Categoría: Papa Francisco

09
Sep

Papa Francisco: Buscar el bien común es misión de todo cristiano

Vaticano.- La mañana del miércoles 9 de septiembre tiene lugar la Audiencia General del Papa Francisco con la presencia de fieles, venidos de Italia y de diversas partes del mundo. Es la segunda que se realiza en el Patio de San Dámaso. Durante la catequesis, el Papa Francisco se refirió al hecho de que este tiempo en que como humanidad enfrentamos la pandemia del Covid-19, podría ser un momento oportuno porque “podemos salir mejores si buscamos todos juntos el bien común, si hacemos lo contrario, saldremos peor”. También hace notar que muchas realidades amenazan esta búsqueda y enumera algunas: “hay quien quisiera apropiarse de posibles soluciones, como en el caso de las vacunas” otros fomentan divisiones para buscar ventajas “económicas o políticas, generando o aumentando conflictos”, así como hay otros que “no se interesan por el sufrimiento de los demás”. La respuesta cristiana El Papa Francisco subraya que “La respuesta cristiana a la pandemia y a las consecuentes crisis socio-económicas se basa en el amor, ante todo el amor de Dios que siempre nos precede (cfr 1 Jn 4, 19). Él nos ama primero y nos precede en el amor y en la solución. Nos ama incondicionalmente, y cuando acogemos este amor divino, entonces podemos responder de forma parecida”. Francisco insiste en la respuesta al amor de Dios: “Amo no solo a quien me ama (…) sino también a los que no me aman”. Por eso afirma con fuerza “amar a todos, incluidos los enemigos. Esta es la sabiduría cristiana. Es el punto más alto de la santidad, digámoslo así amar a los enemigos no es fácil, no es fácil. Ciertamente que es difícil, ¡diría que es un arte! Pero es un arte que se puede aprender y mejorar. El amor verdadero, que nos hace fecundos y libres, es siempre expansivo e inclusivo. Este amor cura, sana y hace bien”. Dimensiones del amor Francisco afirma que el amor no se limita a las relaciones entre dos o tres personas, o a los amigos, o a la familia. “Incluye las relaciones cívicas y políticas (cfr Catecismo de la Iglesia Católica [CCC], 1907-1912), incluso la relación con la naturaleza (Enc. Laudato si’ [LS], 231). Como somos seres sociales y políticos, una de las más altas expresiones de amor es precisamente la social y política, decisiva para el desarrollo humano y para afrontar todo tipo de crisis (ibid., 231)”. Frutos del amor Indagando en la lógica del amor en la vida del cristiano, Francisco afirma: “Sabemos que el amor fructifica a las familias y las amistades; pero está bien recordar que fructifica también las relaciones sociales, culturales, económicas y políticas, permitiéndonos construir una “civilización del amor”, como  le gustaba decir a san Pablo VI[1] y, siguiendo sus huellas, san Juan Pablo II. Sin esta inspiración, prevalece la cultura del egoísmo, de la indiferencia, del descarte. que es desechar lo que no amo, lo que no puedo amar o aquellos que me parecen inútiles en la sociedad. Hoy en la entrada un matrimonio nos dijo: «Reza por nosotros porque tenemos un hijo discapacitado». Le pregunté: «¿Qué edad tiene? – Muchos – ¿Y qué haces? – Lo acompañamos, lo ayudamos». Toda una vida de padres para ese hijo discapacitado. Eso es amor. Y los enemigos, los oponentes políticos, incluso en nuestra opinión, parecen ser políticamente, socialmente discapacitados, pero parecen serlo. Dios sabe si lo son o no. Pero debemos amarlos, debemos dialogar, debemos construir esta civilización del amor, esta civilización política, social, de la unidad de toda la humanidad. Al contrario, guerras, divisiones, envidias, incluso guerras en la familia: porque el amor inclusivo es social, es familiar, es político… el amor lo impregna todo”. El Papa continúa desarrollando la idea de los frutos del amor al insistir: “El coronavirus nos muestra que el verdadero bien para cada uno es un bien común y, viceversa, el bien común es un verdadero bien para la persona (cfr CCC, 1905-1906). La salud, además de individual, es también un bien público. Una sociedad sana es la que cuida de la salud de todos. Un virus que no conoce barreras, fronteras o distinciones culturales y políticas debe ser afrontado con un amor sin barreras, fronteras o distinciones”. Para enfrentar este virus, afirma Francisco, se pueden generar “estructuras sociales que nos animen a compartir más que a competir, que nos permitan incluir a los más vulnerables y no descartarlos, y que nos ayuden a expresar lo mejor de nuestra naturaleza humana y no lo peor”. El Papa advierte sobre el peligro de que las soluciones a la pandemia lleven la huella del egoísmo e insiste: “quizá podamos salir del coronavirus, pero ciertamente no de la crisis humana y social que el virus ha resaltado y acentuado. Por tanto, ¡cuidado con construir sobre la arena (cfr Mt 7, 21-27)! Para construir una sociedad sana, inclusiva, justa y pacífica, debemos hacerlo encima de la roca del bien común[2]. El bien común es una roca. Y esto es tarea de todos, no solo de algún especialista. Cada ciudadano es responsable del bien común”. Una sociedad sana es la que se hace cargo de la salud de todos Francisco subraya que “el coronavirus nos muestra que el bien para cada uno es un bien para todos, que la salud de cada persona es también un bien público. Por eso, una sociedad sana es la que se hace cargo de la salud de todos”. Por eso, la respuesta a esta pandemia incluye una dimensión personal y otra social: “Si cada uno pone de su parte, y si no se deja a nadie fuera, podremos regenerar buenas relaciones a nivel comunitario, nacional, internacional y también en armonía con el ambiente (cfr LS, 236).  Lo que haces en la familia, lo que haces en el vecindario, lo que haces en el pueblo, lo que haces en la gran ciudad e internacionalmente es lo mismo, es la misma semilla que crece, crece, crece y da fruto. Si en la familia, en el vecindario empiezas con la envidia, con la lucha será la guerra al final. En cambio, si

07
Sep

Papa Francisco en el Ángelus: El chismorreo es una peste peor que el Covid

Vaticano.- El Pontífice habla de la corrección fraterna y asegura que es un hábito saludable “para que en nuestras comunidades se puedan establecer siempre nuevas relaciones fraternas, basadas en el perdón mutuo y, sobre todo, en la fuerza invencible de la misericordia de Dios” Este mediodía el Papa Francisco se ha asomado desde el balcón del Palacio Apostólico para reflexionar sobre la “corrección fraterna” de la que habla Mateo en el Evangelio de hoy, tomado del cuarto discurso de Jesús conocido como discurso «comunitario» o «eclesial». Francisco ha asegurado que nos invita a reflexionar sobre la doble dimensión de la existencia cristiana: “aquella comunitaria, que exige la protección de la comunión, y aquella personal, que requiere la atención y el respeto de cada conciencia individual”. Además ha pedido “que la Virgen María nos ayude a hacer de la corrección fraterna un hábito saludable, para que en nuestras comunidades se puedan establecer siempre nuevas relaciones fraternas, basadas en el perdón mutuo y, sobre todo, en la fuerza invencible de la misericordia de Dios”. 3 intervenciones para corregir al hermano que se ha equivocado El Santo Padre señala que para corregir al hermano que se ha equivocado “Jesús sugiere una pedagogía de recuperación, articulada en tres pasajes”: Repréndelo entre tú y él solo En el primero, Jesús dice: «Repréndelo entre tú y él solo». Francisco explica que aquí lo que Jesús nos quiere decir es que “no debes poner su pecado delante de todos”. “Se trata – añade – de ir al hermano con discreción, no para juzgarlo, sino para ayudarlo a darse cuenta de lo que ha hecho”. “Cuántas veces hemos tenido esta experiencia que alguien viene y nos dice mira en esto te has equivocado, tendrías que cambiar esto”, quizás al principio nos enfadamos – dice el Papa – pero luego agradecemos porque es un gesto de hermandad, de comunión, de ayuda y de recuperación”. El Papa explica además que “no es fácil” poner en práctica esta enseñanza de Jesús, por varias razones: “Porque existe el temor de que el hermano o la hermana reaccione mal”, porque “a veces no hay suficiente confianza con él o ella”. Así mismo explica que, “puede suceder que a pesar de mis buenas intenciones, la primera intervención fracase” en este caso – puntualiza – “es una buena idea no desistir, sino recurrir al apoyo de algún otro hermano o hermana”. Si no te escucha: toma contigo uno o dos testigos En el segundo pasaje, Jesús dice: «Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos» (v. 16). El Papa señala que este es “un precepto de la Ley de Moisés” y que aunque parezca contra el acusado, “en realidad servía para protegerlo de falsos acusadores”. “Pero Jesús va más allá – dice el Papa – los dos testigos son pedidos no para acusar y juzgar, sino para ayudar”. De hecho, añade: “Jesús considera que este enfoque con testigos también puede fracasar, a diferencia de la Ley de Moisés, para la cual el testimonio de dos o tres era suficiente para la condena”. Si las anteriores han fracasado: díselo a la comunidad Por último, el Pontífice indica que las anteriores intervenciones pueden fracasar porque “el amor de dos o tres hermanos puede ser insuficiente” y es por eso que en este caso, Jesús añade: “díselo a la comunidad», es decir, “a la Iglesia”. Si la primera intervención fracasa, Francisco considera que es una buena idea “no desistir y que se las arregle, me lavo las manos, no, esto no es cristiano”, sino “recurrir al apoyo de algún otro hermano o hermana”. Francisco subraya que incluso esto “puede no ser suficiente” y tengamos que recurrir a “poner a nuestro hermano de nuevo en las manos de Dios”, de hecho Jesús dice: «Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el pagano y el publicano». No chismorrear de los defectos u errores de los demás  Además, pone un ejemplo: “Cuando nosotros vemos un error, un defecto, un desliz, de un hermano o una hermana, generalmente la primera cosa que hacemos es ir a contárselo a los demás, a chismosear. Y las habladurías cierran el corazón a la comunidad y cierran la unidad de la Iglesia”. Francisco se detiene para explicar que “el gran chismoso es el diablo”, “que siempre va diciendo las cosas malas de los otros, porque es el mentiroso que busca desunir a la Iglesia y de alejar a los hermanos y no hacer comunidad”. Es por eso que ha pedido por favor “que hagamos un esfuerzo para no chismosear”: “El chismorreo es una peste más fea que el Covid, peor, hagamos un esfuerzo, nada de habladurías, nada”. Por lo tanto – concluye – “no se trata de una condena sin apelación, sino del reconocimiento de que a veces nuestros intentos humanos pueden fracasar, y que sólo estando solo ante Dios puede poner a nuestro hermano ante su propia conciencia y la responsabilidad de sus actos”. “Si la cosa no va – puntualiza – silencio y oración por el hermano y hermana que se equivoca pero jamás chismorreo”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News07 de septiembre de 2020

04
Sep

Papa Francisco: Dios tiene planes de paz para el Líbano

Vaticano.- Como se anunció en la audiencia general del miércoles, el cardenal Pietro Parolin representó a Francisco en Beirut en la jornada universal de oración y ayuno. Te confiamos al Líbano, es la oración del Papa leída por el Secretario de Estado vaticano, para que «realice su vocación como mensaje de paz y fraternidad». Rodeado de micrófonos, mientras la vida de Beirut fluía alrededor, el cardenal Piertro Parolin prestó su voz a Francisco para hablar al pueblo libanés. Un breve mensaje, que el Papa le pidió difundiera durante la jornada dedicada a la oración y el ayuno por el Líbano, en el que se puede sentir el amor de Francisco y también el amor y la predilección de Dios por este país que una vez más se enfrenta a un momento difícil de su historia. El mensaje del Papa Francisco «Yo de hecho conozco los proyectos que he hecho para ustedes, dice el Señor, proyectos de paz y no de desgracia para darles un futuro lleno de esperanza”. Comienza con esta cita del profeta Jeremías, el texto escrito por el Papa para esta ocasión. La actualidad y los acontecimientos vividos en el pasado por el pueblo libanés parecen contradecir esta promesa. Pero Francisco los exhorta a confiar en la fidelidad de Dios. «Señor, creemos que vigilas sobre tu Palabra, para realizarla» escribe el Papa Francisco, «y esperamos, contra toda esperanza o desgracia. Confiar el país a Dios para un futuro pacífico El mensaje se convierte en oración, de acción de gracias y de petición: «Te damos gracias por tu amor expresado a través de la solidaridad de muchos. Te confiamos nuestro país, el Líbano, con su pueblo, sus líderes religiosos y políticos y sus jóvenes, que realice su vocación como mensaje de paz y fraternidad a la que lo has llamado. Amén». La visita de Parolin a la iglesia maronita de San Giorgio El Secretario de Estado llegó ayer a Beirut y durante el día visitó la Iglesia Maronita de San Jorge, que fue devastada el 4 de agosto por la explosión del puerto. Aquí se reunió con los líderes religiosos de la ciudad para conmemorar juntos la tragedia. «Vengo a su ciudad histórica – dijo el Cardenal Parolin – para expresar la cercanía de la Iglesia Católica en todo el mundo». «Estando a su lado, encontramos el valor para gritar juntos: ‘Basta’. Nuestro sufrimiento -continuó- puede ayudarnos a purificar nuestras intenciones y fortalecer nuestra determinación de vivir juntos en paz y dignidad, de buscar una mejor governance que promueva la responsabilidad, la transparencia y la responsabilización. Juntos podemos derrotar la violencia y todas las formas de autoritarismo, promoviendo una ciudadanía inclusiva basada en el respeto de los derechos y deberes fundamentales». La celebración de la misa en el Santuario de Harissa «Los libaneses reconstruirán su país, con la ayuda de los amigos y con el espíritu de comprensión, diálogo y convivencia que siempre los ha distinguido»: fue el aliento del Cardenal Parolin en la homilía de la misa celebrada ayer frente al Santuario de Harissa, nuestra Señora del Líbano. El Secretario de Estado subrayó la capacidad demostrada por los libaneses para resistir y levantarse de las enormes dificultades encontradas a lo largo de su historia. También esta vez sabrán hacerlo, y dijo: «La reconstrucción del Líbano tendrá lugar sólo a nivel material. Beirut, «madre de las leyes», renacerá de sus cenizas, siendo testigo del nacimiento de un nuevo enfoque de la gestión de los asuntos públicos, la res publica. Todos esperamos que la sociedad libanesa se basará mayormente en el derecho, los deberes, la transparencia, la responsabilidad colectiva y el servicio al bien común». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News04 de septiembre de 2020

03
Sep

Papa Francisco: curando el corazón humano se puede curar el mundo

Vaticano.- El Papa Francisco recibió en Audiencia a un grupo de expertos comprometidos con la causa ecológica, que colaboran con la Conferencia Episcopal de Francia. El Santo Padre habló espontáneamente y entregó a los presentes el discurso preparado. “Somos parte de una única familia humana, llamada a vivir en una casa común, donde vemos juntos, una inquietante degradación” subrayó Papa Francisco en el discurso que entregó a un grupo de expertos comprometidos con la causa ecológica, que colaboran con la Conferencia Episcopal de Francia, recibidos en Audiencia. El Santo Padre habló espontaneamente a los presentes  Interconectados “La crisis sanitaria que la humanidad está experimentando actualmente nos recuerda nuestra fragilidad -expresó en el texto preparado el Pontífice – y comprendemos hasta qué punto estamos vinculados unos a otros, insertos en un mundo cuyo devenir compartimos, y que maltratarlo sólo puede tener graves consecuencias, no sólo ambientales, sino también sociales y humanas”. Conversion profunda y duradera Al mismo tiempo, Papa Francisco reconoció que “es gratificante que la toma de conciencia de la urgencia de la situación se perciba ahora en todas partes, que la cuestión de la ecología impregne cada vez más las formas de pensar a todos los niveles y que empiece a influir en las opciones políticas y económicas, aunque quede mucho por hacer y sigamos viendo demasiada lentitud e incluso retrocesos”. Por su parte, expresó que Iglesia Católica desea participar plenamente en el compromiso de la protección de la casa común, actuando «concretamente donde sea posible, y sobre todo quiere formar conciencias para fomentar una conversión ecológica profunda y duradera, que es la única que puede responder a los importantes desafíos que debemos enfrentar”. A continuación, en vistas a la conversión ecológica, el Pontífice subrayó “el modo en que las convicciones de fe ofrecen a los cristianos una gran motivación para la protección de la naturaleza, así como para los hermanos más frágiles”. El Santo Padre aseguró que “la ciencia y la fe, que proponen diferentes enfoques de la realidad, pueden desarrollar un diálogo intenso y fructífero”. Cultivar, proteger, hacer crecer A partir de la Sagrada Escritura, Papa Francisco recordó que “la Biblia nos enseña que el mundo no nació del caos o del azar, sino de una decisión de Dios que lo llamó y siempre lo llama a la existencia, por amor”. Por esa razón, “el cristiano sólo puede respetar el trabajo que el Padre le ha confiado, como un jardín para cultivar, proteger, hacer crecer según sus posibilidades”. El hombre “no puede considerarse en modo alguno como su propietario o déspota, sino sólo como el administrador que tendrá que rendir cuentas de su gestión” afirmó el Pontífice. “Por lo tanto, todo está conectado. Es la misma indiferencia, el mismo egoísmo, la misma codicia, el mismo orgullo, la misma pretensión de ser el amo y el déspota del mundo lo que lleva a los seres humanos, por una parte, a destruir las especies y a saquear los recursos naturales, por otra, a explotar la miseria, a abusar del trabajo de las mujeres y de los niños, a derogar las leyes de la célula familiar, a no respetar ya el derecho a la vida humana desde la concepción hasta el fin natural.” Curación del corazón humano Citando la encíclica Laudato si’ el Santo Padre expresó: “si la crisis ecológica es una eclosión o una manifestación externa de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad, no podemos pretender sanar nuestra relación con la naturaleza y el ambiente sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano”. De este modo, “no habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano, y es mediante la curación del corazón humano que se puede esperar curar al mundo de su malestar social y ambiental”. El Santo Padre concluyó el discurso entregado renovando su aliento por los esfuerzos para proteger el medio ambiente, recordando que “mientras que las condiciones del planeta pueden parecer catastróficas y ciertas situaciones parecen incluso irreversibles, nosotros los cristianos no perdemos la esperanza, porque tenemos los ojos puestos en Jesucristo”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News03 septiembre de 2020

02
Sep

Migrantes: el drama de los menores no acompañados

Vaticano.- Cinco años después de la muerte del pequeño Alan, el niño sirio ahogado en un naufragio frente a la costa turca, son más de doscientos mil los menores extranjeros no acompañados que llegaron a Europa y que fueron dejados a destinos inciertos, muchos de los cuales sin seguridad ni protección. La denuncia se lee en el nuevo informe de Save the Children Las imágenes del pequeño Alan, el niño sirio de 3 años que murió en el naufragio en el que también perdieron la vida su hermanito, Ghalib, y su madre, Rehanna, dieron la vuelta al mundo en el 2015, suscitando dolor y conmoción por una tragedia que, desgraciadamente, se ha repetido de forma trágica. Más de doscientos mil menores extranjeros no acompañados, que huyen de conflictos, persecuciones o violencias, han solicitado asilo en Europa en los últimos cinco años, pero es probable que el número de niños y jóvenes que han llegado sea mucho mayor. En efecto, muchos de ellos se ven obligados a vivir en la sombra, con el riesgo de ser explotados y abusados. Así lo afirma el nuevo informe “Protection Beyond Reach” de Save the Children, la Organización que desde hace más de cien años se ocupa de los niños. Casi 700 niños perdieron la vida en la travesía del Mediterráneo Raffaela Milano, Directora de los Programas Italia-Europa de Save the Children, dice a Vatican News: “Después de esa tragedia, todos recordamos el gran compromiso de las Instituciones a nivel europeo al decir: ¡Nunca más! Lo que sucedió no debería haber vuelto a pasar. Lamentablemente, cinco años después, debemos decir que no fue así. Basta pesar que unos setecientos niños perdieron la vida en la travesía del Mediterráneo” Tímidas señales en el progreso a nivel europeo Si bien en el ámbito europeo se han hecho algunos progresos y se han iniciado buenas prácticas – señala además Raffaela Milano – la tragedia de la inmigración forzada, que afecta a tantos niños, lamentablemente no ha cesado. Se menciona la aprobación en Italia de la ley Zampa, que se refiere a la acogida y protección de los niños extranjeros que llegan sin padres o adultos de referencia, y la experimentación en Europa de formas de recolocación y de corredores humanitarios. Y añade: “Sin embargo, son señales bastante tímidas. Estas buenas prácticas deberían adquirir una consistencia que no existe en la actualidad” Las cifras del fenómeno en Europa La mayoría de los más de doscientos mil menores no acompañados que llegaron a Europa en busca de asilo, según el informe «Protection Beyond Reach», procede de Afganistán, Siria y Eritrea y acaba quedándose en Alemania, Grecia, Italia y Suecia. No obstante, de un total de unos treinta y cinco mil solicitantes de asilo, recolocados por Grecia e Italia en los últimos cinco años, sólo ochocientos veintitrés eran menores no acompañados. Mientras tanto, las llegadas por mar a Grecia casi se duplicaron entre los años 2018 y 2019 (de treinta y dos mil a sesenta mil personas). Niños, antes que migrantes A la espera de que el «Pacto Asilo y Migración» que está definiendo Europa inspire nuevas medidas en este ámbito, Save the Children pide que los derechos de los niños estén en el centro de estas decisiones y que la Unión Europea y sus dirigentes se aseguren de que se tomen medidas para garantizar la seguridad de los menores vulnerables. Dice también Milano: “Concretamente pedimos que en el Pacto haya caminos protegidos, recordando que hablamos de niños y adolescentes, antes que de migrantes y refugiados y, por lo tanto, hay derechos inalienables que Europa debe respetar para ocuparse de ellos” Doce millones de menores refugiados en el mundo El drama de los refugiados y de los desplazados internos, de los que tienen que abandonar sus tierras y sus hogares por necesidad, atañe al mundo entero. De ahí la afirmación de la Directora Milano al concluir: “Es más, hay áreas mayormente afectadas que Europa. Como Save the Children, hemos estimado la existencia en el mundo de doce millones de niños refugiados que viven en campamentos superpoblados y que hoy en día también se enfrentan a la emergencia sanitaria debida a la pandemia. Y son niños que a menudo ni siquiera tienen acceso a un derecho esencial, como el de la educación y la enseñanza” Prensa CEVNota de prensa de Vatican News02 de septiembre de 2020

02
Sep

Papa Francisco en la Audiencia General: la solidaridad es hoy más necesaria que nunca

Vaticano.- El Papa Francisco ha reanudado las Audiencias Generales con la presencia de fieles. Este miércoles 2 de septiembre de 2020, después de casi seis meses, el Pontífice se reunió con varios cientos de fieles en el patio de san Dámaso. El tema central de la catequesis fue la solidaridad, de la que afirmó, “es una cuestión de justicia”. La mañana de este 2 de septiembre, los fieles comenzaron a llegar desde temprano a la Plaza de San Pedro para luego dirigirse al patio de san Dámaso, donde tuvo lugar la Audiencia General. El Papa, al comenzar la catequesis valoró la belleza del encuentro cara a cara. Para salir de la crisis, la solidaridad El tema central de la catequesis de este día fue la solidaridad. El Papa afirmó, en relación con la pandemia: “para salir mejor de esta crisis, debemos hacerlo juntos, en solidaridad”. Francisco comenzó planteando que el origen común de todos los humanos es Dios y “vivimos en una casa común, el planeta-jardín en el que Dios nos ha puesto; y tenemos un destino común en Cristo”. Sin embargo, afirmó que cuando optamos por la dinámica contraria a este origen común, “nuestra interdependencia se convierte en dependencia de unos hacia otros, aumentando la desigualdad y la marginación; se debilita el tejido social y se deteriora el ambiente”. La solidaridad, más necesaria que nunca El Papa puso en evidencia la dinámica de la solidaridad, que permite que nos veamos como interdependientes y esta nos “enseña que sólo siendo solidarios podremos salir adelante, pues de lo contrario surgen desigualdad, egoísmos, injusticia y marginación”.    Para el Papa no hay solidaridad que se ubique fuera de la justicia, al contrario: “La solidaridad es una cuestión de justicia, un cambio de mentalidad que nos conduzca a pensar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes de parte de unos pocos”, por eso insiste en que para que nuestra interdependencia sea solidaria y dé frutos “se debe fundarse en el respeto a nuestros semejantes y a la creación”. Esta manera de entender la vida y mi relación con Dios, con los hermanos y con la naturaleza, afirma el Papa, “Supone crear una nueva mentalidad que piense en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos» (Exort. ap. Evangelii gaudium, 188). abel y la solidaridad Francisco recordó el pasaje bíblico de la Torre de Babel (cfr Gen 11, 1-9) que “describe lo que sucede cuando tratamos de llegar al cielo – nuestra meta – ignorando el vínculo con la humanidad, con la creación y con el Creador” y lo puso en contraste con la experiencia de Pentecostés: “Es allí donde Dios se hace presente con la fuerza de su Espíritu Santo, que inspira la fe de la comunidad unida en la diversidad y la solidaridad, y la impulsa a sanar las estructuras y los procesos sociales enfermos de injusticia y opresión”. “Con Pentecostés, Dios se hace presente e inspira la fe de la comunidad unida en la diversidad y en la solidaridad. Una diversidad solidaria posee los “anticuerpos” para que la singularidad de cada uno – que es un don, único e irrepetible – no se enferme de individualismo, de egoísmo”, insistió Francisco. El Obispo de Roma concluyó la catequesis subrayó: “La solidaridad es, por tanto, el único camino posible hacia un mundo post-pandemia, y el remedio para curar las enfermedades interpersonales y sociales que afligen a nuestro mundo actual”. Cuando finalizó la catequesis, saludó a los fieles de lengua española y oró por ellos diciendo: “Pido al Señor que nos conceda la gracia de una solidaridad guiada por la fe, para que el amor a Dios nos mueva a generar nuevas formas de hospitalidad familiar, de fraternidad fecunda y de acogida a los hermanos más frágiles, especialmente a los descartados por nuestras sociedades globalizadas. Que Dios los bendiga”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News02 de septiembre de 2020

02
Sep

Papa Francisco invita a una jornada de oración y ayuno por el Líbano

Vaticano.- Al finalizar la Audiencia general, Papa Francisco invitó a vivir un día universal de oración y ayuno por el Líbano, el próximo viernes 4 de septiembre. “El Líbano es un mensaje de libertad, un ejemplo de pluralismo tanto para el Este como para el Oeste” expresó el Pontífice. “Un mes después de la tragedia que golpeó a la ciudad de Beirut, mis pensamientos se dirigen de nuevo al querido Líbano y a su población particularmente afligida”: expresó Papa Francisco esta mañana al finalizar la Audiencia general realizada en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico. “El Líbano no puede ser abandonado en su soledad”, afirmó el Papa, junto a un sacerdote libanés que se acercó con una bandera de su país. “Durante más de cien años –continuó el Pontífice-, el Líbano ha sido un país de esperanza”. Recordó que incluso durante los períodos más oscuros de su historia, “los libaneses han mantenido su fe en Dios y han demostrado su capacidad para hacer de su tierra un lugar de tolerancia, respeto y convivencia, único en la región”. Por estas razones, “el Líbano representa algo más que un Estado: el Líbano es un mensaje de libertad, un ejemplo de pluralismo tanto para el Este como para el Oeste”. Papa Francisco reconoció que “por el bien del país, pero también del mundo, no podemos permitir que esta herencia se pierda”. Asimismo, animó a todos los libaneses “a seguir esperando y a encontrar la fuerza y la energía necesarias para empezar de nuevo”. A los políticos y a los líderes religiosos, “que se comprometan con sinceridad y transparencia en la labor de reconstrucción, dejando de lado los intereses partidistas y mirando al bien común y al futuro de la nación”. Al mismo tiempo, renovó la invitación a la comunidad internacional “para que apoye al país a salir de la grave crisis, sin involucrarse en tensiones regionales”. Finalmente, se dirigió a los habitantes de Beirut, “que han sido duramente golpeados por la explosión”, animándolos a tener coraje y que la fe y la oración sean su fuerza. El Santo padre, pidió que no abandonasen sus hogares y su herencia: “no dejen caer los sueños de aquellos que creyeron en el futuro de un hermoso y próspero país”. “Queridos pastores, obispos, sacerdotes, consagrados, laicos, continúen acompañando a sus fieles y a ustedes, obispos y sacerdotes, les pido celo apostólico, les pido pobreza, no lujo. Pobreza con su pobre gente que está sufriendo. Den ejemplo de pobreza y humildad. Ayuden a sus fieles y a su pueblo a levantarse y ser protagonistas de un nuevo renacimiento. Sean todos trabajadores de la armonía y la renovación en nombre del interés común, de una verdadera cultura del encuentro, de la convivencia en paz, de la fraternidad, una palabra tan querida por San Francisco”. Papa Francisco, concluyó invitando a todos a vivir un día universal de oración y ayuno por el Líbano, el próximo viernes 4 de septiembre. “Tengo la intención de enviar un representante mío al Líbano ese día para acompañar a la población –expreso el Santo Padre-. Ese día el Secretario de Estado irá en mi nombre. Irá, para expresar mi cercanía y solidaridad. Ofrecemos nuestras oraciones por todo el Líbano y por Beirut. También estemos cerca con el compromiso concreto de la caridad, como en otras ocasiones similares. También invito a los hermanos y hermanas de otras confesiones y tradiciones religiosas a asociarse a esta iniciativa de la manera que consideren más apropiada, pero todos juntos”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News02 de septiembre de 2020

01
Sep

Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación

Caracas.- Este año 2020, del 01 de septiembre al 04 de octubre, día de San Francisco de Asís, se celebrará el Jubileo de la Tierra, para conmemorar el establecimiento, hace 50 años, del Día de la Tierra” que da inicio con el Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. El Papa Francisco a promulgado un mensaje en ocasión a esta jornada. A continuación, el texto íntegro del Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación: «Declararéis santo el año cincuenta y promulgaréis por el país liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo» (Lv 25,10) Queridos hermanos y hermanas: Cada año, en particular desde la publicación de la Carta encíclica Laudato si’ (LS, 24 mayo 2015), el primer día de septiembre la familia cristiana celebra la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, con la que comienza el Tiempo de la Creación, que finaliza el 4 de octubre, en memoria de san Francisco de Asís. En este período, los cristianos renuevan en todo el mundo su fe en Dios creador y se unen de manera especial en la oración y tarea a favor de la defensa de la casa común. Me alegra que el tema elegido por la familia ecuménica para la celebración del Tiempo de la Creación 2020 sea “Jubileo de la Tierra”, precisamente en el año en el que se cumple el cincuentenario del Día de la Tierra. En la Sagrada Escritura, el Jubileo es un tiempo sagrado para recordar, regresar, descansar, reparar y alegrarse. 1. Un tiempo para recordar Estamos invitados a recordar sobre todo que el destino último de la creación es entrar en el “sábado eterno” de Dios. Es un viaje que se desarrolla en el tiempo, abrazando el ritmo de los siete días de la semana, el ciclo de los siete años y el gran Año Jubilar que llega al final de siete años sabáticos. El Jubileo es también un tiempo de gracia para hacer memoria de la vocación original de la creación con vistas a ser y prosperar como comunidad de amor. Existimos sólo a través de las relaciones: con Dios creador, con los hermanos y hermanas como miembros de una familia común, y con todas las criaturas que habitan nuestra misma casa. «Todo está relacionado, y todos los seres humanos estamos juntos como hermanos y hermanas en una maravillosa peregrinación, entrelazados por el amor que Dios tiene a cada una de sus criaturas y que nos une también, con tierno cariño, al hermano sol, a la hermana luna, al hermano río y a la madre tierra» (LS, 92). Por lo tanto, el Jubileo es un momento para el recuerdo, para conservar la memoria de nuestra existencia interrelacional. Debemos recordar constantemente que «todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás» (LS, 70). 2. Un tiempo para regresar El Jubileo es un momento para volver atrás y arrepentirse. Hemos roto los lazos que nos unían al Creador, a los demás seres humanos y al resto de la creación. Necesitamos sanar estas relaciones dañadas, que son esenciales para sostenernos a nosotros mismos y a todo el entramado de la vida. El Jubileo es un tiempo para volver a Dios, nuestro creador amoroso. No se puede vivir en armonía con la creación sin estar en paz con el Creador, fuente y origen de todas las cosas. Como señaló el papa Benedicto, «el consumo brutal de la creación comienza donde no está Dios, donde la materia es sólo material para nosotros, donde nosotros mismos somos las últimas instancias, donde el conjunto es simplemente una propiedad nuestra» (Encuentro con el Clero de la Diócesis de Bolzano-Bressanone, 6 agosto 2008). El Jubileo nos invita a pensar de nuevo en los demás, especialmente en los pobres y en los más vulnerables. Estamos llamados a acoger de nuevo el proyecto original y amoroso de Dios para la creación como una herencia común, un banquete para compartir con todos los hermanos y hermanas en un espíritu de convivencia; no en una competencia desleal, sino en una comunión gozosa, donde nos apoyamos y protegemos mutuamente. El Jubileo es un momento para dar libertad a los oprimidos y a todos aquellos que están encadenados a las diversas formas de esclavitud moderna, incluida la trata de personas y el trabajo infantil. También debemos volver a escuchar la tierra, que las Escrituras indican como adamah, el lugar del que fue formado el hombre, Adán. Hoy la voz de la creación nos urge, alarmada, a regresar al lugar correcto en el orden natural, a recordar que somos parte, no dueños, de la red interconectada de la vida. La desintegración de la biodiversidad, el vertiginoso incremento de los desastres climáticos, el impacto desigual de la pandemia en curso sobre los más pobres y frágiles son señales de alarma ante la codicia desenfrenada del consumo. Particularmente durante este Tiempo de la Creación, escuchamos el latido del corazón de todo lo creado. En efecto, esta ha sido dada para manifestar y comunicar la gloria de Dios, para ayudarnos a encontrar en su belleza al Señor de todas las cosas y volver a él (cf. S. Buenaventura, In II Sent., I, 2,2, q.1, concluido; Brevil., II, 5.11). La tierra de la que fuimos extraídos es, por tanto, un lugar de oración y meditación: «Despertemos el sentido estético y contemplativo que Dios puso en nosotros» (Exhort. ap. Querida Amazonia, 56). La capacidad de maravillarnos y contemplar es algo que podemos aprender especialmente de los hermanos y hermanas indígenas, que viven en armonía con la tierra y sus múltiples formas de vida. 3. Un tiempo para descansar En su sabiduría, Dios reservó el sábado para que la tierra y sus habitantes pudieran reposar y reponerse. Hoy, sin embargo, nuestro estilo de vida empuja al planeta más allá de sus límites. La continua demanda de crecimiento y el incesante ciclo de producción y consumo están agotando

01
Sep

Papa Francisco sobre el Jubileo de la Tierra: Por un mundo más justo, pacífico y sostenible

Vaticano.- El Papa Francisco ha dado a conocer un mensaje con ocasión de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que marca el inicio del Jubileo de la tierra. En su comunicación ha recordado que “En la Sagrada Escritura, el Jubileo es un tiempo sagrado para recordar, regresar, descansar, reparar y alegrarse”. Desde la publicación de la encíclica Laudato si’, el 24 mayo 2015, el día 1 de septiembre los cristianos celebran la Jornada mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, fecha con la que comienza el Tiempo de la Creación y que finaliza el 4 de octubre, en memoria de san Francisco de Asís. A propósito de esta celebración, Francisco afirma: “En este período, los cristianos renuevan en todo el mundo su fe en Dios creador y se unen de manera especial en la oración y tarea a favor de la defensa de la casa común”. Este año el Papa ha publicado un mensaje para todos los cristianos y personas de buena voluntad en el que se hace una profunda reflexión sobre la necesidad de tomar acciones decisivas para cuidar la tierra y a las personas que la habitamos, particularmente los más pobres y vulnerables. Por esta razón habla de la necesidad de la justicia restaurativa que lleve a la cancelación de la deuda de los países pobres, así como tomar el modelo de los pueblos indígenas porque ellos nos enseñan cómo cuidar del planeta y de sus recursos. “Me alegra que el tema elegido por la familia ecuménica para la celebración del Tiempo de la Creación 2020 sea “Jubileo de la Tierra”, precisamente en el año en el que se cumple el cincuentenario del Día de la Tierra” declaró el Papa en su mensaje. “En la Sagrada Escritura, el Jubileo es un tiempo sagrado para recordar, regresar, descansar, reparar y alegrarse.” Tiempo para recordar Francisco desarrolla esta faceta afirmando que el jubileo “Es un viaje que se desarrolla en el tiempo, abrazando el ritmo de los siete días de la semana, el ciclo de los siete años y el gran Año Jubilar que llega al final de siete años sabáticos”. El Papa afirma que es un tiempo de gracia para hacer memoria que la vocación de la creación es “prosperar como comunidad de amor”, por eso subraya: “Existimos sólo a través de las relaciones: con Dios creador, con los hermanos y hermanas como miembros de una familia común, y con todas las criaturas que habitan nuestra misma casa (…) Debemos recordar constantemente que «todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás» (LS, 70), insiste Francisco. Tiempo para regresar El Obispo de Roma analiza otra faceta: “el Jubileo es un momento para volver atrás y arrepentirse”. Esto porque precisamente hemos roto lazos, con el creador, con los hermanos y con la creación, porque “No se puede vivir en armonía con la creación sin estar en paz con el Creador, fuente y origen de todas las cosas”. El Pontífice añade: “El Jubileo nos invita a pensar de nuevo en los demás, especialmente en los pobres y en los más vulnerables (…) es un momento para dar libertad a los oprimidos y a todos aquellos que están encadenados a las diversas formas de esclavitud moderna, incluida la trata de personas y el trabajo infantil”. “También debemos volver a escuchar la tierra” dice Francisco y prosigue: “Hoy la voz de la creación nos urge, alarmada, a regresar al lugar correcto en el orden natural, a recordar que somos parte, no dueños, de la red interconectada de la vida. La desintegración de la biodiversidad, el vertiginoso incremento de los desastres climáticos, el impacto desigual de la pandemia en curso sobre los más pobres y frágiles son señales de alarma ante la codicia desenfrenada del consumo”. El Papa lanza a los fieles el llamado a escuchar los latidos del corazón de todo lo creado y dice: “Despertemos el sentido estético y contemplativo que Dios puso en nosotros (Exhort. ap. Querida Amazonia, 56). “»La capacidad de maravillarnos y contemplar es algo que podemos aprender especialmente de los hermanos y hermanas indígenas, que viven en armonía con la tierra y sus múltiples formas de vida”” Tiempo para descansar Francisco llama la atención sobre hacia dónde nos empuja el estilo de vida que practicamos: “empuja al planeta y a quienes lo habitamos más allá de sus límites (…) La continua demanda de crecimiento y el incesante ciclo de producción y consumo están agotando el medio ambiente. Los bosques se desvanecen, el suelo se erosiona, los campos desaparecen, los desiertos avanzan, los mares se vuelven ácidos y las tormentas se intensifican: ¡la creación gime!” Ante esta realidad, el Papa insiste en plantear otro elemento al que nos invita el jubileo: “Hoy necesitamos encontrar estilos de vida equitativos y sostenibles, que restituyan a la Tierra el descanso que se merece, medios de subsistencia suficientes para todos, sin destruir los ecosistemas que nos mantienen”. Francisco ve que la pandemia además de traernos el sufrimiento y dolor, también “nos ha llevado de alguna manera a redescubrir estilos de vida más sencillos y sostenibles”, por eso insiste: “Se pudo comprobar cómo la Tierra es capaz de recuperarse si la dejamos descansar: el aire se ha vuelto más limpio, las aguas más transparentes, las especies animales han regresado a muchos lugares de donde habían desaparecido. La pandemia nos ha llevado a una encrucijada. Necesitamos aprovechar este momento decisivo para acabar con actividades y propósitos superfluos y destructivos, y para cultivar valores, vínculos y proyectos generativos (…) Es necesario eliminar de nuestras economías los aspectos no esenciales y nocivos y crear formas fructíferas de comercio, producción y transporte de mercancías”. Tiempo para reparar “El Jubileo es un momento para reparar la armonía original de la creación y sanar las relaciones humanas perjudicadas” afirma Francisco, por eso este tiempo “Nos invita a restablecer relaciones sociales equitativas, restituyendo la libertad

31
Ago

Papa Francisco: el 1 de septiembre inicia el “Jubileo de la Tierra”

Vaticano.- Después del rezo del ángelus, el Papa Francisco recordó que del 1 de septiembre al 4 de octubre se celebrará el “Jubileo de la Tierra”, que comenzará con el Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. También lamentó el desastre ambiental en la isla Mauricio. El papa Francisco después de promulgar la encíclica Laudato si’, en la que invita a una “conversión ecológica”, estableció el 1 de septiembre como Jornada de Oración por el cuidado de la Creación. Este año, el Papa recordó, después del rezo del ángelus, que del 1 de septiembre al 4 de octubre “celebraremos con nuestros hermanos y hermanas, cristianos de diversas Iglesias y tradiciones el «Jubileo de la Tierra», para conmemorar el establecimiento, hace 50 años, del Día de la Tierra” y que dará inicio con el Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. Cuidar la creación. Retos para los cristianos Francisco en el mensaje que dirigió al mundo hace un año para esta fecha afirmaba: «Dios vio que era bueno» (Gn 1,25). La mirada de Dios, al comienzo de la Biblia, se fija suavemente en la creación. Desde la tierra para habitar hasta las aguas que alimentan la vida, desde los árboles que dan fruto hasta los animales que pueblan la casa común, todo es hermoso a los ojos de Dios, quien ofrece al hombre la creación como un precioso regalo para custodiar. Y observando la respuesta que los cristianos damos a la misión de cuidar la creación afirmó: Trágicamente, la respuesta humana a ese regalo ha sido marcada por el pecado, por la barrera en su propia autonomía, por la codicia de poseer y explotar. Egoísmos e intereses han hecho de la creación —lugar de encuentro e intercambio—, un teatro de rivalidad y enfrentamientos. El Papa busca la raíz de esta respuesta, por eso dice: En la raíz, hemos olvidado quiénes somos: criaturas a imagen de Dios (cf. Gn 1,27), llamadas a vivir como hermanos y hermanas en la misma casa común. No fuimos creados para ser individuos que mangonean; fuimos pensados y deseados en el centro de una red de vida compuesta por millones de especies unidas amorosamente por nuestro Creador. Es la hora de redescubrir nuestra vocación como hijos de Dios, hermanos entre nosotros, custodios de la creación. Por eso el Obispo de Roma lanza una invitación: Este es el tiempo para reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre cómo nuestra elección diaria en términos de alimentos, consumo, desplazamientos, uso del agua, de la energía y de tantos bienes materiales a menudo son imprudentes y perjudiciales. Nos estamos apoderando demasiado de la creación. ¡Elijamos cambiar, adoptar estilos de vida más sencillos y respetuosos!  El Papa se refiere al desastre ambiental en la isla Mauricio Después del rezo del ángelus, el Papa Francisco se refirió al desastre ambiental sucedido en la Isla Mauricio y que ha sido provocado después que el buque japonés MV Wakashio, con 3,800 toneladas de combustible y 200 de gasóleo, quedó varado durante dos semanas en Pointe d’Esny, una zona protegida cerca del parque marino de Blue Bay, situación que ha puesto en peligro el frágil ecosistema. El Papa saludó “las diversas iniciativas promovidas en todas partes del mundo y, entre ellas, el Concierto celebrado hoy en la Catedral de Port-Louis, capital de Mauricio, donde lamentablemente se ha producido recientemente un desastre ambiental. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News31 de agosto de 2020