Categoría: Papa Francisco

23
May

El Papa: aprendamos a decir cada día “Señor, dame tu paz, dame el Espíritu Santo”

Vaticano.- “Cuanto más sentimos que el corazón está agitado, cuanto más advertimos en nuestro interior nerviosismo, intolerancia, rabia, más debemos pedir al Señor el Espíritu de la paz”. Palabras del Papa a la hora del rezo del Regina Coeli el domingo 22 de mayo de 2022, meditando sobre la promesa de Jesús: “Les dejo la paz, les doy mi paz”. “Aprendamos a decir cada día: ‘Señor, dame tu paz, dame el Espíritu Santo’”, animó Santo Padre, que exhortó a pedirlo también para los demás. «Les dejo la paz, les doy mi paz». Las frases de Jesús en la última cena, fueron el centro de la reflexión del Papa Francisco sobre el Evangelio del Día, que, como cada domingo se asomó desde la ventana del Palacio Apostólico Vaticano para rezar junto con los fieles presentes en la Plaza de San Pedro la oración a la Madre de Dios.  Se muere como se ha vivido Jesús – dijo el Santo Padre – se despide con palabras que expresan afecto y serenidad, pero lo hace en un momento que no es precisamente sereno: Judas ha salido para traicionarlo, Pedro está a punto de negarlo y casi todos los demás lo abandonarán. «El Señor lo sabe, y con todo no reprocha, no usa palabras severas, no pronuncia discursos duros. En vez de mostrar agitación, permanece afable hasta el final».  El Santo Padre recordó seguidamente un proverbio que dice que “se muere como se ha vivido”. Y constató que, en efecto, “las últimas horas de Jesús son como la esencia de toda su vida”.  Experimenta miedo y dolor, pero no deja espacio al resentimiento y a la protesta. No se deja llevar por la amargura, no se desahoga, no es incapaz de soportar. Está en paz, una paz que proviene de su corazón manso, habitado por la confianza. De ahí surge la paz que Jesús nos deja. Porque no se puede dejar la paz a los demás si uno no la tiene en sí mismo. No se puede dar paz si no se está en paz.  Experimenta miedo y dolor, pero no deja espacio al resentimiento y a la protesta. No se deja llevar por la amargura, no se desahoga, no es incapaz de soportar. Está en paz, una paz que proviene de su corazón manso, habitado por la confianza. De ahí surge la paz que Jesús nos deja. Porque no se puede dejar la paz a los demás si uno no la tiene en sí mismo. No se puede dar paz si no se está en paz.  Un testimonio que vale más que mil palabras Con esta frase, Jesús, continuó diciendo el Santo Padre «demuestra que la mansedumbre es posible». Él la ha encarnado precisamente en el momento más difícil; y desea que también nos comportemos así nosotros, que somos los herederos de su paz. Nos quiere mansos, abiertos, disponibles para escuchar, capaces de aplacar las disputas y tejer concordia. Esto – aseguró el Papa – es dar testimonio de Jesús, y vale más que mil palabras y que muchos sermones.  Preguntémonos si, en los lugares en los que vivimos, nosotros, los discípulos de Jesús, nos comportamos así: ¿Aliviamos las tensiones, apagamos los conflictos? ¿Tenemos una mala relación con alguien, estamos siempre preparados para reaccionar, para estallar, o sabemos responder con la no violencia, sabemos responder con gestos y palabras de paz? ¿Cómo reacciono yo? Que cada uno se pregunte. Tras esta invitación al discernimiento, el Pontífice reconoció que, ciertamente, esta mansedumbre “no es fácil”. De hecho, constató cuán difícil es “desactivar los conflictos”. Pero es precisamente aquí que, según el Sucesor de Pedro, “viene en nuestra ayuda la segunda frase de Jesús: Les doy mi paz”.  Jesús sabe que nosotros solos no somos capaces de custodiar la paz, que necesitamos una ayuda, un don. La paz, que es nuestro compromiso, es ante todo don de Dios. En efecto, Jesús dice: «Les doy mi paz, pero no como la da el mundo». ¿Qué es esta paz que el mundo no conoce y que el Señor nos dona? Es el Espíritu Santo, el mismo Espíritu de Jesús.  La fuerza de paz de Dios Sucede que, tal como enseñó el Papa, el Espíritu Santo es “la presencia de Dios en nosotros, la ‘fuerza de paz’ de Dios”.  Es Él, el Espíritu Santo, quien desarma el corazón y lo llena de serenidad. Es Él, el Espíritu Santo, quien deshace las rigideces y apaga la tentación de agredir a los demás. Es Él, el Espíritu Santo, quien nos recuerda que junto a nosotros hay hermanos y hermanas, no obstáculos y adversarios. Es Él, el Espíritu Santo quien nos da la fuerza para perdonar, para recomenzar, para volver a partir. Y con Él, con el Espíritu Santo, nos transformamos en hombres y mujeres de paz.  Invoquemos al Espíritu Santo Por todo ello, el Santo Padre Francisco reiteró que “ningún pecado, ningún fracaso, ningún rencor debe desanimarnos a la hora de pedir con insistencia el don del Espíritu Santo” puesto que “cuanto más sentimos que el corazón está agitado, cuanto más advertimos en nuestro interior nerviosismo, intolerancia, rabia, más debemos pedir al Señor el Espíritu de la paz”.  “Aprendamos a decir cada día: ‘Señor, dame tu paz, dame el Espíritu Santo’”, animó, exhortando a pedirlo también “para quienes viven junto a nosotros, para quienes encontramos todos los días y para los responsables de las naciones”. Que la Virgen – concluyó- nos ayude a acoger al Espíritu Santo para ser constructores de paz. Los pensamientos del Papa tras el Regina Coeli Tras el rezo del Regina Coeli el Papa Francisco pidió un aplauso para Pauline Marie Jaricot, fundadora de la Obra de la Propagación de la Fe, cuya beatificación tuvo lugar el domingo 22 de mayo de 2022 en Lyon. “Esta fiel laica, que vivió en la primera mitad del siglo XIX, fue una mujer valiente, atenta a los cambios de los tiempos con una visión universal de la misión de la Iglesia. Que su ejemplo suscite en todos el deseo de

23
May

Semana Laudato si’ 2022: Los jóvenes comprometidos con la Tierra

Vaticano.- El Movimiento Internacional “Scholas Occurrentes” inauguró la Escuela Laudato si’, de la que participan cientos de jóvenes de distintas partes del mundo para quienes el grito de la Madre Tierra no les es indiferente. Una iniciativa especialmente destacable en la Semana Laudato si’ 2022. Responder al clamor de la tierra, de los pobres: son dos de los siete objetivos de la Semana Laudato si’ 2022, lanzada por el Santo Padre Francisco luego del rezo del Regina Coeli el domingo 22 de mayo de 2022. El objetivo es “escuchar cada vez con más atención el grito de la Tierra, que nos impulsa a actuar juntos en el cuidado de nuestra casa común”, afirmaba el Pontífice. Unos días antes, el jueves 19 de mayo, el Santo Padre se reunió, en el Aula Magna de la Pontificia Universidad Urbaniana, con jóvenes participantes en la “Escuela Laudato si’” del Movimiento Educativo Internacional “Scholas Occurrentes”. Son chicos y chicas procedentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, España, Haití, Italia, México, Panamá y Portugal que durante un año desarrollarán proyectos de impacto socio-ambiental en sus comunidades. Estos jóvenes fueron destinatarios de unas espontáneas y bellas palabras del Papa, quienes les explicó que “para que la Laudato si’ tenga valor real, hace falta poesía y coraje y estas dos cosas no se aprenden en los libros, sino que se aprende así, con el riesgo, con la contemplación de la naturaleza y con la lucha”. “El cambio está aquí” Tres jóvenes de esta “Generación Laudato si’”, implicada con la preservación del medioambiente, compartieron sus experiencias ante los micrófonos de Radio Vaticana – Vatican News. Irene, de España, quien durante el encuentro formuló una pregunta al Santo Padre, con entusiasmo cuenta que el mensaje del Papa “fue una inspiración para seguir luchando por lo que creemos y que no estamos solos”, expresa. Ella se animó a participar de la Escuela tras diferentes ocasiones en las que colaboró con iniciativas de Scholas Occurrentes. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News23 de mayo de 2022

18
May

Papa Francisco: Dios prefiere una oración de protesta y no una religiosidad hipócrita

Vaticano.- El Papa Francisco, en su audiencia general de hoy, 18 de mayo de 2022, continuó con la serie de catequesis dedicada a la vejez y concluyó el libro de Job del Evangelio. La protesta de Job a Dios nos enseña a ser libres al momento de orar, protestarle a Dios, y Él en el silencio nos escucha El Sumo Pontífice, en su catequesis de hoy dedicada a la vejez, recordó la figura de Job, como testigo de la fe que no acepta una “caricatura” de Dios, más bien le “grita”, le protesta a Dios “frente al mal, para que Dios responda y revele su rostro. Y Dios al final responde, como siempre de forma sorprendente -dijo el Papa- muestran a Job su gloria, pero sin aplastarlo, es más, con soberana ternura». El Papa en su Catequesis, recuerda la manera de rezar de Job, protestando a Dios, pero sin considerarlo un perseguidor. Al respecto, el Papa dijo a los fieles presentes, que protestarle a Dios es una forma de rezar, los niños o los jóvenes le protestan a los padres, es una forma de llamar la atención y pedirles que se ocupen de ellos: “Si tienes en tu corazón alguna llaga, algún dolor y tienes ganas de protestar, protesta también [contra] Dios, Dios te escucha, Dios es Padre, Dios no se asusta por nuestra oración de protesta, ¡no! Dios lo entiende. Pero sé libre, sé libre en tu oración, no aprisiones tu oración en patrones preconcebidos. ¡No! La oración debe ser así, espontánea, como la de un hijo con su padre, que le cuenta todo lo que le viene a la boca porque sabe que su padre le entiende”. Las pruebas de Job Francisco dijo que el libro de Job representa de “forma dramática y ejemplar lo que en la vida sucede realmente. Es decir, que sobre una persona, sobre una familia o sobre un pueblo se derriban pruebas demasiado pesadas, desproporcionadas respecto a la pequeñez y fragilidad humana. En la vida a menudo, come se dice, “llueve sobre mojado”. Y algunas personas se ven abrumadas por una suma de males que parece verdaderamente excesiva e injusta”. Cada  uno de nosotros nos hemos impresionado del grito, de personas que conocemos, que son así:   “Todos hemos conocido personas así. Nos ha impresionado su grito, pero a menudo nos hemos quedado también admirados frente a la firmeza de su fe y de su amor. Pienso en los padres de niños con graves discapacidades, o en quien vive una enfermedad permanente o al familiar que está al lado… Situaciones a menudo agravadas por la escasez de recursos económicos. En ciertas coyunturas de la historia, este cúmulo de pesos parecen darse como una cita colectiva. Es lo que ha sucedido en estos años con la pandemia del Covid-19 y lo que está sucediendo ahora con la guerra en Ucrania”. Al respecto, el Papa confirmó que no podemos justificar estos “excesos” como una racionalidad superior de la naturaleza y de la historia, ni tampoco bendecirlos religiosamente como respuesta justificada a las culpas de las víctimas, que se lo han merecido. La protesta a Dios es una forma de rezar Es “una especie de derecho de la víctima a la protesta, en relación con el misterio del mal, derecho que Dios concede a cualquiera, es más, que Él mismo, después de todo, inspira. El “silencio” de Dios, en el primer momento del drama, significa esto. Dios no va a rehuir la confrontación, pero al principio deja a Job el desahogo de su protesta. Quizás, a veces, deberíamos aprender de Dios este respeto y esta ternura”.   Y a Dios no le gusta esa enciclopedia -llamémosla así- de explicaciones, de reflexión que hacen los amigos de Job. Aseveró Francisco, ese es el jugo del lenguaje, que no es el correcto: es esa religiosidad la que explica todo, pero el corazón permanece frío. A Dios no le gusta eso. Le gusta más la protesta de Job o el silencio de Job. Dios nos guarde del pietismo hipócrita y presuntuoso Repasando el pasaje bíblico, el Pontífice recuerda a los amigos de Job, que cuando los necesitaba, en vez de consolarlo, se dedicaron a juzgarlo con esquemas preconcebidos: “Cuando finalmente Dios toma la palabra, Job es alabado porque ha comprendido el misterio de la ternura de Dios escondida detrás de su silencio. Dios reprende a los amigos de Job que suponían que sabían todo, de Dios y del dolor y, habiendo venido a consolar a Job, terminaron juzgándolo con sus esquemas preconcebidos. ¡Dios nos guarde de este pietismo hipócrita y presuntuoso! ¡Dios nos preserve de esa religiosidad moralista y de esa religiosidad de preceptos que nos da cierta presunción y te lleva al fariseísmo y a la hipocresía!” La protesta de Job y el silencio de Dios Dios se expresa con ira contra los amigos de Job, pero no los castiga porque Job intercede por ellos. La declaración de Dios nos sorprende, afirmó el Santo Padre, porque hemos leído las páginas encendidas de la protesta de Job, que nos han dejado consternados. “Sin embargo – dice el Señor – Job ha hablado bien, porque se ha negado a aceptar que Dios es un “Perseguidor”. Y como recompensa, Dios le devuelve a Job el doble de todos sus bienes, después de pedirle que ore por esos malos amigos suyos”, Job, incluso cuando estaba enojado contra Dios, ha negado que sea un perseguidor, lo busca, señaló Francisco:  “El punto de inflexión de la conversión de la fe se produce precisamente en el culmen del desahogo de Job, donde dice: «Yo sé que mi Defensor está vivo, y que él, el último, se levantará, sobre el polvo. Tras mi despertar me alzará junto a él, y con mi propia carne veré a Dios. Yo, sí, yo mismo le veré, mis ojos le mirarán, no ningún otro» (19,25-27)”. Podemos interpretarlo así, dijo el Papa: “Este pasaje es hermoso. Me recuerda el final de ese brillante oratorio de Haendel, el Mesías, después de esa

17
May

Trabajo infantil, Papa Francisco: demasiadas pequeñas manos privadas de dignidad

Vaticano.- El Sumo Pontífice envía un mensaje para la 5ª Conferencia Mundial que se celebra en Durban (Sudáfrica) sobre la eliminación de la explotación laboral de niños y adolescentes: combatamos el fenómeno «de manera decidida, conjunta y contundente» para devolver a los pequeños la vida a la que tienen derecho. La pobreza es la madre de todas las explotaciones. La miseria que acompaña a la ausencia de protección de los derechos elementales es el abismo que engulle a millones de personas cada año, empezando por los que no pueden defenderse, niñas y niños, y que se encuentran «arando los campos, trabajando en las minas, recorriendo grandes distancias para sacar agua y realizando trabajos que les impiden asistir a la escuela, por no hablar del delito de prostitución infantil». Es el mismo Papa quien, en un mensaje a la Organización Mundial del Trabajo (OIT), enumera los dramáticos estragos que suponen, escribe, «millones de niñas y niños» condenados «a una vida de empobrecimiento económico y cultural». Erradicar las causas El Papa dirigió sus palabras a los participantes en la Quinta Conferencia Mundial sobre la Erradicación del Trabajo Infantil, que comenzó el pasado domingo, 15 de mayo de 2022, en Durban (Sudáfrica) y se prolongará hasta el próximo viernes. La lectura del mensaje a la audiencia la hizo ayer el nuncio apostólico en el país, el arzobispo Peter Bryan Wells, quien dio voz a la preocupación de Francisco por una «tragedia» agravada en los últimos años, escribió, «por el impacto de la crisis sanitaria mundial y la extensión de la pobreza extrema en muchas partes de nuestro mundo». Por esas «demasiadas pequeñas manos» obligadas a hacer lo que ningún niño debería hacer, el Papa pide a los «organismos internacionales y nacionales competentes» un «mayor compromiso» para desentrañar «las causas estructurales de la pobreza mundial y la escandalosa desigualdad que sigue existiendo entre los miembros de la familia humana». «De manera decidida» A partir de la explotación laboral, que no pocas veces lleva a las peores formas de abuso de otro tipo, hay millones, dice, de niños privados de «la alegría de su juventud y de la dignidad que Dios les ha dado». Por lo tanto, insiste enérgicamente, la Conferencia de la OIT tiene la tarea de difundir «una mayor conciencia» sobre el tema para «encontrar formas apropiadas y eficaces de proteger la dignidad y los derechos de los niños, especialmente mediante la promoción de sistemas de protección social y el acceso a la educación para todos». La Santa Sede y la Iglesia en su conjunto, recuerda Francisco, trabajan también para combatir el fenómeno «de manera decidida, conjunta y decisiva» ya que, repite, la «medida» con la que se respeta la «dignidad humana innata» y los derechos fundamentales de los más pequeños «expresa qué tipo de adultos somos y queremos ser, y qué tipo de sociedad queremos construir».  Prensa CEVNota de prensa de Vatican News17 de mayo de 2022

16
May

Papa Francisco a las OMP: Imitar la fe concreta y creatividad generosa de Pauline Jaricot

Vaticano.– El 16 de mayo de 2022, en un mensaje al comienzo de la Asamblea General de la red de Obras Misionales Pontificias, que se realiza en Lyon, ciudad natal de su fundadora la beata Pauline Jaricot, el Papa Francisco puntualiza que en la reforma de la Curia romana el impulso evangelizador y misionero, que no es proselitismo, sino testimonio, está en primera línea. “Salir de uno mismo para anunciar con la vida el amor gratuito y salvífico de Dios por nosotros, llamados todos a ser hermanos”, es el testimonio que el Papa pide a los miembros de las Obras Misionales Pontificias (OMP) que desde, este lunes 16 y hasta el 23 de mayo, están reunidos en la ciudad francesa de Lyon, para una Asamblea general que tendrá en su centro la beatificación de Pauline Jaricot, fundadora de una de las cuatro obras misionales, la obra de la «Propagación de la Fe». En su mensaje, a los participantes al encuentro, al que asisten unos 120 Directores Nacionales de la OMP en el mundo, Francisco recuerda todos los aniversarios que se enmarcan en la celebración del 400 años de la Congregación De Propaganda Fide, a la que las Obras Misionales están estrechamente vinculadas y que celebran su bicentenario en la ciudad que las vio nacer por el espíritu, entre otros, de Paulina Jaricot, así como el centenario de su elevación, junto con la Obra de la Santa Infancia y la Obra de San Pedro Apóstol, al rango de «Pontificia» el 3 de mayo de 1922, con el Motu Proprio del Papa Pío XI. Desde la Curia un impulso evangelizador Esta serie de aniversarios, como afirma el Santo Padre, constatan la voluntad de apoyar y coordinar la difusión del Evangelio en tierras hasta ahora desconocidas, en un “impulso evangelizador” que “nunca se ha desvanecido en la Iglesia y sigue siendo su dinamismo fundamental” “Por eso he querido que también en la renovada Curia romana el Dicasterio de la Evangelización asuma un papel especial para favorecer la conversión misionera de la Iglesia (Praedicate Evangelium, 2-3), que no es proselitismo, sino testimonio”- escribe el Pontífice. Vale destacar que en la Nueva Constitución Apostólica, dicho dicasterio tendrá a la cabeza como prefecto el mismo Sumo Pontífice. Todo bautizado es una misión En Lyon, su ciudad natal, Pauline Jaricot, quien hace 200 años, con apenas 23 años, “tuvo el valor de fundar una Obra para apoyar la actividad misionera de la Iglesia y de poner “en marcha el ‘Rosario Viviente’, una organización dedicada a la oración y al reparto de ofrendas, será beatificada el próximo domingo, 22 de mayo. “De familia acomodada, murió en la pobreza: con su beatificación, la Iglesia atestigua que supo acumular tesoros en el cielo (cf. Mt 6,19), tesoros que nacen de la valentía del dar y revelan el secreto de la vida: sólo dando se posee, sólo perdiendo se encuentra (cf. Mc 8,35)”, enfatiza Francisco en su mensaje. Y recuerda que a Pauline Jaricot le gustaba decir “que la Iglesia es misionera por naturaleza y que, por tanto, todo bautizado tiene una misión; es más, es una misión”. De allí, las palabras del Pontífice que reiteran que ayudar a vivir esta conciencia de ser como bautizados una misión es el principal servicio de las Obras Misionales Pontificias, un servicio que realizan con el Papa y en nombre del Papa. “Este vínculo de la OMP con el ministerio petrino – subraya el Santo Padre – establecido hace cien años, se traduce en un servicio concreto a los Obispos, a las Iglesias particulares, a todo el Pueblo de Dios”. La conversión misionera A la Asamblea general de la OMP, Francisco sugiere tres principios, comenzando por la conversión misionera. En este sentido, refiere que “Pauline Jaricot vio su existencia como una respuesta a la compasiva y tierna misericordia de Dios”, desde su juventud, incluso “a través de los sufrimientos que padeció, para encender la llama de su amor en cada hombre”. «Ahí está la fuente de la misión – afirma el Pontífice – en el ardor de una fe que no se satisface y que, por la conversión, se convierte en imitación día a día, para canalizar la misericordia de Dios por los caminos del mundo”. “La bondad de la misión depende de la salida de uno mismo, del deseo de no centrar la vida en uno mismo, sino en Jesús, en Jesús que vino a servir y no a ser servido”, apunta el Papa. La oración es la primera forma de misión Para el Sucesor de Pedro esa conversión misionera de entrega y servicio solo es posible a través de la oración “que es la primera forma de misión”: “No es casualidad que Pauline haya colocado la Obra de la Propagación de la Fe junto al Rosario Viviente, como para reiterar que la misión comienza con la oración y no puede realizarse sin ella”. “Sí, porque es el Espíritu del Señor el que precede y capacita todas nuestras buenas obras: la primacía es siempre de su gracia. De lo contrario, la misión se convertiría en una carrera en vano”, enfatizó el Papa. La caridad concreta El tercer aspecto señalado por Francisco es el de la “concreción de la caridad”, algo que junto a la oración, Pauline Jaricot puso en acto con la colecta de ofrendas “a gran escala de forma creativa, acompañándola de información sobre la vida y las actividades de los misioneros”. Francisco concluye su mensaje a la Asamblea General de las OMP con un llamado a que caminen tras las huellas de la gran mujer misionera, dejándose inspirar por su fe concreta, su valor audaz, su creatividad generosa. Lyon testimonio misionero En la apertura de la Asamblea General se escucharon las palabras introductorias de monseñor Giampietro Dal Toso, presidente de las Obras Misionales Pontificias, quien presidió la misa de apertura en latín, y donde tuvo lugar la lectura del mensaje del Papa Francisco. Las sesiones plenarias, donde intervendrán directivos y delegados de diversos países estarán alternadas con encuentros continentales y

16
May

Papa Francisco: La santidad no está hecha de actos heroicos sino de mucho amor cotidiano

Vaticano.- Un ambiente de gran celebración el domingo 15 de mayo de 2022, una mañana abarrotada en la Plaza de San Pedro para la proclamación de diez nuevos santos. Francisco: «sus vidas fueron un reflejo de Dios en la historia, vocaciones abrazadas con entusiasmo y gastadas dándose generosamente a todos» En una mañana soleada en la plaza San Pedro el Papa Francisco presidió la celebración Eucarística y el rito de canonización de diez beatos. De cada uno, el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, presentó una breve hagiografía. Ellos son: Titus Brandsma, Lázaro conocido como Devasahayam, César de Bus, Luigi Maria Palazzolo, Justin Maria Russolillo, Carlos de Foucauld, Marie Rivier, María Francisca de Jesús Rubatto, Maria di Gesù Santocanale y Maria Domenica Mantovani.  «Amar significa servir y dar la vida, -dijo Francisco en su homilía- servir es no anteponer los propios intereses, desintoxicarse de los venenos de la avidez y la competición, combatir el cáncer de la indiferencia y la carcoma de la autorreferencialidad… Dar la vida, es salir del egoísmo para hacer de la existencia un don. El Señor tiene un proyecto de amor para cada uno de nosotros, cada uno  tiene que seguir ese camino de santidad».  Además, el Papa afirmó que «la santidad no está hecha de algunos actos heroicos, sino de mucho amor cotidiano. Cada uno de nosotros, podemos amar al otro como Cristo nos ha amado. Es tan simple el camino de la santidad». Expresó el Pontífice: «somos nosotros que lo complicamos. El Señor, dijo, tiene un proyecto de amor para cada uno, tiene un sueño para nuestras vidas».   «Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros» Así mismo, en su homilía el Papa Francisco, recordando el Evangelio del V domingo de Pascua, manifestó que Jesús entregó “a los suyos antes de pasar de este mundo al Padre, palabras que expresan lo que significa ser cristianos: «Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros» (Jn 13,34)”.  Este es el testamento que Cristo nos dejó -dijo el Papa- el criterio fundamental para discernir si somos verdaderamente sus discípulos o no: el mandamiento del amor: “Consideremos dos elementos esenciales de este mandamiento: el amor de Jesús por nosotros —así como yo los he amado— y el amor que Él nos pide que vivamos —ámense los unos a los otros”. Y repasando esas palabras de Jesús que dice: “como yo los he amado”,  el Papa nos recordó que Jesús nos ha amado “hasta el extremo, hasta la entrega total de sí. Impacta ver que pronuncia estas palabras en una noche sombría, mientras el clima que se respira en el cenáculo está cargado de emoción y preocupación”: “Emoción porque el Maestro está a punto de despedirse de sus discípulos. Preocupación porque anuncia que precisamente uno de ellos lo traicionará. Podemos imaginar qué dolor tendría Jesús en su alma, qué oscuridad se acumulaba en el corazón de los apóstoles, y qué amargura ver a Judas que, después de haber recibido del Maestro el bocado mojado en su plato, salía de la sala para adentrarse en la noche de la traición. Y, justo en la hora de la traición, Jesús confirmó el amor por los suyos. Porque en las tinieblas y en las tempestades de la vida lo esencial es que Dios nos ama” indició el Sumo Pontífice. Dios nos ama Este es el anuncio central en la profesión y en las expresiones de nuestra fe -afirmó el Papa- y «no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero» (1 Jn 4,10). No lo olvidemos nunca, aseveró, es un amor “que no hemos merecido”, sin embargo “somos amados”, éste es nuestro valor: somos amados:  “No son nuestros talentos y nuestros méritos los que están en el centro, sino el amor incondicional y gratuito de Dios, que no hemos merecido. En el origen de nuestro ser cristianos no están las doctrinas y las obras, sino el asombro de descubrirnos amados, antes de cualquier respuesta que nosotros podamos dar”. El mundo quiere frecuentemente convencernos de que sólo valemos si producimos resultados -siguió su homilía- el Evangelio nos recuerda la verdad de la vida: somos amados. Tras mencionar a H. Nouwen, un maestro espiritual de nuestro tiempo que escribió: «Antes de que cualquier ser humano nos viera, hemos sido mirados por los amorosos ojos de Dios. Antes de que alguien nos escuchara llorar o reír, hemos sido escuchados por nuestro Dios, que es todo oídos para nosotros. Antes de que alguien en este mundo nos hablara, la voz del amor eterno ya nos hablaba». El Papa indicó que esta verdad nos pide una conversión en relación con la idea que a menudo tenemos sobre la santidad. A veces, -dijo- insistiendo demasiado sobre nuestro esfuerzo por realizar obras buenas, hemos erigido un ideal de santidad basado excesivamente en nosotros mismos, en el heroísmo personal, en la capacidad de renuncia, en sacrificarse para conquistar un premio. Es una visión a veces demasiado pelagiana de la vida, de la santidad, afirmó.  El Papa Francisco continuó señalando que «Dios nos ha amado primero, nos ha esperado, Él nos ama. Continúa amándonos, esta es nuestra identidad: amados por Dios. Esta es nuestra fuerza: amados por Dios».    La santidad no va separada de lo cotidiano De este modo, Francisco señaló que “hemos hecho de la santidad una meta inalcanzable, la hemos separado de la vida de todos los días, en vez de buscarla y abrazarla en la cotidianidad, en el polvo del camino, en los afanes de la vida concreta”, Y afirmó que ser discípulos de Jesús es caminar por la vía de la santidad y, ante todo, dejarse transfigurar por la fuerza del amor de Dios: “El amor que recibimos del Señor es la fuerza que transforma nuestra vida, nos ensancha el corazón y nos predispone para amar. Por eso Jesús dice —y he aquí el segundo aspecto— «así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos

13
May

Papa Francisco: hoy más que nunca las familias están probadas y heridas

Vaticano.- Francisco se reúne con los participantes en el congreso de teología moral organizado por la Pontificia Universidad Gregoriana con motivo del año dedicado a Amoris Laetitia. La familia es, en efecto, un lugar de espiritualidad, y la tarea de los estudiosos es asumir los retos de nuestro tiempo y analizar la relación entre la conciencia y el bien. Pero en la realidad actual -dijo- la vida familiar está sujeta a muchas dificultades. «¿Cómo pueden las familias cristianas hoy, en la alegría y las fatigas del amor conyugal, filial y fraterno, dar testimonio de la buena noticia del Evangelio de Jesucristo?» El Papa Francisco formuló esta pregunta, dirigiéndose a los participantes en el congreso internacional de Teología Moral que se celebra actualmente en la Pontificia Universidad Gregoriana y que tiene lugar en el año dedicado al estudio y mayor comprensión de la exhortación apostólica Amoris Laetitia. La familia como primer lugar de fe Una de las respuestas a este interrogante, para el Papa, está en la teología moral, que puede recurrir a «la rica espiritualidad que germina en la familia», que es la unidad de la que se compone en gran medida el Pueblo de Dios y que es «el primer lugar en el que se vive la fe en Jesucristo y el amor mutuo». En ella, los cónyuges y los hijos están llamados a cooperar en la vivencia del misterio de Cristo, a través de la oración y el amor practicados en la concreción del cotidiano y de las situaciones, en el cuidado mutuo capaz de acompañar para que nadie sea excluido y abandonado. Una nueva creatividad en la teología moral La familia, en efecto, «desempeña hoy un papel decisivo en los caminos de la conversión pastoral de nuestras comunidades y de la transformación misionera de la Iglesia», y para ello es necesaria una «nueva creatividad» y un estudio académico a nivel teológico, con reflexiones sobre la relación entre el matrimonio y la familia, entre los sacramentos, los ritos litúrgicos y las prácticas pastorales, «entre las grandes cuestiones antropológicas y los interrogantes morales ligados a la alianza conyugal». Una necesidad de diálogo y de escucha del Pueblo de Dios para superar una idea abstracta de la verdad y descubrir «cuánta riqueza de bien hay en las familias de todo el mundo». Las dificultades de las familias actuales Sin embargo, subraya el Papa, la vida familiar «está hoy más probada que nunca»: Muchas familias sufren la falta de trabajo, de una vivienda digna o de una tierra donde vivir en paz, en una época de grandes y rápidos cambios. Estas dificultades se extienden a la vida familiar, generando problemas relacionales. Hay muchas «situaciones difíciles y familias heridas». La posibilidad misma de formar una familia hoy en día es a menudo ardua, y los jóvenes tienen muchas dificultades para casarse y tener hijos. Una relación virtuosa entre la reflexión y la práctica Cambios epocales que provocan a la teología moral » a asumir los desafíos de nuestro tiempo», hablando un lenguaje comprensible para los interlocutores. «Entre la teología y la acción pastoral -recuerda el Papa- debe establecerse, una y otra vez, una circularidad virtuosa. La praxis pastoral no puede deducirse de principios teológicos abstractos, al igual que la reflexión teológica no puede limitarse a reiterar la práctica». La teología moral, además, no puede reducirse a la casuística. Esto, recuerda el Papa, sería «volver atrás». Por miedo, falta de ingenio y coraje esto haría ‘tanto daño a la Iglesia’. Los teólogos y los cristianos, en efecto, deben «volver a las raíces», pero para «dar un paso adelante», para inspirarse, y no para anular el «riesgo cristiano de llevar la fe» y de «hacer el camino con Jesucristo». La conciencia y el bien En el centro del compromiso pastoral y teológico, recuerda además el Papa, debe estar «el reconocimiento de la relación inseparable entre la conciencia y el bien, «a pesar de los dramas y afanes de la vida». La moral evangélica está alejada tanto del moralismo, que hace de la observancia literal de las normas la garantía de la propia justicia ante Dios, como del idealismo, que, en nombre de un bien ideal, desanima y aleja del bien posible. La alegría del amor Por eso es necesario repensar las categorías de la teología moral en su vínculo recíproco y «ayudar a las familias a redescubrir el sentido del amor». La invitación a los teólogos de la moral es que continúen su trabajo con fidelidad creativa al Evangelio y a la experiencia viva de los creyentes para que «la alegría del amor, que encuentra en la familia un testimonio ejemplar, se convierta en el signo eficaz de la alegría de Dios que es misericordia y de la alegría de los que reciben esta misericordia como don». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News13 de mayo de 2022

13
May

Papa Francisco visitará Canadá del 24 al 30 de julio

Vaticano.- El Santo Padre visitará las ciudades canadienses de Edmonton, Quebec e Iqaluit, en el extremo norte de Canadá. Se trata de la cuarta visita de un Papa a Canadá desde la realizada por Juan Pablo II en 2002. «Aceptando la invitación de las autoridades civiles y eclesiales y de las comunidades indígenas, el Santo Padre Francisco realizará un Viaje Apostólico a Canadá del 24 al 30 de julio, visitando las ciudades de Edmonton, Quebec e Iqaluit”. Así lo dio a conocer hoy el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, precisando que el programa de viaje y otros detalles serán anunciados en las próximas semanas. El Pontífice visitará Edmonton, capital de la provincia canadiense de Alberta, segunda ciudad de Canadá con mayor número de aborígenes que viven en centros urbanos. Francisco llegará también a Iqaluit, en el extremo norte del país, no lejos del Océano Ártico, que cuenta con el mayor número de inuit de Canadá (unos 3.900). El Papa Francisco fue invitado personalmente por los delegados Inuit a visitar el norte del país durante su encuentro a finales de marzo en el Vaticano. La ciudad de Quebec, finalmente, «es un destino accesible para las personas que desean viajar para ver al Papa Francisco», precisa la Conferencia Episcopal Canadiense. La región también alberga la basílica de Sainte-Anne-de-Beaupré, uno de los lugares de peregrinación más antiguos y populares de Norteamérica. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News13 de mayo de 2022

12
May

Papa Francisco: “No ver el problema de la falta de nacimiento es una actitud miope”

Vaticano.- El Papa Francisco saludó a los participantes en la segunda edición de los Estados Generales de la Natalidad. En su mensaje afirmó que no ver el problema de la falta de nacimiento es una “actitud miope”; es dejar de ver lejos, de mirar hacia adelante. Hoy y mañana viernes 13 de mayo se celebra en el Auditorium della Conciliazione de Roma el Foro de las Familias, en lo que es su segunda edición.  En la apertura de los trabajos se leyó el mensaje del Papa Francisco.  En su mensaje, el Pontífice se disculpó con los presentes, por no haber podido estar con ellos en forma presencial, sin embargo, dijo, seguirá con atención los trabajos, porque el tema de la natalidad es una verdadera emergencia social, señaló y agregó que esta emergencia no es “inmediatamente perceptible, como otros problemas que ocupan la actualidad”, pero es muy urgente: “Cada vez nacen menos niños, y eso significa empobrecer el futuro de todos; Italia, Europa y Occidente están empobreciendo su futuro”. La familia rica en hijos corre riesgo de ser una utopía El Papa dijo a los presentes, que en la actualidad, existe una periferia existencial en Occidente que no se percibe inmediatamente: “Es el de las mujeres y los hombres que tienen el deseo de tener un hijo, pero no pueden realizarlo. Muchos jóvenes luchan por realizar su sueño familiar. Y así se baja la “varilla del deseo” y se conforman con sucedáneos mediocres, como los negocios, el coche, los viajes, la custodia celosa del tiempo libre… La belleza de una familia rica en hijos corre el riesgo de convertirse en una utopía, un sueño difícil de realizar”. No ver el problema es una actitud miope El Santo Padre, afirmó que la actitud conformista, de no luchar por alcanzar el sueño de traer al mundo hijos, es una “nueva pobreza que lo asusta. El Santo Padre añadió que es “la pobreza generadora” de los que descartan el deseo de felicidad en sus corazones, de los que se resignan a diluir sus mayores aspiraciones, de los que se conforman con poco y dejan de esperar grandes cosas. “Sí, es una pobreza trágica, porque afecta a los seres humanos en su mayor riqueza: traer vidas al mundo para cuidarlas, transmitir la existencia que han recibido a otros con amor”. Por tanto, para el Papa, no ver el problema de la falta de nacimiento es una “actitud miope”; es dejar de ver lejos, de mirar hacia adelante. Es dar la espalda, dijo, pensando que los problemas son siempre demasiado complejos y que no se puede hacer nada. Es, en una palabra, rendirse. “Se puede hacer” Por eso, a Francisco, le gustó el título del evento, organizado por la Fundación para la Natalidad y promovido por el Foro de las Familias: «Se puede hacer». Es el título de los que no renuncian, afirmó el Pontífice, de los que esperan contra la esperanza, contra unas cifras que empeoran inexorablemente año tras año. Se puede hacer, significa no aceptar pasivamente que las cosas no pueden cambiar. Por último, el Papa alentó a todos, porque «las cosas pueden cambiar si, sin miedo, más allá de los intereses partidistas y las vallas ideológicas, comprometámonos juntos», y añadió: «Por eso espero que a todos los niveles -institucional, mediático, cultural, económico y social- se promuevan, mejoren y apliquen políticas concretas destinadas a relanzar la natalidad y la familia. Pienso en ustedes y me gusta ver cómo el tema de la natalidad es capaz de unir, no de dividir. Empresas, bancos, asociaciones, sindicatos, deportistas, actores, escritores, políticos, todos juntos para reflexionar sobre cómo volver a ilusionarse con la vida». Los datos, las previsiones y las cifras son ya conocidos por todos, dijo, ahora es necesaria la concreción. Es hora de dar respuestas reales a las familias y a los jóvenes, señaló, la esperanza no puede ni debe morir de espera. «Pido a Dios que bendiga vuestro compromiso. Estoy cerca de ustedes y les animo, para que juntos podamos revertir el curso de este frío invierno demográfico. Gracias. Se puede hacer». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News12 de mayo de 2022

12
May

Mensaje del Papa Francisco para el Día Mundial del Migrante y del Refugiado: los migrantes no son invasores, su contribución enriquece la humanidad

Vaticano.- Mensaje para el 108º Día Mundial del Migrante y del Refugiado, el 25 de septiembre: «Su trabajo, su capacidad de sacrificio, su juventud y su entusiasmo enriquecen a las comunidades que los acogen». La inclusión de los más vulnerables es una condición necesaria para el Reino de Dios. No invasores, no destructores, no usurpadores, sino trabajadores bien dispuestos, instrumentos para «conocer mejor el mundo y la belleza de su diversidad», portadores de «dinámicas revitalizantes y animadores de celebraciones vibrantes» en el caso de los católicos. Es un nuevo y sentido llamamiento para cambiar el enfoque y la percepción de los «hermanos» migrantes, el que hace el Papa en su Mensaje para la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se celebrará el próximo 25 de septiembre. Un mundo en el que vivir en paz y con dignidad «Construir el futuro con los migrantes y los refugiados» es el título del documento, firmado en San Juan de Letrán el pasado 9 de mayo, pero que se ha hecho público hoy, en el que el Pontífice entrelaza su examen del fenómeno migratorio -que sigue siendo de actualidad y se ha hecho más urgente por la guerra de Ucrania- con pasajes bíblicos de los Profetas y del Evangelio. La visión de fondo es escatológica, el Reino de Dios, la «Nueva Jerusalén», la morada de Dios y la meta de la humanidad; la mirada está puesta en los acontecimientos actuales, las «tribulaciones de los últimos tiempos» que nos llaman a renovar nuestro compromiso con la construcción de «un mundo donde todos podamos vivir dignamente en paz». Nadie debe ser excluido Para que reine esta «maravillosa armonía», escribe el Papa, es necesario «acoger la salvación de Cristo, su Evangelio de amor, para que se eliminen las desigualdades y discriminaciones del mundo presente». «Nadie debe ser excluido», reitera el Papa Francisco con letras claras en el Mensaje. En efecto, el proyecto de Dios es «esencialmente inclusivo» y «sitúa en el centro a los habitantes de las periferias existenciales». Por lo tanto, migrantes, refugiados, desplazados, víctimas de la trata. «Es con ellos que Dios quiere edificar su Reino, porque sin ellos no sería el Reino que Dios quiere. La inclusión de las personas más vulnerables es una condición necesaria para obtener la plena ciudadanía». Fuente de enriquecimiento Construir el futuro con los inmigrantes y los refugiados significa también reconocer y valorar lo que cada uno de ellos puede aportar al proceso de construcción. Francisco recuerda la profecía de Isaías, en la que «los extranjeros no figuran como invasores y destructores, sino como trabajadores bien dispuestos que reconstruyen las murallas de la nueva Jerusalén». La llegada de extranjeros se presenta así como una «fuente de enriquecimiento».   Programas específicos Además, es la propia «historia» la que nos enseña » la aportación de los migrantes y refugiados ha sido fundamental para el crecimiento social y económico de nuestras sociedades». “Y lo sigue siendo también hoy». «Su trabajo, su capacidad de sacrificio, su juventud y su entusiasmo enriquecen a las comunidades que los acogen. Pero esta aportación podría ser mucho mayor si se valorara y se apoyara mediante programas específicos. Se trata de un enorme potencial, pronto a manifestarse, si se le ofrece la oportunidad». Nueva energía para la vida de la Iglesia Ciertamente, señala el Papa, «la presencia de los migrantes y refugiados representa un enorme reto», pero también es «una oportunidad de crecimiento cultural y espiritual para todos». Gracias a ellos «podemos madurar en humanidad y construir juntos un ‘nosotros’ más grande», dice el Obispo de Roma. Esto genera «espacios de confrontación fecunda entre visiones y tradiciones diferentes» y descubrimos «la riqueza que encierran religiones y espiritualidades desconocidas para nosotros». La llegada de migrantes y refugiados católicos ofrece, de hecho, «energía nueva a la vida eclesial de las comunidades que los acogen», asegura el Papa. «Compartir expresiones de fe y devociones diferentes representa una ocasión privilegiada para vivir con mayor plenitud la catolicidad del pueblo de Dios». Construir el futuro con los vulnerables El llamamiento se dirige entonces a todos los creyentes, especialmente a los jóvenes: «Si queremos cooperar con nuestro Padre celestial en la construcción del futuro, hagámoslo junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados. ¡Construyámoslo hoy! Porque el futuro empieza hoy, y empieza por cada uno de nosotros «. «No podemos dejar a las próximas generaciones la responsabilidad de decisiones que es necesario tomar ahora, para que el proyecto de Dios sobre el mundo pueda realizarse y venga su Reino de justicia, de fraternidad y de paz». Oración Concluye el Mensaje del Papa, una oración especialmente compuesta en la que Francisco pide a Dios que «donde haya exclusión, florezca la fraternidad» y que todos seamos «constructores de tu Reino», junto a «todos los habitantes de las periferias». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News12 de mayo de 2022