El pasado 27 de noviembre, en Estambul, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá y presidente del episcopado, segundo vicepresidente del Consejo episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), sostuvo una audiencia privada con Su Santidad Bartolomé I, Patriarca Ecuménico, cuya sede histórica es Constantinopla.
El encuentro se desarrolló en un ambiente de profunda cordialidad y se inserta en las actividades internacionales que recuerdan los 1700 años del Concilio de Nicea, un hito que definió la identidad doctrinal del cristianismo y continúa siendo referencia para las distintas tradiciones eclesiales.
La presencia del prelado panameño en este contexto responde a la invitación oficial que recibió para participar en la conmemoración ecuménica, que reunirá a líderes cristianos de diversas confesiones con el propósito de reflexionar sobre los desafíos actuales y el testimonio común que las Iglesias están llamadas a ofrecer al mundo.
Latinoamérica en el horizonte del ecumenismo
La presencia de Ulloa Mendieta cobra un significado especial para el continente, cuyo aporte al diálogo, la protección de la vida y la búsqueda de acuerdos entre distintas Iglesias ha sido constante. La celebración de los 1700 años del Concilio de Nicea vuelve a colocar en primer plano la certeza de que la unidad que marcó los primeros siglos del cristianismo sigue animando hoy su misión, anclada en la fe compartida en Cristo y en la voluntad de mantener un camino común.
Por su parte, la Iglesia panameña ha seguido de cerca este camino con su acompañamiento espiritual y su labor pastoral cotidiana. Lo acontecido en la audiencia reafirma el camino sinodal impulsado por el Papa Francisco y anima a las comunidades a ser signo de esperanza en un continente marcado por las desigualdades, tensiones y desafíos.
Un símbolo panameño ante la sede del Patriarcado Ecuménico
En el marco de la audiencia, monseñor Ulloa presentó al Patriarca un icono de Santa María la Antigua, imagen que forma parte de la identidad histórica y espiritual de América. Con este regalo, quiso poner de manifiesto el afecto de los panameños y su deseo de consolidar puentes de comunión entre Oriente y Occidente.
Bartolomé I, ampliamente valorado por su compromiso con el diálogo intereclesial, agradeció el presente y reconoció la vitalidad de la comunidad católica panameña. El Patriarca Ecuménico destacó la necesidad de profundizar los lazos ecuménicos en este año del Jubileo 2025, un tiempo en el que la Iglesia universal insiste en la importancia de la reconciliación y la esperanza.
01 de diciembre de 2025
Fuente: CELAM
CEV Medios
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