En un continente atravesado por desigualdades profundas y tensiones sociales que desafían la convivencia, la Sociedad de Catequetas Latinoamericanos (SCALA) publica el Manifiesto “La Iniciación Cristiana es el corazón de una Iglesia Sinodal”. La iniciativa aparece como un llamado vigoroso a la renovación pastoral en un tiempo donde la fragmentación y la desconfianza reclaman respuestas a la altura de los desafíos actuales. Propuesta que surge como un llamado urgente a renovar la vida pastoral frente a un mundo herido que necesita propuestas serias y creíbles.
El texto subraya que la Iglesia no podrá afrontar los retos latinoamericanos sin replantear cómo educa, guía y envía a quienes desean vivir el Evangelio. Para SCALA, la clave de esta renovación está en una iniciación cristiana concebida como un camino integral donde comunión, participación y misión se articulan y fortalecen la fe en un escenario en constante cambio.
Un discernimiento que nace desde América Latina
El Manifiesto es fruto de la X Jornada de Estudio de SCALA, celebrada en Asunción, Paraguay, del 8 al 10 de julio de 2025, al celebrarse los 30 años de la institución. En ese momento, catequetas y referentes pastorales de diversas naciones se reunieron para dialogar y reflexionar, en un ambiente de escucha sinodal, sobre los desafíos que genera la secularización, las brechas sociales persistentes y el impacto de una cultura digital en constante mutación.
En este contexto desafiante, SCALA percibió la urgencia de volver a mirar los procesos de iniciación cristiana y actualizarlos, para que la sinodalidad no sea solo un concepto, sino un estilo real de presencia eclesial. En atención a ello, el Manifiesto —explican— no pretende ser un texto cerrado, sino una invitación abierta a comunidades, diócesis y movimientos para seguir construyendo juntos este horizonte eclesial.
La iniciación cristiana como raíz de comunión
El texto coloca al centro una convicción decisiva: la Iglesia será verdaderamente sinodal si nace de procesos genuinos de iniciación cristiana. Esta —aseguran— lejos de ser un simple conjunto de ritos, este proceso constituye un camino de vida en el que la comunidad educa y acompaña a discípulos misioneros capaces de discernir, celebrar y asumir compromisos concretos con la realidad.
El texto recuerda que la iniciación cristiana tiene su raíz en el misterio de la Trinidad, donde surge la comunión que inspira el camino sinodal. Anima a vivir la fe como un itinerario que transforma, donde la Palabra y la liturgia iluminan la vida del creyente, la comunidad mantiene la dinámica el proceso y la misión se convierte en horizonte. Solo así, indica, será posible desmontar lógicas clericales, actitudes individualistas y ritualismos que empobrecen la vida eclesial.
Claves para la conversión pastoral
El Manifiesto subraya la urgencia de una transformación de mentalidad y de estructuras, a la luz del Documento final del Sínodo sobre Sinodalidad de 2024. Para SCALA, la transmisión de la fe solo es posible en comunidad, y la iniciación cristiana ha de asumirse como un verdadero camino catecumenal capaz de articular pensamiento, experiencia y vida cotidiana dentro de un entorno complejo y profundamente influido por lo digital.
El texto señala obstáculos que hoy impactan la labor evangelizadora: catequesis que se limita a lo instructivo, la carencia de recorridos catecumenales sólidos, la débil capacitación de quienes animan la pastoral y la ruptura entre la celebración sacramental y experiencias mistagógicas que lleven a comprender la fe desde la vida. Por ello, plantea superar estas limitaciones mediante una auténtica corresponsabilidad eclesial y una formación integral para ministros ordenados, laicos y personas consagradas.
Un camino que abre procesos duraderos
El Manifiesto luego de presentar un análisis real de la situación, exhorta a revitalizar los itinerarios de iniciación cristiana, consolidar equipos que acompañen procesos sinodales y situar el anuncio misionero como eje de toda acción pastoral. A la vez, impulsa la creación de espacios de diálogo, formación y cooperación con instituciones teológicas.
El Manifiesto concluye confiando este proceso a María, primera discípula y misionera, y reafirma que una iniciación cristiana asumida con profundidad y en clave de comunión es el camino más fecundo para impulsar la renovación eclesial en América Latina y ofrecer respuestas esperanzadoras a los desafíos sociales del continente.
10 de diciembre de 2025
Fuente: CELAM
CEV Medios
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