Categoría: Eclesial Internacional

18
Mar

Segunda predicación de Cuaresma: la Plegaria eucarística

En la segunda reflexión cuaresmal centrada en la Eucaristía, el Cardenal Raniero Cantalamessa OFMCAP, Predicador de la Casa Pontificia, se detiene hoy en la parte central de la Misa, la Plegaria eucarística, que tiene en su centro la consagración  Vaticano. “Para comprender el papel del sacerdote en la consagración es de vital importancia conocer la naturaleza del sacrificio y del sacerdocio de Cristo, porque de ellos deriva el sacerdocio cristiano, tanto el sacerdocio bautismal común a todos, como el de los ministros ordenados.” Lo afirmó el cardenal Raniero Cantalamessa, este viernes 18 de marzo en el Aula Pablo VI, en la segunda predicación de Cuaresma para los miembros de la Curia Romana, ante la presencia del Papa Francisco. Continuando con la catequesis mistagógica sobre la Eucaristía, el Predicador de la Casa Pontificia dedicó hoy su reflexión a la parte central de la Misa, la Plegaria eucarística e hizo dos tipos de consideraciones sobre ella: una litúrgica y ritual, la otra teológica y existencial. A continuación, el texto integral de la segunda predicación de Cuaresma del P. Raniero Cantalamessa ofmcap: TOMAD, COMED: ESTO ES MI CUERPO Segunda predicación, Cuaresma 2022 El objeto de nuestra catequesis mistagógica de hoy es la parte central de la Misa, la Plegaria eucarística, o Anáfora, que tiene en su centro la consagración. Hacemos dos tipos de consideración sobre ella: una litúrgica y ritual, la otra teológica y existencial. Desde el punto de vista ritual y litúrgico, tenemos hoy un nuevo recurso que no tenían los Padres de la Iglesia y los doctores medievales. El nuevo recurso del que disponemos hoy es el acercamiento entre cristianos y judíos. Desde los primeros días de la Iglesia, diversos factores históricos llevaron a acentuar la diferencia entre cristianismo y judaísmo, hasta el punto de contraponerlos entre sí, como ya hace Ignacio de Antioquía[1]. Distinguirse de los judíos —en la fecha de la Pascua, en los días de ayuno y en muchas otras cosas—, se convierte en una especie de consigna. Una acusación dirigida a menudo a los propios adversarios y a los herejes es la de «judaizar». La tragedia del pueblo judío y el nuevo clima de diálogo con el judaísmo, iniciado por el Concilio Vaticano II, han hecho posible un mejor conocimiento de la matriz judía de la Eucaristía. Igual que no se entiende la Pascua cristiana si no se la considera como el cumplimiento de lo que preanunciaba la Pascua, tampoco se entiende a fondo la Eucaristía si no se la ve como el cumplimiento de lo que hicieron y dijeron los judíos durante su comida ritual. Un primer resultado importante de este punto de inflexión ha sido que hoy ningún estudioso serio plantea la hipótesis de que la Eucaristía cristiana se explique a la luz de la cena en boga entre algunos cultos mistéricos del helenismo, como se ha intentado hacer durante más de un siglo. Los Padres de la Iglesia consideraban las Escrituras del pueblo judío, pero no su liturgia, a la que ya no tenían acceso, después de la separación de la Iglesia de la Sinagoga. Por eso, utilizaron las figuras contenidas en las Escrituras —el cordero pascual, el sacrificio de Isaac, el de Melquisedec, el maná—, pero no el contexto litúrgico concreto en el que el pueblo judío celebraba todos estos recuerdos, es decir,  la comida ritual celebrada una vez al año en la cena pascual (el Séder) y semanalmente en el culto de la sinagoga. El primer nombre con el que Pablo designa la Eucaristía en el Nuevo Testamento es el de «comida del Señor» (kuriakon deipnon) (1 Cor 11,20), con evidente referencia a la comida judía de la que ahora difiere por la fe en Jesús. La Eucaristía es el sacramento de la continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, entre el judaísmo y el cristianismo. La Eucaristía y la Beraka judía Esta es la perspectiva en la que se sitúa Benedicto XVI en el capítulo dedicado a la institución de la Eucaristía en su segundo volumen sobre Jesús de Nazaret. Siguiendo la opinión de los eruditos prevaleciente ahora, acepta la cronología joánica según la cual la Última Cena de Jesús no fue una Cena de Pascua, sino que fue una solemne comida de despedida (¡la «Última Cena»!) y mantiene que es posible «trazar el desarrollo de la eucaristía cristiana, es decir, del canon, de la Berakah judía»[2]. Por diversas razones culturales e históricas, desde la Escolástica en adelante, se ha intentado explicar la Eucaristía a la luz de la filosofía, en particular de las nociones aristotélicas de sustancia y accidentes. Esto también era poner al servicio de la fe el nuevo conocimiento del momento y, por lo tanto, imitar el método de los Padres. En nuestros días, debemos hacer lo mismo con los nuevos conocimientos de orden, esta vez, histórico y litúrgico más que filosófico. Tienen la ventaja de ser las categorías con las que Jesús pensaba y hablaba, que ciertamente no eran los conceptos aristotélicos de materia y forma, sustancia y accidentes, sino los de signo y realidad y de memorial. Siguiendo algunos estudios recientes, especialmente el de L. Bouyer[3], me gustaría tratar de mostrar la luz brillante que cae sobre la Eucaristía cristiana cuando colocamos los relatos evangélicos de la institución en el trasfondo de lo que sabemos sobre la comida ritual judía. La novedad del gesto de Jesús no disminuirá, sino que será exaltada al máximo. El vínculo entre el rito antiguo y el nuevo lo da la Didachè, un escrito de la era apostólica que podemos considerar como el primer borrador de la anáfora eucarística. El rito de la sinagoga estaba compuesto por una serie de oraciones llamadas «berakah» que en griego se traduce como «Eucaristía». Al comienzo de la comida, cada uno,por turno, tomaba una copa de vino en la mano y, antes de llevársela a los labios, repetía una bendición que la liturgia actual nos hace repetir casi literalmente en el momento del ofertorio: «Bendito seas, Señor, Dios nuestro, Rey de los siglos, que nos has dado este fruto de la

17
Mar

Encuentro Eclesial virtual de América Latina y el Caribe: Sínodo de la Sinodalidad y Asamblea Eclesial

El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), junto a diversos organizaciones eclesiales del continente, convocan al primer “Encuentro Eclesial virtual de América Latina y el Caribe”, este 30 de marzo de 2022, con el objetivo de empalmar el Sínodo de la sinodalidad con los 41 desafíos de la Asamblea Eclesial. El Pbro. David Jasso, secretario adjunto del Celam, ha señalado que con este primer encuentro buscan “renovar lo vivido en la Asamblea Eclesial en un clima de oración y reflexión” y, además, tendrán “presente la celebración de los 15 años de Aparecida como antesala a los venideros Encuentros que se realizarán por regiones del 13 al 31 de mayo de 2022”. En esta ocasión han invitado a los 1.000 asambleístas de noviembre, Miembros de los Consejos de los Centros Pastorales del Celam, equipo de Reflexión Teológica, animadores nacionales del Sínodo, presidentes y secretarios de las Conferencias Episcopales, la Red interinstitucional del Proceso de Escucha, entre otros. Para quienes deseen participar podrán hacerlo por las redes sociales del Celam y de la Asamblea Eclesial (Facebook @celam.oficial y @asambleaeclesial y por los canales de Youtube Celam TV y Asamblea Eclesial) en los siguientes horarios: México y Centroamérica  15:30 Hrs Panamá, Colombia, Perú, Ecuador 16:30 Hrs República Dominicana, Cuba, Haití, Puerto Rico, Antillas 17:30 Hrs Venezuela, Manaos, Bolivia 17:30 Hrs Paraguay, Brasilia, Uruguay, Argentina y Chile 18:30 Hrs Camino pastoral de la Iglesia en el continente La Presidencia del Celam en pleno ha suscrito una carta en la que han trazado el camino pastoral de la Iglesia en América Latina y el Caribe, teniendo como horizonte la Asamblea Eclesial y el Sínodo sobre la Sinodalidad. Al respecto, han mencionado que “la tarea actual y hasta abril-mayo del 2022, consiste en tomar como punto de partida los desafíos y orientaciones pastorales y a partir de allí elaborar una propuesta para el discernimiento de la Iglesia en el Continente”. “El Equipo de Reflexión Teológico Pastoral del CELAM está recogiendo estos aportes para integrarlos en un mismo texto” y “oportunamente se presentarán las conclusiones y se dará inicio al tiempo necesario para su asimilación y también su implementación”, acotaron. Para ello han conformado dos comisiones: “Asamblea Eclesial, su implementación y el Celam en camino al Sínodo”, que están trabajando de forma conjunta en la organización de diversas actividades. Propuestas y actividades Entre las actividades organizadas por esta comisiones, destacan un Itinerario espiritual con una serie de subsidios de Cuaresma para “ayudarnos a reflexionar en torno a nuestra conversión personal, comunitaria y pastoral en clave sinodal”. Asimismo con los 15 años de la Conferencia General de Aparecida tienen previsto convocar a los participantes de la Asamblea Eclesial a Encuentros virtuales por regiones y “encontrarnos y compartir con esperanza el camino que estamos recorriendo”. Además el Celam, en el marco de este proceso, celebrará en julio de 2022 una Asamblea Extraordinaria, para que “los obispos con corazón de pastores podamos profundizar y hacer nuestros estos frutos junto a las orientaciones pastorales que buscarán iluminar los procesos, proyectos y planes pastorales de las comunidades”. Los Obispos, en la misiva, han explicado que “ya hay instancias pastorales en el Continente estos desafíos de acuerdo con su realidad más cercana”, entre estos los cuatro Centros pastorales del Celam, la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), Cáritas Latinoamérica, que “están ofreciendo recursos para el camino”. Finalmente tienen previsto organizar un Seminario sobre “Identidad y Misión Pastoral”, como “espacio de reflexión para mirar el horizonte de la Iglesia a partir de su renovación y reestructuración y en clave sinodal. Todo esto en perspectiva de la realización de la fase continental del Sínodo en 2023”. Prensa CEVNota de prensa CELAM17 de marzo de 2022

17
Mar

Fratelli tutti: una brújula para encontrar y custodiar la paz

Vaticano.- En su encíclica sobre la fraternidad y la amistad social, el Papa Francisco subraya que «la paz real y duradera sólo es posible ‘desde una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la familia humana’». Palabras que se entrelazan especialmente con este tiempo, azotado por la guerra. La paz es un recorrido. El Papa Francisco lo subraya en la encíclica Fratelli tutti, explicando que «en muchas partes del mundo hacen falta caminos de paz» capaces de «cicatrizar las heridas»: “se necesitan artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia”. Los acuerdos de paz no son suficientes La paz es un » es un compromiso constante en el tiempo». En la encíclica, el Pontífice recuerda, en particular, lo que dijeron los obispos del Congo sobre un conflicto que se repite: «los acuerdos de paz en los papeles nunca serán suficientes. Será necesario ir más lejos, integrando la exigencia de verdad sobre los orígenes de esta crisis recurrente. El pueblo tiene el derecho de saber qué pasó». Palabras que también enlazan con la historia de otras guerras, incluida la que está afectando y devastando a Ucrania en la actualidad. Verdad, justicia y misericordia Para construir la paz, escribe Francisco, son esenciales la verdad, la justicia y la misericordia. La paz «es un trabajo paciente que busca la verdad y la justicia, que honra la memoria de las víctimas y que se abre, paso a paso, a una esperanza común, más fuerte que la venganza». Y está vinculada a la misericordia. «Las tres juntas son esenciales para construir la paz”. El arte de la paz «Muchas veces -se lee en la encíclica- es muy necesario negociar y así desarrollar cauces concretos para la paz. Pero los procesos efectivos de una paz duradera son ante todo transformaciones artesanales obradas por los pueblos, donde cada ser humano puede ser un fermento eficaz con su estilo de vida cotidiana». » Hay una “arquitectura” de la paz, donde intervienen las diversas instituciones de la sociedad, cada una desde su competencia, pero hay también una “artesanía” de la paz que nos involucra a todos.». «Estos caminos de pacificación, de primacía de la razón sobre la venganza, de delicada armonía entre la política y el derecho, no pueden obviar los procesos de la gente». La injusticia de la guerra “La paz ‘no sólo es ausencia de guerra’”.  Y la guerra «no es un fantasma del pasado», sino «una amenaza constante». El Papa Francisco lo subraya en la encíclica Fratelli tutti, añadiendo que “se están creando nuevamente las condiciones para la proliferación de guerras”.  Es fácil optar “por la guerra detrás de todo tipo de excusas supuestamente humanitarias, defensivas o preventivas, acudiendo incluso a la manipulación de la información». Y, de hecho, «en las últimas décadas, todas las guerras han pretendido tener una justificación». “A partir del desarrollo de las armas nucleares, químicas y biológicas, y de las enormes y crecientes posibilidades que brindan las nuevas tecnologías, se dio a la guerra un poder destructivo fuera de control que afecta a muchos civiles inocentes”. La guerra mundial a pedazos “Entonces ya no podemos pensar – escribe Francisco – en la guerra como solución, debido a que los riesgos probablemente siempre serán superiores a la hipotética utilidad que se le atribuya. Ante esta realidad, hoy es muy difícil sostener los criterios racionales madurados en otros siglos para hablar de una posible “guerra justa”. ¡Nunca más la guerra!». En nuestro mundo – añade el Papa – ya no hay sólo “pedazos” de guerra en un país o en otro, sino que se vive una “guerra mundial a pedazos”, porque los destinos de los países están fuertemente conectados entre ellos en el escenario mundial. Las razones para la paz son más fuertes que los cálculos e intereses Francisco recuerda entonces algunos pasajes de la encíclica «Pacem in Terris». Como decía San Juan XXIII, «resulta un absurdo sostener que la guerra es un medio apto para resarcir el derecho violado».  «Lo afirmaba – señala Francisco – en un período de fuerte tensión internacional, y así expresó el gran anhelo de paz que se difundía en los tiempos de la guerra fría. Reforzó la convicción de que las razones de la paz son más fuertes que todo cálculo de intereses particulares y que toda confianza en el uso de las armas». Sin embargo “no se aprovecharon adecuadamente las ocasiones que ofrecía el final de la guerra fría”. “En cambio, se cedió a la búsqueda de intereses particulares sin hacerse cargo del bien común universal. Así volvió a abrirse camino el engañoso espanto de la guerra”. Un horrible espanto que hoy, no sólo en Ucrania, es una dramática realidad. La guerra es un fracaso, una claudicación vergonzosa Otra constatación que recuerda la encíclica Fratelli tutti es que «Toda guerra deja al mundo peor que como lo había encontrado. La guerra es un fracaso de la política y de la humanidad, una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal». El Papa exhorta especialmente a volver “a contemplar a tantos civiles masacrados como ‘daños colaterales’. “Preguntemos a las víctimas. Prestemos atención a los prófugos, a los que sufrieron la radiación atómica o los ataques químicos, a las mujeres que perdieron sus hijos, a los niños mutilados o privados de su infancia. Prestemos atención a la verdad de esas víctimas de la violencia, miremos la realidad desde sus ojos y escuchemos sus relatos con el corazón abierto. Así podremos reconocer el abismo del mal en el corazón de la guerra y no nos perturbará que nos traten de ingenuos por elegir la paz”. La paz no es un equilibrio de poder La paz y la estabilidad internacional – afirma además la encíclica Fratelli tutti – no pueden basarse en una falsa sensación de seguridad, en la amenaza de la destrucción mutua o de la aniquilación total, en el simple mantenimiento de un equilibrio de poder. “En este contexto, el objetivo último de la eliminación

16
Mar

CELAM se unirá al Papa en la consagración de Rusia y Ucrania a la Virgen María

Vaticano.- A través de un comunicado, el Consejo Episcopal Latinoamericano, expresa su alegría y esperanza ante el acto de consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María, que presidirá el Papa Francisco el próximo 25 de marzo, e invita a las Conferencias Episcopales del continente a unirse a esta causa con la oración. Tras conocer la noticia de que el Papa Francisco consagrará Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de la Virgen María, el próximo viernes 25 de marzo a las 17.00 (hora de Roma) en la Basílica de San Pedro durante la Celebración de la Penitencia; el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) ha enviado un mensaje en el que expresa su alegría y esperanza ante este anuncio. El escrito firmado por su presidente, Monseñor Miguel Cabrejos, así como por el Arzobispo de San Pablo en Brasil, Cardenal Odilo Pedro Scherer; junto con el Arzobispo de Managua en Nicaragua, Cardenal Leopoldo Brenes; el Arzobispo de Monterrey en México, Monseñor Rogelio Cabrera López y por el secretario general del CELAM, Monseñor Jorge Eduardo Lozano; informa que igualmente ese 25 de marzo, el mismo acto de consagración se realizará en Fátima (Portugal) presidido por el Cardenal Konrad Krajewski, limosnero pontificio y enviado del Santo Padre. «Sensible a la necesidad de redoblar nuestra oración por la paz y la fraternidad universal -se lee en la nota- el CELAM invita a las 22 Conferencias Episcopales del continente, a todas las organizaciones eclesiales y a los fieles de buena voluntad, para que nos unamos, una vez más, a las intenciones del Papa con motivo de este acto mariano, y de acuerdo con los usos horarios de nuestros países en América Latina y el Caribe». «Reiteramos nuestro afecto y comunión filial con el Obispo de Roma -concluye el CELAM- elevando nuestras súplicas a Dios nuestro Padre para que por la intercesión de la Santísima Virgen nos conceda el don de la paz. Con nuestra oración y solidaridad abrazamos a nuestros hermanos y hermanas más vulnerables y víctimas de las acciones violentas y fratricidas, con la certeza de que «Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios» (1 Jn 4,16)». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News16 de marzo de 2022

16
Mar

Mensaje de esperanza de misionero venezolano en Ucrania

Vaticano.- A pesar del panorama desolador de la guerra en Ucrania, Vatican News comparte un testimonio de esperanza que llega desde Leópolis: la historia del joven seminarista venezolano José Jesús Pacheco Ordaz, que realiza sus prácticas misioneras en la parroquia San Juan Pablo II convertida en refugio humanitario para quienes huyen de las ciudades más afectadas. Prosiguen los ataques y bombardeos entre las tropas rusas y el ejército ucraniano, mientras las ciudades de Ucrania se convierten en un escenario de ruinas, muerte y destrucción.  Desde el pasado 24 de febrero, día en el que inició la guerra, las noticias que circulan son desalentadoras ya que los esfuerzos diplomáticos no logran frenar la violencia ni llegar a un acuerdo. Las cifras de muertos y heridos siguen creciendo mientras que el número de refugiados que han abandonado el país superan los 3 millones según Naciones Unidas. En medio de este duro panorama, Vatican News comparte el testimonio de esperanza de José Jesús Pacheco Ordaz, seminarista de 31 años, oriundo de Carúpano, Venezuela, que estudia desde hace 10 años en el Seminario misionero diocesano Redemptoris Mater de Kiev, y que actualmente realiza sus prácticas misioneras en la ciudad de Leópolis (Lviv): «Estoy aquí por petición del padre Gregorio Draus, párroco de la Iglesia San Juan Pablo II, quien ha abierto las puertas de nuestra casa parroquial y templo para que sea refugio de todos aquellos que huyen de las ciudades más afectadas», explica José Jesús subrayando que desde que comenzaron los ataques han acogido en sus instalaciones a más de 2.000 personas, mayormente mujeres y niños.  «Actualmente tenemos alojados aquí a unos 163 refugiados. La ayuda que prestamos a estos hermanos necesitados es una gracia que no depende de nosotros sino que es un humilde y pobre servicio que va acompañado de más de 30 voluntarios de nuestra parroquia, que día a día dan la vida para servir a estas personas que lo han perdido todo», afirma el joven seminarista, haciendo hincapié en que precisamente en los rostros de esta gente, pueden ver que «Cristo está presente». «Les damos un techo, alimentos y les hacemos llegar toda la ayuda que recibimos, tanto de la vecina Polonia, como de Hungría, Italia, España; y los hermanos de Latinoamérica, Costa Rica, Venezuela, Argentina», etc. Ayuda material y espiritual para los refugiados Sin embargo, en la parroquia San Juan Pablo II de Leópolis, convertida ahora en un refugio, no sólo trabajan en la contención material, sino también en la espiritual, que resulta fundamental en medio de estas trágicas condiciones: «A parte de llevarles material humanitario, tenemos la misión de hacerles saber a estas personas que Dios no quiere la muerte de sus hijos y por ello les anunciamos sin cesar, la Buena Nueva de su amor inmenso, incluso en medio del dolor, el sufrimiento y la desesperación. Por eso para nosotros es tan importante estar en comunión en este servicio que prestamos y nos es indispensable iniciar cada día orando, viviendo cada Eucaristía como si fuera la última», aseverael joven seminarista puntualizando que la oración es el «combustible» para mover todo este motor que ponen en marcha en cada nueva jornada. «Sin oración sería imposible sobrellevar esto, ya que es fácil escandalizarse del sufrimiento humano y de tanta tragedia», añade. – Preguntamos a nuestro entrevistado ¿cómo ve el pueblo ucraniano el futuro de su país tras los estragos de esta guerra? «Es difícil saber qué le espera a este pueblo. Cuando hacemos esta pregunta a nuestros hermanos, ellos responden «esta es y seguirá siendo Ucrania, esta es y seguirá siendo nuestra casa». A pesar de que han tenido que abandonar sus hogares, muchos tienen la convicción de que esto acabará y regresarán para reconstruir su país. Lo tienen claro. Se sienten a gusto en nuestra casa parroquial pero nos expresan que toda esta situación los hace sentirse extranjeros en su propia tierra. Sufren porque les han arrebatado su patria. Igualmente, en las conversaciones que tenemos con ellos tratamos de cultivar la posibilidad del perdón porque vemos que en sus corazones crece el odio hacia la nación de la que reciben estos ataques y sienten que les ha robado la paz». – El domingo 13 de marzo, a la hora del rezo del Ángelus, el Papa Francisco renovó su llamamiento para que termine la guerra en Ucrania. ¿Cómo recibieron ustedes estas palabras del Santo Padre? ¿Siguen teniendo la esperanza de que triunfe la paz? «El domingo fue un día en el que experimentamos un poco más de miedo porque por primera vez, empezamos a escuchar los lejanos estallidos de bombas que se produjeron a las afueras de Leópolis. En este contexto, conmovidos y con temor, hemos recibido las palabras del Papa como un apoyo, como una invitación a que se escuche el grito de los que sufren. La esperanza no muere, sino que es lo que mantiene viva la ilusión de tantas personas que se han visto obligadas a abandonar Ucrania, para volver a esta tierra, donde Dios ha hecho y hace su historia con ellos. Nosotros hemos acogido este llamado del Papa a intensificar nuestra oración por la paz y por ello, intentamos seguir adelante incluyendo a estas personas en la actividad pastoral de nuestra parroquia, que continúa con la misión de evangelizar y extender la Buena Noticia de que Cristo Resucitado, ha vencido la muerte y la ha vencido dando su vida por amor a nosotros», concluye el seminarista José Jesús que espera poder ser ordenado sacerdote cuando termine esta guerra. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News16 de marzo de 2022

16
Mar

Cardenal Parolin en la Misa por la paz en Ucrania: «Orar nunca es inútil, puede cambiar el corazón y la mente»

Vaticano.- «Si realmente pusiéramos en práctica las palabras de Jesús, todos los conflictos de la tierra poco a poco desaparecerían». Fue la reflexión del cardenal Pietro Parolin en su homilía con ocasión de la Misa por la paz en Ucrania celebrada hoy en la Basílica de San Pedro. El purpurado destacó el poder de la oración que puede «transformar la realidad» y pidió a Dios «que tenga piedad de esta humanidad sorda». El miércoles 16 de marzo, a las cinco de la tarde hora local de Roma, tuvo lugar la Santa Misa por la paz en Ucrania presidida en la Basílica de San Pedro por el cardenal Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, ante la presencia de los embajadores y miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. «Estamos aquí esta tarde para implorar a Dios el don de la paz en Ucrania –dijo Parolin en su homilía- y para pedirle que ayude a todo hombre y mujer de buena voluntad a ser aresanos de la paz». La paz es una característica de Dios Reflexionando sobre las palabras de Jesús en el Sermón de la Montaña:  “Bienaventurados los constructores de paz porque serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9), el cardenal recordó que, precisamente la paz, es una característica propia de Dios: «San Pablo lo llama el Dios de la paz (Flp 4,9). Por eso, los que trabajan por la paz se parecen a Él, son sus hijos», aseveró el purpurado destacando que, sin embargo, la realidad que estamos viviendo con la actual guerra en territorio ucraniano es muy diferente: “Tal como la describió el Papa Francisco en el Ángelus del domingo 6 de marzo, en Ucrania corren ríos de sangre y lágrimas. No se trata sólo de una operación militar, sino de una guerra, que siembra muerte, destrucción y miseria. Cada vez hay más víctimas. La necesidad de ayuda humanitaria en ese atormentado país crece dramáticamente cada hora” Por otro lado, el Secretario del Estado Vaticano hizo hincapié en que la oración nunca es inútil y puede influir incluso en las situaciones humanamente más desesperadas: “Sobre todo, puede cambiar los corazones y las mentes, según la promesa del Señor recogida en el libro del profeta Ezequiel: «Os daré un corazón nuevo, pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros, os quitaré el corazón de piedra y os daré un corazón de carne» (36,26)” El choque de las dos glorias: la humana y la divina Asimismo, profundizando sobre el Evangelio del día, según Mateo (Mt 20, 17-28), que relata la petición que la madre de los hijos de Zebedeo dirigió a Jesús, «que uno de estos hijos míos se siente a tu derecha y otro a tu izquierda en tu reino», después de que éste hubiera anunciado el misterio de su pasión, muerte y resurrección; el cardenal Parolin puntualizó que este deseo es legítimo, ya que «podríamos decir que es el de todas las madres que quieren lo mejor para sus hijos». Sin embargo, choca al mismo tiempo con las palabras que acaba de pronunciar Jesús: «En el fondo, se trata de un choque entre dos lógicas diferentes, dos glorias distintas: la de los hombres, que es la búsqueda del éxito y el poder mundanos y la de Dios, que pasa por la cruz», añadió el purpurado subrayando que en este doble concepto de gloria, se juega nuestra existencia y se juega la historia del mundo entero: “Una es la gloria que, a pesar de las apariencias, conduce a la muerte, al vacío, a la nada; la otra es la gloria que parece vencida y perdedora, pero que conduce a la resurrección y a la vida. «Per crucem ad lucem», por la cruz llegamos a la luz, a la gloria” Practicando las palabras de Jesús, no habría conflictos En este contexto, Parolin indicó que Jesús quiere curarnos precisamente en este punto: con sencillez nos presenta en este versículo la grandeza de Dios, que es esencialmente servicio. Igualmente, en su homilía el purpurado invitó a los presentes a analizar la evolución de los actuales hechos bajo la perspectiva cristiana: «¿No pensáis, hermanos, que si realmente pusiéramos en práctica las palabras de Jesús, todos los conflictos de la tierra irían desapareciendo? ¿No pensáis, que si escucháramos un poco más la invitación de Nuestro Señor, las armas serían silenciadas, es más, ni siquiera tendrían que ser construidas?», dijo el purpurado, explicando que «la paz que Dios nos enseña está estructurada por relaciones en las que, en lugar de esclavizarnos y luchar entre nosotros, nos servimos y somos útiles los unos a los otros, nos liberamos y crecemos juntos, de modo que cada uno hace existir al otro». De ahí se desprende el hecho de que el actual problema de la guerra no es sólo político o económico, sino fundamentalmente espiritual. «Dios, ten piedad de esta humanidad sorda» Finalmente, el Secretario del Estado Vaticano, concluyó su alocución invitando a todos a confiar en el poder de la oración y a rezar: «Señor Jesús, Príncipe de la Paz, mira a tus hijos que elevan su grito hacia ti: Ayúdanos a construir la paz. Consuela, oh Dios misericordioso, los corazones afligidos de tantos hijos tuyos, seca las lágrimas de los que están en la prueba, haz que la dulce caricia de tu Madre María caliente los rostros tristes de tantos niños que están lejos del abrazo de sus seres queridos. Tú que eres el Creador del mundo, salva a esta tierra de la destrucción de la muerte generalizada, haz que callen las armas y que resuene la dulce brisa de la paz. Señor Dios de la esperanza, ten piedad de esta humanidad sorda y ayúdala a encontrar el valor de perdonar». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News16 de marzo de 2022

10
Mar

Hacia el Jubileo 2025: recorridos separados para peregrinos y turistas

El cardenal arcipreste Mauro Gambetti explica la reorganización que se está llevando a cabo en la Fábrica y en la Basílica: se facilitará el acceso a quienes deseen rezar y recibir los sacramentos, las visitas turísticas serán acompañadas Vaticano. Se acerca el Jubileo de 2025 y la Basílica de San Pedro se está reorganizando para este gran acontecimiento de la fe. El cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica Vaticana, lo explica en esta entrevista con los medios de comunicación del Vaticano. Eminencia, el 11 de febrero el Papa definió el año jubilar como un «don de gracia» a vivir a través de «peregrinaciones, indulgencias, testimonios vivos de fe». En su carta a monseñor Fisichella, Francisco invita a la comunidad cristiana a vivir el Año Santo «en todo su significado pastoral». ¿En qué sentido se siente involucrado? También la Basílica de San Pedro se siente llamada a acoger la invitación del Pontífice a preparar el trienio que precede al Año Santo en la continuidad e innovación de su misión. En particular, la Basílica se prepara para el gran Jubileo de 2025 bajo el signo del apóstol Pedro, que se dirige a los creyentes de Asia Menor, en la primera de las dos cartas que se le atribuyen, invitándoles en primer lugar a redescubrir las razones espirituales de la esperanza: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia nos ha regenerado por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos a una esperanza viva (1 Pe 1,3). Al presentarse como santuario, la Basílica de San Pedro quiere seguir siendo un lugar de descanso espiritual para los «peregrinos de la esperanza», como los define el Papa Francisco, un lugar en el que experimentar la reconciliación que brota del encuentro con Jesús y elevar una oración unánime para que su reino de justicia y paz se extienda por toda la tierra; pero la Basílica también quiere ser un lugar de encuentro y reflexión sobre los temas de la fraternidad y el medio ambiente elegidos por el Santo Padre para ayudar al mundo herido tras la pandemia y las guerras en curso a un «renacimiento que todos sentimos como urgente». ¿Cómo se está preparando?  La pastoral ordinaria y extraordinaria de la Basílica se renueva para «mantener encendida la antorcha de la esperanza». En primer lugar, desde el punto de vista espiritual, para ofrecer la posibilidad de sumergirse en la oración y la adoración; después, desde el punto de vista eclesial, para favorecer el encuentro con la espiritualidad petrina en el lugar de su tumba; finalmente, desde el punto de vista cultural, para permitir la contemplación de las obras de arte sacro de la Basílica. Con vistas al Jubileo, la Basílica se prepara para acoger a los millones de peregrinos que se espera que lleguen de todo el mundo. A partir de este año, se propondrán una serie de citas a lo largo del trienio en torno a los temas de la proximidad y el cuidado (2022), la reconciliación y la purificación de la memoria (2023) y el amor político (2024); el viaje culminará en 2025 con la experiencia jubilar de la fraternidad (universal) de los «peregrinos de la esperanza». Las áreas temáticas elegidas para el trienio de preparación acompañarán las propuestas del Comité del Jubileo. Al mismo tiempo, gracias también al nuevo impulso vinculado a la animación litúrgica y a la pastoral del Capítulo Vaticano y de la Parroquia de San Pedro, se están reorganizando las celebraciones litúrgicas y las prácticas sacramentales y se están promoviendo algunas propuestas para fomentar la piedad popular y la dimensión contemplativa de la oración. Nos referimos, por ejemplo, a la planificación y realización de momentos de reflexión y oración en forma de procesión dedicada a San Pedro y a la Virgen, a la práctica piadosa del Vía Crucis, a la animación de la adoración eucarística, a la narración de la vida de Jesús y del nacimiento de la Iglesia, incluyendo el testimonio del apóstol Pedro. ¿Cómo se recibirá a los visitantes? Se está llevando a cabo un intenso y silencioso trabajo para delinear aún más claramente el papel del Santuario de la Basílica de San Pedro al servicio de los visitantes. El objetivo es que todos puedan experimentar la peregrinación, un icono y una metáfora de la vida y una experiencia que une a creyentes y no creyentes. Para ello, mientras se lleva a cabo la reorganización de la recepción, se está estudiando un nuevo método para acompañar a los turistas en su descubrimiento de los tesoros y significados que guarda la Basílica. El primer paso será distinguir, a través de una entrada facilitada, los itinerarios de los fieles que deseen acercarse a los sacramentos o experimentar un acto de fe y devoción dentro del Santuario, de los itinerarios de los turistas, a los que se ofrecerá una introducción y un acompañamiento durante su visita para animarles a experimentar la belleza y la inspiración personal que fluye de la obra de arte. Al mismo tiempo, en el espíritu de su misión, la Fábrica se está organizando para apoyar este proceso y ofrecer a los fieles y visitantes un lugar aún más acogedor, seguro, utilizable y respetuoso con el medio ambiente. ¿Cuál es la situación económica de la Fabbrica di San Pietro? La actual administración de la Fabbrica ha heredado una realidad sustancial y bien conservada, gracias al trabajo de las anteriores gestiones, en particular la de la presidencia del cardenal Angelo Comastri. A pesar de que la pandemia ha supuesto una importante carga para la estructura y las personas, la nueva administración ha recibido una institución con una base sólida para proyectar hacia el futuro los nuevos retos que se avecinan. Esto está permitiendo que la Fábrica se dedique a mejorar la actividad en ciertas áreas que hoy son cruciales. ¿Puede dar algunos ejemplos? Responderé con algunas palabras clave.  – La acogida. Se está construyendo una nueva página web, que servirá de puerta de entrada virtual a la Basílica, para

10
Mar

Primer documento Pontificio dedicado exclusivamente al tema paz fue en 1920 por Benedicto XV

En este momento, sacudido por el drama de la guerra en Ucrania, recordamos el primer documento magisterial pontificio dedicado exclusivamente al tema de la paz: la Encíclica Pacem, Dei Munus Pulcherrimum de Benedicto XV, publicada en 1920. Amedeo Lomonaco – Ciudad del Vaticano En 1920, Europa aún se tambaleaba por las lacerantes heridas infligidas por la Gran Guerra y por los nudos no resueltos que llevarían al estallido de la Segunda Guerra Mundial. El Tratado de Versalles había puesto oficialmente fin a la guerra, pero no se había encontrado una solución definitiva a los problemas que habían provocado el estallido de la guerra. En esta época, marcada por frágiles equilibrios, Benedicto XV, que tres años antes había calificado la guerra de «masacre inútil», publicó la Encíclica Pacem, Dei Munus Pulcherrimum sobre la Restauración Cristiana de la Paz (23 de mayo de 1920, Pentecostés): ninguna paz puede consolidarse, escribió el Papa Giacomo della Chiesa, si «no cesan el odio y la enemistad» y si no es una paz «justa, honrosa y duradera». Deponer los odios y ayudar a los que sufren A los cristianos, Benedicto XV, como el Papa Francisco hoy, les pide estar cerca de los que sufren: «os conjuramos en las entrañas de caridad de Jesucristo a que consagréis vuestros más solícitos cuidados a la labor de exhortar a los fieles que os están confiados, para que no sólo olviden los odios y perdonen las injurias, sino además para que practiquen con la mayor eficacia posible todas las obras de la beneficencia cristiana que sirvan de ayuda a los necesitados, de consuelo a los afligidos, de protección a los débiles, y que lleven, finalmente, a todos los que han sufrido las gravísimas consecuencias de la guerra, un socorro adecuado y lo más variado que sea posible». Personas con signos de las atrocidades de la guerra Los horrores de la guerra descritos en la Encíclica «Pacem, Dei Munus Pulcherrimum» son los mismos que se relatan en Ucrania y en los países asolados por el conflicto en la actualidad: «si contemplamos los lugares recorridos por el azote furioso de la guerra, vemos por todas partes inmensos territorios cubiertos de ruinas, desolación y abandono».  Al igual que en el pasado, nos encontramos con un cuadro de miseria en el que una humanidad oprimida sufre y pide ayuda: «pueblos enteros que carecen de comida, de vestido y de casa; viudas y huérfanos innumerables, necesitados de todo auxilio, y una increíble muchedumbre de débiles, especialmente pequeñuelos y niños, que con sus cuerpos maltrechos dan testimonio de la atrocidad de esta guerra».No ha habido época de la historia -escribe el Pontífice- en que sea más necesario «dilatar los senos de la caridad» como en estos días de universal angustia y dolor. Una Sociedad de Pueblos para garantizar la paz Benedicto XV deseaba la creación de una Sociedad de Naciones que garantizara la paz en el futuro: «Es de desear…  que todos los Estados olviden sus mutuos recelos y constituyan una sola sociedad o, mejor, una familia de pueblos, para garantizar la independencia de cada uno y conservar el orden en la sociedad humana». «Además de otras muchas consideraciones, la necesidad generalmente reconocida de reducir, si no de suprimir, los enormes gastos militares que ya no pueden ser soportados por los Estados, para evitar en el futuro guerras tan mortíferas y terribles, y para asegurar a cada pueblo, dentro de sus justos límites, la independencia y la integridad de su propio territorio, es un incentivo para la formación de esta sociedad de naciones». La paz necesita de la caridad En esta dramática coyuntura histórica se reflejan, pues, páginas dolorosas ya vividas por la humanidad. La paz necesita, como se lee en la Encíclica «Pacem, Dei munus pulcherrimum», no acuerdos extemporáneos sino soluciones duraderas. Y la semilla de la paz no puede arraigar, recuerda Benedicto XV, “si al mismo tiempo no cesan el odio y la enemistad mediante una reconciliación basada en la mutua caridad». Este «precepto de la caridad» se refleja en las palabras pronunciadas por Jesús: «Amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian, y orad por los que os persiguen y os calumnian». Es «trabajoso y muy difícil el cumplimiento de esta ley», pero los cristianos, ante todo, subraya Benedicto XV, están llamados a imitar a Jesús, que en la Cruz dijo estas palabras: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Estas palabras deben ir acompañadas de la oración y la caridad que, como escribe el Papa Giacomo della Chiesa, es el sello de la auténtica paz. Prensa CEVNota de Vatican News10 de marzo de 2022

10
Mar

Cardenal Parolin: es inaceptable el bombardeo de un hospital pediátrico en Ucrania

El Secretario de Estado Vaticano, respondiendo a las preguntas de los periodistas en el marco de una conferencia en Roma, expresó su consternación por el bombardeo de un hospital en Ucrania. El Cardenal reiteró que la Santa Sede está dispuesta a mediar en el conflicto si se le pide que lo haga. Vaticano. El bombardeo de un hospital pediátrico es inaceptable. No hay motivaciones. Esto es lo que dijo el Cardenal Pietro Parolin en el marco de una conferencia en Roma, expresando su preocupación por una guerra total. Las declaraciones del Secretario de Estado se produjeron tras un bombardeo aéreo ruso que, según el jefe de la administración militar regional de Donetsk, destruyó un hospital de Mariupol con salas de maternidad y pediatría: se habla de una masacre de niños y mujeres embarazadas a punto de dar a luz. El Cardenal dijo que el espacio para las negociaciones era limitado, pero que esperaba que se pudiera llegar a una posición negociada. Refiriéndose a la llamada telefónica que mantuvo ayer con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el Cardenal Parolin dijo que la conversación no aportó ninguna garantía. En particular, no hubo garantías sobre los corredores humanitarios. La Santa Sede está disponible para mediar El Secretario de Estado reiteró que la Santa Sede se ha mostrado dispuesta a dar pasos en el frente diplomático para encontrar soluciones que pongan fin a la guerra. En particular, la Santa Sede ha pedido que se detenga el conflicto y que se consoliden las negociaciones, poniéndose a disposición para mediar, si se considera que puede ser de ayuda. La presencia en Ucrania de dos Cardenales, el Limosnero papal Konrad Krajewski, y el Prefecto interino del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Michael Czerny, es un signo – dijo Parolin – de que el Papa quiere aportar su contribución no sólo en el plano propiamente diplomático y espiritual, sino también en el de la ayuda humanitaria. Por último, refiriéndose a las palabras del Patriarca Ortodoxo ruso Kirill, el Cardenal dijo que estas declaraciones no favorecen ni promueven un entendimiento, sino que, por el contrario, corren el riesgo de inflamar aún más los ánimos, provocando una escalada que no resolverá la crisis de forma pacífica. Prensa CEVNota de Vatican News10 de marzo de 2022

08
Mar

Presidente del Celam: El protagonismo de la mujer en la Iglesia y en la sociedad

Caracas.- Mons. Miguel Cabrejos, Presidente del CELAM, dirige un mensaje con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo. En sus palabras, resaltó «la necesidad de reconocer y promover el protagonismo de la mujer en la sociedad como en la vida de la Iglesia.» A continuación, el texto íntegro de su mensaje: El magisterio de la Iglesia latinoamericana y caribeña ha registrado, de diversas formas, la necesidad de reconocer y promover el protagonismo de la mujer en la sociedad como en la vida de la Iglesia. La V Conferencia General del Episcopado subrayó que “en esta hora de América Latina y el Caribe, urge escuchar el clamor, tantas veces silenciado, de mujeres que son sometidas a muchas formas de exclusión y de violencia en todas sus formas y en todas las etapas de sus vidas”, llamando la atención sobre la situación de las mujeres pobres, indígenas y afroamericanas, quienes han padecido históricamente “una doble marginación”. De ahí que el Documento de Aparecida reconociera el imperativo de dar a la mujer el lugar que le corresponde en nuestro continente, pues “urge que todas las mujeres puedan participar plenamente en la vida eclesial, familiar, cultural, social y económica, creando espacios y estructuras que favorezcan una mayor inclusión” (DAp 454). Hoy como ayer reconocemos que “las mujeres constituyen, en general, la mayoría de nuestras comunidades, son las primeras transmisoras de la fe y colaboradoras de los pastores, quienes deben atenderlas, valorarlas y respetarlas” (DAp 455). En este sentido, en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe nos hemos sentido interpelados por los cambios y los pasos que debemos dar para reconocer y valorar el rol y el aporte de la mujer en la historia, en la sociedad y en la propia Iglesia. Este, sin duda, es uno de los desafíos prioritarios que queremos abrazar desde la perspectiva pastoral y sinodal que ha conducido los itinerarios de renovación y de reestructuración del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), inspirados por el Magisterio del Papa Francisco. Tan necesarios son los espacios para que las mujeres de los pueblos originarios, afrodescendientes y campesinas compartan sus conocimientos, experiencias y prácticas en diversos ámbitos eclesiales, como el impulso que debemos dar al desarrollo de una auténtica pastoral de la mujer a nivel local, nacional y continental, que garantice su promoción integral y participación efectiva en la vida de la Iglesia y de la sociedad. También es imprescindible enfatizar el rol de las mujeres en diversos ámbitos: la política, la economía, la academia, la cultura… y en muchos otros ‘areópagos’ de la sociedad. Le puede interesar: Llega la tercera edición de Misión Celam: Mujeres, pulmón de la Iglesia en el continente Campaña continental En este sentido, desde el Celam damos inicio a la campaña continental “Mujeres gestoras del cambio”, una iniciativa con la que buscamos visibilizar los aportes de las mujeres, desde sus servicios y carismas, a la sociedad y a la Iglesia, a través de expresiones de sensibilización, espacios de formación y acciones concretas de incidencia, de la mano de diversas organizaciones eclesiales de nuestro continente y en sintonía con los desafíos de la Asamblea Eclesial, y con un acento sinodal. “Las mujeres son protagonistas de una Iglesia en salida”, nos ha recordado el Papa Francisco, subrayando su capacidad de acogida y anuncio de la ‘buena nueva’: “En la historia de la salvación es una mujer la que acoge el Verbo; y también son las mujeres las que en la noche oscura custodian la llama de la fe, las que esperan y proclaman la Resurrección”[1]. María, llena de Gracia, nos anima al “desborde del amor creativo del Espíritu, y nos impulsa a salir sin miedo al encuentro de los demás”[2], como tantas mujeres evangelizadoras y misioneras de nuestro continente. [1] Mensaje del Santo Padre Francisco a las participantes en un seminario web organizado por la consulta femenina del Consejo Pontificio de la Cultura sobre el tema “Las mujeres leen al Papa Francisco”. 7 de octubre de 2020. [2] Cf. Mensaje del Santo Padre Francisco a los participantes en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, 15 de octubre de 2021. Celam conmemora el Día Internacional de la Mujer con el lanzamiento de la campaña continental “Mujeres Gestoras del Cambio” El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) conmemora el Día internacional de la Mujer con el lanzamiento de la campaña continental “Mujeres Gestoras del Cambio”, una iniciativa para visibilizar los resultados del proceso de escucha de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe desde la perspectiva femenina. Esta campaña busca posicionarse desde tres elementos: Escucha, meditación y acción amorosa, como parte de una rica diversidad al servicio de la Iglesia en salida que trabaja por el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias y discriminación. Evangelizadoras y misioneras Monseñor Miguel Cabrejos, presidente del Celam, ha explicado que con “Mujeres gestoras del cambio buscamos visibilizar los aportes de las mujeres, desde sus servicios y carismas, a la sociedad y a la Iglesia, a través de expresiones de sensibilización, espacios de formación y acciones concretas de incidencia”. El prelado ha destacado que la campaña tendrá la duración de un año (marzo 2022- marzo 2023) y trabajarán de la mano con diversas organizaciones eclesiales de “nuestro continente y en sintonía con los desafíos de la Asamblea Eclesial, y con un acento sinodal”. Por tanto, señala Monseñor Cabrejos, “las mujeres son protagonistas de una Iglesia en salida” tal como “nos ha recordado el Papa Francisco, subrayando su capacidad de acogida y anuncio de la ‘buena nueva’”. “En la historia de la salvación es una mujer la que acoge el Verbo; y también son las mujeres las que en la noche oscura custodian la llama de la fe, las que esperan y proclaman la Resurrección”, ha explicado Monseñor Cabrejos citando al Santo Padre. María, llena de Gracia, nos anima al “desborde del amor creativo del Espíritu, y nos impulsa a salir sin miedo al encuentro de los demás como tantas mujeres evangelizadoras y misioneras de nuestro continente”, finalizó. Apoyos articulados Bajo el lema “Somos gestoras