Categoría: Eclesial Internacional

27
Nov

Asamblea Eclesial: Vivir con responsabilidad la tarea de ser discípulos misioneros

Para el Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, “esta Asamblea Eclesial es una iniciativa que quiere promover un caminar juntos a todos los niveles en la Iglesia”, pero también la definía como “una experiencia de fe, una experiencia de Dios, porque se palpa una atmosfera de comunión, de fraternidad, de escucha mutua, de paciencia también, y hay perlas que nos llegan de todas las intervenciones”. “Esta Asamblea Eclesial es un paradigma, un ejemplo para la Iglesia universal, que nos implica a vivir con responsabilidad y compromiso el don y tarea de ser discípulos misioneros”, según la religiosa mexicana misionera en Vancouver (Canadá). Como ha sucedido con muchos de los participantes, estamos ante algo que ha superado expectativas, algo que ha testificado Lisandra Chaves. Construir comunión Se trata de construir comunión, algo en lo que insistía el Cardenal Ouellet, algo que se realiza “a través de la reflexión sobre la sinodalidad y sobre todo la práctica de la participación, como algo que favorece la comunión de la Iglesia y el caminar juntos, asegurando que los que están en las periferias sean integrados a la marcha común y que realmente seamos una familia de Dios”, en palabras del cardenal Ouellet. La Asamblea, afirmaba Lisandra Chaves está sirviendo para ver “cómo tenemos cosas en común, como nos vamos dando cuenta que el clericalismo nos hace tanto daño”. La primera mujer que en la Conferencia Episcopal de Costa Rica dirige una comisión nacional, ve la Asamblea Eclesial como puntapié para que “las mujeres podamos tomar esos roles”. También recordó las palabras del Papa Francisco en las que ha dice que no quiere que las mujeres sean siervas del clericalismo, pidiendo “una Iglesia sinodal”, con protagonismo femenino, pues las mujeres son “quienes llevan la fe adelante”. El clamor del pueblo negro Los afrodescendientes han tenido una presencia invisibilizada en todos los ámbitos, también en la Iglesia, hasta el punto de que San Juan Pablo II pidió perdón por ello a la población afrodescendiente, como recordaba el Padre Venancio Mwangi, un pueblo que “quiere vivir el Misterio de la Encarnación” y que también “quiere sentarse a la mesa”. Tras denunciar esclavitudes actuales, como la trata de personas, la migración, destacó que la presencia de los representantes de la población afrodescendiente en esta Asamblea «significa que la Iglesia ha escuchado ese clamor”. Aunque se preguntaba dónde están en la Iglesia los 200 millones de negros en el continente. Una realidad de exclusión que también viven los migrantes, como relataba la Hermana Karina, que participa de un trabajo de promoción de los migrantes, “algo que implica muchos retos ante la violación de sus derechos humanos y laborales”, y demanda trabajo en red con otras instituciones. La religiosa dijo estar viviendo “un tempo de gracia, de escucha y conversión para todos, que necesitamos tener una conversión pastoral y vivir en sinodalidad nuestras relaciones y estructuras”. Por ello insistió en que “si no actuamos ya, esta Asamblea Eclesial no impulsará esta renovación de la Iglesia que tanto nos pide el mundo”. Una Iglesia madre Buscan ser “una Iglesia que es madre y mueve a toda la comunidad local a ser solidaria, a acoger”. De ahí la importancia de una Iglesia que no tiene fronteras y que ayuda desde las necesidades básicas hasta la defensa de sus derechos, según la religiosa. Esa Iglesia madre se hace presente en la Comisión Nacional de Abusos para protección de menores y adultos en vulnerabilidad, que en Costa Rica ha dado pasos, como relataba Lisandra, que es miembro de la comisión, con la elaboración de guías para la prevención de abusos y código de conducta. La comunicadora insistía en continuar dando pasos y de que la mujer se involucre y participe en las comisiones nacionales. Según ella, “no es conveniente que las comisiones nacionales de prevención sean solo de clero, porque eso se presta a que se tapen las situaciones”, exigiendo la presencia de laicos, de mujeres, que dice poder entender mejor a las víctimas, dada su maternidad y ternura, su disposición a la escucha. Abrazar la sorpresa Hablando sobre la misión, el padre Venancio insistió en la necesidad de escuchar los clamores, de abrazar lo nuevo, la sorpresa, algo que da miedo, citando algunos ejemplos de esos elementos que provocan miedo: abusos, migrantes, racismo, negritud, pueblos originarios… Para el Cardenal Oullet el primer objetivo de la sinodalidad, para lo que dijo que se necesita mucha paciencia, es la escucha mutua y fomentar la comunión eclesial, “lograr que la Iglesia sea un testimonio de amor mutuo, porque si no hay el amor mutuo nadie nos va a creer”. El purpurado ve la sinodalidad como “dinámica de la comunión, dimensión organizativa de la comunión”, insistiendo en la importancia de que la Iglesia llegue a ser cada vez más sinodal, “donde todo se sienten participantes, que son respetados, que son miembros, que cada uno tiene que aportar”. Jesús vino a dignificar a la mujer El Prefecto de la Congregación para los Obispos abogó por estructuras de consulta, que “en muchas partes no existen”, donde los laicos, las mujeres, los religiosos, pueden expresarse. Por eso, dejó claro que “no existe Pueblo de Dios e Iglesia jerárquica, la jerarquía hace parte del Pueblo de Dios”. Y todavía más, “los obispos tienen que comportarse como fieles, en fraternidad con todos, en escucha de todos, pues es el mismo Espíritu que habita todos los miembros y los va llevando a un testimonio que ha dado a la humanidad y que experimente la salvación”. Las mujeres han caído en un rol de sumisión, de invisibilidad, según Lisandra Chaves, por lo que “la mujer tiene que exigir sus derechos dentro de la Iglesia, asumir nuestro papel como discípulas y entender que lo somos, que somos importantes, que Jesús vino a dignificar a la mujer y la hizo discípula”. Prensa CEVNota de Vatican News27 de noviembre de 2021

27
Nov

Cardenal Barreto: Un pueblo de Dios que camina en la historia, una Iglesia que escucha

El Arzobispo de Huancayo, Perú, cardenal Pedro Barreto en un video, explica la importancia de la Iglesia latinoamericana, “que camina en la historia, que escucha, reflexiona y que busca responder a los grandes desafíos que hoy tiene la humanidad para cuidar la vida, don sagrado de Dios para cada uno de nosotros y el cuidado de la casa común”. El también Presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) expresó el entusiasmo de los asambleístas, por los trabajos realizados en la Asamblea Eclesial que está por concluir. Sin embargo, afirmó que el proceso de discernimiento continúa en la historia de la Iglesia latinoamericana. Tiempo de gracia Asimismo, el purpurado, señaló que a pesar de las dificultades que afronta el continente, estamos viviendo un tiempo de gracia y de entusiasmo. Tenemos que escuchar, dijo, “como Jesús, el grito de los pueblos, de los pobres, de los que sufren, pero también el grito como dice el Papa Francisco de nuestra Madre Tierra”. La Iglesia está viviendo “este aire fresco” que el Papa San Juan XXIII iniciara con la propuesta del Concilio Vaticano II. Somos una Iglesia que incluye, que busca responder a los grandes desafíos que hoy tiene la humanidad para cuidar la vida y la casa común. Además, manifestó, por último, esta Asamblea Eclesial es un hito muy importante de aporte de la Iglesia latinoamericana para el proceso del sínodo del 2023 en octubre, en roma, sobre el tema de la sinodalidad. Prensa CEVNota de Vatican News27 de noviembre de 2021

27
Nov

Emilce Cuda: “La Asamblea Eclesial es un éxodo para ser samaritanos comunitarios”

La Oficial de la Pontificia Comisión para América Latina recordó que, el Papa Francisco utilizó una frase maravillosa que es: “samaritano comunitario”. Para ella, esta frase “podría describir el espíritu que genera esta Asamblea Eclesial”. Vaticano.  “La Asamblea Eclesial es una experiencia única no solamente porque la convocatoria del Papa Francisco, debido a su legitimidad en la región, ha hecho que participen gran cantidad de personas, el camino recién comienza, la necesidad es abrir esta Asamblea del Pueblo de Dios hacia toda persona humana de Latinoamerica”, lo dijo Emilce Cuda, Oficial de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) al comentar los trabajos de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, este 26 de noviembre de 2021. El espíritu de la Asamblea: “samaritano comunitario” La Oficial de la CAL recordó que, el Papa Francisco utilizó una frase maravillosa que es: “samaritano comunitario”. Para Emilce Cuda esta frase “podría describir el espíritu que genera esta Asamblea”. Según la teóloga, esta Asamblea “no comienza en esta reunión que estamos teniendo juntos en México, sino que comenzó cuando se abrió este diálogo y va a continuar en el tiempo porque es un camino, justamente, un camino donde se tienden puentes”. Tender puentes entre los hombres En este sentido, Emilce Cuda explicó que tender puentes es restablecer las relaciones entre los católicos dentro de las parroquias, es tender puentes entre los católicos y otros católicos que quizás no están aquí presentes o no han participado hasta ahora de la escucha, pero que están escuchando, que están viendo todo lo que esto produjo y ese es el camino, es el éxodo finalmente, eso es un pueblo que camina, un éxodo en el que todos deberíamos estar, no tanto para nivelar, sino para abrirnos, para ser samaritanos como una comunidad, tocar y ayudar de aquí en adelante. Prensa CEVNota de Vatican News27 de noviembre de 2021

26
Nov

Sinodalidad del Pueblo de Dios: “Involucrar a todos los sujetos eclesiales en relaciones horizontales”

México. Citando al Papa Francisco, allí donde dice que «el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio«. Así comenzaba su intervención en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe Rafael Luciani, quien junto con María Dolores Palencia reflexionaban sobre “La Sinodalidad del Pueblo de Dios”. Discernir un nuevo modelo eclesial Las palabras del Papa son, según el teólogo venezolano, una convocatoria “a toda la Iglesia a discernir un nuevo modelo eclesial que sea fruto de esta nueva fase en la recepción del Vaticano II”. Por tanto, la sinodalidad no es algo nuevo, ya Pablo VI, decía Luciani, pedía en una de las sesiones del Concilio “una más completa definición de la Iglesia”. América Latina tiene “signos emergentes de un nuevo modelo eclesial en clave sinodal”, recordaba la religiosa mexicana, citando la reestructuración del CELAM, la creación de la CEAMA, la celebración de Sínodos diocesanos y Concilios Plenarios, y también esta nueva Asamblea Eclesial. El primer paso en ese camino, señalaba Luciani, es “la conversión de toda la Iglesia por medio de la escucha, la toma de consejos y la construcción de consensos”. El teólogo insistía en la escucha, que para ser auténtica “debe involucrar a todos los sujetos eclesiales, en relaciones horizontales fundadas en la dignidad bautismal y en el sacerdocio común de todos los fieles”. Es un camino este de la sinodalidad que nos compromete, afirmó María Dolores Palencia, a revisar cómo escucho y a quiénes escucho. También lo que los clamores de los que siempre fueron acallados representan: pueblos originarios y afrodescendientes, mujeres, personas y comunidades LGBTT. Superar relaciones desiguales Para ello la actitud es “superar relaciones desiguales, de superioridad y subordinación propias del clericalismo, y apostar por la recíproca necesidad y trabajo en conjunto. Participación no como concesión y si como derecho de todos, siendo un deber tomar consejos a partir de la escucha para quien ejerce la autoridad, según Luciani. Algo que ya dijo San Oscar Romero, en palabras de María Dolores Palencia, y que tiene que llevarnos a entender que “”la escucha no es genérica ni abstracta”, añadía el teólogo venezolano, que citó el Sínodo de la Amazonía como ejemplo, tanto en el proceso de escucha como en los documentos postsinodales. El desafío es abrir las mentes y corazones a la Ruah, que surge en la diversidad, en las periferias, entre los vulnerables y silenciados, recordaba nuevamente la religiosa. Una escucha que “no es un fin en sí misma”, para Luciani. Que se lleva a cabo para poder trabajar en conjunto «para que se tomen las decisiones pastorales», algo que define el sentido y la meta de un proceso eclesial sinodal. Y hacerlo sabiendo que se lleva a cabo en pasos “pequeños y sencillos, insignificantes quizá…”, como hacía ver la Hna. María Dolores, pero que se tienen que dar. Necesidad de cambios concretos Estamos ante algo que es más que “una mera práctica afectiva y ambiental, sin que se traduzca efectivamente en cambios concretos que ayuden a superar el actual modelo institucional clerical”, insistió Luciani. Por eso, llamaba a aprovechar esta Asamblea Eclesial para avanzar en sinodalidad. Esto porque “nos estamos jugando el futuro de la Misión”, dijo María Dolores Palencia, que hizo ver la necesidad de dejar atrás “el modelo clerical, anquilosado y sus privilegios”, y haga fortalecer la idea de que “es todo el pueblo de Dios responsable de acciones transformadoras, flexibles, atentas a las necesidades de las nuevas generaciones y junto con ellas, quien puede recrear una comunidad eclesial participativa, de consenso, con nuevas y diversas maneras de vivir la autoridad y tomar las decisiones”. Hay signos de esperanza, como es esta Asamblea Eclesial, vista por Rafael Luciani como “un ejercicio de la eclesialidad de todo el Pueblo de Dios”, que implante un modelo en el que “ya no deben ser los obispos quienes toman las decisiones para todo el Pueblo de Dios”. Algo que se ha ido construyendo en la Iglesia del continente “en medio de la persecución, del descrédito, la duda y la muerte”, recordaba la religiosa mexicana. Por eso insistía en que no “deteneros y reconocer lo nuevo que va surgiendo para abrir los espacios”. Crear mediaciones Luciani llamaba, teniendo como base la Episcopialis Communio a que “esta Asamblea Eclesial de paso a una auténtica sinodalización de toda la Iglesia del Continente y América Latina continúe a ser una Iglesia fuente para la Iglesia universal”. Para ello abogaba por “la creación de mediaciones y procedimientos para el involucramiento de todos los fieles y el establecimiento de las modalidades de participación permanentes, que consideren al laicado como sujeto pleno en la Iglesia”. Para ello, María Dolores Palencia llamaba “recrear las redes de comunicación y participación para que este reto de un laicado reconocido plenamente llegue realmente a todos”, una dificultad, inclusive allí donde el obispo es favorable a una mayor participación de personas laicas y una mayor consulta antes de las decisiones, algo asumido en la Iglesia del continente por obispos que ella citaba. De ahí surgen preguntas, que el teólogo venezolano lanzaba al aire, que cuestionan sobre la concreción de esa sinodalidad en la vida de la Iglesia. Por ello, respondiendo, la religiosa resaltaba la necesidad de aprender con realidades sociales y eclesiales largamente silenciadas, preguntándose también como vamos a ayudarnos, cómo vamos a generar nuevos caminos. Ello en la perspectiva y reto de “crear una nueva cultura del consenso eclesial”, afirmaba Luciani, poniendo a San Cipriano como ejemplo de ese caminar sinodal y desafiando a la Asamblea a ser “un primer signo emergente de este nuevo modo eclesial de proceder sinodal”. Para ello, oración y escucha mutua “con el fin de dar los primeros pasos, con temor y temblor, pero sin detenernos”, resaltó la Hna. Dolores Palencia. Según la religiosa, “más vale una iglesia con errores y equivocaciones, dispuesta a volver a levantarse y recomenzar el camino, a la parálisis, el pánico, que detiene el paso del Espíritu y anquilosa”. Un buen principio y una provocación a la que quienes estaban

26
Nov

Sinodalidad: un itinerario de encuentro y conversión

Está por terminar la Asamblea Eclesial. Es el momento para pensar en concreto, lo que va a pasar a partir del domingo, cuando todos regresen a sus casas, a sus diócesis, es el momento de definir cómo lograr que los párrocos se motiven con la Asamblea y el camino sinodal que propone Francisco. Vaticano. Ser uno, a imagen de Jesús y el Padre, ese es siempre un desafío en la vida de la Iglesia, todavía más en una Iglesia en la que se quiere caminar juntos, en sinodalidad. Para eso, la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe invitaba este 25 de noviembre a depurar las invitaciones que nos hace el Señor para nuestra misión como Iglesia en el continente. Podemos decir que la sinodalidad se va afianzando, es una apuesta decidida de la Asamblea Eclesial, fundamentada en la escucha, que “no tiene la finalidad de un marketing religioso”, sino que “implica entrar con los pies descalzos en los corazones que se abren y se expresan”, como aseguró Monseñor Jorge Eduardo Lozano, secretario General del Celam en su saludo a los participantes de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe al inicio de los trabajos. El sueño de una Iglesia sinodal nace del hecho de que “el Papa cree en el Espíritu Santo y quiere que aprendamos a escucharlo mejor en todos los niveles de la Iglesia”, afirmó el cardenal Ouellet, que señalaba que “una Iglesia sinodal es una Iglesia caminante en la fe”. Una sinodalidad que es “un proceso, un itinerario de encuentro y conversión”, en el que es necesario “ubicarnos en el lugar de la humildad, reconocer nuestro pecado”, en palabras de la hermana Liliana Franco. No podemos olvidar que “la sinodalidad es inherente al ser de la Iglesia”, en palabras de Mauricio López, algo que “no depende de nosotros, es una experiencia de gracia”. Una vez más, la rueda de prensa, en la que este jueves participaban el cardenal Mario Grech, Emilce Cuda, la hermana Birgit Weiler y el padre Juan Luis Negrón, con la presencia de decenas de periodistas, la mayoría en modo virtual, ayudó a reflexionar sobre la realidad, en este día marcada por la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una temática ya presenté desde la oración de la mañana. Prensa CEVNota de Vatican News26 de noviembre de 2021

26
Nov

Cardenal Parolin: «Los que ayudan a víctimas de la trata son voces proféticas de la Iglesia»

En la presentación de «Call to action», la iniciativa de la red mundial contra la trata de personas «Talitha Kum», el Secretario de Estado del Vaticano instó a no mirar hacia otro lado en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Vaticano. José, hijo del Profeta Jacob vendido como esclavo y María de Magdalena, dos rostros de la misericordia, dos experiencias de Resurrección posibles gracias a la mirada de Jesús. El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, ve en ellos las experiencias vividas también por las mujeres que cayeron en la trampa de la trata y que luego fueron liberadas gracias a los esfuerzos de Talitha Kum, la red de religiosas comprometidas en frenar este cruel fenómeno.El 25 de noviembre, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el organismo mundial de religiosas ha lanzado la iniciativa global «Call to Action»: una llamada a la acción destinada a «transformar la economía de la trata de personas en una economía del cuidado que capacite a todos, especialmente a las mujeres, para promover comunidades seguras y prósperas». Los rostros de la Resurrección El cardenal Parolin recuerda que el documento es «una llamada para todos, para las personas de buena voluntad y también de diferentes tradiciones». La historia de José es más actual que nunca: vendido, traicionado, pero -explica el cardenal- el Señor no le abandonó y tampoco «José abandonó al Señor». Es un emblema de la confianza total en Dios, pero también de la misericordia, porque perdona a sus hermanos. «La mirada de Jesús sobre María de Magdala, que no es cierto que fuera una prostituta -subrayó Parolin- le devolvió la dignidad». María «no estuvo sola en el momento del arrepentimiento, los hombres que habían abusado de ella se arrepintieron a su vez y se convirtió en apóstol de los apóstoles». Mujeres y niños que no son mercancías Aún hoy, estas historias se repiten, pero Talitha Kum ha dado a muchas mujeres y a sus hijos una oportunidad de volver a vivir. «Con Talitha Kum lo imposible se hace posible» son «una voz profética de la Iglesia». De ahí el llamamiento del cardenal Parolin a «sanar, a devolver la dignidad a quienes la han perdido, en una relación entre iguales, como hermanas que caminan juntas, siendo conscientes de los profundos valores que portan». Pero el llamamiento es también a «enfrentarse a las formas de esclavitud moderna» porque muchos no quieren verlas, ya sea porque están implicados o porque se benefician de ella. Frente a «mujeres y niños que son considerados mercancía y esclavos, no podemos apartar la mirada», dice Parolin, «no podemos ser hipócritas». «La llamada a la acción puede y debe sacudir las conciencias», la mirada de Cristo puede redimir en cualquier momento. Mayor compromiso El secretario de Estado del Vaticano también se refirió a la violencia contra las mujeres, recordando que «es necesario un mayor compromiso para erradicar el fenómeno, que va en aumento». Creo que lo principal», explicó, «es educar a los jóvenes para que respeten y valoren a las mujeres». Sobre la emergencia sanitaria, reiteró que «la posición de la Iglesia es clara»: «Vacunarse -ha dicho el Papa- es un acto de amor, y yo lo traduciría en un acto de responsabilidad». A continuación, se refirió a los cuidados paliativos y a la cercanía al enfermo, «las únicas vías que pueden salvar la dignidad de la persona y su humanidad», porque «la vida debe ser respetada desde la concepción hasta la muerte natural». Por último, el cardenal hizo alusión a la elección del próximo presidente de la República Italiana con «la esperanza de que el bien del país se ponga en el centro». Prensa CEVNota de Vatican News26 de noviembre de 2021  

26
Nov

Asamblea Eclesial. Presidenta de la CLAR: estamos llamados a caminar sinodalmente

La Presidenta de la CLAR, la Hermana Liliana Franco, comparte con Vatican News sus impresiones de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe y resalta que, “esta Asamblea es fundamentalmente un tiempo de gracia, tiempo para el Espíritu y para la escucha reverente y activa”. Vaticano “La Asamblea está siendo un espacio de sinodalidad, yo diría, un laboratorio de sinodalidad en el que nos damos la oportunidad de escucharnos y acogernos en nuestras diferencias con la conciencia y la certeza de que la pluralidad es para la Iglesia el don”, lo dijo la Hermana Gloria Liliana Franco, ODN, Presidenta de la CLAR, en declaraciones para Vatican News sobre su ponencia en el panel que sostuvo este 25 de noviembre titulado: “De la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe hacia el Sínodo de la sinodalidad”. La Asamblea Eclesial, un laboratorio de sinodalidad La Religiosa colombiana declaró que, “esta Asamblea es fundamentalmente un tiempo de gracia, tiempo para el Espíritu y para la escucha reverente y activa, también a la realidad, a los clamores de la historia, del pueblo”. Asimismo, dijo que, esta Asamblea tiene que hacer eco de los rostros y de las voces de los hermanos y hermanas con los que hacemos camino en este continente. Por ello, la Hermana Liliana Franco considera que, la Asamblea está siendo un espacio de sinodalidad, yo diría, un laboratorio de sinodalidad en el que nos damos la oportunidad de escucharnos y acogernos en nuestras diferencias con la conciencia y la certeza también, de que la pluralidad es para la Iglesia el don, la pluralidad posibilita el arte del encuentro, la mística del encuentro y de la comunión. Decidirnos a iniciar ese itinerario de conversión personal La Presidenta de la CLAR al referirse a su participación en el panel “De la Asamblea Eclesial de América al Sínodo sobre sinodalidad, comunión, participación y misión” dijo que, este evento fue un tejido de reflexión, de palabras, de convicciones y también de sentimientos que nos animan a reconocer que fundamentalmente es un proceso que no supondrá contemplación de la realidad, escucha a los clamores del pueblo en esta historia y nos supondrá también discernir, pasar por el corazón, decidirnos a iniciar ese itinerario de conversión personal, estructural, eclesial, que nos permita responder de una manera más significativa a lo que Dios nos está pidiendo en este momento de la historia. Está Asamblea es tiempo de gracia, es tiempo de conversión Finalmente, la Hermana Liliana Franco señaló que, “De la Asamblea al sínodo sobre sinodalidad”, estamos convocados todos a coger esa invitación del Papa Francisco a la reforma, a la transformación, a la revisión consciente, a la crítica humilde de esos modos de proceder, de esas maneras de relacionarnos que a lo mejor han estado alejadas    del querer de Dios. Y hoy, todos nosotros a lo que estamos llamados es a caminar sinodalmente en condición de hermanos para hacer posible una respuesta más significativa, con mayor parresia, de mayor significado de la Iglesia en nuestro tiempo. Prensa CEVNota de Vatican News26 de noviembre de 2021

26
Nov

Participación, comunión y misión: Cardenal Oullet y las claves de la sinodalidad

El Prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, cardenal Marc Oullet, participó el 25 de noviembre en los trabajos de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe que se está celebrando en Ciudad de México. En su discurso profundizó sobre el sentido del sueño propuesto por el Papa Francisco, de una Iglesia sinodal, que está delineado por tres dimensiones o claves fundamentales: la participación, la comunión y la misión. Vaticano. En el marco de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe que se está celebrando en Ciudad de México, el cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, participó en la jornada de trabajos del 25 de noviembre. «¿Cuál es el sueño de una Iglesia sinodal? ¿Una nueva moda? ¿Una estrategia de comunicación? ¿Una ideología disfrazada de programa pastoral? ¿Un método para la conversión misionera de la Iglesia?» Con esta serie de preguntas, el purpurado inició su alocución explicando que más allá de las cuestiones y dudas que puedan surgir sobre el sentido del sueño del Papa Francisco de una Iglesia sinodal, la realidad es muy simple: El Papa -afirmó el cardenal- cree en el Espíritu Santo y quiere que aprendamos a escucharlo mejor en todos los niveles de la Iglesia, desde el último barrio de las grandes metrópolis de América Latina hasta la cumbre del colegio de los pastores, pasando por las parroquias, las universidades, las asociaciones, los campesinos, los movimientos populares, culturales y sociales, etc. Renovar nuestros corazones desde la fe Para Oullet el punto central está en escuchar lo que el Espíritu Santo está diciendo a todos y cada uno con atención, «sin precipitación, sin ideas preconcebidas o prejuicios, sin inducir en el momento de la consulta lo que quisiéramos promover como modelo de Iglesia». En este sentido, el Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina destacó que el Papa, espera que, desde la experiencia de la fe, «todos podamos contribuir a renovar nuestros corazones, nuestra pastoral y nuestras estructuras para que la Iglesia cada día viva más conforme al estilo de Jesús». Tres dimensiones de una Iglesia sinodal Asimismo, el purpurado hizo hincapié en las tres dimensiones de una Iglesia sinodal que el Papa Francisco delineó para orientarnos en la escucha del Espíritu Santo y que son la participación, la comunión y la misión: “La participación supone despertar la fe, para que nos pongamos todos y todas en camino, que vayamos hacia Jesús, que encontremos a María junto a su Cruz, que nos congreguemos en el Cenáculo para comulgar a su cuerpo y su sangre, que salgamos a la calle para dar testimonio de su resurrección y para proclamar las maravillas de su Espíritu de Vida nueva y eterna, Vida de resucitado participada y celebrada en nuestro bautismo” La Iglesia sinodal en América Latina será mariana o no será Antes de finalizar, el cardenal Oullet quiso felicitar al CELAM por el esfuerzo desplegado en la organización tan compleja y creativa de esat Asamblea en tiempos de pandemia, en la cual la figura de la Virgen María desempeña un papel fundamental, más allá de la devoción popular, ya que -puntualizó el purpurado- «la Iglesia sinodal en América Latina será mariana o no será»: “Esto no lo digo por mera devoción, lo digo por los hechos que imponen pensar el futuro de América Latina a la luz del camino mariano de nuestras iglesias a lo largo de los siglos. La experiencia de San Juan Diego al encontrarse con la Virgen de Guadalupe, al llevar una buena noticia al obispo Zumárraga, y en el fondo, al estar disponible para construir comunión y reconciliación; nos educa en la verdadera sinodalidad que puede renovar a la Iglesia” El sueño sinodal del Papa no es ideológico, sino misionero Igualmente, el purpurado compartió con los presentes su compromiso personal en la promoción de un Simposio mundial sobre el sacerdocio ministerial y sobre el sacerdocio común de los fieles que se celebrará en Roma el próximo mes de febrero del 17 al 19, con miras a estimular la reflexión teológica y el compromiso vocacional con especial énfasis sobre el bautismo que es el fundamento de todas las vocaciones. Por ello, invitó a consultar el sitio web de la organización donde se encuentran todos los datos del programa y la posibilidad de participar presencialmente y eventualmente online. Oullet concluyó su discurso indicando que el sueño sinodal del Papa Francisco «no es ideológico, ni estratégico, utópico o mediático», sino más bien «un sueño paterno, mariano, ecológico integral, misionero y fraterno, esperanzador para toda la humanidad». Prensa CEVNota de Vatican News26 de noviembre de 2021

25
Nov

Realizada oración dedicada al Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer en la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe

La oración inicial del cuarto día de la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe se desarrolló en el marco del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. «Levántate mujer, nunca te rindas; Levántate y empieza una vez más», expresaron en oración. La ocasión fue propicia para «pedir perdón por lo que más nos duele», por las heridas de tantas mujeres abusadas en distintas formas de violencia, y también «para agradecer por lo que más nos da esperanza», apuntando a ser Iglesia que acompaña a las mujeres en sus luchas. Se culminó con la siguiente oración:Te pedimos, Señor, que bendigas a todas las mujeres víctimasde la violencia y cuantos luchan por erradicarla; bendigas acada una de ellas, que son rostro femenino de la Iglesia yfirme ternura de la Trinidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Prensa CEV25 de noviembre de 2021

25
Nov

Sinodalidad: “Una sinfonía cantada en una infinita posibilidad de variaciones”

Cuatro pesos pesados de una Iglesia que quiere ser sinodal, distintas formas de vivir la fe, desde diferentes ministerios y servicios eclesiales. Todo eso se ha hecho presente en uno de los momentos que podemos decir destacados en el discurrir de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe. «De la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe hacia el Sínodo de la sinodalidad» La reflexión del largo panel celebrado en la mañana de este jueves 25 de noviembre, en el que la reflexión giró en torno al tema: “De la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe hacia el Sínodo de la sinodalidad”, contó con la presencia de dos cardenales de la Curia Vaticana, Marc Ouellet y Mario Grech, de la presidenta de la Vida Religiosa en el continente, Liliana Franco, y de Mauricio López, mexicano, laico y coordinador del Centro de Redes y Acción Pastoral del Celam. Una expresión de la visión pastoral del Papa Francisco Alguien que, como Secretario General del Sínodo, “casi todos los días debo hablar de la sinodalidad y del Sínodo de la sinodalidad”, ha decido sentirse honrado de poder dirigirse a la Asamblea Eclesial, continuidad de una historia de “comunión eclesial, que podría ser un ejemplo para muchas Conferencias Episcopales”. El purpurado ha definido este encuentro como “una expresión de la visión pastoral del Papa Francisco”, y un puente entre el Sínodo de la Amazonía y el Sínodo sobre la Sinodalidad. El cardenal Grech ha reflexionado sobre “la estrecha relación entre sinodalidad y misión”, presente en la Evangelii Gaudium, “un documento sobre la dimensión misionera de la Iglesia”, sobre la Iglesia en salida. A partir de ahí reflexionaba sobre la «comunidad sinodal», que “tiene un deseo inagotable de ofrecer misericordia”, que “sabe dar fruto», que “sabe celebrar». Para el secretario del Sínodo de los Obispos, “la Iglesia crece en sinodalidad, asume una forma cada vez más sinodal cuanto más vive y practica un estilo sinodal”. Frente a eso invitaba a “pensar en el escenario de la misión de una Iglesia no sinodal”. Sinodalidad desde la escucha-discernimiento Para el cardenal Grech, “un proyecto misionero sólo puede surgir del proceso sinodal de escucha-discernimiento, que es, además, un ejercicio de discipulado”. En ese sentido recordaba el concepto de «sinodalidad misionera», que aparece en el Documento Final del Sínodo de la Amazonia. Desde ahí lanzaba un desafío a los presentes: “la profundización del vínculo entre estas dos dimensiones de la Iglesia puede ser uno de los aportes más significativos de esta Asamblea y del camino sinodal de las Iglesias de América Latina y el Caribe”. Se trata de dar continuidad a un «caminar juntos» presente en la historia de la Iglesia del continente. También destacaba el aporte de la Iglesia de América Latina y el Caribe en el método de escucha, esperando “una contribución que abra perspectivas sobre el modo de hacer operativas las instancias intermedias de la sinodalidad”. Junto con eso el saber “entender la Iglesia como Pueblo de Dios”, advirtiendo sobre las divisiones en la Iglesia, que demandan una conversión sinodal, sobre “aquellos grupos y sectas cristianas que promueven una comprensión individualista e intimista de la fe”. Ante ello, “la respuesta más creíble es la de la comunión”, según el purpurado, en una Iglesia donde “la Tradición no es un canto al unísono”, sino “una sinfonía, donde cada voz, cada registro, cada timbre vocal enriquece el único Evangelio, cantado en una infinita posibilidad de variaciones”. El Papa cree en el Espíritu Santo El cardenal Ouellet comenzó haciéndose algunas preguntas: “¿Cuál es el sueño de una Iglesia sinodal? ¿Una nueva moda? ¿Una estrategia de comunicación? ¿Una ideología disfrazada de programa pastoral? ¿Un método para la conversión misionera de la Iglesia?”. El sueño de una Iglesia sinodal del Papa Francisco provoca reacciones diferentes, aunque el purpurado quiso dejar claro que “el Papa cree en el Espíritu Santo y quiere que aprendamos a escucharlo mejor en todos los niveles de la Iglesia”. Ello supone “escuchar a todos y cada uno con atención, sin precipitación, sin ideas preconcebidas o prejuicios”. Lo que le importa al Papa, según el Prefecto de la Congregación para los Obispos, no es “un nuevo modelo de Iglesia”, sino “la fe de los bautizados y de aquellos por bautizar”. Una Iglesia caminante en la fe El purpurado canadiense ha insistido en que lo fundamental es la certeza de la fe, algo muy presente en la Biblia. Por eso, “una Iglesia sinodal es una Iglesia caminante en la fe”, algo recogido en el Magisterio continental y en el del Papa Francisco y presente a lo largo de la historia de la evangelización en el continente, que le dio una unidad “que se fraguó en la sangre de muchos mártires”. Una Iglesia sinodal en América Latina y el Caribe que necesariamente tiene que ser mariana. De cara al próximo Sínodo destacó la importancia de la participación, comunión, misión, reflexionando sobre cada una de estas dimensiones. El presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, agradecido por la oportunidad de participar de la Asamblea, felicitando al Celam “por el esfuerzo desplegado en esta organización tan compleja y creativa en tiempos de pandemia”. Algo que va a incentivar el próximo proceso sinodal, afirmó el purpurado, que encerró su intervención reflexionando sobre las vocaciones en una Iglesia sinodal. Ubicarnos en el lugar de la humildad En nombre de la Vida Religiosa del Continente, la Hna. Liliana Franco, comenzó afirmando que estamos “ante un proceso, un itinerario de encuentro y conversión”, en el que es necesario “ubicarnos en el lugar de la humildad, reconocer nuestro pecado”, y cambiar los modos de relación. Estamos ante “una nueva mirada contemplativa, más teologal y encarnada”, que debe llevarnos a “afinar la mirada para contemplar la realidad y agudizar el oído para escuchar al Espíritu que no cesa de gemir”. Desde ahí se va tejiendo la comunión, desde el claro-oscuro de lo humano, entre fragilidad y gracia. Estamos ante un tiempo de testigos, pues solo así “nuestra narrativa se hace creíble”. Para ello el camino