Categoría: Papa Francisco

16
Mar

Papa Francisco en la Catequesis: El mundo necesita jóvenes fuertes y ancianos sabios

Vaticano.- ¿En qué sentido la vejez puede salvar el mundo? Esta fue la pregunta al centro de la catequesis del Santo Padre, de este miércoles 16 de marzo, en el cual reflexionó sobre la figura de Noé como ejemplo de la vejez que genera vida, que no se queja ni recrimina, sino que mira al futuro con confianza, respeta la creación y cuida la vida de todos. “La vejez está en condiciones de captar el engaño de esta normalización de una vida obsesionada por el disfrute y vacía de interioridad: vida sin pensamiento, sin sacrificio, sin interioridad, sin belleza, sin verdad, sin justicia, sin amor”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles, 16 de marzo, continuando con su ciclo de catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez, meditando en es esta ocasión sobre la ancianidad como un recurso para la eterna juventud. Noé elegido para salvar al hombre del diluvio En su catequesis de este miércoles, Santo Padre comentó el capítulo 6 del Libro del Génesis, que no habla de como Noé, que era el más anciano de todos, fue elegido por Dios para salvar al hombre de la corrupción y del diluvio. “Dios estaba tan amargado por la difundida maldad de los hombres, que se había convertido en una forma de vida normal, que pensó que se había equivocado al crearlos y decidió eliminarlos. Una solución radical – precisó el Papa – incluso podría tener un giro paradójico de misericordia. No más humanos, no más historia, no más juicio, no más condena. Y muchas víctimas predestinadas por la corrupción, la violencia, la injusticia se salvarían para siempre”. Tensiones opuestas: juventud eterna y catástrofe final En este sentido, el Papa Francisco señaló que, a veces también a nosotros – abrumados por el sentido de impotencia contra el mal o desmoralizados por los “profetas de la fatalidad” – nos sucede lo mismo, pensamos que seria mejor no haber nacido. “De hecho, estamos bajo presión, expuestos a tensiones opuestas que nos confunden. Por un lado, tenemos el optimismo de una juventud eterna, encendido por los progresos extraordinarios de la técnica, que pinta un futuro lleno de máquinas más eficientes y más inteligentes que nosotros, que curarán nuestros males y pensarán por nosotros las mejores soluciones para no morir. Por otro lado, nuestra fantasía parece cada vez más concentrada en la representación de una catástrofe final que nos extinguirá. El ‘día después’ – si aún habrá días y seres humanos – se deberá empezar de cero”. “No quiero hacer banal el tema del progreso, naturalmente. Pero parece que el símbolo del diluvio esté ganando terreno en nuestro inconsciente. La pandemia actual, además, hipoteca, de forma no leve, nuestra representación despreocupada de las cosas que importan, para la vida y para su destino” ¿La vejez salvará el mundo? En el pasaje bíblico, explicó el Santo Padre, cuando se trata de poner a salvo de la corrupción y del diluvio la vida de la tierra, Dios encomienda el trabajo a la fidelidad del más anciano de todos, el “justo” Noé. En este contexto, una palabra de Jesús, que evoca “los días de Noé”, y que lo encontramos en el Evangelio de Lucas (Lc 17,26-27), nos ayuda a profundizar el sentido de la página bíblica que hemos escuchado. “De hecho, comer y beber, tomar mujer o marido, son cosas muy normales y no parecen ejemplos de corrupción”. En realidad, Jesús destaca el hecho de que los seres humanos, cuando se limitan a disfrutar de la vida, pierden incluso la percepción de la corrupción, que mortifica la dignidad y envenena el sentido. Y viven sin preocupación también la corrupción, como si fuera parte de la normalidad del bienestar humano. “Los bienes de la vida son consumidos y disfrutados sin preocupación por la calidad espiritual de la vida, sin cuidado por el hábitat de la casa común. Sin preocuparse por la mortificación y del abatimiento que muchos sufren, y tampoco del mal que envenena la comunidad” La corrupción puede volverse normalidad Lamentablemente, el Santo Padre indicó que la corrupción puede volverse normalidad. “La corrupción obtiene gran ventaja de esta despreocupación que no es buena:  ablanda nuestras defensas, ofusca la conciencia y nos hace – también involuntariamente – cómplices”. Ante ello, la vejez está en condiciones de captar el engaño de esta normalización de una vida obsesionada por el disfrute y vacía de interioridad: vida sin pensamiento, sin sacrificio, sin interioridad, sin belleza, sin verdad, sin justicia, sin amor. La sensibilidad especial de la edad anciana por las atenciones, los pensamientos y los afectos que nos hacen más humanos, debería volver a ser una vocación para muchos. Y será una elección de amor de los ancianos hacia las nuevas generaciones. La bendición de Dios elige la vejez, por este carisma tan humano y humanizador. Noé es el ejemplo de esta vejez generativa Noé, precisó el Pontífice, no hace predicaciones, no se lamenta, no recrimina, pero cuida del futuro de la generación que está en peligro. Construye el arca de la acogida y hace entrar hombres y animales. En el cuidado por la vida, en todas sus formas, Noé cumple el mandamiento de Dios repitiendo el gesto tierno y generoso de la creación, que en realidad es el pensamiento mismo que inspira el mandamiento de Dios: una bendición, una nueva creación. La vocación de Noé permanece siempre actual. Y nosotros, mujeres y hombres de cierta edad, no olvidemos que tenemos la posibilidad de la sabiduría, de decir a los demás: «Mira, este camino de corrupción no lleva a ninguna parte». Debemos ser como el buen vino -el buen vino- que al final, cuando es viejo, puede dar un buen mensaje y no uno malo. Por ello, el Papa hizo un llamamiento a todos los que tienen «cierta edad», que tienen la responsabilidad de denunciar la corrupción humana en la que vivimos y en la que sigue esta forma de vivir del relativismo, totalmente relativa, como si todo fuera lícito. Sigamos adelante.

15
Mar

25 de marzo: Papa Francisco consagrará Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María

Vaticano.- «El viernes 25 de marzo, durante la Celebración de la Penitencia que presidirá a las 17 horas en la Basílica de San Pedro -comunica el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni-, el Papa Francisco consagrará a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María. El mismo acto, el mismo día, será realizado en Fátima por el cardenal Krajewski, limosnero pontificio, como enviado del Papa». «El viernes 25 de marzo, durante la Celebración de la Penitencia que presidirá a las 17 horas en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco consagrará a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María. El mismo acto, el mismo día, será realizado en Fátima por el cardenal Konrad Krajewski, limosnero pontificio, como enviado del Santo Padre». Así lo anunció el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni. Para la consagración se eligió el día de la fiesta de la Anunciación del Señor. En la aparición del 13 de julio de 1917 en Fátima, Nuestra Señora pidió la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, afirmando que, si no se concedía esta petición, Rusia extendería «sus errores por todo el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia». «Los buenos -añadió- serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán destruidas». Después de las apariciones de Fátima hubo varios actos de consagración al Corazón Inmaculado de María: Pío XII, el 31 de octubre de 1942, consagró el mundo entero y el 7 de julio de 1952 consagró los pueblos de Rusia al Corazón Inmaculado de María en la Carta Apostólica Sacro vergente anno: «Así como hace unos años consagramos el mundo entero al Corazón Inmaculado de la Virgen Madre de Dios, ahora, de manera muy especial, consagramos todos los pueblos de Rusia al mismo Corazón Inmaculado». El 21 de noviembre de 1964, Pablo VI renovó la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado en presencia de los Padres del Concilio Vaticano II. El Papa Juan Pablo II compuso una oración para lo que llamó un «Acto de Encomienda» que se celebraría en la Basílica de Santa María la Mayor el 7 de junio de 1981, solemnidad de Pentecostés. Este es el texto: Madre de los hombres y de los pueblos, Tú conoces todos sus sufrimientos y sus esperanzas, Tú sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas que sacuden al mundo, acoge nuestro grito dirigido en el Espíritu Santo directamente a tu Corazón y abraza con el amor de la Madre y de la Esclava del Señor a los que más esperan este abrazo, y, al mismo tiempo, a aquellos cuya entrega Tú esperas de modo especial. Toma bajo tu protección materna a toda la familia humana a la que, con todo afecto a ti, Madre, confiamos. Que se acerque para todos el tiempo de la paz y de la libertad, el tiempo de la verdad, de la justicia y de la esperanza. Luego, para responder más plenamente a las peticiones de la Virgen, quiso explicitar durante el Año Santo de la Redención el acto de entrega del 7 de junio de 1981, repetido en Fátima el 13 de mayo de 1982. En memoria del Fiat pronunciado por María en el momento de la Anunciación, el 25 de marzo de 1984 en la Plaza de San Pedro, en unión espiritual con todos los Obispos del mundo, previamente «convocados», Juan Pablo II confía todos los pueblos al Corazón Inmaculado de María: Y por eso, oh Madre de los hombres y de los pueblos, Tú que conoces todos sus sufrimientos y esperanzas, Tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, que sacuden hoy al mundo, acoge nuestro grito que, movidos por el Espíritu Santo, dirigimos directamente a Tu Corazón: abraza con el amor de la Madre y Sierva del Señor, este nuestro mundo humano, que te confiamos y consagramos, llenos de inquietud por el destino terrenal y eterno de los hombres y de los pueblos. De manera especial, te encomendamos y consagramos a aquellos hombres y naciones que tienen especial necesidad de esta encomienda y consagración. En junio de 2000, la Santa Sede reveló la tercera parte del secreto de Fátima, y el entonces arzobispo Tarcisio Bertone, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, señaló que Sor Lucía, en una carta de 1989, había confirmado personalmente que ese acto solemne y universal de consagración correspondía a lo que quería la Virgen: «Sí, se hizo -dijo la vidente- tal como Nuestra Señora había pedido, el 25 de marzo de 1984». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News15 de marzo de 2022

14
Mar

El Papa pide el fin de la guerra en Ucrania: «En nombre de Dios, ¡detengan esta masacre!»

«Ante la barbarie de la matanza de niños, inocentes y civiles indefensos, no hay razones estratégicas que valgan: lo único que hay que hacer es poner fin a la inaceptable agresión armada, antes de que reduzca las ciudades a cementerios», dijo el Santo Padre tras haber rezado el Ángelus dominical en la plaza de San Pedro. Vaticano. El Papa Francisco lanzó un nuevo y contundente llamamiento pidiendo por la paz y el cese de la guerra en Ucrania, este 13 de marzo, segundo domingo de Cuaresma, después de haber rezado la oración del Ángelus junto a los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.  «Acabamos de rezar a la Virgen María», dijo el Santo Padre en su alocución, recordando que esta semana la ciudad ucraniana que lleva su nombre, Mariupol, se ha convertido en una ciudad mártir en la desgarradora guerra que asola a este país: «Ante la barbarie de la matanza de niños, inocentes y civiles indefensos, no hay razones estratégicas que valgan: lo único que hay que hacer es poner fin a la inaceptable agresión armada, antes de que reduzca las ciudades a cementerios», añadió. El Papa une su voz por el fin de la guerra En este sentido, expresando el dolor que siente en su corazón, Francisco unió su voz «a la del pueblo común, que implora el fin de la guerra». «En nombre de Dios, que se escuchen los gritos de los que sufren y que cesen los bombardeos y los ataques. Que haya un enfoque real y decisivo en la negociación, y que los corredores humanitarios sean efectivos y seguros. En nombre de Dios, les pido: ¡detengan esta masacre!», aseveró. «En los refugiados, Cristo está presente» Asimismo, el Pontífice renovó una vez más, su llamamiento a la acogida de los numerosos refugiados, «en los que Cristo está presente», y dio gracias por la gran red de solidaridad que se ha formado: «Pido a todas las comunidades diocesanas y religiosas que aumenten los momentos de oración por la paz. Aumentar los momentos de oración por la paz. Dios es sólo Dios de la paz, no es Dios de la guerra, y los que apoyan la violencia profanan su nombre. Ahora recemos en silencio por los que sufren y para que Dios convierta los corazones en una firme voluntad de paz». Finalmente, el Papa saludó a todos los romanos y peregrinos llegados de Italia y de diferentes países, en particular, a los fieles de las diócesis de Nápoles, Fuorigrotta, Pianura, Florencia y Carmignano; así como a la delegación del Movimiento No Violento. Prensa CEVNota de Vatican News14 de marzo de 2022

14
Mar

«Todos reconciliados en Jesús», lema del Viaje del Papa a la R.D. Congo

La Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó este 14 de marzo el lema y el logotipo del viaje que el Papa Francisco realizará del 2 al 5 de julio próximos a la República Democrática del Congo. Vaticano. “Todos reconciliados en Jesús” es el lema del 37 Viaje Apostólico Internacional que el Papa Francisco realizará a la República Democrática del Congo del 2 al 5 de julio de este 2022. El comité organizador local publica hoy, a través de la Oficia de prensa de la Santa Sede, también el logotipo del viaje, conformado por un mapa cuyos contornos se reproducen con los colores de la bandera. Dentro del mapa se presentan algunos elementos de la biodiversidad del país.  El mapa se abre hacia el oeste para mostrar la acogida que tendrá este gran acontecimiento y los frutos que llevará, y los colores de la bandera, sabiamente distribuidos, tal como explica el comité, son muy expresivos. Entrando en los particulares, el color amarillo, en todos sus aspectos, simboliza la riqueza del país: fauna y flora, terrestre y subterránea. El color rojo representa la sangre derramada por los mártires, como sigue ocurriendo hoy en día en la parte oriental del país. El color azul de la parte superior pretende expresar el deseo más ardiente de todo congoleño: la paz.  A la izquierda del mapa, una cruz azul pretende traducir la devoción del pueblo congoleño a la Virgen, Nuestra Señora del Congo, que lleva y sostiene las oraciones de toda la nación a Cristo Redentor, “nuestra fuerza” afirman los organizadores. En color rojo, tres personas representadas son un símbolo de fraternidad: hombres y mujeres, adultos y niños, unidos en un solo hombre. La imagen bajo la cruz quiere expresar el deseo de alcanzar esa fraternidad, que sólo puede ser un don de Dios. Los brillantes colores utilizados pretenden expresar el sentimiento y el dinamismo que caracteriza al pueblo congoleño, dispuesto a acoger con alegría y unidad al Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro.  Una palma hace referencia al concepto de martirio, arraigado en la historia del Congo. La palma, que expresa la victoria, el renacimiento y la inmortalidad, hace referencia al mensaje de esperanza que ofrece la visita del Santo Padre.  En el centro de la imagen, entre la cruz y el mapa del país, por último, la bendición del Santo Padre representa una bendición y una gran alegría para la nación congoleña.  Entre los elementos de la biodiversidad representados en el logotipo se encuentran las montañas, presentes en todas las regiones de nuestro país, sobre todo en el este, donde se encuentra el volcán que, en más de una ocasión, ha entrado en erupción y ha signado el territorio y la población de Goma. El agua que fluye quiere representar la riqueza hidrográfica del país: el río Congo y sus cursos de agua, así como los diferentes lagos de nuestro país.  Un árbol junto al curso de agua quiere referirse a toda la flora del Congo y a lo que constituye la particularidad de este país, de África y del planeta. Por último, el okapi, mitad cebra y mitad jirafa, es un animal simbólico de la RDC, único país donde se encuentra y vive en estado salvaje: este representa la riqueza de la fauna congoleña.  Prensa CEVNota de Vatican News14 de marzo de 2022

14
Mar

Papa Francisco a los jesuitas: dejémonos inquietar por el grito sufriente del mundo

Este 12 de marzo, el Santo Padre pronunció su homilía en la Santa Misa en la iglesia del Gesù de Roma, y presidida por el General de la Compañía de Jesús, con ocasión del 400º aniversario de la canonización de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier. Vaticano.  “Queridos hermanos y hermanas, que el santo padre Ignacio nos ayude a custodiar el discernimiento, nuestra preciosa herencia, tesoro siempre válido para difundir en la Iglesia y en el mundo, que nos permite ‘ver nuevas todas las cosas en Cristo”, lo dijo el Papa Francisco en su homilía en la Santa Misa celebrada este 12 de marzo, en la iglesia del Gesù de Roma, y presidida por el Prepósito General de la Compañía de Jesús, el Padre Arturo Sosa Abascal, con ocasión del 400º aniversario de la canonización de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, quienes fueron proclamados santos el 12 de marzo de 1622 junto a Teresa de Jesús, Isidro Labrador y Felipe Neri. La celebración Eucarística que forma parte de la celebración del Año Ignaciano – que inició el 20 de mayo de 2021 y durará hasta el 31 de julio de 2022 – con que la Compañía de Jesús conmemora el 500° aniversario de la conversión de San Ignacio di Loyola, estuvo centrado en el Evangelio de la transfiguración el cual nos presenta, dijo el Santo Padre, cuatro acciones de Jesús en las que encontramos indicaciones para nuestro camino. El primer verbo es tomar consigo El Papa Francisco comentando la primera acción de Jesús señaló que, es Él quien tomó a los discípulos, y es Él quien nos ha tomado junto a sí. Nos ha amado, nos ha elegido y nos ha llamado. “En el origen está el misterio de una gracia, de una elección. Ante todo, no hemos sido nosotros quienes tomamos una decisión, sino que fue Él quien nos llamó, sin ningún mérito de nuestra parte. Antes de ser aquellos que han hecho de su vida una ofrenda, somos quienes han recibido un regalo gratuito”. El Pontífice dijo que, nuestro camino tiene que empezar cada día desde aquí, desde la gracia original. La gracias que nos conduce a su monte santo, donde ya desde ahora nos ve para siempre con Él, transfigurados por su amor. Ahí es donde nos lleva la gracia. “Cuando experimentemos amargura y decepción, cuando nos sintamos menospreciados o incomprendidos, no caigamos en quejas y nostalgias. Son tentaciones que paralizan el camino, senderos que no llevan a ninguna parte. En cambio, a partir de la gracia, tomemos nuestra vida en nuestras manos. Y acojamos el regalo de vivir cada día como un tramo de camino hacia la meta” Tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan El Santo Padre también dijo que, el Señor toma a los discípulos juntos, los toma como comunidad. Nuestra llamada está arraigada en la comunión. “Para empezar cada día, además del misterio de nuestra elección – precisó el Papa – necesitamos revivir la gracia de haber sido acogidos en la Iglesia, nuestra santa Madre jerárquica, y por la Iglesia, nuestra esposa. Pertenecemos a Jesús, y le pertenecemos como Compañía”. No nos cansemos de pedir la fuerza para construir y conservar la comunión, para ser fermento de fraternidad para la Iglesia y para el mundo. No somos solistas que buscan ser escuchados, sino hermanos que forman un coro. Sintamos con la Iglesia, rechacemos la tentación de buscar éxitos personales y formar facciones. No nos dejemos arrastrar por el clericalismo que nos vuelve rígidos ni por las ideologías que dividen. “Los santos que hoy recordamos han sido columnas de comunión. Nos recuerdan que, en el cielo, a pesar de nuestras diferencias de carácter y de perspectiva, estamos llamados a estar juntos. Y si vamos a estar unidos para siempre allá arriba, ¿por qué no empezar desde ahora aquí abajo? Acojamos la belleza de haber sido tomados juntos por Jesús” El segundo verbo: subir. Jesús «subió a la montaña» El segundo verbo o acción de Jesús que comentó el Papa Francisco fuel el de subir a la montaña. Por ello, el camino de Jesús no es cuesta abajo, sino que es un ascenso. La luz de la transfiguración no llega en la planicie, sino después de un camino difícil. Por tanto, para seguir a Jesús hay que dejar las planicies de la mediocridad y las bajadas de la comodidad; hay que dejar los propios hábitos tranquilizadores para efectuar un movimiento de éxodo. De hecho, en lo alto de la montaña, Jesús hablaba con Moisés y Elías precisamente de su «partida […], que iba a cumplirse en Jerusalén». Moisés y Elías habían subido al monte Sinaí u Horeb, después de dos éxodos en el desierto; ahora hablan con Jesús del éxodo definitivo, el de su pascua. Hermanos, sólo la subida de la cruz conduce a la meta de la gloria. Este es el camino: de la cruz a la gloria. La tentación mundana es buscar la gloria sin pasar por la cruz. “A nosotros nos gustarían caminos conocidos, rectos y llanos, pero para encontrar la luz de Jesús es necesario que salgamos continuamente de nosotros mismos y vayamos detrás de Él. Como hemos oído, el Señor, que desde el principio «llevó afuera» a Abraham (Gn 15,5), nos invita también a nosotros a salir y a subir” Llamados a salir para ir al confín entre la tierra y el cielo Para nosotros, los jesuitas, precisó el Santo Padre, la salida y la subida siguen un camino específico, que la montaña simboliza bien. En la Escritura, la cima de las montañas representa el borde, el límite, la frontera entre la tierra y el cielo. Y estamos llamados a salir para ir precisamente allí, al confín entre la tierra y el cielo, donde el hombre se “enfrenta” a Dios con dificultad; a compartir su búsqueda incómoda y su duda religiosa. Es allí donde debemos estar, y para ello debemos salir y subir. Mientras el enemigo de la naturaleza humana quiere convencernos de que volvamos siempre sobre los mismos

11
Mar

Limosnero del Papa: llevo donde hay guerra el mensaje de paz de Francisco

Vaticano.- El limosnero papal, cardenal Konrad Krajewski, habla con los periodistas sobre su misión en Ucrania, que se prepara para salir de Leópolis hacia zonas más internas. “Estar ahí incluso en escenarios de guerra, llevando ayuda y esperanza en el seguimiento del Evangelio.” En un encuentro con periodistas en Leópolis, el cardenal Konrad Krajewski, limosnero del Papa, describió así la misión que le encomendó Francisco, llegando hasta Ucrania. El país es hoy un lugar de dolor, pero aquí es necesario estar para hacer sentir la cercanía de toda la Iglesia a una población en graves dificultades. ¿Cuál es el significado de su presencia?  Es importante estar presente en esta nación atormentada, donde la presencia es el primer nombre del amor. Y luego, por supuesto, además de la ayuda moral, además de la fe que llevamos con nosotros, también llevamos la esperanza de salir de esta terrible situación. Hay una ayuda muy concreta para Ucrania que llega a través de los canales diplomáticos, pero también a nivel local. Eminencia, ¿Es posible hablar de las negociaciones que están teniendo lugar ahora en Turquía, cuando están bombardeando hospitales como lo hicieron ayer en Mariupol, esta mañana cerca de Kiev? No soy un diplomático. Vine aquí con la lógica del Evangelio. Eso es lo que hacía Jesús: siempre estaba del lado de la gente que sufría. El Santo Padre también utiliza esta lógica del Evangelio. Por eso estamos aquí, por eso rezamos: porque nuestra arma es la fe, nuestra arma es también la esperanza. Normalmente, el Evangelio nos habla de las tres armas más sofisticadas del mundo: la oración, el ayuno y la limosna. Hoy el mundo entero está dando limosna por Ucrania. La limosna significa algo que me duele, que sufro porque tengo que compartirme con los demás -y esto ya lo hacemos, incluso en Europa pagamos facturas más altas precisamente por este conflicto que existe-… Luego está la oración, como hemos escuchado en el Evangelio que acabamos de leer: quien llama encontrará finalmente la puerta abierta, quien reza recibirá, pero hay que ser constantes. Luego está el arma muy, muy fuerte, que es el ayuno. El ayuno, es decir, invito a Dios a entrar en mí, deseo su presencia, a través del ayuno quiero apartar de mí todo lo que no le pertenece para hacerle sitio. Estas son las armas que llevamos. Quería decir una cosa más. La fe puede mover montañas, ¡no digamos las estúpidas guerras! Y esta es también la fuerza de Ucrania: con fe, con amor por su patria, con amor por sus familias, consiguen resistir, consiguen salvar su patria. Se reunió con los refugiados, quiere ir hasta Kiev… En la medida de lo posible. Sí, me voy de Leópolis y llevó este mensaje de paz del Santo Padre y la oración en la que hemos participado. Esta es nuestra arma fuerte, fuerte. También puede ser aterrador para los que atacan a Ucrania. Gracias y gracias por su presencia. Ustedes también hace mucho por Ucrania. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News11 de marzo de 2022

11
Mar

Primera reflexión de Cuaresma en el Vaticano: Redescubrir el asombro eucarístico

Vaticano.- Las reflexiones cuaresmales tendrán como objeto la Eucaristía en su etapa actual, es decir, como sacramento. Lo anunció en su primera predicación de Cuaresma el Cardenal Raniero Cantalamessa OFMCAP, Predicador de la Casa Pontificia, que dedicará las reflexiones de esta Cuaresma a un reexamen del misterio eucarístico. “Redescubrir el asombro eucarístico” es el objetivo de las predicaciones de Cuaresma del Cardenal Raniero Cantalamessa. Este viernes 11 de marzo, a las nueve de la mañana en el Aula Pablo VI del Vaticano y ante los miembros de la Curia Romana, el Predicador de la Casa Pontificia propuso una catequesis mistagógica sobre la eucaristía para las reflexiones cuaresmales, que tendrán como objeto la Eucaristía en su etapa actual, es decir, como sacramento. Mistagógica porque su objetivo, en la Iglesia antigua, era revelar a los neófitos el significado de los ritos celebrados y las profundidades de los misterios de la fe: bautismo, confirmación o unción y, en particular, la Eucaristía. Por ello explicó que en las predicaciones serán seguidos de cerca el desarrollo de la misa en sus tres partes, ligurgia de la palabra, liturgia eucarística y comunión, para permanecer lo más posible anclados a la naturaleza sacramental y ritual de la misma, y se añadirá al final una reflexión sobre el culto eucarístico fuera de la Misa.  Jesús está realmente presente en este mundo La Eucaristía, comenzó diciendo, es “presencia en la historia del acontecimiento que ha invertido para siempre los papeles entre vencedores y víctimas”. Esto porque, en la cruz, “Cristo hizo de la víctima el verdadero vencedor” y así, la Eucaristía “nos asegura que Jesús está con nosotros, no solo intencionalmente, sino realmente en este mundo nuestro, que parece escaparse de nuestras manos en cualquier momento”.  Nos repite: «¡Ánimo! ¡Yo he vencido al mundo!» (Juan 16: 33). Figura, acontecimiento y sacramento En la historia de la salvación la Eucaristía está presente en el Antiguo Testamento como figura; está presente en el Nuevo Testamento como acontecimiento y está presente en el tiempo de la Iglesia como sacramento. La figura – explicó el Padre Cantalamessa – anticipa y prepara el acontecimiento, el sacramento «prolonga» y actualiza el evento. Y acrecentó: En el Antiguo Testamento, la Eucaristía está presente «en figura». Una de estas figuras era el maná, otra el sacrificio de Melquisedec, otra el sacrificio de Isaac. Con la venida de Cristo y su misterio de muerte y resurrección, la Eucaristía ya no está presente como figura, sino como acontecimiento, como realidad. Lo llamamos «acontecimiento» porque es algo que sucedió históricamente, un hecho único en el tiempo y en el espacio, sucedido solo una vez (semel) e irrepetible: Cristo «sólo una vez, en la plenitud de los tiempos, apareció para anular el pecado por medio del sacrificio de sí mismo» (Heb 9,26). Finalmente, en el tiempo de la Iglesia, la Eucaristía, está presente como sacramento, es decir, en el signo del pan y del vino, instituido por Cristo.  Re-presentar  Porque la Misa renueva el acontecimiento de la cruz celebrándolo (¡no reiterándolo!) y lo celebra renovándolo (¡no sólo recordándolo!), la palabra en la que hoy se logra el mayor consenso ecuménico es quizás el verbo representar, entendido en el sentido fuerte de re-presentar, es decir, “hacer presente de nuevo”, precisó el predicador de la Casa Pontificia. Gracias a la Eucaristía nos convertimos en contemporáneos del acontecimiento.  Cardenal Raniero Cantalamessa: Redescubrir el asombro eucarístico Las reflexiones cuaresmales tendrán como objeto la Eucaristía en su etapa actual, es decir, como sacramento. Lo anunció en su primera predicación de Cuaresma el Cardenal Raniero Cantalamessa OFMCAP, Predicador de la Casa Pontificia, que dedicará las reflexiones de esta Cuaresma a un reexamen del misterio eucarístico. VATICAN NEWS “Redescubrir el asombro eucarístico” es el objetivo de las predicaciones de Cuaresma del Cardenal Raniero Cantalamessa. Este viernes 11 de marzo, a las nueve de la mañana en el Aula Pablo VI del Vaticano y ante los miembros de la Curia Romana, el Predicador de la Casa Pontificia propuso una catequesis mistagógica sobre la eucaristía para las reflexiones cuaresmales, que tendrán como objeto la Eucaristía en su etapa actual, es decir, como sacramento. Mistagógica porque su objetivo, en la Iglesia antigua, era revelar a los neófitos el significado de los ritos celebrados y las profundidades de los misterios de la fe: bautismo, confirmación o unción y, en particular, la Eucaristía. Por ello explicó que en las predicaciones serán seguidos de cerca el desarrollo de la misa en sus tres partes, ligurgia de la palabra, liturgia eucarística y comunión, para permanecer lo más posible anclados a la naturaleza sacramental y ritual de la misma, y se añadirá al final una reflexión sobre el culto eucarístico fuera de la Misa.  Jesús está realmente presente en este mundo La Eucaristía, comenzó diciendo, es “presencia en la historia del acontecimiento que ha invertido para siempre los papeles entre vencedores y víctimas”. Esto porque, en la cruz, “Cristo hizo de la víctima el verdadero vencedor” y así, la Eucaristía “nos asegura que Jesús está con nosotros, no solo intencionalmente, sino realmente en este mundo nuestro, que parece escaparse de nuestras manos en cualquier momento”.  Nos repite: «¡Ánimo! ¡Yo he vencido al mundo!» (Juan 16: 33). Figura, acontecimiento y sacramento En la historia de la salvación la Eucaristía está presente en el Antiguo Testamento como figura; está presente en el Nuevo Testamento como acontecimiento y está presente en el tiempo de la Iglesia como sacramento. La figura – explicó el Padre Cantalamessa – anticipa y prepara el acontecimiento, el sacramento «prolonga» y actualiza el evento. Y acrecentó: En el Antiguo Testamento, la Eucaristía está presente «en figura». Una de estas figuras era el maná, otra el sacrificio de Melquisedec, otra el sacrificio de Isaac. Con la venida de Cristo y su misterio de muerte y resurrección, la Eucaristía ya no está presente como figura, sino como acontecimiento, como realidad. Lo llamamos «acontecimiento» porque es algo que sucedió históricamente, un hecho único en el tiempo y en el espacio, sucedido solo una vez (semel) e irrepetible: Cristo «sólo una vez, en la plenitud de los tiempos, apareció para anular el pecado por medio del sacrificio de sí mismo»

11
Mar

Papa Francisco presidirá la Misa por los 400 años de la canonización de San Ignacio

Vaticano.- Este 12 de marzo, el Santo Padre presidirá la Santa Misa por el 400° aniversario de la canonización de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, en la iglesia del Gesù de Roma, en conmemoración del 12 de marzo de 1622 cuando los dos jesuitas fueron proclamados santos junto con Santa Teresa de Jesús, San Isidro Labrador y San Felipe Neri. La iglesia del Gesù de Roma será el escenario de la celebración del 400° aniversario de la canonización de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, en conmemoración del 12 de marzo de 1622 cuando los dos jesuitas fueron proclamados santos junto con Santa Teresa de Jesús, San Isidro Labrador y San Felipe Neri. En este contexto, el Papa Francisco presidirá este sábado, 12 de marzo, la Santa Misa en la iglesia del Gesù de Roma, esta Eucaristía forma parte de la celebración del Año Ignaciano, que inició el 20 de mayo de 2021 y durará hasta el 31 de julio de 2022, con que la Compañía conmemora el 500° aniversario de la conversión de san Ignacio di Loyola. Padre Sosa: una vida de santidad es posible Por su parte, el Padre Arturo Sosa, Prepósito General de la Compañía de Jesús dijo que, “al recordar, cuatrocientos años después, que la Iglesia ha reconocido la santidad de cinco personas tan diversas como Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Felipe Neri, Isidro Labrador y Francisco Javier, nos anima sin duda a recorrer el camino de conversión que proponemos para este año”. Además, el Padre Sosa señaló que, “esta celebración se enmarca al comienzo de la Cuaresma, cuando sentimos aún entre nosotros las consecuencias de la pandemia del Covid-19, y mientras oramos porque callen las armas y se haga espacio a un diálogo que pueda llevar a la reconciliación, la justicia y la paz, quiere ayudarnos a profundizar en nuestro encuentro con Jesucristo, de modo que, junto a todo el pueblo de Dios, sigamos avanzando hacia la santidad de vida a que nos invita el mismo Señor. Nos acompañan la Virgen María y los santos y santas que van delante de nosotros siguiendo el mismo camino.” Notas históricas: la primera canonización colectiva Las celebraciones de aquel 12 marzo del 1622 significaron una novedad en la historia de la Iglesia católica. Fue la primera canonización colectiva: hasta ese momento los santos habían sido canonizados de uno en uno. En la basílica de San Pedro el Papa Gregorio XV proclamó la santidad de Ignacio de Loyola (1491–1556), fundador de los jesuitas; de Francisco Javier (1506-1552), misionero y uno de los primeros compañeros de Ignacio; de Teresa de Jesús (1515-1582), religiosa y mística, fundadora de las religiosas y religiosos carmelitas descalzos; de Felipe Neri (1515-1595), sacerdote, fundador de los oratorianos; y de Isidro Labrador (1079-1172), único laico del grupo y patrono de Madrid, cuya canonización, apoyada por el rey de España, había sido la primera en resolverse. Con aquella ceremonia, el Pontífice del momento reconocía el papel clave desempeñado por las nuevas órdenes religiosas en la tarea de la evangelización. El Papa y los Superiores de las Órdenes religiosas La celebración de este 12 de marzo, en la iglesia del Gesù, la Iglesia madre de la Compañía di Jesús, será concelebrada por el Papa Francisco, entre otros, el Arzobispo de Madrid, Cardenal Carlos Osoro Sierra, y los Superiores de las órdenes religiosas implicadas: Padre Arturo Sosa SJ (jesuitas), Padre Miguel Márquez Calle OCD (carmelitas descalzos), P. Mìceàl O’Neill OCarm (carmelitas) y el P. Michele Nicolis CO (oratorianos). La celebración de la Eucaristía seguirá la liturgia del Segundo Domingo del tiempo de Cuaresma y se transmitirá en directo y en diversas lenguas, a partir de las 17.00 horas (Utc+1), se podrá seguir en directo en Vatican Media y a través de la página ignatius500.global/live. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News11 de marzo de 2022

09
Mar

Limosnero pontificio: Los refugiados ucranianos agradecidos a Europa por la ayuda

Vaticano.- El Limosnero pontificio hace un balance de la situación desde Ucrania, donde ha ido para dar testimonio a los refugiados y a todo el país del apoyo espiritual y concreto de Francisco, que ha querido contribuir a los gastos de combustible de los camiones que transportan la ayuda. Mañana, la Iglesia local se unirá en oración a los líderes de otras religiones: «La fe mueve montañas, puede detener la guerra». La solidaridad se mueve a lo largo de las carreteras que las bombas amenazan, donde llevar cajas de comida y paquetes de medicinas puede ser un viaje sin retorno. Es una solidaridad sostenida por el corazón de Francisco, que ha decidido -en una zona como Ucrania, donde el combustible empieza a costar una pequeña fortuna- contribuir a los gastos de los grandes vehículos que avanzan, cargados de ayuda, hasta donde un camión corre el riesgo de chocar con un tanque de guerra. La noticia llega desde los alrededores de Leópolis, donde el «brazo» de esta cercanía, el cardenal Konrad Krajewski, llegó tras una parada en Polonia, en medio del océano de refugiados que sigue creciendo. El limosnero pontificio cruzó la frontera ucraniana, vio y relata a los medios de comunicación vaticanos el impresionante esfuerzo realizado por la seguridad relativa de Leópolis, para llegar incluso a los que todavía están bajo la trayectoria de los misiles y luchan o se les impide emprender la huida entre las orillas de los corredores humanitarios demasiado frágiles. Donación de gasóleo «Estoy en los alrededores de Leópolis, por razones de seguridad no diremos dónde», dice el cardenal. «Aquí es donde llegan las grandes ayudas de la Comunidad Europea a través de Polonia. Todo se descarga en grandes depósitos y de aquí salen los camiones hacia Kiev, hacia Odessa, hacia el sur del país». La buena noticia, dice el cardenal Krajewski con satisfacción, es que «toda esta ayuda sigue llegando a su destino, a pesar de los bombardeos». Así se lo han confirmado los obispos de Kiev, Odessa, Karkhiv y el mismo nuncio apostólico, con quien está en contacto. Y es en este sentido, que el apoyo del Papa ha sido especialmente práctico: «Aquí tienen dificultades para encontrar gasóleo y por eso, a través de la Limosinería, el Santo Padre ha pagado muchos viajes de los camiones, de los grandes camiones que traen la ayuda humanitaria a Ucrania». Muchos credos, la misma oración Ayer, en Leópolis, el limosnero del Papa se reunió también con el arzobispo greco-católico Sviatoslav Shevchuk y mañana el cardenal Krajewski compartirá un momento de oración con él y con los líderes de las distintas confesiones que tengan la posibilidad de hacerlo. «Sabemos que la fe -dice- puede mover montañas, así lo leemos en el Evangelio, y estamos seguros de ello. Creo que lograremos detener esta guerra precisamente con nuestra oración, con nuestra fe». Con Europa en el corazón Solidaridad y oración que juntas dan aliento a la esperanza. La esperanza a pesar de todo es un estímulo evidente en muchos ucranianos que han dejado su hogar y tienen la intención de regresar. Una constatación que en el epicentro del éxodo es tan inmediata como tocar la carne viva. Aquí – refiere el limosnero pontificio – cada cinco minutos veo llegar a los refugiados de la parte oriental de Kiev. La mayoría son mujeres con hijos. Algunos quieren entrar en Polonia, quieren estar cerca de la frontera, pero hay quienes se han trasladado aquí a Leópolis -aquí todavía no hay guerra, aunque es muy peligroso- y están esperando la liberación, están esperando volver». Leópolis, dice, tiene ahora «medio millón de habitantes más». Las escuelas, las parroquias, cualquier metro cuadrado disponible es su casa temporal. «Allí donde hay un pequeño espacio, está ocupado por refugiados que rezan, que tienen esperanza, que agradecen de verdad a la comunidad europea que les trae tantos dones, que está cerca de ellos, que reza por ellos». La tragedia ha producido una semilla, constata el cardenal Krajewski: «Nunca antes se habían sentido tan unidos: ya se sentían parte de Europa, a través de estos gestos humanitarios ahora se sienten parte integrante de ella». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News09 de marzo de 2022

09
Mar

Papa Francisco: La santidad ordinaria, un camino asequible a todos

Vaticano.- El Papa envió un mensaje a los participantes en el primer Congreso Internacional Interuniversitario sobre Doctoras de la Iglesia y Patronas de Europa en diálogo con el mundo de hoy, realizado del 7 al 8 de marzo en la Pontificia Universidad Urbaniana, organizado en colaboración con el Instituto de Estudios Superiores sobre la Mujer del Pontificio Ateneo Regina Apostolorum, la Universidad Católica de Ávila y otras entidades. “Recorrieron su camino de fe movidas, no por ideologías mutables, sino por una adhesión inquebrantable a la ‘humanidad de Cristo’ que permeaba en sus acciones”. Con estos términos el Papa Francisco describió el coraje, la pasión y la santidad de las Doctoras de la Iglesia y Patronas de Europa en sus respectivos contextos históricos. Lo hizo en un mensaje dirigido a los asistentes al Congreso Internacional Interuniversitario sobre este asunto que organizó la Pontificia Universidad Urbaniana, del 7 al 8 de marzo, en modalidad presencial y telemática. El evento fue realizado en cooperación con distintas instituciones, como el Instituto de Estudios Superiores sobre la Mujer del Pontificio Ateneo Regina Apostolorum, la Universidad Católica de Ávila, entre otras. También estas mujeres “se sintieron incapaces y limitadas en algún momento, ‘mujercillas flacas’, como diría Santa Teresa de Jesús, ante una empresa que les superaba”, según el Santo Padre, quien se preguntó “¿De dónde sacaron la fuerza para llevarla a cabo, sino del amor a Dios que llenaba sus corazones?”. Como Teresa de Lisieux, pudieron realizar en plenitud su vocación, su ‘caminito’, su proyecto de vida. “Un camino asequible a todos, la santidad ordinaria”, sostuvo Francisco. También estas mujeres “se sintieron incapaces y limitadas en algún momento, ‘mujercillas flacas’, como diría Santa Teresa de Jesús, ante una empresa que les superaba”, según el Santo Padre, quien se preguntó “¿De dónde sacaron la fuerza para llevarla a cabo, sino del amor a Dios que llenaba sus corazones?”. Como Teresa de Lisieux, pudieron realizar en plenitud su vocación, su ‘caminito’, su proyecto de vida. “Un camino asequible a todos, la santidad ordinaria”, sostuvo Francisco. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News09 de marzo de 2022