Papa Francisco en el Ángelus: abrirnos a la gracia para decir “no” al mal y “sí” a Dios

08
Dic
2020

Vaticano.- En la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, el Santo Padre dirigió la oración del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico y en su catequesis invito a que: ¡Aprovechemos el momento presente! No disfrutar la vida en el momento fugaz… Sino acoger el hoy para decir “no” al mal y “sí” a Dios.

“Este, para nosotros, es el camino para volver a ser santos e inmaculados. La belleza incontaminada de nuestra Madre es inimitable, pero al mismo tiempo nos atrae. Encomendémonos a ella, y digamos de una vez para siempre no al pecado y sí a la Gracia”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus, de este martes 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

María libre de cualquier mancha de pecado

En la fiesta litúrgica de la Madre de Dios, el Santo Padre recordó que, hoy se celebra una de las maravillas de la historia de la salvación: la Inmaculada Concepción de la Virgen María. “También ella fue salvada por Cristo – afirmó el Pontífice – pero de una forma absolutamente extraordinaria, porque Dios quiso que desde el instante de la concepción la madre de su Hijo no fuera tocada por la miseria del pecado”. Y por tanto María, precisó el Papa, durante toda su vida terrena, estuvo libre de cualquier mancha de pecado, «llena de gracia» y disfrutó de una singular acción del Espíritu Santo, para poder mantenerse siempre en su relación perfecta con el hijo Jesús, es más, era la discípula de Jesús: la Madre y discípula. Pero el pecado no estaba en ella.

Creados por Dios para la plenitud de santidad

El Obispo de Roma citando el magnífico himno que abre la Carta a los Efesios, señaló que San Pablo nos hace comprender que cada ser humano es creado por Dios para esa plenitud de santidad, para esa belleza de la que la Virgen fue revestida desde el principio. “La meta a la cual estamos llamados es también para nosotros don de Dios, el cual – dice el apóstol – nos ha «elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados»; eligiéndonos de antemano, en Cristo, a estar un día totalmente libres del pecado. Y esto es la gracia, es gratuito, es un don de Dios”.

La «puerta estrecha» nos conduce a la vida

En este sentido, el Papa Francisco recuerda que, lo que para María fue al inicio, para nosotros será al final, después de haber atravesado el “baño” purificador de la gracia de Cristo. Ya que, todos los santos y las santas han recorrido este camino. También los más inocentes estaban marcados por el pecado original y lucharon con todas las fuerzas contra sus consecuencias. Han pasado a través de la «puerta estrecha» que conduce a la vida. ¿Y saben quién es el primero de quien tenemos la certeza de que ha entrado en el paraíso?, se pregunta el Papa, un “bandido”: uno de los dos que fueron crucificados con Jesús. Se dirigió a Él diciendo: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Y Él respondió: «hoy estarás conmigo en el Paraíso».

“La gracia de Dios es ofrecida a todos; y muchos que sobre esta tierra son últimos, en el cielo serán los primeros”

Acoger el hoy para decir “no” al mal y “sí” a Dios

Finalmente, el Santo Padre advierte que, no vale hacerse los astutos: posponer continuamente un serio examen la propia vida, aprovechando la paciencia del Señor. “Quizá podemos engañar a los hombres, pero a Dios no, Él conoce nuestro corazón mejor que nosotros mismos”. ¡Aprovechemos el momento presente! Este sí es el sentido cristiano del “carpe diem”. No disfrutar la vida en el momento fugaz, no, éste es el sentido mundano. Sino acoger el hoy para decir “no” al mal y “sí” a Dios; abrirse a su Gracia, dejar finalmente de plegarse sobre uno mismo arrastrándose en la hipocresía. Mirar a la cara la propia realidad, reconocer que no hemos amado a Dios y al prójimo como deberíamos. Y confesarlo, empezar un camino de conversión pidiendo en primer lugar perdón a Dios en el Sacramento de la Reconciliación, y después reparar el mal hecho a los otros.

Las flores que más le gustan a la Virgen son oración y penitencia

Después de rezar la oración del Ángelus, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, el Santo Padre invito a “ofrecer a nuestra Madre las flores que más le gustan: la oración, la penitencia, un corazón abierto a la Gracia”.

“Ofrezcamos a nuestra Madre las flores que más le gustan: la oración, la penitencia, un corazón abierto a la Gracia”, lo dijo el Papa Francisco después de rezar la oración mariana del Ángelus, de este martes 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, al recodar que, “esta tarde no se realizará el tradicional homenaje a la Inmaculada Concepción en la Plaza de España – precisó el Papa – para evitar el riesgo de conglomeración, como ordenan las autoridades civiles, a la que debemos obedecer”. Pero eso, afirmó el Pontífice, no nos impide ofrecer a nuestra Madre las flores que más le gustan: la oración, la penitencia, un corazón abierto a la Gracia. Además, el Papa recordó que, esta mañana muy temprano, fue en forma privada a la Plaza de España, y luego a Santa María La Mayor, donde celebro la Misa.

La Inmaculada y la Acción Católica

En sus saludos a los fieles de Roma y peregrinos de varios países que se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar a la Madre de Dios, el Santo Padre se dirigió de manera especial al grupo de la Inmaculada, hoy, en la fiesta de la Inmaculada Concepción. Así mismo, el Papa saludó a los miembros de la Acción Católica Italiana que hoy renuevan su adhesión a la Asociación. A ellos les envió sus saludos y les deseó un buen camino, asegurándoles que reza «para que Cristo se forme en ellos» y para que sean artesanos de fraternidad. Finalmente, el Papa saludó a los representantes del Municipio de Rocca di Papa, que hoy – según la tradición – encenderán la Estrella de Navidad en la «Fortaleza» de la ciudad. “Que la luz de Cristo – concluyó el Pontífice – ilumine siempre a su comunidad”.

Prensa CEV
Nota de prensa de Vatican News
08 de diciembre de 2020