
Han pasado 70 años desde aquel 25 de julio cuando se realizó la primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Río de Janeiro (Brasil), que dio origen al Celam.
Desde sus orígenes, el Celam ha promovido la comunión fraterna, colegialidad y servicio entre las 22 Conferencias Episcopales del continente, prestando apoyo pastoral a la acción misionera y evangelizadora de toda la Iglesia.
Surgió por petición de esta Primera Conferencia General de Río de Janeiro, como signo e instrumento del afecto colegial, en perfecta comunión con la Iglesia Universal y con su Cabeza visible, en el Romano Pontífice.
Es así como el papa Pío XII, cinco meses más tarde, aprobó su constitución canónica el 2 de noviembre de 1955, estableciendo su sede en Bogotá, Colombia.
El Santo Padre expresó su esperanza en esta Conferencia continental a través de la Carta Apostólica “Ad Ecclesiam Christi”, considerada la Carta Magna del Celam.
En esta misiva institucionalizó la amplia y cordial colaboración entre los episcopados del continente, motivando con ello su organización a través del Celam.
El Papa llamó a los Obispos a una misión audaz: incorporar más al clero, formar laicos y atender a los más vulnerables, puesto que América Latina tenía una ‘vocación apostólica privilegiada’.
Es así como, inspirados en las enseñanzas de Pío XII y en el Concilio Plenario de 1899, los obispos reunidos en Río sentaron las bases de una Iglesia comprometida con la educación, los derechos sociales y la defensa de la fe.
Han pasado 70 años desde aquel 25 de julio cuando se realizó la primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Río de Janeiro (Brasil), que dio origen al Celam.
Desde sus orígenes, el Celam ha promovido la comunión fraterna, colegialidad y servicio entre las 22 Conferencias Episcopales del continente, prestando apoyo pastoral a la acción misionera y evangelizadora de toda la Iglesia.
Surgió por petición de esta Primera Conferencia General de Río de Janeiro, como signo e instrumento del afecto colegial, en perfecta comunión con la Iglesia Universal y con su Cabeza visible, en el Romano Pontífice.
Es así como el papa Pío XII, cinco meses más tarde, aprobó su constitución canónica el 2 de noviembre de 1955, estableciendo su sede en Bogotá, Colombia.
El Santo Padre expresó su esperanza en esta Conferencia continental a través de la Carta Apostólica “Ad Ecclesiam Christi”, considerada la Carta Magna del Celam.
En esta misiva institucionalizó la amplia y cordial colaboración entre los episcopados del continente, motivando con ello su organización a través del Celam.
El Papa llamó a los Obispos a una misión audaz: incorporar más al clero, formar laicos y atender a los más vulnerables, puesto que América Latina tenía una ‘vocación apostólica privilegiada’.
Es así como, inspirados en las enseñanzas de Pío XII y en el Concilio Plenario de 1899, los obispos reunidos en Río sentaron las bases de una Iglesia comprometida con la educación, los derechos sociales y la defensa de la fe.
01 de agosto de 2025
Fuente: CELAM
CEV Medios
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