Categoría: Papa Francisco

24
Dic

Papa Francisco en vigilia de Navidad: «Jesús, el Hijo que me hace hijo»

Vaticano.- Miles de fieles de todo el mundo se han unido a la celebración, por medios electrónicos, a la misa de la noche de Navidad, celebrada este 24 de diciembre por el Papa Francisco en el Vaticano. El Papa comenzó la homilía subrayando la alegría y los cambios que la llegada de un hijo genera en las familias: “Es algo extraordinario, que lo cambia todo, que pone en movimiento energías impensables y nos hace superar la fatiga, la incomodidad y las noches de insomnio, porque trae una felicidad indescriptible, ante la cual ya nada pesa”. Seguidamente, hizo el paralelo con la celebración del nacimiento del niño Jesús: “el nacimiento de Jesús es la novedad que cada año nos permite nacer interiormente de nuevo y encontrar en Él la fuerza para afrontar cada prueba”, afirma el Papa. A continuación, el Papa puso en evidencia que la palabra ‘para’ se repite varias veces en los textos bíblicos que se leen el día de hoy y profundiza en ello: ¿Pero qué significa este para nosotros? Que el Hijo de Dios, el bendito por naturaleza, viene a hacernos hijos bendecidos por gracia. Sí, Dios viene al mundo como hijo para hacernos hijos de Dios. ¡Qué regalo tan maravilloso! Hoy Dios nos asombra y nos dice a cada uno: “Tú eres una maravilla”. Hermana, hermano, no te desanimes. ¿Estás tentado de sentirte fuera de lugar? Dios te dice: “No, ¡tú eres mi hijo!”. ¿Tienes la sensación de no lograrlo, miedo de no estar a la altura, temor de no salir del túnel de la prueba? Dios te dice: “Ten valor, yo estoy contigo”. No te lo dice con palabras, sino haciéndote hijo como tú y por ti, para recordarte cuál es el punto de partida para que empieces de nuevo: reconocerte como hijo de Dios, como hija de Dios. El Papa subraya que: “Este es el corazón indestructible de nuestra esperanza, el núcleo candente que sostiene la existencia: más allá de nuestras cualidades y de nuestros defectos, más fuerte que las heridas y los fracasos del pasado, que los miedos y la preocupación por el futuro, se encuentra esta verdad: somos hijos amados. Y el amor de Dios por nosotros no depende y no dependerá nunca de nosotros: es amor gratuito, pura gracia”. El Padre nos ha dado a su Hijo “El Padre no nos ha dado algo, sino a su mismo Hijo unigénito, que es toda su alegría”, dice Francisco y contrasta la generosidad de Dios con nuestra respuesta: “si miramos la ingratitud del hombre hacia Dios y la injusticia hacia tantos de nuestros hermanos, surge una duda: ¿Ha hecho bien el Señor en darnos tanto, hace bien en seguir confiando en nosotros? ¿No nos sobrevalora? Sí, nos sobrevalora, y lo hace porque nos ama hasta el extremo (…) Él es así, tan diferente a nosotros. Siempre nos ama, más de lo que nosotros mismos seríamos capaces de amarnos”, insiste el Papa, quien a continuación afirma: “Sólo el amor de Jesús transforma la vida, sana las heridas más profundas y nos libera de los círculos viciosos de la insatisfacción, de la ira y de la lamentación”. El Rey que nace en medio de la pobreza Francisco se pregunta: “¿Por qué nació en la noche, sin alojamiento digno, en la pobreza y el rechazo, cuando merecía nacer como el rey más grande en el más hermoso de los palacios? ¿Por qué?” A esto responde: “El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios. Vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura”. Dios hace cosas grandes de nuestra pobreza El Papa detiene su mirada sobre el pesebre, sobre el lugar donde Jesús reposa, justo después de nacer y dice: “Puso toda nuestra salvación en el pesebre de un establo y no tiene miedo a nuestra pobreza. ¡Dejemos que su misericordia transforme nuestras miserias!” Jesús nace para nosotros Francisco invita a fijar la mirada en ¿para quién nace Jesús? La primera respuesta es para los pastores, que identifican en aquel niño la presencia de Dios. El Papa, mirándonos a nosotros, dice: Este signo, el Niño en el pesebre, es también para nosotros, para guiarnos en la vida. En Belén, que significa “Casa del Pan”, Dios está en un pesebre, recordándonos que lo necesitamos para vivir, como el pan para comer. Necesitamos dejarnos atravesar por su amor gratuito, incansable, concreto. Cuántas veces en cambio, hambrientos de entretenimiento, éxito y mundanidad, alimentamos nuestras vidas con comidas que no sacian y dejan un vacío dentro. El Señor, por boca del profeta Isaías, se lamenta de que mientras el buey y el asno conocen su pesebre, nosotros, su pueblo, no lo conocemos a Él, fuente de nuestra vida (cf. Is 1,2-3). Es verdad, afirma Francisco: “insaciables de poseer, nos lanzamos a tantos pesebres de vanidad, olvidando el pesebre de Belén. Ese pesebre, pobre en todo y rico de amor, nos enseña que el alimento de la vida es dejarse amar por Dios y amar a los demás”. Dios nació niño para alentarnos a cuidar de los demás “Dios nació niño para alentarnos a cuidar de los demás. Su llanto tierno nos hace comprender lo inútiles que son nuestros muchos caprichos. Su amor indefenso, que nos desarma, nos recuerda que el tiempo que tenemos no es para autocompadecernos, sino para consolar las lágrimas de los que sufren”, subraya Francisco, y añade: “Dios viene a habitar entre nosotros, pobre y necesitado, para decirnos que sirviendo a los pobres lo amaremos. Desde esta noche, como escribió una poetisa, «la residencia de Dios está junto a mí. La decoración es el amor» (E. Dickinson, Poems, XVII)”. El Obispo de Roma concluyó la homilía uniendo su voz a la voz de tantas conciencias que esperan en el Niño Jesús: “Un hijo se nos ha dado. Eres tú, Jesús, el Hijo que me hace hijo. Me amas como soy, no como yo me sueño. Al abrazarte, Niño del pesebre, abrazo de nuevo mi vida. Acogiéndote, Pan de

23
Dic

Catequesis del Papa: «pidamos la gracia del estupor contemplando el pesebre»

Vaticano.- El Papa Francisco ofrece algunos puntos de reflexión en preparación a la celebración de la Navidad: “no es una fiesta sentimental o consumista, rica de regalos pero pobre de fe cristiana”. También ha invitado a contemplar el pesebre y seguir el camino de la ternura que nos muestra Jesús. Como cada miércoles, esta mañana el Pontífice ha celebrado su Audiencia General y ha pronunciado una catequesis propia para este tiempo en el que nos encontramos, ofreciendo algunos puntos para prepararse a la celebración de la Navidad. El primer punto de reflexión ha sido el consumismo que ha secuestrado la Navidad: “Es importante que no se reduzca a fiesta solamente sentimental o consumista, rica de regalos y de felicitaciones pero pobre de fe cristiana. Por tanto, es necesario frenar una cierta mentalidad mundana, incapaz de captar el núcleo incandescente de nuestra fe”. Francisco, insiste en que el cristiano “sabe que la Navidad es un evento decisivo, un fuego perenne que Dios ha encendido en el mundo, y no puede ser confundido con las cosas efímeras” de hecho – dice – incluso quien no cree “percibe la fascinación de esta festividad”. Por otro lado recuerda que la Navidad también nos invita a reflexionar, por una parte, sobre la dramaticidad de la historia, “en la cual los hombres, heridos por el pecado, van incesantemente a la búsqueda de verdad, de misericordia, de redención”; y, por otro lado, sobre la bondad de Dios, “que ha venido a nuestro encuentro para comunicarnos la Verdad que salva y hacernos partícipes de su amistad y de su vida”. Además, continúa el Papa: “Dios no nos ha mirado desde arriba, no ha pasado de largo, no ha sentido asco por nuestra miseria, no se ha revestido con un cuerpo aparente, sino que ha asumido plenamente nuestra naturaleza y nuestra condición humana. No ha dejado nada fuera, excepto el pecado: toda la humanidad está en Él” y esto – señala – “es esencial para comprender la fe cristiana”. Dejarse llevar por el estupor de como ha venido nuestro Salvador al mundo Al final de su catequesis, Francisco ha insistido en la importancia de reflexionar delante del pesebre: “el pesebre es una catequesis de aquella realidad, de aquello que ha sucedido en aquel año, aquel día, que hemos escuchado en el Evangelio”. En este sentido, el Pontífice ha invitado a retomar la Carta Apostólica que escribió el año pasado “Admirabile signum” (Signo admirable) y siguiendo las huellas de San Francisco de Asís, nos convirtamos un poco en niños y permanezcamos contemplando la escena de la Natividad, para dejar que renazca en nosotros el estupor por la forma “maravillosa” en la que Dios ha querido venir al mundo. De hecho – subraya – “pidamos la gracia del estupor”, pues esto “hará renacer en nosotros la ternura”, esa que “solo nos puede traer Dios” y que hoy “necesitamos”: “¡tenemos tanta necesidad de caricias humanas, delante de tantas miserias!” ha exclamado Francisco. “Si la pandemia nos ha obligado a estar más distantes, Jesús, en el pesebre, nos muestra el camino de la ternura para estar cerca, para ser humanos. Sigamos este camino”: es la recomendación final del Pontífice en este 23 de diciembre.  Prensa CEVNota de prensa de Vatican News23 de diciembre de 2020

18
Dic

Papa Francisco: cuando se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar ídolos

Vaticano.- El Santo Padre Francisco recibió en la Sala Clementina a los estudiantes del «Theologisches Studienjahr» de la Abadía de la Dormición de la Santísima Virgen María en Jerusalén. A ellos les alentó: “Será su tarea entrar en diálogo con un mundo donde parece haber cada vez menos espacio para la religión”. “Será su tarea entrar en diálogo con un mundo donde parece haber cada vez menos espacio para la religión”: palabras de aliento al compromiso pronunció el Pontífice para los estudiantes del «Theologisches Studienjahr» de la Abadía de la Dormición de la Santísima Virgen María en Jerusalén, a quienes recibió en la mañana del 18 de diciembre en la Sala Clementina del Vaticano. Debido a la actual pandemia, los estudiantes debieron este año, por primera vez, llevar a cabo su programa de estudios en el Pontificio Ateneo Sant’Anselmo de Roma. El Studienjahr – les dijo el Papa – es una oportunidad para que los estudiantes de teología católicos y protestantes conozcan los lugares bíblicos y se encuentren con las iglesias orientales, así como con el mundo judío e islámico. Y “aunque este año no puedan vivir la experiencia en Tierra Santa, estando casi en el ‘exilio’”, “el estudio profundo de la Sagrada Escritura, el ecumenismo y el diálogo interreligioso seguirán siendo siempre una característica distintiva de su programa”. Siendo “testigos para sus coetáneos y para los hombres y mujeres de hoy de la importancia de Dios en la vida y de la plenitud que dona una fe vivida”, el Pontífice señaló a los estudiantes que “será su tarea entrar en diálogo con un mundo donde parece haber cada vez menos espacio para la religión”. Una tarea, afirmó, que se comparte “con todos los creyentes de las diferentes religiones, sabiendo que hacer presente a Dios es un bien para nuestras sociedades”, puesto que “las religiones ofrecen una valiosa contribución para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad”. “Creemos – afirmó Francisco citando Fratelli tutti – que cuando por diversas razones se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar ídolos, y enseguida el hombre se pierde a sí mismo”. Con la esperanza de que el «Theologisches Studienjahr» sea una etapa importante en el camino formativo, espiritual y humano de los jóvenes, y que pronto tengan la oportunidad de conocer de cerca la «tierra prometida», el Sumo Pontífice les recordó, igualmente, que “cuando celebremos la Santa Navidad dentro de una semana, todos seremos peregrinos en espíritu a la gruta de Belén”. “Que el Emmanuel los llene de su alegría y paz, y los haga verdaderos testigos del Dios-con-nosotros”, los saludó, invocando bendiciones para ellos y extendiéndolas a todos sus seres queridos. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News18 de diciembre de 2020

17
Dic

Papa Francisco: La educación es un acto de esperanza

Vaticano.- En su video mensaje con motivo del Simposio en el Vaticano, para el lanzamiento de la Misión 4.7 y del Pacto Mundial sobre la Educación, organizada por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales y por la ONU, el Santo Padre afirma que “en el corazón de los Objetivos de Desarrollo Sostenible está el reconocimiento de que la educación de calidad para todos es una base necesaria para proteger nuestra casa común y fomentar la fraternidad humana” El Papa Francisco dirigió un video mensaje con motivo del Simposio (en parte online) que se celebra hoy y mañana en la Casina Pío IV, en la Ciudad del Vaticano, para el lanzamiento de la Misión 4.7 y del Global Compact on Education (Pacto Mundial sobre la Educación), sobre el tema «La educación es un acto de esperanza». A esta reunión, patrocinada por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales y por la ONU, participan líderes de movimientos juveniles de todo el mundo y expertos en la materia. El primer día del Simposio está dedicado a la puesta en marcha de la Misión 4.7, relacionada con la aplicación del 4°objetivo de la Agenda de las Naciones Unidas 2030 para el desarrollo sostenible («Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover las oportunidades de aprendizaje continuo para todos») y de su punto 7 («una educación orientada a un desarrollo y un estilo de vida sostenible, a los derechos humanos, a la igualdad entre los géneros, a la promoción de una cultura pacífica y no violenta, a la ciudadanía global y a la valoración de las diversidades culturales»), en sinergia con el Pacto Mundial sobre la Educación, puesto en marcha por el Papa Francisco. Superar la actual globalización de la indiferencia En su mensaje el Santo Padre Francisco afirma que “no existe la educación estática” y que la reunión de este día “es un acto de esperanza y solidaridad generacional, de esperanza y solidaridad intergeneracional”. Los jóvenes líderes y los educadores globales se están reuniendo desde todas partes del mundo para promover un nuevo tipo de educación, que permita superar la actual globalización de la indiferencia y la cultura del descarte. Dos grandes males de nuestra cultura, la indiferencia y el descarte. Una crisis educativa sin precedentes Al destacar que este año se ha caracterizado por un “extraordinario” sufrimiento a causa de la pandemia de COVID-19; durante el que no ha faltado el aislamiento obligado y la exclusión, la angustia y las crisis espirituales, sin olvidar las tantas muertes, el Papa afirma que también se ha producido “una crisis educativa sin precedentes”. “Más de mil millones de niños han enfrentado interrupciones en su educación. Cientos de millones de niños se han quedado atrás en las oportunidades de desarrollo social y cognitivo. Y en muchos lugares, las crisis biológica, psíquica y económica han empeorado mucho por las crisis políticas y sociales aparejadas” Por esta razón el Pontífice les dice a quienes se han reunido hoy en este acto de esperanza “para que los impulsos de odio, divisiones e ignorancia puedan y sean superados a través de una nueva buena onda, digamos así, una nueva buena onda de oportunidades educativas basadas en la justicia social y en el amor mutuo, un nuevo pacto global para la educación lanzado ya en octubre con alguno de los presentes”. “Ante todo, les agradezco por reunirse hoy para hacer crecer nuestras esperanzas y planes compartidos en una nueva educación que fomente la trascendencia de la persona humana, el desarrollo humano integral y sostenible, el diálogo intercultural y religioso, la salvaguardia del planeta, los encuentros por la paz y la apertura a Dios” Las Naciones Unidas ofrecen una oportunidad única El Papa afirma que “las Naciones Unidas ofrecen una oportunidad única para que los gobiernos y la sociedad civil del mundo se unan tanto en la esperanza como en la acción por una nueva educación”. Y tras citar el mensaje de reconocimiento de San Pablo VI a las Naciones Unidas, agrega textualmente: “En nuestro tiempo, en el que el pacto educativo mundial se ha quebrado, veo con satisfacción que los gobiernos se han comprometido nuevamente a poner en práctica estas ideas mediante la adopción de la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, en sinergia con el pacto global sobre la educación” “En el corazón de los Objetivos de Desarrollo Sostenible – dice también el Santo Padre – está el reconocimiento de que la educación de calidad para todos es una base necesaria para proteger nuestro hogar común y fomentar la fraternidad humana”. Tal como el pacto global para la educación, así también fundamentalmente, el ODS 4 compromete a todos los gobiernos a “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, como asimismo promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida, y esto para todos”. No olvidar a los ancianos y abuelos Y antes de agradecer por lo que hacen y de pedir que no se olviden de rezar por él, el Papa concluye recordando que en este Pacto Global para la Educación y la Misión 4.7 “trabajarán juntos por la civilización del amor”. “Permítanme decirles que espero que ustedes sean los poetas de una nueva belleza humana, una nueva belleza fraterna y amigable, como de la salvaguardia de la tierra que pisamos. No se olviden de los ancianos y de los abuelos portadores de los valores humanos más decisivos” Prensa CEVNota de prensa de Vatican News17 de diciembre de 2020

17
Dic

Papa Francisco: 84 años con el mundo en su corazón

Vaticano.- Vatican News comparte un video elaborado para homenajear al Santo Padre con motivo de su 84° cumpleaños: una vida dedicada a la acogida, el cuidado y la inclusión. Para felicitar al Pontífice, a través de la Limosnería Apostólica, un grupo de pobres le ha enviado un arreglo de girasoles que el Papa luego depositó ante el Santísimo de la Capilla de Santa Marta. Asimismo, en su día especial, Francisco envió a Venezuela 4 ventiladores pulmonares. A estas horas se multiplican los deseos y muestras de cariño dirigidos al Papa al cumplir 84 años, este 17 de diciembre. Un «mural de afecto» que llega al Pontífice en el dramático y «estático» año de la pandemia. Un video elaborado por Vatican News presenta los momentos más bellos e intensos de su Pontificado como si de un álbum de fotos se tratara: se ven las sonrisas, los abrazos y la cercanía de un tiempo que ahora parece lejano, y que el mundo espera volver a revivir lo antes posible. El Papa cumple años «con gratitud y sencillez» Y con motivo del cumpleaños del Santo Padre, Vatican News ha preguntado al director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, cómo está pasando el Papa su día especial, quien responde que el Pontífice lo está celebrando «con gratitud y sencillez», como en los años anteriores, en la oración y junto a otras personas con las que comparte su vida diaria en la Residencia en Casa Santa Marta.  Asimismo, a través de la Limosnería Apostólica, un grupo de pobres ha enviado al Pontífice un ramo de girasoles, que ahora adornan la Capilla y el Santísimo de Casa Santa Marta, y «recuerdan la necesidad de orientar la vida siempre hacia el Señor, presente en los más débiles».  Igualmente, coincidiendo con el día de su cumpleaños, el Pontífice envió 4 ventiladores pulmonares a Venezuela, dirigidos a los niños que padecen patologías pulmonares.  Prensa CEVNota de prensa de Vatican News17 de diciembre de 2020

17
Dic

Mensaje del Papa Francisco para la 54° Jornada Mundial de la Paz 2021

Vaticano.- El mensaje del Papa Francisco para la 54ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2021, se titula «La cultura del cuidado como camino de paz». Practicar y educar para cuidar, escribe el Santo Padre, es la manera de «erradicar la cultura de la indiferencia, el descarte y la confrontación, que a menudo prevalece hoy en día» La cultura de la atención, como «compromiso común, solidario y participativo para proteger y promover la dignidad y el bien de todos», y «disposición a interesarse, a la atención, a la compasión, a la reconciliación y a la curación, al respeto mutuo y a la acogida recíproca», constituye un medio privilegiado para construir la paz, a fin de «erradicar la cultura de la indiferencia, el descarte y el enfrentamiento, que a menudo prevalece hoy en día». Lo escribe el Papa Francisco en su Mensaje, hecho público esta mañana, para la 54ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el próximo 1 de enero de 2021, Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios. Se necesitan artesanos de la paz para iniciar procesos de curación En las ocho páginas del texto, titulado «La cultura del cuidado como camino de paz», que lleva la fecha, como es tradicional, del 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el Papa «se dirige a los Jefes de Estado y de Gobierno, a los responsables de las Organizaciones internacionales, a los líderes espirituales y a los fieles de las diversas religiones, y a los hombres y mujeres de buena voluntad». A ellos les recuerda lo que escribió en su última encíclica, Fratelli tutti: «En muchas partes del mundo se necesitan caminos de paz que lleven a la curación de las heridas, se necesitan artesanos de la paz dispuestos a iniciar procesos de curación y de encuentro renovado con ingenio y audacia». La pandemia agravó las demás crisis Francisco observa los acontecimientos del 2020, marcados por «la gran crisis sanitaria de Covid-19», que ha agravado crisis que están muy estrechamente vinculadas, «como las climática, alimentaria, económica y migratoria, y que han causado grandes sufrimientos y dificultades». Piensa en primer lugar en «los que han perdido a un familiar o a un ser querido, pero también en los que han perdido su trabajo». Recuerda de manera especial a los médicos, enfermeros, farmacéuticos, investigadores, voluntarios, capellanes y personal de los hospitales y centros de salud, «que han trabajado duramente y siguen haciéndolo, con gran esfuerzo y sacrificio, hasta el punto de que algunos de ellos han muerto en el intento de estar cerca de los enfermos, de aliviar su sufrimiento o de salvar sus vidas». Vacunas y asistencia también para los más pobres y frágiles Pensando en ellos, el Pontífice renueva su llamamiento a los dirigentes políticos y al sector privado, que hizo en su vídeo-mensaje con motivo del 75° aniversario de las Naciones Unidas, «para que adopten las medidas adecuadas a fin de garantizar el acceso a las vacunas contra el Covid-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para asistir a los enfermos y a todos los que son más pobres y frágiles». Cultura del cuidado contra la indiferencia, el descarte y la confrontación El Papa Francisco lamenta que, «junto a los numerosos testimonios de caridad y solidaridad», se están impulsando diversas formas de «nacionalismo, racismo, xenofobia e incluso guerras y conflictos que siembran muerte y destrucción». Y subraya la pandemia y los demás eventos que han marcado el camino de la humanidad en el año 2020: “Nos enseñan la importancia de hacernos cargo los unos de los otros y también de la creación, para construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad. Por eso he elegido como tema de este mensaje: La cultura del cuidado como camino de paz. Cultura del cuidado para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación, que suele prevalecer hoy en día” El cuidado de los primeros cristianos por los más frágiles Siguiendo el ejemplo del Maestro, continúa el Pontífice, los primeros cristianos «practicaban el compartir para que nadie entre ellos estuviera necesitado y se esforzaban por hacer de la comunidad una casa acogedora, abierta a todas las situaciones humanas, dispuesta a hacerse cargo de los más frágiles». Y luego cuando «la generosidad de los cristianos perdió algo de impulso, algunos Padres de la Iglesia insistieron en que la propiedad está destinada por Dios al bien común». San Ambrosio, recuerda el Papa Francisco, argumentó que la naturaleza dio «todas las cosas para los hombres para el uso común», pero la codicia convirtió este derecho común para todos en «un derecho para unos pocos». Una vez libre de la persecución, la Iglesia implementó la «charitas christiana», instituyendo o suscitando el nacimiento de «hospitales, refugios para los pobres, orfanatos y hospicios» para la humanidad que sufre. La «gramática» del cuidado en la doctrina social de la Iglesia Estos ejemplos de «caridad activa de tantos testigos luminosos de la fe», escribe el Santo Padre, se reflejan en los principios de la doctrina social de la Iglesia, que ofrecen a todos los hombres de buena voluntad la «gramática» del cuidado: “La promoción de la dignidad de toda persona humana, la solidaridad con los pobres y los indefensos, la preocupación por el bien común y la salvaguardia de la creación” Ruta común siguiendo la brújula de estos principios El Pontífice invita, por tanto, a «los responsables de las organizaciones internacionales y de los gobiernos, del mundo económico y científico, de la comunicación social y de las instituciones educativas», ante «el agravamiento de las desigualdades en el interior de las naciones y entre ellas», a retomar la «brújula» de los principios de la doctrina social de la Iglesia, para dar al proceso de globalización un curso común y «verdaderamente humano», como ya lo indicó en Fratelli tutti. “Esta permitiría apreciar el valor y la dignidad de cada persona, actuar juntos y en solidaridad por el bien común, aliviando a los que sufren a causa de la pobreza, la

15
Dic

Papa Francisco: el momento es crucial, la respuesta es la solidaridad

Vaticano.- El Papa Francisco envía un mensaje a Coldiretti para reiterar que la «respuesta global» a la crisis causada por la pandemia es la lógica del servicio y no del beneficio. La cuestión indiscutible es el reinicio, el «relanzamiento económico y social de Italia», que como todo el mundo busca la manera de dejar atrás las dificultades de la pandemia. Lo que está en el corazón del Papa es «cómo» se va a implementar esta recuperación. El mensaje firmado por el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, a Coldiretti, es una manera para Francisco de indicar el camino que siempre ha considerado más justo, aquél que pretende «repensar, aún más hoy – dice – la relación entre el hombre, la naturaleza y el Creador como factor de profundo equilibrio y comunión». La lógica correcta Las palabras del Papa se dan a conocer el día en que Coldiretti está transmitiendo su asamblea nacional titulada «Italia comienza de nuevo desde los héroes del alimento». Francisco reconoce, en el esfuerzo de renacimiento del país, el «valor decisivo del mundo agrícola y agroalimentario». El llamamiento del Santo Padre es que esta contribución se ofrezca buscando no la «lógica del beneficio sino del servicio, no la explotación de los recursos, sino el cuidado y la atención a la naturaleza», vista como «una casa acogedora para todos». Nuevas formas de solidaridad La bendición del Papa a Coldiretti es en apoyo del coraje «de emprender siempre nuevas vías en el camino de la caridad y la solidaridad, para una respuesta global y más verdadera al fenómeno de la pobreza y la desigualdad entre los pueblos, especialmente -concluye- en esta fase crucial de la historia del mundo». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News15 de diciembre de 2020

14
Dic

Papa Francisco en el Ángelus: la alegría cristiana es descentrarse de uno mismo y poner a Jesús en el Centro

Vaticano.- En este tercer domingo de Adviento, el Papa afirmó en su alocución previa al rezo del Ángelus, que los que está llamados a “proclamar a Cristo a los demás, sólo pueden hacerlo desprendiéndose de sí mismos y de la mundanalidad, no atrayendo a la gente hacia sí, sino dirigiéndola a Jesús”. Francisco señaló que la primera condición de la alegría cristiana es descentrarse de uno mismo y poner a Jesús en el centro. Esto no es alienación, dijo, porque Jesús es en realidad el centro “Cuanto más cerca está el Señor de nosotros, más nos alegramos; cuanto más lejos está, más nos entristecemos”. La invitación a la alegría es característica del tiempo de Adviento, señaló el Papa Francisco en su alocución previa al rezo mariano, “la expectativa que experimentamos es alegre, más bien como cuando esperamos la visita de alguien a quien queremos mucho, por ejemplo, un gran amigo al que no vemos desde hace mucho tiempo. Y esta dimensión de alegría surge especialmente hoy, el Tercer Domingo, que se abre con la exhortación de San Pablo «Alégrense siempre en el Señor». ¿Y la razón cuál es? Que «el Señor está cerca».  Hay que esperar a Cristo con alegría no con caras fúnebres, pues Cristo ha resucitado, yo soy alegre porque Dios está cerca de mí, me ama, dijo improvisando el Papa. Juan el Bautista El Evangelio según San Juan hoy presentó la figura bíblica que -a excepción de la Virgen y de San José- “fue la primera y la más experimentada en la espera del Mesías y en la alegría de verlo venir:  Juan el Bautista. Francisco recordó que el Bautista es el primer testigo de Jesús, con la palabra y con el don de la vida. Todos los Evangelios coinciden en mostrar “cómo cumplió su misión señalando a Jesús como el Cristo, el Mensajero de Dios prometido por los profetas”. Juan fue un líder en su tiempo, era famoso en toda Judea y más allá hasta Galilea. “Pero no cedió ni por un momento a la tentación de llamar la atención sobre sí mismo: siempre la dirigió a Aquel que iba a venir”, cuando anunció la venida de Jesús, dijo: «A él no soy digno de desatar la correa de la sandalia». Alegría cristiana Aquí está la primera condición de la alegría cristiana: descentrarse de uno mismo y poner a Jesús en el centro. «Esto no es alienación, porque Jesús es en realidad el centro, es la luz que da pleno sentido a la vida de cada hombre y mujer que viene a este mundo. Es el mismo dinamismo del amor, que me lleva a salir de mí mismo, no a perderme, sino a encontrarme como me doy, como busco el bien de los demás». Y el Papa dijo que Juan el Bautista recorrió un largo camino para venir a dar testimonio de Jesús. El camino de la alegría no es un paseo, advirtió, el Bautista «lo dejó todo, incluso de joven, para poner a Dios en primer lugar, para escuchar con todo su corazón y todas sus fuerzas su Palabra. Se retiró al desierto, despojándose de todo lo superfluo, para ser más libre para seguir el viento del Espíritu Santo. Ciertamente, algunos rasgos de su personalidad son únicos, no están disponibles para todos. Pero su testimonio es paradigmático para cualquiera que quiera buscar el sentido de su vida y encontrar la verdadera alegría». En particular, señaló el Pontífice, el Bautista es un modelo para aquellos en la Iglesia que están llamados a proclamar a Cristo a los demás: sólo pueden hacerlo desprendiéndose de sí mismos y de la mundanalidad, no atrayendo a la gente hacia sí, sino dirigiéndola a Jesús. Improvisando dijo preguntando a los fieles presentes: ¿soy una persona alegre que sabe transmitir la alegría de ser cristiano o estoy siempre triste como en un funeral?, sin la alegría de la fe no puedo dar testimonio, los demás dirán que si la fe es tan triste mejor no tenerla… Y todo ésta está, dijo, plenamente realizado en la Virgen María: ella esperó en silencio la palabra de salvación de Dios; la escuchó, la acogió, la concibió. En ella Dios se hizo cercano. Por eso la Iglesia llama a María «Causa de nuestra alegría».  Prensa CEVNota de prensa de Vatican News14 de diciembre de 2020

11
Dic

Papa Francisco: Jesús, el «Signo» admirable que Dios dona al mundo

Vaticano.- «También esta Navidad, en medio del sufrimiento de la pandemia, Jesús, pequeño e inerme, es el ‘Signo’ que Dios dona al mundo». En el día de la inauguración del Pesebre y del encendido del árbol de Naviad en la Plaza de San Pedro, recibiendo a las delegaciones que donaron estos iconos, invitó a releer la Carta Apostólica Admirabile signum, sobre el significado y el valor del Belén, que firmara un año atrás en Greccio. El Papa Francisco recibió esta mañana a las delegaciones, compuestas por unas cincuenta personas, que ofrecieron el árbol de Navidad y el Belén colocados en la plaza de San Pedro. Al recibirlos, el Sumo Pontífice manifestó su gratitud por “el majestuoso abeto rojo”, proveniente de los bosques de Kočevje, en Eslovenia, y el “monumental pesebre de cerámica”, don de la diócesis de Teramo-Atri, proveniente de Castelli, en Italia, que serán inaugurados por la tarde. “Mas que nunca», dijo el Papa, el árbol y el Belén «son un signo de esperanza» para los romanos y para los peregrinos que tendrán la oportunidad de venir a admirarlos. El pesebre habla de la pobreza evangélica Refiriéndose a estos dos iconos de la Navidad, que “ayudan a crear una atmósfera navideña favorable para vivir con fe el misterio del nacimiento del Redentor”, el Papa habló de la pobreza “buena” de la que nos habla el pesebre, es decir, “la pobreza evangélica”: una pobreza – dijo- que nos hace “bienaventurados”. Y se detuvo a contemplar idealmente a los personajes: Al contemplar la Sagrada Familia y los diversos personajes, nos atrae su desarmante humildad. Nuestra Señora y San José van desde Nazaret hasta Belén. No hay lugar para ellos, ni siquiera una pequeña habitación (cf. Lc 2,7); María escucha, observa y guarda todo en su corazón (cf. Lc 2,19.51). José busca un lugar para ella y el niño que está a punto de nacer. Los pastores son protagonistas en el pesebre, como en el Evangelio. Viven a cielo abierto. Vigilan. El anuncio de los ángeles es para ellos, y van inmediatamente a buscar al Salvador que ha nacido (cf. Lc 2,8-16). Jesús, pequeño e inerme, es el “Signo” que Dios dona al mundo La fiesta de la Navidad -continuó el Santo Padre- nos recuerda que Jesús es nuestra paz, nuestra alegría, nuestra fuerza, nuestro consuelo. Pero, “para acoger estos dones de gracia”, “necesitamos sentirnos pequeños, pobres y humildes como los personajes del pesebre”. También esta Navidad, en medio del sufrimiento de la pandemia, Jesús, pequeño e inerme, es el «Signo» que Dios dona al mundo (cf. Lc 2,12). Un signo admirable, como la carta del pesebre que firmé hace un año en Greccio. Nos hará bien volver a leerla en estos días. Agradeciendo finalmente, desde lo profundo de su corazón por estos iconos, el Santo Padre expresó a todos sus deseos de una celebración navideña llena de esperanza, extendiéndola a los familiares y conciudadanos. “Que el Señor – expresó – les recompense por su disponibilidad y generosidad”. La tradicional inauguración del pesebre y el encendido del árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro, tendrá lugara las cinco de la tarde hora local. La ceremonia está presidida por el Cardenal Giuseppe Bertello y Monseñor Fernando Vérgez Alzaga, respectivamente Presidente y Secretario General de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. El árbol y el pesebre permanecerán en exhibición hasta el domingo 10 de enero de 2021, al concluir tiempo de Navidad, que coincide con la Fiesta del Bautismo del Señor. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News11 de diciembre de 2020

11
Dic

Papa Francisco: Dar más espacio a los laicos en la Iglesia

Vaticano.- En el prefacio del libro «Sinfonía de los Ministerios» de Monseñor Fabio Fabene, Francisco pide que se reanude el camino para reconocer la vocación específica de los laicos. En el volumen, el autor, que es Subsecretario del Sínodo de los Obispos, resume el camino sinodal que ha reavivado el liderazgo laico en las últimas décadas A través del camino sinodal la Iglesia, en las últimas décadas, ha llegado a identificar nuevos ministerios que concretan el protagonismo de los laicos en la vida eclesial. Los recientes Sínodos dedicados a la familia, a la juventud y a la Amazonía han sugerido nuevos ministerios laicales como el de la caridad, el de la protección de la creación, el del acompañamiento de la familia o de la juventud o el de la orientación pastoral de la comunidad. Pero, como escribe el Papa Francisco en el prefacio del libro «Sinfonía de los Ministerios», de Monseñor Fabio Fabene: “Debemos verificar si somos fieles a esta identidad laica, reiniciando el reloj que parece haberse detenido. El tiempo es ahora” Monseñor Fabene, quien desde el año 2014 es Subsecretario del Sínodo de los Obispos, retrata en el libro, publicado por la Librería Editora Vaticana y San Pablo, el camino eclesial que ha llevado a la expansión de los ministerios laicales y a una nueva conciencia de su centralidad en una Iglesia misionera y en salida. Así es como el autor presentó el libro ante los micrófonos de Radio Vaticano Italia.     Una Iglesia sinodal y misionera En la entrevista, el Obispo Fabio Fabene afirma que el Santo Padre, desde el comienzo de su ministerio, en su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, habla precisamente del protagonismo que los laicos deben tener en una Iglesia sinodal y misionera. Francisco escribe que los laicos representan la abrumadora mayoría del pueblo de Dios y son una mayoría que no debe callar, sino ser protagonista. Porque el Espíritu Santo da a todos los bautizados carismas y ministerios para la construcción de la Iglesia y para la evangelización del mundo. Ministerios instituidos En cuanto al tema de los ministerios laicales – llamados también «ministerios instituidos» como decía Pablo VI para distinguirlos de los «ordenados» – que se recordó en diversas oportunidades en las recientes asambleas sinodales de 2018 y 2019, cabe destacar que este libro surge, precisamente, de la experiencia directa que tuvo en su calidad de Subsecretario del Sínodo de los Obispos. “Ya antes, en el Sínodo dedicado precisamente a los laicos y en la Exhortación Apostólica Christifideles Laici de San Juan Pablo II, en 1988, se habló de la vocación y misión de los laicos y de sus ministerios. Fue una ocasión muy fructífera para que toda la Iglesia reflexionara sobre la vocación, sobre la misión de los laicos, pero también sobre el ministerio laical que San Pablo VI había reformado abriendo el camino ministerial, no sólo para los que iban camino al sacerdocio, sino también para los laicos, permitiéndoles el acceso a ser lector y acólito. Además, en el reciente Sínodo amazónico, se habló mucho del tema del ministerio y, en particular, de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Ministeria quaedam, el documento con el que el Papa Montini, en 1972, reformó los ministerios”. Una nueva estación ministerial Y afirmó que en su opinión habría que empezar desde ahí para una nueva estación «ministerial», para una nueva creatividad en este sector. “El Sínodo Panamazónico me estimuló ciertamente en este sentido, porque – como escribo en el libro – en el aula sinodal, así como en los grupos de estudio de los círculos menores, las palabras `ministerialidad’ y ministerio resonaban, casi como un estribillo, de un punto a otro del aula y esto me impulsó a profundizar un aspecto que concierne no sólo a la región amazónica sino a toda la Iglesia. Los laicos, de hecho, no están llamados a realizar un trabajo de sustitución porque, como sucede en ese territorio, hay falta de vocaciones al sacerdocio y de sacerdotes” Y añadió que la obra de los laicos no es de sustitución, sino que su acción y su presencia, es verdaderamente necesaria para la construcción de la “Iglesia comunión” y para su misma naturaleza misionera. Al considerar que en la Exhortación Apostólica postsinodal Querida Amazonia de este año, tal como Monseñor Fabio Fabene lo recuerda en su libro, el Papa Francisco incluso habla de «inculturación de la `ministerialidad’», le hemos preguntado qué significa esto y si es un paso decisivo, a lo que respondió: Un paso adelante “Este es un paso muy importante. Creo que es un paso adelante que el Papa está dando en esta área al instar a las diferentes partes del mundo, a las diferentes culturas a arraigar la `ministerialidad’ en sus propios contextos sociales, culturales y eclesiales. Esto significa que, según las necesidades de la Iglesia en los diferentes territorios y culturas, hay que saber escrutar el tiempo y las necesidades de esas Iglesias y suscitar nuevos ministerios precisamente al servicio de la diversidad”. “Recordemos siempre que los dos principios fundamentales de la Iglesia son la unidad y la diversidad. Y es precisamente en la diversidad donde encontramos el poder y la creatividad del Espíritu Santo. Si todos somos iguales en virtud del Bautismo, es el mismo Espíritu el que da lugar a la diversidad, incluso la diversidad ministerial, para el servicio de la Iglesia encarnada en cada continente, en cada lugar y en cada cultura, según las necesidades de esas comunidades eclesiales” A la pregunta de qué tienen que ver con este tema la presencia y la acción del Espíritu Santo en la Iglesia, Monseñor Fabene afirmó que “son fundamentales, porque la ‘ministerialidad’ no es un hecho sociológico o empírico, sino que proviene de los carismas que el Espíritu da a cada bautizado en la comunidad eclesial. El Concilio Vaticano II habla claramente de esta riqueza carismática y ministerial. Podríamos decir que el ministerio es el carisma puesto en acción. Por eso es necesario el discernimiento de los pastores que deben saber escrutar y captar el carisma de los