Beato José Gregorio Hernández: un hombre de virtudes

25
Oct
2021

Caracas.- Las virtudes teologales, de acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, “fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano”; es decir, es por ellas que las personas son capaces de hacer el bien. José Gregorio Hernández fue un hombre de numerosas virtudes humanas y morales, pero su esencia de santidad, proviene de la vivencia de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad (1Cor 13, 1-13)

Fe: hacer la voluntad de Dios

La fe, es la primera de las tres virtudes teologales. Por ella “el hombre se entrega entera y libremente a Dios”, y se esfuerza por “conocer y hacer la voluntad de Dios”. Así, era la fe de José Gregorio Hernández, capaz de apartar el ego humano para buscar el bien y unir su voluntad a la Voluntad de Dios.

Es por su fe, cultivada desde el hogar, que José Gregorio, en cada obra que realizaba, y en las palabras que compartía, dejaba entrever su certeza en las enseñanzas cristianas, poniéndolas en práctica y testimoniando a Cristo a través de su propia vida.

“Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y síguela” (Sal 34, 14)

Esperanza: confiar en las promesas de Dios

La esperanza, es la virtud por la que las personas son capaces de confiar en las promesas de Dios, el anhelo de felicidad que Dios regaló a los corazones de los hombres. Fue por su esperanza, que José Gregorio Hernández siempre manifestó cuánto aspiraba al Reino de los cielos; era esta esperanza lo que le impulsaba a continuar obrando con bondad y dedicación por los otros.

La esperanza le sostuvo en todo momento y a través de toda circunstancia, no por falta de dificultades sino por una gran confianza en la bondad, la misericordia y el amor de Dios.

“Pero vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien” (2 Tes 3, 13)

Caridad: amar a todos sin distinción

La caridad es la virtud por la que se cumple el llamado perfecto del Señor: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos”. Por la caridad, se ama a Dios porque es Dios, y se ama a los demás producto de ese amor de Dios. Es amando a los otros, sin exclusión, que es posible asemejarse a Cristo.

La caridad inspira las demás virtudes, las articula y las ordena, es fuente y culmen de la práctica cristiana. Solo quien conoce el amor de Dios, es capaz de amar libremente, a sí mismo y a sus hermanos.

“Y no os olvidéis de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque de tales sacrificios se agrada Dios” (Heb 13, 16)

Esto lo comprendió profundamente el Beato José Gregorio Hernández, quien no distinguía entre ricos y pobres, ni entre poderosos y desfavorecidos. Fue un médico para todos, siempre disponible a quien le necesitara, capaz de ir más allá de sí mismo para actuar generosamente por el bien de otros.

La santidad del Beato José Gregorio Hernández, proviene de la vivencia de su propia vocación con libertad; una libertad opuesta a la esclavitud del egoísmo y la avaricia; más bien, abierta a la misericordia y al amor. Fue auténtico consigo mismo, aún con las dificultades que significaba defender sus principios ante un mundo que invitaba a lo contrario.

El Beato José Gregorio Hernández, de quien el 26 de octubre de 2021 se celebrará su primera memoria litúrgica, fue, sin duda alguna, un hombre de fe, capaz de procurar la voluntad de Dios en todo su obrar; hombre de esperanza que le servía de impulso para sostenerse en pie en medio de las dificultades, y hombre de gran caridad, por la cual amó y cuidó a todos sin exclusión.

“La virtud exige la práctica reiterada, porque es evidente que un solo acto bueno no engendra la virtud” – Beato José Gregorio Hernández

Prensa CEV
25 de octubre de 2021