Núcleo de mujeres de la REPAM: espacio de encuentro, confianza y escucha de las mujeres de la Amazonía

09
Mar
2021

Bogotá.- El Día Internacional de la Mujer ha sido una oportunidad para que el Grupo de Mujeres de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) presente un calendario (descargar aquí) elaborado conjuntamente por las mujeres de la Panamazonía. El grupo, que viene reflexionando sobre el papel y la importancia de la presencia de las mujeres en la Iglesia, está formado por mujeres que tienen “la conciencia de un territorio que pisamos, un territorio específico en el que realizamos acciones, y esto nos lleva a un camino sinodal“, según Dorismeire Almeida de Vasconcelos.

Las mujeres asumen el 70% del trabajo social y misionero

A partir de su identidad, conocimiento y liderazgo, las mujeres, que, en la Panamazonía, según la auditora sinodal, asumen el 70% del trabajo social y misionero, han encontrado en el grupo un espacio de encuentro, de confianza y de escucha, garantizando la presencia de todas las mujeres de la Panamazonía. No podemos olvidar que “son víctimas de un alto índice de violencia, de sobrecarga laboral y afectiva, son víctimas con la violación de sus derechos”.

El grupo surgió dentro del proceso sinodal, “a partir de nuestra diversidad cultural, nuestra organización social y nuestra experiencia de Iglesia, tanto como mujeres laicas como consagradas“, dice Dorismeire. Destaca entre las propuestas realizadas, reflejar las realidades y experiencias concretas de las mujeres en la Panamazonía y proyectar una lectura teológica contextual, como se hizo en el Sínodo, que permita rescatar las voces, propuestas y apuestas de las mujeres en este territorio.

Sembrar signos de esperanza

El núcleo se divide en cinco subcomisiones internas, post-pandemia y post-sínodo, mujer y violencia, teología y espiritualidad, formación pastoral socio-política, diaconado y ministerios, para estudiar los documentos de la Iglesia buscando elaborar líneas de acción para el trabajo en diferentes áreas, descubriendo las acciones de las mujeres en los territorios en defensa de la vida, en el anuncio de la Buena Noticia, en el acompañamiento y en el enfrentamiento de los desafíos de la realidad en los diferentes contextos, siempre sembrando signos de esperanza.

Según Dorismeire, se trata de “consolidar un espacio de reflexión, articulación y acción de las mujeres de la Panamazonía que ofrezca respuestas a las principales preocupaciones que amenazan la vida y el sustento de las mujeres“. Junto a esto, “buscar encarnar los diferentes rostros ancestrales y construir un sentimiento y pensamiento colectivo desde su ser mujer, conectado a la Creación, fortaleciendo la misión social y eclesial de las mujeres, previniendo la violencia y garantizando los derechos, provocando un cambio de paradigma desde la lógica del cuidado”.

El 8 de marzo es un momento para “recordar“, según Tania Ávila. La teóloga boliviana, que fue perita en el Sínodo para la Amazonía, considera esta fecha como “un día para seguir resistiendo y reclamando una vida digna para las mujeres“. Destacó la importancia de las voces de las mujeres de la Amazonía, recogidas en un vídeo. Son mujeres que “suman, nos dan fuerza, fluyen“.

Las voces de las mujeres indígenas

El Núcleo de Mujeres de la REPAM también cuenta con la participación de mujeres indígenas. Una de ellas, Anitalia Pijachi, relató las dificultades vividas en la Amazonía colombiana durante la pandemia, mostrando las dificultades de acceso a los derechos básicos. Ha sido un tiempo para “aprender a saber resistir en nuestra selva“. Estamos ante un momento que muestra la “necesidad de estar más unidos en comunidad, de buscar la sabiduría de los mayores“. Denunció al gobierno, “que no escucha lo que pasa en la Amazonía colombiana“, y enfatizó que estamos viviendo “un tiempo de incertidumbre“.

Esta pandemia ha demostrado, una vez más, que somos los más olvidados por el Estado“, dijo Yessica Patiachi desde la Amazonía peruana, denunciando la “falta de una política sanitaria clara para las comunidades indígenas“. Recordó que los pueblos originarios “hemos levantado nuestra voz de protesta y denunciamos cuando se violan nuestros derechos“. Al mismo tiempo, denunció las amenazas y persecuciones, “sólo por defender y proteger la selva“, que han causado la muerte de muchos indígenas en Perú. La líder indígena hizo un llamado a la lucha, a no dejarse engañar por las falsas promesas de las grandes empresas, que sólo dejan consecuencias fatales.

Yessica Patiachi destaca la gran capacidad de resiliencia, que le lleva a afirmar que “seguiremos defendiendo nuestro bosque frente a los grandes intereses, aunque el Estado haga la vista gorda con las grandes concesiones extractivas, alegando la necesidad de la consulta previa a los pueblos indígenas“. En la época de la pandemia, las comunidades han recurrido a la medicina tradicional, destacando “la participación de las mujeres indígenas, que junto con los ancianos son la parte vital de la transmisión del conocimiento ancestral“. Ella, que ha sido elegida como consejera de la red, queriendo “ser una voz importante para mostrar el sentir y las demandas de las mujeres indígenas“, destaca la importancia de la REPAM como un importante aliado para la resistencia indígena.

Un calendario construido por mujeres

El 8 de marzo es un momento para “recordar las luchas“, según Rose Bertoldo, que presentó y compartió el calendario, “que las mujeres de la Panamazonía han construido colectivamente“. Según la auditora sinodal, estamos ante “un material de formación e información que nos inspira a recorrer todo el año como una presencia creativa y propositiva“.

El calendario recoge la inspiración que cada mujer tuvo en esta construcción colectiva, recoge muchos signos de los pueblos de la Amazonía, que tiene una gran diversidad“, dice Rose Bertoldo. Estamos ante un instrumento que tuvo la capacidad de “incluir muchas miradas de la Panamazonía, lo que nos permite ampliar a otras mujeres“. Por ello, subraya que “lo que aparece en el calendario es una expresión de esta presencia del Espíritu que habita en la Amazonía y está presente y activa en cada ser“. De ahí que la religiosa ponga como objetivo “que esta rica diversidad nos impulse a seguir cuidando todas las formas de vida en nuestra casa común“.

Pensar juntas, soñar juntas, construir juntas

El Núcleo de Mujeres de la REPAM es “un espacio que tiene la fuerza de permitirnos pensar juntas, soñar juntas y construir juntas“, dice María Eugenia Carrizo. Define el futuro “como un momento para pensar juntas qué tipo de Iglesia soñamos, qué pensamos que es el futuro de nuestra Iglesia, qué rostro amazónico queremos que tenga, y en función de esto la visión ministerial, en una región con una rica diversidad de ministerios”.

Es un instrumento que nos permite “soñar con un espacio de encuentro y reflexión entre mujeres, donde puedan compartir sus aprendizajes, experiencias, historias y sus luchas cotidianas“. A partir de ahí, insistió en que “queremos seguir unidas, seguir construyendo juntas, seguir desarrollando proyectos comunes, en un espacio donde todas tenemos voz, donde todas podemos compartir nuestros dolores y esperanzas“.

Prensa CEV
Nota de prensa CELAM
09 de marzo de 2021