Monseñor Tulio Ramírez en fiesta de la Divina Misericordia: “No cerremos la puerta de nuestros apostolados y ministerios” 

26
Abr
2022

Guarenas.- Monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla, Obispo de Guarenas, presidió la misa del domingo 24 de abril de 2022, fiesta de la Divina Misericordia, en la parroquia Asunción de María de la Diócesis de Guarenas. Todavía en resguardo contra el Covid-19, la celebración se cumplió al aire libre y con medidas de seguridad, frente al templo de la Villa Panamericana, en Guarenas.

El párroco David Dziedzic (padres palotinos), recibió a los devotos y miembros del movimiento de apostolado procedentes de otras iglesias parroquiales de la Vicaría de Guarenas que comprende Guarenas, Guatire y Araira.

“El papa Juan Pablo II nos dejó instituida la festividad de la Divina Misericordia”, recordó el obispo durante su homilía. Al recordar a Tomás en la Palabra, al momento de encontrarse con el Resucitado, Monseñor Ramírez destacó la promesa de Jesús: “dichosos los creen sin haber visto”. Expresó que cada uno de los creyentes debe estar atento a lo que Dios puede anunciarle.

«Dios siempre quiere levantarnos de la caída porque cuando uno peca se hunde. Dios tiende su mano y nos levanta porque no ama, tiene misericordia de nosotros y porque le interesamos. Dios conoce nuestra debilidad y sabe que lo necesitamos», señaló. El prelado también habló de las conversaciones de Sor Faustina de Kowalska con Jesús, de donde surge el interés de promover la devoción a la Divina Misericordia. Por ello, invitó a reflexionar en torno a la frase: Yo soy el amor, la misericordia misma. No existe miseria que pueda medirse con mi misericordia (…) Hija dame tu miseria. Indicó el obispo «el Señor espera entonces que le des tu caída para poder levantarte».

Encuesta de Sinodalidad

El Obispo habló de la Encuesta de Sinodalidad dirigida al pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Guarenas. “No podemos ir unos por un lado y otros por otro lado porque Dios es un Dios de orden”, dijo al respecto. No cerremos nunca la puerta de nuestros apostolados, de nuestros ministerios. motivó en sus palabras. “Cuando vi los resultados me alegré porque no son los sacerdotes o diáconos quienes cierran la puerta (…) Necesitamos sanar heridas y esa sanación viene Dios.

Así también, hacia el final de la homilía, expresó que «no podemos rechazar a nadie porque esta casa (se refería a la Diócesis de Guarenas) es de puertas abiertas». “Inspirados por el Espíritu Santo y a la luz del Evangelio, haremos de este proceso sinodal una experiencia en la que vivamos el don de la unidad, para valorar la Iglesia que tenemos y de esta manera, dar inicio a ese caminar juntos hacia la Iglesia que todos deseamos para la gloria de Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote”, dice el enlace de la Encuesta de Sinodalidad, referida por Monseñor Tulio Ramírez.

Como sacerdotes, religiosos, seminaristas, como laicos, como comunidades parroquiales y como bautizados, somos convocados a esta gran consulta eclesial, a la cual solicitamos responder con generosidad y principalmente con apertura de corazón. “Que el Espíritu Santo haga de este Sínodo un tiempo de gracia en el que, como Iglesia Diocesana de Guarenas, Guatire, Araira y Barlovento, podamos experimentar su paso y misericordia por nuestra realidad”.

Nuevos integrantes del Movimiento del Apostolado Divina Misericordia

Durante la ceremonia cinco nuevas integrantes del Movimiento de Apostolado de la Divina Misericordia de la parroquia Asunción de María, fueron consagradas por el obispo diocesano. Se trata de Marlina Español, Nereida Rengifo, María Elena de Torres, María Berta Terán de Méndez y Carmen Quintana. Esta vez no hubo varones.Según explicó el Pbro. David Dziedzic, cada año en esta parroquia, durante la festividad de la Divina Misericordia, consagran a los nuevos integrantes del movimiento, quienes realizaron una oración y recibieron una medalla insignia de parte del Obispo.

Hacia el final de la Eucaristía, Yurman Deroy, responsable diocesana del Movimiento de la Divina Misericordia, agradeció a los sacerdotes y devotos por la asistencia. Durante la misa, fueron presentadas las reliquias de tres grandes promotores de la Divina Misericordia: San Juan Pablo II, Santa Faustina de Kowalska y el Beato padre Miguel Sopocko quien fue consejero de la religiosa. Todos ellos de origen polaco. El Papa Juan Pablo II canonizó el 30 de abril del año 2.000 a Santa Faustina Kowalska y proclamó la fiesta de la Divina Misericordia, a celebrarse todos los años el segundo domingo de Pascua.

Prensa CEV
Con información de El Guardián Católica
26 de abril de 2022