Categoría: Papa Francisco

30
Sep

Carta del Papa en el XVI centenario de la muerte de San Jerónimo

Vaticano.- La Carta Apostólica Scripturae Sacrae Affectus del Papa Francisco, publicada el mismo día en que la Iglesia recuerda al gran Padre de la Iglesia, está dedicada al amor por la Sagrada Escritura de San Jerónimo. El Pontífice invita a todos a retomar el legado de aquel a quien se le debe la traducción de la Biblia al latín, y dirige un llamamiento a los jóvenes: salir en busca de lo que Jerónimo nos dejó «Su figura sigue siendo de gran actualidad para nosotros, cristianos del siglo XXI», por eso, mil seiscientos años después de su muerte, el Papa Francisco quiso dedicar a San Jerónimo, uno de los más grandes Padres de la Iglesia Occidental, la Carta Apostólica Scripturae Sacrae Affectus. Precisamente el afecto, el amor a la Sagrada Escritura es el legado que Jerónimo «ha dejado a la Iglesia a través de su vida y sus obras». “Incansable estudioso, traductor, exegeta, profundo conocedor y apasionado divulgador de la Sagrada Escritura», “fino intérprete de los textos bíblicos”, “ardiente y en ocasiones impetuoso defensor de la verdad cristiana”, “ascético y eremita intransigente”, así como experto guía espiritual: este fue Jerónimo. La vida de Jerónimo En su carta, Francisco recorre su vida, recordando su sólida educación cristiana y su dedicación a los estudios, sus viajes, sus amistades y sus experiencias. Entre ellas se encuentra el desierto, que «con la consiguiente vida eremítica, en su significado más profundo: como lugar de las elecciones existenciales fundamentales, de intimidad y encuentro con Dios, donde a través de la contemplación, las pruebas interiores y el combate espiritual llegó al conocimiento de la fragilidad, con una mayor conciencia de los límites propios y ajenos, reconociendo la importancia de las lágrimas». Y es en el desierto donde el joven de Stridone » experimentó concretamente la presencia de Dios, la necesaria relación del ser humano con Él, su consolación misericordiosa». Jerónimo, amigo de Rufino de la juventud de Aquilea, conoció a Gregorio Nacianceno, Dídimo el Ciego, Epifanio de Salamina, que conoció a Ambrosio y mantuvo una estrecha correspondencia con Agustín, consagró » dedicando su existencia a hacer que las palabras divinas, a través de su infatigable trabajo de traductor y comentarista». Habiendo decidido consagrar toda su vida a Dios, fue ordenado sacerdote en Antioquía alrededor del año 379, luego se trasladó a Constantinopla y se dedicó a la traducción al latín de importantes obras del griego y continuó estudiando con pasión. “Una bendita inquietud lo guiaba y lo volvía incansable y apasionado en la búsqueda” escribe el Papa Francisco citando las mismas palabras de Jerónimo: «Cuántas veces me desanimé, cuántas desistí para empezar de nuevo en mi empeño de aprender». El vínculo con Roma Y cómo no recordar su regreso a Roma, después de sus estudios de juventud, cuando en el año 382 se convirtió en un estrecho colaborador del Papa Dámaso, y los cenáculos para la lectura de la Sagrada Escritura organizados » gracias al apoyo de mujeres aristocráticas romanas, deseosas de elecciones evangélicas radicales, como Marcela, Paula y su hija Eustoquio». Fue en esos años que Jerónimo «comenzó una revisión de las anteriores traducciones latinas de los Evangelios, y quizá también de otras partes del Nuevo Testamento». » Para Jerónimo, la Iglesia de Roma era el terreno fértil donde la semilla de Cristo da fruto abundante», observó el Papa. En una época convulsa, en la que la túnica inconformista de la Iglesia está a menudo desgarrada por las divisiones entre los cristianos, Jerónimo mira a la Cátedra de Pedro como un punto de referencia seguro: «Yo, que no sigo más primacía que la de Cristo, me uno por la comunión a tu beatitud, es decir, a la cátedra de Pedro. Sé que la Iglesia está edificada sobre esa roca». Cuando Dámaso murió, Jerónimo dejó la ciudad, emprendió nuevos viajes y otros estudios y finalmente eligió vivir en Belén, cerca de la Gruta de la Natividad, donde fundó dos monasterios, uno masculino y otro femenino, con albergues para acoger a los peregrinos, «manifestando así su generosidad para alojar a cuantos llegaban a aquella tierra para ver y tocar los lugares de la historia de la salvación, uniendo de este modo la búsqueda cultural a la espiritual». Precisamente en Belén, donde murió en el año 420, Jerónimo vivió «el periodo más fecundo e intenso de su vida, completamente dedicado al estudio de la Escritura, comprometido en la monumental obra de traducción de todo el Antiguo Testamento a partir del original hebreo. Al mismo tiempo, comentaba los libros proféticos, los salmos, las obras paulinas, escribía subsidios para el estudio de la Biblia». Una obra preciosa que todavía se puede apreciar en sus obras, » fruto del diálogo y la colaboración, desde la copia y el análisis de los manuscritos hasta su reflexión y discusión», dijo de hecho: “Nunca he confiado en mis propias fuerzas ni he tenido como maestra mi propia opinión, sino que he solido preguntar incluso sobre aquellas cosas que yo creía saber». Y consciente de sus propias limitaciones, pidió “auxilio continuamente en la oración de intercesión, para que la traducción de los textos sagrados estuviera hecha ‘con el mismo espíritu con que fueron escritos los libros’”. Los Estudios El Papa Francisco señala en su Carta Apostólica que «el estudio de Jerónimo se reveló como un esfuerzo realizado en la comunidad y al servicio de la comunidad, modelo de sinodalidad también para nosotros, para nuestro tiempo y para las diversas instituciones culturales de la Iglesia, con vistas a que sean siempre «lugar donde el saber se vuelve servicio, porque sin el saber nacido de la colaboración y que se traduce en la cooperación no hay desarrollo humano genuino e integral». “El fundamento de esa comunión es la Escritura -señala el Pontífice-, que no podemos leer por nuestra cuenta: ‘La Biblia ha sido escrita por el Pueblo de Dios y para el Pueblo de Dios, bajo la inspiración del Espíritu Santo. Sólo en esta comunión con el Pueblo de Dios podemos entrar realmente, con el “nosotros”, en el

29
Sep

«Ven y lo verás» (Jn 1, 46) Comunicar encontrando a las personas como y donde están. Tema de la Jornada Mundial de las Comunicaciones 2021

Se ha publicado el día de hoy el tema que Papa Francisco ha elegido para la 55ª Jornada Mundial de las Comunicaciones, que se celebrará el próximo 16 de mayo 2021: «Ven y lo verás» (Jn 1, 46) Comunicar encontrando a las personas como y donde están. El mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial se publicará el próximo 24 de enero, fiesta de San Francisco de Sales. Vaticano.- En la nota publicada por la Oficina de Prensa de la Santa Sede informando el tema, se explica que las palabras del apóstol Felipe, «Ven y lo verás», son centrales en el Evangelio: el anuncio cristiano antes que de palabras, está hecho de miradas, testimonios, experiencias, encuentros, cercanía. En una palabra, de vida. Precisamente esas palabras, han sido elegidas por el Papa Francisco como tema del 55º Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. “Al día siguiente, Jesús quiso partir para Galilea. Se encuentra con Felipe y le dice: «Sígueme.» Felipe era de Bestsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro. Felipe se encuentra con Natanael y le dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.» Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.»” El comunicado de prensa reconoce que en el transcurso histórico que estamos viviendo, en un tiempo que nos obliga a la distancia social a causa de la pandemia, la comunicación puede hacer posible la cercanía necesaria para reconocer lo esencial y comprender verdaderamente el significado de las cosas. «No conocemos la verdad si no la experimentamos -afirma la nota-, si no encontramos a las personas, si no participamos en sus alegrías y en sus penas. El viejo dicho ‘Dios te encuentra donde estás’ puede ser una guía para los que trabajan en los medios de información o en la comunicación en la Iglesia. En la llamada de los primeros discípulos, con Jesús que sale a su encuentro y los invita a seguirle, vemos también la invitación a utilizar todos los medios de comunicación, en todas sus formas, para llegar a las personas como son y donde viven». La Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales fue instituida por el Concilio Vaticano II en el decreto Inter Mirifica sobre los medios de comunicación social. Cada año se celebra el día de la Ascensión del Señor, que se celebrará el próximo año el 16 de mayo. Prensa CEVNota de Vatican News29 de septiembre de 2020

28
Sep

Papa Francisco a la Inspectoría: Que su trabajo esté animado por una viva fe cristiana

Vaticano.- Audiencia del Papa Francisco esta mañana, en el Aula Pablo VI en el Vaticano, a los directivos y agentes de la Inspectoría de Seguridad Pública ante el Vaticano. En su discurso, el Pontífice agradeció a los miembros de la policía italiana presentes por el servicio que prestan a la Santa Sede y al Estado de la Ciudad del Vaticano con “diligencia, profesionalismo y espíritu de sacrificio”, que manifiesta el “profundo vínculo que existe entre la Santa Sede e Italia”. «Que la Inspectoría de Seguridad Pública del Vaticano continúe operando de acuerdo a su luminosa historia, sabiendo sacar nuevos y abundantes frutos de ella». Fue el deseo expresado por el Papa Francisco a los integrantes de la “gran familia” de la Inspectoría de Seguridad Pública del Vaticano, recibidos en audiencia en el Aula Pablo VI, junto a sus familiares, con ocasión del 75º aniversario de su institución. “Al conmemorar la fundación de esta Inspectoría, es natural dar gracias al Señor por los 75 años de historia y por el trabajo de tantos hombres y mujeres de la Policía Estatal Italiana” les dice el Pontífice a los 2.500 presentes. Una misión llevada a cabo con “competencia y pasión”, en la estela del “profundo vínculo que existe entre la Santa Sede e Italia”, y que tiene su origen en los Pactos de Letrán de 1929. Esos acuerdos, de hecho, al sancionar el nacimiento del Estado de la Ciudad del Vaticano – recuerda el Santo Padre – preveían un régimen peculiar para la Plaza de San Pedro, con libre acceso para peregrinos y turistas y bajo la supervisión de las autoridades italianas. Fructífera colaboración entre Santa Sede e Italia En su discurso Francisco recorre la historia del servicio de la Inspectoría de Seguridad Pública del Vaticano, situado en un «contexto de precariedad y emergencia nacional», cuando las fuerzas políticas y sociales estaban comprometidas en la recuperación democrática, hasta la concreción en 1945, del proyecto para “dar autonomía y configuración jurídica a este servicio de policía”. «De esta manera, el servicio que las fuerzas policiales habían llevado a cabo durante mucho tiempo en la Plaza de San Pedro y en las áreas que rodean al Vaticano, se fortaleció y se hizo más efectivo». Desde el día de la creación de esa Oficina, que asumió gradualmente otras denominaciones hasta la actual, se ha abierto un camino en el signo de la fructífera colaboración entre Italia y la Santa Sede, y entre la Inspectoría y los organismos vaticanos responsables del orden público y la seguridad del Papa. Aunque los escenarios nacionales e internacionales y los requisitos de seguridad han cambiado, el espíritu con el que los hombres y mujeres de la Inspectoría han llevado a cabo su apreciada labor no ha cambiado. La nueva Oficina de la Policía de Estado y la guerra El Pontífice recuerda además los nueve meses dificiles de la ocupación de Roma por las tropas alemanas, desde septiembre de 1943 hasta el 4 de junio de 1944: Había surgido el problema del respeto de parte de los soldados alemanes por la neutralidad y la soberanía de la Ciudad del Vaticano, así como por la persona del Papa. Durante nueve meses, la frontera entre el Estado Italiano y la Ciudad del Vaticano, trazada en el suelo de la Plaza de San Pedro, había sido escenario de tensión y miedo. Los fieles no podían acceder fácilmente a la Basílica para rezar, así que mucha gente se rendía. Finalmente, el 4 de junio de 1944 Roma fue liberada, pero la guerra dejó profundas heridas en las conciencias, escombros en las calles, pobreza y sufrimiento en las familias. Los romanos y los peregrinos que pudieron llegar a la capital, acudieron a San Pedro, también para expresar su gratitud al Papa Pío XII, proclamado «defensor civitatis». La nueva Oficina de la Policía de Estado ante el Vaticano pudo así responder adecuadamente a las nuevas necesidades y prestar un importante servicio tanto a Italia como a la Santa Sede.  Paciente y difícil tarea Un servicio a la Santa Sede y al Estado de la Ciudad del Vaticano por el cual el Papa Francisco manifiesta su agradecimiento: Queridos oficiales y agentes, muchas gracias por su valioso servicio, caracterizado por la diligencia, el profesionalismo y el espíritu de sacrificio. Por encima de todo, admiro la paciencia que ejercen en el tener que tratar con gente de tan diferentes orígenes y culturas.  Mi gratitud se extiende también a su compromiso de acompañarme en mis desplazamientos en Roma y en las visitas a las diócesis o comunidades de Italia. Es una tarea difícil, que requiere discreción y equilibrio, para asegurar que los itinerarios del Papa no pierdan su carácter específico de encuentro con el Pueblo de Dios. Por todo esto, una vez más les estoy agradecido. Animados por la fe cristiana «Espero que vuestro duro trabajo, a menudo realizado con sacrificio y riesgo, esté animado por una fe cristiana viva:  ella es el tesoro espiritual más precioso que vuestras familias os han confiado y que estáis llamados a transmitir a vuestros hijos», expresa finalmente el Papa y concluye: Que el Señor los recompense como sólo Él sabe hacer. Que vuestro patrono San Miguel Arcángel os proteja y que la Santísima Virgen vele por vosotros y vuestras familias. Y los acompañe también mi bendición. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News28 de septiembre de 2020

28
Sep

Papa Francisco en el Ángelus: La fe en Dios pide renovar cada día la elección del bien

Vaticano.- “Con su predicación sobre el Reino de Dios, Jesús se opone a una religiosidad que no involucra la vida humana, que no interpela la conciencia y su responsabilidad frente al bien y al mal”: explicó Papa Francisco bajo una intensa lluvia, en su comentario al Evangelio de este Domingo XXVI del tiempo ordinario (Mateo 21, 28-32) durante la oración mariana del Ángelus. El Santo Padre comentó que con este sencillo ejemplo “Jesús quiere superar una religión entendida solo como práctica exterior y rutinaria, que no incide en la vida y en las actitudes de las personas”. “A la invitación del padre de ir a trabajar a la viña, el primer hijo responde impulsivamente «no», pero después se arrepiente y va; sin embargo el segundo hijo, que enseguida responde «sí», en realidad no lo hace. La obediencia no consiste en el decir «sí» o «no», sino en actuar, en cultivar la viña, en realizar el Reino de Dios.” Privilegiados de la gracia “Los exponentes de esta religiosidad “de fachada” –continuó el Pontífice-, que Jesús desaprueba, son «los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo», los cuales, según la admonición del Señor, en el Reino de Dios serán superados por los publicanos y las prostitutas”. Sin embargo, Jesús no señala a estos últimos como modelos de vida, sino como “privilegiados de la gracia”, que Dios ofrece a todo aquel que se abre y se convierte a Él, y recordó que, de hecho, escuchando la predicación de Jesús, se arrepintieron y cambiaron de vida. Los dos hermanos El Santo Padre continuó reconociendo que “en el Evangelio de hoy, quien queda mejor es el primer hermano, no porque ha dicho «no» a su padre, sino porque después el «no» se ha convertido en un «sí»”. “Dios es paciente con nosotros: no se cansa, no desiste después de nuestro «no»; nos deja libres también de alejarnos de Él y de equivocarnos. Pero pensar en la paciencia de Dios… ¡es maravilloso! Como el Señor siempre nos espera; siempre a nuestro lado para ayudarnos, pero respetando nuestra libertad. Y espera ansiosamente nuestro «sí», para acogernos nuevamente entre sus brazos paternos y colmarnos de su misericordia sin límites.” La fe en Dios pide renovar cada día la elección del bien respecto al mal, la elección de la verdad respecto a la mentira, la elección del amor del prójimo respecto al egoísmo. Papa Francisco recuerda que quien se convierte a esta elección de amor, después de haber experimentado el pecado, encontrará los primeros lugares en el Reino de los cielos, “donde hay más alegría por un solo pecador que se convierte que por noventa y nueve justos”. Conversión El Santo Padre recuerda que la conversión, cambiar el corazón, es un proceso «que nos purifica de las incrustaciones morales y a veces es un proceso doloroso, porque no hay camino a la santidad sin alguna renuncia y sin combate espiritual». El Papa invitó a luchar por el bien, «luchando para no caer en la tentación, haciendo de nuestra parte lo que podemos para vivir en la paz y la alegría de las Bienaventuranzas». “El Evangelio de hoy cuestiona la forma de vivir la vida cristiana –subrayó Francisco-, que no está hecha de sueños y de bonitas aspiraciones, sino de compromisos concretos, para abrirnos siempre a la voluntad de Dios y al amor hacia los hermanos”. “Incluso el más pequeño compromiso concreto, no puede hacerse sin gracia. La conversión es una gracia que siempre debemos pedir: «Señor, dame la gracia de mejorar. Dame la gracia de ser un buen cristiano».” Dóciles a la acción del Espíritu Santo Finalmente, el Santo Padre invitó a rogar a María Santísima para que “nos ayude a ser dóciles en la acción del Espíritu Santo”, quien derrite la dureza de los corazones y los dispone al arrepentimiento, para obtener la vida y la salvación prometidas por Jesús.  Oración por la paz en el Cáucaso Al final la oración del Ángelus, Papa Francisco se refirió a las “inquietantes noticias de enfrentamientos en la zona del Cáucaso”. El Santo Padre expresó su oración por la paz en el Cáucaso y pidió a las partes en conflicto “que hagan gestos concretos de buena voluntad y fraternidad, que puedan llevar a la resolución de los problemas no mediante el uso de la fuerza y las armas, sino mediante el diálogo y la negociación”. A través de un momento de silencio, invitó a los fieles presentes a orar juntos por la paz en el Cáucaso. Al mismo tiempo, invitó a los fieles reunidos en la Plaza san Pedro bajo una intensa lluvia, a dar gracias a Dios por la Beata María Luigia del Santísimo Sacramento, María Velotti, fundadora de la Congregación de las Hermanas Franciscanas Adoratrices de la Santa Cruz, proclamada beata en el día de ayer en Nápoles. El Santo Padre destacó de la nueva beata su “ejemplo de contemplación del misterio del Calvario e incansable en el ejercicio de la caridad”. En el marco de la celebración el Día Mundial del Migrante y el Refugiado, el Pontífice saludó a los refugiados y migrantes presentes en la plaza alrededor del monumento titulado «Ángeles sin saberlo», realizado por Timothy Schmalz, y que bendijo hace un año. El mensaje de este año lo ha dedicado a los desplazados internos, que se ven obligados a huir, como ocurrió también con Jesús y su familia. Recordó también el Día Mundial del Turismo que se celebra hoy día, y que a causa de la pandemia el sector ha sido golpeado duramente este año, enviado ánimo a todos los que participan en el turismo, especialmente a las pequeñas empresas familiares y a los jóvenes, con la esperanza que todos puedan recuperarse pronto de las dificultades actuales. Finalmente, destinó un pensamiento especial para las mujeres y para todos los que se dedican a la lucha contra el cáncer de mama. Para concluir, el Papa Francisco saludó a todos los fieles presentes esta mañana en la Plaza San Pedro a pesar de las intensas lluvias. Prensa

25
Sep

Papa Francisco: un corazón que vea las heridas de la sociedad y manos creativas para curarlas

Vaticano.- A los miembros del Círculo de San Pedro que se ocupa de los pobres de Roma, de parte del Pontífice, Francisco los exhorta a responder con audacia a las necesidades de los más indigentes especialmente en este tiempo pandemia. “A una situación excepcional no se puede dar una respuesta habitual, sino que se requiere una reacción nueva y diferente”. Con esta premisa parte la reflexión del Papa a los miembros del Círculo de San Pedro, recibidos en audiencia esta mañana en el Vaticano. Francisco indica entonces los dos elementos necesarios para poder ejercer la caridad:  “Para ello es necesario tener un corazón que sepa «ver» las heridas de la sociedad y manos creativas en la caridad activa. Estos dos elementos son importantes para que una acción caritativa siempre pueda ser fructífera.” En su discurso, el Santo Padre se remite a tres palabras de la asociación: «Oración – Acción – Sacrificio», que constituyen el lema en el que se basa la vida del Círculo. Y hoy decide centrar su reflexión en la palabra “acción”, evidenciando que la pandemia ha llevado a reconsiderar “las modalidades concretas de las obras de caridad que en lo ordinario llevan adelante en favor de los pobres de Roma”. A las necesidades de las personas a las que sirven habitualmente se ha añadido la necesidad de responder a las necesidades urgentes de tantas familias, que se han encontrado en apuros económicos de la noche a la mañana. El Papa advierte que los efectos de la pandemia “serán terribles” y siempre más en el futuro, pero invita a “no asustarse”. Donar el corazón a los miserables Francisco indica a continuación que es urgente identificar las nuevas formas de pobreza en la ciudad. La pobreza es pudorosa – dice – hay que descubrir a dónde está. Las nuevas formas de pobreza son muchas y “depende de nosotros saberlas ver con los ojos del corazón”:  Debemos saber mirar las heridas humanas con el corazón para «tomar en serio» la vida del otro. Así este ya no es sólo un extraño necesitado de ayuda, sino que antes que nada es un hermano que pide amor. Y sólo cuando nos tomamos a alguien en serio podemos responder a esta expectativa. Es la experiencia de la misericordia: miseri- cor- dar, misericordia, dar misericordia a los miserables, dar el corazón a los miserables. Fantasía que viene de la misericordia de Dios Continuando con su discurso, el Papa asegura además que cada uno de nosotros está llamado a invertir el curso de las cosas y esto sólo es posible si nos dejamos tocar “por el poder de la misericordia de Dios”, en un lugar privilegiado: el Sacramento de la Reconciliación, a través del cual nos envuelve la misericordia del Padre. Después de ver las llagas de la ciudad en la que vivimos, la misericordia nos invita a tener «la fantasía» en nuestras manos. Esto es lo que han hecho en esta época de pandemia: al haber aceptado el reto de responder a una situación concreta, pudieron adaptar su servicio a las nuevas necesidades impuestas por el virus. Ejemplo de esta “fantasía de la misericordia”, precisa, es el “gran gesto que el grupo de jóvenes del Círculo tuvo hacia los miembros mayores: una ronda de llamadas telefónicas para ver si todo iba bien y para brindarles algo de compañía”. Seguir ayudando a los pobres con valentía Finalmente, el Obispo de Roma alienta a los Miembros de Círculo de San Pedro a continuar “con empeño y alegría con sus obras de caridad, siempre atentos y dispuestos a responder con valentía a las necesidades de los pobres”. Les agradezco porque son expresión concreta de la caridad del Papa que se preocupa por la pobreza de Roma. De los pobres y de la pobreza. Y les agradezco por el Óbolo de San Pedro que cada año recogen en las iglesias de la ciudad y que me ofrecen hoy. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News25 de septiembre de 2020

25
Sep

Papa Francisco a la ONU: “De una crisis no se sale igual: salimos mejores o peores”

Vaticano.- Los efectos de la pandemia por COVID-19 en la humanidad, garantizar los derechos humanos, pero también unir esfuerzos ante el cambio climático y hacer frente a la cultura del descarte: son estos los principales dramas que ha enfrentado el Papa Francisco en su mensaje a la ONU con ocasión del 75º aniversario del nacimiento del organismo. El Pontífice ha enviado un video mensaje a las Naciones Unidas con ocasión de su 75º aniversario, recordando al Secretario General, el Señor António Guterres, así como a los Jefes de Estado y de Gobierno participantes, y a todos aquellos que están siguiendo el Debate General, que este aniversario de la ONU “es una oportunidad para reiterar el deseo de la Santa Sede de que esta Organización sea un verdadero signo e instrumento de unidad entre los Estados y de servicio a la entera familia humana”. En un momento en el que el mundo atraviesa grandes trastornos, agravados por una crisis sanitaria mundial sin precedentes que acarrea graves repercusiones económicas y sociales, el Papa recuerda que la pandemia del COVID-19 “ha llevado a la pérdida de muchas vidas” pero también está “cambiando nuestra forma de vida, cuestionando nuestros sistemas económicos, sanitarios y sociales, y exponiendo nuestra fragilidad como criaturas”. De hecho – dice en el video mensaje – “La pandemia nos llama a tomar este tiempo de prueba como un momento de elección […]: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es”. Es por ello que considera que es un momento oportuno para “la conversión” repensando “nuestra forma de vida” y “nuestros sistemas económicos y sociales”, pero también es una oportunidad para una “retirada defensiva” con características individualistas y elitistas. En este sentido, el Papa señala que podemos elegir entre dos caminos: “el que conduce al fortalecimiento del multilateralismo, expresión de una renovada corresponsabilidad mundial, de una solidaridad fundamentada en la justicia y en el cumplimiento de la paz y de la unidad de la familia humana, proyecto de Dios sobre el mundo” o “al que da preferencia a las actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento, dejando afuera los más pobres, los más vulnerables, los habitantes de las periferias existenciales”. Llamamiento para garantizar la futura vacuna de COVID-19 En su extenso mensaje, Francisco ha tocado varias problemáticas que afligen actualmente a nuestro planeta y a la humanidad. La más reciente y notoria: la pandemia por COVID-19. El Papa asegura que “ha puesto de relieve la urgente necesidad de promover la salud pública y de realizar el derecho de toda persona a la atención médica básica”. Es por ello que renueva su llamado a los responsables políticos y al sector privado “a que tomen las medidas adecuadas para garantizar el acceso a las vacunas contra el COVID-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para atender a los enfermos”. “Y si hay que privilegiar a alguien –ha puntualizado – que ése sea el más pobre, el más vulnerable, aquel que normalmente queda discriminado por no tener poder ni recursos económicos”. Garantizar un trabajo digno sin que la tecnología perjudique al empleado Francisco se ha detenido después en la situación de precariedad que amenaza a gran parte de los trabajadores: “Es particularmente necesario encontrar nuevas formas de trabajo que sean realmente capaces de satisfacer el potencial humano y que afirmen a la vez nuestra dignidad. Para garantizar un trabajo digno hay que cambiar el paradigma económico dominante que sólo busca ampliar las ganancias de las empresas”. Además, considera que el progreso tecnológico “es útil y necesario” siempre que sirva para hacer que el trabajo de las personas “sea más digno, más seguro, menos pesado y agobiante”. La cultura del descarte es un atentado contra la humanidad El concepto “cultura del descarte” no podía faltar en este mensaje. Francisco asegura que es “un atentado contra la humanidad” ya que se trata de “una gran falta de respeto por la dignidad humana, una promoción ideológica con visiones reduccionistas de la persona, una negación de la universalidad de sus derechos fundamentales, y un deseo de poder y de control absolutos que domina la sociedad moderna de hoy”. De hecho – dice – “es doloroso ver cuántos derechos fundamentales continúan siendo violados con impunidad”. La lista de estas violaciones es muy larga y nos hace llegar la terrible imagen de una humanidad violada, herida, privada de dignidad, de libertad y de la posibilidad de desarrollo. “En esta imagen – asegura el Papa – también los creyentes religiosos continúan sufriendo todo tipo de persecuciones, incluyendo el genocidio debido a sus creencias. También, entre los creyentes religiosos, somos víctimas los cristianos: cuántos sufren alrededor del mundo, a veces obligados a huir de sus tierras ancestrales, aislados de su rica historia y de su cultura”. Crisis humanitarias: armas, destrucción, huida El Pontífice ha continuado su mensaje centrándose en las crisis humanitarias, asegurando que se han convertido “en el statu quo, donde los derechos a la vida, a la libertad y a la seguridad personales no están garantizados”. “De hecho – continua – los conflictos en todo el mundo muestran que el uso de armas explosivas, sobretodo en áreas pobladas, tiene un impacto humanitario dramático a largo plazo. En este sentido, las armas convencionales se están volviendo cada vez menos “convencionales” y cada vez más “armas de destrucción masiva”, arruinando ciudades, escuelas, hospitales, sitios religiosos, e infraestructuras y servicios básicos para la población”. En este drama, las únicas víctimas son los civiles, que se ven obligados a abandonar sus hogares; miles son interceptados en el mar y devueltos a la fuerza a campos de detención donde enfrentan torturas y abusos y muchos son víctimas de la trata, la esclavitud sexual o el trabajo forzado, explotados en labores degradantes, sin un salario justo. “¡Esto que es intolerable, sin embargo, es hoy una realidad que muchos ignoran intencionalmente!” exclama el Papa. El Papa explica que una de las respuestas para hacer frente a esta crisis es

23
Sep

Papa Francisco en Audiencia General: por un futuro donde quien tiene más se comprometa a servir

Vaticano.- El Papa Francisco en la Audiencia General de este 23 de septiembre se refirió a la importancia de la participación activa de todos los ciudadanos en la superación de la actual crisis sanitaria y al mismo tiempo social, económica y política. “Cada uno de nosotros está llamado a asumir su parte de responsabilidad”. En la catequesis de la Audiencia General realizada en el patio de San Dámaso en el Vaticano, el Papa Francisco se refirió al tema de ¿cómo vamos a salir de esta crisis? En una catequesis anterior se refirió a la solidaridad como un elemento importante para enfrentar este momento de dificultad. En la catequesis de hoy afirmó: “no hay verdadera solidaridad sin participación social, sin la contribución de los cuerpos intermedios: de las familias, de las asociaciones, de las cooperativas, de las pequeñas empresas, de las expresiones de la sociedad civil”. Más que una crisis sanitaria Francisco se refirió a las crisis que vive la sociedad actual solo puede ser superada si cada uno asume su parte de responsabilidad: “Tenemos que responder no solo como individuos, sino también a partir de nuestro grupo de pertenencia, del rol que tenemos en la sociedad, de nuestros principios y, si somos creyentes, de la fe en Dios”. Sin embargo, hizo notar que “a menudo muchas personas no pueden participar en la reconstrucción del bien común porque son marginadas, excluidas o ignoradas; ciertos grupos sociales no logran contribuir porque están ahogados económica o políticamente”. Para participar en el cuidado y la regeneración de nuestros pueblos, afirma el Papa, “es justo que cada uno tenga los recursos adecuados para hacerlo (cfr Compendio de la doctrina social de la Iglesia [CDSC], 186)”. El principio de subsidiariedad El Papa cita al Papa pío XI, quien “explicó lo importante que era para una verdadera reconstrucción el principio de subsidiariedad (cfr Enc. Quadragesimo anno, 79-80). Tal principio tiene un doble dinamismo: de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba” y que posibilita la participación y la acción de todos los miembros de la sociedad, no solo de los más poderosos o de los más débiles, sino, de todos. Por eso: “Cada uno debe tener la posibilidad de asumir la propia responsabilidad en los procesos de sanación de la sociedad de la que forma parte”. Francisco subrayó la importancia de reconocer que dar participación incluye reconocer la sabiduría de aquellos que son los descartados, situados en los márgenes de las sociedades: “Lamentablemente, esta injusticia se verifica a menudo allí donde se concentran grandes intereses económicos o geopolíticos, como por ejemplo ciertas actividades extractivas en algunas zonas del planeta (cfr QA, 9.14). Las voces de los pueblos indígenas, sus culturas y visiones del mundo no se toman en consideración. Hoy, esta falta de respeto del principio de subsidiariedad se ha difundido como un virus”. El Papa insistió: “Se escucha más a las grandes compañías financieras que a la gente o aquellos que mueven la economía real. Se escucha más a las compañías multinacionales que a los movimientos sociales. Así no permitimos a las personas que sean protagonistas del propio rescate (…) Hay que dejar actuar la sabiduría del pueblo para poder salir de la crisis”. El Obispo de Roma, refiriéndose a la importancia de la participación de todos en la solución de la crisis, declaró: “Nadie puede quedarse fuera. La injusticia provocada por intereses económicos o geopolíticos tiene que terminar, y dar paso a una participación equitativa y respetuosa”. En este contexto, Francisco puso el siguiente ejemplo: «¿Qué estás haciendo? – Voy a trabajar para los pobres… Ah, qué bien. ¿Y qué es lo que haces? – Enseño a los pobres, les digo lo que tienen que hacer… No, eso no es bueno, el primer paso es dejar que los pobres te digan cómo viven, qué necesitan…» ¡Deja que todos hablen! Y así es como funciona el principio de subsidiariedad. No podemos dejar a esta gente fuera de la participación; su sabiduría, la sabiduría de los grupos más humildes no puede ser dejada de lado”. Respetar la autonomía y la capacidad de iniciativa El Papa, citando el texto de San Pablo (cfr 1Cor 12,22) en el que se afirma que “Todas las partes del cuerpo son necesarias” y las que parecen más débiles y menos importantes, en realidad son las más necesarias; a la luz de esa imagen afirma: “podemos decir que el principio de subsidiariedad permite a cada uno asumir el propio rol para el cuidado y el destino de la sociedad. Realizarlo da esperanza en un futuro más sano y justo; y este futuro lo construimos juntos, aspirando a las cosas más grandes, ampliando nuestros horizontes e ideales”. Solidaridad y subsidiariedad El Papa insistió que “no hay verdadera solidaridad sin participación social, sin la contribución de los cuerpos intermedios: de las familias, de las asociaciones, de las cooperativas, de las pequeñas empresas, de las expresiones de la sociedad civil. Tal participación ayuda a prevenir y corregir ciertos aspectos negativos de la globalización y de la acción de los Estados, como sucede también en el cuidado de la gente afectada por la pandemia. Estas contribuciones “desde abajo” deben ser incentivadas”. Francisco valoró la actitud de reconocer mediante aplausos el trabajo y entrega del personal sanitario, sin embargo, insistió: “Extendamos este aplauso a cada miembro del cuerpo social, por su valiosa contribución, por pequeña que sea. Aplaudamos a los ancianos, a los niños, las personas con discapacidad, los trabajadores, todos aquellos que se ponen al servicio. ¡Pero no nos detengamos solo en el aplauso!” La esperanza es audaz Francisco insistió a quienes le escuchan: “La esperanza es audaz, así que animémonos a soñar en grande, buscando los ideales de justicia y de amor social que nacen de la esperanza. No intentemos reconstruir el pasado, especialmente el que era injusto y ya estaba enfermo”. El Papa finalizó su mensaje invitando a todos: “Construyamos un futuro donde la dimensión local y la global se enriquecen mutuamente, donde la belleza y la riqueza de los grupos menores pueda florecer, y donde quien tiene más se comprometa

21
Sep

Ángelus del Papa: «Dios nos llama a trabajar para Él y nos recompensa con su amor»

Vaticano.- Comentando el Evangelio del día, que narra la parábola del dueño de la viña que llama a los trabajadores para faenar en sus tierras a cambio de la «justa recompensa», el Papa recordó que también Dios llama a cada uno de nosotros «a trabajar para Él en su campo, que es el mundo, en su viña, que es la Iglesia y nos da como única recompensa su amor, la amistad de Jesús, que es el todo para nosotros». «Dios no excluye a nadie de su plan de amor», dijo Francisco. El 20 de septiembre, XXV domingo del tiempo ordinario, el Papa Francisco rezó la oración mariana del Ángelus asomado a la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano. Comentando el Evangelio del día (cfr. Mt 20,1-16) que narra la parábola de los trabajadores llamados por el dueño de una viña para trabajar a cambio del jornal, el Santo Padre explicó que a través de esta historia, «Jesús nos muestra el sorprendente modo de actuar de Dios», representado en dos actitudes del dueño: la llamada y la recompensa. Dios llama a todos y llama siempre En primer lugar, la llamada -dijo Francisco – destacando que el propietario de la viña sale en cinco ocasiones a la plaza y llama a trabajar para él: «Es conmovedora la imagen de este dueño que sale varias veces a la plaza a buscar trabajadores para su viña… A las seis, a las nueve, a las doce, a las tres y a las cinco de la tarde. Ese dueño representa a Dios, que llama a todos y llama siempre», aseveró el Papa haciendo hincapié en que nuestro Padre celestial actúa así también hoy: «nos sigue llamando a cada uno, a cualquier hora, para invitarnos a trabajar en su Reino. Este es el estilo de Dios, que hemos de aceptar e imitar. Él no está encerrado en su mundo, sino que “sale” continuamente a la búsqueda de las personas, porque quiere que nadie quede excluido de su plan de amor». La Iglesia debe ser como Dios, «en salida» En este contexto, el Pontífice indicó que igualmente nuestras comunidades están llamadas a salir de los varios tipos de “fronteras” que pueden existir, para ofrecer a todos la Palabra de salvación que Jesús vino a traer. «Se trata de abrirse a horizontes de vida que ofrezcan esperanza a cuantos viven en las periferias existenciales y aún no han experimentado, o han perdido, la fuerza y la luz del encuentro con Cristo», puntualizó Francisco. “La Iglesia debe ser como Dios: siempre en salida; y cuando la Iglesia no es en salida, se enferma de tantos males que tenemos en la Iglesia. ¿Y por qué estas enfermedades, en la Iglesia? Porque no es en salida. Es cierto que cuando uno sale, existe el peligro de tener un accidente. Pero es mejor una Iglesia accidentada por salir a proclamar el Evangelio, que una Iglesia que está enferma por estar cerrada. Dios sale siempre, porque es Padre, porque ama. La Iglesia debe hacer lo mismo: siempre en salida” El dueño de la viña recompensa a todos En segundo lugar, llama la atención la «actitud del dueño de la viña», que representa la de Dios, en su modo de recompensar a los trabajadores. «Se pone de acuerdo con los primeros obreros, contratados por la mañana, para pagarles un denario. En cambio, a los que llegan a continuación les dice: «Os daré lo que sea justo» (v. 4). Al final de la jornada, el dueño de la viña ordena que a todos les sea dada la misma paga, es decir, un denario», explicó el Papa, observando que quienes han trabajado desde la mañana temprano «se indignan y se quejan del dueño», pero él insiste: “Quiere dar el máximo de la recompensa a todos, incluso a quienes llegaron los últimos. Y aquí se comprende que Jesús no está hablando del trabajo y del salario justo, sino del Reino de Dios y de la bondad del Padre celestial” Dios nos da más de lo que merecemos Francisco insistió en que Dios se comporta así, «no mira el tiempo y los resultados, sino la disponibilidad y la generosidad con la que nos ponemos a su servicio». «Su actuar es más que justo, en el sentido de que va más allá de la justicia y se manifiesta en la Gracia. Donándonos la Gracia, Él nos da más de lo que merecemos. Y entonces, quien razona con la lógica humana, la de los méritos adquiridos con la propia habilidad, pasa de ser el primero a ser el último. En cambio, quien se confía con humildad a la misericordia del Padre, pasa de último a primero». Recompensa: el amor y la amistad de Jesús Finalmente, el Papa se despidió orando para que María Santísima «nos ayude a sentir todos los días la alegría y el estupor de ser llamados por Dios a trabajar para Él en su campo, que es el mundo, en su viña, que es la Iglesia. Y de tener como única recompensa su amor, la amistad de Jesús, que es el todo para nosotros». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News21 de septiembre de 2020

21
Sep

Papa Francisco: “cada flor tiene su propia belleza”

Vaticano.- “Dios creó el mundo con una gran variedad de flores de todos los colores y cada flor tiene su propia belleza, que es única”. Se trata de la bonita metáfora que ha expresado el Papa Francisco a los pequeños pacientes del Centro de Autismo «Sonnenschein» situado en Austria, a quienes ha recibido esta mañana en la Sala Clementina del Vaticano. Francisco ha explicado ante los pequeños el significado del nombre de “su casa”, es decir, el centro: “vuestra casa se llama «Sonnenschein», es decir, «el esplendor del sol». Puedo imaginarme por qué los responsables eligieron este nombre. Porque vuestra casa parece un magnífico prado de flores al sol, y las flores de esta casa sois vosotros! Dios creó el mundo con una gran variedad de flores de todos los colores. Cada flor tiene su propia belleza, que es única. Cada uno de nosotros es también hermoso a los ojos de Dios, y Él nos ama”. Tras estas palabras, el Papa les ha invitado a dar las gracias a Dios “por el regalo de la vida”, “por todas las criaturas”, también dar gracias “a papá y mamá”, a “sus familias” y “por sus amigos del Centro Sonnenschein”: “Este decir «gracias» a Dios – dice el Papa – es una hermosa oración. A Dios le gusta esta forma de rezar. Entonces también pueden añadir una pequeña pregunta: Buen Jesús, ¿podrías ayudar a mamá y papá en su trabajo? ¿Podrías darle un poco de consuelo a la abuela que está enferma? ¿Podría proveer a los niños de todo el mundo que no tienen comida? O: Jesús, por favor ayuda al Papa a guiar bien la Iglesia”. “Si lo pedís con fe – ha puntualizado –  el Señor seguramente os escuchará”. Finalmente, ha expresado su gratitud a los padres, a las personas que les acompañan, a la Ministra y a todos los presentes: “Gracias por esta bella iniciativa y por su compromiso con los pequeños que le han sido confiados. ¡Todo lo que le han hecho a solo uno de estos pequeños, se lo han hecho a Jesús!”: Prensa CEVNota de prensa de Vatican News21 de septiembre de 2020

18
Sep

Papa Francisco: Información de calidad para comprender los desafíos del mundo

Vaticano.- Lo pidió el Papa Francisco esta mañana al recibir en audiencia a la delegación del semanario belga «Tertio», que tras veinte años sigue inspirando el comportamiento individual, familiar y social de las personas con sus valores Al dar su bienvenida a los colaboradores de la revista semanal cristiana «Tertio» de Bélgica, que han venido en peregrinación a Roma con motivo de la celebración de su vigésimo aniversario, el Santo Padre les deseó una fructífera estancia en la ciudad a la vez que se congratuló con todos ellos por todo lo que hacen en el ámbito de la comunicación, a la vez que agradeció a Monseñor Smet y al Señor Van Lierde sus palabras de presentación. Comprender los problemas del mundo El Santo Padre comenzó destacando que en la sociedad en la que vivimos, la información es una parte integral de nuestra vida cotidiana, y les dijo que cuando es de calidad, “nos permite comprender mejor los problemas y desafíos que enfrenta el mundo e inspira el comportamiento individual, familiar y social”. A lo que agregó textualmente: “En particular, es muy importante la presencia de medios de comunicación cristianos especializados en información de calidad sobre la vida de la Iglesia en el mundo, capaces de contribuir a la formación de las conciencias” Después de destacar que el nombre de esta revista semanal, “Tertio”, hace referencia a la Carta Apostólica de San Juan Pablo II Tertio millennio adveniente, que había escrito con vistas al Gran Jubileo del Año 2000, para preparar los corazones a acoger a Cristo y su mensaje liberador, el Santo Padre les dijo que esta referencia, “no es sólo un llamado a la esperanza”, sino que también tiene por objeto “hacer oír la voz de la Iglesia y la de los intelectuales cristianos en un escenario mediático cada vez más secularizado”, para “enriquecerlo con reflexiones constructivas”. Fomentar una cultura del encuentro “Buscando una visión positiva de las personas y los hechos, rechazando los prejuicios, se trata de fomentar una cultura del encuentro a través de la cual es posible conocer la realidad con una mirada confiada” Nuevo estilo de vida en las comunidades cristianas Francisco les dijo además que “es notable la contribución de los medios de comunicación cristianos al crecimiento de un nuevo estilo de vida en las comunidades cristianas, libre de toda forma de preconcepción y exclusión”. Y al recordar cuanto él mismo expresó a la hora del Ángelus dominical del pasado 6 de septiembre el Papa agregó: El gran chismoso es el diablo “Los chismes cierran el corazón de la comunidad, cierran la unidad de la Iglesia. El gran chismoso es el diablo, que siempre está diciendo cosas feas de los demás, porque él es el mentiroso que busca desunir a la Iglesia, alejar a los hermanos y no hacer comunidad” Haciendo alusión a su Mensaje para la 54ª Jornada de las Comunicaciones Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Obispode Roma afirmó que “los cristianos comprometidos en este campo están llamados a poner en práctica de manera muy concreta la invitación del Señor a ir al mundo y proclamar el Evangelio”. Y añadió que “debido a su alta conciencia profesional, el periodista cristiano está obligado a ofrecer un nuevo testimonio en el mundo de la comunicación sin ocultar la verdad o manipular la información”. Y recordó, al respect, cuanto escribió a principios de este año: “En medio de la confusión de las voces y de los mensajes que nos rodean, necesitamos una narración humana, que nos hable de nosotros y de la belleza que poseemos. Una narración que sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido vivo; que revele el entretejido de los hilos con los que estamos unidos unos con otros” Sembradores de esperanza en un mañana mejor De ahí que el Santo Padre haya explicado que “el profesional cristiano de la información debe ser, por lo tanto, portador de esperanza y confianza en el futuro. Porque sólo cuando el futuro es aceptado como una realidad positiva y posible, el presente también se vuelve vivible”. Y hacia la conclusión de su discurso que el Papa manifestó su deseo de que estas reflexiones también puedan ayudarnos, especialmente hoy, “a alimentar la esperanza en la situación de pandemia que está atravesando el mundo”. Que las personas no se enfermen de soledad “Ustedes son sembradores de esta esperanza en un mañana mejor. En el contexto de esta crisis, es importante que los medios de comunicación contribuyan a que las personas no se enfermen de soledad y puedan recibir una palabra de consuelo” El Pontífice renovó a estos queridos amigos su aliento por su compromiso, dando gracias a Dios por su testimonio durante estos veinte años, que han permitido a su revista semanal ganar una buena reputación. Y con las palabras de San Juan Pablo II, del 9 de noviembre de 2002 en su alocución a los participantes en el Congreso nacional italiano de agentes de la cultura y de la comunicación les dijo: “La Iglesia los mira con confianza y esperanza, porque, como protagonistas de los cambios actuales en estos ámbitos, en un horizonte cada vez más globalizado, están llamados a leer e interpretar el tiempo presente y a descubrir los caminos para una comunicación del Evangelio según los lenguajes y la sensibilidad del hombre contemporáneo” Por último, y antes de impartirles su Bendición Apostólica, el Papa Francisco encomendó su labor, al servicio del encuentro entre el hombre y la sociedad, a la protección de la Santísima Virgen. Y lo hizo con el deseo de que ella vuelva su mirada hacia todos y cada uno de ellos y los ayude a ser fieles discípulos de su Hijo en su profesión. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News18 de septiembre de 2020