Categoría: Papa Francisco

15
Nov

Jornada de la Paz 2022 con el tema «Educación, trabajo, diálogo entre generaciones»

Tres contextos y tres caminos para construir una paz duradera: este es el Mensaje propuesto por el Papa para el aniversario del 1 de enero del próximo año ¿Cómo podemos construir hoy una paz duradera? En el tema del próximo Mensaje para la Jornada de la Paz, que se celebra el 1 de enero de 2022, el Papa identifica tres contextos de gran actualidad sobre los que reflexionar y actuar. De ahí el título: «Educación, trabajo, diálogo entre generaciones: herramientas para construir una paz duradera».  Tras la «cultura del cuidado», un camino propuesto en 2021 para erradicar la cultura de la indiferencia, el descarte y la confrontación, a menudo imperante hoy en día, para el próximo año Francisco -según ha anunciado en un comunicado el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral- propone una lectura innovadora que responda a las necesidades de los tiempos actuales y futuros. La invitación a través de este tema es por tanto -como ya dijo el Papa en su Discurso a la Curia Romana con motivo de las felicitaciones de Navidad del 21 de diciembre de 2019- a leer los signos de los tiempos con los ojos de la fe, para que la dirección de este cambio despierte nuevas y viejas preguntas con las que es justo y necesario enfrentarse. Así pues, partiendo de los tres contextos identificados, podemos preguntarnos cómo pueden la educación y la formación construir una paz duradera. ¿El trabajo en el mundo responde más o menos a las necesidades vitales de justicia y libertad del ser humano? Y por último, ¿son las generaciones realmente solidarias entre sí? ¿Creen en el futuro? ¿En qué medida, el gobierno de las sociedades consigue fijar un horizonte de pacificación en este contexto? La Jornada Mundial de la Paz fue establecida por el Papa Pablo VI en su mensaje de diciembre de 1967 y se celebró por primera vez en enero de 1968. En el trasfondo estaba la guerra de Vietnam y el llamamiento a un alto el fuego en el conflicto que se prolongaba desde 1955.  Prensa CEVNota de prensa de Vatican News15 de noviembre de 2021

15
Nov

Papa Francisco: ante los pobres, los cristianos deben organizar la esperanza

No demos vuelta la cara ante los débiles, sino actuemos para aliviarles el sufrimiento, comprometiéndonos social y políticamente. En la misa de la V Jornada Mundial de los Pobres, celebrada en la Basílica de San Pedro, el Papa pidió a los cristianos que sean convertidores del bien. La historia está marcada por las tribulaciones, la violencia, el sufrimiento y las injusticias que hieren, oprimen y aplastan a los pobres, «los eslabones más frágiles de esta cadena», a la espera de una liberación que parece no llegar nunca. En su homilía de la misa con motivo de la V Jornada Mundial de los Pobres en la Basílica de San Pedro, Francisco pidió a todos los cristianos que no se aparten de los más débiles y habló de los dos aspectos de la historia: el dolor de hoy y la esperanza de mañana, las dolorosas contradicciones de la realidad humana, por un lado, y el futuro de la salvación en el encuentro con el Señor, por otro. “La Jornada Mundial de los Pobres, que estamos celebrando, nos pide que no miremos hacia otro lado, que no tengamos miedo de mirar de cerca el sufrimiento de los más débiles.” Es el Evangelio el que nos ayuda a comprender la existencia de estas personas, cuyas vidas están oscurecidas por la soledad, cuyas expectativas se han apagado y cuyos sueños han caído en la resignación: “Todo ello debido a la pobreza a la que a menudo se ven abocados, víctimas de la injusticia y la desigualdad de una sociedad del descarte, que corre velozmente sin verlos y los abandona sin escrúpulos a su suerte.” Los cristianos curen el dolor de hoy En el dolor de hoy, sin embargo, florece la esperanza del mañana, de cuando Jesús se hace cercano, lo que no es sólo «una promesa del más allá», explica el Papa, sino algo que «crece ya dentro de nuestra historia herida; todos tenemos el corazón enfermo, se abre paso entre las opresiones e injusticias del mundo». De ahí la indicación fundamental a los cristianos, ante esta realidad, de «alimentar la esperanza de mañana curando el dolor de hoy», dos aspectos ligados, reitera, porque «si no avanzas curando el dolor de hoy difícilmente tendrás la esperanza de mañana». “La esperanza que nace del Evangelio, en efecto, no consiste en esperar pasivamente que las cosas mejoren mañana, esto no es posible, sino en concretar hoy la promesa de salvación de Dios. Hoy, todos los días. La esperanza cristiana no es, en efecto, el optimismo dichoso, o más bien diría el optimismo adolescente, de los que esperan que las cosas cambien y mientras tanto siguen haciendo su vida, sino que es construir cada día, con gestos concretos, el Reino de amor, de justicia y de fraternidad que inauguró Jesús.” La esperanza cristiana, continúa, «no ha sido sembrada». La esperanza cristiana, por ejemplo, no fue sembrada por el levita y el sacerdote que pasaron junto al hombre herido por los ladrones, no. La sembró un extraño, un samaritano que se detuvo e hizo el gesto. Y hoy es como si la Iglesia nos dijera: «Detente y siembra esperanza en la pobreza. Acércate a los pobres y siembra esperanza». Su esperanza, tu esperanza y la esperanza de la Iglesia. Por eso se pide a los fieles que sean, en medio de las ruinas cotidianas del mundo, constructores incansables de esperanza; que sean luz mientras el sol se oscurece; que sean testigos de compasión mientras la distracción reina alrededor; que sean presencias atentas en medio de la indiferencia generalizada y que sean testigos de compasión: “Nunca podremos hacer el bien sin pasar por la compasión. A lo sumo haremos cosas buenas, pero que no tocan el camino cristiano porque no tocan el corazón. Lo que nos llega al corazón es la compasión: nos acercamos, sentimos compasión y hacemos gestos de ternura. Precisamente al estilo de Dios: cercanía, compasión y ternura. Esto es lo que nos pide hoy.” Es necesario organizar la esperanza No hay que limitarse a la esperanza, sino que hay que organizar la esperanza: así lo indicó el «Obispo cercano a los pobres» Don Tonino Bello, a quien Francisco cita como ejemplo para instar a «opciones y gestos concretos de atención, justicia, solidaridad, cuidado de la casa común», sin los cuales «no se pueden aliviar los sufrimientos de los pobres, no se puede convertir la economía del descarte que los obliga a vivir en la marginalidad, no pueden florecer sus expectativas». “A nosotros, especialmente a los cristianos, nos corresponde organizar la esperanza: esa hermosa expresión de Tonino Bello, organizar la esperanza, traducirla en la vida concreta de cada día, en las relaciones humanas, en el compromiso social y político. Me hace pensar en la labor que hacen muchos cristianos con las llamadas obras de caridad, la labor de la Limosnería Apostólica: pero ¿qué se hace ahí? La esperanza está organizada. No das una moneda, no: organizas la esperanza. Esta es una dinámica que la Iglesia nos pide hoy.” Que los cristianos sean convertidores del bien Es gracias a la ternura, a la compasión que lleva a la ternura, que puede brotar la esperanza y aliviarse el dolor de los pobres, superando las cerrazones, las rigideces interiores que, hoy, son la tentación, indica el Papa, «de los restauracionistas que quieren una Iglesia toda ordenada, toda rígida: esto no es del Espíritu Santo». Y debemos superar esto, y hacer que la esperanza brote en esta rigidez. Y también depende de nosotros superar la tentación de preocuparnos sólo de nuestros problemas, de conmovernos con las tragedias del mundo, de compadecernos del dolor». Por ello, los cristianos están llamados a ser como las hojas, «a absorber la contaminación que nos rodea y transformarla en bien»: “No hace falta hablar de los problemas, polemizar, escandalizarse -todos sabemos hacerlo-; hay que imitar a las hojas, que discretamente transforman el aire sucio en aire limpio cada día. Jesús quiere que seamos «convertidores del bien»: personas que, inmersas en el aire pesado que todos respiran,

12
Nov

Papa Francisco en la UNESCO: el Evangelio es el mensaje más humanizador

Vaticano.- Con motivo del 75º aniversario del nacimiento de la agencia de las Naciones Unidas, Francisco subraya en un videomensaje su servicio común a la paz y la solidaridad, al desarrollo de la persona y a la protección del patrimonio cultural «Felicidades»: así se dirige el Papa Francisco a la UNESCO, que ha cumplido el 75 aniversario de su fundación, en un videomensaje. Expresa su más sincera felicitación y recuerda la «relación privilegiada» con la Iglesia. «La Iglesia -subraya el Papa- está al servicio del Evangelio, y el Evangelio es el mensaje más humanizador que conoce la historia». Es, especifica Francisco, «un mensaje de vida, libertad y esperanza que ha inspirado innumerables iniciativas educativas en todas las épocas y lugares, y ha animado el crecimiento científico y cultural de la familia humana». Precisamente a la luz del mensaje evangélico, las líneas de actuación con la Unesco son similares. Por ello, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura es un colaborador privilegiado de la Santa Sede en el servicio común a la paz y la solidaridad entre los pueblos, al desarrollo integral de la persona humana y a la protección del patrimonio cultural de la humanidad. Más de 20 jefes de Estado participarán en la ceremonia del 75º aniversario de la Unesco, que se retransmitirá en directo a través de las redes sociales del organismo. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con sede en París, se fundó el 16 de noviembre de 1945 con el objetivo de fomentar la paz y el entendimiento intercultural entre los Estados a través de la educación, la ciencia y la cultura, pero sólo un año más tarde, el 4 de noviembre de 1946, se constituyó formalmente con la ratificación de otros 20 países, además de los primeros firmantes. La misión de la UNESCO es también proteger y salvaguardar los lugares del mundo considerados excepcionales por su valor y belleza cultural o natural. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News12 de noviembre de 2021

12
Nov

Papa Francisco: Es hora de que los pobres vuelvan a tener voz y sean escuchados

Vaticano.- Discurso del Papa Francisco en el encuentro de oración y testimonios en ocasión de la celebración de la quinta Jornada Mundial de los pobres en Asís, y que se celebrará mundialmente el domingo. En su discurso, el Papa pide que se escuchen a los pobres, que el mundo se vuelva sensible y se escandalice ante la realidad de los niños hambrientos, esclavizados, náufragos, víctimas inocentes de todo tipo de violencia. El Papa Francisco tuvo este emotivo encuentro con los pobres en la ciudad de San Francisco de Asís, el poverello. Se encontró con 500 pobres y recibió los testimonios de algunos de ellos, en la celebración de la quinta Jornada Mundial de los pobres. En su discurso, el Pontífice agradeció a Dios por la idea de haber creado la Jornada, que nació de una forma extraña: «En una sacristía. Estaba a punto de celebrar la misa y uno de ustedes – se llama Etienne, ¿lo conocen? Es un enfant terrible… Etienne me dio la sugerencia: «Hagamos una Jornada de los Pobres». Salí y sentí que el Espíritu Santo, en mi interior, me decía que lo hiciera. Así es como empezó: a partir de la valentía de uno de ustedes que tiene el valor de llevar las cosas adelante. [Le agradezco su trabajo en estos años y el de tantos que le acompañan, y quiero agradecer -perdón, Eminencia- la presencia del cardenal: él está entre los pobres, él también ha sufrido con dignidad la experiencia de la pobreza, del abandono, de la desconfianza. Y se ha defendido con el silencio y la oración. Gracias, Cardenal Barbarin, por su testimonio que edifica a la Iglesia».  «Ya es hora que los pobres vuelva a tener voz» “Ya es hora de que los pobres vuelvan a tener la palabra, porque durante demasiado tiempo sus demandas no han sido escuchadas. Es hora de que abran los ojos para ver el estado de desigualdad en el que viven tantas familias. Es hora de arremangarse para recuperar la dignidad creando puestos de trabajo. Es hora de volver a escandalizarse ante la realidad de los niños hambrientos, esclavizados, náufragos, víctimas inocentes de todo tipo de violencia. Es hora de que la violencia contra las mujeres se detenga y de que se las respete y no se las trate como mercancías. Es hora de romper el círculo de la indiferencia y descubrir de nuevo la belleza del encuentro y del diálogo”. Es este el llamamiento que pide el Papa al mundo, que se movilice esta solidaridad, que no deja de clamar el Santo Padre, sobre todo hacia los más necesitados. El Papa resaltó además la importancia del encuentro: encontrarse es lo primero, dijo, es ir hacia el otro con el corazón abierto y la mano tendida.  Porque cada uno de “nosotros necesita al otro, e incluso la debilidad, si la experimentamos juntos, puede convertirse en una fuerza que mejore el mundo. Es hora de reunirse. Es el momento del encuentro. Si la humanidad, si los hombres y las mujeres no aprendemos a encontrarnos, nos dirigimos a un final muy triste». El Pontífice aseveró que en las sociedades se ve la presencia de los pobres con fastidio y se aguanta; “a veces oímos que son los pobres los responsables de la pobreza. Para no hacer un serio examen de conciencia sobre sus propios actos, sobre la injusticia de ciertas leyes y medidas económicas, un examen de conciencia sobre la hipocresía de los que quieren enriquecerse sin medida, echan la culpa a los más débiles”, manifestó. Resistir Escuchando los testimonios de algunos de ellos, el Papa agradeció la sinceridad con la que compartieron sus vidas con los demás. Han abierto “sus corazones con el deseo de ser comprendidos”. Testimonios que han entrado en el corazón del Papa Francisco, como la esperanza. Porque, dijo, no obstante “la vida no siempre ha sido amable con ellos… y  a menudo les ha mostrado una cara cruel: la marginación, el sufrimiento de la enfermedad y la soledad”. Sin embargo, señaló el Santo Padre, la falta de muchos medios necesarios no les ha impedido mirar con ojos llenos de gratitud las pequeñas cosas que les han permitido aguantar. Lo segundo que le ha impresionado a Francisco, es que cada uno de esos testimonios resistió a cada desaventura, a cada obstáculo. Resistir, señaló el Papa es tener la fuerza para seguir adelante a pesar de todo. Resistir surge de la esperanza de un futuro mejor. El Papa agregó: “La resistencia no es una acción pasiva, al contrario, requiere el valor de emprender un nuevo camino sabiendo que dará sus frutos. Resistir significa encontrar razones para no rendirse ante las dificultades, sabiendo que no las vivimos solos sino juntos, y que sólo juntos podemos superarlas. Resistir toda tentación de abandonar y caer en la soledad o la tristeza. Resistir aferrándonos a la pequeña o escasa riqueza que podamos tener: pienso en la chica de Afganistán, con su frase lapidaria: mi cuerpo está aquí, mi alma está allí. Resistiendo con la memoria, hoy: pienso en la madre rumana que habló al final. Dolor, esperanza y sin salida, pero fuerte esperanza en los niños que la acompañan y le devuelven la ternura que recibieron de ella». La acogida Repasando la historia del Santo de los pobres, el Pontífice recordó que, en la Porciúncula, desde donde se llevó a cabo el encuentro, San Francisco acogió a Santa Clara, a los primeros frailes y a muchos pobres que acudían a él. Con sencillez, dijo, los recibió como hermanos y hermanas, compartiendo todo con ellos. La acogida al otro, dijo Francisco, es “la expresión más evangélica que estamos llamados a hacer nuestra”.  Acoger es “abrir la puerta, la de la casa y la del corazón, y dejar entrar a los que llaman. Y que se sientan a gusto, no asombrados. Donde hay un verdadero sentido de la fraternidad, hay también la experiencia sincera de la acogida”. Acoger al otro, manifestó, con una sonrisa, como Madre Teresa, que como explicó el Papa, hizo

11
Nov

Papa Francisco: los gobiernos deben luchar contra la pornografía infantil, es como la mafia

Vaticano.- En una entrevista con Paris Match, el Papa Francisco utilizó palabras fuertes contra los responsables de la producción de pornografía infantil. Para el escándalo de los abusos en la Iglesia repite la palabra «vergüenza». Los grupos responsables de la producción de pornografía infantil «se comportan como mafias que se esconden y defienden» y «los gobiernos deben tomar medidas» contra este fenómeno «lo antes posible». Así lo dijo el Papa Francisco en una entrevista con Caroline Pigozzi para la revista francesa Paris Match, al tiempo que calificó de «vergüenza» el escándalo de los abusos en la Iglesia. Lucha contra Covid en favor de los más pobres A la pregunta de qué puede hacer la Iglesia para que la lucha contra el Covid no beneficie a unos pocos, como las empresas farmacéuticas que producen las vacunas, Francisco respondió describiendo el eficaz trabajo de la Comisión vaticana creada en el seno del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que ha implicado a Iglesias, instituciones y voluntarios en acciones concretas para combatir la pandemia sobre el terreno. Algunos de los retos actuales  A continuación, el Papa habló de los proyectos futuros, de los «nuevos desafíos a los que hay que prepararse», de la reforma de la Curia: «Desde mi elección al trono de Pedro, he tratado de poner en práctica lo que los cardenales pidieron durante las reuniones previas al cónclave. No todo se ha conseguido hasta ahora». Santo Padre, ¿cómo está? También le preguntó por su salud, unos meses después de la operación a la que se sometió en el Hospital Gemelli: «Está bien», respondió el Papa, «llevo una vida normal y puedo trabajar al mismo ritmo que antes. La entrevista aparecerá en el libro «Pourquoi eux» (Por qué ellos), publicado por la editorial Plon, que saldrá a la venta el 18 de noviembre, en el que Caroline Pigozzi relata sus encuentros con Papas, jefes de Estado y otras personalidades.

11
Nov

Papa Francisco: “No hay paz sin un compromiso por el desarme integral”

Vaticano.- “Promover la paz, la buena gobernanza y un futuro mejor para todos; que ayude a salir mejor de la pandemia del Covid-19”, los temas al centro del Mensaje del Santo Padre a los participantes en el IV Foro de París sobre la paz, reunidos del 11 al 13 de noviembre de 2021. “Mi esperanza es que la tradición cristiana, especialmente la doctrina social de la Iglesia, así como otras tradiciones religiosas, puedan ayudar a llevar a su reunión la esperanza fiable de que la injusticia y la violencia no son inevitables, no son nuestro destino”, lo escribe el Papa Francisco en su Mensaje a los participantes en el IV Foro de París sobre la paz, reunidos del 11 al 13 de noviembre de 2021, a través de una plataforma interactiva, buscan soluciones para superar las brechas sociales que se han agravado con la crisis del Covid-19 y para impulsar una reactivación económica que sea inclusiva y solidaria. A los Jefes de Estado, representantes de organizaciones internacionales y de la sociedad civil, ministros y empresarios, el Santo Padre les agradeció por la oportunidad de este encuentro y reflexión para “promover la paz, la buena gobernanza y un futuro mejor para todos; que ayude a salir mejor de la pandemia del Covid-19”. “Volver a la normalidad” es volver a las viejas estructuras sociales En este momento histórico, señala el Papa, la familia humana se enfrenta a una elección, y se pregunta por un «regreso a la normalidad», a la realidad que conocíamos antes de la pandemia, caracterizada porque “la riqueza y el crecimiento económico estaban reservados a una minoría, mientras millones de personas no podían satisfacer sus necesidades más básicas y llevar una vida digna”. Una realidad “herida por las guerras y los experimentos con armas de destrucción masiva”. En este sentido, afirma el Pontífice, el regreso a la normalidad significaría también un retorno a las viejas estructuras sociales inspiradas en «la autosuficiencia, el nacionalismo, el proteccionismo, el individualismo y el aislamiento» y la exclusión de nuestros hermanos más pobres. No puede haber paz sin la cooperación para el desarme integral El Papa Francisco también señala que, no puede haber cooperación que genere la paz sin un compromiso colectivo concreto con el desarme integral. El gasto militar en todo el mundo, precisa el Papa, ha superado ya el nivel registrado al final de la «guerra fría» y aumenta sistemáticamente cada año. “En efecto, las clases dirigentes y los gobiernos justifican este rearme remitiéndose a una idea abusiva de disuasión basada en el equilibrio de los armamentos. Desde esta perspectiva, los Estados se inclinan por perseguir sus intereses principalmente sobre la base del uso o la amenaza de la fuerza”. Sin embargo, este sistema no garantiza la construcción y el mantenimiento de la paz. La idea de la disuasión, de hecho, ha resultado ser en muchos casos falaz, provocando grandes tragedias humanitarias. El Santo Padre también indica que, hay que destacar que la lógica de la disuasión se ha asociado a la lógica del mercado liberal, según la cual el armamento puede considerarse del mismo modo que el resto de los productos manufacturados y, por lo tanto, como tal, puede comercializarse libremente en todo el mundo. Por ello, no es casualidad que durante años hayamos asistido acríticamente a la expansión del mercado de armas a nivel mundial. La esperanza nos invita a soñar en grande Asimismo, el Santo Padre señala que, la pandemia ha sido una revelación para todos nosotros sobre las limitaciones y deficiencias de nuestras sociedades y estilos de vida. Y, sin embargo, en medio de esta realidad sombría, necesitamos esperar, porque la esperanza es «un generador de energía, que estimula la inteligencia y da a la voluntad todo su dinamismo». La esperanza nos invita a soñar en grande y a dar cabida a la imaginación de nuevas posibilidades. La esperanza es audaz y fomenta la acción basada en el conocimiento de que la realidad puede cambiar. La esperanza responsable nos permite rechazar la tentación de las soluciones fáciles y nos da el coraje de avanzar por el camino del bien común, del cuidado de los pobres y de la casa común. Sigue el buen camino para encontrar la paz Finalmente, el Papa concluye invitando a no desperdiciar esta oportunidad de mejorar nuestro mundo; de adoptar con decisión formas más justas de lograr el progreso y construir la paz. Animados por esta convicción, es posible generar modelos económicos que sirvan a las necesidades de todos preservando los dones de la naturaleza, así como políticas de futuro que promuevan el desarrollo integral de la familia humana. “Afrontemos juntos esta crisis mientras tratamos de curar las profundas heridas de la familia humana”. Que nos inspire esta palabra que el profeta Jeremías dirigió al pueblo en un tiempo de gran crisis: «Detente en las calles y mira, / pregunta por los caminos del pasado, / donde está el buen camino, síguelo, para que encuentres la paz para tu vida» (Jer 6,16). Prensa CEVNota de prensa de Vatican News11 de noviembre de 2021

11
Nov

Papa Francisco: Integrar a inmigrantes es un regalo que invita a sociedad a crecer

Vaticano.- Discurso del Papa Francisco a los participantes en el congreso: “Los italianos en Europa y la misión cristiana”, organizado por la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana. Al integrar a inmigrantes italianos en Europa se puede “respirar el aire de una diversidad que regenera la unidad y pueden alimentar el rostro de la catolicidad En su discurso a los 200 participantes en el congreso, el Papa, reflexionando sobre el tema que está guiando los trabajos del encuentro, observa por “por un lado, la preocupación pastoral que siempre nos empuja a conocer la realidad, en este caso la movilidad italiana; y, por otro, el deseo misionero de que esto sea fermento, levadura de nueva evangelización en Europa”, de allí que el Pontífice comparta tres reflexiones que, como les dijo, espera les ayuden en el presente y en el futuro. Movilidad-migración En esta primera reflexión, el Papa habló de esa parte del nosotros, de los italianos en Italia, que se moviliza en busca de nuevos futuros. Francisco recuerda que, a menudo, se ven a los inmigrantes como “los otros” de nosotros, como los extraños. Sin embargo, se descubre, afirmó, según los datos que hablan del fenómeno, que los emigrantes, “son una parte importante de nosotros”, los emigrantes italianos son “personas cercanas a nosotros: nuestras familias, nuestros jóvenes estudiantes, licenciados, desempleados, nuestros empresarios. La migración italiana revela -como escribió el gran obispo Geremia Bonomelli, fundador de la Obra de Asistencia a los Emigrantes en Europa y Oriente Medio- una «Italia hija», en movimiento en Europa, sobre todo, y en el mundo”. Europa La segunda reflexión se refiere a Europa. La emigración italiana a los otros países europeos, refleja, señaló el Pontífice, que Europa es una casa común, que incluso la Iglesia debe considerar. La migración italiana y de otros países, está renovando el rostro de las ciudades europeas, dijo, y “alimentando «el sueño de una Europa unida, capaz de reconocer las raíces comunes y de alegrarse de la diversidad que la habita», un hermoso mosaico”, afirmó Francisco que no debe ser “marcado o corrompido por los prejuicios o el odio velado en la respetabilidad”. Es el momento en que Europa debe, con su vocación a la solidaridad en la subsidiariedad, revitalizar en el mundo actual. Testimonio de fe en emigrantes La tercera reflexión del Papa a los participantes en el congreso es la importancia del testimonio de fe de las comunidades de emigrantes italianos en los países europeos, que con su “arraigada religiosidad popular han comunicado la alegría del Evangelio, han hecho visible la belleza de ser comunidades abiertas y acogedoras, han compartido los caminos de las comunidades cristianas locales. Un estilo de comunión y de misión ha caracterizado su historia, y espero que también marque su futuro”, afirmó. Asimismo, Francisco mencionó la importancia de la memoria de las familias italianas. Abuelos que emigraron con su arraigada religiosidad siendo “generadores” en la vida cristiana. Herencia que hay que preservarla, cuidarla y revitalizar así el anuncio y el testimonio de la fe. Por medio del diálogo entre abuelos y nietos, dijo el Papa y añade: “De hecho, los jóvenes italianos que se mueven hoy por Europa son muy diferentes de sus abuelos, en cuanto a la fe, y sin embargo están generalmente muy apegados a ellos. Y es crucial que sigan apegados a sus raíces: en un momento en que se encuentran viviendo en otros contextos europeos, la savia que extraen de sus raíces, de sus abuelos, una savia de valores humanos y espirituales, es valiosa”. Si existe el diálogo entre generaciones, dijo por último el Pontífice, se podrá aprender de las expresiones de la piedad popular, sobre todo manifestó, en lo que respecta a la nueva evangelización. El Santo Padre señaló además que, si se ayuda a integrarse a los inmigrantes, éstos representan una “bendición para y en la Iglesia, una riqueza y un nuevo regalo que invita a una sociedad a crecer». Y agregó: “Si se integran, pueden ayudar a respirar el aire de una diversidad que regenera la unidad; pueden alimentar el rostro de la catolicidad; pueden dar testimonio de la apostolicidad de la Iglesia; pueden generar historias de santidad. No olvidemos, por ejemplo, que Santa Francesca Saverio Cabrini, religiosa lombarda emigrada entre emigrantes, fue la primera santa ciudadana de los Estados Unidos de América”. Las migraciones han acompañado y pueden apoyar, afirmó, por último, mediante el encuentro, la relación y la amistad, el camino ecuménico en los distintos países europeos donde los fieles pertenecen mayoritariamente a comunidades reformadas u ortodoxas. Al respecto, el Papa expresó que el trabajo pastoral de la Fundación Migrantes, y el camino sinodal de las Iglesias en Italia, “propone considerar a los migrantes como un recurso importante para la renovación y la misión de las Iglesias en Europa. Especialmente el mundo de los jóvenes en migración, a menudo desorientados y solos, debería ver una Iglesia con sus Pastores atentos, caminando con ellos y entre ellos”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News11 de noviembre de 2021

10
Nov

Papa Francisco en la catequesis: aprendamos a invocar al Espíritu Santo

Vaticano.- «Espíritu Santo, Ven»: debemos confiar que el Espíritu siempre viene a ayudar en nuestra debilidad y nos concede el apoyo que necesitamos. ¡Por tanto, aprendamos a invocar más a menudo al Espíritu Santo! Palabras del Papa en la catequesis de este miércoles 10 de noviembre, la última sobre la Carta de San Pablo a los Gálatas. El pontífice recomendó que en los momentos difíciles, como los apóstoles en la tempestad, «despertemos a Jesús que duerme». «¡Despierta a Cristo, despierta tu fe!» “No nos dejemos tomar por el cansancio”. En la última catequesis del Papa Francisco sobre la Carta de San Pablo a los Gálatas, el pontífice reflexionó sobre la fuerza del Espíritu del Apóstol, que, encontrando a Cristo Resucitado, transformó toda su vida. A lo largo de la Carta el apóstol “nos ha hablado como evangelizador, como teólogo y como pastor”, dijo el Papa. Y “podemos decir que el apóstol Pablo ha sido capaz de dar voz” al silencio de Dios. San Pablo, “verdadero teólogo” que contempló el misterio de Cristo “fue capaz de ejercer su misión pastoral hacia una comunidad perdida y confundida”, con “métodos diferentes”: “usó de vez en cuando la ironía, el rigor, la mansedumbre… Reclamó su propia autoridad de apóstol, pero al mismo tiempo no escondió la debilidad de su carácter”. “En su corazón la fuerza del Espíritu realmente escavó: el encuentro con Cristo Resucitado conquistó y transformó toda su vida, y la dedicó íntegramente al servicio del Evangelio. Este es Pablo.” El apóstol que defendió “la libertad llevada por Cristo con una pasión que todavía hoy conmueve”, “estaba convencido de haber recibido una llamada a la que solo él podía responder”; y quiso explicar a los cristianos de Galacia “que también ellos estaban llamados a esa libertad, que les liberaba de toda forma de esclavitud, porque les hacía herederos de la promesa antigua y, en Cristo, hijos de Dios”.  “Él era consciente de los riesgos que comporta la libertad cristiana, pero él no minimizó las consecuencias. Reiteró con parresia, es decir, con coraje a los creyentes que la libertad no equivale en absoluto a libertinaje, ni conduce a formas de presuntuosa autosuficiencia. Al contrario, Pablo ha puesto la libertad en la sombra del amor y ha establecido su coherente ejercicio en el servicio de la caridad.” Haciendo presente una definición de los cristianos en las Escrituras, que dice que los cristianos “no somos personas que retroceden, que se vuelven atrás”, y la tentación a la que estamos expuestos de “ir hacia atrás para estar más seguros”, Francisco destacó la enseñanza de Pablo: que “la verdadera Ley tiene su plenitud en esta vida del Espíritu que nos ha dado Jesús”, y que “esta vida del Espíritu sólo puede vivirse en libertad”: “La libertad cristiana. Y esta es una de las cosas más hermosas. Más bellas.” Así, al finalizar este itinerario de catequesis Francisco estimó que “puede nacer en nosotros una doble actitud”. Por un lado el “entusiasmo”, sintiéndonos “impulsados a seguir en seguida el camino de la libertad,” a “caminar según el Espíritu”. Y por otro lado, la consciencia de nuestros proprios límites “porque tocamos con la mano cada día lo difícil que es ser dóciles al Espíritu”.  En este último caso, advirtió Francisco, puede “surgir el cansancio que frena el entusiasmo”: nos sentimos desanimados, débiles, a veces marginados respecto al estilo de vida según la mentalidad mundana. San Agustín – prosiguió el Papa – nos sugiere cómo reaccionar en esta situación, refiriéndose al episodio evangélico de la tormenta en el lago: “«La fe en Cristo en tu corazón es como Cristo presente en la nave. Escuchas insultos, te fatigas, te turbas: Cristo está dormido. ¡Despierta a Cristo, despierta tu fe! Algo puedes hacer, al menos cuando estés turbado: ¡despierta tu fe! Despierte Cristo y te diga… Despierta, pues, a Cristo… Cree lo dicho y se producirá en tu corazón una gran bonanza» (Sermones 163/B 6).” En tiempos de dificultad, pues, hay que, como los apóstoles en la tempestad “despertar a Cristo que está dormido”. “Despertar a Cristo en nuestro corazón” porque así “podremos contemplar con su mirada”, puesto que Él “ve más allá de la tormenta”: “A través de esa mirada serena, podemos ver un panorama que, solos, ni siquiera es concebible vislumbrar.” “En este camino exigente pero fascinante, el Apóstol nos recuerda que no podemos permitirnos ningún cansancio en el hacer el bien”, continuó el Papa, animando a no cansarse de “hacer el bien”. Y en toda nuestra vida “debemos confiar que el Espíritu siempre viene a ayudar en nuestra debilidad y nos concede el apoyo que necesitamos”.  “¡Por tanto, aprendamos a invocar más a menudo al Espíritu Santo! «Y Padre, ¿cómo se invoca al Espíritu Santo? Porque sé rezar al Padre, con el Padre Nuestro; sé rezar a la Virgen con el Ave María; sé rezar a Jesús con la Oración de las Llagas, pero al Espíritu… ¿Cuál es la oración del Espíritu Santo?» La oración al Espíritu Santo es espontánea: debe nacer de tu corazón. Debes pedir en los momentos de dificultad: «Espíritu Santo, ven. La palabra clave es esta: venir. Ven. Pero debes decirlo con tu lenguaje, con tus palabras. Ven porque estoy en dificultades, ven porque estoy en la oscuridad, en las tinieblas; ven porque no sé qué hacer; ven porque estoy a punto de caer. Ven. Ven. Es la palabra del Espíritu. Llama al Espíritu. Aprendamos a invocar al Espíritu Santo más a menudo.” Con palabras “sencillas”, en distintos momentos del día, se puede decir la oración que la Iglesia recita en Pentecostés: «Ven Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido. Luz que penetras las almas, fuente del mayor consuelo…».  Pero – enseñó Francisco – si no tuvieras la oración o no la encontraras, el núcleo de la oración es «ven», como rezaron la Virgen y los apóstoles en los días en que Jesús ascendió al cielo, estaban solos en el Cenáculo pidiendo: «Ven, que venga el Espíritu».  “Nos

08
Nov

Asís: el programa del Papa Francisco con los pobres

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha publicado el programa de la visita del Papa Francisco a la ciudad de Asís, Italia, el viernes 12 de noviembre, con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres. Vatican News. Este encuentro de oración y testimonio en la cuna de San Francisco da al Papa la oportunidad de visitar una vez más la ciudad del santo cuyo nombre eligió llevar cuando inició su Pontificado. Su última visita a la ciudad umbriana fue el 3 de octubre de 2020, con motivo de la firma de su encíclica Fratelli tutti. Esta vez, el programa de la visita será más concentrado durante la mañana. La llegada del Papa está prevista para las 9.00 (hora local), en helicóptero. El Santo Padre será recibido por las autoridades locales y posteriormente un grupo de pobres y personas en situación de vulnerabilidad reunidos en Asís, le darán la bienvenida en el atrio de la basílica. Los pobres también entregarán simbólicamente al Papa Francisco la capa y el bastón de peregrino, indicando que todos han venido como peregrinos al lugar de San Francisco, para escuchar su palabra. Diálogo entre los pobres y el Papa Seis personas que viven en la pobreza (dos franceses, un polaco, un español y dos italianos) darán su testimonio al Santo Padre, que a su vez responderá y conversará con ellos. A las 10.30 horas habrá una pausa durante la cual se ofrecerá un refrigerio a los presentes. A las 11:00, volverán juntos  a la Basílica para un momento de oración. Después, el Papa repartirá unos regalos y ofrecerá su saludo final. A continuación, Francisco regresará al Vaticano en helicóptero mientras las personas en situación de pobreza serán recibidos para el almuerzo por el obispo de Asís, monseñor Domenico Sorrentino. Prensa CEVNota de Vatican News08 de noviembre de 2021

08
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Papa Francisco: Vivir la fe con un humilde amor a Dios, entregándolo todo a Dios

El Pontífice nos alertó en su alocución sobre las falsedades del corazón, sobre la hipocresía, ¡que es una enfermedad peligrosa del alma!, y es algo que se ve en tanto lugares, señaló, es el clericalismo. Francisco nos aconsejó que sigamos el modelo de la viuda del Evangelio de hoy, “aprendamos de ella: una fe sin adornos externos, sino sincera interiormente; una fe hecha de humilde amor a Dios y a los hermanos”. Vaticano. El Papa Francisco, en su alocución antes del rezo mariano del Ángelus, retomando el Evangelio del día, afirmó que la Liturgia de hoy nos “pone delante de un sorprendente contraste”: los ricos, que dan lo superfluo para hacerse ver, y una pobre mujer que, sin aparentar, ofrece lo poco que tiene. “Jesús mira dos escenas. Y es precisamente este verbo –“mirar”- que resume su enseñanza: a quien vive la fe con duplicidad, a esos escribas, “debemos mirar” para no convertirnos como ellos; mientras que a la viuda debemos “mirarla” para tomarla como modelo. Detengámonos en esto: tener cuidado con los hipócritas y mirar a la pobre viuda”.  “No ser hipócritas, viviendo de la apariencia” Francisco nos alertó sobre todo, a no seguir el modelo hipócrita de los escribas, que “cubrían, con el nombre de Dios, la propia vanagloria y, aún peor, usaban la religión para atender sus negocios, abusando de su autoridad y explotando a los pobres”. El Papa nos pide que no sigamos el modelo de los hipócritas, que basan su vida en el culto de la “apariencia, de la exterioridad, sobre el cuidado exagerado de la propia imagen. Y, sobre todo, estar atentos a no doblegar la fe a nuestros intereses”. Una advertencia, la de Francisco, actual, hoy y siempre, actual para cada uno de nosotros, para la Iglesia y la sociedad. Y se ve tanto en muchos lugares, dijo, es el clericalismo. Pidió que no nos aprovechemos nunca de nuestro papel, de nuestro cargo, para “aplastar a los demás, ¡nunca ganar sobre la piel de los más débiles! Y estar alerta, para no caer en la vanidad, para no obsesionarnos con las apariencias, perdiendo la sustancia y viviendo en la superficialidad”. Nos invita a cuestionarnos en nuestras acciones y en lo que pregonamos, hacer ese examen de conciencia, preguntarnos si deseamos ser apreciados y gratificados o damos un servicio a Dios y al prójimo, especialmente a los más débiles. El Pontífice nos alertó en esta alocución sobre las falsedades del corazón, sobre la hipocresía, ¡que es una enfermedad peligrosa del alma! Señaló. La hipocresia afirmó, es un juzgar por debajo, aparecer de un modo y por debajo tener otro pensamiento,  personas con el alma doble. Sanar de la hipocresía siguiendo el modelo de la viuda Tras alertarnos para que no caigamos en la falsedad, en la hipocresía, abusando de los más débiles, Jesús, dijo el Papa, nos invita a seguir el modelo de la pobre viuda, a mirar a la pobre viuda, para sanar de la enfermedad de la hipocresía. “El Señor denuncia la explotación hacia esta mujer, que para dar la ofrenda, debe volver a casa sin siquiera lo poco que tiene para vivir. ¡Qué importante es liberar lo sagrado de las ataduras con el dinero! Pero, al mismo tiempo, Jesús alaba el hecho de que esta viuda da al Tesoro todo lo que tiene. No le queda nada, pero encuentra en Dios su todo. No teme perder lo poco que tiene, porque tiene la confianza en el tanto de Dios, que multiplica la alegría de quien dona”. En su alocución, Francisco nos recordó que Jesús propone la viuda, como maestra de fe: “Ella no frecuenta el Templo para tener la conciencia tranquila, no reza para hacerse ver, no hace alarde de su fe, sino que dona con el corazón, con generosidad y gratuidad. Sus monedas tienen un sonido más bonito que las grandes ofrendas de los ricos, porque expresan una vida dedicada a Dios con sinceridad, una fe que no vive de apariencias sino de confianza incondicional”. Francisco nos alertó de no ser hipócritas, una enfermedad peligrosa, que la podemos curar, aprendiendo del ejemplo de la viuda, con su fe “sin adornos externos, sino sincera interiormente; con su fe hecha de humilde amor a Dios y a los hermanos”. Prensa CEVNota de Vatican News08 de noviembre de 2021