Categoría: Papa Francisco

11
Ene

Papa Francisco: el mundo necesita unidad y hermandad para superar la crisis

Vaticano.- Entrevista del Papa con el canal italiano Tg5, difundida la noche del 10 de enero: desde la pandemia a la defensa de la vida y los débiles, y el valor de la unidad en la política y la Iglesia, Francisco se detiene en los grandes temas de actualidad al comienzo del nuevo año e invita a todos a vacunarse y a redescubrir el valor de la fe como un don de Dios. Redescubrirnos más unidos, más cercanos a los que sufren, sentirnos como hermanos para superar juntos la crisis mundial causada por la pandemia. Al principio de la entrevista con Tg5, Francisco reiteró que «uno nunca sale de una crisis igual que antes, nunca. Salimos mejor o salimos peor». Para el Papa, «hay que hacer la revisión de todo. Los grandes valores siempre están ahí en la vida, pero los grandes valores deben ser traducidos a la vida del momento». A continuación, enumera una serie de situaciones dramáticas, desde los niños que sufren de hambre y no pueden ir a la escuela hasta las guerras que trastornan muchas zonas del planeta. «Las estadísticas de las Naciones Unidas», subraya, «son aterradoras en esto. Advierte que, si salimos de la crisis «sin ver estas cosas, la salida será otra derrota». Y será peor. Veamos sólo estos dos problemas: los niños y las guerras». La vacunación es una acción ética, no una opción El Papa responde entonces a una pregunta del periodista Fabio Marchese Ragona sobre las vacunas. «Yo – afirma – creo que éticamente todos deben tomar la vacuna. No es una opción, es una acción ética. Porque juegas con tu salud, juegas con tu vida, pero también juegas con la vida de los demás. Y explica que en los próximos días las vacunas comenzarán en el Vaticano y él también ha hecho una «reservación» para esto. «Sí, debe hacerse», repite, «si los médicos lo presentan como algo que puede ir bien y que no tiene peligros especiales, ¿por qué no tomarlo? Hay una negación suicida en esto que no puedo explicar». Para el Pontífice, este es el momento de «pensar en el nosotros y borrar el yo por un período de tiempo, ponerlo entre paréntesis. O nos salvamos todos con el «nosotros» o nadie se salva». Sobre esto habla largamente ofreciendo su reflexión sobre el tema que le es tan querido de la fraternidad. «Este – observa – es el desafío: hacerme cercano al otro, cercano a la situación, cercano a los problemas, hacerme cercano a la gente». El enemigo de la cercanía es «la cultura de la indiferencia»… Se habla, señala, «de una saludable indiferencia ante los problemas, pero la indiferencia no es saludable. La cultura de la indiferencia destruye, porque me distancia». Es el «tiempo del nosotros» para superar la crisis «La indiferencia nos mata, porque nos distancia. En cambio, la palabra clave para pensar en las formas de salir de la crisis es la palabra «cercanía». Si no hay unidad, no hay cercanía, advierte el Papa, «se pueden crear tensiones sociales incluso dentro de los Estados». Así, habla de la «clase dirigente» en la Iglesia como en la vida política. En este momento de crisis, exhortó, «toda la clase dirigente no tiene derecho a decir yo… debe decir nosotros y buscar la unidad frente a la crisis». En este momento, reafirma con fuerza, «un político, un pastor, un cristiano, un católico, incluso un obispo, un sacerdote, que no tiene la capacidad de decir nosotros en lugar de yo, es porque no está a la altura de la situación». Y añade que «los conflictos en la vida son necesarios, pero en este momento deben dar lugar a unas vacaciones», dar lugar a la unidad «del país, de la Iglesia, de la sociedad». El aborto es un asunto humano antes que religioso Francisco señaló que la crisis causada por la pandemia ha exacerbado aún más la «cultura del descarte» de los más débiles, ya sean pobres, migrantes o ancianos. Se centra especialmente en el drama del aborto que descarta a los niños no deseados. «El problema del aborto», advierte, «no es un problema religioso, es un problema humano, pre-religioso, es un problema de ética humana» y luego religioso. «Es un problema que incluso un ateo debe resolver en su conocimiento.» «¿Es correcto», pregunta el Pontífice, «acabar con una vida humana para resolver un problema, cualquier problema? ¿Es correcto contratar a un asesino a sueldo para resolver un problema?» El Capitolio, aprendiendo de la historia: nunca la violencia El Papa no deja de comentar los dramáticos acontecimientos en el Capitolio el pasado 6 de enero. Confesó que estaba «asombrado», considerando la disciplina del pueblo de los Estados Unidos y la madurez de su democracia. Sin embargo, señala, incluso en las realidades más maduras, siempre hay algo malo cuando hay «gente que toma un camino contra la comunidad, contra la democracia, contra el bien común». Ahora que esto ha estallado, continúa, ha sido posible «ver bien» el fenómeno y «poner el remedio». Francisco condenó la violencia: «Debemos reflexionar y comprender bien y para no repetir, aprender de la historia», estos «grupos para-regulares que no están bien insertados en la sociedad, tarde o temprano realizarán estas situaciones de violencia». La fe, un regalo para pedirle al Señor El Papa finalmente responde cómo él personalmente está experimentando las restricciones debido a la pandemia. Confiesa que se siente «enjaulado», se detiene en los viajes, cancelados para evitar las multitudes, habla de la esperanza de visitar Irak. En este tiempo, dedica más tiempo a la oración, a hablar por teléfono y reitera lo importante que fueron para él algunos momentos, como la Statio Orbis en San Pedro el pasado 27 de marzo, «una expresión de amor a todas las personas» y que hace que uno «vea nuevas formas de ayudarse mutuamente». Así, ofrece una reflexión sobre la fe en el Señor, la cual – dice – es ante todo «un regalo». «Para mí», dice, «la fe es un regalo, ni tú, ni yo, ni

11
Ene

Papa Francisco en el Ángelus: Nuestra vida está marcada por la misericordia de Dios

Vaticano.- Este 10 de enero, día de la solemnidad del Bautismo del Señor, el Papa Francisco participó en el rezo del Ángelus. Jesús, “baja al río para sumergirse en nuestra misma condición”, afirmó. El Papa Francisco comenzó su alocución mostrando cómo la liturgia nos lleva desde el nacimiento de Jesús, la visita de los Magos hasta la orilla del río Jordán, donde encontramos a Jesús como adulto. “La Liturgia nos hace realizar un salto de unos treinta años, treinta años de los que sabemos una cosa: fueron años de vida escondida, que Jesús pasó en familia, obedeciendo a los padres, estudiando y trabajando”. Vida escondida El Papa afirma: “Impresiona que el Señor haya pasado así la mayor parte del tiempo en la Tierra, viviendo la vida de todos los días, sin aparecer. Es un bonito mensaje para nosotros: nos revela la grandeza de lo cotidiano, la importancia a los ojos de Dios de cada gesto y momento de la vida, también el más sencillo y escondido”. El paso a la vida pública La vida pública de Jesús, subraya el Papa, comienza con el bautismo en el río Jordán. Quizá la primera pregunta es ¿Por qué Jesús se hace bautizar? Francisco responde: “Realmente Jesús no lo necesitaba. De hecho, Juan Bautista trata de oponerse, pero Jesús insiste. ¿Por qué? Porque quiere estar con los pecadores: por eso se pone a la fila con ellos y cumple su mismo gesto. Y lo hace con la actitud del pueblo, con su actitud, que como dice un himno litúrgico: ‘se acercó desnudo el alma y desnudo los pies’.  El alma desnuda, es decir, sin cubrir nada, tan pecaminosa. Este es el gesto que Jesús hace y desciende Baja al río para sumergirse en nuestra misma condición”. “En el primer día de su ministerio, afirma el Papa, Jesús nos ofrece así su “manifiesto programático”. Nos dice que no nos salva desde lo alto, con una decisión soberana o un acto de fuerza, sino viniendo a nuestro encuentro y tomando consigo nuestros pecados. Es así como Dios vence el mal del mundo: bajando y haciéndose cargo”. Francisco prosiguió: “Es así como Dios vence el mal del mundo: bajando y haciéndose cargo. Es también la forma en la que nosotros podemos levantar a los otros: no juzgando, no insinuando qué hacer, sino haciéndonos cercanos, com-padeciendo, compartiendo el amor de Dios. La cercanía es el estilo de Dios hacia nosotros; Él mismo se lo dijo a Moisés. Piensa: ¿qué gente tiene a sus dioses tan cerca como tú me tienes a mí? La cercanía es el estilo de Dios hacia nosotros” El rostro de Dios es misericordia El Obispo de Roma llama la atención sobre lo que sucede en el Jordán: “Después de este gesto de compasión de Jesús, sucede algo extraordinario, los cielos se abren y se desvela finalmente la Trinidad. El Espíritu Santo desciende en forma de paloma (cfr Mc 1,10) y el Padre dice a Jesús: «Tú eres mi Hijo muy querido» (v. 11). Dios se manifiesta cuando aparece la misericordia, porque ese es su rostro”. En este contexto, Jesús es proclamado Hijo, subraya Francisco: Jesús se hace siervo de los pecadores y es proclamado Hijo; baja sobre nosotros y el Espíritu desciende sobre Él. Amor llama amor. Vale también para nosotros: en cada gesto de servicio, en cada obra de misericordia que realizamos Dios se manifiesta y fija su mirada en el mundo. “Pero incluso antes de hacer algo, insiste el Papa, nuestras vidas están marcadas por la misericordia que nos ha llegado. Estamos salvados, pero de forma gratuita. La salvación es gratis. Es el libre acto de misericordia de Dios hacia nosotros. Sacramentalmente esto se hace el día de nuestro Bautismo, pero incluso los que no están bautizados siempre reciben la misericordia de Dios, porque Dios está ahí, esperando. Espera a que se abran las puertas de los corazones. Se acerca, diría, nos acaricia con su misericordia”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News11 de enero de 2021

11
Ene

Papa Francisco: los ministerios del Lector y del Acólito estén abiertos a las mujeres

Vaticano.- El Papa Francisco ha establecido con un motu proprio que los ministerios del Lector y del Acólito están en adelante también abiertos a las mujeres, de forma estable e institucionalizada con un mandato especial. Las mujeres que leen la Palabra de Dios durante las celebraciones litúrgicas o que realizan un servicio en el altar, como ministras o como dispensadoras de la Eucaristía, no son ciertamente una novedad: en muchas comunidades del mundo son ahora una práctica autorizada por los obispos. Sin embargo, hasta ahora todo esto se ha realizado sin un mandato institucional real y adecuado, en derogación de lo establecido por San Pablo VI, quien, en 1972, al abolir las llamadas «órdenes menores», había decidido mantener el acceso a estos ministerios reservados a los hombres sólo porque los consideraba preparatorios para un eventual acceso a las órdenes sagradas. Ahora el Papa Francisco, también a raíz del discernimiento que surgió de los últimos Sínodos de Obispos, quiso hacer oficial e institucional esta presencia femenina en el altar. Con el motu proprio «Spiritus Domini», que modifica el primer párrafo del canon 230 del Código de Derecho Canónico y que se publica hoy, el Pontífice establece, por tanto, que las mujeres pueden acceder a estos ministerios y que se les atribuye también mediante un acto litúrgico que las institucionaliza. Francisco especifica que quiso aceptar las recomendaciones que surgieron de varias asambleas sinodales, escribiendo que «se ha alcanzado en los últimos años un desarrollo doctrinal que ha puesto de relieve cómo ciertos ministerios instituidos por la Iglesia tienen como fundamento la condición común de los bautizados y el sacerdocio real recibido en el sacramento del bautismo». Por lo tanto, el Papa nos invita a reconocer que estos son ministerios laicos «esencialmente distintos del ministerio ordenado recibido en el sacramento del Orden». La nueva formulación del canon reza: «Los laicos de una edad y unos dones determinados por decreto de la Conferencia Episcopal podrán ser empleados permanentemente, mediante el rito litúrgico establecido, en los ministerios de lectores y acólitos». Por lo tanto, se suprime la especificación «del sexo masculino» que se refería a los laicos y que estaba presente en el texto del Código hasta la modificación de hoy. El motu proprio va acompañado de una carta dirigida al Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Luis Ladaria, en la que Francisco explica las razones teológicas de su elección. El Papa escribe que «en el horizonte de renovación trazado por el Concilio Vaticano II, hay un creciente sentido de urgencia hoy para redescubrir la corresponsabilidad de todos los bautizados en la Iglesia, y en particular la misión de los laicos». Y citando el documento final del Sínodo para el Amazonas, observa que «para toda la Iglesia, en la variedad de situaciones, es urgente que los ministerios sean promovidos y conferidos a hombres y mujeres… Es la Iglesia de los hombres y mujeres bautizados la que debemos consolidar promoviendo la ministerialidad y, sobre todo, la conciencia de la dignidad bautismal». Francisco, en su carta al cardenal, después de recordar en las palabras de San Juan Pablo II que «con respecto a los ministerios ordenados la Iglesia no tiene en absoluto la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres», añade que «para los ministerios no ordenados es posible, y hoy parece oportuno, superar esta reserva». El Papa explica que «ofrecer a los laicos de ambos sexos la posibilidad de acceder a los ministerios de Acolitado y Lectorado, en virtud de su participación en el sacerdocio bautismal, aumentará el reconocimiento, también a través de un acto litúrgico (institución), de la preciosa contribución que desde hace tiempo muchísimos laicos, incluidas las mujeres, ofrecen a la vida y a la misión de la Iglesia». Y concluye que «la decisión de conferir estos cargos, que implican estabilidad, reconocimiento público y el mandato del obispo, también a las mujeres hace más efectiva la participación de todos en la labor de evangelización de la Iglesia». La medida viene después de una profundización de la reflexión teológica sobre estos ministerios. La teología posconciliar ha redescubierto de hecho la relevancia del Lectorado y el Acolitado, no sólo en relación con el sacerdocio ordenado, sino también y sobre todo en referencia al sacerdocio bautismal. Estos ministerios forman parte de la dinámica de colaboración recíproca que existe entre los dos sacerdocios, y han puesto de relieve cada vez más su carácter propiamente «laico», vinculado al ejercicio del sacerdocio que pertenece a todos los bautizados como tales. A continuación, puede leer y descargar la Carta apostólica “Spiritus Domini” en forma de “Motu Proprio» sobre la modificación del canon 230 § 1 del Código de Derecho Canónico acerca del acceso de las mujeres al ministerio instituido del lectorado y acolitado. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News11 de enero de 2021

08
Ene

Papa Francisco nombró a Vincenzo Buonomo presidente de la Comisión Disciplinaria de la Curia

Vaticano.- El Papa ha nombrado al rector de la Universidad Lateranense al frente de la estructura presidida desde 2010 y hasta su muerte a finales de 2019 por Monseñor Corbellini El Santo Padre ha nombrado Presidente de la Comisión Disciplinaria de la Curia Romana al  Prof. Vincenzo Buonomo, Rector Magnífico de la Pontificia Universidad Lateranense. Asimismo ha nombrado miembros de la Comisión Disciplinaria de la Curia Romana a Monseñor Alejandro W. Bunge, Presidente de la Oficina del Trabajo de la Sede Apostólica, y al Dr. Maximino Caballero Ledo, Secretario General de la Secretaría de Economía. La Comisión Disciplinaria es el órgano llamado a decidir sobre la legitimidad y congruencia de la sanción impuesta a un empleado de una Institución de la Curia Romana en casos de suspensión, exoneración y despido. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News08 de enero de 2021

07
Ene

Papa Francisco reza por los venezolanos probados por la pandemia y la pobreza

Vaticano.- El Papa Francisco dirigió una breve pero sentida carta al cardenal Baltazar Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas, al celebrar ayer, su onomástico. En ella, no faltó una nueva expresión de cercanía del Santo Padre para con el pueblo venezolano que en los últimos años es víctima de una grave crisis humanitaria y socioeconómica, agudizada por la pandemia de Covid-19.  “Qué Dios te siga dando fortaleza y parresia para que con corazón de padre sepas acompañar y reconfortar a Su Santo pueblo fiel, probado por el sufrimiento causado por el azote de la pandemia, la arrogancia de los poderosos y la creciente pobreza que lo estrangula”, expresa el Pontífice. En la fiesta de la Epifanía, “día de la manifestación de la humildad de Dios que se hace luz que derrota las tinieblas que cubren al mundo”, el Papa felicita al purpurado venezolano y eleva su plegaria al Señor por su ministerio episcopal y sus vida personal. Por último, lo encomienda a la protección de la  Virgen María y de San José y al patrocinio del Santo Rey y Baltazar, con su bendición apostólica. La misiva también acompaña una “cordial felicitación” del Secretario de Estado,  cardenal Pietro Parolin, quien ejerció su último cargo diplomático precisamente en la Nunciatura de Venezuela. Una oportunidad también aprovechada por el Sustituto de la Secretaría de Estado, el venezolano monseñor Edgar Peña Parra, quien manifiesta su “consideración y estima» al cardenal Porras. Esta semana, el cardenal Porras Cardoso está participando en la Asamblea Ordinaria de la Conferencia episcopal venezolana (CEV), que comenzó este lunes, en modalidad virtual a causa de la pandemia. Además de analizar la realidad nacional, los obispos venezolanos discutirán sobre la II Asamblea Nacional de Pastoral, que se realizará este año, después de haber sido cancelada, el año pasado por la epidemia mundial. Se espera, como es tradición la Exhortación Pastoral de la CEV, el lunes 11, fecha de cierre de la plenaria. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News07 de enero de 2021

06
Ene

Ángelus, Epifanía del Señor: «Como los magos, dejemos que la luz de Cristo nos guíe»

Vaticano.- A la hora del rezo del Ángelus en la Solemnidad de la Epifanía del Señor, el Papa Francisco recordó que también nosotros, como los Magos de Oriente que llegaron a Belén para adorar al Hijo de Dios, «estamos llamados a dejarnos siempre fascinar, atraer, guiar, iluminar y convertir por Cristo». «Es el camino de la fe, a través de la oración y la contemplación de las obras de Dios, que continuamente nos llenan de alegría y de asombro siempre nuevo», explicó el Pontífice. El miércoles 6 de enero, Solemnidad de la Epifanía del Señor, es decir, la manifestación del Hijo de Dios a todas las gentes, el Papa Francisco rezó la oración mariana del Ángelus desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, sin presencia de fieles a causa de la pandemia. En su alocución, el Santo Padre señaló que la salvación realizada por Cristo no conoce confines: «La Epifanía no es un misterio más, es siempre el mismo acontecimiento de la Natividad, pero visto en su dimensión de luz: luz que ilumina a cada hombre, luz que hay que acoger en la fe y luz que hay que llevar a los demás en la caridad, en el testimonio, en el anuncio del Evangelio». En este contexto, el Pontífice subrayó que la visión de Isaías, que presenta la liturgia de hoy (cf. 60,1-6), resuena en nuestro tiempo más actual que nunca: «La oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos» (v. 2). «En este horizonte -dijo el Papa- el profeta anuncia la luz: la luz dada por Dios a Jerusalén y destinada a iluminar el camino de todos los pueblos. Esta luz tiene la fuerza de atraer a todos, cercanos y lejanos, todos se ponen en camino para alcanzarla (cf. v. 3). Es una visión que abre el corazón, infunde aliento, invita a la esperanza». El evangelista Mateo, por su parte, al relatar el episodio de los Magos (cf. 2, 1-12), «muestra que esta luz es el Niño de Belén, es Jesús, aunque no todos acepten su realeza»: “Él es la estrella que apareció en el horizonte, el Mesías esperado, Aquel a través del cual Dios realiza su reino de amor, justicia y paz. Nació no solo para algunos, sino para todos los hombres, para todos los pueblos” Francisco planteó al respecto dos cuestiones: «¿Y cómo tiene lugar esta “irradiación”? ¿Cómo se difunde la luz de Cristo en todo lugar y en todo momento?». Sin duda, «no a través de los poderosos medios de los imperios de este mundo, que siempre están buscando dominarlo -aseguró el Santo Padre- sino a través del anuncio del Evangelio y con el mismo “método” elegido por Dios para venir entre nosotros: la encarnación, es decir, hacerse prójimo del otro, encontrarlo, asumir su realidad». «Sólo así la luz de Dios, que es Amor, puede brillar en quienes lo acogen y atraer a los demás», argumentó el Papa haciendo hincapié en que la estrella es Cristo, «pero también nosotros podemos y debemos ser la estrella, para nuestros hermanos y hermanas, como testigos de los tesoros de infinita bondad y misericordia que el Redentor ofrece gratuitamente a todos». Por tanto, Francisco enfatizó que la condición es «acoger esta luz en uno mismo, acogerla cada vez más». «¡Ay de nosotros si pensáramos que la poseemos, que sólo tenemos que “administrarla”! También nosotros, como los Magos, estamos llamados a dejarnos siempre fascinar, atraer, guiar, iluminar y convertir por Cristo: es el camino de la fe, a través de la oración y la contemplación de las obras de Dios, que continuamente nos llenan de alegría y de asombro siempre nuevo», añadió. El Papa concluyó invitando a los fieles a pedir la protección de María sobre la Iglesia universal, «para que ella difunda en todo el mundo el Evangelio de Cristo, Lumen gentium, luz de todos los pueblos». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News06 de enero de 2021

06
Ene

Papa Francisco: «Levantar la vista, ponerse en camino y ver» claves para adorar a Dios

Vaticano.- En la Solemnidad de la Epifanía del Señor, el Papa presidió la Misa en la Basílica de San Pedro. En su homilía, el Pontífice invitó a los fieles a seguir la «escuela de adoración» de los magos llegados de Oriente a Belén para adorar al Hijo de Dios recién nacido. Y para ello Francisco ofreció tres claves que pueden ayudarnos en «nuestro viaje» hacia el crecimiento espiritual: «Levantar la vista, ponerse en camino y ver más allá de las apariencias». El 6 de enero, Solemnidad de la Epifanía del Señor, el Papa Francisco presidió la Santa Misa a las 10 de la mañana hora local de Roma, en la Basílica de San Pedro.  En su homilía, el Pontífice reflexionó sobre el pasaje del Evangelio según san Mateo que narra el encuentro de los tres magos de Oriente que llegaron a Belén para adorar al Hijo de Dios, recién nacido: «Vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron» (Mt 2,11). En este sentido, el Santo Padre señaló que adorar al Señor «no es fácil», ya que «no es un hecho inmediato»: “Exige una cierta madurez espiritual, y es el punto de llegada de un camino interior, a veces largo. La actitud de adorar a Dios no es espontánea en nosotros. Sí, el ser humano necesita adorar, pero corre el riesgo de equivocar el objetivo. En efecto, si no adora a Dios adorará a los ídolos, y en vez de creyente se volverá idólatra” Asimismo, el Papa recordó que precisamente por esto resulta fundamental «que en nuestra época dediquemos más tiempo a la adoración», tanto individual como comunitariamente, «aprendiendo a contemplar al Señor cada vez mejor». «Hoy, por lo tanto, pongámonos en la escuela de los magos, para aprender de ellos algunas enseñanzas útiles: como ellos, queremos ponernos de rodillas y adorar al Señor», añadió el Obispo de Roma. Levantar la vista Profundizando sobre la liturgia hodierna, Francisco destacó tres expresiones, que pueden ayudarnos a comprender mejor lo que significa ser adoradores del Señor: “levantar la vista”, “ponerse en camino” y “ver”.  “La primera expresión, levantar la vista, nos la ofrece el profeta Isaías. A la comunidad de Jerusalén, que acababa de volver del exilio y estaba abatida a causa de tantas dificultades, el profeta les dirige este fuerte llamado: «Levanta la vista en torno, mira» (60,4). Es una invitación a dejar de lado el cansancio y las quejas, a salir de las limitaciones de una perspectiva estrecha, a liberarse de la dictadura del propio yo, siempre inclinado a replegarse sobre sí mismo y sus propias preocupaciones. Para adorar al Señor es necesario ante todo «levantar la vista», es decir, no dejarse atrapar por los fantasmas interiores que apagan la esperanza, y no hacer de los problemas y las dificultades el centro de nuestra existencia. Eso no significa que neguemos la realidad, fingiendo o creyendo que todo está bien. Se trata más bien de mirar de un modo nuevo los problemas y las angustias, sabiendo que el Señor conoce nuestras situaciones difíciles, escucha atentamente nuestras súplicas y no es indiferente a las lágrimas que derramamos” Ponerse en camino En cuanto a la segunda expresión que nos puede ayudar, «ponerse en camino», el Papa puntualizó que antes de poder adorar al Niño nacido en Belén, los magos tuvieron que hacer un largo viaje siguiendo la estrella en el firmamento. «Un viaje que implica siempre una transformación, un cambio», dijo. “No se llega a adorar al Señor sin pasar antes a través de la maduración interior que nos da el ponernos en camino. Llegamos a ser adoradores del Señor mediante un camino gradual. La experiencia nos enseña, por ejemplo, que una persona con cincuenta años vive la adoración con un espíritu distinto respecto a cuando tenía treinta. Quien se deja modelar por la gracia, normalmente, con el pasar del tiempo, mejora. Como los magos, también nosotros debemos dejarnos instruir por el camino de la vida, marcado por las inevitables dificultades del viaje. No permitamos que los cansancios, las caídas y los fracasos nos empujen hacia el desaliento. Por el contrario, reconociéndolos con humildad, nos deben servir para avanzar hacia el Señor Jesús” Ver más allá de las apariencias Finalmente, la tercera expresión, «ver»: El evangelista escribe «entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron» (Mt 2,11). En este contexto, el Papa explicó que la adoración «era el homenaje reservado a los soberanos, a los grandes dignatarios. Los magos, en efecto, adoraron a Aquel que sabían que era el rey de los judíos» (cf. Mt 2,2). Pero, de hecho, ¿qué fue lo que vieron? «Vieron a un niño pobre con su madre -continuó explicando el Santo Padre- y sin embargo estos sabios, llegados desde países lejanos, supieron trascender aquella escena tan humilde y corriente, reconociendo en aquel Niño la presencia de un soberano. Igualmente, el Pontífice hizo hincapié en que los magos fueron capaces de «ver» más allá de la apariencia: «Arrodillándose ante el Niño nacido en Belén, expresaron una adoración que era sobre todo interior: abrir los cofres que llevaban como regalo fue signo del ofrecimiento de sus corazones». Trascender lo visible para poder adorar a Dios «Para adorar al Señor es necesario ver más allá del velo de lo visible, que frecuentemente se revela engañoso», manifestó Francisco. Finalmente, el Santo Padre subrayó que este modo de “ver” que trasciende lo visible, «hace que nosotros adoremos al Señor, a menudo escondido en las situaciones sencillas, en las personas humildes y marginales. Se trata pues de una mirada que, sin dejarse deslumbrar por los fuegos artificiales del exhibicionismo, busca en cada ocasión lo que no es fugaz». «Que el Señor Jesús nos haga verdaderos adoradores suyos, capaces de manifestar con la vida su designio de amor, que abraza a toda la humanidad», concluyó el Papa. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News06 de enero de 2021

05
Ene

Video del Papa en enero 2021: “Ver en el otro a un hermano, una hermana”

Vaticano.- El Papa Francisco abre el 2021 con un llamado a la fraternidad: “La fraternidad nos lleva a abrirnos al Padre de todos y a ver en el otro un hermano, una hermana para compartir la vida o para sostenerse mutuamente, para amar, para conocer”. El primer Video del Papa del 2021 se centra en la fraternidad humana. El Santo Padre hace un llamado a que personas de distintas religiones, culturas, tradiciones y creencias vuelvan a lo esencial: el amor al prójimo. Al servicio de la fraternidad Se acaba de lanzar El Video del Papa de enero, el primero del 2021, con la intención de oración que Francisco confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa (incluye el Movimiento Eucarístico Juvenil – MEJ). El mensaje elegido para abrir este 2021 es uno dedicado a la fraternidad humana: el Santo Padre pide, frente a todos los desafíos de la humanidad, que nos abramos y unamos, como humanos, como hermanos y hermanas, “con los que rezan siguiendo otras culturas, otras tradiciones y otras creencias”. Como lo dijo en otras ocasiones: «No hay alternativa: o construimos el futuro juntos o no habrá futuro. Las religiones, en especial, no pueden renunciar a la urgente tarea de construir puentes entre los pueblos y las culturas». Hijos e hijas de un mismo Padre El camino hacia la fraternidad que propone el Video del Papa parte de una apertura “al Padre de todos”, y en “ver en el otro un hermano, una hermana”. Esta misma idea también la había adelantado en su última Encíclica, Fratelli tutti: “Estamos convencidos de que ‘sólo con esta conciencia de hijos que no son huérfanos podemos vivir en paz entre nosotros’”. Para el Papa, las diferencias entre las personas que profesan distintas religiones o viven según otras tradiciones no deben impedir llegar a una cultura del encuentro, ya que después de todo, “somos hermanos que oramos”.  Lo esencial de nuestra fe En la búsqueda de este espíritu de fraternidad, Francisco llama también a no olvidar que, para los cristianos, “la fuente de la dignidad humana y de la fraternidad está en el Evangelio de Jesucristo”. En este sentido, pide a los creyentes volver a lo esencial de la fe: “la adoración a Dios y el amor al prójimo”. En el diálogo con otras religiones, y como lo explica el Papa en Fratelli tutti, esto se vuelve fundamental, ya que si bien otros beben de otras fuentes, “para nosotros, ese manantial de dignidad humana y de fraternidad está en el Evangelio de Jesucristo”. Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, destacó la importancia de esta intención de oración que inaugura el 2021: “Después de un 2020 marcado por el impacto de la pandemia, tanto a nivel sanitario como a nivel socioeconómico, es especialmente importante que esta intención del Santo Padre nos ayude a vernos realmente más como hermanos y hermanas en el camino hacia la paz que se hace cada vez más necesario. Para Francisco, el papel de las religiones en este propósito es fundamental, y dio un gran paso en este sentido cuando firmó el Documento sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común, junto al Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb. Poco más de un año después, desarrolló más profundamente sus ideas en su última Encíclica, Fratelli tutti, en especial en el capítulo 8: ‘Las distintas religiones, a partir de la valoración de cada persona humana como criatura llamada a ser hijo o hija de Dios, ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad’. Ojalá podamos, en el nombre de Dios que nos ha creado a todos iguales en derechos, deberes y dignidad, y que nos ha llamado a convivir como hermanos y hermanas, favorecer esta fraternidad para afrontar juntos los desafíos del mundo y de nuestra “casa común”. La fraternidad, que respeta y valora la diversidad, es el estilo del Reino de Dios. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News05 de enero de 2021

04
Ene

Papa Francisco desea un buen 2021 «trabajando por el bien común»

Vaticano.- Tras rezar la oración mariana del Ángelus, este domingo 3 de enero, el Papa deseó a todos los fieles un buen año 2021 «trabajando por el bien común». El Pontífice también puso en guardia sobre la tentación de «cuidar solo de los propios intereses, de seguir haciendo la guerra – por ejemplo – de concentrarse solo en el perfil económico o vivir de un modo hedonista, es decir, buscando únicamente satisfacer el propio placer». Luego del rezo a la Madre de Dios, el 3 de enero, II Domingo de Natividad, el Papa Francisco renovó sus mejores deseos para el año que acaba de empezar y alentó a los fieles a alejarse, como cristianos, de una mentalidad fatalista o mágica: “Sabemos que las cosas mejorarán en la medida en que, con la ayuda de Dios, trabajemos juntos por el bien común, poniendo en el centro a los más débiles y desfavorecidos. No sabemos lo que traerá el 2021, pero lo que cada uno de nosotros y todos juntos, podemos hacer es comprometernos un poco más en el cuidado de los demás y de la Creación, nuestra casa común” Asimismo, el Pontífice puso en guardia sobre la tentación de «cuidar solo de los propios intereses, de seguir haciendo la guerra – por ejemplo – de concentrarse solo en el perfil económico, o vivir de un modo hedonista, es decir, buscando solo satisfacer el propio placer». Además, el Santo Padre compartió la tristeza que sintió al leer la noticia de que en un determinado país (no precisó el nombre), para escapar del confinamiento y tener unas buenas vacaciones, más de 40 aviones salieron esa misma tarde. «Pero esas personas, que son buenas personas, ¿no pensaron en los que se quedaron en casa, en los problemas económicos de tanta gente que el confinamiento ha acentuado, o en los enfermos? Solamente, pensaron en las vacaciones y en hacer sus propias cosas. Eso me apenó mucho», dijo Francisco. Finalmente, el Pontífice dirigió un saludo especial a los que empiezan el Año Nuevo con mayor dificultad: los enfermos, los desempleados, los que viven en situaciones de opresión o explotación.  «Con afecto, deseo saludar a todas las familias, especialmente a aquellas en las que hay niños pequeños o que están esperando un nacimiento. Un nacimiento es siempre una promesa de esperanza: estoy cerca de estas familias. Que el Señor los bendiga», añadió. Antes de despedirse, Francisco deseó a todos un buen domingo, «pensando siempre en Jesús que se hizo carne precisamente para habitar con nosotros en las cosas buenas y malas, siempre», y pidió como es habitual, que no se olviden de rezar por él. «Buen almuerzo y hasta pronto», concluyó. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News04 de enero de 2021

04
Ene

Ángelus del Papa Francisco: «Dios desea comunicarse con nosotros, contémosle todo»

Vaticano.- A la hora del rezo del Ángelus el Papa reflexionó acerca de las palabras del evangelista San Juan sobre la encarnación de Dios…»El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros». El Pontífice explicó que con este gesto, Dios desea comunicarse con la humanidad, establecer con nosotros una gran intimidad: «Quiere que compartamos con Él alegrías y penas, deseos y temores, esperanzas y tristezas, personas y situaciones. Hagámoslo, abrámosle nuestro corazón, contémosle todo», exhortó Francisco. El tres de enero del nuevo año 2021 y II domingo después de Navidad, el Papa Francisco rezó la oración mariana del Ángelus desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, sin presencia de fieles a causa de la pandemia. El Santo Padre reflexionó sobre el Evangelio del día según San Juan (1,1-18) que no narra un episodio de la vida de Jesús, sino que nos habla de Él antes de que naciera: Desde el principio Dios quiere comunicar con nosotros «Nos retrotrae para revelar algo sobre Jesús antes de que viniera entre nosotros», dijo el Papa recordando que el Evangelio hodierno dice que Aquel que hemos contemplado en su Natividad, Jesús, existía antes: «Antes del comienzo de las cosas, antes del universo. Él está antes del espacio y el tiempo. «En Él estaba la vida» (Jn 1:4) antes de que apareciera la vida». Al respecto, el Pontífice puntualizó que San Juan lo llama Verbo, es decir, Palabra. Pero… ¿Qué quiere decirnos? «La Palabra sirve para comunicar: no se habla solo, se habla con alguien. Así pues, el hecho de que Jesús sea desde el principio la Palabra significa que desde el principio Dios se quiere comunicar con nosotros, quiere hablarnos», afirmó el Papa subrayando que el Hijo unigénito del Padre «quiere decirnos la belleza de ser hijos de Dios»; es «la luz verdadera» y quiere alejarnos de las tinieblas del mal; es «la vida que conoce nuestras vidas y quiere decirnos que las ama desde siempre». «El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros» Asimismo, Francisco señaló que este es el mensaje maravilloso de hoy: «Jesús es la Palabra eterna de Dios, que desde siempre piensa en nosotros y desea comunicar con nosotros» y para hacerlo «fue más allá de las palabras» ya que «se hizo carne y habitó entre nosotros» (v. 14). La expresión «se hizo carne» hace referencia al hecho de que «Dios se hizo fragilidad para tocar de cerca nuestras fragilidades» -continuó explicando el Papa- por lo tanto, desde el momento en que el Señor se hizo carne, nada en nuestra vida le es ajeno: «Fue una decisión audaz la de Dios, la de hacerse carne», argumentó Francisco profundizando sobre el deseo de nuestro Creador de unirse eternamente con la humanidad: “No hay nada que Él desdeñe; podemos compartir todo con Él porque Dios se hizo carne para decirte que te ama precisamente allí, en tus fragilidades; precisamente allí donde más te avergüenzas. Se hizo carne y no se volvió atrás. No asumió nuestra humanidad como un vestido, que se pone y se quita. No, nunca se separó de nuestra carne. Y jamás se separará de ella: ahora y por siempre está en el cielo con su cuerpo de carne humana. Se unió para siempre a nuestra humanidad” «Abrir el corazón a Dios: contémosle todo» Igualmente, San Juan dice en el Evangelio que Jesús vino a habitar entre nosotros: «No vino de visita, vino a vivir con nosotros, a estar con nosotros», aseveró el Obispo de Roma, haciendo hincapié en que, lo qué el Hijo de Dios desea de nosotros, es una gran intimidad: «Quiere que compartamos con Él alegrías y penas, deseos y temores, esperanzas y tristezas, personas y situaciones». «Hagámoslo, abrámosle nuestro corazón, contémosle todo», concluyó Francisco, compartiendo una intención de oración especial: “Detengámonos en silencio ante el belén para saborear la ternura de Dios que se hizo cercano, que se hizo carne. Y sin miedo, invitémosle a nuestra casa, a nuestra familia, a nuestras fragilidades. Vendrá y la vida cambiará. La Santa Madre de Dios, en quien el Verbo se hizo carne, nos ayude a acoger a Jesús, que llama a la puerta del corazón para vivir con nosotros” Prensa CEVNota de prensa de Vatican News04 de enero de 2021