Categoría: Papa Francisco

28
Jun

Papa Francisco: «Jesús se deja tocar por nuestro dolor y con amor sana la vida»

Vaticano.- A la hora del rezo del Ángelus el Papa Francisco reflexionó sobre dos momentos que presenta el Evangelio de hoy y que muestran a Jesús venciendo la muerte y la enfermedad mediante el amor, que es capaz de sanar la vida. El Santo Padre recordó que la peor enfermedad no es la pandemia, sino la falta de amor. Por ello, exhortó a todos a dejar que Jesús «mire nuestros corazones y los sane», abandonando las apariencias y los prejuicios, saliendo al encuentro de los hermanos marginados. El domingo 27 de junio el Papa Francisco rezó la oración mariana del Ángelus asomado desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano junto a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.  Reflexionando sobre la lectura del Evangelio dominical (cf. Mc 5,21-43) el Santo Padre analizó el momento en el que Jesús «se tropieza con nuestras dos situaciones más dramáticas» como humanidad, la muerte y la enfermedad. De ellas -añadió Francisco- libera a dos personas: una niña, que muere justo cuando su padre ha ido a pedir ayuda a Jesús; y una mujer, que desde hace muchos años padece un flujo de sangre en su cuerpo, lo cual en aquella época la convertía socialmente en una mujer «impura». En este sentido, el Papa explicó que Jesús «se deja tocar por nuestro dolor y nuestra muerte, y obra dos signos de curación para decirnos que ni el dolor ni la muerte tienen la última palabra. Nos dice que la muerte no es el final. Vence a este enemigo, del que solos no podemos liberarnos». La peor enfermedad de la vida es la falta de amor Centrándose en la curación de la mujer, especialmente en este momento en que la enfermedad sigue ocupando el centro de las noticias en el marco de la pandemia, el Pontífice subrayó que la peor enfermedad de la vida «es la falta de amor y no poder amar», algo de lo que seguramente ella sufría al ser marginada y tener su corazón herido. Francisco hizo hincapié en que todos podemos identificarnos, de alguna forma, con esta mujer de la cual el Evangelio no revela su nombre: “El texto dice que había probado muchas curas, y gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor (v. 26). También nosotros, ¿cuántas veces nos arrojamos sobre remedios equivocados para saciar nuestra falta de amor? Pensamos que el éxito y el dinero nos hacen felices, pero el amor no se compra. Nos refugiamos en lo virtual, pero el amor es concreto, no es apariencia” De ahí la importancia del gesto ejemplar de la mujer, quien ante todo este sufrimiento, finalmente, elige a Jesús y se abalanza entre la multitud para tocar su manto: «Busca el contacto directo y físico con Jesús». Buscar la mirada de Jesús Asimismo, el Papa destacó que en esta época, hemos comprendido, más profundamente, lo importantes que son el contacto y las relaciones. “Lo mismo ocurre con Jesús: a veces nos contentamos con observar algún precepto y repetir oraciones, pero el Señor espera que nos encontremos con Él, que le abramos el corazón, que toquemos su manto como la mujer para sanar. Porque, al entrar en intimidad con Jesús, se curan nuestros afectos. Esto es lo que quiere Jesús” Para Francisco, es fundamental buscar la mirada de Jesús, como lo hizo aquella mujer en medio de su angustia, ya que, como nos dice el Evangelio, «Él no mira a la muchedumbre, sino a la persona. No se detiene ante las heridas y los errores del pasado, va más allá de los pecados y los prejuicios. No se queda en las apariencias, llega al corazón. Y la cura precisamente a ella, a la que habían rechazado  todos. Con ternura la llama ‘hija'(v. 34) y alaba su fe, devolviéndole la confianza en sí misma». Una caricia a los heridos en el corazón El Santo Padre concluyó su alocución exhortando a dejar que «Jesús mire y sane nuestros corazones», y también invitó a imitar al Hijo de Dios, «actuando como hizo Él», ya que muchas personas que viven a nuestro alrededor se sienten heridas, solas y necesitan sentirse amadas: “Jesús te pide una mirada que no se quede en las apariencias, sino que llegue al corazón; que no juzgue, sino que acoja. Porque sólo el amor sana la vida. Que la Virgen, Consuelo de los afligidos, nos ayude a llevar una caricia a los heridos en el corazón que encontremos en nuestro camino” Tras rezar la oración mariana del Ángelus, y al acercarse la fiesta de los santos Pedro y Pablo que se celebrará el próximo 29 de junio, el Papa Francisco pidió a los fieles que recen por él de forma especial: «¡El Papa necesita de sus oraciones! Gracias. Sé que lo harán», dijo. Paz en Oriente Medio Asimismo, con motivo de la Jornada por la Paz en Oriente Medio que se celebra hoy, el Pontífice invitó a todos a implorar la misericordia de Dios y la paz en esa región «Que el Señor apoye los esfuerzos de todos los que trabajan por el diálogo y la convivencia fraterna en Oriente Medio, donde la fe cristiana nació y está viva, a pesar del sufrimiento. Que Dios conceda a esos queridos pueblos fuerza, perseverancia y valor constantes», afirmó. Huracán en República Checa Por otra parte, el Santo Padre aseguró su cercanía a los habitantes del sureste de la República Checa, que han sido golpeados por un fuerte huracán: «Rezo por los muertos y los heridos, por todos los que han tenido que abandonar sus casas y han sufrido graves daños». Finalmente, Francisco saludó afectuosamente a los peregrinos de Roma, Italia, España y tantos otros países: «Que tu visita a las tumbas de los santos Pedro y Pablo fortalezca tu amor a Cristo y a la Iglesia», concluyo deseándoles a todos un buen domingo. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News28 de junio de 2021

28
Jun

Papa Francisco y líderes religiosos rezarán el 1 de julio por la paz en el Líbano

Vaticano.- Presentado, el 25 de junio, el programa de la Jornada convocada por el Papa para reavivar las luces de la esperanza en una tierra agobiada por una dura crisis política y económica: oraciones en la Basílica Vaticana y mesa redonda ecuménica. En este contexto, el cardenal Sandri declara: «Es el fruto de un largo camino iniciado por Juan Pablo II y Benedicto XVI». Por su parte, Monseñor Gallagher afirma: «Un viaje del Papa quizás a principios de 2022, cuando se forme el Gobierno». La Jornada de Oración y Reflexión por el Líbano del 1 de julio, convocada por el Papa con la esperanza de abrir destellos de paz en el país oprimido por una polifacética crisis política, económica y social, escenario en agosto de 2020 de la violenta explosión en el puerto de Beirut, es el fruto de un camino de unos treinta años. Un camino -recordó el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, al presentar el evento en la Oficina de Prensa del Vaticano- que comenzó con el Sínodo para el Líbano convocado por Juan Pablo II en 1995, y que continuó con la exhortación apostólica «Una esperanza para el Líbano», pronunciada en la visita del Papa a la Tierra de los Cedros en mayo de 1997. Benedicto XVI también siguió estos pasos y eligió el Líbano para firmar y entregar el Documento en la conclusión del Sínodo especial para Oriente Medio, en septiembre de 2012, Ecclesia in Medio Oriente, durante el que fue el último viaje apostólico antes de su dimisión.  Ahora es Francisco quien llama la atención del mundo sobre esta tierra a la que Wojtyla definió «un mensaje». En la conferencia en el avión cuando regresaba de Iraq, el Pontífice argentino reveló que había recibido una petición para detenerse en Beirut antes de ir a Bagdad. Una parada difícil de organizar en ese momento, pero que Francisco prometió hacer tarde o temprano. Tal vez a finales de este año, aunque es más probable que sea a principios del próximo, dijo el arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, explicando a los periodistas que, además de algunos compromisos que ya están en la agenda papal, se espera la formación definitiva de un gobierno con el que dialogar. Gallagher: la Santa Sede preocupada por el colapso del país En previsión de esa peregrinación, el Papa, dada la emergencia de la situación libanesa, ha querido convocar esta jornada, en la estela de otras grandes iniciativas del pontificado como la vigilia por Siria en la Plaza de San Pedro (2013), la oración de paz en los Jardines Vaticanos por Tierra Santa (2014), el encuentro bilateral en Santa Marta con los líderes políticos y religiosos de Sudán del Sur (2019). Todo surge de la preocupación por el agravamiento de la crisis en el Líbano, confirmó monseñor Gallagher: «La Santa Sede está muy preocupada por el colapso del país, que afecta especialmente a la comunidad cristiana». No sólo está el «impasse político», sino también la «fuerte emigración de los jóvenes». Un fenómeno que «amenaza con destruir el equilibrio» y reducir a la mitad la presencia cristiana en Oriente Medio. El Líbano, «el último bastión de la democracia árabe», debe por tanto ser ayudado a «mantener su identidad única para garantizar un Oriente Medio pluralista, tolerante y diverso», dijo el arzobispo. El programa: un «camino juntos» En concreto, la Jornada de Oración del 1 de julio -explicó Sandri- será un continuo «caminar juntos» entre el Papa y los responsables de las Iglesias y Comunidades Eclesiales. Se trata de las Iglesias ortodoxa y católica, presentes con sus diferentes ritos y tradiciones, explicó monseñor Brian Farrell, secretario del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, y también de diferentes comunidades eclesiales nacidas de la Reforma. Todos ellos se reunirán en Santa Marta -donde serán recibidos del 30 de junio al 2 de julio- para un momento de bienvenida. Luego se dirigirán hacia San Pedro; en la Basílica, tras rezar el Padre Nuestro, bajarán las escaleras de la Confesión del Apóstol Pedro y cada uno colocará una vela como signo de la oración que arde pidiendo la intercesión del apóstol. «Durante el día no podremos verlos ni oírlos, porque las puertas de la Sala Clementina del Palacio Apostólico permanecerán cerradas a nuestra mirada», explicó Sandri, que instó a seguir la jornada a distancia con una oración de intercesión en sus parroquias y comunidades religiosas. Mesa redonda ecuménica Al igual que en la Basílica de San Nicolás de Bari, para el evento ecuménico del 7 de julio de 2018, la mesa de reunión será redonda y en torno a ella se sentarán el nuncio apostólico en Líbano, monseñor Joseph Spiteri, como moderador, y los diez jefes de las comunidades cristianas. Entre ellos podría estar también el sucesor del Patriarca de Cilicia de los Armenios, Gregorio Pedro XX Ghabroyan, fallecido el 25 de mayo, que será elegido en el Sínodo iniciado hace tres días. Entre la mañana y la tarde habrá tres sesiones de trabajo, cada una de ellas introducida por un ponente. A la oración final en la Basílica Vaticana asistirán los embajadores de la Santa Sede y han sido invitadas todas las comunidades religiosas masculinas y femeninas, así como los laicos libaneses residentes en Roma. No habrá presencia de personalidades políticas, ya que se ha decidido dar al acto una dimensión exclusivamente religiosa. Las esperanzas de paz de los jóvenes El Papa y los demás invitados irán en procesión hasta San Pedro, siguiendo a un sacerdote que llevará el Evangelio. A continuación se realizará una oración ecuménica que incluirá la proclamación de algunos pasajes de la Palabra de Dios, alternando con oraciones y cantos de las diferentes tradiciones rituales presentes en el Líbano. Los textos en árabe, sirio, armenio y caldeo resonarán entonces entre las bóvedas de San Pedro. Hacia el final de la celebración, algunos jóvenes entregarán una lámpara encendida, que se colocará en un candelabro. «Es la esperanza de la paz que

28
Jun

Papa Francisco a los ortodoxos: superemos rivalidades dañinas

Vaticano.- El Papa Francisco recibió esta mañana en audiencia a una representación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla encabezada por el Metropolita Emmanuel de Calcedonia, en la víspera de la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo. «El Covid es un flagelo, pero también una lección de humildad para vivir sanos en un mundo enfermo» «Queridos hermanos, ¿acaso no ha llegado la hora, con la ayuda del Espíritu, de dar un nuevo impulso a nuestro camino para abatir viejos prejuicios y superar definitivamente rivalidades dañinas?». Bajo el impulso de la dramática crisis provocada por el Covid, «un flagelo» pero también un «banco de prueba» que exige una «selección» entre lo que hay que seguir haciendo y lo que no hay que hacer en el futuro, el Papa Francisco sitúa a sus hermanos ortodoxos en una encrucijada sobre la cuestión de la «plena comunión”. Dos caminos o vías Hay «dos caminos», dijo el Papa en su discurso a una representación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, encabezada por el Metropolita de Calcedonia, Emmanuel, a quien recibió esta mañana en el Palacio Apostólico en el marco del tradicional intercambio de delegaciones para las fiestas de sus respectivos patronos (el 29 de junio en Roma para los santos Pedro y Pablo y el 30 de noviembre en Estambul para la celebración de San Andrés): “La vía del repliegue sobre sí mismo, en la búsqueda de la propia seguridad y de las propias oportunidades, o la vía de la apertura al otro, con los riesgos que conlleva, pero sobre todo con los frutos de la gracia que Dios garantiza” Covid, un banco de prueba «Más grave que esta crisis es sólo la posibilidad de desperdiciarla», subrayó el Papa, reiterando una advertencia repetida en muchas ocasiones durante este año y medio de emergencia sanitaria. Esta crisis sería un desperdicio si no aprendiéramos la «lección» que nos ofrece: Una lección de humildad, que nos enseña la imposibilidad de vivir sanos en un mundo enfermo y de continuar como antes sin darnos cuenta de lo que no funcionaba Injusticias planetarias y clamor de los pobres También ahora, el gran deseo de volver a la normalidad puede enmascarar la insensata pretensión de volver a confiar en falsas seguridades, en hábitos y proyectos que apuntan exclusivamente al beneficio y a la búsqueda de los propios intereses, sin ocuparse de las injusticias planetarias, del clamor de los pobres y de la precaria salud de nuestro planeta. Discernimiento entre lo que permanece y lo que pasa El Papa se dirigió asimismo a los cristianos, «llamados seriamente a preguntarnos si queremos volver a hacer todo como antes, como si no hubiera pasado nada, o si queremos asumir el reto de esta crisis». «La crisis implica un juicio, una separación entre lo que hace bien y lo que hace mal”, como los campesinos que separan el grano bueno de la paja para tirarla. “La crisis nos pide, pues, que hagamos una selección, que hagamos un discernimiento, que nos detengamos a examinar qué cosa, de todo lo que hacemos, permanece y qué cosa pasa” Para los cristianos «en camino hacia la plena comunión», se trata, pues, de partir de lo básico y preguntarse «cómo queremos proceder». ¿Seguir con los «viejos prejuicios» y las «rivalidades nefastas», o bien derribar esos muros e «inaugurar una nueva fase de relaciones entre nuestras Iglesias, caracterizada por caminar más juntos, por querer dar verdaderos pasos adelante, por sentirnos verdaderamente corresponsables unos de otros»? Diferencias a superar con diálogo y caridad Para Francisco, es crucial hoy en día plantear esta pregunta, ciertamente teniendo siempre presente las «diferencias» que, sin embargo, dijo, «deberán ser superadas a través del diálogo, en la caridad y en la verdad». “Si somos dóciles al amor, el Espíritu Santo, que es el amor creador de Dios y pone armonía en la diversidad, abrirá los caminos para una fraternidad renovada” El Papa, de hecho, reiteró lo que ya había afirmado a los hermanos ortodoxos en la carta enviada el 30 de noviembre de 2020, en la fiesta del Apóstol Andrés, al Patriarca Bartolomé, en la que esperaba el «restablecimiento de la plena comunión expresada mediante la participación en el mismo altar eucarístico». Ortodoxos y católicos en diálogo con otras religiones Además, el Papa manifestó su seguridad de que el testimonio de la creciente comunión entre los cristianos será también «un signo de esperanza para muchos hombres y mujeres, que se sentirán animados a promover una fraternidad más universal y una reconciliación capaz de remediar los males del pasado»: «Es la única vía para abrir un futuro de paz». Otro signo «profético», dijo el Pontífice, será también una colaboración más estrecha entre ortodoxos y católicos en el diálogo con otras tradiciones religiosas. Saludo al Patriarca Bartolomé Al término de la audiencia, Francisco envió sus afectuosos saludos al Patriarca Bartolomé, que no pudo viajar a Roma. Lo «siento como mi verdadero hermano», dijo el Papa, que nunca negó el profundo vínculo con el Primado ortodoxo. “Dígale que lo espero con alegría aquí en Roma el próximo mes de octubre, ocasión para dar gracias a Dios en el 30º aniversario de su elección” Tras la audiencia con el Papa, la delegación de Constantinopla se reunió con el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, dirigido por el Cardenal Kurt Koch. Mañana, 29 de junio, asistirá a la solemne celebración presidida por el Santo Padre en la Basílica de San Pedro con motivo de la fiesta de los Santos Pedro y Pablo. Prensa CEV Nota de prensa de Vatican News28 de junio de 2021

25
Jun

Papa Francisco: afecto y solidaridad hacia los que sufren enfermedad

Vaticano.- El Papa Francisco saluda a través de un mensaje a los participantes en la Segunda Conferencia Nacional de la Salud Mental y les expresa su estima por su labor profesional; así mismo subraya la centralidad de la persona. Más comunidad para enfrentar el peligro del “descarte”. El Papa ha saludado a los participantes en la Segunda Conferencia Nacional de la Salud Mental, patrocinada por el Ministerio de Sanidad Italiano. “Este evento me da la oportunidad de expresar la estima de la Iglesia y mi propia estima personal por los médicos y trabajadores de la salud involucrados en este delicado campo. Su compromiso de atender las condiciones de quienes padecen trastornos mentales y ofrecerles un tratamiento adecuado es un gran bien para las personas y para la sociedad”, dijo Francisco. “Que no le falte el calor y el afecto de una comunidad” Francisco expresó sus deseos de que “, entre otras cosas apoyando a quienes se dedican a la investigación científica de dichas patologías, y, por otro lado, promoviendo las asociaciones y organizaciones de voluntarios que trabajan junto a los enfermos y sus familias”. De igual manera subrayó la importancia de que “no le falte el calor y el afecto de una comunidad” al paciente, pues de esto se beneficia el propio profesional de la salud y la sociedad entera. Por una sensibilidad renovada hacia la persona El Obispo de Roma, puntualizó en la necesidad de que este evento, “inspire en las instituciones, los organismos educativos y las distintas esferas de la sociedad una sensibilidad renovada hacia quienes sufren problemas de salud mental, para infundir mayor confianza en tantos de nuestros hermanos y hermanas marcados por la fragilidad”. Superar los estigmas El Papa llamó la atención sobre cierta tendencia que busca privilegiar a quienes “aportan ventajas productivas a la sociedad, olvidando que los que sufren permiten que brille la belleza irreprimible de la dignidad humana en sus vidas heridas”. La pandemia y sus efectos “La pandemia ha enfrentado al personal sanitario a enormes retos, mostrando a todos, la necesidad de contar con fórmulas de atención sanitaria adecuadas para no dejar a nadie atrás y atender a todos de forma inclusiva y participativa” dijo el Papa. Seguidamente agradeció “a todos los que, a distintos niveles, se comprometen a aliviar el dolor de los que sufren, quiero expresaros mi cálido aliento para continuar en el fructífero camino de la atención solidaria”. Finalizó su alocución recordando su oración por los pacientes, sus familias, los voluntarios y todo el personal sanitario, al mismo tiempo que invoca la bendición de Dios sobre todos ellos. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News25 de junio de 2021

25
Jun

Papa Francisco: Jesús nos acompaña en el camino del conflicto a la comunión

Vaticano.- Al recibir esta mañana a los representantes de la Federación Luterana Mundial, el Pontífice animó a quienes están comprometidos en el diálogo católico-luterano a continuar con confianza en la oración incesante, en el ejercicio de la caridad compartida y en la pasión por la búsqueda de una mayor unidad entre los diversos miembros del Cuerpo de Cristo. “El camino del conflicto a la comunión no es fácil, pero no estamos solos: Cristo nos acompaña”: fue la afirmación del Santo Padre Francisco al recibir esta mañana en el Vaticano a una delegación de la Federación Luterana Mundial. En su discurso, tras agradecer las palabras del Arzobispo Panti FIlibus Musa, Presidente de la Federación, el Santo Padre recuerda “con cariño” su visita a Lund en el 2016, ciudad fundacional de la Federación. «En esa inolvidable etapa ecuménica – evidencia –experimentamos la fuerza evangélica de la reconciliación», confirmando que «mediante el diálogo y el testimonio compartido ya no somos extraños. Ya no más extraños, sino hermanos”. El Pontífice denota que, “en el camino del conflicto a la comunión” la visita de la Federación Luterana Mundial tiene lugar en el día de la conmemoración de la Confessio Augustana, “para que crezca la unidad entre nosotros” y expresa su esperanza de que “una reflexión común sobre la Confessio Augustana, en vista del 500 aniversario de su lectura el 25 de junio de 2030, beneficie nuestro camino ecuménico”. Dejando de lado el texto escrito, observa que el camino del conflicto a la comunión, “sólo se hace en crisis»: “La crisis que nos ayuda a madurar lo que estamos buscando. Del conflicto que hemos vivido durante siglos y siglos, a la comunión que queremos, y para ello nos ponemos en crisis. Una crisis que es una bendición del Señor” A continuación, Francisco explica que la Confessio Augustana  representó en su momento, «un intento de evitar la amenaza de una división en la cristiandad occidental; pensada originalmente como un documento de reconciliación intracatólica – precisa – adquirió sólo más tarde el carácter de texto confesional luterano”. Y recuerda que ya en 1980, con motivo de su 450 aniversario, luteranos y católicos afirmaron: «Lo que hemos reconocido en la Confessio Augustana como una fe común puede ayudarnos a confesar esta fe juntos de una manera nueva también en nuestro tiempo. Confesar juntos lo que nos une en la fe”. “Me vienen a la mente las palabras del apóstol Pablo cuando escribió: ‘Un solo cuerpo… un solo bautismo». Un solo Dios’», añade el Obispo de Roma. Un solo Dios El Obispo de Roma precisa que en el primer artículo, la Confessio Augustana profesa la fe en el Dios uno y trino, refiriéndose específicamente al Concilio de Nicea: El credo de Nicea es una expresión de fe vinculante no sólo para católicos y luteranos, sino también para los hermanos ortodoxos y para muchas otras comunidades cristianas. Es un tesoro común: esforcémonos para que el 1700 aniversario de ese gran Concilio, que se cumplirá en 2025, dé un nuevo impulso al camino ecuménico, que es un don de Dios y para nosotros un camino irreversible. Un solo bautismo “Todo lo que la gracia de Dios nos da la alegría de experimentar y compartir -la creciente superación de las divisiones, la progresiva curación de la memoria, la colaboración reconciliada y fraterna entre nosotros- encuentra su fundamento precisamente en el ‘único bautismo para la remisión de los pecados’, asegura a continuación el Santo Padre. El santo bautismo es el don divino originario, que está en la base de todo nuestro esfuerzo religioso y de todo empeño para lograr la plena unidad. Sí, porque el ecumenismo no es un ejercicio de diplomacia eclesial, sino un camino de gracia. No se apoya en mediaciones y acuerdos humanos, sino en la gracia de Dios, que purifica la memoria y el corazón, supera las rigideces y orienta hacia una comunión renovada: no hacia acuerdos a la baja o sincretismos conciliadores, sino hacia una unidad reconciliada en sus diferencias. A la luz de esto, quisiera animar a todos los comprometidos en el diálogo católico-luterano a continuar con confianza en la oración incesante, en el ejercicio de la caridad compartida y en la pasión por la búsqueda de una mayor unidad entre los diversos miembros del Cuerpo de Cristo. Un solo cuerpo “La Regla de Taizé – observa seguidamente el Pontífice – contiene una hermosa exhortación: ‘Tengan pasión por la unidad del Cuerpo de Cristo’”. Y explica que “la pasión por la unidad madura a través del sufrimiento que sentimos ante las heridas que hemos infligido al Cuerpo del Señor”. Cuando sentimos dolor por la división de los cristianos, nos acercamos a lo que experimentó Jesús, que seguía viendo a sus discípulos desunidos, con sus vestidos rotos (cf. Jn 19,23). Hoy me han regalado una patena y un cáliz de los talleres de Taizé. Les agradezco estos dones, que evocan nuestra participación en la Pasión del Señor. De hecho, también nosotros vivimos una especie de pasión, en su doble sentido: por un lado, sufrimiento, porque todavía no es posible reunirnos en torno a un mismo altar; por otro, el ardor en el servir de la causa de la unidad, por la que el Señor rezó y ofreció la vida. Cristo nos acompaña Finalmente, el Papa exhorta a seguir “con pasión nuestro camino del conflicto a la comunión, en el camino de la crisis”, instando a comprender los estrechos vínculos entre Iglesia, ministerio y Eucaristía.  Será importante mirar con humildad espiritual y teológica las circunstancias que llevaron a las divisiones, confiando en que, si bien es imposible deshacer los tristes acontecimientos del pasado, es posible releerlos dentro de una historia reconciliada. Su Asamblea General de 2023 podría ser un paso importante para purificar la memoria y valorizar los numerosos tesoros espirituales que el Señor ha puesto a disposición de todos a lo largo de los siglos. Y en la conclusión, asegura: “Queridos hermanos y hermanas, el camino del conflicto a la comunión no es fácil, pero no estamos solos: Cristo nos acompaña” Las

23
Jun

El Papa: Actualidad del Apóstol Pablo en la Iglesia de hoy

El Santo Padre comenzó un nuevo ciclo de catequesis para reflexionar acerca de algunos temas que el Apóstol Pablo presenta en su Carta a los Gálatas, puesto que, como explicó, no sólo permite conocer la vida del Apóstol, sino que invita a profundizar en algunas cuestiones actuales en la vida de la Iglesia. Y al recordar que la semana próxima celebraremos la fiesta de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, Francisco invitó a pedir al Señor, por su intercesión, que nos ayude a abrirnos a su gracia Vaticano.- En su audiencia general de esta mañana, celebrada en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico, ante un número reducido de fieles y peregrinos de diversos países, el Santo Padre, después de un largo itinerario dedicado a la oración, comenzó un nuevo ciclo de catequesis para reflexionar acerca de algunos temas que el Apóstol Pablo presenta en su Carta a los Gálatas. Libertad, gracia y modo de vida cristiano Hablando en nuestro idioma, el Papa explicó que esta Carta, por una parte, ayuda a conocer mejor la vida del Apóstol, incluyendo su conversión y su seguimiento de Jesús. A la vez que, por otra parte, nos invita a profundizar en algunas cuestiones importantes que plantea y que, según el Santo Padre, también son actuales hoy en la Iglesia, tales como la cuestión de la libertad, la gracia y el modo de vida cristiano. San Pablo advirtió un peligro… Al resumir la vida del Apóstol, el Pontífice destacó que tras fundar algunas comunidades en la región de Galacia, San Pablo advirtió un peligro, puesto que comenzaban “a infiltrarse algunos cristianos provenientes del judaísmo que exponían teorías contrarias, y se presentaban como los únicos poseedores de la verdad, sembrando confusión y división”. “Lo que nosotros debemos notar es la preocupación pastoral de Pablo que, después de haber fundado estas Iglesias, se da cuenta de un gran peligro que corren para su crecimiento en la fe” Esas primeras y pequeñas comunidades – prosiguió el Papa – gracias al Apóstol “habían conocido la vida nueva y la libertad en Cristo”, sin embargo, “a partir de ese momento y ante estas críticas y tensiones, su fe comenzó a tambalear”. Los dueños de la verdad También hoy, como en aquellos tiempos, algunos presentan el cristianismo como si fueran los ‘dueños de la verdad’, con la tentación de encerrarse en algunas formas y tradiciones del pasado, como posible solución para las crisis Por esta razón Francisco afirmó que frente a “esta tentación”, la enseñanza que nos da el Apóstol en la Carta a los Gálatas es que “sigamos el camino liberador y siempre nuevo de Jesús crucificado y resucitado” y que: “Continuemos la vía del anuncio, que se realiza por medio de la humildad y la fraternidad; y que lo hagamos confiados, con la certeza de que el Espíritu Santo siempre actúa y guía a la Iglesia” Saludos del Papa “Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Pidamos al Señor, por intercesión de los santos apóstoles Pedro y Pablo, que celebraremos la próxima semana, que nos ayude a abrirnos a su gracia, para poder ver, juzgar y actuar desde la verdad y la libertad que proceden del encuentro con Cristo. Que Dios los bendiga. Muchas gracias” A los queridos hermanos y hermanas de lengua portuguesa el Papa les pidió que recuerden siempre que “el anuncio del Evangelio se hace con humildad y fraternidad, no imponiendo, sino mostrando el camino a seguir”. En su saludo cordial a los peregrinos francófonos, Francisco le dijo que el camino liberador que nos indica San Pablo “es el camino, siempre nuevo, de Jesús muerto y resucitado, el camino de la confianza mansa y obediente, en la certeza de que el Espíritu Santo actúa en cada época de la Iglesia”. Al recordar a los fieles de habla inglesa la celebración, mañana, de la solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista, Francisco les sugirió imitar el humilde testimonio de quien señaló al Cordero de Dios. E invocó sobre todos ellos y sus familias la alegría y la paz del Señor. Dirigiéndose a los queridos hermanos y hermanas polacos, el Papa Francisco se unió en oración a quienes sufrieron por el incendio que se produjo el sábado pasado en Nowa Biała, en el que “gracias a Dios no hubo muertos”. “Pedimos la gracia del consuelo, del apoyo y de la solidaridad humana para los que han perdido sus casas y sus bienes” Y antes de bendecirlos de corazón les deseó a todos ellos y a sus seres queridos que transcurran un verano tranquilo, vivido en la presencia de Dios, en el Espíritu Santo. A los peregrinos de lengua alemana el Santo Padre les deseó que el ejemplo de celo misionero de San Pablo los impulse “a anunciar y vivir la verdad del Evangelio con alegría” y que “el Espíritu Santo los mantenga siempre unidos como fieles servidores del Señor Jesús”. En su saludo a los fieles de habla árabe Francisco les recordó que el camino que debemos seguir para llegar al Señor “es el camino liberador y siempre nuevo de Jesús crucificado y resucitado; es el del anuncio, que se realiza a través de la humildad y la fraternidad; es el de la confianza mansa y obediente, pero siempre con la ayuda del Espíritu Santo que actúa en cada época de la Iglesia”. Al saludar a los peregrinos de lengua italiana, el Papa les recordó que mañana es la fiesta de la Natividad de San Juan Bautista, “enviado por Dios para dar testimonio de la luz y preparar al Señor un pueblo bien dispuesto”. San Juan Bautista “Por su intercesión deseo para cada uno de ustedes abundantes gracias, para que se fortalezcan sus generosos propósitos de fidelidad a la llamada del Señor” Por último, el Papa dirigió sus pensamientos a los ancianos, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, a quienes les dijo: “Al tiempo que los exhorto a renovar sus propósitos de generoso testimonio cristiano, invoco sobre cada uno la continua

22
Jun

Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de los Abuelos y las personas Mayores

Vaticano.- En su mensaje para la primera Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores que se celebra el 25 de julio, Francisco subraya que la vocación de la Tercera edad es «custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a los pequeños” “Incluso cuando todo parece oscuro, como en estos meses de pandemia, el Señor sigue enviando ángeles para consolar nuestra soledad y repetirnos: ‘Yo estoy contigo todos los días’: “Esto te lo dice a ti, me lo dice a mí, a todos. Este es el sentido de esta Jornada que he querido celebrar por primera vez precisamente este año, después de un largo aislamiento y una reanudación todavía lenta de la vida social. ¡Que cada abuelo, cada anciano, cada abuela, cada persona mayor – sobre todo los que están más solos— reciba la visita de un ángel!” Lo afirma el Papa al dirigirse a los abuelos y ancianos del mundo en su mensaje para esta primera Jornada Mundial dedicada a todos ellos, que se celebra el 25 de julio. El Santo Padre lo dice también en su mensaje de vídeo. El sueño de Joaquín Francisco pide al Señor que envíe un ángel a consolar a los ancianos como sucedió con Joaquín, el abuelo de Jesús, “que fue apartado de su comunidad porque no tenía hijos. Su vida – como la de su esposa Ana –fue considerada inútil”. “Pero el Señor le envió un ángel para consolarlo. Mientras él, entristecido, permanecía fuera de las puertas de la ciudad, se le apareció un enviado del Señor que le dijo: ‘¡Joaquín, Joaquín! El Señor ha escuchado tu oración insistente’” La pandemia: una dura prueba que ha afectado más a los ancianos A los abuelos y a los ancianos, el Pontífice les recuerda que «toda la Iglesia está cerca de nosotros» y está cerca de ustedes. “¡Se preocupa por ti, te quiere y no quiere dejarte solo! Y se refiere a la pandemia como una «dura prueba que ha caído sobre la vida de cada persona, pero que nos ha reservado un tratamiento especial», más duro, a los ancianos. Muchos han caído enfermos y ya no están aquí: “Muchos de nosotros se han enfermado, y tantos se han ido o han visto apagarse la vida de sus cónyuges o de sus seres queridos. Muchos, aislados, han sufrido la soledad durante largo tiempo” La oración del Papa para esta Jornada El Papa afirma que “se necesitan ángeles para devolver los ‘abrazos y las visitas’ a los ancianos. Y recuerda que «en algunos lugares todavía no es posible». En la oración escrita para esta primera Jornada Mundial, el Santo Padre invita a agradecer al Señor el consuelo de su presencia, «incluso en la soledad». “En este tiempo hemos aprendido a comprender lo importante que son los abrazos y las visitas para cada uno de nosotros, ¡y cómo me entristece que en algunos lugares esto todavía no sea posible!” El Señor jamás se jubila Francisco también invita a reconocer la fidelidad del Señor que relatan los Evangelios, que se reza en los Salmos y que encontraron los profetas. El Señor, que nos envía mensajeros y llama a los trabajadores a su viña «a todas las horas del día», como hizo con él mismo recuerda el Papa. “Yo mismo puedo testimoniar que recibí la llamada a ser Obispo de Roma cuando había llegado, por así decirlo, a la edad de la jubilación, y ya me imaginaba que no podría hacer mucho más. El Señor está siempre cerca de nosotros – siempre – con nuevas invitaciones, con nuevas palabras, con su consuelo, pero siempre está cerca de nosotros. Ustedes saben que el Señor es eterno y que nunca se jubila. Nunca” La vocación de transmitir la fe a los jóvenes Francisco introduce así el segundo tema de su mensaje, tras el del ángel consolador: la vocación de los abuelos y los ancianos. Que es la de «custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a los pequeños». Y lo subraya: “No importa la edad que tengas, si sigues trabajando o no, si estás solo o tienes una familia, si te convertiste en abuela o abuelo de joven o de mayor, si sigues siendo independiente o necesitas ayuda, porque no hay edad en la que puedas retirarte de la tarea de anunciar el Evangelio, de la tarea de transmitir las tradiciones a los nietos. Es necesario ponerse en marcha y, sobre todo, salir de uno mismo para emprender algo nuevo.” La fuerza del Espíritu supera toda duda y fatiga A las naturales dudas de quienes ven agotadas sus energías, de quienes ven difícil empezar a comportarse «de otra manera» cuando a estas alturas «la costumbre se ha convertido en norma», o dedicarse «a los más pobres» cuando ya tienen «tantos pensamientos» para sus familias, o sienten la soledad como una «carga demasiado pesada», el Pontífice responde con una invitación a abrir «el corazón a la obra del Espíritu Santo que sopla donde quiere» y «hace lo que quiere». Los ancianos son indispensables para construir el mundo del mañana Francisco retoma cuanto escribió en su encíclica Fratelli tutti, esperando que esta crisis ligada a la pandemia, «no haya sido otro grave acontecimiento histórico del que no hayamos podido aprender». Para que «un dolor tan grande no sea inútil» y podamos dar «un salto hacia una nueva forma de vivir», afirma el Papa, dirigiéndose directamente al abuelo y al anciano: “En esta perspectiva, quiero decirte que eres necesario para construir, en fraternidad y amistad social, el mundo de mañana: el mundo en el que viviremos – nosotros, y nuestros hijos y nietos – cuando la tormenta se haya calmado. Todos ‘somos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas’” Los tres pilares: sueños, memoria y oración Una nueva construcción con tres pilares, dice Francisco, «que tú, mejor que otros, puedes ayudar a colocar»: sueños, memoria y oración. “El profeta Joel pronunció en una ocasión esta promesa: ‘Sus ancianos tendrán sueños,

21
Jun

El Papa, diáconos: no «medio sacerdotes» o «monaguillos de lujo» sino siervos humildes

«Es triste ver a obispos y sacerdotes pavoneándose, pero más aún a un diácono que quiere ponerse en el centro del mundo», afirma el Papa Francisco en la audiencia de esta mañana con los Diáconos de la diócesis de Roma y les recomienda que sean «buenos padres y esposos»: «Esto dará esperanza a las parejas que viven momentos de fatiga» Vaticano.- No «medio sacerdotes», ni «monaguillos de lujo», sino siervos solícitos que se entregan para que nadie quede excluido; “humildes”, “buenos esposos y buenos padres”; “centinelas” capaces de avistar a los pobres y a los alejados: así describe el Papa Francisco a los diáconos, en su discurso a los Diáconos Permanentes de la Diócesis de Roma recibidos en audiencia esta mañana en el Aula de las Bendiciones, confiándoles el mandato del servicio. La tradición de las diaconías Al comienzo de la audiencia, Francisco saluda a Giustino Trincia, nombrado ayer por el cardenal vicario Angelo De Donatis como nuevo director de Cáritas diocesana en sustitución de «Don Ben», el sacerdote rumano Benoni Ambarus, a quien Francisco había nombrado a su vez obispo auxiliar de Roma. Con afecto, el Papa saluda también a Andrea Sartori, diácono de 49 años al que se le confió la parroquia de San Estanislao, en la zona de Cinecittà, en cuya casa parroquial vive con su mujer Laura y sus cuatro hijos. Es una «antigua costumbre», dice el Papa, «confiar una iglesia a un diácono para que se convierta en una diaconía». Debemos recurrir a estas antiguas tradiciones que se remontan a las raíces de la Iglesia de Roma, recomienda el Papa: «No pienso sólo en San Lorenzo, sino también en la elección de dar vida a las diaconías». El diaconado ayuda a superar la lacra del clericalismo A continuación, el Papa se detiene en el ministerio del diácono: «El camino principal a seguir es el indicado por el Concilio Vaticano II», en particular la Lumen Gentium, que dice que a los diáconos «se les imponen  las manos no para el sacerdocio, sino para el servicio». Una diferencia «no insignificante», señala el Papa, porque el diaconado -antes reducido a una orden de paso hacia el sacerdocio- «recupera así su lugar y su especificidad». Y esto «ayuda a superar la lacra del clericalismo, que sitúa a una casta de sacerdotes ‘por encima’ del Pueblo de Dios». “Los diáconos, precisamente por estar dedicados al servicio de este Pueblo, recuerdan que en el cuerpo eclesial nadie puede elevarse por encima de los demás” El poder está en el servicio En la Iglesia debe regir una lógica opuesta, «la lógica del abajamiento», dice Francisco: «Todos estamos llamados a abajarnos, porque Jesús se abajó, se hizo siervo de todos. Si hay alguien que es grande en la Iglesia es Él, que se hizo el más pequeño y el siervo de todos». Todo empieza aquí: «El poder está en el servicio, no en otra cosa». Si no se vive esta dimensión, advierte el Pontífice, «todo ministerio se vacía por dentro, se vuelve estéril, no produce frutos. Y poco a poco se vuelve mundano». “La generosidad de un diácono que se entrega sin buscar las primeras filas perfuma de Evangelio, relata la grandeza de la humildad de Dios que da el primer paso para ir al encuentro incluso de quienes le han dado la espalda” No a medios sacerdotes ni monaguillos de lujo Hoy, sin embargo, hay otro aspecto al que prestar atención, que es la disminución del número de presbíteros, por lo que se ha multiplicado el compromiso de los diáconos «en tareas de suplencia que, aunque importantes, no constituyen la naturaleza específica del diaconado». Los diáconos, en efecto, enseña el Concilio, están sobre todo «dedicados a los oficios de la caridad y de la administración» y en los primeros siglos, cuando atendían las necesidades de los fieles en nombre del obispo, eran activos entre los pobres y los enfermos. Hoy, los diáconos romanos están muy presentes en Cáritas y en otras realidades cercanas a los pobres. Es un buen camino, dice el Papa Francisco, porque «así nunca perderán la brújula.» “Los diáconos no serán «medio sacerdotes», ni «monaguillos de lujo», sino siervos solícitos que se desviven para que nadie quede excluido y el amor del Señor toque concretamente la vida de las personas” No hacer que la vida gire en torno a la agenda La espiritualidad diaconal es, pues, la espiritualidad del servicio: «Disponibilidad dentro y apertura fuera». «Disponibles por dentro, desde el corazón, dispuestos a decir sí, dóciles, sin hacer girar la vida en torno a la propia agenda; y abiertos por fuera, con la mirada dirigida a todos, especialmente a los que se han quedado fuera, a los que se sienten excluidos», recomienda el Papa. Y ofrece «tres breves ideas» que no van en la dirección de las «cosas que hacer», sino de «dimensiones que cultivar». Hacer todo sin lamentarse En primer lugar, ser «humilde». «Es triste ver a un obispo y a un sacerdote pavonearse, ¡pero es aún más triste ver a un diácono que quiere ponerse en el centro del mundo! Que todo el bien que hagan sea un secreto entre ustedes y Dios. Y así dará frutos», dice el Papa.  Y a continuación agrega: sean «buenos esposos y buenos padres». «Esto dará esperanza y consuelo a las parejas que están atravesando momentos de fatiga y que encontrarán en su genuina sencillez una mano tendida. Podrán pensar: «¡Mira a nuestro diácono! Se alegra de estar con los pobres, pero también con el párroco e incluso con sus hijos y su mujer». Hacer todo con alegría, sin quejarse: es un testimonio que vale más que muchos sermones». Centinelas para avistar a los alejados Por último, el Papa quiere que los diáconos sean centinelas: «No sólo que sepan avistar a los alejados y a los pobres -esto no es tan difícil-, sino que ayuden a la comunidad cristiana a descubrir a Jesús en los pobres y en los alejados, mientras llama a nuestras puertas a través de ellos». Prensa

21
Jun

Papa Francisco se reúne con un grupo de privados de libertad

Vaticano.- Algunos invitados del tercer centro de detención de Rebibbia fueron recibidos en Santa Marta junto con el director, dos magistradas y otros funcionarios. A continuación, la visita a los Museos Vaticanos, recibida por la directora Barbara Jatta. El capellán: agradeció al Papa por su cercanía y sus oraciones en apoyo de la dignidad de quienes viven en la cárcel. Doce reclusos del tercer centro de detención de Rebibbia han llevado una cesta de pan fresco al Papa esta mañana a las 8:45 en la Casa Santa Marta. Anoche prepararon ese pan, con sus propias manos, precisamente para dar las «gracias» a Francisco «por el don de la esperanza que nos ofrece a los reclusos». Y, en un ambiente familiar, el Papa les confió precisamente su atención a las personas que viven la experiencia de la cárcel, recordando sus visitas a las prisiones allá en Argentina, y asegurando sus oraciones también por sus familias. La cesta con pan preparada por los internos y entregada al Papa «Hoy toda la comunidad penitenciaria ha vivido una experiencia muy importante con el Papa»: el padre Moreno M. Versolato, religioso de los Siervos de María, capellán de la más pequeña de las cuatro cárceles romanas, no ocultó su emoción. Sí, el padre Moreno habla de «comunidad» porque -insiste- «hoy aquí, en el Vaticano, nos hemos reunido: doce reclusos, la directora de la tercera cárcel de Rebibbia, Anna Maria Trapazzo, tres educadores, policías penitenciarios y dos juezas de libertad condicional». La presencia de las dos juezas, Anna Vari y Paola Cappelli -señaló el capellán- tiene un fuerte significado: «Ellas son las que evalúan y firman los permisos en las vías de reinserción social, a través de las medidas alternativas de semilibertad, y es extraordinario que hoy aquí vivan, directamente con los internos, una experiencia de belleza que es una ‘escuela de vida’ para todos». Sí, explica con pasión el padre Moreno, «estos jóvenes han crecido en suburbios degradados o tal vez proceden de países lejanos… en definitiva, han tenido, desde la infancia, otra «escuela»…». El capellán se hizo eco de la directora de los «Museos del Papa», Barbara Jatta, que dio una cordial «bienvenida» a los «embajadores» de Rebibbia: «Estas galerías son la casa de todos, aquí cada uno, con su propia sensibilidad, puede captar «algo» valioso para su vida y hacerla mejor. Hoy es con gran alegría que los Museos Vaticanos -dice el director- se presentan y se ofrecen a los internos y a quienes los acompañan como una inspiración de belleza que toca el alma en su profundidad». La visita a los Museos tiene aún más importancia, prosigue el padre Moreno, «porque en este periodo de pandemia, los internos han sufrido mucho el aislamiento y la marginación por la imposibilidad de abrazar a sus seres queridos». Son situaciones extremas, realmente «al límite» -dice- y es fácil ceder a la tentación de ceder al conflicto y a la ira. Y el pensamiento, añade, se dirige también a todo el personal de servicio. «Puedo dar testimonio, como capellán, de lo grande y sincero que es el cariño de los detenidos por el Papa Francisco», plantea el religioso. «Esta mañana le hemos agradecido personalmente, todos juntos, la cercanía que nos muestra continuamente y en diferentes ocasiones». El regalo de las palomas en Semana Santa, añade, fue una sorpresa para todos. «Pero el mayor agradecimiento», concluyó el capellán, «es por sus oraciones y por sus peticiones a las autoridades políticas para que cambien cada vez más las condiciones de detención, especialmente cuando se viola constantemente la dignidad de la persona». Al final de la mañana en el Vaticano, el director del centro penitenciario habló de una experiencia de acogida y esperanza: «El regalo del pan para el Papa tiene un valor enorme para nosotros: en pleno encierro hemos puesto en marcha un taller de panadería y siete internos han sido contratados por una empresa. El pan hecho esta noche para Francisco es, por tanto, un «gracias». Y también el regalo de la «baldosa» con la cruz, expresión del curso de mosaico, no es un gesto formal sino un signo de fe y esperanza». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News21 de junio de 2021

17
Jun

Papa Francisco al mundo del trabajo: «Enfrentemos la crisis buscando el bien común»

Vaticano.- A través de un video mensaje el Papa Francisco pide a la Organización Internacional del Trabajo (OIL) y a las autoridades competentes, que busquen soluciones para salir de la actual crisis laboral «buscando el bien común», dando prioridad, a la hora de dar respuestas concretas, «a los trabajadores que se encuentran en los márgenes del mundo del trabajo» y que todavía se ven afectados por la pandemia del Covid-19. El jueves 17 de junio, el Papa Francisco envió un video mensaje a la Organización Internacional del Trabajo (OIL) que está celebrando su cumbre anual en Ginebra, en un momento crucial de la historia social y económica en el que el mundo se enfrenta a grandes desafíos, especialmente en el marco de la actual pandemia. En su mensaje, el Santo Padre destaca la «labor encomiable» que ha desarrollado la OIL a través de sus informes, en los últimos meses poniendo especial atención en las personas más vulnerables. Ante la crisis «tomar decisiones cuidadosas» Durante la persistente crisis, «deberíamos seguir ejerciendo un especial cuidado del bien común» -afirma el Pontífice- indicando que muchos de los trastornos posibles y previstos «aún no se han manifestado, por lo tanto, se requerirán decisiones cuidadosas». El Papa analiza el fuerte impacto causado por la disminución de las horas de trabajo en los últimos años, un hecho que se ha traducido «tanto en pérdidas de empleo como en una reducción de la jornada laboral de los que conservan su trabajo», y subraya las tremendas dificultades que han tenido las empresas para salir adelante, «algunas corriendo el riesgo de quiebra total o parcial», ya que en este 2020 se ha producido «una pérdida de empleo sin precedentes». Los riesgos del consumismo y la cultura del descarte Por otra parte, teniendo en cuenta las prisas por volver a una mayor actividad económica al final de la pandemia del Covid-19, el Santo Padre pone en guardia sobre los riesgos de caer nuevamente «en las pasadas fijaciones del beneficio, el aislacionismo y el nacionalismo», así como en «el consumismo ciego y la negación de las claras evidencias que apuntan a la discriminación de nuestros hermanos y hermanas considerados «desechables» en nuestra sociedad». Generar trabajo digno y humano Por ello, Francisco invita a hacer frente a este panorama global buscando soluciones que ayuden a construir un nuevo futuro del trabajo «fundado en condiciones laborales decentes y dignas, que provenga de una negociación colectiva, y que promueva el bien común», logrando, en definitiva, que el trabajo sea verdadera y esencialmente humano. Recordando el papel fundamental que desempeñan la Organización Internacional del Trabajo y su Conferencia como promotores del diálogo constructivo, el Papa pide que se dé prioridad, a la hora de dar respuestas concretas, «a los trabajadores que se encuentran en los márgenes del mundo del trabajo» y que todavía se ven afectados por la pandemia del Covid-19. “Los trabajadores poco cualificados, los jornaleros, los del sector informal, los trabajadores migrantes y refugiados, los que realizan lo que se suele denominar el trabajo de las tres dimensiones: peligroso, sucio y degradante. Muchos migrantes y trabajadores vulnerables junto con sus familias, normalmente quedan excluidos del acceso a programas nacionales de promoción de la salud, prevención de enfermedades, tratamiento y atención, así como de los planes de protección financiera y de los servicios psicosociales” No dejar de lado a los más vulnerables Asimismo, el Pontífice hace hincapié en que la falta de medidas de protección social frente al impacto del COVID-19 «ha provocado un aumento de la pobreza, el desempleo, el subempleo, el incremento de la informalidad del trabajo, el retraso en la incorporación de los jóvenes al mercado laboral, el aumento del trabajo infantil», sumado a la «vulnerabilidad al tráfico de personas, la inseguridad alimentaria y una mayor exposición a la infección entre poblaciones como los enfermos y los ancianos». Al respecto, Francisco comparte algunas preocupaciones y observaciones clave, destacando, en primer lugar, que la misión esencial de la Iglesia «es apelar a todos a trabajar conjuntamente, con los gobiernos, las organizaciones multilaterales, la sociedad civil y también las organizaciones de carácter religioso, con el fin de cuidar el bien común y garantizar la participación de todos en este empeño», sin dejar de lado a los más vulnerables «los jóvenes, los migrantes, las comunidades indígenas, los pobres». En segundo lugar -continúa el Papa- también es esencial para la misión de la Iglesia garantizar que todos obtengan la protección que necesitan según sus vulnerabilidades: enfermedad, edad, discapacidades, desplazamiento, marginación o dependencia. Por último, el Santo Padre puntualiza que debe garantizarse la protección de los trabajadores mediante el respeto de sus derechos esenciales, incluido el derecho de la sindicalización: «Sindicarse es un derecho», dice Francisco y añade: “La actual pandemia nos ha recordado que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren. Todos somos frágiles y, al mismo tiempo, todos de gran valor. Ojalá nos estremezca profundamente lo que esta ocurriendo a nuestro alrededor. Ha llegado el momento de eliminar las desigualdades, de curar la injusticia que está minando la salud de toda la familia humana” Elementos para entender correctamente el trabajo Con el objetivo de promover esta acción común, para el Papa «es necesario entender correctamente el trabajo», y en ese sentido propone dos elementos: El primer elemento para la correcta comprensión del trabajo -afirma Francisco- nos llama a focalizar la atención necesaria en todas las formas de trabajo, incluyendo las formas de empleo no estándar: «El trabajo va más allá de lo que tradicionalmente se ha conocido como empleo formal, y el Programa de Trabajo Decente debe incluir todas las formas de trabajo». El segundo elemento -explica el Obispo de Roma-  es recordar que el trabajo es una relación, por lo tanto tiene que incorporar la dimensión del cuidado, porque ninguna relación puede sobrevivir sin cuidado: «Un trabajo que no cuida, que destruye la creación, que pone en peligro la supervivencia de las generaciones futuras, no es respetuoso con la dignidad de los trabajadores y no puede considerarse decente». Dirigentes: «Inspírense en la caridad política» En este contexto, el Santo Padre pide a los participantes de la 109 Conferencia Internacional