Mons. Víctor Hugo Basabe en la Festividad de la Divina Pastora: En tiempo de pandemia, ser misericordiosos como Jesús

14
Ene
2021

Caracas.- Este jueves, 14 de enero de 2021, la Arquidiócesis de Barquisimeto celebró la fiesta de la Divina Pastora de las Almas, con una serie de actividades en el marco de la Peregrinación Virtual a su Santuario. Luego de la última oración de la novena en honor a esta advocación mariana, a las 7:00 a.m. inició desde el Santuario de la Divina Pastora, la Eucaristía Central de la festividad, presidida por Mons. Víctor Hugo Basabe, Obispo de San Felipe y Administrador Apostólico de Barquisimeto, y transmitida a través del canal Youtube de la arquidiócesis.

Durante su homilía, Mons. Basabe expresó, ante la atípica celebración en esta oportunidad, que hace un año “cuando los alrededores de este templo y toda la ciudad de Barquisimeto eran un pulular de millones de personas”, nadie imaginaba que correspondería ahora ver los mismos espacios casi vacíos. “Hace un año, para nosotros el Covid 19 era algo lejano”, recordó. “Exactamente dos meses después de aquel 14 de enero de 2020, Venezuela entraba en un período de cuarentena radical (…) Casi un año ha transcurrido desde entonces y, además de haberse visto trastocada nuestra vida y normal accionar, hoy el Covid-19 va dejando en medio de nosotros una estela de muerte y tristeza en muchos hogares de nuestra patria”, expresó el Obispo.

“Les aseguro el abrazo fraterno y la oración de la Iglesia a todos ustedes, hermanos que hoy lloran la perdida de sus seres queridos a causa de un virus que ni siquiera les ha permitido estar cerca de ellos en los momentos más difíciles y en los últimos instantes de sus vidas”. El prelado pidió continuar unidos en la oración por el fin de la pandemia, y afirmó que aunque no se pudo realizar la acostumbrada peregrinación multitudinaria, por un sentido de responsabilidad en el cuidado de la salud de las personas, esto no ha significado la disminución de la fe.

Por ello, una vez más renovó la plegaria a María Santísima: “Hace 165 años, este pueblo barquisimetano, como lo hizo en su momento el pueblo de Israel unido a Ester en su angustia, se confió a la mediación de la Madre del Señor bajo esta hermosa advocación pidiéndole la ciudad se viera libre de la peste del cólera que le azotaba (…) Estoy plenamente seguro que esta Madre que a diario muestra su cercanía y cuidado para con este pueblo que la ama y en ella pone su confianza será portadora de nuestras suplicas”.

Misericordia en tiempos de pandemia

Mons. Basabe invitó a la feligresía que seguía la transmisión en vivo, a practicar la misericordia; a hacerla visible en tiempos de dificultad “siendo misericordiosos como él es misericordioso”. Una misericordia “que debe traducirse en gestos de amor concretos hacia nuestros hermanos y seres queridos, en el cuidado de unos por otros, en el orar unos por otros y en el asumir las debidas actitudes prácticas que la gravedad de este momento nos demanda en función de preservar la vida de nuestros semejantes”, indicó. “También invito a las autoridades sanitarias del país a entender que es un acto de misericordia hablar con la verdad”, expresó el prelado; “no se puede seguir poniendo en riesgo la vida de las personas ocultando la verdad o solo mostrándola a medias”.

“Pido también misericordia para con este pueblo venezolano que en medio de esta pandemia, ve día a día aumentar sus sufrimientos como consecuencia de una crisis política, económica y social”, continuó el Administrador Apostólico de Barquisimeto. “Les pido, por misericordia de Dios, a quienes han asumido el ejercicio de la política, entiendan de una vez, que es urgente un acuerdo nacional que ponga fin a tanto sufrimiento”. “Es urgente un cambio en la conducción del país y sus instituciones y eso puede lograrse, con buena voluntad y sin que el país tenga que desangrarse, solo con una mirada y un gesto de misericordia hacia este pueblo tanto de parte de quienes ostentan el gobierno como de quienes le adversan”.

El Obispo concluyó su homilía pidiendo la intercesión de María Santísima en su advocación de la Divina Pastora, para que “consiga de parte de su Hijo un espíritu dispuesto a la conversión” y “nos ayude a recuperar nuestro país para el progreso, la concordia, la unidad, la democracia, la justicia, la libertad y la paz”. A ella pidió el acompañamiento y protección a los migrantes, a los voluntarios de las organizaciones e instituciones que brindan ayuda humanitaria, y a todos los fieles devotos que en ella confían.

Culminada la Santa Misa, la festividad de la Divina Pastora continuó, a través de las redes sociales, a las 9:00 a.m., con el recorrido digital desde la Catedral hasta Santa Rosa, último punto de la ruta de la peregrinación virtual y en horas de mediodía, se llevó a cabo el rezo del Ángelus junto con la oración propuesta por el Papa Francisco para el cese de la pandemia. Dos horas más tarde, peregrinos del mundo, devotos a la Madre del Buen Pastor, compartieron mensajes y testimonios en honor a la advocación mariana.

Tras el rezo del Santo Rosario a las 4:00 p.m., la Peregrinación Virtual al Santuario de la Divina Pastora culminará a las 5:00 p.m. con el mensaje y la bendición final del Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas, junto a Mons. Víctor Hugo Basabe.

Devoción a la Divina Pastora en Venezuela

Patrona del estado Lara, de la Diócesis de San Carlos y de la Catedral del Vicariato Apostólico de Tucupita, La Divina Pastora es una advocación mariana cuya devoción en Venezuela se origina alrededor del año 1706, cuando llegó desde España a Caracas, gracias a la hermandad de los Capuchinos. Venerada principalmente en el Santuario de Santa Rosa en Barquisimeto, su veneración comenzó en el estado Lara en el año 1740, cuando el vicario parroquial de la iglesia Inmaculada Concepción, quiso colocar una imagen de la Divina Pastora, a la que conoció en la Catedral de Caracas. A su vez, la parroquia Santa Rosa colocaría una imagen de la Inmaculada Concepción. Ambos sacerdotes solicitaron las imágenes al mismo escultor, sin embargo, la imagen de la Divina Pastora llegó a Santa Rosa y la Inmaculada Concepción a la parroquia homóloga.

Al momento de pretender hacer el cambio, ocurrió lo que se denominó como un milagro: El cajón aumentó de peso y fue imposible levantarlo del suelo a pesar del esfuerzo por cargarlo. Finalmente, la imagen quedó en Santa Rosa, con ambos sacerdotes de acuerdo. Ocurrieron desde entonces varios milagros, siendo el más contundente el ocurrido en tiempos de la epidemia por cólera en el país, hacia 1855. Ante el aumento de contagios y fallecidos, el sacerdote José Macario Yépez, para entonces responsable de la iglesia de la Inmaculada Concepción, realizó el 14 de enero de 1856 una rogativa, con la imagen de la Divina Pastora y de Jesús Nazareno, junto a una Cruz colocada en Tierritas Blancas para la protección del pueblo.

Sucedió que, luego de la celebración, la rogativa continuaría en la Iglesia de la Inmaculada Concepción, a donde fue llevada la Divina Pastora. Ante ella, el Pbro. Yépez dirigía unas palabras pidiendo el cese de la enfermedad y exhortando a los fieles a confiar en la intercesión de la Pastora de Almas. A mitad de su discurso, el sacerdote cayó de rodillas frente a la sagrada imagen y a ella exclamó: «Virgen Santísima, Divina Pastora, en aras de la Justicia Divina, por el bien y salvación de este pueblo te ofrezco mi vida. Madre mía, Divina Pastora, por los dolores que experimentó tu divino corazón, cuando recibiste en tus brazos a tu Santísimo Hijo en la bajada de la Cruz, te suplico Madre Mía, que salves a este pueblo, ¡Que sea yo la última víctima del cólera». Pronto, la epidemia culminó, atribuyéndosele a la intercesión milagrosa ante Dios de la Divina Pastora, siendo el Pbro. Yépez la última víctima del cólera.

Este episodio milagroso intensificó la devoción a la Pastora de las almas, a quien sus fieles celebran cada 14 de febrero, con la tradicional peregrinación multitudinaria de la sagrada imagen desde Santa Rosa hasta Barquisimeto. Sin embargo, en esta oportunidad en la que correspondería la 165° visita a la ciudad, fue depuesta a fin de prevenir responsablemente los contagios por Covid-19, enfermedad que azota al país, celebrándose por primera vez una peregrinación virtual a través de la cual se recibieron grandes expresiones de amor a la advocación mariana, a quien una vez más los devotos piden continuamente el cese de la pandemia.

Prensa CEV
14 de enero de 2021