “Jesús sufrió la traición del discípulo que lo vendió y del discípulo que lo negó. Fue traicionado por la gente que lo aclamaba y que después gritó: «Sea crucificado»”. El Papa Francisco nos pone delante de esta imagen para que pensemos en las traiciones pequeñas o grandes que hemos sufrido en la vida: “Es terrible cuando se descubre que la confianza depositada ha sido defraudada” dice el Papa, pues “nace tal desilusión en lo profundo del corazón que parece que la vida ya no tuviera sentido”. Francisco explica que esto nos sucede porque “nacimos para amar y ser amados” y es por ello que lo más doloroso es “la traición de quién nos prometió ser fiel y estar a nuestro lado”. Ante esto, el Santo Padre invita hoy a que nos examinemos interiormente: “Si somos sinceros con nosotros mismos, nos daremos cuenta de nuestra infidelidad. Cuánta falsedad, hipocresía y doblez. Cuántas buenas intenciones traicionadas. Cuántas promesas no mantenidas”. Además – dice el Papa – “el Señor sabe que somos muy débiles e inconstantes, que nos cuesta levantarnos de nuevo y que nos resulta muy difícil curar ciertas heridas” y por eso  “nos curó cargando sobre sí nuestra infidelidad, borrando nuestra traición. Para que nosotros, en vez de desanimarnos por el miedo al fracaso, seamos capaces de levantar la mirada hacia el Crucificado, recibir su abrazo y decir: “Mira, mi infidelidad está ahí, Tú la cargaste, Jesús””. El abandono. En este tiempo de pandemia Dios no nos deja solos El Papa explica después que en el Evangelio de hoy, Jesús en la cruz dice una frase, sólo una: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». “Es una frase dura” asegura el Papa, pues Jesús sufrió el abandono de los suyos, que habían huido, pero  – puntualiza – “le quedaba el Padre”. “Ahora, en el abismo de la soledad, por primera vez lo llama con el nombre genérico de “Dios”. Y le grita «con voz potente» el “¿por qué?” más lacerante: “¿Por qué, también Tú, me has abandonado?””. Francisco detalla que Jesús experimento este abandono precisamente para servirnos una vez más: “Para que cuando nos sintamos entre la espada y la pared, cuando nos encontremos en un callejón sin salida, cuando parezca que ni siquiera Dios responde, recordemos que no estamos solos. Jesús experimentó el abandono total, la situación más ajena a Él, para ser solidario con nosotros en todo. Lo hizo por mí y por ti”. Hoy, en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan y con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón “Jesús nos dice a cada uno: “Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene”” asegura el Papa. ¿Qué podemos hacer ante Dios que nos sirvió hasta experimentar la traición y el abandono? “Podemos no traicionar aquello para lo que hemos sido creados, no abandonar lo que de verdad importa”. El Papa explica que estamos en el mundo para amarlo a Él y a los demás y mientras el resto “pasa” – dice – “el amor permanece”. En este sentido, el Pontífice ha hecho referencia a la actual situación que vivimos a nivel mundial debido a la crisis sanitaria por coronavirus, asegurando que es un drama “que nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve”. De este modo, pide que estos días santos en casa “nos pongamos ante el Crucificado y pidamos la gracia de vivir para servir”, también que “contactemos al que sufre, al que está solo y necesitado”. Mensaje a los jóvenes: “Sentíos llamados a jugaros la vida” Hoy, a nivel diocesano, se celebra en todo el mundo la XXXV Jornada Mundial de la Juventud. Es por ello que el Papa ha querido enviar a los protagonistas de este día un mensaje: “Queridos jóvenes: Mirad a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días. No son los que tienen fama, dinero y éxito, sino son los que se dan a sí mismos para servir a los demás”. El Papa ha pedido a los jóvenes que se sientan llamados a jugarse la vida: No tengáis miedo de gastarla por Dios y por los demás: ¡La ganaréis!”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News05 de abril de 2020

03
Abr

Vídeo mensaje del Papa para la Semana Santa

Vaticano .- Será una Semana Santa inusual, pero en el silencio de nuestras ciudades, resonará el Evangelio de Pascua. En un video mensaje el Santo Padre expresa su cercanía y reza para que el Señor nos libre pronto del mal a todos. «Gracias por dejarme entrar en vuestras casas» dice. «Tened un gesto de ternura con los que sufren, con los niños, con los ancianos». Nos preparamos a celebrar una Semana Santa de una manera inusual. El Papa sabe que es un momento difícil para todos, y para muchos “muy difícil”. Por eso en este Vídeo Mensaje expresa su cercanía y afecto, e invita a todos a aprovechar este tiempo lo mejor posible: “seamos generosos; ayudemos a quien lo necesita en nuestro entorno; busquemos, a lo mejor por teléfono o en las redes sociales, a las personas que están más solas”, invita. “Los unos al lado de los otros, en el amor y la paciencia, podemos preparar en estos días un tiempo mejor”. A continuación, el Mensaje completo del Papa Francisco:  Queridos amigos, buenas noches, Esta noche tengo la oportunidad de entrar en vuestras casas de una manera diferente a la habitual. Si me lo permitís, me gustaría hablar con vosotros unos momentos en este período de dificultad y de sufrimientos. Os imagino en medio de vuestras familias, mientras vivís una vida inusual para evitar el contagio. Pienso en la vivacidad de los niños y los jóvenes, que no pueden salir, ir a la escuela, hacer su vida. Llevo en mi corazón a todas las familias, especialmente a las que tienen algún ser querido enfermo o a las que desgraciadamente están de luto por el coronavirus u otras causas. En estos días pienso a menudo en las personas solas para las que es más difícil afrontar estos momentos. Sobre todo pienso en los ancianos, a los que quiero tanto. No puedo olvidar a los que están enfermos a causa del coronavirus, a las personas ingresadas en los hospitales. Tengo presente la generosidad de los que se exponen al peligro para curar esta pandemia o para garantizar los servicios esenciales a la sociedad. ¡Cuántos héroes, de todos los días, a todas las horas!También recuerdo a los que pasan apuros económicos y están preocupados por el trabajo y el futuro. Pienso además en los presos en las cárceles, a cuyo dolor se suma el miedo a la epidemia, por ellos y por sus seres queridos, pienso en los que carecen de domicilio, que no tienen un hogar que los proteja. Es un momento difícil para todos. Para muchos, muy difícil. El Papa lo sabe y, con estas palabras, quiere expresar a todos su cercanía y su afecto. Intentemos, si podemos, aprovechar este tiempo lo mejor posible: seamos generosos; ayudemos a quien lo necesita en nuestro entorno; busquemos, a lo mejor por teléfono o en las redes sociales, a las personas que están más solas; recemos al Señor por los que pasan por esta prueba en Italia y en el mundo. Aunque estemos aislados, el pensamiento y el espíritu pueden llegar lejos con la creatividad del amor. Es lo que hace falta hoy: la creatividad del amor. Celebramos la Semana Santa de una manera verdaderamente inusual, que manifiesta y resume el mensaje del Evangelio, el del amor ilimitado de Dios. Y en el silencio de nuestras ciudades, resonará el Evangelio de Pascua. Dice el apóstol Pablo: «Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos» (2 Cor 5, 15). En Jesús resucitado, la vida ha vencido a la muerte. Esta fe pascual alimenta nuestra esperanza. Me gustaría compartirla con vosotros esta noche. Es la esperanza de un tiempo mejor, en el que también nosotros podamos ser mejores, finalmente liberados del mal y de esta pandemia. Es una esperanza: la esperanza no defrauda; no es una ilusión, es una esperanza. Los unos al lado de los otros, en el amor y la paciencia, podemos preparar en estos días un tiempo mejor. Gracias por dejarme entrar en vuestras casas. Tened un gesto de ternura con los que sufren, con los niños, con los ancianos. Decidles que el Papa está cerca y reza para que el Señor nos libre pronto del mal a todos. Y vosotros, rezad por mí ¡Buena cena , hasta pronto! Prensa CEVNota de prensa de Vatican News03 de abril de 2020

03
Abr

El Papa ora por quienes ayudan a combatir pobreza y hambre a causa del Covid-19

Vaticano.- Este 3 de abril, en la Misa en Santa Marta, el Santo Padre dirigió su pensamiento a la pobreza, el desempleo y el hambre que son causados por la pandemia del coronavirus y reza por aquellos que ya están tratando de remediarlo. En la homilía, recordó a Nuestra Señora de los Dolores, invitándonos a darle las gracias porque aceptó ser Madre. La Misa matutina celebrada – y transmitida en vivo – en la Capilla de la Casa Santa Marta, este viernes de la V Semana de Cuaresma, el Papa Francisco la dedicó a Nuestra Señora de los Dolores. Al inicio de la Misa recitó la antífona de entrada que es una invocación de ayuda en la angustia: “Ten piedad de mí, Señor, porque estoy angustiado; líbrame del poder de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Señor, que no me avergüence de haberte invocado” (Sal 30, 10. 16. 18). Al introducir la celebración, el Santo Padre dirigió su intención a todas las personas afectadas a causa de la pandemia: “Hay gente que desde ahora empieza a pensar en el después: el después de la pandemia. A todos los problemas que vendrán: problemas de pobreza, de trabajo, de hambre… Oremos por todos los que ayudan hoy, pero también pensemos en el mañana, para ayudar a todos nosotros”. En este Viernes de pasión que precede al Domingo de Ramos, en la cual conmemoramos los dolores de María, el Papa Francisco dedicó su homilía a Nuestra Señora de los Dolores. Hoy – dijo – nos hará bien pensar en los dolores de la Virgen y agradecerle porque aceptó ser Madre de Jesús. A continuación el texto de la homilía según nuestra transcripción y al mismo tiempo te invitamos a seguir la Santa Misa (video integral) desde nuestro canal de Youtube: Este Viernes de Pasión, la Iglesia recuerda los dolores de María, Nuestra Señora de los Dolores. Desde hace siglos se cultiva esta veneración del pueblo de Dios. Se han escrito himnos en honor a Nuestra Señora de los Dolores: estaba al pie de la cruz y la contemplan allí, sufriendo. La piedad cristiana ha recogido los dolores de la Virgen y habla de los «siete dolores». El primero, sólo 40 días después del nacimiento de Jesús, la profecía de Simeón que habla de una espada que atravesará su corazón. El segundo dolor, se refiere a  la huida a Egipto para salvar la vida de su hijo. El tercer dolor, esos tres días de angustia cuando el niño se quedó en el templo. El cuarto dolor, cuando Nuestra Señora se encuentra con Jesús en el camino al Calvario. El quinto dolor de Nuestra Señora es la muerte de Jesús, ver al Hijo allí, crucificado, desnudo, muriendo. El sexto dolor, el descenso de Jesús de la cruz, muerto, y lo toma en sus manos como lo había tomado en sus manos más de 30 años [antes] en Belén. El séptimo dolor es el entierro de Jesús. Y así, la piedad cristiana sigue este camino de Nuestra Señora que acompaña a Jesús. Es bueno para mí, por la tarde, cuando rezo del Ángelus, rezar estos siete dolores como recuerdo de la Madre de la Iglesia, cómo la Madre de la Iglesia con tanto dolor ha podido darnos a luz a todos. La Virgen nunca pidió nada para sí misma, nunca. Sí, para los demás: pensemos en Caná, cuando va a hablar con Jesús. Nunca ha dicho: «Soy la Madre, mírenme: soy la Reina Madre». Ella nunca dijo eso. No pidió algo importante para ella, en el colegio apostólico. Sólo acepta ser madre. Acompañó a Jesús como discípula, porque el Evangelio muestra que siguió a Jesús: con sus amigas, mujeres piadosas, seguía a Jesús, escuchaba a Jesús. Una vez que alguien la reconoció: «Ah, aquí está la madre», «Tu madre está aquí»… Ella estaba siguiendo a Jesús. Hasta el Calvario. Y allí, de pie… la gente seguramente le decía: «Pero, pobre mujer, cómo va a sufrir», y los malos seguramente dijeron: «Pero, ella también tiene la culpa, porque si lo hubiera educado bien esto no habría terminado así». Allí estaba, con el Hijo, con la humillación del Hijo. Honrar a la Virgen y decir: «Esta es mi Madre», porque ella es la Madre. Y este es el título que recibió de Jesús, justo ahí, en el momento de la Cruz. Tus hijos, tú eres Madre. No la nombró primer ministro ni le dio títulos de «funcionalidad». Sólo «Madre». Y luego, los Hechos de los Apóstoles la muestran en oración con los Apóstoles como una madre. Nuestra Señora no quiso quitarle ningún título a Jesús; recibió el don de ser su Madre y el deber de acompañarnos como Madre, de ser nuestra Madre. No pidió para sí misma ser cuasi-redentora o una co-redentora: no. El Redentor es uno solo y este título no se duplica. Sólo discípula y madre. Y así, como madre debemos pensar en ella, debemos buscarla, debemos rezarle. Ella es la Madre. En la Iglesia Madre. En la maternidad de la Virgen vemos la maternidad de la Iglesia que recibe a todos, buenos y malos: a todos. Hoy nos hará bien detenernos un poco y pensar en el dolor y las penas de Nuestra Señora. Ella es nuestra madre. Y cómo los ha llevado, cómo los ha llevado bien, con fuerza, con llanto: no era un llanto falso, era precisamente su corazón destruido por el dolor. Nos hará bien detenernos un poco y decirle a Nuestra Señora: «Gracias por haber aceptado ser Madre cuando el Ángel te lo dijo, y gracias por haber aceptado ser Madre cuando Jesús te lo dijo”. Finalmente, el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística, invitando a realizar la comunión espiritual. Aquí sigue la oración recitada por el Papa: “Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente

02
Abr

El Papa reza por los sin techo, sufrientes escondidos en este tiempo de dolor

Vaticano.- En la misa en Santa Marta, el Papa Francisco dirige sus pensamientos a los que están pagando las consecuencias de la pandemia del coronavirus, especialmente quienes no tienen casa. La antífona de entrada del jueves de la quinta semana de Cuaresma, que el Papa lee al comienzo de la misa de hoy en Santa Marta, es una invitación a tenerla mirada fija en Jesús, una esperanza que no defrauda: «Cristo es mediador de una Nueva Alianza entre Dios y los hombres, a fin de que, habiendo muerto para redención de los pecados cometidos en la primera Alianza, los que son llamados reciban la herencia eterna que ha sido prometida». (Heb 9,15). Francisco, al introducir la celebración, reza especialmente por los sin techo: Estos días de dolor y tristeza ponen de manifiesto tantos problemas ocultos.  En el periódico, hoy, hay una foto que golpea el corazón: tantas personas sin hogar en una ciudad tiradas en un estacionamiento, bajo observación… hay tantas personas sin hogar hoy. Pidamos a Santa Teresa de Calcuta que despierte en nosotros un sentido de cercanía a tantas personas que en la sociedad, en la vida normal, viven escondidas pero, como los sin techo, en el momento de la crisis, se destacan de esta manera. En su homilía, Francisco comenta las lecturas de hoy, tomadas del libro del Génesis (Gn 17, 3-9) y del Evangelio de Juan (Jn 8, 51-59) que tienen como centro la figura de Abraham, la alianza con Dios y el nuevo anuncio de Jesús que viene a «rehacer» la creación perdonando nuestros pecados. Nosotros somos cristianos», dijo, «porque hemos sido elegidos, escogidos y hemos recibido una promesa de fecundidad, a la que debemos responder con fidelidad a la alianza. Nuestros pecados están en contra de estas tres dimensiones: no aceptar la elección adorando ídolos, no esperar en la promesa y olvidar la alianza. Que el camino del cristiano, concluyó, sea aquel de ser consciente de la elección, de la alegría de ir hacia una promesa y de la fidelidad en el cumplir la alianza A continuación, el texto de la homilía según una transcripción nuestra: El Señor siempre ha recordado su alianza. Lo repetimos en el Salmo Responsorial. El Señor no olvida, nunca olvida. Sí, sólo olvida en un caso, cuando perdona los pecados. Después de perdonar pierde la memoria, no recuerda sus pecados. En otros casos Dios no olvida. Su fidelidad es memoria. Su fidelidad a su pueblo. Su fidelidad a Abraham es el recuerdo de las promesas que hizo. Dios eligió a Abraham para hacer un camino. Abraham es un elegido, era un elegido. Dios lo eligió. Luego en esa elección le prometió una herencia y hoy, en el pasaje del Libro del Génesis, hay un paso más. En cuanto a ti, mi alianza es contigo. La alianza. Una alianza que le hace ver a lo lejos su fecundidad: te convertirás en el padre de una multitud de naciones. La elección, la promesa y la alianza son las tres dimensiones de la vida de fe, las tres dimensiones de la vida cristiana. Cada uno de nosotros es un elegido, nadie elige ser cristiano entre todas las posibilidades que le ofrece el «mercado» religioso. Somos cristianos porque hemos sido elegidos. En esta elección hay una promesa, hay una promesa de esperanza, el signo es la fecundidad: «Abraham serás padre de una multitud de naciones y serás fecundo en la fe». Tu fe florecerá en las obras, en las buenas obras, en las obras de fecundidad también, una fe fecunda. Pero debes – el tercer paso – observar la alianza conmigo». Y la alianza es fidelidad, ser fiel. Hemos sido elegidos, el Señor nos ha dado una promesa, ahora nos pide una alianza. Una alianza de fidelidad. Jesús dice que Abraham se regocijó pensando, viendo su día, el día de la gran fecundidad, aquel hijo suyo – Jesús era el hijo de Abraham – que vino a rehacer la creación, que es más difícil que hacerla, dice la liturgia – vino a redimir nuestros pecados, a liberarnos. El cristiano es cristiano no para que pueda hacer ver la fe del bautismo: la fe del bautismo es un papel. Tú eres cristiano si dices que sí a la elección que Dios ha hecho de ti, si vas detrás de las promesas que el Señor te ha hecho y si vives una alianza con el Señor: esta es la vida cristiana. Los pecados del camino están siempre en contra de estas tres dimensiones: no aceptar la elección y nosotros «elegir» tantos ídolos, tantas cosas que no son de Dios. No aceptar la esperanza en la promesa, ir, mirar de lejos las promesas, incluso muchas veces, como dice la Carta a los Hebreos, saludándolas de lejos y hacer que las promesas estén hoy con los pequeños ídolos que nosotros hacemos, y olvidar la alianza, vivir sin alianza, como si estuviéramos sin alianza. La fecundidad es la alegría, esa alegría de Abraham que vio el día de Jesús y se llenó de alegría. Esta es la revelación que la palabra de Dios nos da hoy sobre nuestra existencia cristiana. Que sea como aquella de nuestro Padre: consciente de ser elegido, gozoso de ir hacia una promesa y fiel en el cumplimento de la alianza. El Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición eucarística, invitando a hacer la comunión espiritual. He aquí la oración recitada por el Papa: “Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén”. Antes de salir de la capilla dedicada al Espíritu Santo, se cantó la antigua antífona mariana Ave Regina Caelorum («Ave Reina del Cielo»): “Salve, Reina

02
Abr

Vídeo del Papa: rezar por las personas bajo influencia de las adicciones

Vaticano.-En ‘El Video del Papa’ de abril, el Santo Padre llama la atención sobre las adicciones que afectan hoy a la sociedad y pide rezar para que las personas sean liberadas de los sufrimientos que conllevan. El Video del Papa de abril dio a conocer la intención de oración del Santo Padre para este mes, confiada a la Red Mundial de Oración del Papa: por la liberación de las distintas adicciones que afectan hoy a millones de personas en todo el mundo. En tiempos de grandes preocupaciones por la pandemia mundial, Francisco no olvida las problemáticas de otras personas sufrientes y pide rezar por ellas. Estas sus palabras:  Seguramente han oído hablar del drama de la adicción. Y… ¿pensaron también en la adicción al juego, a la pornografía, a internet… y los peligros del espacio virtual? Apoyados por el “Evangelio de la Misericordia” podemos aliviar, cuidar y curar los sufrimientos relacionados con las nuevas adicciones. Recemos para que todas las personas bajo la influencia de las adicciones puedan estar bien ayudadas y acompañadas. El drama de la adicción El “drama de la adicción” – explica la Red Mundial de Oración del Papa presentando el vídeo -no solo contempla la dependencia de las drogas, el alcohol y el tabaco, que siguen siendo las causas de adicción que más prevalecen en la sociedad. Hoy este drama asume diversas y nuevas formas: según la Organización Mundial de la Salud, el creciente uso de Internet, ordenadores, teléfonos inteligentes y otros dispositivos electrónicos de los últimos decenios se asocia no solo con claros y enormes beneficios para los usuarios y las sociedades, sino también con casos documentados de un uso excesivo que a menudo deriva en distintas adicciones con consecuencias negativas para la salud. Estas tienen que ver con el juego compulsivo y las apuestas, con la pornografía, con el uso excesivo de videojuegos y con la presencia casi constante en plataformas del mundo digital. El uso desmedido de las plataformas afecta en gran medida a la calidad de las relaciones cotidianas y más cercanas. Ante estos “peligros del espacio virtual”, el Santo Padre explica que “apoyados por el ‘Evangelio de la Misericordia’ podemos aliviar, cuidar y curar los sufrimientos relacionados con las nuevas adicciones”, por ejemplo a través de la prevención, rehabilitación y proyectos de reintegración. Las comunidades cristianas pueden ser un verdadero apoyo El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa (incluye el MEJ – Movimiento Eucarístico Juvenil), dijo que “las comunidades cristianas no pretenden dar respuestas. Existen organizaciones y asociaciones competentes para ayudar a las personas a salir de sus dependencias, pero las comunidades cristianas pueden ser un verdadero apoyo. Están llamadas, a través la fraternidad y el perdón, a ayudar todos aquellos que son esclavos de las drogas, u otras formas de adicción, a encontrar a Jesucristo, a experimentar que Dios salva”. También recordó que la tradición espiritual cristiana tiene una gran experiencia para ayudar a no dejarse arrastrar por caminos mortíferos, pero sí elegir la vida. “Por ejemplo, podemos recordar las enfermedades del alma diagnosticadas por Evagrio Póntico, un padre del desierto del siglo IV, llamado también ‘el escrutador del alma’. Evagrio ayuda, invitando a alimentarse de la Palabra de Dios, a ‘ordenar la vida’, a orientarla solo hacia el Señor, ‘el Camino, la Verdad y la Vida’ (Juan 14)”. Siempre cerca de las personas que sufren, El Video del Papa pide “para que todas las personas bajo la influencia de las adicciones puedan estar bien ayudadas y acompañadas”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News02 de abril de 2020

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El Papa: No estamos solos en este momento de prueba, confiémonos a Cristo

Vaticano.- Durante la Audiencia General, de hoy, en sus saludos en español, y en los otros siete idiomas, el Papa Francisco dijo a todos los fieles que se confíen a Cristo, que nunca nos deja solos en este tiempo difícil. El Papa Francisco dijo este miércoles durante la Audiencia General que, en estos momentos de prueba y oscuridad, Dios está con nosotros, no nos abandona. Cuando se dirigió a los fieles polacos, el Papa recordó que el hombre de hoy ve los signos de la muerte que se han hecho más presentes en el horizonte de la civilización. Vive cada vez más atemorizado, amenazado en el centro mismo de su existencia. Cuando te sientes en dificultades, les dijo, tus pensamientos se dirigen a Cristo: sepan que no están solos. Cristo los acompaña y nunca los decepciona. “En estos días difíciles que vivimos, os animo a confiar en la Divina Misericordia y en la intercesión de San Juan Pablo II, en la víspera del 15º aniversario de su muerte”, fueron sus saludos. En español el Pontífice dijo: “Saludo cordialmente a los fieles de lengua española, que siguen esta catequesis a través de los medios de comunicación social. Pidamos al Señor que nos conceda pureza y sencillez de corazón para descubrir su Providencia en los sucesos de la vida cotidiana. Y tengamos presentes, en estos momentos de prueba y oscuridad, a todos nuestros hermanos y hermanas que sufren, y a quienes los ayudan y acompañan con amor y generosidad. Que Dios los bendiga”. Encontremos en la Cruz de Cristo apoyo En portugués, dijo a los fieles, que los invita a vivir con toda la Iglesia, con el pensamiento y con el corazón, la próxima Semana Santa, que nos presenta a nuestros ojos la Cruz donde Jesús tomó sobre sí mismo y soportó todas las tragedias de la humanidad. No podemos olvidar las tragedias de nuestros días, porque la Pasión del Señor continúa en el sufrimiento de la humanidad, les dijo el Papa, “que vuestros corazones encuentren en la Cruz de Cristo apoyo y consuelo en medio de las tribulaciones de la vida; abrazando la Cruz como él, con humildad, confianza y abandono filial a la voluntad de Dios, participaréis en la gloria de la Resurrección”. No perdamos la esperanza en Jesús En francés, Francisco dijo que debemos aprovechar este tiempo de Cuaresma para escuchar esta sed de Dios que habita en nosotros. Continuemos nuestro camino de liberación que, a través de las pruebas y purificaciones de la vida, nos lleva a la gloria del cielo. A los fieles de lengua italiano, el Papa recordó a los grupos que desde hace tiempo habían reservado poder estar presentes hoy en la Audiencia General, entre ellos, los jóvenes de la Profesión de Fe de la diócesis de Milán, conectados a este encuentro a través de los medios de comunicación. “Queridos jóvenes, aunque si vuestra peregrinación a Roma sea sólo virtual, me parece que casi puedo sentir vuestra presencia alegre y ruidosa, concretada también por los numerosos mensajes escritos que me habéis enviado. Os doy las gracias y os animo a vivir siempre la fe con entusiasmo y a no perder la esperanza en Jesús, el amigo fiel que llena de felicidad nuestras vidas, incluso en los momentos difíciles”. Al final el Papa les pidió a los fieles italianos e ingleses que este tiempo de Cuaresma que estamos viviendo fomente una preparación adecuada para la celebración de la Pascua, llevando a todos a una cercanía aún más sentida a Cristo. Purifiquémos nuestro corazón de los pecados A los fieles de lengua alemana, les pidió que contemplen en este tiempo de prueba el rostro del Señor crucificado y muerto por nosotros, para que reconozcamos en su Cruz la fuente de la verdadera esperanza y alegría, a través de la cual Él venció todo el mal. A los fieles de lengua árabe, les dijo que, para poder ver a Dios debemos purificar y liberar nuestros corazones de nuestros pecados de envidia, ira, falsedad, odio, egoísmo, incredulidad… a través de la oración, la caridad y la misericordia. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News01 de abril de 2020