“Mujeres migrantes en América Latina y el Caribe”, una investigación que visibiliza sus desafíos y luchas

25
Jun
2025

“Dios camina con cada una de estas mujeres. Sin embargo, su tránsito rara vez es reconocido”, con estas palabras, el padre Eric García, secretario general adjunto del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), abrió el espacio virtual de Investigaciones Celam, dedicado a presentar una amplia investigación sobre la realidad de las mujeres en situación de migración y movilidad forzada en América Latina y el Caribe.

La investigación, titulada “Mujeres migrantes en América Latina y el Caribe desde la perspectiva de los agentes pastorales que las asisten”, es fruto de un trabajo colaborativo entre el Celam y la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC), a través del Observatorio Mundial de Mujeres.

Durante este encuentro virtual se dieron cita agentes pastorales, expertos en migración, teólogas y representantes de la sociedad civil para reflexionar sobre las causas, condiciones y consecuencias de la migración femenina, así como el rol de la Iglesia y la sociedad frente a esta realidad.

Investigación construida desde la escucha y la red

Mónica Santamarina, presidenta de la UMOFC, explicó que el estudio forma parte de un modelo de intervención que parte de la escucha y directa a las mujeres más vulnerables, aunque en esta ocasión, por razones metodológicas, se optó por escuchar a líderes de organizaciones que las asisten. “Escuchar para transformar vidas”, es el lema del Observatorio remarcó.

La directora de proyectos del Observatorio, Ana Martearena, explicó que se aplicaron 89 encuestas a líderes de 73 organizaciones en 18 países, el 55% de ellas vinculadas a la Iglesia Católica. Además, se realizaron 41 entrevistas cualitativas a expertos y expertas de 28 organizaciones.

Los resultados ofrecen una visión sobre tres grandes ejes: las causas que empujan a las mujeres a migrar, las vulnerabilidades y riesgos que enfrentan, y las posibilidades de inserción en los países de destino.

Causas, riesgos y prioridades

Según el estudio, el 82% de las mujeres migran por razones económicasprincipalmente por pobreza, falta de empleo o para buscar un mejor futuro para sus hijos. Un 18% lo hace por motivos sociales, políticos o familiares, destacando la inseguridad política y la falta de acceso a salud y educación.

Las principales vulnerabilidades que enfrentan incluyen la violencia de género (física, sexual, emocional y laboral), discriminación, xenofobia, estrés, choque cultural y trabajo precario.

Además, los agentes pastorales identificaron como áreas prioritarias de intervención: el apoyo psicológico, el acceso a oportunidades laborales y de emprendimiento, la asistencia legal y el fortalecimiento de redes de apoyo.

Teología desde los márgenes

La teóloga Carmen Lussi ofreció una reflexión sobre los enfoques bíblicos para el acompañamiento de mujeres migrantes. A partir de figuras como Agar, la esposa negra de Moisés, Rut y Noemí o Tamar, la teóloga destacó cómo la migración femenina también está presente en la historia sagrada, y cómo Dios se revela en el cuerpo y las voces de estas mujeres.

“Cada una es una Agar, cada una tiene un Dios que camina con ella”, aseguró durante su participación.

Lussi invitó a “acoger sin imponer, escuchar sin juzgar, servir sin decidir por ellas”.

Desde la frontera México y EE. UU

La hermana Leticia Gutiérrez Valderramamisionera escalabriniana y directora del Ministerio de Hospitalidad para Migrantes en la Diócesis de El Paso, Texas, ofreció un testimonio desde la realidad actual en la frontera entre México y EE. UU.

“Estamos viviendo una criminalización de la migración en todos los sentidos”, dijo la religiosa, quien habló de cómo las políticas migratorias actuales, tanto en México como en Estados Unidos, han endurecido sus medidas, afectando especialmente a las mujeres, quienes llegan marcadas por el sufrimiento.

“Entre el 90% y el 95% de las mujeres que recibimos han sido secuestradas en su tránsito por México”, denunció. El secuestro, según explicó, se ha convertido en un crimen sistemático: muchas mujeres migrantes, al llegar a territorio mexicano, son interceptadas por redes de trata o crimen organizado, y mantenidas en cautiverio para pedir rescate a sus familias, ser explotadas laboral o sexualmente, o incluso vendidas.

Resistencia y esperanza

La religiosa también relató que muchas de ellas llegan a los centros de acogida embarazadas producto de violaciones, con secuelas físicas y emocionales severas, y que en muchos casos no se atreven a hablar por temor, vergüenza o por el trauma vivido: “Es urgente acompañarlas desde la dignidad, no desde el asistencialismo ni desde el juicio”, señaló.

La Hna. Leticia, también alertó sobre un fenómeno creciente: las desapariciones forzadas en manos de las propias autoridades migratorias. Explicó que en la frontera con Estados Unidos muchas mujeres son detenidas sin que se notifique a sus familias, ni se les brinde acceso a abogados, y en ocasiones son deportadas a lugares peligrosos sin ningún tipo de protección. Ante esto, compartió herramientas prácticas para localizar personas detenidas por el ICE, como el uso del Online Detainee Locator System, e instó a formar redes de contacto y defensa legal entre las diócesis, organizaciones y familias.

“La frontera se ha convertido en un espacio de descarte”, afirmó. Y, sin embargo, también es un espacio de resistencia, de comunidad y de esperanza. La hermana Leticia compartió sobre la labor de la Iglesia como “refugio” para los excluidos y recordó que el trabajo pastoral con migrantes no puede limitarse a lo asistencial: debe ser profético y transformador.

“Lo que las mujeres migrantes viven hoy es un Gólgota. La pregunta es: ¿quiénes queremos ser? ¿Los que pasan de largo? ¿Los que crucifican? ¿O los que permanecen de pie, junto a ellas, como María al pie de la cruz?”, cuestionó, a tiempo de recordar que la frontera también es lugar de revelación, donde el rostro de Cristo se manifiesta en las mujeres heridas, en su resistencia, en su clamor por justicia y en su capacidad de seguir caminando.

Las manos de Dios que sana

Elvy Monzant, secretario ejecutivo de la Red Clamor, cerró el panel manifestando que la Iglesia no puede permanecer indiferente: “La migración femenina clama al cielo y nos interpela como Iglesia samaritana y profética”.

La Dra. Jeanette Rincón, coordinadora de OSAP, recordó las palabras del profeta Isaías: “Romper las cadenas injustas, dejar libre a los oprimidos y no volver la espalda a tu hermano”.

La hermana María Alejandra Leguizamón, autora de la oración final, compartió un momento de oración por todas las voces que no son escuchadas: “Oremos para que la Iglesia provea consuelo, apoyo y protección tangible, ya que somos llamadas y llamados a ser las manos de Dios que sana”.

Mujeres, maestras de esperanza

La investigación estará disponible a partir del 1 de julio en www.celam.org y en la página del Observatorio Mundial de Mujeres. La difusión incluye infografías, resúmenes ejecutivos y materiales formativos.

El encuentro cerró con una invitación a continuar trabajando en red, visibilizando el rostro femenino de la migración, promoviendo políticas públicas, fortaleciendo las redes pastorales y, sobre todo, colocando a las mujeres migrantes como protagonistas de su historia, como “maestras de esperanza”, porque en sus luchas, sus duelos y sus sueños, también camina Dios. Y en ellas, también se revela el rostro de la esperanza.

25 de junio de 2025
Fuente: CELAM
CEV Medios