Mensaje del Prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina en la Asamblea Eclesial

22
Nov
2021


México.- El Cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, saludó a los 1.000 participantes de la Asamblea Eclesial durante el primer día de inicio de los grupos de discernimiento este 22 de noviembre de 2021.

“¡Que el Espíritu del Señor presente en medio de nosotros nos ayude a discernir juntos cómo reactivar el espíritu misionero que el Papa Francisco nos transmite con su ejemplo y su magisterio! Estamos aquí reunidos algunos pocos de manera presencial, pero muchos en modalidad telemática, y tantos otros y otras en modalidad de oración, para actualizar un compromiso solemne adquirido en la Conferencia de Aparecida, desplegado en la misión continental y confirmado por la presencia del Papa Francisco en la sede de Pedro”, ha dicho el purpurado.

Además ha destacado el papel de dos laicos latinoamericanos en la Pontificia Comisión para América Latina: “El Señor Rodrigo Guerra, mexicano, Secretario de la Comisión, y la Señora Emilce Cuda, argentina, jefe de oficina en la misma
Comisión. Me alegro mucho de estar acompañado por ambos en esta asamblea eclesial y estoy convencido de que en los años venideros la contribución de ambos será notable y apreciada debido a sus experiencias y competencias como
académicos y agentes de pastoral, animadores de buenas prácticas en el campo de la doctrina social de la Iglesia”.

El Cardenal Ouellet ha destacado el Documento para el discernimiento, el cual “me ha alegrado mucho al leer”, porque “se ha recuperado una de las más breves y potentes intuiciones de Aparecida: “la fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión” (DAp 156)”, y pocas líneas después, se nos recuerda: “Porque “la comunión es misionera y la misión es para la comunión” (DAp 163), la sinodalidad debe comprenderse siempre en un dinamismo en ‘salida’”.

A continuación presentamos el discurso completo:

SALUDO A LA ASAMBLEA ECLESIAL DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Marc Card. Ouellet
CONGREGACIÓN PARA LOS OBISPOS COMISIÓN PONTIFICIA PARA AMÉRICA LATINA
NOVIEMBRE 2021
SEÑOR PRESIDENTE DEL CELAM, ESTIMADOS MIEMBROS DE LA PRESIDENCIA DEL CELAM, OBISPOS
COORDINADORES DE LOS CENTROS PASTORALES, Y MUY QUERIDOSPARTICIPANTES EN ESTA ASAMBLEA ECLESIAL
LATINOAMERICANA:

“Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles” (Sal 126).

¡Que el Espíritu del Señor presente en medio de nosotros nos ayude a discernir juntos cómo reactivar el espíritu misionero que el Papa Francisco nos transmite con su ejemplo y su magisterio! Estamos aquí reunidos algunos pocos de manera presencial, pero muchos en modalidad telemática, y tantos otros y otras en modalidad de oración, para actualizar un compromiso solemne adquirido en la Conferencia de Aparecida, desplegado en la misión continental y confirmado por la presencia del Papa Francisco en la sede de Pedro.

Saludo muy cordialmente a todos ustedes en su nombre, pastores y fieles, familias y autoridades eclesiales y civiles de nuestros pueblos del continente y del Caribe. Considero un privilegio estar en medio de ustedes a pesar de la pandemia que nos sigue limitando pero que no ha podido frenar el dinamismo eclesial y social del continente de la esperanza. Este dinamismo se expresa en la iniciativa original de esta Asamblea continental que asume el reto de la sinodalidad y promete reactivar un compromiso misionero creativo en el espíritu de la Evangelii Gaudium.

Les brindo este saludo en nombre de la Congregación para los Obispos, que tiene un interés creciente en América latina por el hecho de que el Papa Francisco confirmó la vinculación de la Comisión Pontificia para América latina con esta Congregación, fortaleciendo su composición con el nombramiento de dos nuevas figuras conocidas en muchos ambientes eclesiales, universitarios y populares de América latina: El Señor Rodrigo Guerra, mexicano, Secretario de la Comisión, y la Señora Emilce Cuda, argentina, jefe de oficina en la misma Comisión. Me alegro mucho de estar acompañado por ambos en esta asamblea eclesial y estoy convencido de que en los años venideros la contribución de ambos será notable y apreciada debido a sus experiencias y competencias como académicos y agentes de pastoral, animadores de buenas prácticas en el campo de la doctrina social de la Iglesia.

La Asamblea eclesial de América Latina y el Caribe es una de las variadas formas cómo la Iglesia reaprende a escuchar y a discernir. Hace pocos días, cuando el Papa Francisco daba inicio al proceso sinodal, nos regaló algunas consideraciones que me parece también nos aplican aquí. El Santo Padre afirmaba que es preciso que nos volvamos “Iglesia de la escucha”, para así:

“Tomarnos una pausa de nuestros ajetreos, para frenar nuestras ansias pastorales y detenernos a escuchar. Escuchar el Espíritu en la adoración y la oración. ¡Cuánto nos hace falta hoy la oración de adoración! Muchos han perdido no sólo la costumbre, sino también la noción de lo que significa adorar. Escuchar a los hermanos y hermanas acerca de las esperanzas y las crisis de la fe en las diversas partes del mundo, las urgencias de renovación de la vida pastoral y las señales que provienen de las realidades locales.”1

Fijémonos cómo en este breve texto, el Papa Francisco nos afina la mirada: primero y antes que nada es preciso escuchar al Espíritu en la adoración y la oración. Muchas veces nuestras propias ideas llenan nuestra mente y nuestro corazón. Aún al arrodillarnos, nuestra vida interior se llena muchas veces de nuestros propios planes y de nuestros alambicados juicios previos, es decir, de nuestros pre-juicios. Habiendo orado y adorado, podemos ahora sí, escuchar a nuestro hermano con apertura sincera de corazón. Y escuchando a Dios y a nuestros hermanos viviremos una experiencia de sorpresa y de ampliación de horizontes.

Así mismo, me ha alegrado mucho al leer el documento para el discernimiento comunitario que se ha recuperado una de las más breves y potentes intuiciones de Aparecida: “la fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión” (DAp 156)”, y pocas líneas después, se nos recuerda: “Porque “la comunión es misionera y la misión es para la comunión” (DAp 163), la sinodalidad debe comprenderse siempre en un dinamismo en ‘salida’.

En efecto, no hay misión verdadera sin comunión eclesial profunda, ni comunión eclesial madura sin auténtico ímpetu misionero. Por esto, la sinodalidad, que es como la dimensión dinámica de la comunión, debe orientarnos más ad extra, a compartir la “buena noticia”, y no tanto ad intra, es decir, a las estructuras intraeclesiales y los puestos de poder.

Agradezco al Señor de la Historia la oportunidad de caminar junto con todos ustedes en esta aventura eclesial. Nada escapa de sus manos. Él nos conduce siempre hacia puerto seguro. ¡Escuchemos su voz ahí dónde se encuentre y pidamos que el Espíritu siempre nos ilumine a todos para hacer el mejor discernimiento en comunión profunda, unidos de verdad en una misma fe, cum Petro et sub Petro!

Prensa CEV
Nota de prensa Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe
22 de noviembre de 2021