Categoría: Papa Francisco

20
Ene

Papa Francisco: es urgente dejar los particularismos, cristianos sigan camino hacia la unidad

Vaticano.- La solución a las divisiones no es oponerse a alguien, porque la discordia genera otra discordia. El verdadero remedio empieza por pedir a Dios la paz, la reconciliación, la unidad. Lo dijo el Papa Francisco, reflexionando este miércoles en la Audiencia General, sobre la Unidad de los cristianos. El Señor pidió la unidad entre nosotros «para que el mundo crea», recordó el Papa, y, el mundo, «no creerá porque lo convenzamos con buenos argumentos, sino si testimoniamos el amor que nos une y nos hace cercanos». Dios nos ha dado “instrumentos”: la oración y el amor, para “hacer crecer la unidad”. Mientras el diablo nos tienta con las “debilidades de nuestros hermanos”, engrandeciendo los errores y los defectos de los otros, “el Espíritu Santo nos inspira a la unidad”. El Papa Francisco, que en este miércoles 20 de enero dedicó su catequesis a la oración por la unidad de los cristianos, nos recuerda que la raíz de la comunión con Dios “es el amor de Cristo”,que nos hace superar los prejuicios para ver en el otro a un hermano y a una hermana al que amar siempre. La oración de Jesús, tras la última Cena, dijo el Papa, se puede decir que es “su testamento espiritual”: rezó para «para que todos sean uno» (Jn 17,21). Sin embargo, – continuó – notamos que el Señor no ha ordenado a los discípulos la unidad. Ni siquiera les dio un discurso para motivar su necesidad. Ha rezado al Padre por nosotros, para que seamos una sola cosa. Esto significa, explicó Francisco, “que no bastamos solo nosotros, con nuestras fuerzas, para realizar la unidad”, pues “la unidad es sobre todo un don, es una gracia que hay que pedir con la oración”: “Cada uno de nosotros lo necesita. De hecho, nos damos cuenta de que no somos capaces de custodiar la unidad ni siquiera en nosotros mismos.” Recordando al apóstol Pablo, que sentía dentro de sí el lacerante conflicto de “querer el bien y estar inclinado al mal”, y que comprendió “que la raíz de tantas divisiones que hay a nuestro alrededor – entre las personas, en la familia, en la sociedad, entre los pueblos y también entre los creyentes – está dentro de nosotros”, Francisco, citando el Concilio Vaticano II, hizo presente los muchos elementos que se combaten en el propio interior del hombre, y afirmó que “la solución a las divisiones no es oponerse a alguien, porque la discordia genera otra discordia”: “El verdadero remedio empieza por pedir a Dios la paz, la reconciliación, la unidad.” La unidad – aseguró – puede llegar sólo como fruto de la oración. “Los esfuerzos diplomáticos y los diálogos académicos no bastan”. “Deben hacerse, pero no bastan”, subrayó. “Jesús lo sabía y nos ha abierto el camino, rezando. Nuestra oración por la unidad es así una humilde pero confiada participación en la oración del Señor, quien prometió que toda oración hecha en su nombre será escuchada por el Padre.” Por eso invitó a preguntarnos si rezamos por la voluntad de Jesús, por la unidad. “Si revisamos las intenciones por las que rezamos, probablemente nos demos cuenta de que hemos rezado poco, quizá nunca, por la unidad de los cristianos”, observó. De esta, añadió, “depende la fe en el mundo”: “El Señor pidió la unidad entre nosotros «para que el mundo crea». El mundo no creerá porque lo convenzamos con buenos argumentos, sino, si testimoniamos el amor que nos une y nos hace cercanos: así creerá.” Y “en este tiempo de graves necesidades”, continuó el Papa, “es todavía más necesaria la oración para que la unidad prevalezca sobre los conflictos”. “Es urgente dejar de lado los particularismos para favorecer el bien común, y por eso nuestro buen ejemplo es fundamental: es esencial que los cristianos prosigan el camino hacia la unidad plena, visible”. Se trata de un camino, suscitado por el Espíritu Santo, que ya ha iniciado y que irá siempre hacia adelante, y los cristianos debemos “luchar por la unidad”, es decir, “rezar”.   Rezar significa luchar por la unidad. Sí, luchar, porque nuestro enemigo, el diablo, como dice la palabra misma, es el divisor. Jesús le pide al Espíritu Santo unidad, que haga la unidad. El diablo siempre se divide. Siempre divide, porque le conviene dividir. Él insinúa la división, en todas partes y de todas las maneras, mientras que el Espíritu Santo hace converger en unidad siempre. El diablo, en general, no nos tienta con la alta teología, sino con las debilidades de nuestros hermanos. Es astuto: engrandece los errores y los defectos de los otros, siembra discordia, provoca la crítica y crea facciones. Mientras que Dios “nos toma como somos, diferentes, pecadores, y nos impulsa a la unidad”, el divisor toma el arma “que tiene más a mano” para dividir: “la habladuría”, con la que “alimenta el conflicto”: “La habladuría es el arma que el diablo tiene más a la mano para dividir la comunidad cristiana, para dividir la familia, para dividir los amigos, para dividir, siempre. El Espíritu Santo siempre nos inspira a la unidad.” “Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia”, (cfr Jn 15,5-9). El tema de esta Semana de oración, dijo el Papa, “se refiere precisamente al amor”, y da cuenta de que “la raíz de la comunión es el amor de Cristo, que nos hace superar los prejuicios para ver en el otro a un hermano y a una hermana al que amar siempre”. Así “descubrimos que los cristianos de otras confesiones, con sus tradiciones, con su historia, son dones de Dios, son dones presentes en los territorios de nuestras comunidades diocesanas y parroquiales”. “Empecemos a rezar por ellos y, cuando sea posible, con ellos. Así aprenderemos a amarlos y a apreciarlos.” La oración, recuerda el Concilio, – concluyó el Papa – es el alma de todo el movimiento ecuménico (cfr Unitatis redintegratio, 8). “Que sea, por lo tanto, la oración el punto de partida para ayudar a Jesús a cumplir su sueño: que todos sean uno.” Durante sus saludos a los fieles, el Sumo Pontífice rezó

19
Ene

Papa al clero venezolano: «No se fracturen, siempre hay posibilidad de unirse»

Vaticano.- A través de un video mensaje dirigido a los obispos y a sacerdotes de Venezuela, reunidos en un encuentro virtual con el fin de compartir sus experiencias sacerdotales en medio de la pandemia, Francisco agradeció a todos por su misión pastoral animándolos a seguir trabajando unidos, «sin fracturarse», y sin perder de vista dos principios fundamentales que garantizan el crecimiento de la Iglesia: «el amor al prójimo y el servicio de los unos a los otros». El Papa Francisco envió un video mensaje a los obispos y al clero diocesano y religioso de Venezuela con motivo de una reunión virtual que se lleva a cabo del 19 y 20 de enero sobre el tema: «Nuestros sacerdotes en la pandemia: su experiencia y ejercicio ministerial en este período».  En el video el Papa agradece a Dios la oportunidad de poder compartir con todos, «en espíritu de fraternidad ministerial», sus experiencias sacerdotales, «sus cansancios, sus incertidumbres, como también sus anhelos y su convicción de llevar adelante la obra de la Iglesia, que es la obra del Señor». Asimismo, el Santo Padre cita el pasaje del Evangelio de Marcos (cf. Mc 6,30-31), que relata cómo los apóstoles al regresar de la misión a la que Jesús los había enviado, volvieron a reunirse con Él: «Le contaron todo lo que habían hecho, todo lo que habían enseñado. Luego, Jesús los invitó a irse, solos con Él, a un lugar desierto a descansar un poco». En este contexto, el Pontífice señala que el ser Pastores de la Iglesia en el contexto actual, también pide a los sacerdotes actuar de esta manera fraterna, es decir compartiendo siempre los acontecimientos vividos. “No podemos actuar solos, aislados, autosuficientes, con agendas encubiertas. Es indispensable que volvamos siempre a Jesús, que nos reunamos en fraternidad sacramental, para contarle y contarnos entre nosotros «todo los que hemos hecho y enseñado», con la convicción de que no es obra nuestra sino de Dios. Él es quien nos salva, nosotros sólo somos instrumentos en sus manos” Por otra parte, Francisco recuerda que esta asamblea organizada por el Episcopado de Venezuela de manera virtual a causa de la pandemia del Covid-19, «tiene como objetivo permitir el encuentro de quienes han recibido la misión de testimoniar y extender la paternidad del Señor en el pueblo santo fiel de Dios» e indica a sus participantes «dos principios que nunca se deberían perder de vista, y que garantizan el crecimiento de la Iglesia si nosotros somos fieles: el amor al prójimo y el servicio de los unos a los otros». Para el Papa, se trata de dos principios «anclados en las dos instituciones que Jesús lleva a cabo en la Última Cena», y que son el fundamento, por decirlo de algún modo, de su mensaje: «La Eucaristía, para enseñar el amor, y el lavatorio de pies, para enseñar el servicio. Amor y servicio juntos, sino, no va«, añade Francisco. Igualmente, en su mensaje, el Obispo de Roma hace hincapié en que el Señor quiere que seamos especialistas en la tarea de amar a los demás, «siendo capaces de mostrarles en la sencillez de pequeños gestos cotidianos de cariño y atención, la caricia de la ternura divina». “Nos quiere también servidores de nuestros hermanos, pero servidores humildes, porque es Jesús quien nos envía y nos recuerda que el siervo no es más grande que su Señor, ni el enviado es más grande de quien lo ha mandado. Hay que reavivar en la vida el deseo de imitar al Buen Pastor, y aprender a ser «siervos» de todos, particularmente de los hermanos y hermanas menos afortunados y tantas veces descartados, y que en este tiempo de crisis, ellos se sientan acompañados, sostenidos, y amados” En el video mensaje, el Papa invita a sus hermanos sacerdotes y obispos de Venezuela a seguir adelante, «trabajando con gozo y decisión, en su labor pastoral, renovando el don de sí mismos al Señor y a su pueblo santo» y les agradece «el testimonio de amor y de servicio a los hermanos y hermanas venezolanos», manifestado en su atención a los enfermos, a quienes han llevado la fuerza de la palabra de Dios y la Eucaristía; «expresadas en su acompañamiento al personal médico, paramédico y voluntarios que asisten a los pacientes en esta pandemia; en su diligencia por socorrer a los pobres y excluidos, por aquellos que carecen de lo necesario para sobrevivir y salir adelante dignamente». «Gracias, gracias por todo esto», reitera Francisco renovando con gratitud su cercanía y oración con todos ellos, «que llevan adelante la misión de la Iglesia en Venezuela, en el anuncio del Evangelio y en las numerosas iniciativas de caridad hacia los hermanos extremados por causa de la pobreza y la crisis sanitaria». «A todos los encomiendo a la intercesión intención de Nuestra Señora de Coromoto y de san José», finaliza el Santo Padre invocando a Dios la bendición para todos: «Que el Señor bendiga y acompañe el trabajo de ustedes, el corazón de ustedes, las manos de ustedes, las rodillas de ustedes cuando rezan. Bendiga y acompañe las ilusiones de ustedes, los buenos deseos y, sobre todo, bendiga y acompañe la unidad de ustedes. No se fracturen hermanos. No se fracturen. Siempre hay una posibilidad de unirse. Como siempre hay una posibilidad de aislarse y crear una actitud del corazón sectaria, fuera de la unidad de la Iglesia», concluyó. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News19 de enero de 2021

18
Ene

Papa Francisco en el Ángelus: «No rechacemos la llamada de Dios. Respondamos con amor»

Vaticano.- A la hora del rezo del Ángelus, el domingo 17 de enero, el Santo Padre alentó a los fieles a no rechazar la llamada de Dios en nuestras vidas y a responder a ella con amor. El 17 de enero, segundo domingo del Tiempo Ordinario, el Papa Francisco rezó la oración mariana del Ángelus desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, sin presencia de fieles a causa de la Pandemia. Reflexionando sobre el Evangelio dominical que narra el encuentro de Jesús con sus primeros discípulos en el río Jordán, el día después de haber sido bautizado, el Santo Padre recordó que es precisamente Juan Bautista el que señala el Mesías a dos de ellos con estas palabras: «¡He ahí el Cordero de Dios!» (v. 36). Encuentro con Jesús: «Hemos encontrado al Mesías» Y aquellos dos, fiándose del testimonio del Bautista, -continuó explicando Francisco- siguen a Jesús que se da cuenta y dice: «¿Qué buscáis?» y ellos le preguntan: «Maestro, ¿dónde vives?, a lo que Jesús no contesta: «Vivo en Cafarnaún o en Nazaret», sino que dice: «Venid y lo veréis» (v. 39). En este sentido, el Pontífice señaló que las palabras del Señor «no son una tarjeta de visita, sino la invitación a un encuentro. Los dos hombres, que resultarían ser Andrea y su hermano Simón, a quien Jesús llamará «Pedro», lo siguen y se quedan con él esa tarde, hablando, «advirtiendo la belleza de palabras que responden a su esperanza cada vez más grande». Tras este encuentro, ambos regresan ante sus hermanos y recocen «desbordando de alegría»: «Hemos encontrado al Mesías» (v. 41). Asimismo, el Papa profundizó sobre esta experiencia de encuentro con Cristo que nos llama a estar con Él: “Cada llamada de Dios es una iniciativa de su amor. Dios llama a la vida, llama a la fe, y llama a un estado de vida particular. La primera llamada de Dios es a la vida; con ella nos constituye como personas; es una llamada individual, porque Dios no hace las cosas en serie. Después Dios nos llama a la fe y a formar parte de su familia, como hijos de Dios” Por otra parte, el Santo Padre aseveró que Dios también llama a cada uno de nosotros a un estado de vida particular: No rechacemos la llamada de Dios «Nos llama darnos a nosotros mismos en el camino del matrimonio, en el del sacerdocio o en el de la vida consagrada. Son maneras diferentes de realizar el proyecto que Dios tiene para cada uno de nosotros, que es siempre un plan de amor. Y la alegría más grande para cada creyente es responder a esta llamada, a entregarse completamente al servicio de Dios y de sus hermanos». Igualmente, el Papa puntualizó que frente a la llamada del Señor, «que puede llegar a nosotros de mil maneras, también a través de personas, de acontecimientos, tanto alegres como tristes», nuestra actitud a veces puede ser de rechazo, «porque nos parece que contrasta con nuestras aspiraciones; o de miedo, porque la consideramos demasiado exigente e incómoda». Respondamos a Dios solo con amor Al respecto, Francisco hizo hincapié en que la llamada de Dios es amor, «y a ella se responde solo con amor».  “Al principio hay un encuentro, precisamente, el encuentro con Jesús, que nos habla del Padre, nos da a conocer su amor. Y entonces, espontáneamente, brota también en nosotros el deseo de comunicarlo a las personas que amamos: «He encontrado el Amor, he encontrado el sentido de mi vida. En una palabra: He encontrado a Dios»” «La Virgen María nos ayude a hacer de nuestra vida un canto de alabanza a Dios, en respuesta a su llamada y en el cumplimiento humilde y alegre de su voluntad», concluyó el Papa. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News18 de enero de 2021

15
Ene

Cercanía del Papa Francisco con Indonesia tras el terremoto: «Rezo por los fallecidos»

Vaticano.- Tras conocer la trágica noticia del terremoto acaecido hoy en la isla de Célebes, Indonesia, el Papa expresa su pésame por las víctimas y asegura sus oraciones por el descanso de los fallecidos, la curación de los heridos y el consuelo de todos los que sufren. En relación con el terremoto que ha tenido lugar hoy, 15 de enero de 2021, en Indonesia, el Papa Francisco ha enviado un telegrama firmado por el cardenal Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, en el que transmite a las correspondientes autoridades eclesiásticas y civiles del país, su profundo pésame «ante la triste y trágica pérdida de vidas, así como por la destrucción de propiedades causadas por el violento terremoto en el país». Tal como se lee en el telegrama, Su Santidad el Papa Francisco expresa su más sincera solidaridad con todos los afectados por este desastre natural.  Asimismo, el Santo Padre «reza por el descanso de los fallecidos, la curación de los heridos y el consuelo de todos los que sufren». En particular, el Pontífice alienta a las autoridades civiles y a los que participan en los continuos esfuerzos de búsqueda y rescate. Finalmente, Francisco invoca las bendiciones divinas de fuerza y esperanza. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News15 de enero de 2021

14
Ene

Campaña anticovid en el Vaticano: vacunados el Papa Francisco y el emérito Benedicto XVI

Vaticano.- Continúa en el Vaticano la campaña de vacunación, que comenzó en la mañana del miércoles 13 de enero tras la llegada del suero. Tanto el Papa Francisco como el emérito Benedicto XVI ya han recibido la primera dosis de la vacuna. «Puedo confirmar que, como parte del programa de vacunación del Estado de la Ciudad del Vaticano», dijo el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, respondiendo a las preguntas de los periodistas, «a hoy la primera dosis de la vacuna para el Covid-19 ha sido suministrada al Papa Francisco y al Papa Emérito». Francisco había anunciado durante la entrevista con el informativo televisivo Tg5 que se vacunaría esta semana, mientras que el secretario particular de Benedicto XVI, el obispo Georg Gaenswein, había confirmado que el Papa Emérito también se vacunaría. Como se recordará, en la entrevista el Papa Francisco definió la vacunación «una acción ética, porque te juegas la salud, te juegas la vida, pero también te juegas la vida de los demás». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News14 de enero de 2021

13
Ene

Vaticano: calendario de las próximas celebraciones litúrgicas

Vaticano.- El calendario de celebraciones litúrgicas del Papa Francisco, que se extiende hasta el 2 de febrero de 2021, se hizo público el martes 12 de enero. Las celebraciones seguirán las mismas modalidades que se han aplicado desde el comienzo de la crisis sanitaria; por lo tanto, la participación de los fieles será muy limitada. El 24 de enero, a las 10 de la mañana, el Papa celebrará la misa en la Basílica de San Pedro, con ocasión del domingo de la Palabra de Dios, que él mismo instituyó en 2019 con el Motu proprio «Aperuit Illis». Al día siguiente, 25 de enero, a las 17.30 horas, el Sumo Pontífice presidirá las tradicionales Segundas Vísperas de la Fiesta de la Conversión de San Pablo en la Basílica de San Pablo Extramuros y cerrará la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se celebra del 18 al 25. Finalmente, el 2 de febrero, a las 17:30, Francisco celebrará la misa en la Basílica de San Pedro para la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, que coincide con el XXV Día Mundial de la Vida Consagrada. Todas estas celebraciones serán transmitidas en vivo por radio y televisión, así como transmitidas en el sitio web de Vatican News, y serán comentadas en español en el sitio web y en la página de Facebook. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News13 de enero de 2021

13
Ene

Inició campaña de vacunación en el Vaticano

Vaticano.- A partir de hoy, el Estado Vaticano también está procediendo con las vacunas para hacer frente a la pandemia de coronavirus. Se inicia con las categorías de mayor riesgo y los ancianos. Comenzó hoy, en el atrio de la Sala Pablo VI en la Ciudad del Vaticano, la campaña de vacunación contra el Covid-19. Lo confirmó, respondiendo a preguntas de los periodistas, el director de la Oficina de Prensa Vaticana, Matteo Bruni. La prioridad –como ya comunicado la Dirección de Sanidad e Higiene de la Gobernación– es dada al personal sanitario y de seguridad pública, a los ancianos y al personal que está en contacto más frecuentemente con el público. Serán vacunados los ciudadanos, empleados y jubilados, pero también los familiares que reciben la asistencia del FAS (Fondo de Asistencia Sanitaria). La campaña es completamente voluntaria. Por ahora, los menores de 18 años están excluidos de la vacunación porque todavía no se han realizado estudios que incluyan a este grupo de edad. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News13 de enero de 2021

13
Ene

Papa Francisco: Tengamos el coraje de decir «Bendito eres, oh Señor»

Vaticano.- La alabanza purifica y nos abre el camino hacia el Señor. Dios, nuestro amigo fiel, “es el centinela” que nos hace “avanzar con seguridad”. Es, en extrema síntesis, lo que dijo el Papa Francisco en su catequesis de este miércoles sobre la oración, en la que aseguró que “alabando, somos salvados”. Como San Francisco de Asís, que, en el momento más oscuro de su vida, ya estando casi ciego y sintiendo los pasos de la muerte, con la percepción de que el mundo no había cambiado desde el inicio de su predicación, rezó, “Laudato si’, mi Señor”. “Tengamos el coraje de decir – animó el Papa hoy – ‘Bendito eres, oh Señor’». La oración de alabanza ha sido el tema de la catequesis del Papa Francisco en este miércoles 13 de enero. El Santo Padre hizo referencia a un pasaje crítico de la vida de Jesús, después de los primeros milagros y de la implicación de los discípulos en el anuncio del Reino de Dios. Juan el Bautista, que estaba en la cárcel atravesando un momento de oscuridad, duda si se equivocó en el anuncio. Y le hace llegar este mensaje: «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?». Precisamente entonces, el evangelista Mateo relata un hecho “sorprendente”, dijo el Papa: Jesús no eleva al Padre un lamento, sino eleva un himno de júbilo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños». Es decir, – puntualizó Francisco – en plena crisis, en plena oscuridad en el alma de tanta gente, como Juan el Bautista, Jesús bendice al Padre, alaba al Padre”. Pero, – planteó el Santo Padre – ¿por qué? Alabar a Dios por los que acogen el Evangelio Jesús alaba al Padre “por lo que es”, dijo. Es decir, porque es el “Señor del cielo y de la tierra”. Sabe y siente que su Padre es el Dios del universo, y sabe que el Señor de todo lo que existe es el Padre. “De esta experiencia de sentirse ‘hijo del Altísimo’ brota la alabanza”. Jesús se siente hijo del Altísimo. Y después Jesús alaba al Padre porque favorece a los pequeños. Es lo que Él mismo experimenta predicando en los pueblos: los “sabios” y los “inteligentes” permanecen desconfiados y cerrados, hacen cálculos, mientras que los “pequeños” se abren y acogen el mensaje. Esto solo puede ser voluntad del Padre, y Jesús se alegra. De este modo, “también nosotros – continuó el Papa – debemos alegrarnos y alabar a Dios porque las personas humildes y sencillas acogen el Evangelio”. En el futuro del mundo y “en las esperanzas de la Iglesia están siempre los pequeños”, afirmó. Son “aquellos que no se consideran mejores que los otros, que son conscientes de los propios límites y de los propios pecados, que no quieren dominar sobre los otros”. Se reconocen “todos hermanos”. Por eso la oración de Jesús en ese momento de “aparente fracaso”, conduce “también a nosotros, lectores del Evangelio, a juzgar de forma diferente nuestras derrotas personales, a juzgar de manera diferente las situaciones en las que no vemos clara la presencia y la acción de Dios, cuando parece que el mal prevalece y no hay forma de detenerlo”. Jesús, que también recomendó mucho la oración de súplica, precisamente en el momento en el que habría tenido motivo de pedir explicaciones al Padre, sin embargo, lo alaba. Practicar la alabanza sobre todo en los momentos oscuros Alabando, somos salvados. Lo recuerda, continuó Francisco, “un texto de la liturgia eucarística que invita a rezar a Dios de esta manera”: «Aunque no necesitas nuestra alabanza, tú inspiras en nosotros que te demos gracias, para que las bendiciones que te ofrecemos nos ayuden en el camino de la salvación por Cristo, Señor nuestro». Y “la oración de alabanza nos sirve a nosotros”, porque, tal como la define el Catecismo, ella es una participación «en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes de verle en la gloria». Así, “debe ser practicada no solo cuando la vida nos colma de felicidad, sino sobre todo en los momentos difíciles, en los momentos oscuros, cuando el camino sube cuesta arriba”. Como Jesús, que en el momento de oscuridad alaba al Padre. Es “para que aprendamos que, a través de esa cuesta, de ese sendero fatigoso, de esos pasajes arduos, se llega a ver un panorama nuevo, un horizonte más abierto”. La alabanza es como respirar oxígeno puro: te purifica el alma, te hace mirar más allá, no quedas encerrado en el difícil y oscuro momento de las dificultades. El centinela que nos hace avanzar con seguridad La oración que San Francisco compuso al final de su vida, el “Cántico de las criaturas”, constituye una gran enseñanza sobre esto, explicó el Santo Padre. El Pobrecillo no lo compuso en un momento de alegría, en un momento de bienestar, sino al contrario, en medio de las dificultades. Estando ya “casi ciego”, sintiendo en su alma “el peso de una soledad que nunca antes había sentido”, pues el mundo no había cambiado desde el inicio de su predicación, y sintiendo además que se acercaban “los pasos de la muerte”. En ese momento que podría ser de “desilusión extrema” y de “percepción del propio fracaso”, Francisco “reza”. Reza alabando al Señor: “Laudato si’, mi Señor…”. Francisco alaba a Dios por todo, por todos los dones de la creación, y también por la muerte, que con valentía la llama «hermana», «hermana muerte». Estos ejemplos de los santos, de los cristianos, también de Jesús, de alabar a Dios en los momentos difíciles, abren las puertas de un camino muy grande hacia el Señor y nos purifican siempre. La alabanza siempre purifica. Los santos y las santas – concluyó el Pontífice – nos demuestran que se puede alabar siempre, en las buenas y en las malas, porque Dios es el Amigo fiel. Este es el fundamento de la

12
Ene

Modificado el rito del Miércoles de Ceniza en tiempo de pandemia

Vaticano.- Adaptándose a las medidas de seguridad sanitarias establecidas en este tiempo de pandemia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha publicado una nota en la que explica la modificación del rito del Miércoles de Ceniza. La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha publicado una nota sobre la modificación del rito del Miércoles de Ceniza en tiempo de pandemia. Tal como se lee en el escrito, «pronunciada la oración de bendición de las cenizas y después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el sacerdote se dirigirá a los presentes, diciendo una sola vez y para todos los fieles, la fórmula del Misal Romano: «Convertíos y creed en el Evangelio», o bien: «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás». Después, el sacerdote se limpiará las manos y se pondrá la mascarilla para proteger la nariz y la boca. Posteriormente, impondrá la ceniza a cuantos se acercan a él o, si es oportuno, se acercará a los fieles que estén de pie, permaneciendo en su lugar. Asimismo, el sacerdote tomará la ceniza y la dejará caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada». La nota fue firmada en la sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el 12 de enero de 2021 por el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos desde 2014 y Monseñor Arthur Roche, Arzobispo Secretario. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News12 de enero de 2021

12
Ene

Jornada Mundial del Enfermo: «Dar al que sufre el bálsamo de la cercanía»

Vaticano.- En el marco de la 29° Jornada Mundial del Enfermo que se celebrará el próximo 11 de febrero, el Papa Francisco ha publicado un mensaje en el que recuerda la importancia de apoyar a quienes sufren una enfermedad «con el bálsamo de la cercanía», respetando su dignidad como Hijos de Dios y evitando caer en el «mal de la hipocresía». El Pontífice también dedica un pensamiento especial a «quienes padecen en todo el mundo los efectos de la pandemia del coronavirus», particularmente «a los más pobres y marginados». El Papa Francisco ha dado a conocer su mensaje con motivo de la 29° Jornada Mundial del Enfermo que se celebrará el póximo 11 de febrero, memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, cuyo tema «Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos (Mt 23,8). La relación de confianza, fundamento del cuidado del enfermo», inspirado  en el pasaje evangélico en el que Jesús critica la hipocresía de quienes dicen, pero no hacen (cf. Mt 23,1-12).  En su escrito, el Santo Padre afirma que esta Jornada «es un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, ya sea en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades» y dedica un pensamiento especial a «quienes sufren en todo el mundo los efectos de la pandemia del coronavirus», particularmente «a los más pobres y marginados». Nadie es inmune al mal de la hipocresía «La crítica que Jesús dirige a quienes «dicen, pero no hacen» es beneficiosa, siempre y para todos, porque nadie es inmune al mal de la hipocresía», explica Francisco subrayando que se trata de un mal muy grave que nos impide vivir la fraternidad universal a la que estamos llamados como Hijos de Dios. En este sentido, el Pontífice puntualiza que ante la condición de necesidad de un hermano o una hermana, Jesús nos muestra un modelo de comportamiento totalmente opuesto a la hipocresía: «Propone detenerse, escuchar, establecer una relación directa y personal con el otro, sentir empatía y conmoción por él o por ella, dejarse involucrar en su sufrimiento hasta llegar a hacerse cargo de él por medio del servicio». Por otra parte, el Papa hace hincapié en que la experiencia de la enfermedad «hace que sintamos nuestra propia vulnerabilidad» y, al mismo tiempo, la necesidad innata del otro: «Nuestra condición de criaturas se vuelve aún más nítida y experimentamos de modo evidente nuestra dependencia de Dios». “La enfermedad impone una pregunta por el sentido, que en la fe se dirige a Dios; una pregunta que busca un nuevo significado y una nueva dirección para la existencia, y que a veces puede ser que no encuentre una respuesta inmediata. Nuestros mismos amigos y familiares no siempre pueden ayudarnos en esta búsqueda trabajosa” La enfermedad siempre tiene un rostro Asimismo, en su mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo 2021 marcada por la pandemia, el Santo Padre recuerda que la enfermedad siempre tiene un rostro, incluso más de uno: «Tiene el rostro de cada enfermo y enferma, también de quienes se sienten ignorados, excluidos, víctimas de injusticias sociales que niegan sus derechos fundamentales (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 22)». Francisco expresa que, por un lado, la pandemia actual ha sacado a la luz numerosas insuficiencias de los sistemas sanitarios y carencias en la atención de las personas enfermas: «Los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera equitativa». La pandemia desata crisis y también generosidad Y por otro, esta crisis sanitaria «ha puesto también de relieve la entrega y la generosidad de agentes sanitarios, voluntarios, trabajadores y trabajadoras, sacerdotes, religiosos y religiosas que, con profesionalidad, abnegación, sentido de responsabilidad y amor al prójimo han ayudado, cuidado, consolado y servido a tantos enfermos y a sus familiares»: «Una multitud silenciosa de hombres y mujeres que han decidido mirar esos rostros, haciéndose cargo de las heridas de los pacientes, que sentían prójimos por el hecho de pertenecer a la misma familia humana», escribe el Papa. El bálsamo de la cercanía Y en este punto, el Pontífice destaca que la cercanía humana, «es un bálsamo muy valioso, que brinda apoyo y consuelo a quien sufre en la enfermedad». “Como cristianos, vivimos la projimidad como expresión del amor de Jesucristo, el buen Samaritano, que con compasión se ha hecho cercano a todo ser humano, herido por el pecado. Estamos llamados a ser misericordiosos como el Padre y a amar, en particular, a los hermanos enfermos, débiles y que sufren (cf. Jn 13,34-35)” En este contexto, Francisco recuerda la importancia de la solidaridad fraterna, que se expresa de modo concreto en el servicio y que puede asumir formas muy diferentes, todas orientadas a sostener al prójimo: «Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo». En este compromiso -continúa el Papa- cada uno es capaz de «dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles y buscar la promoción del hermano». La impotancia de la buena terapia y la relación de confianza Otro de los aspectos que profundiza el Santo Padre en su mensaje es la importancia de que haya una buena terapia para el paciente enfermo. El Papa afirma que es decisivo el aspecto relacional, «mediante el que se puede adoptar un enfoque holístico hacia la persona enferma». “Dar valor a este aspecto también ayuda a los médicos, los enfermeros, los profesionales y los voluntarios a hacerse cargo de aquellos que sufren para acompañarles en un camino de curación, gracias a una relación interpersonal de confianza. Se trata, por lo tanto, de establecer un pacto entre los necesitados de cuidados y quienes los cuidan; un pacto basado en la confianza y el respeto mutuos, en la sinceridad, en la disponibilidad, para superar toda barrera defensiva, poner en el centro la dignidad del enfermo, tutelar la profesionalidad de los agentes sanitarios